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Prismas

On-line version ISSN 1852-0499

Prismas vol.13 no.1 Bernal June 2009

 

Fichas

Jonathan Rose
The Intellectual Life of the British Working Classes
New Haven- Londres, Yale University Press, 2001, 534 páginas

Jonathan Rose se propone en este ambicioso libro transitar un tema, que como el mismo autor lo sostiene, es considerado inabordable: la experiencia y el impacto de la práctica de la lectura en personas ordinarias, más precisamente entre miembros de las clases obreras británicas. Rose cubre un extenso período en el tiempo, desde la era preindustrial hasta el siglo veinte, aunque sin seguir un enfoque cronológico estricto. A lo largo de trece capítulos Rose se vale de variadas y muy numerosas fuentes como autobiografías, memorias, encuestas y registros estadísticos de bibliotecas para iluminar la cultura autodidacta de las clases subalternas británicas. Discute qué y cómo leían. Concentrándose en casos muy diversos (a veces organizados en torno a determinados textos, o tipos de textos y/o literatura, otras veces en torno a determinados personajes o a instituciones como las sociedades de socorros mutuos o las bibliotecas públicas) nos muestra como aun la literatura más conservadora podía ser "potencialmente explosiva" en las mentes de sus lectores. Incluso la Biblia asume, en algunos de los lectores que Rose nos describe, un efecto liberador. La lectura aparece representada como una actividad altamente valorada por los sectores plebeyos, alimentada entre otras cosas por el deseo de singularidad. Pese a subrayar el sesgo positivo, el libro no niega las tensiones y conflictos que las actividades de la cultura autodidacta provocaban tanto en las clases bajas como en el resto de la sociedad. Tampoco falta en las páginas de esta historia la dimensión de género, mostrando que la vida intelectual no asumía ni el mismo significado ni tenía las mismas implicaciones prácticas para varones y mujeres.
Muchos son los hallazgos de este libro: uno de ellos es el tipo de material que rescata y la forma matizada en que el autor lo aborda, contrastando autobiografías con evidencia estadística. Es la riqueza de esas fuentes la que permit mostrar con ejemplos concretos el efecto transformador de la lectura en la vida de las personas. No obstante, el libro es más que el documentado y fascinante estudio de una serie de experiencias singulares sobre la cultura autodidacta de las clases subalternas en el Reino Unido: es una apuesta y una invitación a dar vuelta el clásico foco de la historia intelectual y la crítica literaria (el estudio de obras y autores) para detenerse en cambio en el estudio de los lectores.

F. F.

La vida cultural del automóvil. Rutas de la modernidad cinética
Guillermo Giucci
Bernal, Universidad Nacional de Quilmes y Prometeo, 2007, 248 páginas

La historia cultural argentina y latinoamericana por lo general no ha sabido mostrar la misma heterodoxia que la practicada en lugares como Francia o los Estados Unidos a la hora de seleccionar y construir sus objetos de análisis. Ésa es una de las razones por las cuales resulta auspiciosa la aparición de este libro de Guillermo Giucci, publicado en la colección "Las ciudades y las ideas", que dirige Adrián Gorelik, y que hace foco en un tema que ha ocupado un lugar central en el despliegue de la modernidad desde inicios del siglo pasado: ése que el autor presenta a través del tan elegante como certero título de "vida cultural del automóvil". Bajo esa rúbrica, Giucci explora un vasto y heterogéneo conjunto de materiales que acompañaron el ascenso triunfal de ese artefacto entre 1900 y 1940, en un recorrido a través de la literatura, el ensayo de ideas, el cine, la pintura, el cómic, las memorias y las crónicas periodísticas urbanas que exhibe la poderosa huella que dejó a su paso la emergente automovilidad. Sorprende a quienes hoy asistimos impávidos a la transformación relativamente silenciosa y acrítica del espacio público urbano por la multiplicación exponencial de automóviles en los últimos años, el abanico de tópicos a los que este objeto fue asociado por la imaginación cultural de la primer mitad del siglo xx, y que Giucci, en un trabajo que no pudo sino demandarle años, se encargó pacientemente de acopiar. Del conjunto de cuestiones abordadas en el libro, que entre otros muchos temas incluye un detenido tratamiento del "mito de Henry Ford" y una consideración del carácter inherentemente trasnacional de la trama material que subtendió la expansión de la cultura automovilística, se destilan dos posiciones contrapuestas que indican la ambivalencia con que ella fue recibida: de un lado, la celebración e incluso la fascinación ante ese objeto imponente de la técnica, vinculadas a un abanico de representaciones y fantasías (de estatus social, de poder, de seducción y erotismo, de asunción de una plena libertad individual); de otro, la condena del automóvil por sus implicaciones socialmente desigualitarias, por sus secuelas mortíferas en materia de accidentes, y por ser un dispositivo deshumanizante y perturbador de las relaciones sociales. En definitiva, y a pesar de que puede endilgarse a Giucci un cierto descuido en el modo poco ordenado y saltarín de exposición de la miríada de tópicos que visita, la historia cultural latinoamericana cuenta a partir de este estimulante libro de resonancias simmelianas con un nutrido campo de registros sobre ese elemento tan hondamente transformador de la vida moderna.

M. B.

Historia de los intelectuales en América Latina. I. La ciudad letrada, de la conquista
al modernismo
Carlos Altamirano (dir.), Jorge Myers (editor del volumen)
Buenos Aires, Katz Editores, 2008, 588 páginas

Las élites culturales han tenido un lugar importante en la historia de América Latina. Incluso se ha señalado que el rol decisivo de los intelectuales en la vida política constituiría uno de los rasgos propios de la región. Pero tal juicio, aunque ha dado lugar a numerosos trabajos acerca de las ideas sostenidas por esos letrados y también a miradas edificantes sobre la misión de la "inteligencia americana", no se ha traducido en una historia que dé cuenta de las posiciones sociales y las prácticas de esos productores culturales. Es ese vacío el que el numeroso grupo de trabajo encabezado por Carlos Altamirano –formado por investigadores de diferentes orígenes nacionales y disciplinarios– se propuso llenar. Siguiendo a Ángel Rama, invocado en el subtítulo, se intentó reconstruir el espacio específico de las élites letradas y su relación con el sistema de poder. O bien, con Tulio Halperin Donghi, otro referente en que la obra se inspira, tomar en cuenta tanto las modificaciones en las mismas élites ilustradas como el modo en que las reconfiguraciones del espacio social modifican el lugar que los letrados ocupan.
El libro que aquí se comenta, compilado por Jorge Myers, es el primero de dos que componen el proyecto, y da cuenta de las continuidades y rupturas que se dan en la ciudad letrada hasta fines del siglo xix. El punto de partida es el período colonial respecto del que se señala el contraste entre la compleja República del saber que los letrados, mayormente eclesiásticos, lograron construir en Hispanoamérica y la más débil y subordinada posición de éstos en la América lusófona. A continuación, diferentes trabajos abordan cómo las revoluciones políticas y sociales de comienzos del siglo xix modificaron el lugar de los escritores públicos jerarquizando el papel de juristas, burócratas y, sobre todo, de periodistas. Como muestran varios de los artículos, la posibilidad de la crítica pública y el crecimiento del público lector permiten postular que comenzaba a surgir, aunque en forma incipiente –especialmente en el Brasil, donde la corona ocupaba el centro de las actividades intelectuales– un espacio público en el que los intelectuales podían sostener la imagen de autonomía a la que los instaba el romanticismo. Sin embargo, al acercarse el fin de siglo, sería ese mismo crecimiento del público lector, unido a la democratización social, el que reemplazaría a los omnímodos profetas románticos por nuevas figuras de intelectual, características del fin de siglo: el científico positivista, el intelectual revolucionario, el intelectual modernista y el escritor de literatura popular.

R. M. M.

Historia de las ideas en la Argentina. Diez lecciones iniciales, 1810-1980
Oscar Terán
Buenos Aires, Siglo xxi, 2008,320 páginas

La obra póstuma de Oscar Terán, galardonada como el mejor libro de creación literaria del año 2008 por la Fundación El Libro, se distingue de los anteriores trabajos del prominente historiador de las ideas recientemente fallecido tanto por su origen como por el público al que se quiere destinado. El texto parte de los materiales utilizados por el autor en más de veinte años de dictado de clases en su cátedra Pensamiento Argentino y Latinoamericano en la Universidad de Buenos Aires. Esas clases fueron el escenario en el que Terán fue avanzando progresivamente sobre diversas parcelas del itinerario de las ideas y los intelectuales en la Argentina, desde Mariano Moreno y la Revolución de Mayo a las últimas décadas. De esas aproximaciones, cada vez más afinadas y puestas a prueba ante sucesivas camadas de estudiantes por ese eximio profesor que supo ser Terán, surgen estas lecciones que buscan brindar un panorama acabado de la historia de casi dos siglos de cultura argentina a un amplio público no especializado. El libro repasa así, en un tono inusualmente didáctico en relación a la prosa habitual del autor, las distintas estaciones que tramaron ese derrotero histórico. En ocasiones, ese recorrido se detiene en grandes nombres y obras cumbre acometidos con sintética maestría. Tal lo que ocurre, por caso, con el Facundo de Sarmiento (en un abordaje en el que Terán ofrece una verdadera clase acerca de cómo leer un texto a partir de las herramientas y preguntas de la historia intelectual), o con Radiografía de la Pampa, de Martínez Estrada (diseccionada y ponderada inigualablemente en unas pocas páginas). En otras oportunidades, el tratamiento de ciertas figuras sirve para introducir las cuestiones que enmarcaron la trama cultural y política de algún período histórico (tal lo que ocurre con Miguel Cané y los problemas que se abren a partir de 1880). Pero en todos los casos, los distintos momentos estudiados se miden contra las avenidas principales que guían la reconstrucción de Terán: la emergencia y crisis de la ideología liberal, las representaciones y usos de la cuestión nacional, la tramitación del vínculo entre élites y masas, o la suerte de las tentativas de modernización social, cultural y política ensayadas en dos siglos de historia. En este texto, en suma, Oscar Terán ha legado un libro que, como no ocurría desde José Luis Romero, ofrece una visión completa del entero curso de las ideas argentinas, y que por ello corona inmejorablemente su prolongado asedio a la vida intelectual del país.

M. B.

Lenguaje y revolución. Conceptos políticos clave en el Río de la Plata, 1780-1850
Noemí Goldman (ed.)
Buenos Aires, Prometeo, 2009, 212 páginas

Este libro de Noemí Goldman reúne textos de Carlos Cansanello, Nora Souto, Fabio Wasserman, Alejandra Pasino y Gabriel Di Meglio, cada uno de los cuales analiza los cambios que sufrieron en el Río de la Plata algunos conceptos políticos clave (Soberanía, Ciudadano/Vecino, Constitución, Derechos/Derecho, Liberal/Liberalismo, Nación, Opinión Pública, Patria, Pueblo/Pueblos, República, Revolución y Unidad/Federación) a lo largo del período que va de 1780 a 1850. Aunque sus autores no se enrolan en una corriente historiográfica determinada, su empresa recoge la propuesta original de Reinhart Koselleck, quien, como uno de los directores de una monumental obra colectiva, el Diccionario de Conceptos Fundamentales o Geschichtliche Grundbegriffe (GG), trazó la líneas teóricas fundamentales por las que transita hoy la historia de los conceptos políticos. Allí delineó también las premisas que orientarán el análisis histórico de los cambios semánticos que sufrieron los conceptos. Dicho análisis gira en torno a su noción nuclear de Sattelzeit o "período bisagra", que, según afirma, va de 1750 a 1850, y durante el cual todos los conceptos políticos van a ser radicalmente redefinidos. Estos desplazamientos conceptuales ofrecerían claves fundamentales para comprender la emergencia de la modernidad.
Como se muestra en Lenguaje y revolución, en nuestro país la crisis de independencia marcará un quiebre no menos drástico en el nivel de los lenguajes políticos. De este modo, el libro ofrece una herramienta fundamental para comprender cómo se alteró el sentido de los conceptos analizados, y evitar así la transposición de ideas propias a períodos en que las mismas les resultaban por completo ajenas. Un aspecto fundamental a destacar es el hecho de que las distintas secciones del libro han sido el resultado de un verdadero trabajo colectivo, lo que se expresa en la calidad y la unidad de las mismas. El libro publicado por Prometeo es una buena expresión de la madurez del grupo de trabajo reunido en torno a Goldman en el Instituto Ravignani, y forma parte, a su vez, de una empresa de mayor envergadura: el Diccionario de Conceptos Políticos Iberoamericanos, actualmente en ejecución por el colectivo Iberconceptos, dirigido por Javier Fernández Sebastián, de la Universidad de Bilbao, y dentro del cual el grupo argentino coordinado por Goldman ha tenido una papel importante. En suma, una obra largamente esperada y que será en el futuro un texto de lectura obligatoria para aquéllos interesados en el período en cuestión.

E. P.

El momento romántico. Nación, historia y lenguajes políticos en la Argentina del siglo xix
Elías J. Palti
Buenos Aires, Eudeba, 2009, 179 páginas

Durante casi dos décadas, y a lo largo de numerosos trabajos, Elías Palti ha venido sosteniendo una mirada propia en el campo de la historia intelectual. Su propuesta se asocia con una historia de los lenguajes políticos que –y ello constituye la principal diferencia con otras formas de la nueva historia intelectual que sólo aparentemente dejan atrás la vieja historia de ideas–, partiendo del hecho de que estos lenguajes constituyen entidades sólo contingente y precariamente articuladas, aborda las transformaciones que sufren cuando, a raíz de circunstancias históricas precisas, se hace visible esa contingencia de base. Es esta perspectiva la que Palti pone en juego para dar cuenta del "momento romántico" de la Argentina del siglo xix, y al hacerlo, logra echar nueva luz sobre algunos textos clásicos del "pensamiento nacional".
El punto de partida es la poderosa articulación entre historia y razón que Alberdi presenta en el Fragmento Preliminar, la que se revela problemática luego de la crisis de 1840 y de la consolidación del liderazgo rosista. Para bucear en las consecuencias conceptuales de esa crisis Palti pasa a Sarmiento, y enhebra una lectura dialéctica en la que la historia cíclica de la barbarie, del Facundo, y la historia líneal del progreso civilizatorio, de Viajes, se sintetizan en Recuerdos de Provincia, texto que inserta la historia de ambos principios en lucha en la propia línea familiar de Sarmiento, quien se presenta como héroe unificador. Sin embargo, después de Caseros, no es Sarmiento sino sólo Mitre quien logra plasmar una imagen sistemática de la nación y aun ésta es resultado del olvido de las tensiones que habitan su obra. Estas tensiones se ligan al concepto proselitista que Mitre –quien desplegaba buena parte de su acción desde la prensa– tendría de la política, a la que pensaba como siempre renovada producción preformativa de identidades. El autor analiza también la obra del gran contradictor de Mitre, Vicente Fidel López, en cuya propuesta historiográfica se subraya la radical diferencia de las partes que constituyen una sociedad, imposibles de componer en un pueblo. Uno y otro recorrido dejaban ver que el supuesto clave del "momento romántico" –una totalidad que se autoproduce a través de un proceso objetivo– se había vuelto problemático, dando pie a un pensamiento que se interrogaba por la institución política de las identidades y de la sociedad misma. La lectura de Palti concluye mostrando que los dilemas del romanticismo argentino no apuntaban, sólo ni principalmente, a las particularidades del exótico contexto rioplatense, sino a las aporías constitutivas de lo político mismo.

R. M. M.

Explicar la Argentina. Ensayos fundamentales
Jorge Lafforgue (ed.)
Buenos Aires, Taurus, 2009, 565 páginas

En Explicar la Argentina Jorge Lafforgue acomete la tarea nada sencilla de reunir "los mejores ensayos argentinos". Sabiendo de lo abrumador del requerimiento, y hasta qué punto estaba destinado a no ser nunca satisfecho completamente, Lafforgue logra al menos incluir en un único volumen un conjunto de textos (o extractos de textos) fundamentales (la mayoría de ellos, clásicos del pensamiento argentino) que se propusieron entender y explicar a sus contemporáneos el origen y sentido de nuestra nacionalidad. A partir de esta propuesta original, traza un itinerario de lecturas que, arrancando con Mariano Moreno y llegando a José Luis Romero, transita por textos y autores diversos y variados. En el recorrido que lleva desde Echeverría, Hernández y Mitre a Ingenieros, Borges, Jauretche y Palacio, el lector no especializado encontrará una buena guía para introducirse en la historia del pensamiento argentino. Lafforgue ofrece claves para transitar el mismo en sendas introducciones a cada una de las secciones del libro. A ello se suma una introducción general en la que reflexiona sobre el género mismo (el ensayo), y explicita los criterios que guiaron su selección, preocupación sobre la que vuelve en un epílogo que establece algunos "deslindes" con el fin de trazar líneas posibles que articulen la variedad de textos reunidos. En él también ofrece un panorama general de la literatura disponidisponible sobre el tema. Finalmente, el libro se completa con una siempre sumamente útil cronología de hechos, autores y obras, que cubre desde 1801 a 1945.

E. P

Patagonia. Invenzione e conquista di una terra alla fine del mondo
Flavio Fiorani
Roma, Donzelli, 2009, 325 páginas

Basándose en las obras de quienes la convirtieron en frontera absoluta, Fiorani se propone construir una historia de la Patagonia como borde especular de lo conocido. Los viajeros estudiados se ubican bajo un ambicioso arco temporal cuya amplitud incluye tanto a Magallanes como a Chatwin. Las voces de conquistadores, científicos, militares, turistas, misioneros y periodistas integran, de esta manera, una polifonía de larga duración que es difícil encontrar en obras en castellano sobre la Patagonia. En este sentido, el trabajo da cuenta de la vastedad, no de la Patagonia, sino más bien de sus representaciones, de lo que se ha escrito sobre ella desde su descubrimiento como confín.
Fiorani pone en relación las obras de este inédito número y variedad de viajeros con las perspectivas desplegadas por una profusa producción reciente sobre la literatura de viajes en general y sobre la prefiguración literaria de la Patagonia en particular. Tal profusión exige explicitar con cuidado cuáles son las contribuciones específicas del trabajo de Fiorani.
La Patagonia como vacío es un punto de partida que el autor de este trabajo comparte con los que se han aproximado a la historia de la región desde la literatura. Es, justamente, la fecunda solidaridad entre vacío e invención lo que ha convertido a la Patagonia en un objeto preciado para estos estudios. El autor se refiere aquí al "anacronismo patagónico" que permite en un mismo movimiento deshistorizar y reinventar a la región como un mundo de las antípodas. Sin embargo, Fiorani no se limita a denunciar ese vacío como operación textual vinculada exclusivamente a la dominación de las potencias imperiales, tal como se la presenta repetidamente desde la teoría poscolonial. La Patagonia es pensada, en efecto, como un vacío significante. Pero Fiorani se dedica a reconstruir los distintos contextos que permiten resemantizar ese vacío. El resultado es un ambicioso mapa histórico de las representaciones sobre la Patagonia, que puede aparecer como horizonte utópico, como refugio de la modernidad, como cuna del turismo aventura o como objeto del diseño territorial de una nación. Una escritura minuciosa permite a Fiorani ahondar en el significado de estas diferentes capas y componer una estratigrafía que lo consagra como un verdadero arqueólogo de las representaciones del territorio.
En la composición de este palimpsesto, resulta meritoria la voluntad de incluir una iconografía tan rica como frecuentemente desatendida. El libro reproduce una treintena de mapas y grabados, incorporados no como meras ilustraciones sino como registros desde los que también se reconfigura e imagina el límite del mundo conocido.

F. W.

Buenos Aires en armas. La revolución de 1880
Hilda Sabato
Buenos Aires, Siglo XXI, 2008, 336 páginas

Este nuevo trabajo de Hilda Sabato tiene como eje la Revolución de 1880 pero, a diferencia de los estudios que la han vinculado con el proceso más general de consolidación del Estado-nación, la autora busca centrarse en el hecho revolucionario mismo. En este sentido, la atención no está puesta en explicar el proceso general sino que –partiendo de la inquietud de la autora por comprender el rol de la violencia en el siglo xix argentino y, en general, latinoamericano– busca responder la pregunta ¿por qué hubo una "revolución"? Esta obra dialoga entonces con otros trabajos que, con la renovación de la historia política, están revisitando la historia argentina y latinoamericana, ubicando nuevos problemas y ofreciendo nuevas interpretaciones a viejas cuestiones. El libro está organizado en nueve capítulos, ocho entreactos y un epílogo que recupera los interrogantes iniciales de la investigación. Si los capítulos ofrecen un relato cronológico –cuyos tiempos intentan recrear los tiempos de la política–, los entreactos ilustran aspectos generales del período y tratan problemas de índole teóricoconceptual que exceden los marcos de la mera coyuntura. Con esta estrategia expositiva y un lenguaje que nos recuerda el paradigma indiciario promovido por Carlo Ginzburg, la autora afianza su propuesta de realizar un ejercicio de interpretación. Éste le permite, a partir del análisis de las causas y las características de la revolución, ingresar en el terreno de las representaciones y de las prácticas de la vida política argentina del siglo xix e intentar comprender, en sus propios términos, el lugar de la violencia política.
El trabajo parte de los debates desarrollados entre el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires a partir de la disputa de las candidaturas de Julio A. Roca y el gobernador provincial Carlos Tejedor en torno a las elecciones presidenciales de 1880. En este contexto, la autora reconstruye diversos aspectos de la vida política del período centrándose en una coyuntura en la que un creciente movimiento de hombres y armas convivía con negociaciones que buscaban tramitar pacíficamente las diferencias. De este modo, la exploración realizada por Hilda Sabato logra, por un lado, acercarse a una dimensión concreta de las prácticas y las concepciones de los actores, detectar los mecanismos políticos activados a partir del conflicto, sus formas de concebirlo y las distintas vías ensayadas para su resolución. Por otro lado, da también cuenta de aquellas cuestiones centrales que atravesaron la disputa política y que se vinculaban con la coexistencia de formas contrapuestas de pensar el Estado y su aparato de coerción.

S. C.

Los socialistas alemanes y la formación del movimiento obrero argentino. Antología del Vorwärts (1886-1901)
Sandra Carreras, Horacio Tarcus y Jessica Zeller (eds.)
Buenos Aires, CeDInCI Editores / Buenos Libros/Instituto Iberoamericano, 2008, 720 páginas

El club Vorwärts y su periódico han ingresado en la mitología del movimiento obrero argentino por un hecho: haber sido el núcleo impulsor de la organización del acto del 1º de Mayo de 1890, hecho que a menudo es considerado el puntapié inicial de la organización de los trabajadores en el país. Sin embargo, como señala el estudio inicial con el que se abre el trabajo, dicha valoración no está acompañada de un conocimiento de la historia del club y su periódico. Esta compilación busca dejar atrás el principal obstáculo para ese conocimiento: la inaccesibilidad de las fuentes. Los documentos del club y las colecciones del periódico estaban dispersos y casi perdidos y, además, se hallaban en idioma alemán. La búsqueda de los compiladores, que permitió reconstruir una colección casi completa del periódico, y la impecable traducción, llevada adelante por un equipo encabezado por Miguel Vedda y compuesto por otros miembros de la cátedra de Literatura alemana de la Facultad de Filosofía y Letras de laUBA, hacen posible que por fin se alcance un conocimiento del Vorwärts que excede el mito fundacional. A ello se agrega un inteligente trabajo de selección y clasificación que presenta textos que echan luz sobre la mirada del periódico sobre la Argentina finisecular y el papel político de la inmigración alemana, sobre la política criolla y la cuestión social, sobre el socialismo europeo y los problemas internacionales. Sin embargo, los compiladores no niegan del todo la valoración mítica y dedican la más larga de las secciones a la "organización de los trabajadores". De este modo, hacen públicos documentos referidos a la organización del famoso acto, a la naciente Federación Obrera y a los debates acerca de la creación de un Partido Socialista.
Un hecho inusual es que el libro es bilingüe, los textos introductorios y los documentos seleccionados se presentan en castellano y en el alemán original. Ello obedece a la noción, subrayada en el estudio inicial, de que la identidad de los miembros del club se hallaba determinada "por el cruce entre su identidad política socialista y su condición de alemanes en la Argentina". Se debe también a que se considera que los materiales reunidos no sólo son de interés para la historia del movimiento obrero, sino también para abordar los procesos de recepción de ideas y la historia de las transferencias culturales. Pero, sobre todo, se explica por la confesa voluntad de poner en evidencia la permeabilidad de las fronteras nacionales, tal como en su momento hiciera el Vorwärts.

R. M. M.

Honor y duelo en la Argentina moderna
Sandra Gayol
Buenos Aires, Siglo XXI, 2008, 288 páginas

Sandra Gayol presenta en este libro un minucioso estudio sobre el honor y el duelo en la Argentina entre 1880 y 1920 que refleja su largo y fructuoso peregrinaje por la senda de los discursos y de las prácticas culturales en la Argentina de entresiglo. Como ella misma señala, su preocupación es "reconstruir la historia del duelo y del honor, descubrir los motivos de su impresionante visibilidad y de su evidente ocaso". Ahora bien, ¿por qué contar esta historia? Su pertinencia no deviene únicamente de la escasa relevancia que esta materia ha tenido en la historiografía argentina, sino también del descubrimiento del lugar preeminente que, tanto el honor como el duelo, ocuparon en esta sociedad "aluvial". En ella, el honor devino en una herramienta clave para crear un orden de sentidos y valores de referencia comunes en una sociedad que, por su constante movimiento, carecía de ellos. Por su parte, la práctica del duelo hizo posible la diferenciación social y política en una Argentina que, además de republicana y plebeya, carecía también de una élite consolidada. Ubicado en el marco de la renovada historia cultural, el libro dialoga tanto con la historiografía europea como con los estudios centrados en el análisis de la élite argentina del período a la vez que con los aportes de la nueva historia política argentina. Con este andamiaje, un exhaustivo análisis sobre el tema y una vasta revisión de fuentes, la autora sostiene que tanto el honor como el duelo fueron elementos cruciales para la constitución de la Argentina moderna. Surgidos con fuerza a fines del siglo xix y tornándose marginales hacia la década de 1920, el estudio de la retórica del honor y la práctica del duelo realizado por Gayol permite comprender aspectos hasta ahora desconocidos sobre la fabricación de la distinción operada por la élite. Asimismo, indica que la adopción del honor y del duelo por parte de la dirigencia política alteró sus pautas de comportamiento, trocando la resolución violenta de las diferencias por unas maneras civilizadas y caballerescas de procesar el conflicto político. De este modo, Honor y duelo en la Argentina moderna destierra dos concepciones tradicionales, que argumentaban, por un lado, que el duelo ocupó un lugar marginal en la vida social y política argentina y, por otro, que tanto el honor como el duelo eran prácticas propias de sociedades jerárquicas.

S. C.

A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935
Hernán Camarero
Buenos Aires, Siglo XXI, 2007, 397 páginas

El libro de Camarero parte de un dato que, aunque no incorporado al sentido común, es hoy aceptado entre los investigadores: la importante implantación de los cuadros comunistas en el movimiento obrero que precedió al peronismo. El autor toma ese dato como punto de partida para una nueva pregunta: ¿cómo es que los comunistas lograron esa inserción? Responde que el elemento explicativo central se encuentra en la política de bolchevización adoptada a mediados de los veinte, política que no sólo hizo de la inserción en el movimiento obrero el objetivo central de la práctica comunista, sino que proveyó un elemento organizativo, la célula, particularmente apto para las necesidades de una militancia que no podía sino ser clandestina. Pero el trabajo no sólo aborda la estructura celular sino que reconstruye el principal elemento de vinculación con que contaban los militantes comunistas: los periódicos de empresa, un verdadero filón inexplorado sobre el cual trabaja analizando sus propuestas, su estructura enunciativa y su modo de circulación. Luego de subrayar la importancia de estas dos armas principales del arsenal comunista, la célula y la prensa, Camarero señala el dispar éxito alcanzado por los comunistas en la conquista de las estructuras sindicales: importante en el caso de los sindicatos industriales, más débil en los sindicatos de servicios y transportes, de más larga tradición. El libro también se ocupa de las organizaciones educativas, deportivas, las organizaciones infantiles y las secciones idiomáticas, a través de las cuales, afirma el autor, los comunistas sostuvieron una subcultura alternativa a la sociabilidad popular de entreguerras.
En suma, el de Camarero es un trabajo importante, marcado por la pasión, y aun por cierta admiración, hacia los militantes comunistas, pero también sólidamente fundamentado y de un fuerte espíritu crítico. Este último se manifiesta particularmente en el análisis de las consecuencias del sectarismo que caracterizó al Partido Comunista luego de la adopción de la estrategia clase contra clase: si no detuvo el crecimiento en el mundo obrero –un crecimiento que, se sostiene, no se fundaba en una línea política particular sino en la eficacia misma de la organización celular–, sí impidió dar a ese crecimiento un desemboque más amplio que se manifestó en una mayor influencia política del Partido. La posibilidad de percibir las tensiones entre las grandes líneas doctrinarias, los modos organizativos y las prácticas de base, es el mérito final del cruce de sociología política, historia política e historia cultural emprendido por Camarero.

R. M. M.

Son memorias
Tulio Halperin Donghi
Buenos Aires, Siglo XXI, 2008, 312 páginas

Tal como se anuncia desde el inicio, Son memorias es el resultado inesperado de un proyecto editorial cuyo objeto era reproducir los diálogos entre este autor-historiador, Jorge Lafforgue y Mariano Plotkin en torno a su vida y su carrera profesional. Si pronto encontraron dificultades para plasmar esta experiencia en una publicación, el proyecto ofreció a Halperin Donghi un marco desde el cual comenzar a escribir su propia historia, lo que daría origen a una nueva narrativa. Esta "narrativa del todo distinta" es uno de los rasgos centrales del libro y es lo que explica que culmine en el año 1955, pues sólo hasta ese momento pudo el autor mantenerse fiel a un ejercicio que le resultaría tan novedoso como estimulante. ¿Qué implica esta particular narrativa? Con ella se refiere a un modo de contar un relato –el de su propia vida– que se aleja tanto del registro por él utilizado para escribir historia como del género autobiográfico. Tal como él mismo sostiene, ensaya aquí "una historia para la cual mis recuerdos ofrecen los materiales más inmediatos pero que adquiere pleno sentido cuando se la integra en la de ese entorno". Un entorno en el que el proceso de modernización de la Argentina estaba dando origen a una nueva sociedad permeada por la visión del progreso y la confianza en que todo futuro sería indefectiblemente mejor que el presente. A través de esta estrategia Halperin Donghi ofrece un relato sobre su vida, su formación y sus primeros pasos en la disciplina histórica que se funde en parte –pero no sólo– con una historia del país que lo vio nacer y sus transformaciones hasta fines de 1955. En virtud de la estrategia narrativa escogida, Son memorias es mucho más que una biografía o un libro de historia. Por un lado, porque el autor somete sus propias imágenes del pasado al rigor del historiador profesional. Por otro, porque ofrece muy interesantes juegos entre sus recuerdos y las visiones que, sobre cuestiones de este período, construyó luego la historiografía. Pero, también, es este libro un espacio en el que el autor revisa una visión del futuro y del sentido de la historia que, acompañándolo durante gran parte de su vida, se quebró pocos años atrás. Esta ruptura dio lugar a una reflexión sobre las posibilidades y las limitaciones del conocimiento del pasado que enmarca el camino elegido para escribir su propia historia.

S. C.

Revista Crisis (1973-1976). Antología: del intelectual comprometido al intelectual revolucionario
María Sonderéguer (comp.)
Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2008, 600 páginas

El debate sobre la cultura y la política argentina de los años sesenta y setenta cobró recientemente importancia en el espacio público. En este contexto, la Universidad Nacional de Quilmes ha editado una amplísima antología de textos de la revista Crisis (1973-1976), una publicación que sobresale porque en ella están presentes prácticamente todos los tópicos de la izquierda peronista y porque alcanzó una difusión masiva –entre 20.000 y 40.000 ejemplares– a lo largo de cuarenta números mensuales.
Como señala María Sonderéguer en el breve y cuidado prólogo de esta edición, Crisis efectuó diversas acciones político-culturales de suma importancia: (1) disponer para un público masivo una relectura de la historia argentina en clave revisionista popular, con un nuevo panteón (de Mao a Perón, de Rosas a Lenin y de Hernández a Cooke) que retomaba interpretaciones historiográficas construidas incluso antes de la Resistencia peronista, pero que la revista ofrecía a franjas de las capas medias y militantes que hacia fines de los sesenta eran partícipes de un proceso de creciente radicalización; (2) revalorizar ciertos géneros culturales de corte popular, considerados "bajos", como el circo, el teatro; (3) consagrar a nuevos escritores latinoamericanos, como Haroldo Conti, así como publicar cada capítulo de la discusión en torno a los vínculos entre literatura y política, aunque desde un ángulo en el que el compromiso político se legitimaba con argumentos y herramientas teóricas contrastantes a las que, por citar publicaciones de la época, aparecían en Nuevos Aires y Los Libros.
En implícita polémica con el notable libro de J. L. de Diego ¿Quién de nosotros escribirá el Facundo? (para quien en Crisis se cancela el debate en torno a la relación entre cultura y política, al disolverse enteramente aquélla en esta última), Sonderéguer sugiere en cambio que Crisis es todavía una publicación atenta a las mediaciones políticas y culturales, tal como lo demostraría la existencia de las operaciones críticas ya enumeradas. En este sentido, el subtítulo de la antología es significativo, ya que el sintagma "del intelectual comprometido al intelectual revolucionario" estaría señalando, contra las tesis dominantes acerca de esta época, que existía al menos una vía por la cual el par "intelectual"/ "revolucionario" no resultaba un oxímoron. En todo caso, se reactiva aquí una pregunta que aún hoy es difícil responder, pero que guarda relación con el mismo asunto: ¿cómo pensar los últimos días de Francisco Urondo o de Rodolfo Walsh?
Por preguntas como ésta, y por la importancia de la revista, la antología editada por la Universidad Nacional de Quilmes resulta imprescindible.

M. F.

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