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Prismas

versión On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.19 no.1 Bernal jun. 2015

 

RESEÑAS

Alejandro Dujovne,
Una historia del libro judío. La cultura judía argentina a través de sus editores, libreros, traductores, imprentas y bibliotecas, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014, 302 páginas

 

El libro tiene su historia. La bibliografía especializada suele mencionar L'apparition du livre (1958), el clásico de Lucien Febvre y Henri Jean-Martin, como un hito fundacional en la disciplina. A partir de entonces se multiplicaron, por una parte, las historias nacionales del libro y la edición, las monografías y los congresos dedicados al tema; por otra parte, las reflexiones teóricas y metodológicas, no exentas de arduos debates, acerca de un objeto complejo y esquivo que reclama, en cualquier caso, un enfoque multidisciplinario. El francés Roger Chartier y el estadounidense Robert Darnton suelen ser las figuras que sobresalen en la bibliografía sobre la historia del libro, al menos en nuestro medio, de entre un conjunto creciente de intervenciones historiográficas de indiscutible calidad. El libro de Alejandro Dujovne se incorpora, con méritos que reseñaremos, en esa destacada tradición. Se origina en su tesis doctoral en Ciencias Sociales (UNGS-IDES), defendida en 2010 con el título Impresiones del judaísmo. Una sociología histórica de la producción y circulación transnacional del libro en el colectivo social judío de Buenos Aires, 1919-1979, bajo la dirección de Gustavo Sorá. Sin embargo, el libro ha sorteado, en su reelaboración, los riesgos del exceso académico que suelen acechar al género tesis: se deja leer como un libro de divulgación, de recorrido sin obstáculos y de prosa hospitalaria. Así, Dujovne tendrá la oportunidad de alcanzar públicos más amplios y menos especializados. Está dividido en siete capítulos de títulos referenciales que dan una idea nada equívoca del contenido de los mismos:

  1. Historia y geografía transnacional del libro judío;
  2. El libro ídish en Buenos Aires;
  3. "Los libros que no deben faltar en ningún hogar judío". La traducción como política cultural, 1919-1938;
  4. "Un acto de afirmación judía". La edición en castellano entre 1938 y 1974: sionismo, cultura y religión;
  5. De la trayectoria al catálogo. El caso de Editorial Israel;
  6. Geografía urbana y palabra impresa. Librerías, bibliotecas e imprentas judías en Buenos Aires;
  7. La cultura judía porteña de posguerra bajo el prisma del Mes del Libro Judío, 1947-1973.

El objeto de estudio más visible es, de un modo evidente, el libro judío; no obstante, el subtítulo elegido nos brinda, atinadamente, una clave de lectura: la cultura judía "a través de" los agentes del libro. De modo que se trata de un trabajo sobre el libro y la edición pero ese objeto está atravesado por caminos de sentidos opuestos. Si bien el libro va de lo general a lo particular, esto es, desde una "historia y geografía transnacional del libro judío" al estudio de casos significativos en la Argentina, como la Editorial Israel o el Mes del Libro Judío, y ese recorrido es, desde el punto de vista argumentativo, el más apropiado, a menudo el recorrido es el inverso, y allí el texto procura reconstruir el campo más vasto de una cultura "a través" del análisis micro y de la recuperación de historias -de personas, de editoriales, de catálogos, de libros-. La originalidad de estos procedimientos, que escapan al registro árido y a la mera enunciación de títulos, enriquecen la investigación y, a la vez, atrapan el interés del lector. Reseñaré algunos de esos procedimientos:

    1. El itinerario espacial, no sólo atento a una geografía "transnacional" que tuvo como centros Varsovia y Vilna, y luego Berlín y Nueva York, sino también a los datos contextuales que lo fueron determinando, en un recorrido originado en la "diáspora" y que sufrió trágicos avatares, desde los progroms de los zares hasta los horrores del Holocausto. Ese itinerario iniciado en el capítulo 1 parece anclar en la precisión cartográfica del capítulo 6, en una geografía local que sitúa el ámbito de la cultura judía en Buenos Aires, a través de la localización en el barrio de Once de las principales editoriales, imprentas y librerías de esa cultura. De este modo, las certidumbres de los datos inmigratorios y de los censos del nomadismo forzado se integran con los lugares de radicación y sociabilidad, y estos con las condiciones de producción cultural.
    2. La reconstrucción de las "trayectorias sociales" de los principales editores, cuya labor, en la mayoría de los casos, excedía la del editor profesional, tal como lo entendemos en la actualidad, para ampliarse hacia la de activista cultural, traductor, dirigente institucional, mecenas, portavoz de ideologías en pugna en el interior de esa cultura, entre tantas otras. Así, el libro cuenta con verdaderos excursos sobre Salomón Resnik, Marc Turkow, Abraham Mibasham, José Mirelman o Máximo Yagupsky, por solo nombrar algunos, que permiten ver dos cuestiones: por un lado, las trayectorias detrás de las decisiones que se concretan en la elaboración de un catálogo; por otro lado, una dimensión diacrónica e individual en el interior de una sincronía colectiva. El procedimiento permite un recorrido en diferentes direcciones por la historia y la cultura del libro, y por la de sus agentes, y este es uno de sus méritos más llamativos. Dicho de otra forma, aquí conviven armónica y productivamente las estrategias propias de la historia cultural (en el modo en que Robert Darnton o Roger Chartier reconstruyen trayectorias significativas alrededor del mundo del libro) y de la sociología de la cultura (en el modo en que Pierre Bourdieu diagrama espacios de producción en pugna y estrategias de posicionamiento en el campo).
    3. El desarrollo analítico de los conflictos ideológicos y lingüísticos que protagonizaron editores, escritores y traductores, instituciones comunitarias y agrupaciones políticas, elites dirigenciales y colectivos sociales. Aquí se advierten tensiones que el libro reseña minuciosamente entre el bundismo, que reivindica la cultura ídish de la diáspora desde una posición identificada con la izquierda y el integracionismo; y el sionismo, que sostiene como eje de sus acciones la creación del Estado de Israel, la exaltación de los pioneros que fueron ocupando tempranamente territorio en el Medio Oriente y la imposición del hebreo como lengua emblemática de la cultura judía. Esas tensiones, aquí solo esbozadas sintéticamente, resultan claves en la lectura de los catálogos, no solo en los títulos, sino también en las lenguas, y en la interpretación de las empresas de quienes publican en ídish, quienes traducen del ídish al castellano, quienes publican en hebreo, quienes traducen del hebreo al castellano, quienes traducen libros de temática judía pero originalmente escritos en lenguas como el inglés o el alemán, etc. Y también son claves para entender la periodización que el libro postula; por ejemplo, la importancia de 1938 como un corte temporal, un año importante en la historia editorial argentina, cuando empieza a publicar la Editorial Israel; o de 1948, con el impacto decisivo que tuvo para la comunidad judía la creación del Estado de Israel, después de la dramática experiencia del Holocausto y la Segunda Guerra.

Estas tres estrategias argumentativas (el itinerario y los desplazamientos geográficos de la cultura del libro judío, la reconstrucción de trayectorias sociales e institucionales, el análisis de las tensiones políticas y lingüísticas) desembocan en lo que podríamos llamar políticas culturales del libro judío; políticas que se pueden advertir a través del libro judío o, mejor dicho, a través de los criterios de edición del libro judío. El estudio alcanza a las editoriales en ídish, como Das Poylishe Idntum, dirigida y promovida por Marc Turkow -que tuvieron el carácter de importadoras de textos y exportadoras de libros, más que difusoras de su propia literatura-; a las editoriales que traducían del ídish al castellano, como las ediciones de la Sociedad Hebraica Argentina y la notable y prolífica labor de traductor de Salomón Resnik; a las colecciones de temas judíos en el marco de catálogos más cosmopolitas y heterogéneos como la "Biblioteca" que lanzó Manuel Gleizer, el mítico editor de la vanguardia literaria argentina; a las editoriales en castellano que encarnaban un proyecto político-cultural, identificable en la constitución del catálogo, como el sionismo en Editorial Israel. Incluso se pasa revista a los grandes editores judíos de nuestro país que no se dedicaron a la edición de libros judíos, como Samuel Glusberg y BABEL; Jaime Bernstein y Enrique Butelman, fundadores, hacia mediados de 1940, de Paidós; Jacobo Muchnik, el gran editor de Fabril; Gregorio Weinberg y Boris Spivacow, entre tantos otros.
Salvo que las omisiones resultaran flagrantes, que no es este el caso, los libros no deben juzgarse por aquello que falta, o por aquello que el lector cree que falta. Sin embargo, aquí es el propio autor quien reconoce algunas de las limitaciones del trabajo y las traduce en sugestivas propuestas futuras de investigación. La más importante de ellas es la extrema dificultad de mensurar la magnitud de la empresa, tanto en el número de ejemplares de los libros editados como del impacto y llegada que pudieron tener en la masa de lectores. En un conocido y temprano trabajo de 1982, "What is the History of Books?",1 Robert Darnton afirmaba: "En el circuito que siguen los libros, la lectura sigue siendo la etapa más difícil de investigar"; y, en oportunidad de revisitar ese artículo, veinticinco años después y con una voluminosa y notable obra escrita durante ese período, confiesa: "La historia de la lectura parece hoy mucho más compleja de lo que yo había imaginado en un principio".2 El límite principal que Dujovne reconoce constituye así una suerte de abismo científico y metodológico que la más destacada bibliografía no ha dejado de advertir.
En suma, Una historia del libro judío representa un significativo aporte para el mejor conocimiento de la historia y la cultura del pueblo judío y va camino a engrosar las bibliografías autorizadas en ese campo. Estamos también ante un libro imprescindible para comprender la historia del libro y la edición en la Argentina, un ámbito de estudios que se ha consolidado en los últimos años y que es abordado con creciente interés en la investigación académica.

José Luis de Diego
IdIHCS-UNLP

NOTA

1 Robert Darnton, "What is the history of books?", Daedalus, vol. 111, nº 3, pp. 65-83 [trad. esp.: "¿Qué es la historia del libro?", Prismas, n° 12, Buenos Aires, diciembre de 2008].         [ Links ]

2 Robert Darnton, "What is the history of books? Revisited", Modern Intellectual History, vol. 4, nº 3, pp. 495-508 [trad. esp.: "Retorno a '¿Qué es la historia del libro?'", Prismas, n° 12, Buenos Aires, diciembre de 2008].         [ Links ]

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