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Prismas

versión On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.19 no.1 Bernal jun. 2015

 

RESEÑAS

Karl Gunther,
Reformation Unbound. Protestant Visions of Reform in England, 1525-1590, Cambridge, Cambridge University Press, 2014, 296 páginas

Resulta un desafío hallar en la historia inglesa un proceso histórico más complejo y de consecuencias más profundas que la Reforma. La dificultad se incrementa exponencialmente si el interés cronológico se limita a la Edad Moderna. Es posible afirmar -sin exagerar demasiado- que el investigador que pretenda dedicarse al estudio de la cultura, la sociedad, las ideas y la política durante el período 1520-1750 de la historia de Inglaterra se ocupará (voluntaria o involuntariamente) de los orígenes, los desarrollos o las herencias de la Reforma. Esta consideración permite entender, en parte, el enorme y permanente esfuerzo que los académicos británicos consagraron y continúan consagrando a este objeto de estudio. De hecho, la dedicación excede a los nativos de la isla: el estadounidense Karl Gunther y su Reformation Unbound son un ejemplo.
Historiador interesado en el vínculo entre la religión y los intelectuales durante la modernidad temprana británica, Karl Gunther se doctoró en Northwestern (2007). Ese mismo año asumió como Lecturer en el Departamento de Historia en la Universidad Rice, y en 2008 como Assistant Professor en la Universidad de Miami, cargo que continúa desempeñando. Desde la década pasada ha sido beneficiado con diversas becas para la realización de sus investigaciones, entre las que se destaca la otorgada por la Folger Shakespeare Library para el período 2010-2011. Ha publicado artículos en revistas de prestigio mundial como Past and Present y The Journal of Ecclesiastical History.1 Estas producciones se vinculan genealógicamente con los ejes principales de su tesis doctoral "The Intellectual Origins of English Puritanism, ca. 1525-1572. Reformation Unbound", por lo cual no es solo el primer libro publicado por el autor, sino también el corolario de la primera etapa de su trayectoria académica.
El libro está orientado a demostrar la existencia de concepciones radicales de la Reforma desde su génesis en el reinado de Enrique VIII. Los nueve apartados (una introducción, siete capítulos y la conclusión) en que el autor lo estructuró están dedicados a analizar sincrónica y diacrónicamente registros documentales teológicos, políticos y literarios que permiten probar la existencia de vertientes radicales del protestantismo inglés anteriores a la eclosión del puritanismo iniciada en la década de 1570. El propio autor reconoce que en las últimas décadas historiadores como Eamon Duffy, Christopher Haigh, y Diarmaid MacCulloch han hecho mucho para demoler los mitos de la moderación anglicana y del aislamiento con respecto a las experiencias reformistas continentales.2 Este último punto -señala Gunther- en ocasiones produjo la errónea y perdurable idea de que cualquier expresión de radicalismo en Inglaterra había sido producto de la influencia extranjera.3 Vinculado con esto, cuando la atención de los investigadores finalmente se posaba sobre las manifestaciones más extremas del caso inglés, la referencia cronológica nunca era anterior a la de los exiliados marianos, y generalmente tomaba como referencia las dos últimas décadas del siglo XVI, o bien
avanzaban sin escala hacia el XVII. Reformation Unbound es, entonces, una invitación a conocer y revalorizar las tempranas y perdurables voces radicales inglesas. Para lograr este objetivo, el autor propone pensar la temática abandonando las definiciones esencialistas, utilizando la categoría "radical" para describir ideas y actitudes que en circunstancias específicas desafiaron más profundamente que otras el statu quo vigente.4
El libro de Gunther respeta una organización a la vez temática y cronológica: los apartados examinan distintas polémicas que durante los reinados de Enrique y sus hijos reflejaron posiciones enfrentadas (y en ocasiones opuestas) entre los protestantes. El primer capítulo analiza en profundidad las disputas en torno a la organización y la política eclesiástica. Lo que lo hace interesante es que el enfrentamiento tiene lugar durante las décadas de 1520 y 1530, y es intra-protestante. El autor recurre a escritos de Robert Barnes, John Frith, John Bale y nada menos que William Tyndale para señalar la existencia de un precoz proselitismo contra el derecho canónico, la liturgia vigente y la tradicional estructura eclesiástica, de la que solo se pretendía mantener a los obispos, aunque transformados en ministros, predicadores y agentes de disciplina en cada parroquia, eliminando sus funciones políticas y de gobierno.5 Lo llamativo de estos planteos es que además de rechazar la jerarquía eclesiástica, hacían lo propio con el control de las autoridades políticas sobre la esfera religiosa: su visión de la Reforma iba más allá de reemplazar al Papa por el Rey. Al retrotraer Gunther la defensa de la autonomía eclesiástica y el énfasis en la disciplina a una época tan temprana, la clásica catalogación de Patrick Collinson sobre el presbiterianismo isabelino como un dogmatismo extraño a la tradición protestante inglesa merece ser revisada.6 De hecho, el autor ofrece el que debería ser el golpe definitivo a la consideración de un único protestantismo inglés. La retórica radical es abordada en el segundo capítulo a través de la discusión sobre la naturaleza de la Reforma. Mientras que Enrique y su hijo Eduardo la entendían como un instrumento para la pacificación y el ordenamiento de la población, incorporada por completo en el seno de una Iglesia nacional, otros grupos con una visión más drástica de los Evangelios la juzgaban como una espada para atormentar a quienes no eran lo suficientemente píos. La difusión de la Palabra necesariamente era disruptiva: la minoría comprometida no debía convivir en armonía con la sacrílega mayoría, sino incomodar su existencia.
Mientras los dos monarcas se veían a sí mismos como los gobernantes de todos los ingleses, los evangelistas más extremos les reclamaban un rol militante y partisano para liderar una reforma sin fin.7 La disputa se inclinó en favor de la perspectiva más conciliadora, que adquirió entre los contemporáneos del siglo XVI, pero también en la historiografía del XX, el carácter de versión oficial. Si Haigh, Duffy y Richard Whiting a comienzos de la década de 1990, al destacar la capacidad de resistencia de las prácticas y la cosmovisión católica, cuestionaron la llamada tesis del "protestantismo triunfante" de Dickens y Geofrrey Elton (pero también presente en Keith Thomas), Gunther también lo hace al poner en primer plano las tempranas voces de una porción intransigente dentro del protestantismo, capaces de cuestionar el rumbo que tomaban las autoridades políticas y su aparato de gobierno civil y religioso.8
Los siguientes tres capítulos se interesan por las ideas radicales de la intelectualidad protestante exiliada durante la breve pero intensa restauración católica liderada por María Tudor, sin dejar de señalar su influencia en los siguientes decenios. El capítulo 3 revela la supervivencia del ethos antinicodemita desde la época mariana hasta la década de 1590. El llamado para que aquellos que permanecieron en la isla evitasen la disimulación y declarasen abiertamente sus preferencias religiosas constituyó un rasgo identificatorio entre los protestantes más ardientes no solo durante el peculiar contexto del exilio, sino cuando el trono volvió a manos protestantes con Isabel. Sin plantear una filiación directa entre los expatriados del decenio de 1550 y los separatistas del 1590, Gunther exhibe otra sólida demostración de su hipótesis central. La firmeza de quienes llamaban a romper con la Iglesia isabelina por sus ineludibles imperfecciones teológico-litúrgicas encuentra un antecedente de más de cuatro décadas en los protestantes ingleses ausentes de su tierra que consideraban traidores a sus correligionarios que asistían a las celebraciones religiosas marianas. El martirio que podía traer consigo la abierta profesión de una fe que no era la oficial resalta la naturaleza agonal que la Reforma tenía para sus partidarios más exacerbados.9 Tal como refleja el capítulo 2, el radicalismo privilegiaba la dimensión conflictiva del proceso por sobre la posibilidad de pacificación y concordia. Si el anti-nicodemismo rompió la frontera temporal del período mariano, el capítulo 4 trata una trayectoria similar en la teoría de la resistencia al poder político, que señalaba la primacía de la obediencia a Dios por sobre aquella debida a cualquier hombre. A través de la obra del obispo James Pilkington, el autor ubica el llamado a completar la Reforma como una tarea a realizarse sin importar si el gobernante de turno lo consideraba adecuado o no. Este caso estudiado problematiza la cronología tradicional que encuadra a la teoría de la resistencia política o bien en el interregno católico o bien en plena disputa por las vestimentas del clero durante la década de 1560.
En el capítulo 5, la atención permanece allende las fronteras inglesas. Allí se reinterpreta la posición de Richard Cox y sus seguidores durante el célebre conflicto que mantuvieron con el grupo liderado por John Knox en Frankfurt. Gunther se distancia de quienes observaron en este conflicto un anticipo del enfrentamiento entre conformistas y separatistas. El llamado por parte de Cox a que Knox y sus acólitos respetaran el Prayer Book de 1552 (a esa altura prohibido por María), en lugar de inspirarse en el modelo francfortés, no habría surgido de un impulso conservador sino del deber de no desanimar a los hermanos protestantes que quedaron en Inglaterra criticando un documento fundamental de su identidad religiosa. Más que ponderar positivamente el libro, la facción "coxiana" rechazaba la postura de que las cuestiones formales como ceremonias o rituales fuesen decididas por la autoridad política, ya que podía ser malinterpretado por los protestantes ingleses como un permiso para conformar con su soberana católica. El autor propone que Cox no lideraba un grupo menos radical que el de Knox; por el contrario, desde la década de 1570, los presbiterianos encabezados por Thomas Cartwright se apoyaron sobre las reglas paulinas (preferidas por Cox) como fuente para determinar la forma de la Iglesia, y no sobre la voluntad de la autoridad política (favorecida por Knox).10 Este hilo argumental se profundiza en el apartado siguiente dedicado a la controversia sobre las vestimentas sacerdotales ocurrida en 1565-1566. La defensa del Arzobispo Parker del derecho de la Suprema Gobernante de la Iglesia para determinar el tipo de ropaje de los religiosos descansaba para Gunther en una rationale similar a la de Knox en Frankfurt. Por su parte, quienes se negaban a vestir del modo tradicional se apoyaban en las Escrituras como árbitro último sobre este tipo de asuntos, tal como había hecho Cox. Los no conformistas temían que las continuidades litúrgicas confundieran a la población inglesa y fortalecieran la posición del catolicismo, un temor muy similar al que habían tenido los anti-nicodemitas en el exilio. Una vez más, los ecos del radicalismo temprano retumbaban décadas después.
El enfrentamiento abierto entre conformistas, puritanos y separatistas en los últimos veinte años de los Tudor como dinastía reinante llevó a que estas facciones buscasen legitimidad en el amanecer de la Reforma, de manera tal que sus rivales quedasen desacreditados como una desviación del rumbo original. El capítulo final de Reformation Unbound analiza los modos en que los grupos mencionados utilizaron y manipularon los documentos de los primeros intelectuales reformados con la intención de construirse un mito de origen favorable. El análisis de este apartado termina de señalar que el autor propone la existencia de algunas continuidades pero no una evolución necesaria o un determinismo histórico entre los radicales del inicio de la Reforma y los puritanos. El fracaso rotundo tanto de conformistas como de puritanos en la tarea de dotarse de un pasado perfecto y sin desvíos prueba la inexistencia de una única naturaleza del protestantismo inglés: los primeros no pudieron explicar el antiepiscopalismo y la voluntad profundizadora de los primeros protestantes ingleses, mientras que el segundo grupo no podía justificar que John Bale y John Hooper hubiesen aceptado un obispado.
El mayor mérito de Karl Gunther no radica en la singularidad de los documentos y autores trabajados, sino en una revisión novedosa de fuentes conocidas, lo que le permitió obtener respuestas diferentes a las de sus antecesores (con quienes no se abstuvo de debatir, aunque exento de pretensiones iconoclastas). Resultado de casi una década de trabajo, Reformation Unbound será referencia indispensable para los próximos estudios dedicados a comprender la cultura y a la intelectualidad inglesa del siglo XVI.

Agustín Méndez
UBA / CONICET

NOTA

1 Karl Gunther y Ethan Shagan."Protestant Radicalism and Political thought in the Reign of Henry VIII", Past and Present, vol. 194, n° 1, febrero de 2007, pp. 35-74.         [ Links ] Karl Gunther, "Rebuilding the Temple: James Pilkington, Aggeus and the Early Elizabethan Puritanism", The Journal of Ecclesiastical History, vol. 60, n° 4, octubre de 2009, pp. 689-707.

2 Eamon Duffy, The Strippingofthe Altars: Traditional Religion in England c.1400-c.1580, New Heaven, Yale University Press, 1992;         [ Links ] Christian Haigh, English Reformations. Religions, politics and society under the Tudors, Oxford, Oxford University Press, 1993; Diarmaid MacCulloch, The Later Reformation in England, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2001.

3 Idea que sostuvieron los sectores más moderados de la Iglesia de Inglaterra desde el siglo XVI.

4 Karl Gunther, Reformation Unbound. Protestant Visions of Reform in England, 1525-1590, Cambridge, Cambridge University Press, 2014, p. 3.         [ Links ]

5 Gunther, Reformation Unbound, op. cit., p. 18.

6 Patrick Collinson, "Episcopacy and Reform in England in the Later Sixteenth Century", en P. Collinson, Godly People: Essays on English Protestantism and Puritanism, Londres, The Hambledon Press, 1993, p. 161.         [ Links ]

7 Gunther, Reformation Unbound, op. cit., p. 96.

8 Para la tesis del llamado protestantismo triunfante, véase Arthur Dickens, The English Reformation, Nueva York, Shocken Books, 1964;         [ Links ] Geoffrey Elton, Reform and Reformation.England: 1509-1558, Londres, Arnold, 1977; Keith Thomas, Religion and the Decline of Magic: Studies in Popular Beliefs in Sixteenth and Seventeenth century England, Londres, Penguin Books, 1971. Para las posturas revisionistas, véase Robert Whiting, The Blind Devotion of the People: Popular Religion and the English Reformation, Cambridge, Cambridge University Press, 1989.

9 Gunther, Reformation Unbound, op. cit., pp. 100-101.

10 Ibid., pp. 178 y179.

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