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Prismas

versión On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.19 no.1 Bernal jun. 2015

 

FICHAS

La sección es organizada por Martín Bergel, Gabriel Entin y Ricardo Martínez Mazzola.

La sección Fichas se propone relevar del modo más exhaustivo posible la producción bibliográfica en el campo de la historia intelectual. Guía de novedades editoriales del último año, se intentará abrir crecientemente a la producción editorial de los diversos países latinoamericanos, por lo general de tan difícil acceso. Así, esta sección se suma como complemento y, al mismo tiempo, como base de alimentación de la sección Reseñas, ya que de las fichas sale una parte de los libros a ser reseñados en los próximos números.


 

Franco Moretti, El burgués. Entre la historia y la literatura, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, trad. Lilia Mosconi, 2014, 240 páginas

Los libros de Franco Moretti son siempre un recuerdo electrizante de las relaciones íntimas y necesarias entre crítica literaria e historia intelectual; cuánto más en este último libro, que desde el subtítulo propone ese lugar de enunciación intermedio entre la historia y la literatura. Claro que a Moretti le interesa la historia en un sentido amplio (la historia del capitalismo que lleva al presente), y por eso se lamenta de que su estudio no sea capaz de "aplicar la inteligencia del pasado a la crítica del presente" (en contraste, dice, con lo que logran los amigos a quienes se lo dedica, Perry Anderson y Paolo Flores D'Arcais). Pero esa tensión se hace presente de todos modos en algunos de los mejores rasgos del libro: en especial, un modo de incluir en la escritura -tanto a través de los ricos debates con otros autores como de las reflexiones sobre las maneras que elige para abordar y recortar cada uno de sus temas- los interrogantes actuales que explican los intereses históricos, haciendo participar a los lectores de su propia aventura intelectual.
El libro trata de la presencia de la figura del burgués en la literatura realista y del modo en que la experiencia burguesa moldea esa misma literatura. Lo hace siguiendo un ciclo histórico de despegue (Robinson Crusoe: el burgués tratando de encontrar las palabras para expresar su existencia novedosa), afirmación y extensión en el siglo XIX (el "siglo serio" de la novela clásica, de Balzac y Eliot a Mann), y decadencia (la visión crítica de Ibsen). Y para ello combina una serie de recursos de lectura (es especialmente inspirador el modo en que interroga el libro de Defoe) con la identificación en una gran cantidad de novelas de ciertas "palabras clave" (útil, eficiencia, confort, serio, influencia, earnest) y formas de la prosa (continuidad, principio de realidad, objetividad/ subjetividad), en las que la experiencia burguesa se expresa en el ciclo novelístico. Como suele ocurrir en sus otros libros de historia literaria (especialmente en ese estudio fascinante que es el Atlas de la novela europea), Moretti utiliza de un modo desprejuiciado todos los recursos de los que dispone -o mejor, que él mismo ha ido produciendo en su ambición de renovar los enfoques-. Y no deja de ser significativo que el inventor del provocativo distant reading -el estudio serial de la producción literaria masiva posibilitado por el laboratorio que dirige en la Universidad de Stanford, que suele despertar suspicacias en los medios de la crítica literaria-, sea capaz de lecciones tan refinadas del muy tradicional close reading como las que da en El burgués, mostrando todo lo que la literatura es capaz de ofrecerle a la historia.

Adrián Gorelik


 

Roberto Calasso, La marca del editor, Anagrama, Barcelona, trad. de Edgardo Dobry, 2014, 174 páginas

Los cuadernos, las notas y las memorias de los editores siempre ejercieron una fascinación especial. Una atracción semejante a la que producen las novelas de detectives clásicas: conocemos el delito, pero desconocemos el nombre del autor, al igual que las motivaciones y las acciones que emprendió para ejecutar su acción. Son sus marcas las que, a través de las preguntas correctas, nos permitirán llegar a él y a su trama. La marca del editor, el testimonio de Roberto Calasso, uno de los editores literarios y ensayistas más reconocidos de Europa, puede leerse de ese modo, con la sensación de estar develando el misterio tras el exquisito catálogo del sello italiano Adelphi. Pero también puede leerse de otra manera, no menos fascinante. Como una explícita y extremadamente lúcida afirmación y reivindicación del papel del editor en el juego de la cultura frente al avance de la economía y los negocios en el mundo de la edición. Proyecto que lo acerca a otras obras, tales como los ensayos "La edición sin editores" y "El dinero y las palabras" de otro gran editor, André Schiffrin, o los trabajos del sociólogo británico John Thompson. La "marca del editor" se hace presente, en primer lugar, en la elección de obras y autores. Este es el material que confiere identidad a un proyecto editorial, que define su lugar dentro del panorama cultural de una lengua. Pero la tarea y la intervención del editor, señala Calasso, solo empiezan con la decisión de publicar cierta obra, cierto autor. A partir de allí se despliega una secuencia de acciones que concluirán con la existencia de un libro, y que determinarán sus posibilidades de ser reconocido y, quizá, leído. Así, la "marca" también se manifiesta en, por ejemplo, el celo obsesivo con que se escoge la imagen de una portada, se piensan las solapas, se diseña una publicidad, delimita una tirada, etc. Una "buena editorial" se define por publicar "buenos libros", y para eso, sugiere Calasso, es preciso contar con editores que continúen concibiendo su trabajo como un arte. El editor como formador de paisajes mentales, como autor de una vasta obra llamada catálogo en que cada libro es un capítulo, como formador de lectores, pero también como un actor atento a los negocios, que no pierde de vista que el libro es también una mercancía. La marca del editor puede ser leído desde muchos ángulos en simultáneo: desde la historia del libro y la edición, pasando por la sociología de la cultura, hasta el placer estético que suscita encontrarse con una escritura fina e inteligente.

Alejandro Dujovne


 

Juan Pablo Scarfi, El imperio de la ley. James Brown Scott y la construcción de un orden jurídico interamericano, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2014, 251 páginas

El título sintetiza bien el despliegue de este libro, resultado de una tesis de maestría: el desarrollo de una disciplina y un cuerpo de doctrina como la del derecho internacional estadounidense. Se trató, como aclara Scarfi en la introducción, de "la construcción y desarrollo de un discurso sobre el derecho internacional en Estados Unidos y su impacto en América Latina entre comienzos del siglo XX y finales de los años treinta". En este sentido, sigue de cerca la manera en que fue predicado como condición sine qua non de la excepcionalidad tanto estadounidense como latinoamericana frente a los modos europeos de resolución de conflictos internacionales. Condición que funcionaba a costa de desligar otra: la del imperialismo informal. Como bien sugiere Ricardo Salvatore en el prefacio, el libro es una indudable pieza en el haz de estudios sobre el "imperialismo informal estadounidense" -su acción en la relación saber/ poder-: "la teoría del derecho internacional como una herramienta de construcción de un panamericanismo de ideas, principios y entendimientos". Y lo es, también, en tanto que la perspectiva elegida es fundamentalmente la de la historia intelectual. Siguiendo la trayectoria de James Brown Scott, figura clave en el desarrollo, difusión y monitoreo de esta práctica de derecho internacional, Scarfi sondea con buen pulso la red "interamericana" -en particular el vínculo Cuba-Estados Unidos- que dio legitimidad a esa nueva disciplina y, sobre todo, a la idea de que era posible aplicar el derecho sajón del common law a un derecho internacional de todo el continente; como si se afirmara que lo que era bueno para los Estados Unidos sería bueno para los estados latinoamericanos. La importancia que Scott daba a la formación de la opinión pública lo hacía verse casi como un apóstol de esa "buena nueva" para América Latina (y entonces, Scarfi también observa críticamente la negación o desestimación de las diferencias). Otro buen momento del libro está en el análisis de la búsqueda de Scott de una tradición en la que enlazar ese derecho internacional con un pasado específico: el derecho de gentes del español Francisco de Vitoria, buscando allí una suerte de "nueva base moral" signada por la "guerra justa". Si hay una palabra que aparece apenas mencionada pero que es sustantiva a la hora de comprender el vínculo entre saber/poder es la de la geopolítica: en efecto, como afirma Scarfi, la prédica de derecho internacional era un "instrumento geopolítico para consolidar el imperio informal estadounidense". Este libro puede ser leído también en esos términos: como un estudio sobre uno de los modos de la geopolítica estadounidense antes de la Segunda Guerra Mundial.

Ximena Espeche


 

Pilar González Bernaldo de Quirós (dir.), Independencias iberoamericanas. Nuevos problemas y aproximaciones, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2015, 384 páginas

Pocos libros colectivos alcanzan la categoría de importantes, sobre todo en un clima de abundancia de publicaciones y reiteración de argumentos por la conmemoración de los bicentenarios de las revoluciones y de las independencias en Hispanoamérica. Este es un libro importante. Y lo es por tres motivos.

  1. Reúne a catorce especialistas que representan gran parte de la renovación historiográfica sobre el siglo XIX iberoamericano y, en particular, sobre las revoluciones hispánicas: Antonio Annino, Jeremy Adelman, Marco Pamplona, Anthony McFarlane, Mónica Henry, Clément Thibaud, Víctor Peralta Ruiz, Geneviève Verdo, Samuel Amaral, Hilda Sabato, Marcela Ternavasio, Ana María Stuven, Véronique Hébrard, Fernado Devoto y Horacio Tarcus.
  2. El libro funciona como una síntesis del "giro copernicano" de la historiografía sobre las independencias y de los principales debates en la renovación de la disciplina histórica -analizados en detalle por González Bernaldo en su soberbia introducción- a partir de la nueva historia política, la historia intelectual, la nueva historia jurídico-institucional, la historia conceptual, la nueva historia atlántica y la historia global "situada" (basada en interconexiones y circulaciones históricamente constatadas). Estos enfoques dan forma a este giro copernicano que consiste en un cuestionamiento integral de los "espacios de inteligibilidad de los procesos revolucionarios" (p. 16). Así, se revelan las perspectivas más interesantes de reinterpretación del siglo XIX donde el objeto revolución se presenta como un conjunto de problemas, indicadores de "múltiples revoluciones dentro de la revolución" (p. 18).
  3. La obra permite evaluar las potencialidades heurísticas -y los límites- de los dos principales responsables de esta renovación en la historiografía iberoamericana: Tulio Halperin Donghi y François-Xavier Guerra, a quienes González Bernaldo dedica el libro. Organizados en cinco secciones a partir de criterios epistemológicos e historiográficos, los artículos tratan problemas analizados o sugeridos por Halperin y Guerra: las dimensiones y las diferentes crisis de la monarquía hispánica (imperial, atlántica, de independencia, constitucional); las interconexiones entre espacios hispanoamericanos y entre estos y los Estados Unidos; la cultura jurídica y el constitucionalismo gaditano e hispanoamericano; la institucionalidad jurídica y económica en el Río de la Plata y las tensiones en la construcción de un sistema republicano y federal; la militarización de la vida política en Chile y Venezuela; las lecturas y relatos de origen de la revolución de Mayo en las historiografías liberal y marxista de la Argentina.

Gabriel Entin


 

María Victoria Crespo, Del rey al presidente. Poder Ejecutivo, formación del Estado y soberanía en la Hispanoamérica revolucionaria. 1810-1826, México, El Colegio de México, 2013, 432 páginas

Este libro es el resultado de la tesis doctoral de su autora en la New School for Social Research. Presenta una lúcida reconstrucción del presidencialismo como problema constitutivo de las revoluciones en Hispanoamérica a principios del siglo XIX a partir de una comparación de las formas de gobierno en el Río de la Plata, Venezuela y México. El eje que da unidad a los seis capítulos del libro son las formas de ingeniería política del Poder Ejecutivo. Para la autora, más que como un resultado institucional evidente de la revolución, el presidencialismo debe analizarse como una experimentación política de las elites revolucionarias a partir de coyunturas cambiantes. Desde una perspectiva de historia y sociología política, Crespo desafía varios lugares comunes en las interpretaciones del presidencialismo en América Latina: su identificación con una cultura monárquica hispánica, sus rasgos antidemocráticos y autoritarios, su tendencia a la centralización y personalización del poder, y su degeneración en gobiernos dictatoriales, caudillistas o cesaristas. Este desafío parte de la demostración del presidencialismo como creación de las revoluciones de independencia que se consolidaría como solución institucional contra formas autoritarias y personalistas del poder. Así, afirma la autora, el primer presidencialismo en Hispanoamérica se fundó en una legitimidad democrática y constitucional, propia de la cultura republicana y liberal de las elites políticas. Crespo muestra que los diseños de Ejecutivo unipersonal surgieron como alternativa a la monarquía constitucional, a la dictadura republicana y a gobiernos caudillistas y cesaristas a partir de la necesidad de crear una autoridad política centralizada basada en la soberanía popular. Los capítulos 3 y 4 sobre la dictadura y el cesarismo son particularmente interesantes. Crespo ve una incidencia positiva y negativa de la dictadura en el presidencialismo. Positiva, porque desde su significado clásico como magistratura republicana se incorporó como poder de emergencia en algunas constituciones (Venezuela, 1819, y Colombia, 1821). Negativa, porque representó una forma autoritaria que debía prevenirse con un Ejecutivo legal. De la degeneración de la dictadura surgieron los cesarismos hispanoamericanos: liderazgos políticos y militares fuertes como los de Bolívar, Iturbide y San Martín. Mostrando las contradicciones que implican estas asociaciones (cuyo espejo principal era Napoleón), Crespo rescata el componente simbólico del cesarismo en la formación de la cultura y la institucionalidad presidencialista hispanoamericana, identificada con la larga duración, un Ejecutivo y un liderazgo fuertes, y la figura de un padre fundador.

Gabriel Entin


 

Patricia Funes, Historia mínima de las ideas políticas en América Latina, Madrid, Turner/El Colegio de México, 2014, 282 páginas

¿Cómo escribir una historia de las ideas políticas de dos siglos en América Latina en 282 páginas sin dejar grandes huecos o simplificar en exceso las complejidades de esta región del mundo donde los debates político-intelectuales fueron tan densos? La historiadora Patricia Funes lo logra en el formato de "ideas mínimas" que forma parte de una colección organizada por El Colegio de México. En efecto, la autora transita largas temporalidades en ese espacio "poco dócil para las generalidades que es América Latina", donde la propia existencia del objeto a analizar resulta problemática.
Estructurado a partir de una imbricación de grandes obras, imaginarios, lenguajes y tradiciones políticos, palabras clave, ideas propiamente dichas y sensibilidades culturales, el libro va (re) construyendo el clima de época en cada momento histórico desde las independencias -en plural- hasta "la memoria obstinada" de los primeros años del siglo XXI frente a los estragos de la violencia política y las dictaduras.
La autora se mueve con destreza al pasar de la revolución al orden postindependencia; después a la "evolución" y, más tarde, a unos centenarios que obligaron a los estados oligárquicos a tratar de construir lo que en el lenguaje actual serían sus "marcas país", resaltando virtudes e invisibilizando a sus "otros" vergonzantes (negros, indios, etc.). Luego el macroscopio nos acerca al antiimperialismo, a los populismos y a nuevas revoluciones, en un subcontinente subsumido en la idea de Tercer Mundo (región en la que, como se afirmaba en el discurso de entrega del Premio Nobel de 1967 al guatemalteco Miguel Ángel Asturias, "interesantes eventos estaban teniendo lugar"). Tampoco faltan las vanguardias, los intelectuales y el compromiso, los imaginarios de liberación (y desarrollo) o dependencia, o las difíciles conquistas democráticas. Siempre se destaca una tensión: ¿cambiar el orden u ordenar el cambio?
En este marco, comparaciones como la de las décadas del veinte y del sesenta, que la autora ya ha venido trabajando, contribuyen a alejar al texto de un mero "recuento de ideas". En este libro el lector reencontrará a viejos conocidos de la historia latinoamericana, conocerá nuevos personajes y, al mismo tiempo, podrá ver mejor cómo las ideas en juego en cada momento dialogaban con climas y sensibilidades transnacionales. Como apuntó Jorge Dotti, "leer textos ajenos genera inevitablemente respuestas autóctonas; más aun: receptar y concretizar discursos que se generan en otros ámbitos es siempre un gesto original por menardista que fuere". Y no fue de otro modo en estos dos siglos de pensamiento latinoamericano.

Pablo Stefanoni


 

Saúl Sosnowski (comp.), Represión y reconstrucción de una cultura: el caso argentino, Buenos Aires, Eudeba, 2014, 320 páginas

Treinta años más tarde, esta reedición en la serie de los dos siglos viene a sumarse, como bien lo dice Jorge Lafforgue, a los textos constitutivos del proceso cultural de nuestra nación. En este caso, se invita a reflexionar sobre las marcas que la represión de la última experiencia militar dejó en la cultura, y sobre el papel que le cabía a la cultura en el proceso de redemocratización. El libro compila las intervenciones de los invitados por Saúl Sosnowski a participar del encuentro de título homónimo que se realizó en la Universidad de Maryland en diciembre de 1984: se publican los trabajos de Hipólito Solari Yrigoyen, Tulio Halperin Donghi, Mónica Peralta Ramos, José Pablo Feinmann, Beatriz Sarlo, Luis Gregorich, Juan Carlos Martini, Noé Jitrik, Jorge Lafforgue, León Rozitchner, Tomás Eloy Martínez, Liliana Heker, Osvaldo Bayer y Santiago Kovadloff.
A un año de la victoria electoral del radicalismo y de la "vuelta a la democracia", Maryland operó como lugar de encuentro entre los que se exiliaron y los que se quedaron en el país, bajo las nuevas coordenadas que imponía la democracia: la búsqueda de consenso y la necesidad de respetar las diferencias y estimular el diálogo. En este contexto, tuvo lugar, en palabras de Sosnowski, "la discusión febril de las discrepancias". Por un lado, hubo críticas y escasas autocríticas, defensas, justificaciones y enconos personales; por otro lado, el expreso llamado a la tolerancia, al disenso y a la convergencia funcionó como espíritu unificador. Es así que, más allá de las diversas tradiciones político-ideológicas de los participantes, el libro está atravesado por el intento de reflexionar críticamente sobre el pasado reciente, sobre la autocrítica y el testimonio y sobre el exilio y los intelectuales. Resulta interesante apuntar que, sin proponérselo, todas las intervenciones dieron cuenta del momento de crisis de los lenguajes políticos y culturales; de las dificultades que implicaba definir el pasado reciente en busca de verdades, realidades o falsedades; de hablar del exilio y de los exiliados, buscando diferenciar un adentro y un afuera, y de pensar la democracia como momento fundacional o de cambio.
En el nuevo prólogo, Saúl Sosnowski afirma que la utilidad de reeditar este volumen lo ubica en el incómodo lugar de la actualidad, donde cultura, represión y redemocratización todavía no forman parte de una experiencia superada. Justamente por ello vale la pena explorar este momento de quiebre, no como instancia cerrada del pasado reciente sino como momento productivo para ahondar en las fisuras del entramado político cultural que nos permita una mejor comprensión de ese período y de la emergente democracia.

Martina Garategaray


 

Pablo Stefanoni, Los inconformistas del Centenario. Intelectuales, socialismo y nación en una Bolivia en crisis (1925-1939), La Paz, Plural editores, 2015, 384 páginas

Como ha señalado frecuentemente la historia intelectual latinoamericana, los fenómenos de recepción de ideas producen combinaciones que a primera vista, y en otros contextos, pueden resultar sorprendentes. Sobre la base de un rastreo minucioso de fuentes de muy diverso tipo, que reconstruyen las lábiles y cambiantes redes culturales y políticas, este libro organiza el horizonte intelectual de la Bolivia de los años '20 y '30, con sus diversas combinaciones de nacionalismo y socialismo, entre ellas la del "socialismo militar". En su introducción, el libro presenta la hipótesis que guía el recorrido: en el período estudiado la ideología liberal entra en crisis, y las alternativas que a ella se oponen, fundadas en el marxismo, el vitalismo, el eugenismo, se articulan bajo diferentes figuras de socialismo.
La primera parte del libro reconstruye los "usos" del socialismo en la Bolivia del Centenario. Stefanoni da cuenta del surgimiento de los primeros grupos socialistas, nacidos de las organizaciones gremiales locales y apoyados por revistas culturales como Arte y Trabajo. Aborda también los vínculos entre intelectuales, dirigentes obreros e indígenas, a la vez que destaca, con gran originalidad, el vínculo complejo que los líderes indígenas mantenían con el discurso republicano.
La segunda parte analiza las posiciones durante la Guerra del Chaco. El conflicto, subraya el autor, dio una oportunidad para la expansión de propuestas de superación del liberalismo: por ejemplo, la comunista, que planteaba una estrategia de "clase contra clase" y no dejaba de formular paradojas en una sociedad mayoritariamente campesina; o una propuesta como la del arqueólogo Arturo Posnansk, quien apoyado en Spengler sostenía un discurso sobre las "razas superiores" que le permitía identificar una de ellas en los aymaras "constructores de Tiawanaku".
La tercera parte da cuenta del ascenso al poder del socialismo nacionalista en los años de posguerra. Una clave de ese ascenso es la existencia de un mito movilizador eficaz, el "mito del Chaco", la idea de la hermandad nacida de la trinchera y la del excombatiente como aquel que está autorizado a hablar en nombre de la comunidad y de la nación. Stefanoni da cuenta del ascenso al poder del socialismo militar en los gobiernos de José David Toro y Germán Busch: analiza sus propuestas de representación funcional, que incorporaban a los indios sin pensarlos como iguales, y destaca su desconfianza en la existencia de un movimiento obrero independiente. Finalmente, analiza el abrupto final de esa experiencia planteando hipótesis interesantes sobre sus legados, relevantes para experiencias políticas posteriores.

Ricardo Martínez Mazzola


 

Roy Hora, Historia del turf argentino, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014, 281 páginas

Sobre el telón de fondo de una historia social del turf argentino, Roy Hora concentra su atención en la relación entre tres actores: la poderosa elite que poseía el control institucional del hipódromo como espectáculo y era propietaria de los caballos, los jinetes profesionales que exhibían sus destrezas en las pistas y los aficionados que poblaban las tribunas populares. Explorando un universo pocas veces indagado en la Argentina esta investigación ubica el hipódromo, desde sus inicios en el siglo XIX hasta nuestros días, como un espacio de interacción social con valores y gustos compartidos, pero también estructurado por relaciones de poder, marcado por disputas y tensiones. La cambiante relación entre los tres actores que focaliza el libro nos habla de las transformaciones que experimentó el turf impulsadas por fuerzas tales como el poder de la elite propietaria, pero también por la profesionalización y la mercantilización de un espectáculo que, mucho antes que el fútbol, conoció un período de masiva adhesión popular.
El largo período que aborda este trabajo permite explorar los orígenes del turf en la Argentina, y su relación con la cultura británica local, para verlo convertirse en una de la principales aficiones -y fuente de inversión- de las elites patricias, hasta llegar a trasformase en un verdadero furor nacional y experimentar, finalmente, un lento pero persistente retroceso desde el segundo cuarto del siglo XX hasta el presente.
Para ello, el libro pone en el centro de la escena una serie de elementos culturales hasta ahora desatendidos, como el protagonismo de los caballos argentinos que llegaron a contar con renombre y fama internacional: la pasión por los caballos Botafogo y Grey Rex desbordaba las tribunas, transformando el Hipódromo Argentino de Palermo en la arena más famosa de toda América Latina. Asimismo, analiza las proezas de jockeys como Leguisamo, que marcaron la profesionalización y la democratización del turf, y el despliegue de cronistas especializados, como fue el caso de Last Reason; y también la fuerte afición que el turf encontró en figuras paradigmáticas del star system local como Carlos Gardel y José Razzano, y los tangos que tienen a este universo como centro de atención y observación.
Por último, este relato permite abordar un escenario compartido entre el Jockey Club y algunos nombres clave de las elites dedicadas a la cría de pura sangres, las clases medias, sus debates y cuestionamientos a esta afición y la masividad de un espectáculo que hasta mediados del siglo XX colmaba sus tribunas con espectadores de sectores populares.

Ana Cecchi


 

Nora Pagano y Martha Rodriguez (comps.), Conmemoraciones, patrimonio y usos del pasado. La elaboración social de la experiencia histórica, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2014, 191 páginas

Este libro compila ponencias en su mayoría presentadas en las II Jornadas Internacionales de Historia, Memoria y Patrimonio. Las conmemoraciones en una perspectiva comparada, organizadas conjuntamente en noviembre de 2013 por el Instituto de Investigaciones en Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani" y el Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de General San Martín. Los nueve artículos que lo integran abordan temas, espacios y períodos muy diversos, aunque con anclaje preponderante en la Buenos Aires del siglo XX. Unifica la diversidad de casos la preocupación común por indagar en la cultura histórica (Jörn Rüsen) desde las representaciones y escenificaciones que cada sociedad propone de su pasado en cada presente, más allá del discurso del historiador profesional o de una supuesta univocidad estatal. Uno de sus mayores aportes es mostrar tanto el juego, en armonía y tensión, de las múltiples voces -gubernamentales, institucionales, asociativas, partidarias e individuales- como la heterogeneidad de medios y canales involucrados en la administración, gestación y difusión de la experiencia memorialista; una experiencia destinada a legitimar presentes y proyectar futuros.
El primer artículo pertenece a Fernando Devoto y está dedicado a reflexionar sobre los horizontes de temporalidad y el tipo de acontecimiento que representa la conmemoración centenaria de la Revolución de Mayo. Eduardo Hourcade se aboca a un ritual político con impacto en las efemérides: las repatriaciones de próceres, con especial atención al caso de Rosas. Martha Rodriguez examina la intervención de historiadores, funcionarios y empresas editoriales en la producción editorial y multimedia durante el Bicentenario argentino. María Elena García Moral analiza las apropiaciones de los sesquicentenarios de mayo y de julio (1960 y 1966) por parte del socialismo y el comunismo argentinos. En un período previo a la creación del partido socialista, Sofía Seras examina las discusiones en el periódico El Obrero (1890-1893) sobre las fechas conmemorativas y sus implicaciones identitarias en la izquierda argentina. Javier Moreno Luzón estudia el ciclo de centenarios de la España regeneracionista entre 1898 y 1918. Gabriela Siracusano reflexiona sobre la función del color y la iconografía del arco iris en el mundo andino anterior y posterior a la conquista. Nora Pagano estudia las conmemoraciones y las declaratorias sobre patrimonio gestionadas durante el primer peronismo. Por último, Sabina Loriga indaga en los usos nacionalistas italianos detrás de la hipótesis de la autoctonía respecto del "misterio etrusco".

Pablo Ortemberg


 

Paula Bruno (coord.), Visitas culturales en la Argentina, 1898-1936, Buenos Aires, Biblos, 2014, 307 páginas

En los últimos años, y en consonancia tanto con el giro material de la historia cultural como con la consolidación de la historia global, han crecido las indagaciones acerca del papel de los viajes en la conformación de los espacios intelectuales argentinos. Lo más frecuente ha sido abordar a los intelectuales que viajaron por el mundo, reconstruyendo sus trayectorias y dando cuenta de sus miradas sobre otras sociedades. La propuesta de Paula Bruno y los autores que participan de esta compilación es complementaria: abordar las visitas que intelectuales extranjeros realizaron a la Argentina entre 1898 y 1936. Los trabajos comparten una grilla que organiza las visitas en tres momentos: el de los preparativos, indagando en los motivos del viaje y en los núcleos locales con los que los viajeros establecen vínculos no siempre armoniosos; la visita propiamente dicha, lo que suele comprender un protocolo establecido de conferencias, clases, viajes de estudio y entrevistas en la prensa; y, por fin, las marcas que deja el viaje en el visitante y en el medio local.
Luego de reconstruir el viaje que Pietro Gori realiza a la Argentina de fin de siglo, donde permanece cuatro años y se vincula tanto con el anarquismo local como con la elite intelectual, el libro da cuenta de visitas que, como la del krausista español Rafael Altamira o la del líder radical francés Georges Clemenceau, tienen lugar hacia el Centenario. A continuación, dos trabajos presentan visitas en espejo: las de Jean Jaurès y León Duguit en 1911, iluminando las diferencias tanto en sus posiciones en el escenario político e intelectual francés como en las redes con las que interactuaron en la Argentina; y las de José Ortega y Gasset y Eugenio D'Ors, trazando una línea de continuidad que sostiene una lectura vitalista y juvenilista. A estos trabajos le siguen otros dos que reconstruyen los impactos disímiles que una misma visita, la de Albert Einstein en 1925, produce en dos medios muy distintos, la comunidad científica y la comunidad judía argentina.
El libro se cierra con artículos que, abordando los años '20 y '30, dan cuenta de una serie de visitas caracterizadas por el malentendido: Le Corbusier no encuentra en la Argentina los encargos esperados, Filippo Marinetti parece menos innovador que lo augurado, Jacques Maritain desaira a los nacionalistas que esperan encontrar en él a un portavoz autorizado, Waldo Frank propone la creación de una revista americanista y surge Sur, Rabindranath Tagore se recluye en una quinta prestada por Victoria Ocampo. El ejemplo del indio, cuya contravención del protocolo establecido por los viajeros no hace más que popularizar su imagen de misterioso sabio oriental, muestra que el malentendido puede ser muy productivo.

Ricardo Martínez Mazzola


 

Sandra Fernández y Paula Caldo, La maestra y el museo: gestión cultural y espacio público, 1939-1942, Rosario, El Ombú Bonsai, 2013, 172 páginas

La maestra y el museo se detiene en el estudio de una figura singular del magisterio normalista, la de Olga Cosettini, y en un episodio que la tiene como protagonista: en 1939 organiza en el Museo Municipal de Bellas Artes J. B. Castagnino de la ciudad de Rosario una muestra denominada El niño y su expresión, en la que se expusieron los trabajos de arte realizados por los alumnos de la escuela de la que ella era directora. El libro de Sandra Fernández y Paula Caldo, escrito en clave de historia cultural y también haciendo uso de las herramientas de la historia intelectual, ensaya un análisis detallado sobre cómo se gesta ese acontecimiento y cómo este se constituye en un episodio clave en el itinerario de una de las protagonistas del movimiento de la escuela nueva en la Argentina.
El cuerpo principal del texto está dividido en cinco secciones que se ocupan de diversos aspectos relacionados con la vida y las prácticas de esta maestra. En el primero se discute el contexto político e ideológico en que se desarrolla el experimento educativo de Cosettini. El énfasis está puesto en explicar cómo pudo surgir una propuesta educativa progresista en un contexto político marcado por el fraude y el recorte de las libertades individuales. La segunda sección pone el lente sobre la figura misma de Cosettini, a la que describe como un producto del normalismo pero también como una intelectual. En este punto reside una de las apuestas más interesantes y productivas de Fernández y Caldo: recuperar a los miembros del magisterio como un objeto de estudio de la historia intelectual. Al respecto las autoras afirman que las investigaciones sobre intelectuales se concentran en torno de figuras masculinas y donde "las mujeres quedan en muchos casos fuera del ámbito de lo intelectual". "Exclusión" que, para Fernández y Caldo, "es aun más contundente para el caso de aquellas mujeres que ejercieron el magisterio", dado que esta labor fue naturalizada desde sus inicios como una extensión de la maternidad (p. 78). La tercera y la cuarta sección se centran en el estudio de la muestra y en el libro que de ella se deriva. Las autoras observan cómo un proyecto incubado en lo escolar repercute más allá de este espacio y permite a Cosettini afianzar su lugar entre la intelectualidad de la época. Finalmente, el texto se detiene en el viaje que la educadora realiza los Estados Unidos gracias a una beca Guggenheim. El éxito de Cosettini, según el texto, se sustenta en los méritos de su obra pero también en la capacidad de tejer a su alrededor una densa red de sociabilidad que incluía a algunos de los intelectuales más destacados del momento.

Flavia Fiorucci


 

Mario Glück, La nación imaginada desde una ciudad. Las ideas políticas de Juan Álvarez, 1898-1954, Bernal, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2015, 357 páginas

Resultado de la tesis doctoral que su autor defendió en la Universidad de Rosario, este libro realiza una reconstrucción minuciosa de la biografía intelectual de Juan Álvarez. Autor de ese libro tan singular que es el Estudio sobre las guerras civiles argentinas (1914), Álvarez ofreció una interpretación sobre la organización nacional descentrada de las diferentes tradiciones historiográficas. Y en el seguimiento que hace Glück de los diferentes debates en que participó y a través de los cuales fue construyendo su lugar en las escenas culturales rosarina y nacional (los debates contra los nacionalismos, contra la reforma universitaria, contra el lugar de Buenos Aires), es posible ver que ese descentramiento está muy ligado tanto a una idiosincrasia intelectual que funcionaba a contracorriente, como a la propia identificación de Álvarez con esa ciudad tan especial en el mapa cultural argentino que es Rosario. Es esa la ciudad desde la que imagina la nación, y los contextos intelectuales, sociales, políticos e institucionales en los que su biografía se va tramando, reconstruidos en detalle en el libro, son muy elocuentes acerca del modo en que ese imaginario de Álvarez -liberal, cosmopolita, alberdiano- se fue conformando. Cabe decir, de todos modos, que esa reconstrucción contextual por momentos parece opacar el reconocimiento de su originalidad como historiador, para lo cual sería quizá necesario recuperar una lectura más en profundidad de algunas obras clave, como el Estudio sobre las guerras civiles mencionado o El problema de Buenos Aires en la República Argentina (1918).
En cambio, es lógico que el lugar de Rosario en esta reconstrucción convierta al capítulo sobre la Historia de Rosario (1943) de Álvarez en el epicentro del libro, donde más densamente se encuentra la biografía intelectual con la historia de las ideas. Allí se entiende cómo Álvarez fue construyendo su inconformismo incluso frente al ethos de esa self made city tan vinculado a su personalidad. Para la época en que escribe esa historia se han producido mutaciones muy importantes en sus ideas, y Glück nos muestra cómo se fue desplazando desde el consecuente liberalismo inicial a un conservadurismo nostálgico del orden conservador y obsesionado por el comunismo. Es especialmente elocuente, en ese sentido, el modo en que el libro despliega los cambios que Álvarez va sufriendo en su propia valoración sobre la centralidad de la explicación económica en el Estudio sobre las guerras civiles, desde una primera autocrítica dirigida a contentar a los historiadores de la Nueva Escuela, hasta otra mucho más radical orientada a desligar el libro de cualquier interpretación materialista.

Adrián Gorelik


 

Jorge Nallim, Transformación y crisis del liberalismo. Su desarrollo en la Argentina en el período 1930-1955, Buenos Aires, Gedisa, 2014, 304 páginas

El trabajo de Nallim parte de una constatación: la profunda revisión que la historiografía ha emprendido con respecto a los años '30 y '40 no ha alcanzado a la tradición liberal. Relacionando esa falta con la continuidad de una mirada que limita esa tradición a su vertiente conservadora, representada por los gobiernos de la "Concertación", propone un abordaje que abarque al conjunto de los liberales: a los conservadores, pero también a los radicales, a los socialistas y a los demoprogresistas; a los políticos, pero también a a los intelectuales.
El libro se organiza en forma cronológica. El capitulo 1 subraya que, por concentrarse en las tareas de la construcción estatal, el liberalismo argentino anterior a 1930 estuvo más preocupado por el orden que por limitar el poder, lo que reforzó su dimensión conservadora y el pragmatismo económico. Los capítulos 2, 3 y 4 abordan el período que va de 1930 a 1938. En primer lugar se presentan las posiciones de los actores políticos, dando cuenta de las dificultades de la Concertación, en la que los liberales conservadores convivían con sectores abiertamente antiliberales, y también de las fuerzas opositoras que, aunque recuperaban la tradición liberal para oponerse a gobiernos autoritarios, se mostraban incapaces de construir un liberalismo popular. El capítulo 3, que aborda el espacio intelectual, se centra en la revista Sur, la SADE y el Colegio Libre de Estudios Superiores; el capítulo 4 se ocupa del debate económico y da cuenta de las controversias que las políticas intervencionistas impulsadas desde el gobierno generaron en la propia Concertación y en unas fuerzas opositoras que, aun sin rechazar toda intervención en la economía, tendieron cada vez más a ligarla al autoritarismo político.
Los capítulos 5 y 6 abordan los años de la guerra. Uno indaga el escenario político y el mundo intelectual, ligados a través de tupidas redes, señalando la función disciplinaria que la apelación antifascista cumplía en la vida interna de los partidos; el otro el debate económico, subrayando que, especialmente después de 1943, los antifascistas devenidos en antiperonistas asociaron la defensa de las libertades políticas con la afirmación de la libertad económica. Esa vinculación llegó a su punto máximo en los años peronistas, abordados en el capítulo 7, en el que Nallim se pregunta qué entendían los antiperonistas por liberalismo. Luego de trazar los cruces entre políticos e intelectuales en el mundo antiperonista, responde que esa definición igualaba la libertad política, la cultura universal y -en oposición a un peronismo que apelaba al estatismo-, el liberalismo económico.

Ricardo Martínez Mazzola


 

Alexia Massholder, El partido comunista y sus intelectuales. Pensamiento y acción de Héctor P. Agosti, Buenos Aires, Luxemburgo, 2014, 325 páginas

La historia de los vínculos que establecieron numerosos intelectuales y artistas con los partidos comunistas es un tópico crecientemente visitado por la historiografía. Un mejor acceso a las fuentes editadas e inéditas y una distancia analítica que permite dimensionar este fenómeno político-cultural explican que, paulatinamente, ese capítulo se esté agregando a la historia intelectual del siglo XX. El libro de Massholder se inscribe, en parte, en esa renovación historiográfica. En su estudio sobre la trayectoria del intelectual comunista Héctor Agosti la autora confecciona una historia del entramado de prácticas y representaciones intelectuales ligadas al comunismo en la Argentina. Sin embargo, su objetivo principal no es este, sino comprender, por un lado, las características de la subjetividad militante y la forma en que se construyó el sentimiento de pertenencia partidaria; y, por otro lado, demostrar la originalidad y vigencia del pensamiento de Agosti.
En su intento de probar este último punto, la autora confronta con una interpretación historiográfica, a la que caracteriza como "hegemónica" u "oficial", ligada a la figura del converso José María Aricó. A esa disputa, en la que se cruzan la interpretación sobre los "costos" de la pertenencia partidaria y los debates acerca de los límites y los alcances de la disciplina y la autonomía intelectual, la autora dedica la mayor parte de sus reflexiones. Massholder no esquiva posicionamientos al respecto, lo que por momentos la lleva a un tipo de análisis en el que solo se dirimen errores y aciertos de los sujetos estudiados. Aun así, en su estudio de fuentes variadas sobre la obra y la vida de Agosti, de sus lecturas de Antonio Gramsci y de sus vínculos con otros intelectuales partidarios y extrapartidarios, se expresa el valor de su trabajo historiográfico.

Laura Prado Acosta


 

Cristina Tortti (dir.), Mauricio Chama y Adrián Celentano (co-dirs.), La nueva izquierda argentina (1955-1976). Socialismo, peronismo y revolución, Rosario, Prohistoria, 2014, 256 páginas

El equipo dirigido por Cristina Tortti viene trabajando desde hace años en la reconstrucción de los elusivos recorridos que los grupos de la nueva izquierda argentina emprendieron en los largos sesenta. El libro que se reseña tiene la virtud de, en buena parte gracias al texto con el que Tortti lo abre, ordenar un campo de indagación que suele compartir la fragmentación de su objeto.
Ese orden es particularmente destacable dada la pluralidad de perspectivas de los trabajos reunidos. Algunos proponen una poco habitual perspectiva transnacional: Aldo Marchesi da cuenta del rol que la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), impulsada luego de algunas reticencias por Cuba, tuvo en la consolidación de grupos que adoptaban estrategias de lucha armada -como el PRT en la Argentina, el MIR en Chile o Tupamaros en el Uruguay-; Inés Nercesián reconstruye los vínculos de los núcleos de nueva izquierda argentina con gobiernos nacionalistas latinoamericanos y destaca cómo esas experiencias eran refractadas por las interpretaciones acerca de las disputas políticas dentro del peronismo. Otros abordan experiencias de vinculación entre grupos: Mora González Canosa da cuenta de las tensiones que caracterizaron la experiencia de las Organizaciones Armadas Peronistas, una efímera experiencia de coordinación que entre 1971 y 1972 ligó a FAR, FAP, Montoneros y Descamisados; Mauricio Chama reconstruye la vida de la Comisión de Familiares de Detenidos que, en los años '60, ligó a abogados y militantes peronistas y de izquierda. Finalmente, algunos abordan experiencias políticas particulares: Adrián Celentano analiza el surgimiento de Vanguardia Comunista en el seno de la izquierda socialista, sus debates con la izquierda nacional y las tácticas foquistas, y reconstruye sus apuestas en los movimientos obrero y estudiantil; Juan Alberto Bozza da cuenta del modo en que los grupos radicalizados del peronismo experimentaron agrupamientos y divisiones; Horacio Robles aborda un espacio geográfico acotado, los barrios de la periferia platense, para interrogar el vínculo que Montoneros estableció con los sectores populares.
El libro se cierra con una joya: "Estudiantes y populismo", el capítulo, inédito en castellano, con el que Juan Carlos Portantiero cerraba su libro Studenti e rivoluzione nell' América Latina, publicado en Italia en 1971. El texto es antecedido por un valioso estudio en el que Tortti y Celentano lo señalan como una síntesis de la mirada de la nueva izquierda y lo ligan a otras obras y a las apuestas políticas de Portantiero, arrojando luz sobre las razones por las que el sociólogo habría decidido no incluirlo en la versión castellana del libro.

Ricardo Martínez Mazzola

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