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Prismas

On-line version ISSN 1852-0499

Prismas vol.21 no.2 Bernal Dec. 2017

 

Dossier: La Revolución Rusa en la historia intelectual latinoamericana

La repercusión de la Revolución Rusa en tierras brasileñas. El surgimiento del Partido Comunista del Brasil*

 

Dainis Karepovs
CEMAP-Interludium. Brasil

* Traducción de Ada Solari.

 

¿Cuál fue la repercusión de la Revolución Rusa en tierras brasileñas? Una de las maneras de responder a esta pregunta consiste en examinar la acción de sus caras más visibles: la de la Sección Brasileña de la Internacional Comunista y la del Partido Comunista del Brasil (SBIC-PCB). Surgido como producto, por un lado, de la fracasada experiencia del movimiento obrero liderado por los anarquistas durante la ola de huelgas entre 1917 y 1919, y, por otro lado, del entusiasmo generado por el triunfo de la Revolución Rusa de 1917, el Partido Comunista del Brasil fue fundado, en Río de Janeiro y en Niteroi, entre el 25 y el 27 de marzo de 1922. Como los otros partidos comunistas creados en aquel entonces en todo el mundo, el PCB nació a partir de una escisión dentro de la corriente revolucionaria hegemónica en el movimiento obrero local. Ahora bien, el caso brasileño presentaba desde el comienzo dos características distintivas: por un lado, su núcleo originario provino en gran parte de los grupos anarquistas y, por otro, las ideas comunistas o socialdemócratas eran prácticamente desconocidas en el Brasil. Y a ambas se sumó, como consecuencia lógica, una tercera característica: el tiempo que demoró su constitución. Debido a la falta de informaciones precisas sobre lo que ocurría en la Rusia revolucionaria y sus reales dimensiones, la creación del PCB fue resultado de un largo y lento proceso de discusión.

Al final de ese proceso de casi cuatro años de polémicas llevadas a cabo en todo el país, se puede decir que los resultados en términos de adhesión fueron modestos. En un informe al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC), elaborado poco después del Congreso de fundación del PCB,1 se menciona el número de 165 militantes, distribuidos en los siguientes grupos: Porto Alegre: 15, Recife: 45, San Pablo: 7, Cruzeiro: 13, Río de Janeiro y Niteroi: 70, Santos: 2, y Juiz de Fora: 13. De acuerdo con el informe de marzo de 1922, los nueve delegados presentes en el Congreso fundacional representaban al Partido Comunista del Uruguay, al Bureau de la Internacional Comunista (IC) para la Propaganda en América del Sur, y a los Grupos Comunistas de Porto Alegre, Recife, San Pablo, Cruzeiro, Niteroi y Río de Janeiro. No habían enviado delegados los Grupos Comunistas de Juiz de Fora y de Santos.

En su reunión fundacional el PCB evaluó y aprobó las llamadas veintiuna condiciones de ingreso en la ic, los estatutos del nuevo partido (inspirados en los de la sección argentina), la elección de la Comisión Central Ejecutiva (CCE) y la puesta en marcha de la campaña de ayuda a los "hambrientos del Volga". Las veintiuna condiciones, que habían sido aprobadas en 1920 en el II Congreso de la IC, respondían a una orientación internacional del movimiento comunista en el sentido de definir posiciones en las filas de los socialistas para la formación de partidos comunistas. El presupuesto de dicha orientación era que el desencadenamiento de la revolución, en particular en Europa, era cuestión de meses, y de allí la necesidad de formar partidos con liderazgos ideológicamente firmes.2

El nuevo partido buscó de inmediato legitimarse ante la Internacional mediante el envío de un delegado al IV Congreso de la ic, también en 1922. Sin embargo, debido a la tumultuosa actuación del delegado (el periodista Antônio Bernardo Canellas)3 enviado por el joven partido el PCB no fue reconocido como una sección oficial de la IC; solo fue admitido en la condición de simpatizante y se planteó que la cuestión del reconocimiento sería discutida más adelante en el V Congreso de la IC. Canellas había dejado una imagen poco auspiciosa del partido, que en una resolución de diciembre de 1922 fue caracterizado del siguiente modo:

[...] este Partido no es aún un verdadero Partido Comunista. Conserva restos de la ideología burguesa, sostenidos por la presencia de elementos de la Masonería e influenciados por preconceptos anarquistas, lo que explica la estructura [des]centralizada del Partido y la confusión reinante acerca de la teoría y la táctica comunistas.4

Entre tanto, a raíz del estallido de la revuelta "tenentista"* del 5 de julio de 1922, cuando el gobierno decretó el estado de sitio, la sede del PCB fue invadida y clausurada por la policía, varios militantes fueron encarcelados y se confiscó su documentación. Así, el PCB pasó a la ilegalidad.

Aun cuando estuviese en la condición de simpatizante, el PCB no demoró en traer al territorio brasileño las políticas de la Internacional y siguió adelante con lo que consideraba una política de frente único. Casi un año después, en el primer semestre de 1923, el PCB salió lentamente de la clandestinidad a través de una política de acción común con la Confederación Sindicalista-Cooperativista Brasileña (CSCB). Situada en el campo del llamado sindicalismo "amarillo" o conservador, esta central sindical seguía una orientación nacionalista y mantenía muchos vínculos con el gobierno del país. En el caso brasileño, el PCB, a través de su relación con la CSCB, adaptó la política del frente único a las características locales. Evidentemente, la adecuación dejó afuera el principal objeto de la orientación de la ic: la socialdemocracia. Ahora bien, aun con la salvedad de que no había socialdemocracia a la europea en el Brasil, se puede decir que el PCB, al calificar a la CSCB como "reformista", "socialpacifista", etc., finalmente generaba un discurso en el que se adhería la etiqueta "socialdemócrata" al sindicalismo cooperativista y, por lo tanto, la CSCB pasaba a ser el eje de la política del frente único.

La alianza duró poco. Sin embargo, los comunistas obtuvieron una ganancia importante gracias la difusión de sus ideas en las páginas de un gran diario brasileño, al que la CSCB tenía acceso. Allí se publicó una enorme serie de artículos, tanto de dirigentes del PCB como de las instancias superiores de la IC, lo que permitió que se sentaran las bases para un crecimiento orgánico del partido. Nombres como Minervino de Oliveira, Roberto Morena, y entidades sindicales, como las de los textiles, los trabajadores del mármol y otras, que más tarde tuvieron influencia comunista en su dirección, encontraron en esta convivencia en la CSCB las bases de su adhesión al comunismo.

A comienzos de 1924 estuvo en el Brasil un delegado del CEIC, el argentino Rodolfo Ghioldi, para examinar el accionar del PCB. Al término de su visita Ghioldi llegó a la conclusión de que todo no había sido más que un "malentendido" ocasionado por la "poco feliz actuación" de Canellas en el IV Congreso, donde solo se habían reflejado las opiniones de este y no las del partido. Así, dado que el PCB seguía la línea de la ic, es decir, que estaba "organizado sobre la base de la centralización democrática, tendía al desarrollo de una política de penetración en las masas obreras y no registraba divergencias con respecto a ninguna resolución del Comitern", se concluía en que el dictamen del CEIC no tenía razón de ser y que el partido estaba preparado para ser admitido en la Internacional Comunista.

Así fue que el PCB asistió al V Congreso de 1924 para ser admitido en la IC. En este congreso, conocido como el de la "bolchevización", se establecieron nuevas formas de organización para los pc: "un proceso burocrático cuyo objetivo era suprimir cualquier disenso respecto de la línea mayoritaria, lo que condujo al debilitamiento del régimen de democracia interna en el partido y al empobrecimiento del debate teórico tanto en el CEIC como en las secciones nacionales".5

Además, poco después de la revolución abortada de 1923 en Alemania, Stalin creó la justificación teórica para su política interna. Según su explicación, la derrota había sido resultado de la falta de apoyo del campesinado al proletariado alemán, a diferencia de lo que había ocurrido en Rusia en 1917. Afirmó que el pueblo ruso no debería "quedarse vegetando a la espera de la revolución mundial", que era la perspectiva que hasta entonces había orientado al partido ruso y a la IC . Esto es, para Stalin era perfectamente factible que el socialismo triunfara en un solo país, aun cuando el capitalismo sobreviviese en los países más desarrollados. Esta era la teoría del "socialismo en un solo país", que serviría para transformar el régimen burocrático de Stalin en el objetivo de las luchas de los trabajadores y al que habría que defender de ahora en adelante en todo el mundo. La teoría permitía, por un lado, justificar el de sinterés respecto de la revolución mundial y, por el otro, combatirla.6

Además del escaso interés de la IC por los llamados "países coloniales", incluidos los de América Latina, los cambios en la orientación internacional no habían sido pensados en función de la realidad de la lucha de clases en el Brasil, que era el escenario donde actuaría el nuevo PCB, ni tampoco tuvieron influencias inmediatas. Sin embargo, es importante señalar que fue precisamente en este momento cuando el joven partido fue aceptado formalmente en el "ejército de la revolución mundial" y, por consiguiente, esa fue la perspectiva a partir de la cual evolucionó. No hubo, en efecto, ninguna posibilidad de volver a la época de las discusiones y de la democracia partidaria interna experimentadas en el momento de su creación, en 1919.

La situación configuró un marco curioso para el comunismo en el Brasil. Por un lado, estaban los remotos e inalcanzables "modelos" (el Partido Comunista de la Unión Soviética [PCUS] y la IC), que poca atención prestaban a lo que sucedía en aquel lejano subcontinente, y, por otro lado, el intento del PCB de elaborar una línea de acción encuadrada en los dictámenes de Moscú y compatible con la realidad brasileña. El resultado fue que el partido tuvo muchas dificultades para transformarse en un partido de masas. Sin embargo, al no ser objeto de mayor interés por parte de la dirección de la IC y del partido soviético, el PCB pudo, durante algunos años, desarrollar una acción relativamente autónoma, sobre todo en cuanto a los intentos de concebir políticas a partir de la realidad nacional. Fue un período en el que los comunistas brasileños recibían "consejos" del CEIC y los "adaptaban" de acuerdo con su discernimiento, y aun cuando fracasaran no había por parte de la ic una exigencia de resultados definidos por Moscú.

El PCB pudo entonces desarrollar una serie de iniciativas importantes, así como plantear en el Brasil acciones y propuestas en campos que el movimiento de los trabajadores nunca había considerado como posibles caminos de lucha, sobre todo en virtud de la falta de una tradición socialdemócrata en el país. Cuestiones tales como la organización de segmentos sociales de los trabajadores del campo, de las mujeres, de la juventud, por ejemplo, así como la participación política de los trabajadores en las elecciones y en el parlamento, que poco o nada se habían intentado en el mundo del trabajo de manera continua y organizada, fueron algunos de esos puntos.

El PCB vivió a lo largo de casi toda su existencia bajo una doble presión. En particular después de 1929-1930, cuando se vieron muy presionados por la IC, en la cual, en virtud del llamado principio del "socialismo en un solo país", los comunistas estaban bajo la influencia de los intereses diplomáticos y estratégicos del Estado soviético. Por otro lado, al presentarse como representantes de la IC y, por lo tanto, exhibirse como símbolos de las conquistas de los trabajadores soviéticos, eran ante los ojos de los trabajadores brasileños la expresión de la utopía de la creación de un Estado obrero, y estos, por su parte, les hacían ver el deseo de la realización de dicho anhelo. Al vivir esta doble presión, los comunistas actuaban a veces como aceleradores, otras como frenos de las luchas sociales, siempre subordinados a los intereses del Estado soviético. Ante la falta de líderes capaces de enfrentar esa paradoja, muchos comunistas del Brasil terminaron optando por el culto al aparato, en lugar del enfrentamiento en las calles. Y otras veces, no pocas, las calles prefirieron seguir su marcha y dejar de oír a los comunistas.

Notas

1 Abílio de Nequete y Astrojildo Pereira, "Relatório dos trabalhos de preparação e realização do Congresso Constituinte do Partido Comunista do Brasil", Río de Janeiro, 29 de marzo de 1922 (Archivo del Estado ruso de Historia Social y Política [RossiiskiI Gosudarstvenn II Arkhiv Sotsialnoi I Politicheskoi Issledovan II–RGASPI]).

2 Pierre Broué, História da Internacional Comunista, 1919-1943, vol. I: A ascensão e a queda, San Pablo, Sundermann, 2007, p. 312.

3 En el momento en que se realizó el Congreso de fundación del PCB Canellas estaba en Francia.

4 Antonio Bernardo Canellas, Relatório da delegacia à Rússia, Río de Janeiro, s.c.p., 1923, p. 58. En la respuesta a Canellas, el PCB advierte acerca de un evidente error tipográfico del texto original: "centralizada" en lugar de "descentralizada", en Partido Comunista (SBIC), O Processo de um traidor (O caso do ex-comunista A. B. Canellas), Río de Janeiro, s.c.p., 1924, p. 16. * Las rebeliones "tenentistas" fueron movimientos político-militares en los que participaron ampliamente oficiales de puestos inferiores de las fuerzas armadas, sobre todo tenientes. [N. de la T.]

5  Paulo Sérgio Pinheiro, Estratégias da ilusão-A Revolucao Mundial e o Brasil (1922-1935), San Pablo, Companhia das Letras, 1991, p. 60.

6 Pierre Broué, História da Internacional, op. cit., vol. I, p. 450.

Bibliografía

Broué, Pierre, História da Internacional Comunista, 1919-1943, vol. I: A ascensão e a queda, San Pablo, Sundermann, 2007.

Canellas, Antonio Bernardo, Relatório da delegacia à Rússia, Río de Janeiro, s.c.p., 1923.

Canellas, Antonio Bernardo, O Processo de um traidor (O caso do excomunista A. B. Canellas), Río de Janeiro, s.c.p., 1924.

Pinheiro, Paulo Sérgio, Estratégias da ilusão– A Revolução Mundial e o Brasil (1922-1935), San Pablo, Companhia das Letras, 1991.

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