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Prismas

versión On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.21 no.2 Bernal dic. 2017

 

Dossier: La Revolución Rusa en la historia intelectual latinoamericana

Los estudiantes de Buenos Aires ante la "ola bolchevique". Discusiones y fracciones ligadas al proceso revolucionario ruso

 

Natalia Bustelo
CEDINICI / UNSAM / CONICET; FFYL-UBA

 

Tuvimos tres días de huelga y anduve hecho un "bolsebicki" –por poco me mandan a presidio–. No te asustes, esto es para nosotros un diploma de honor. Lo que te aseguro es que a pesar de los pesares, estoy entero y no pierdo la esperanza de ser mañana o pasado el jefe del soviet.
Carta del estudiante santafesino Pablo Vrillaud a su familia, mayo de 1919

 

El 15 de junio de 1918, un grupo de estudiantes y jóvenes graduados de la Universidad Nacional de Córdoba interrumpía la elección de rector y con ello iniciaba simbólicamente la Reforma Universitaria, un movimiento político-cultural que se extendería por América Latina erigiendo al estudiante en un nuevo actor social. En los años previos los estudiantes habían iniciado reclamos continentales por una "reforma universitaria", pero entonces no tenían la esperanza –que anuncia Vrillaud en el epígrafe– de que la protesta universitaria deviniera un soviet, ni eran acusados de "conspiradores maximalistas".1 Es que los Congresos Americanos de Estudiantes habían exigido una reforma en afinidad con el liberalismo y las élites político-económicas mientras que el movimiento que comenzó a gestarse a mediados de 1918 se enfrentó a esas élites y terminó por inscribir la identidad estudiantil en una cultura de izquierdas, marcada por el éxito bolchevique.

Atentas a ello las páginas que siguen recuperan las discusiones de los estudiantes porteños en torno del proceso ruso y su vinculación con la conflictividad social argentina. Asimismo, buscan precisar la escisión entre una fracción estudiantil que ligó la Reforma a la emancipación de la humanidad y otra que, convencida de que el bolchevismo solo traía caos, vinculó la Reforma al nacionalismo católico.

El año 1919 argentino se abrió con la Semana Trágica. Las insurrecciones que sucedieron a la huelga en los talleres Vasena y a la sangrienta represión de obreros y judíos acrecentaron el miedo o el entusiasmo que venía despertando la Revolución de Octubre. Desde comienzos de 1918 la gran prensa publicaba noticias sobre el supuesto desembarco de agentes bolcheviques encargados de expandir el caos. Confirmando esas noticias, la policía acusó a declarados bolcheviques como José Ingenieros de instigar las huelgas de enero y comenzó a vigilarlos. E incluso anunció el desmantelamiento de un soviet porteño encabezado por Pinie Wald. En la encarcelación y tortura de este obrero judío polaco se cifra la interpretación antisemita de la Revolución Rusa y del conflicto social argentino: esa revolución se reducía al caos y al misticismo del pueblo ruso, cuyos embajadores locales eran los judíos rusos, pues habrían devenido "agitadores profesionales" de ilegítimas huelgas. Otra fue la interpretación de la UCR: para frenar las disgregantes ideas bolcheviques impuso la censura y para evitar los reclamos legítimos intentó aprobar una legislación laboral. Por su parte, los parlamentarios socialistas insistieron en su proyecto de legislación y denunciaron que la conspiración bolchevique era una excusa para la represión. Los anarquistas y los socialistas que saludaron la vía revolucionaria rusa hicieron la misma denuncia, pero además buscaron que las futuras insurrecciones se guiaran por ideales emancipatorios. Entre los estudiantes se registraron posiciones muy diversas. El joven Juan Probst, poco antes de asumir como presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad porteña de Filosofía y Letras, recordaba que se había hecho fama de conservador por sostener que el carácter de los Centros de Estudiantes "debe ser gremial y como gremios de los estudiantes deben ocuparse exclusivamente de los problemas universitarios".2 En Buenos Aires, esa posición también fue asumida por el Colegio Novecentista –en el que participaba Probst– y la breve Alianza de la Nueva Generación, fundada por Ricardo Rojas en 1919, y primó en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), el Centro de Estudiantes de Derecho y el de Filosofía y Letras. En cambio, el pronunciamiento izquierdista ante los problemas sociales fue defendido, entre otros, por el Ateneo de Estudiantes Universitarios, el Centro de Estudiantes de Medicina, la fua y las revistas estudiantiles y bolcheviques Bases e Insurrexit. Para coordinar ese pronunciamiento el representante de la fua, Gregorio Bermann, fundó la Federación de Asociaciones Culturales (FAC), que aglutinó a numerosos centros socialistas y a unos pocos anarquistas, todos porteños y simpatizantes del bolchevismo. Además de organizar varios mítines masivos, auspició el célebre acto de noviembre de 1918 en que Ingenieros, ante un numeroso auditorio de estudiantes, intelectuales y militantes, saludaba a los bolcheviques y declaraba que su significación histórica residía en haber precisado los ideales de justicia social y emancipación que debían embanderarse a partir del fin de la guerra.

Las federaciones estudiantiles habían establecido en sus estatutos que tenían una condición estrictamente gremial. Pero la discusión se instaló cuando la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) resolvió adherir al paro obrero del 12 de enero de 1919 en protesta por la represión. El mismo día se producía el asalto y saqueo del diario cordobés que apoyaba a los reformistas, La Voz del Interior, y se emitía una orden de captura de varios líderes estudiantiles –era "la revancha contra el 18", recordaría Bermann–.3 Doce días después la FUC ponía a circular una nueva resolución. Allí inscribía la Reforma en un proceso evolutivo dirigido a modificar "la organización social, económica, política e intelectual, teniendo como finalidad inmediata el afianzamiento de la libertad, la verdad y la justicia en todos sus órdenes" y subrayaba la legitimidad de los reclamos obreros.4

La FUBA no editó ningún manifiesto. Realizó una declaración más moderada que la FUC mientras que el Ateneo y la FAC publicaron dos manifiestos que agregaban al posicionamiento de la FUC el repudio al ataque a la colectividad judía. La crítica estudiantil a esos posicionamientos provino de la Revista Nacional, que dirigían los jóvenes Julio Irazusta y Mario Jurado. Allí se ironizaba sobre "la nueva moda de los manifiestos" y la respetabilidad de la colectividad judía al tiempo que se trazaba un nosotros reformista y nacionalista que reclamaba comprensión "al patriotismo, que en ciertas ocasiones se indigna y comete errores".5

Poco después, uno de los fundadores del Colegio Novecentista, Ventura Pessolano, se ofrecía para viajar a Córdoba como representante estudiantil. El epistolario de los reformistas nos ofrece una breve información sobre la estadía. Bermann le había escrito a Barros advirtiéndole del viaje, a vuelta de correo este le aclaraba que "en todo momento de la conversación pasó por uno de los nuestros. aunque, como te digo, ni nos enteramos de su ‘investigación’, conviene que tú pongas los puntos sobre las íes, pues a la FUBA no le reconocemos jurisdicción alguna".6 Efectivamente, Ventura Pessolano no pertenecía al nosotros que inscribía la Reforma en las izquierdas. Su investigación se plasmó en un informe contra las iniciativas de la FUC y, si bien no consiguió la sanción de la fua, logró que en mayo de 1919 la regional porteña anunciara su separación de aquella hasta tanto no se sancionaran las "actividades no universitarias" de la regional cordobesa. Del Mazo, entonces presidente de la fuá, recuerda que esta ya no pudo usar el local de la FUBA, pero ello no suspendió las reuniones sino que las trasladó a su casa.7

Ante la primacía del nacionalismo en la FUBA, otro representante de la fuá, Juan Antonio Solari, ponía a circular el número inaugural de Bases, la primera "tribuna de la juventud" que se declaró abiertamente a favor de la Revolución Rusa. Sus ocho números les propusieron a los estudiantes un socialismo que reivindicaba el legado igualitarista de la Generación del ‘37 y buscaba que el Partido Socialista adhiriera a la Internacional Comunista. Es que Bases no dudaba del "excepcional momento revolucionario" abierto por ese "pueblo que de la libertad hizo su condición, de la generosidad su culto y de la justicia su idea"8 ni de su pronta expansión.9

Los ateneístas optaban por una intervención similar. Poniendo en riesgo su masividad, se declararon "decididamente, de parte de las clases productoras en la lucha entre el capital y el trabajo que hoy divide el linaje humano"10 y para participar de esa lucha le ofrecieron a la foraix ser "oradores, organizadores o cooperadores de los mítines o actos públicos que esa Federación acuerde".11 Además, el Ateneo se incorporó a la Federación que presidía Bermann y reemplazó su voluminosa revista por el breve quincenario Clarín, cuyos diecinueve números siguieron los avatares del conflicto universitario como parte de los tiempos emancipatorios.

A mediados de 1920, Bases era sucedida por Insurrexit y en las otras ciudades universitarias aparecían nuevas revistas que estrechaban los lazos de las estudiantiles con las luchas obreras. En Rosario se fundaron Verbo Libre, La Antorcha y Germinal, en Córdoba Mente y en La Plata Germinal. Estos reformistas se reunieron en una breve Federación de Estudiantes Revolucionarios y tendieron a difundir una interpretación vitalista de la Revolución y la Reforma. Mientras que en torno de Ingenieros se proponía el saludo a los reformistas y los bolcheviques por su impulso a la evolución emancipatoria de la humanidad, Deodoro Roca, Saúl Taborda y Carlos Astrada encabezaban una lectura según la cual el bolchevismo y la Reforma implicaban una ruptura que hacía posible el advenimiento de las verdaderas inquietudes vitales.12

En un intento de combatir ambas versiones izquierdistas de la Reforma, en marzo de 1920 la policía arrestaba a cuatro líderes estudiantiles y ofrecía a la gran prensa las pruebas de un nuevo "complot maximalista", en este caso tramado entre reformistas, obreros anarquistas y el Ministro de Justicia e Instrucción Pública.13 El otro ataque al izquierdismo provino del nacionalismo. Los estudiantes que se sumaron a la Liga Patriótica y la Gran Colecta Nacional encontraron en la Revista Nacional y en los novecentistas Tomás Casares y Adolfo Korn Villafañe a los articuladores de una versión nacionalista y católica de la Reforma. Ambos sentenciaron que la cuestión obrera no se originaba por la falta de legislación, sino por el materialismo y la escasa cultura moral del capitalismo. El maximalismo acrecentaría ambos males pero también ofrecería una oportunidad valiosa: su organización en soviets superaría el individualismo burgués y recordaría la "solidaridad, colectivismo y mayor justicia social", provenientes del Evangelio y solo alcanzables mediante un Estado cristiano.14 El llamado emancipatorio y la legislación obrera no merecían el saludo de esta fracción estudiantil, pues la tarea de la universidad reformista consistía, por un lado, en pulir los valores cristianos capaces de armonizar la sociedad y, por el otro, en "vincular al obrero, por medio de los estudiantes, a una cultura superior".15

Durante los años veinte, Korn Villafañe logró un importante liderazgo en la Facultad porteña de Derecho. El tipo de Reforma que propuso llevó a Ingenieros a aclararle a Eugenio D’Ors que "se trata de pequeñeces que han invertido en Buenos Aires y La Plata el sentido inicial de la reforma estudiantil de Córdoba. Invertido, exactamente".16 Los cordobeses, además de conseguir que en 1921 D’Ors fuera contratado por la Universidad para dictar un curso sobre la filosofía de los nuevos tiempos, en 1922 gestionaron la llegada de otros dos reconocidos intelectuales filobolcheviques: el fisiólogo Georg Nicolai y el economista marxista Alfons Goldschmidt.

Pero a fines de 1922 no solo decrecía la ola bolchevique mundial sino que además en la Argentina disminuían la conflictividad social y la presencia de iniciativas izquierdistas en las facultades y en los grupos estudiantiles. Pasados el miedo y el entusiasmo revolucionarios, la versión nacionalista de la Reforma subsistía mientras que las versiones izquierdistas perdían su radicalidad para optar primero por un antiimperialismo latinoamericano y a partir de 1930 por la incorporación al Partido Socialista, el Comunista o la UCR. Si algo dejaban claro esos derroteros era que los estudiantes ya se habían incorporado a la cultura de izquierdas y ello traería nuevas disputas.

Notas

1 Denunció el líder reformista Enrique Barros que "de Córdoba vino la primera alarma sobre eso que se ha llamado conspiración maximalista. Fueron un fracasado ministril y su adlátere el jefe de policía descalificado […] por sus implacables persecuciones contra la juventud estudiosa liberal, quienes –y esto consta en documentos conocidos– llevaron a las autoridades nacionales las primeras noticias e inquietudes sobre una proyectada revolución social" ("Encuesta de Vida Nuestra sobre la situación de los judíos en la Argentina. Respuesta de Enrique Barros", Vida Nuestra, N° 9, marzo de 1919, p. 197).

2 Juan Probst, "Las elecciones de renovación de la C. D.", Verbum, Nº 53, marzo-mayo de 1920, p. 95.

3 Gregorio Bermann, Scherzo 1918, mimeo, Córdoba, 1968, p. 54.

4 Gabriel del Mazo (comp.), La Reforma Universitaria, Buenos Aires, FUA, 1927, vol. v, p. 61.

5 Esteban Hernández, "Dos manifiestos", Revista Nacional, Nº 4-5, febrero de 1919, p. 278.

6  Carta de Enrique Barros a Gregorio Bermman, 24/02/1919 (subrayado en el original), Fondo documental Reforma Universitaria, Casa de la Reforma, UNC.

7 Gabriel del Mazo, Vida de un político argentino. Convocatoria de recuerdos, Buenos Aires, Plus Ultra, 1976, p. 101.

8 "¡Viva Rusia!", Bases, Nº 4, 10/9/1919, p. 1.

9 "El triunfo bolcheviki en Europa y en Asia", Bases, Nº 9, junio de 1920, p. 1.

10 S/t, Ideas, N° 22, agosto de 1919, p. 21.

11  "Ofrecimiento del Ateneo Universitario", La Organización obrera, 30/08/1919, p. 3.

12 Véase, sobre todo, Carlos Astrada, "El revolucionario eterno", y Saúl Taborda, "El soviet", ambos en Mente, N°1, mayo de 1920, y Deodoro Roca, "La universidad y el espíritu libre", Revista de de la Universidad Nacional de Córdoba, N° 7, septiembre de 1920, pp. 377-383.

13 "Aquel complot maximalista", La Voz del Interior, 24/4/1920, p. 3.

14 Tomás Casares, "El maximalismo", apéndice de La Religión y el Estado, Buenos Aires, Colegio Novecentista, 1919, p. 131.

15 Adolfo Korn Villafañe, Disciplinas de la nueva generación: los derechos proletarios, La Plata, edición propia, 1922, p. 40.

16 Carta de José Ingenieros a Eugenio D’Ors, 17/8/1921. Fondo personal Eugenio D’Ors, Arxiu Nacional de Catalunya.

Bibliografía

Buchbinder, Pablo, ¿Revolución en los claustros? La Reforma universitaria de 1918, Buenos Aires, Sudamericana, 2008.

Bustelo, Natalia y Lucas Domínguez Rubio, "Radicalizar la Reforma universitaria. La fracción revolucionaria del movimiento estudiantil argentino (1918-1922)", Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, vol. 44, N° 2, julio-diciembre 2017 (en prensa).

Doeswijk, Andreas, Los anarcobolcheviques rioplatenses (1917-1930), Buenos Aires, CEDINI, 2013.

Graciano, Osvaldo, Entre la torre de Marfil y el compromiso político. Intelectuales de la izquierda argentina 1918- 1955, Bernal, UNQ, 2008.

Pittaluga, Roberto, Soviets en Buenos Aires. La izquierda de la Argentina ante la revolución en Rusia, Buenos Aires, Prometeo, 2015.

Tarcus, Horacio, "Revistas, intelectuales y formaciones culturales izquierdistas en la Argentina de los veinte", Revista Iberoamericana, Nº 208-209, 2004, pp. 749-772.

Vásquez, Karina, "Intelectuales y política: la ‘nueva generación’ en los primeros años de la Reforma Universitaria", en Prismas, Nº 4, 2000, pp. 59-75.

Fuentes primarias

Publicaciones periódicas

Bases (1919-1920)

Ideas (1915-1919)

La Organización obrera (consultado: 1919)

La Voz del Interior (consultado: 1919)

Mente (1920)

Revista Nacional (1918-1920)

Verbum (consultado: 1920)

Vida Nuestra (consultado: 1919)

Libros y fondos documentales

Bermann, Gregorio, Scherzo 1918, Córdoba, mimeo, 1968.

Casares, Tomás, La Religión y el Estado, Buenos Aires, Colegio Novecentista, 1919.

Del Mazo, Gabriel (comp.), La Reforma Universitaria, 6 vols., Buenos Aires, FUA, 1927.

Del Mazo, Gabriel, Vida de un político argentino. Convocatoria de recuerdos, Buenos Aires, Plus Ultra, 1976.

Korn Villafañe, Adolfo, Disciplinas de la nueva generación: los derechos proletarios, La Plata, edición de autor, 1922.

Fondo documental Reforma Universitaria, Casa de la Reforma, Universidad Nacional de Córdoba.

Fondo documental Reforma Universitaria, Museo de la Reforma, Universidad del Litoral.

Fondo personal Eugenio D’Ors, Arxiu Nacional de Catalunya.

Fondo personal José Ingenieros, CEDINA.

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