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Prismas

versión On-line ISSN 1852-0499

Prismas vol.23 no.1 Bernal ene. 2019

 

Reseñas

Martín Bergel (coord.), Los viajes latinoamericanos de la Reforma Universitaria

Luciana Carreño* 

*Universidad Nacional de Quilmes

Bergel, Martín. Los viajes latinoamericanos de la Reforma Universitaria. Rosario: Humanidades y Artes Ediciones, 2018. 260p.

La publicación de Los viajes latinoamericanos se ubica dentro de una serie de programas académicos, actividades y jornadas desarrolladas con motivo de la conmemoración del centenario de la Reforma Universitaria. Dentro de ese marco, el libro constituye el sexto volumen de la colección “Dimensiones del Reformismo Universitario”, editada por la Universidad Nacional de Rosario bajo la dirección de Natacha Bacolla, Diego Mauro y Alejandro Eujanian. En esa obra colectiva, que como su nombre lo indica rescata las distintas facetas y experiencias a las que dio lugar el reformismo, el libro busca dar cuenta de la proyección latinoamericana, y aun internacional, de la Reforma a través de una práctica articuladora, el viaje, como mecanismo clave que hizo posible su expansión continental. A lo largo de diez ensayos, el tópico del viaje se desarrolla por medio de los desplazamientos, giras y estadías en el extranjero de figuras vinculadas a este movimiento (Pedro Henríquez Ureña, Alfredo Palacios, Víctor Raúl Haya de la Torre, José Vasconcelos, Gabriela Mistral, Julio Antonio Mella, Germán Arciniegas y Arnaldo Orfila Reynal) y a través de experiencias colectivas y prácticas que conectaron a los jóvenes reformistas más allá de sus respectivas fronteras nacionales (en la fundación en París de la Asociación General de Estudiantes Latinoamericanos o en los contactos y sociabilidades latinoamericanas de la “generación del Centenario” en Bolivia).

La reconstrucción de estos itinerarios y casos representativos se desarrolla en sintonía con los enfoques y las temáticas que acompañaron, en las últimas décadas, la renovación de la historia intelectual latinoamericana. En ese sentido, en los distintos ensayos la práctica del viaje no actúa como un apéndice dentro de una determinada trayectoria intelectual que cumple el rol de “mensajera” sino como uno de los soportes en el cual se lleva a cabo la producción y circulación de ideas asociadas al reformismo (el latinoamericanismo, el juvenilismo en clave vitalista o generacional, el antiimperialismo, el indigenismo, etc.). A su vez, los viajes constituyen una instancia central, pero no exclusiva, dentro de un variado repertorio de prácticas (performances, giras, conferencias, círculos de lectura) y soportes (revistas, cartas, editoriales) que les permiten a los autores dar cuenta de los procesos intelectuales y de las distintas comunidades y grupos de intervención política-cultural.

Si bien la noción de viaje que se emplea en los trabajos admite una variedad de sentidos, se destacan algunas características que comunican los viajes con el proceso de deslocalización que experimentó el reformismo. Estos aspectos son abordados en la introducción a cargo de Martín Bergel, coordinador del volumen. Por un lado, la Reforma dio lugar al viaje geográfico, al buscar interpelar y continuarse en otras latitudes. Por otro lado, habilitó el viaje social al buscar conectar sus reivindicaciones con las de grupos subalternos y trascender las fronteras estrictamente universitarias. Entre ambos polos, la experiencia reformista tuvo en la práctica del viaje, en palabras del autor, “un recurso inestimable para la imaginación ampliada de la comunidad política que aspiraba a representar”. A su vez, esta doble impronta señala un recorte historiográfico por el que optan los autores y autoras, en tanto que se diferencian de otros enfoques que han abordado este movimiento desde distintas dimensiones de estudio (desde el análisis del movimiento estudiantil o la historia social de la universidad y su estudiantado, entre otros ejemplos).

A lo largo de la obra, la recuperación de las trayectorias, redes y soportes en los que se llevó a cabo la circulación del reformismo se realiza sin dejar de lado tanto las intencionalidades y los proyectos intelectuales y políticos de quienes viajaban como las repercusiones y las derivas locales que se generaron en ese proceso expansivo. Juan Suriano contempla ambas cuestiones en su estudio dedicado a la figura de Alfredo Palacios. Los viajes de este “maestro de la juventud” constituyen uno de los casos ejemplares del recurso y la función de esta práctica en la construcción transnacional de una comunidad reformista (su visita a Lima en 1919 actuó como uno de los disparadores del proceso reformista en el Perú), pero a su vez implican un viraje dentro de la misma trayectoria política e intelectual del viajero argentino, quien a través de su periplo latinoamericano terminaría por afianzar su compromiso con la causa antiimperialista. En el mismo sentido, en el trabajo de Jorge Myers el viaje y la inserción de Pedro Henríquez Ureña en los grupos y círculos del reformismo antipositivista en la Universidad Nacional de La Plata se explican como un punto de anclaje tras una serie de viajes y vínculos que modularon la construcción y conjunción del americanismo humanista con el antiimperialismo político en la trayectoria intelectual del autor dominicano. Por su parte, el ensayo de Alejandra Mailhe complejiza la función del viajero al analizar las visitas sudamericanas de José Vasconcelos desde un entramado que combina la misión diplomática y propagandística a favor de la revolución mexicana y las afinidades intelectuales que el autor encuentra en la Argentina para construir su tesis del mestizaje cultural como síntesis americanista.

Por medio de la experiencia del viaje, el libro también indaga en las diferentes proyecciones y espacios de arraigo que el reformismo tuvo en cada país, lo cual contribuye a la construcción de una historia comparada de ese movimiento desde distintas perspectivas de estudio. En ese sentido, la circulación y la impronta de las ideas reformistas en Bolivia son analizadas, en el ensayo a cargo de Pablo Stefanoni, en la esfera de las sensibilidades y la conformación de grupos generacionales de gran relevancia en la historia y en las tradiciones políticas de ese país. Por su parte, el trabajo de Manuel Muñiz, sobre la biografía intelectual del líder estudiantil cubano Julio Antonio Mella, también contribuye a plantear posibles e interesantes contrastes en el análisis que este autor desarrolla sobre las prácticas, las formas de escritura, de oralidad y de sociabilidad intelectual que abonaron una sensibilidad reformista entre los jóvenes cubanos.

Los contrastes del reformismo se observan también en relación con el pasado, en el análisis de los cambios que generó este movimiento. El estudio de Martín Bergel, dedicado a los viajes conosureños de Haya de la Torre, reconstruye una serie de rituales y performances, en los cuales se afirmó la construcción de un renovado imaginario americanista a partir de la Reforma. Encarnado en prácticas concretas, en la trayectoria del líder estudiantil peruano este americanismo proponía una nueva y más horizontal forma de diplomacia que contrastaba con los protocolos que, hasta ese entonces, habían caracterizado a los congresos estudiantiles en las primeras décadas del siglo.

En otros ensayos la comparación misma de los procesos reformistas es objeto de reflexión por parte de los autores. Silvina Cormick parte de una contextualización en la que se contrastan los procesos de radicalización política de los estudiantes chilenos y argentinos, para reafirmar la dimensión latinoamericana de ambos movimientos a través de la figura de Gabriela Mistral. La autora reconstruye el papel de Mistral en la difusión del ideario reformista a través de sus viajes, sus iniciativas de educación popular y su inserción en una red de publicaciones, cartas y actividades que la vincularon a sus principales referentes. Por su parte, el ensayo de Carlos David Suárez permite reflexionar sobre las diferencias y las cercanías del reformismo argentino y colombiano a través de los contrapuntos y las afinidades que se plantean en las obras de Germán Arciniegas y en sus intercambios epistolares con distintos intelectuales argentinos.

Finalmente, los trabajos de Michael Goebel y Gustavo Sorá se dedican a desentrañar otras experiencias en las proyecciones internacionales de la Reforma. El estudio de la Asociación de Estudiantes Latinoamericanos en París, a cargo de Goebel, permite no solo observar su anclaje europeo, en el ambiente parisino de entreguerras, sino también sus posibles derivas ideológicas. En la reconstrucción de las actividades y los contactos de esa asociación, el autor se propone analizar, desde una mirada de larga duración, cómo Latinoamérica llegó a ser imaginada como una parte integral del llamado Tercer Mundo. Por su parte, en los viajes y la trayectoria de Arnaldo Orfila Reynal, Gustavo Sorá se centra en otra de las formas y mecanismos por los cuales la Reforma se prolongó en el tiempo, a través de los proyectos intelectuales vinculados al mundo de la edición. Los viajes que llevó a cabo el líder estudiantil platense, como miembro de la comitiva argentina en el Primer Congreso Internacional de Estudiantes celebrado en México en 1921, propiciarían no solamente su posterior instalación en ese país sino también su activa participación en dos sellos editoriales que extenderían las referencias culturales del reformismo, el Fondo de Cultura Económica y Siglo XXI.

Pero más allá de las diferentes aproximaciones, de modo colectivo la propuesta de Los viajes latinoamericanos resulta también tributaria de esta práctica intelectual. Las estancias de investigación, los intercambios personales, los cruces bibliográficos y las pesquisas documentales realizadas en distintos países, que se observan como correlato de la producción de la obra, les permitieron a los autores y autoras llevar a cabo la difícil tarea de reponer los contextos originales de producción intelectual en los cuales se construyó la trama latinoamericana del reformismo. Gracias a ello, y dentro del marco de renovación y reflexión que habilitó la ocasión del centenario de la Reforma, las investigaciones reunidas en el volumen aportan a la construcción de un corpus renovado de fuentes (cartas, archivos personales, memorias, contraste de fuentes periodísticas, entre otras) y a complejizar el conocimiento de este movimiento más allá de los grandes compendios documentales que orientaron por décadas la agenda para su estudio.

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