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Relaciones

Print version ISSN 0325-2221On-line version ISSN 1852-1479

Relaciones vol.43 no.2 Buenos Aires Dec. 2018

 

ARTICULOS

ESTUDIOS BIOARQUEOLÓGICOS DE LA COLECCIÓN DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO MANUEL ALMEIDA (DEPARTAMENTO GUALEGUAYCHÚ, PROVINCIA DE ENTRE RÍOS)

BIOARQUEOLOGICAL STUDIES FROM THE COLLECTION OF THE MANUEL ALMEIDA ARCHAEOLOGICAL MUSEUM (GUALEGUAYCHÚ, ENTRE RÍOS)

 

María Agustina Ramos van Raap* y Clara Scabuzzo**

* Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. E-mail: ramosvanraap.ma@gmail.com
** Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Centro de Investigaciones Científicas y de Transferencia de Tecnología a la Producción, Diamante, Entre Ríos. E-mail: clarascabuzzo@hotmail.com

Fecha de recepción: 29 de diciembre de 2017 Fecha de aceptación: 25 de septiembre de 2018

RESUMEN

El objetivo de este trabajo es presentar los resultados de los estudios bioarqueológicos realizados en conjuntos óseos provenientes de diez sitios arqueológicos que forman parte de la colección del Museo Arqueológico Manuel Almeida (Gualeguaychú, Entre Ríos). Los distintos sitios se ubican en la margen derecha de la cuenca inferior del río Uruguay. Para cada uno de ellos se da a conocer el número mínimo de individuos, la estructura sexo-etaria y se discuten las modalidades inhumatorias a partir de la información obtenida del registro escrito del museo. En total se estimaron 80 individuos de distintas edades y ambos sexos, y se identificaron modalidades de entierro primarias y secundarias. A nivel areal, las investigaciones bioarqueológicas han tenido poco desarrollo, por lo que este trabajo aporta nueva información que permite ampliar el conocimiento sobre las ocupaciones prehispánicas del sur de Entre Ríos.

Palabras clave: análisis bioarqueológicos - colecciones osteológicas - sur de Entre Ríos - Holoceno tardío - prácticas mortuorias

ABSTRACT

The aim of this paper is to analyze the bioarchaeological material from ten sites of the lower basin of the Uruguay River, stored in the Museo Arqueológico Manuel Almeida (Gualeguaychú, Entre Ríos). The bioarchaeological analyses focused on estimating the anatomical composition, the MNI and the sex-age structure for each site of the collection. Based on analyzing catalogue data the precedence of some skeletons was defined and mortuary practices were inferred. A minimum number of 80 individuals of both sexes and dififerent ages have been estimated. It was also possible to recognize primary and secondary burial modalities. At the areal level, bioarchaeological research had little development, so this work provides new information that will extend the discussion on the pre-Hispanic occupations of southern Entre Ríos.

Keywords: bioarchaeological analyses - osteological collections - Southern Entre Ríos - Late Holocene - mortuary practices

 

INTRODUCCIÓN

Entre 1955 y 2004 el señor Manuel S. Almeida realizó trabajos de campo en la margen derecha del río Uruguay, principalmente en el departamento Gualeguaychú (Entre Ríos). Este profesor de nivel secundario de Biología y Física, oriundo de Gualeguaychú y con profundo interés por la arqueología y paleontología, realizó un relevamiento exhaustivo de la zona con distintos colaboradores. Como producto de ello localizó y estudió numerosos sitios arqueológicos, algunos de los cuales habían sido trabajados previamente por otros investigadores (Aparicio 1928; Greslebin 1931; Krapovickas 1957; Cione et al. 1977). Las actividades de campo incluyeron recolecciones superficiales y excavaciones estratigráficas (Almeida 1992). Como producto de estos trabajos se recuperaron numerosos materiales arqueológicos (cerámicos, líticos, faunísticos) y entierros humanos. Almeida consideraba que estos restos correspondían a "dos pueblos que precedieron a los gualeguaychenses: el pueblo Chaná y el pueblo Guaraní", y vinculó al primero con los "ribereños plásticos del área paranaense" (Almeida 1983). La mayoría de los sitios, según Almeida, son lugares sobreelevados artificialmente donde vivían los antiguos pobladores resguardándose de las inundaciones que afectan recurrentemente el área: son "...´cerros´ o elevaciones de tierra de dimensiones variadas, muchos de ellos artificiales..." (Almeida 1971:1). Actualmente, el material arqueológico recuperado en los sitios conforma el acervo del Museo Arqueológico Manuel Almeida (MAMA), ubicado en la ciudad de Gualeguaychú.

Un estudio inicial de la colección del MAMA fue realizado por Bourlot (2008), con el objetivo de contextualizar y difundir la colección. El autor se focalizó principalmente en el análisis de la cerámica y de los artefactos óseos y líticos para abordar las expresiones artísticas y la tecnología de los grupos que habitaron el Litoral entrerriano. En los últimos años se retomaron los estudios sobre la colección en el marco de nuevas investigaciones arqueológicas en el área. Como parte de sus actividades doctorales, Castro realizó trabajos en la cuenca media e inferior del río Uruguay (Castro y Costa Angrizani 2014; Castro y Del Papa 2015; Castro 2017). Producto de ello se ubicaron algunos de los sitios excavados por Almeida, se efectuaron nuevos sondeos en dos de ellos, se hicieron dataciones radiocarbónicas y se reanalizaron los materiales (Castro y Costa Angrizani 2014; Castro 2017). Además, se llevó a cabo el primer estudio bioarqueológico de los entierros humanos depositados en el MAMA (Castro y Del Papa 2015). Este análisis se enfocó en la distribución espacio-temporal de la muestra, la estimación del número mínimo de individuos (NMI) y la composición sexo-etaria de la colección. Los resultados obtenidos permitieron calcular un NMI de 80, entre los que se identificaron dos subadultos y veinte adultos (once femeninos y nueve masculinos; Castro y Del Papa 2015: tabla 1).

Desde el año 2015 las autoras del presente trabajo continuaron las investigaciones bioarqueo-lógicas sobre la mencionada colección, con el fin de aportar al conocimiento de los modos de vida de los grupos humanos que habitaron la cuenca inferior del río Uruguay en tiempos prehispánicos. Se están realizando estudios sobre la salud de los individuos a partir del análisis patológico (óseo y dental), las dietas -a partir de distintos indicadores (entre ellos isótopos estables y microrrestos vegetales contenidos en los cálculos dentales)- y las prácticas mortuorias. La primera etapa de los estudios bioarqueológicos consistió en relevar la totalidad de los conjuntos óseos para cada uno de los sitios y profundizar en los cálculos del NMI y de la estructura sexo-etaria. Para esto último fue incluido el esqueleto postcraneal, que no había sido considerado hasta el momento. Los resultados obtenidos fueron correlacionados con la información ofrecida en el Catálogo de Restos Humanos y en el Catálogo de Yacimientos del museo. Esto permitió conocer las características de las modalidades inhumatorias en algunos sitios.

En este contexto, los objetivos de este trabajo son presentar los resultados de la primera etapa de los estudios bioarqueológicos realizados en diez sitios arqueológicos de la cuenca inferior del río Uruguay que forman parte de la colección osteológica del MAMA, y discutir las modalidades de inhumación inferidas a partir de la información de los catálogos de la institución. Los resultados son contextualizados con la información disponible para cada uno de los sitios arqueológicos y para otros registros de entierros humanos en la cuenca inferior del río Uruguay y áreas aledañas. En conjunto, estos datos permiten ahondar en temas como la variabilidad en las prácticas mortuorias, el acompañamiento de los entierros con distintos objetos y el tratamiento de los cuerpos.

En comparación con otras áreas del sur del Noreste Argentino (NEA), como el Delta Superior e Inferior del río Paraná, el registro bioarqueológico del Uruguay inferior es menor y los estudios realizados sobre los conjuntos osteológicos son escasos. Hasta el momento solo se ha brindado información sobre los hallazgos y se ha realizado la descripción de las prácticas mortuorias (Greslebin 1931; Lafon 1971; Castro y Del Papa 2015). Recientemente, se iniciaron estudios sobre las deformaciones artificiales del cráneo (Del Papa et al. 2018) y sobre la enfermedad degenerativa articular y su relación con el sexo y edad de los individuos (Scabuzzo y Ramos van Raap 2018). En este contexto, los trabajos que se vienen efectuando sobre los entierros humanos hallados por Almeida en el Uruguay inferior aportan información valiosa que permitirá ser abordada, integrada y comparada con la ya conocida para otras áreas del NEA.

MATERIALES Y METODOLOGÍA DE ANÁLISIS

Los entierros humanos estudiados en este trabajo proceden de diez sitios arqueológicos1 (figura 1, tabla 1) localizados sobre la margen derecha de la cuenca inferior del río Uruguay (Iriondo y Kröhling 2008; Marcuzzo 2017). A partir de los trabajos arqueológicos realizados en los últimos años, estos sitios pudieron ser relocalizados y georreferenciados (Castro y Del Papa 2015; Castro 2017).

El conjunto osteológico del museo se encuentra organizado en cajas, cada una con su respectivo número de inventario. La mayoría de estos números coincide con los mencionados en el Catálogo de Restos Humanos (CRH) de la institución. En este documento, para la mayoría de los números, se detalla información sobre el sitio de procedencia, el sector donde fue hallado el entierro y una breve caracterización de éste. De esta forma, cada número de inventario correspondería a una inhumación y así fue interpretado en este trabajo. A partir de las descripciones del CRH, se hizo el relevamiento de los tipos de entierro. En aquellos casos en los que se hace referencia a la posición del cuerpo (por ej. apoyado sobre el lado izquierdo o boca arriba), se asumió en el análisis que se trataba de inhumaciones primarias. En otros casos, en el catálogo se emplea el término "entierro secundario", y así fueron relevados en el análisis.

Es importante remarcar dos puntos. En primer lugar, no todos los entierros humanos hallados por Almeida en los sitios arqueológicos fueron ingresados en el catálogo. En segundo lugar, los traslados edilicios del museo han impactado de forma negativa en la organización y en la información contextual de los materiales (Castro 2017). Por estos motivos, algunos números de inventario no pudieron corresponderse con el sitio del cual provienen, quedando conformado un conjunto osteológico sin procedencia. Este conjunto no será incluido en los resultados de este trabajo, dado que no se dispone de información contextual sobre él. También es importante mencionar que la numeración de algunas de las cajas no se corresponde con la ofrecida en el catálogo. Sin embargo, en su interior contienen etiquetas que indican el nombre del sitio de origen, permitiendo de esta forma conocer su procedencia.

 


Figura 1. Mapa con la ubicación de los sitios arqueológicos de la margen derecha de la cuenca inferior del río Uruguay. Referencias: 1) San Luis Médanos, 2) La Correntina, 3) Cerro Lorenzo 2, 4) Ensenada del Bellaco, 5) Túmulo 1 - Cerro Norte de Machado, 6) Túmulo 2 - Cerro Sur de Machado, 7) Túmulo de Lucuix, 8) Sambaquí de Puerto Landa, 9) Fajina Quemada, 10) Cerro de los Pampas

Tabla 1. Información sobre los sitios arqueológicos con entierros humanos de la cuenca inferior del río Uruguay (colección MAMA)

Sitio

Tipo de sitio

Fechado (años AP)

Referencias

Cerro Lorenzo 2 (CL2)

Montículo sobre albardón

2050 ± 60

Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Sambaquí de Puerto Landa (SPL)

Montículo

630 ± 50

Greslebin 1931; Krapovickas 1957; Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Túmulo 1-Cerro Norte de Machado (T1-CNM)

Montículo

-

Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Túmulo 2-Cerro Sur de Machado (T2-CSM)

Montículo

840 ± 50

Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Cerro de los Pampas (CP)

Montículo

-

Greslebin 1931; Krapovickas 1957; Cione et al. 1977; Castro 2017

San Luis Médanos (SLM)

-

-

Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Túmulo de Lucuix (TL)

Montículo

-

Greslebin 1931; Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Fajina Quemada (FQ)

Montículo

-

Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

Ensenada del Bellaco (EB)

Albardón

526 ± 45

Castro y C. Angrizani 2014; Bonomo et al. 2015; Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

La Correntina (LC)

Albardón

-

Castro y Del Papa 2015; Castro 2017

 

Los trabajos bioarqueológicos se iniciaron con la realización del inventario completo, en el que se consignó el elemento, la lateralidad, la completitud y otras variables como la presencia de pigmento sobre la superficie cortical. El cálculo del NMI se realizó de forma separada para cada uno de los números de inventario/entierros; se consideró el valor de la unidad anatómica más numerosa y se tuvieron en cuenta distintos criterios, como la lateralidad y el estado de fusión y osificación de los elementos. Complementariamente, se realizó una búsqueda de apareamiento de huesos antímeros y huesos anatómicamente adyacentes, siguiendo la metodología de ensamblaje anatómico propuesta por Todd y Frison (1992). Posteriormente, para cada sitio en particular, se calculó el NISP (número mínimo de especímenes óseos), el NME (número mínimo de elementos), el MAU y el MAU% (número mínimo de unidades anatómicas) (Lyman 1994).

Para la determinación sexual y estimación etaria de los individuos se siguieron criterios estándar (Buikstra y Ubelaker 1994; Schaefer et al. 2009). La determinación sexual se realizó en los adolescentes tardíos y adultos a partir de las variaciones en distintos rasgos morfológicos del cráneo y la pelvis (Buikstra y Ubelaker 1994). Asimismo, se aplicaron fórmulas discriminantes en el fémur siguiendo las propuestas de investigadoras que aplicaron dicha técnica en conjuntos óseos del Delta Inferior del río Paraná (Béguelin y González 2008; Mazza y Béguelin 2013). Los criterios empleados para la estimación de la edad de muerte variaron entre individuos subadultos y adultos. Para los subadultos se consideró la secuencia de formación y fusión de centros de osificación, la secuencia de formación y erupción dental (Ubelaker 1989) y las mediciones de longitudes diafsarias de huesos largos (Schaefer et al. 2009). Para los adultos, se evaluaron los cambios morfológicos de la sínfsis del pubis (Todd 1920) y de la superficie auricular y retroauricular del ilion (Lovejoy et al. 1985). Finalmente, se emplearon las categorías de edad propuestas por Buikstra y Ubelaker (1994): infante, niño, adolescente, adulto joven, adulto medio y adulto mayor.

RESULTADOS: LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS Y SU REGISTRO BIOARQUEOLÓGICO

Se analizaron en total 852 elementos óseos y dentales, que corresponden a un número mínimo de 80 individuos (tabla 2). Es importante mencionar que es probable que en el conjunto óseo sin procedencia haya huesos pertenecientes a alguno de los sitios identificados, pero que, por falta de información, no pudieron ser asociados con ninguno de ellos. Los resultados indican una gran variabilidad en el número mínimo de individuos de cada sitio. Como puede observarse en la tabla 2, éste oscila entre aquel en el cual se estimó un NMI de 32 (Sambaquí de Puerto Landa) hasta otros en los que se hallaron huesos de un único individuo (San Luis Médanos, Túmulo de Lucuix y Fajina Quemada). Tomando todos los sitios como conjunto, el 81,25% (n=65) de la muestra corresponde a individuos adultos y el 18,75% (n=15) a subadultos. Entre los primeros, el 75,4% (n=49) quedó bajo la categoría adulto indeterminado debido a la ausencia o mal estado de las estructuras diagnósticas para precisar la edad; se destaca la ausencia de adultos mayores en todos los sitios. Entre los subadultos, fueron identificados infantes, niños y adolescentes. Las determinaciones sexuales (tabla 2) se pudieron realizar en 39 esqueletos; el 35,8% (n=14) fue categorizado como femenino, el 12,8% (n=5) como probable femenino, el 43,5% (n=17) como masculino, y el 7,7% (n=3) como probable masculino. En cuanto a los elementos más representados, en la mayoría de los sitios, el cráneo, la mandíbula y algunos huesos largos (como el fémur y la tibia) presentan los MAU% más altos. Por último, la completitud del esqueleto varió mucho, desde casos donde los esqueletos estaban casi completos hasta otros en los que un individuo estaba representado por un solo hueso. A continuación se detallan, para cada sitio, las características generales y la información bioarqueológica obtenida, haciendo énfasis en las modalidades de inhumación inferidas a partir de la descripción contenida en el CRH (tabla 3).

Tabla 2. Información cuantitativa y sexo-etaria de los sitios analizados

Sitio

Datos cuantitativos

Subadultos

Adultos

NME

NMI

Inf.

Niño

Adolescente

Ad. joven

Ad. medio

Ad. in.

F

M

In.

F

PF

M

PM

F

M

PM

F

PF

M

PM

In.

CL2

387

25

1

3

-

-

-

1

1

6

1

2

1

-

1

-

2

1

5

SPL

256

32

2

3

-

-

-

1

-

-

-

-

-

1

5

-

3

-

17

T1-CNM

60

6

1

-

1

-

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1

-

2

T2-CSM

50

3

-

-

-

1

-

1

-

-

-

-

-

-

-

1

-

-

-

CP

19

3

-

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1

-

-

1

SLM

1

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1

TL

5

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1

-

-

FQ

3

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1

EDB

36

4

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1

-

-

1

1

-

1

LC

35

4

-

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

2

1

-

-

-

Total

852

80

4

8

1

1

1

3

1

6

1

2

2

1

8

4

8

1

28

15 (18,75%)

65 (81,25%)

Referencias: NME=número mínimo de elementos; NMI=número mínimo de individuos; Inf.= infante; Ad.=adulto; In.=indeterminado; F=femenino; PF=probable femenino; M=masculino; PM=probable masculino.

Tabla 3. Información disponible en el CRH y resultados de los análisis bioarqueológicos

Descripción del Catálogo de Restos Humanos

Análisis bioarqueológicos

Sitio

Modalidad

de entierro

inferida

NMI

Grupo etario

Sexo

52 53

Esqueleto completo bien conservado en tierras

arcillosas mezcladas con cenizas de fogones

y bien compactadas. Posición fetal, vertical.

Orientación N.E.

P

1

Ad. joven

M

Grupo de cinco individuos. En total desorden

anatómico. Junto a los restos de los individuos

53 y 54 que mantenían el orden de todo

su esqueleto, se amontonaban en desorden

fragmentados los cráneos y quebrados la

mayoría de los huesos largos de los otros tres

individuos.

P?

1

Ad. in.

M

54

P?

2

Ad. in.

-

Ad. medio

F

55

S

1

Ad. in.

PM

56

S

1

Ad. in.

-

57

S

2

Ad. medio

M

Ad. joven

M

Descripción del Catálogo de Restos Humanos

Análisis bioarqueológicos

Sitio

Modalidad

de entierro

inferida

NMI

Grupo etario

Sexo

67

Orientación Norte. Acostado lado izquierdo.

P

1

Ad. in.

M

71

Orientación N/E. Acostado lado derecho.

P

1

Ad. joven

M

72

Orientación NNE. Extendido boca arriba.

P

1

Ad. joven

F

73

Orientación N. Acostado lado derecho.

P?

2

Ad. in.

-

Ad. in.

PM

76

Orientación N.E. Acostado lado derecho; entierro secundario quizá.

P?

1

Ad. joven

M

80

Infante asociado con los individuos 78 y 79. Ubicado junto al cráneo del n°78, lado derecho.

P?

3

Infante

-

Niño

-

Ad. joven

PF

95

En buen estado. Orientación N. Boca arriba.

P?

2

Ad. in.

-

Ad. joven

F

96

Orientación S.E. Costado derecho.

P

1

Ad. in.

-

97

Orientación N.O. Boca abajo.

P

1

Ad. in.

-

98

Orientación N.O. Costado derecho.

P

1

Ad. in.

F

99

Orientación S.E. Boca arriba.

P

1

Ad. in.

F

100

Entierro secundario. Total desorden anatómico. Huesos muy fragmentados.

S

1

Niño

-

101

Orientación S.E. Boca arriba. Restos totalmente fragmentados y en total desorden.

P?

2

Ad. in.

-

Ad. in.

102

Restos totalmente fragmentados de tres individuos. Entierro secundario.

S

4

Ad. in.

-

Ad. in.

-

Ad. in.

-

Niño

-

74

Orientación SE. Acostado boca arriba. Asociado con los restos del infante (nº75).

P

1

Adoles.

F

75

Los restos de este individuo (infante) estaban

ubicados junto al muslo izquierdo del nº74,

y como rodeados por los huesos del brazo

izquierdo. Acostado lado derecho.

P

1

Infante

-

81

Orientación S. Acostado lado derecho.

P

1

Ad. joven

F

82

Acostado boca arriba. Orientación S.

P

1

Adoles.

M

Referencias: P=primario; S=secundario; In.=indeterminado; Ad.=adulto; Adoles.=adolescente.

 

Cerro Lorenzo 2, también denominado por Almeida como Túmulo del Arroyo Lorenzo, es un montículo emplazado sobre un gran albardón ubicado a 30 m de la margen izquierda del arroyo Lorenzo (figura 1; Castro 2017). Entre los materiales del museo reanalizados por Castro (2017) se destacan 21 cuentas de collar confeccionadas en valvas de Megalobulimus sp., asociadas con un cráneo humano del que se desconoce el entierro de procedencia. El fechado radiocarbónico efectuado sobre uno de los entierros hallados por Almeida (n°72) arrojó una edad de 2050±60 años AP, lo que lo convierte, hasta el momento, en el más antiguo para la margen derecha del río Uruguay (Castro y Del Papa 2015:200). Este sitio fue vinculado con la entidad arqueológica Goya-Malabrigo (Castro 2017).

En el CRH figuran 18 números de inventario para este sitio, de los cuales se localizaron y analizaron 16. Además de estos entierros, se estudiaron otros tres conjuntos óseos cuyas etiquetas indicaban la pertenencia a este sitio. Tales hallazgos podrían corresponder a los números de inventario que figuran en el catálogo pero que no pudieron ser localizados y/o a entierros que no fueron incluidos directamente en el registro del museo. Como producto de esta situación, para estos conjuntos no se cuenta con información acerca de la modalidad de inhumación.

El total de los elementos óseos analizados fue de 387, que corresponden a un NMI=25. Los valores de MAU% más altos corresponden a cráneo, mandíbula y fémur (figura 2). Se encuentran representados individuos de distintas categorías etarias: el 84% (n=21) corresponde a la categoría de adultos, de los cuales nueve pudieron identificarse como adultos jóvenes, tres como adultos medios y nueve como adultos indeterminados. El 16% (n=4) restante son individuos subadultos, entre los que se pudo determinar la presencia de un infante (1-1,5 años) y tres niños (5-12 años; 8-9 años; 3-4 años) (tabla 2). Las determinaciones sexuales pudieron efectuarse en el 64% de la muestra (n=16): cuatro individuos femeninos (un adulto joven, dos adultos medios y un adulto indeterminado), un probable femenino (adulto joven), nueve individuos masculinos (seis adultos jóvenes, un adulto medio y dos adultos indeterminados) y dos probables masculinos (un adulto joven y un adulto indeterminado) (tabla 2).

A partir del análisis del catálogo se infrieron los modos de inhumación en doce entierros, tanto primarios como secundarios (tabla 3). Se registraron nueve inhumaciones primarias de adultos de distintas edades y de ambos sexos. Según la información del catálogo, la posición de los esqueletos es variada: hay individuos colocados en forma fetal, otros en decúbito dorsal extendido y algunos en decúbito lateral tanto derecho como izquierdo. Sin embargo, en algunos de estos entierros se registraron particularidades que hacen dudar de que se trate de la modalidad primaria. Para el entierro n°76 se consigna en el catálogo que el esqueleto se hallaba en posición decúbito lateral, pero a la vez se dice que podría corresponder a un entierro secundario (tabla 3). En el caso del entierro n°73, se hace referencia a un esqueleto acostado sobre su lado derecho, pero cuando se analizó este conjunto óseo se estimó un NMI de dos (tabla 3). En el CRH también sobresale la mención del hallazgo de huesos de un infante (n°80) ubicados junto al cráneo de un individuo adulto (n°78); una vez realizado el análisis del conjunto óseo correspondiente a este contexto, se pudo verificar que el n°80 está conformado por huesos de tres individuos (un infante, un niño y un adulto joven probablemente femenino) y que el n°78 se compone de los elementos de al menos dos individuos (un niño y un adulto joven masculino). También es interesante mencionar el entierro n°79; si bien no fue localizado en el museo, la información del catálogo hace referencia a que el esqueleto estaba apoyado sobre el lado derecho y asociado con los entierros n°78 y 80. Por otro lado, se destaca el conjunto de las inhumaciones n°53 a 57. En el registro del Catálogo de Yacimientos (CY) del museo, se describe lo siguiente:

Es indudable que será muy difícil determinar lo ocurrido pero todo hace presumir que donde fueron enterrados los dos primeros individuos señalados con los n°53 y 54, se realizó una excavación posterior para dar sepultura secundaria a los restos de tres o más individuos, cuyos huesos fueron colocados junto a los dos ya existentes, en total desorden y fragmentados además de muchos huesos faltantes.

Dada esta información, se infere que los entierros n°53 y n°54 serían entierros primarios, en cuyas cercanías se inhumaron, posteriormente y de forma secundaria, los restos de al menos tres individuos (conjuntos n°55, 56 y 57). Al correlacionar la información sobre los tipos de entierro con los análisis sexo-etarios de los conjuntos óseos correspondientes, no se distinguen patrones en cuanto a la modalidad de inhumación y el sexo y/o la edad de los individuos. Finalmente, en algunos de los elementos óseos (n=21) de CL2 se relevó la presencia de pigmento sobre su superficie. Éstos, en su mayoría, corresponden a huesos largos de al menos dos individuos: el adulto joven (20-24 años) probablemente femenino del entierro n°80 y a uno de los adultos de los entierros n°55 a 57.

Sambaquí de Puerto Landa (SPL)

Este sitio es un montículo elipsoidal ubicado a 500 m de la margen derecha del río Uruguay (figura 1; Castro 2017). Fue excavado inicialmente por Greslebin (1931), quien supuso que no era el mencionado por Torres (1911) durante su excursión al rincón de Puerto Landa. Greslebin considera al sitio como totalmente artificial, con la presencia de una continua acumulación de cenizas, pescados y valvas de moluscos. Durante sus trabajos extrajo gran cantidad de restos, entre los que menciona huesos de animales, piedras fragmentadas y numerosos tiestos (1931:36). Décadas más tarde, Krapovickas (1957) estudia tres sitios arqueológicos en la Estancia Rincón de Landa. Uno de ellos, al que nombra Cerro de Godoy, corresponde a SPL trabajado por Greslebin (Castro 2017). A partir de sondeos realizados en este sitio, presenta un esquema estratigráfico y concluye que es un basural sobreelevado por acumulación gradual de desechos. Posteriormente, Almeida realiza sus trabajos de campo en el lugar y encuentra numerosos entierros humanos. Sobre uno de ellos se realizó una datación radiocarbónica, cuyo resultado arrojó una edad de 630±50 años AP (Castro y Del Papa 2015:200). Entre los materiales arqueológicos depositados en el MAMA, reanalizados por Castro (2017), se destacan dos ornamentos labiales inferiores (tembetás) confeccionados sobre valvas de Diplodon sp. Los trabajos más recientes en el sitio corresponden al sondeo estratigráfico realizado por Castro (2017) en el extremo noreste del montículo. Este autor asignó los restos arqueológicos a la entidad Goya-Malabrigo.

En el museo pudieron ser localizados y estudiados los trece números de inventario que f-guran en el CRH. Además, se localizaron y estudiaron otros cinco números de inventario que no figuran en el catálogo, pero tenían etiquetas con el nombre del sitio. Dado que todos los entierros mencionados en el CRH fueron estudiados, es probable que estos cinco números de inventario correspondan a entierros que no fueron incluidos en el registro del museo.

De acuerdo con todos los números de inventario analizados, se determinó un NMI=32. Los elementos óseos estudiados fueron 256 (tabla 2) y los más representados son la mandíbula y el cráneo (figura 2). El 84,4% (n=27) de la muestra corresponde a individuos adultos, entre los que se pudo precisar un adulto joven y un adulto medio; los veinticinco individuos restantes quedaron categorizados como adultos indeterminados. El 15,6% (n=5) se determinó como subadulto, específicamente se identificaron dos infantes (0,5-1,5 años; 1-1,5 años) y tres niños (3-4 años; 5-12 años; 9-12 años). Las determinaciones sexuales pudieron efectuarse en el 31,2% (n=10); seis fueron categorizados como femeninos (un adulto joven y cinco adultos indeterminados), tres como masculinos (todos adultos indeterminados) y uno como probable masculino (adulto medio) (tabla 2).

En cuanto a los tipos de entierro, en el sitio se habría dado la inhumación de los cuerpos tanto de manera primaria como secundaria. Se contó con información sobre las modalidades inhumato-rias para ocho entierros (tabla 3). En cuanto a los entierros primarios, éstos se registraron en seis individuos cuyos esqueletos se encontraban tanto en posición decúbito dorsal (n=3) y ventral (n=1) como decúbito lateral derecho (n=2). Sin embargo, como ocurre en CL2, en dos de los entierros (n°95 y n°101), al correlacionar esta información con los análisis, se pudo constatar que se trataba de inhumaciones de al menos dos individuos cada una (tabla 3). La modalidad secundaria fue registrada en dos casos: un entierro simple (n°100) y un entierro múltiple (n°102) conformado por los huesos de al menos cuatro individuos (tres adultos indeterminados y un niño). Cuando se cruza la información sobre las modalidades de inhumación con la edad y el sexo de los individuos, se observa que los entierros primarios corresponden todos a adultos, dos de ellos femeninos. En los entierros secundarios se inhumaron adultos de sexo indeterminado y subadultos (niños).

Túmulo 1-Cerro Norte de Machado (T1-CNM)

Es un montículo de forma oval que está ubicado a dos metros de la margen derecha del arroyo Bellaco (figura 1; Castro 2017). En el MAMA se conservan materiales líticos, cerámicos e instrumentos óseos confeccionados sobre huesos de distintas especies animales. Este sitio fue vinculado con la entidad arqueológica Goya-Malabrigo (Castro 2017).

En el CRH se mencionan cuatro números de inventario que proceden de este sitio, de los cuales tres pudieron ser localizados y analizados. Más allá de estos entierros, fueron relevados otros dos conjuntos óseos que, a partir de las etiquetas que los acompañaban, pudieron ser asociados con este sitio. Ambos números, como se aclaró para los sitios anteriores, podrían corresponder a entierros que no fueron incorporados al catálogo.

En total fueron analizados 60 elementos óseos correspondientes a seis individuos (tabla 2). Los huesos más representados son los cráneos y las mandíbulas (figura 2). De los seis individuos, tres fueron determinados como adultos indeterminados, dos como adolescentes (17-20 años; 12-15 años) y uno como infante (1-1,5 años). Las determinaciones sexuales pudieron realizarse únicamente en uno de los adultos y en uno de los adolescentes, que corresponden a un individuo masculino y a un femenino, respectivamente. Los cuatro individuos restantes (dos adultos, un adolescente y un infante) quedaron bajo la categoría de sexo indeterminado (tabla 2). Según la información del catálogo se pudo inferir el entierro de manera primaria de al menos dos individuos (el adolescente femenino -n°74- y el infante -n°75-), que conformarían una inhumación múltiple. Ambos esqueletos presentaban distintas posiciones: decúbito dorsal (n°74) y decúbito lateral derecho (n°75) (tabla 3).

Túmulo 2-Cerro Sur de Machado (T2-CSM)

A cinco metros al sudoeste de T1-CNM, se ubica este montículo de forma elipsoidal adyacente a la margen derecha del arroyo Bellaco (figura 1; Castro 2017). En el MAMA se conservan materiales líticos, cerámicos e instrumentos óseos confeccionados sobre huesos de distintas especies animales (Castro 2017). Para este sitio, se cuenta con una datación radiocarbónica de 840±50 años AP, efectuada sobre un hueso humano de uno de los entierros hallados por Almeida (Castro y Del Papa 2015:200). Al igual que el sitio anterior, éste fue vinculado con la entidad arqueológica Goya-Malabrigo (Castro 2017).

En el CRH se mencionan cuatro números de inventario para T2-CSM. De ellos, solo dos pudieron ser localizados y estudiados. Asimismo, fue asociado con este sitio un cráneo y su mandíbula por la etiqueta que acompañaba tales elementos; no se descarta que pueda ser uno de los dos números del catálogo que no fueron encontrados. En total se analizaron 50 elementos óseos de al menos tres individuos: un adulto joven (20-22 años) femenino, un adulto indeterminado probable femenino y un adolescente (18-21 años) masculino (tabla 2). Los huesos más representados son el cráneo y la mandíbula (figura 2). En cuanto a las prácticas inhumatorias, se pudo inferir la presencia de dos entierros primarios probablemente simples, uno en decúbito lateral derecho (el adulto joven femenino) y el otro en decúbito dorsal (el adolescente masculino) (tabla 3).

Cerro de los Pampas (CP)

A 1100 m de la margen derecha del río Uruguay se encuentran dos elevaciones que antiguamente constituían un solo montículo de forma elipsoidal, conocido como Cerro de los Pampas (figura 1; Castro 2017). Este sitio, en momentos posthispánicos, se vio afectado por la construcción de caminos para comunicar las llanuras altas con la costa del río, produciendo así su división en dos sectores (Castro 2017).

Tal como menciona Castro (2017), antes de los trabajos de Almeida, el sitio fue visitado y estudiado por Greslebin (1931), Krapovickas (1957) y Cione y colaboradores (1977). Según detalla Castro (2017), este sitio primero fue denominado por Greslebin (1931) como Túmulo de Estoponda y corresponde al mismo sitio que posteriormente trabajó Krapovickas (1957) y que llamó Cerro de Los Pampas. En la década de 1970 los investigadores Cione, Rizzo y Tonni (1977) presentan los resultados de la excavación de un sector del sitio, con la colaboración del profesor Almeida. Los autores concluyen que el sitio se localiza en un área que no llegaba a afectarse por las inundaciones y que la ocupación del lugar habría sido en momentos pre-guaraníes. Durante su expedición al lugar, Almeida distinguió cinco sectores sobre el albardón y llamó "núcleos" a cada uno de ellos. En el MAMA se conservan materiales líticos, cerámicos y varios instrumentos óseos confeccionados sobre huesos de distintos animales del área. Este sitio fue vinculado con la entidad arqueológica Goya-Malabrigo (Castro 2017).

En el CRH no se mencionan entierros para CP. Sin embargo, a partir de las etiquetas, pudieron ser localizados y asociados con este sitio cinco números de inventario. Tres de ellos están conformados por un solo elemento óseo (húmero, fémur y mandíbula). En total, fueron analizados diecinueve elementos que corresponden a un número mínimo de tres individuos (tabla 2). Este número se estableció a partir de cráneo y mandíbula, que son los huesos más representados (figura 2). Uno de los individuos es un niño de 10-12 años y los dos restantes, adultos indeterminados. Entre estos últimos, uno de ellos fue determinado como probable femenino (tabla 2).

San Luis Médanos (SLM)

Almeida descubrió el sitio a raíz de una tormenta que había dejado expuestos los materiales arqueológicos en una hondonada sobre los médanos. Posteriormente, a partir de los trabajos de Castro (2017), se relocalizó el sitio que se encuentra en la margen derecha del río Gualeguaychú (figura 1). Dada la falta de información sobre los trabajos de Almeida en este lugar y que el área en la que se ubica ha sido muy explotada para la extracción de arena, se desconoce si SLM correspondería a un montículo o no (Castro y Del Papa 2015; Castro 2017).

En el catálogo se mencionan dos números de inventario procedentes de SLM. Para ambos casos, se describe que solo pudieron recogerse fragmentos de cráneo. De ellos, pudo localizarse en el MAMA una bóveda craneana (n°65, figura 3), correspondiente a un individuo adulto indeterminado; la edad y el sexo no pudieron ser estimados debido a la ausencia de partes diagnósticas (tabla 2).

Túmulo de Lucuix (TL)

Este sitio es una elevación de forma semielipsoidal (figura 1; Castro 2017). Los primeros trabajos arqueológicos en el lugar le corresponden a Greslebin (1931), quien en 1926 realizó dos zanjas, observó la estratigrafía del sitio e infrió su construcción artificial. Al distinguir en los alrededores de este túmulo sectores elevados naturalmente, que bien podrían haber sido ocupados sin requerir esfuerzo, el autor concluye que el túmulo fue construido por los pobladores con el fin de "procurarse una pesca fácil, en época de creciente, o en épocas que el régimen del río inundaba continuamente esta zona" (1931:27). Como producto de los trabajos de campo, además de diferentes restos arqueológicos, Greslebin encuentra siete entierros humanos sobre los cuales ofrece las siguientes descripciones (1931:29-30): 1) un entierro primario cuyo cráneo estaba mezclado con tiestos y huesos de ciervo, se encontraba apoyado sobre una capa de cenizas y "se hallaba rellenado, exprofeso, con escamas y con otros residuos de pescado" (1931:29-30); 2) restos de un segundo esqueleto, hallado de forma desarticulada; 3) esqueleto con sus piezas en completo desorden y con señales de incineración; 4) esqueleto en posición decúbito ventral, también con sus piezas desarticuladas; 5) formado únicamente por un fragmento de bóveda craneana y por un trozo de húmero esqueletizado; 6) cráneo acomodado sobre fragmentos de cerámica, y con sus restantes piezas desarticuladas y en desorden. Pese a hablar de esqueletos para cada uno de estos hallazgos e identificar a uno de ellos como un entierro primario, finalmente Greslebin los asigna a entierros secundarios (1931:50). Posteriormente, Almeida visita el sitio como parte de sus trabajos en el área. En el MAMA se conservan algunos instrumentos líticos y óseos productos de estos trabajos de campo.

En el CRH del museo se menciona un solo entierro de este sitio, el cual se vio afectado por la remoción de tierra del túmulo al reparar un camino adyacente. Este número de inventario pudo ser localizado; se encuentra conformado por cinco elementos óseos -cráneo, mandíbula, atlas, axis y sacro- (figura 3) correspondientes al menos a un adulto indeterminado de sexo masculino (tabla 2). No hay registro de la modalidad de inhumación ni posición del cuerpo.

Fajina Quemada (FQ)

Es un montículo elipsoidal ubicado a 40 m de la margen izquierda del arroyo Malo (figura 1; Castro 2017). En el acervo del MAMA, se localizaron algunos huesos de fauna e instrumentos óseos (Castro 2017). En cuanto a entierros humanos, en el CRH no se menciona información relativa sobre este tipo de hallazgos. Sin embargo, en el museo se localizó un conjunto óseo con una etiqueta con el nombre del sitio. Los tres huesos presentes -húmero, cráneo y mandíbula (figura 3)- se encuentran fragmentados e incompletos, y pertenecerían a un individuo adulto del que no se puede precisar su edad ni determinar el sexo (tabla 2).

Ensenada del Bellaco (EDB)

Se encuentra sobre un extenso albardón de arena, emplazado en la desembocadura del río Gualeguaychú (Isla de Goyri; figura 1; Castro y Costa Angrizani 2014). Los primeros trabajos arqueológicos realizados en el lugar corresponden a las investigaciones desarrolladas por Almeida en la década de 1960. Como producto de estas actividades se recuperaron distintos tipos de vestigios arqueológicos, incluidos entierros humanos. En 2013 se relocalizó el sitio con el objetivo de realizar nuevos muestreos y evaluar su potencial informativo (Castro y Costa Angrizani 2014). Los materiales recuperados en las recientes tareas de campo y aquellos depositados en el MAMA fueron estudiados y publicados por Castro y Costa Angrizani (2014). De acuerdo a estas investigaciones, el sitio se interpretó como un asentamiento guaraní donde se realizaron diversas actividades domésticas vinculadas con la producción de instrumentos líticos y vasijas cerámicas y la inhumación de individuos (Castro y Costa Angrizani 2014; Castro 2017). Para este sitio se cuenta con un fechado radiocarbónico de 526±45 años AP realizado sobre hueso humano (Bonomo et al. 2015:63).

En el CRH hay cuatro números correspondientes al sitio, de los cuales se pudieron ubicar y estudiar dos. Además, se localizó un conjunto óseo con una etiqueta con el nombre del sitio. El total de los elementos óseos analizados es 36; la mandíbula y el cráneo son los huesos más representados (figura 2). Los estudios bioarqueológicos permitieron confrmar lo ya mencionado por Castro y Costa Angrizani (2014), esto es un NMI de cuatro. A su vez, se pudieron precisar las estimaciones sexo-etarias de la muestra. Todos los esqueletos analizados corresponden a adultos: un adulto medio (35-44 años) masculino y tres adultos indeterminados, uno probablemente femenino, otro masculino y el tercero de sexo indeterminado (tabla 2). En el catálogo no se hace referencia a las modalidades de inhumación. Sin embargo, para uno de los entierros (n°91) se menciona que "Rodeando la base del cráneo se encontraron más de 300 cuentas de vidrio color azul de indudable procedencia europea"; este collar estaba entre los materiales arqueológicos depositados en el museo (Castro y Costa Angrizani 2014: figura 2g).

La Correntina (LC)

Está ubicado sobre un albardón en la margen derecha del río Gualeguaychú (Isla de Goyri; figura 1; Castro 2017). Entre los hallazgos recuperados por Almeida y resguardados en el MAMA se encuentran, además de entierros humanos, fragmentos cerámicos. A partir del estudio de la alfarería y de las tareas de campo realizadas por Castro (2017) en el lugar, se interpretó al sitio como producto de un asentamiento guaraní.


Figura 2. MAU% de los sitios Cerro Lorenzo 2, Sambaquí de Puerto Landa, Túmulo 1 - Cerro Norte de Machado, Túmulo 2 - Cerro Sur de Machado, Cerro de los Pampas, Ensenada del Bellaco y La Correntina

 

En el catálogo se hace referencia a seis entierros, de los cuales se ubicaron cuatro. Se relevaron en total 35 elementos óseos y, a partir de los cráneos, se estimó la presencia de al menos cuatro individuos (figura 2). Las estimaciones sexo-etarias permitieron reconocer tres adultos indeterminados (dos femeninos, uno probablemente femenino) y un niño (8-12 años) (tabla 2). En cuanto a las modalidades de inhumación, en el catálogo no hay información para este sitio.


Figura 3. Partes esqueletales presentes en los individuos de los sitios San Luis Médanos, Túmulo de Lucuix y Fajina Quemada

DISCUSIÓN

Las primeras menciones sobre hallazgos de restos óseos humanos en sitios de la margen derecha de la cuenca inferior del río Uruguay datan de fines del siglo XIX y principios del XX (Lista 1878; Outes 1912). En la década de 1930 se destacan los trabajos de Greslebin, quien esboza las primeras descripciones sobre las formas de inhumación, a partir de sus trabajos de campo en los sitios Sambaquí de Puerto Landa, Túmulo de Lucuix y Túmulo 1 de la Pesquería Nicolini. En este último sitio, el autor hace mención a tres inhumaciones: una primaria con el esqueleto en posición de cuclillas; una en posición decúbito dorsal, incompleto (le faltaba el cráneo); y dos cráneos aislados. Greslebin sugiere que el segundo esqueleto corresponde a una inhumación secundaria (1931:20). Años más tarde, Badano (1940) reporta el hallazgo de una urna funeraria que contenía fragmentos de un cráneo humano en un sitio en Concepción del Uruguay. En la década de 1970 se destacan los trabajos que Lafon (1971) realizó en el sitio Las Ánimas, donde encontró un esqueleto incompleto sin las extremidades inferiores. Recientemente, se retomaron los trabajos en este sitio donde se hallaron once individuos, enterrados de manera primaria, secundaria y uno indeterminado (Mazza et al. 2018). Otro de los sitios del área con registro bioarqueológico, publicado en los últimos años, corresponde a Cerro Mayor; aquí se recuperaron al menos cinco individuos en un entierro secundario múltiple y en dos entierros indeterminados (Mazza et al. 2018). Finalmente, en el sitio Cerro de Boari 3 se excavó un paquete funerario múltiple, en el que están representados al menos tres individuos (Castro 2017).

En el contexto de estos antecedentes, cobra relevancia la colección del Museo Arqueológico Manuel Almeida. Como se comentó previamente, esta colección bioarqueológica ya había sido estudiada por Castro y Del Papa (2015). En ese trabajo, se estimó un NMI de 80 a partir del cráneo e incluyendo los entierros humanos de un sitio ubicado en el Delta Medio del Paraná (Túmulo 1 - La Argentina) y los entierros de los que se desconoce su lugar de procedencia. El análisis que presentamos aquí constituye una profundización de tales trabajos al incorporar el relevamiento del esqueleto postcraneal, integrar la información obtenida del Catálogo de Restos Humanos de la institución, contextualizar los entierros con la información disponible sobre los sitios y abordar el estudio de las prácticas mortuorias.

A lo largo de este estudio, destacamos la importancia de trabajar con el registro escrito que acompaña las colecciones museológicas (en este caso, los Catálogos de Restos Humanos y de Yacimientos) y vincular tal documentación con los datos obtenidos de los análisis bioarqueológicos. Esto permitió obtener información contextual de los entierros al aportar datos sobre los sitios de procedencia y, en algunos casos, posibilitó conocer las prácticas inhumatorias de varios de ellos. Esto último fue posible para cuatro de los diez sitios arqueológicos estudiados. Específicamente, se identificaron entierros primarios en distintas posiciones y entierros secundarios, tanto simples como múltiples. En CL2 y SPL ambos tipos de inhumaciones habrían estado presentes. En tanto que en T1-CNM y T2-CSM solo se registraron entierros primarios. Al cruzar esta información con los datos sexo-etarios, observamos que las inhumaciones primarias corresponden a individuos de distintas edades y de ambos sexos. Por su parte, en los entierros secundarios están representados subadultos y adultos de sexo masculino. La presencia exclusiva de individuos masculinos en los entierros secundarios es probable que se relacione con la ausencia de partes diagnósticas para poder determinar el sexo de los individuos y no con una elección de los masculinos para conformar estos entierros.

Es importante mencionar que, si bien el catálogo aportó información valiosa para conocer las modalidades de inhumación de los sitios, existen algunos casos en los cuales las determinaciones deben tomarse con cautela. Por un lado, se observaron discrepancias entre la información del catálogo y la obtenida del análisis bioarqueológico. Al estudiar los conjuntos óseos correspondientes a algunos entierros inferidos como primarios simples, los análisis dieron cuenta de la presencia de elementos óseos correspondientes a dos o más individuos (por ej. entierros n°54, n°73 y n°80 de CL2; n°95 y n°101 de SPL). En estos casos no podemos descartar que los huesos de los otros individuos identificados pudieran corresponder a una inhumación adyacente y que, durante su excavación, fueron recogidos todos los elementos juntos. Otra posibilidad podría estar relacionada con la organización de la colección en el museo a lo largo del tiempo. Por otro lado, hubo casos en los que la información del catálogo era confusa. Por ejemplo, el entierro n°101 de SPL, según el CRH, se trataría de un entierro primario ("Orientación S.E. Boca arriba.") pero al mismo tiempo se aclara que en este entierro los huesos están "totalmente fragmentados y en total desorden". En el conjunto óseo correspondiente a este entierro el análisis indicó que están representados al menos dos individuos. Lamentablemente no se disponen de imágenes (fotografías o dibujos) que brinden mayor información sobre este y otros entierros. En este punto es interesante recordar las descripciones realizadas por Greslebin (1931) en los sitios Túmulo de Lucuix y Túmulo 1 de la Pesquería Nicolini (T1PN). El autor menciona cada hallazgo en estos sitios como esqueletos y, en el caso del esqueleto n°2 de T1PN, describe su posición en decúbito dorsal. Sin embargo, pese a las descripciones, los adjudica a entierros de tipo secundarios.

Como fue mencionado anteriormente, en los otros sitios arqueológicos localizados en la margen derecha de la cuenca inferior del río Uruguay también se hace referencia al hallazgo de entierros primarios y secundarios (Greslebin 1931; Lafon 1971; Castro 2017; Mazza et al. 2018). En estos sitios, a diferencia de otras áreas de la región, no hay referencia a la presencia de otras modalidades como son las acumulaciones óseas y los huesos aislados, que han sido distinguidas en varios sitios del sur de Entre Ríos (Ramos van Raap y Bonomo 2016; Scabuzzo y Ramos van Raap 2017; Ramos van Raap 2018). En este caso de estudio no se puede descartar que en los entierros registrados como secundarios se hayan incluido acumulaciones óseas y partes aisladas.

Sin embargo, la falta de información precisa y la ausencia de registro fotográfico y/o dibujos de los entierros, no permite evaluar la presencia de este tipo de modalidades inhumatorias.

Por otro lado, en los estudios realizados en la colección no fueron relevados elementos óseos con señales de termoalteración que indiquen su exposición al fuego. Sin embargo, a nivel areal, Greslebin (1931) hace referencia a la presencia de señales de incineración en uno de los entierros secundarios del sitio Túmulo de Lucuix. Asimismo, en el sitio Las Ánimas se distinguieron huesos quemados de tres individuos adultos contenidos dentro de estructuras mortuorias secundarias (Mazza et al. 2018). El registro de huesos humanos termoalterados se encuentra también documentado en sitios con entierros de áreas colindantes, como el Delta Superior del río Paraná (Cerro Grande de Paraná Pavón -González 1947-, Cerro Grande de la Isla de los Marinos -Gaspary 1950- y Los Tres Cerros 1 -Scabuzzo y Ramos van Raap 2017-). A diferencia de lo registrado en Las Ánimas, en los tres casos del Delta Superior los huesos termoalterados no formarían parte de entierros secundarios. En el caso concreto de Los Tres Cerros 1, este conjunto óseo se encontraba contenido dentro de un fogón, junto con restos arqueofaunísticos, en la cima del montículo (Scabuzzo et al. 2015) y habrían sufrido la exposición al fuego en ese lugar. Este mismo contexto fue descripto por González (1947) en Paraná Pavón, donde se registraron numerosos fragmentos de huesos largos astillados y de cráneo, hallados en la cima del montículo y que corresponderían a "la incineración de un gran número de individuos" (1947:29).

En cuanto a la aplicación de pigmento como parte de los tratamientos mortuorios, solo en algunos de los huesos del sitio CL2 (ca. 2000 años AP) fue registrado el uso de colorante rojizo. Los elementos teñidos corresponden a huesos largos de individuos adultos, al menos uno de ellos inhumado de forma secundaria. El empleo de pigmento en entierros humanos en la cuenca inferior del río Uruguay se ha reportado recientemente para el sitio Cerro Mayor; específicamente en los huesos de un adolescente probablemente masculino inhumado en un paquete funerario simple (Mazza et al. 2018). En este contexto, el hallazgo de huesos con pigmento en CL2 amplía tal registro y permite comenzar a abordar temas como el tratamiento y manipulación de los cuerpos en el área. Es importante destacar que estos registros corresponden a entierros de tipo secundario. A modo comparativo, en el Delta Superior e Inferior del Paraná, el uso de colorante ha sido ampliamente registrado en individuos de ambos sexos y de distintas edades (e.g. Gatto 1939; González 1947; Scabuzzo et al. 2015), no solo en entierros secundarios como en el Uruguay inferior, sino también en inhumaciones primarias (Scabuzzo y Ramos van Raap 2017).

Dentro de la información del catálogo, se destaca la mención de entierros asociados con objetos como acompañamiento mortuorio. La información proviene de los sitios CL2 y EDB. En ambos casos se trata de cuentas de collar, manufacturadas sobre valvas de gasterópodos y sobre vidrio de origen europeo, respectivamente. Al integrar el registro de otros sitios del área, las únicas menciones de acompañamientos corresponden a los sitios Las Ánimas y Cerro Mayor. En el primero, fue encontrado un cráneo de carpincho en cercanías de los entierros (Acosta y Mazza 2016). En el segundo, junto con el individuo juvenil de un paquete funerario simple, fueron encontradas cuentas de collar confeccionadas sobre valvas (Mazza et al. 2018). Estos registros se agregan al ya conocido para otras áreas del sector meridional del Noreste Argentino (véase síntesis en Ramos van Raap 2018). En el Delta del Paraná se han hallado entierros humanos asociados con cuentas de collar confeccionadas sobre restos malacológicos (e.g. Lothrop 1932; Lafon 1971), con restos faunísticos de cánidos y carnívoros (e.g. Gatto 1939; Caggiano 1984; Acosta y Mazza 2016); y también se han reportado entierros asociados con materiales cerámicos (e.g. Outes 1912; Gatto 1939; Bonomo et al. 2016; Castro 2018) e instrumentos óseos (e.g. Lothrop 1932; Lafon 1971).

Los entierros de EDB y LC merecen una discusión aparte por constituir un registro bioar-queológico asociado con la tradición arqueológica guaraní (Castro y Costa Angrizani 2014). Además de la urna funeraria con huesos humanos hallada por Badano (1940), estos dos sitios arqueológicos guaraníes son los únicos conocidos hasta el momento en la cuenca inferior del río Uruguay con entierros humanos. Otros sitios guaraníes con inhumaciones se hallaron en el Delta Inferior del río Paraná y fueron excavados en la primera mitad del siglo XX: Arroyo Fredes, Arroyo La Glorieta y Arroyo Malo (Gaggero 1921; Castro 1926; Lothrop 1932; Vignati 1941). En los últimos años se retomaron los estudios sobre estos sitios, incluyendo el reanálisis de los materiales arqueológicos y de los entierros (Bonomo 2013; Costa Angrizani et al. 2015; Mazza et al. 2016; Ramos van Raap y Bonomo 2016). En los tres sitios las inhumaciones corresponden a urnas funerarias, las cuales contenían restos de individuos subadultos y/o adultos. Asimismo, en tales entierros se repite el uso generalizado de pigmento rojo para colorear los huesos. En Arroyo La Glorieta, una de las urnas tenía también en su interior cuentas de collar y restos fau-nísticos (Castro 1926). Además de las inhumaciones en urna, en Arroyo Malo y Arroyo Fredes se registraron entierros humanos directos en tierra, algunos de ellos pintados de rojo, acompañados con vasijas, restos faunísticos y artefactos líticos (Ramos van Raap y Bonomo 2016). En el caso de los sitios tratados en este trabajo, no se cuenta con información que permita conocer las formas de inhumación. Sin embargo, en EDB, los análisis de Castro y Costa Angrizani (2014: figura 2a) sobre los materiales cerámicos del MAMA, permitieron determinar la presencia de un yapepó y un ñaetá que posiblemente correspondan a una urna funeraria y su tapa. De todas formas, no se descarta la existencia de entierros directos en tierra. En relación con esto último, es sugerente la única descripción disponible en el CRH, que menciona el hallazgo de cuentas de collar sobre la base de un cráneo. Finalmente, un punto a destacar es la ausencia de pigmento rojo sobre los elementos óseos de los sitios EDB y LC, lo que contrasta con el registro de los otros sitios guaraníes.

CONCLUSIONES

Las distintas líneas de estudio bioarqueológicas que se están desarrollando en la colección del Museo Arqueológico Manuel Almeida contribuyen a la reconstrucción de los modos de vida de los grupos que ocuparon la margen derecha de la cuenca inferior del río Uruguay desde ca. 2000 años AP, a partir de la obtención de datos biológicos y de costumbres funerarias. A nivel regional, estas investigaciones aportan a su vez nueva información bioarqueológica a un área poco explorada desde este tipo de investigaciones. Los resultados presentados en este trabajo mostraron una gran variabilidad en el número mínimo de individuos que fueron enterrados en cada uno de los sitios. Se destacan Sambaquí de Puerto Landa y Cerro Lorenzo 2 por el abundante número de entierros y por ser los sitios con mayor registro de restos humanos del área. Los perfles sexo-eta-rios de la mayoría de los sitios indican que éstos fueron usados para el entierro de individuos de distintas edades y de ambos sexos y que no hubo una segregación de los espacios mortuorios. En cuanto a las prácticas inhumatorias, los análisis del catálogo permitieron conocer la inhumación de los cuerpos de manera primaria y secundaria y no se reconocieron otras modalidades como las registradas en otras áreas del NEA. El empleo de pigmento sobre los huesos humanos también fue una práctica utilizada por las poblaciones que habitaron el Uruguay inferior, aunque los casos hasta ahora reportados son menores que los conocidos para el Delta del Paraná.

Finalmente, en este trabajo enfatizamos la importancia de trabajar con colecciones osteológicas que se encuentran en distintas instituciones y que han sido generadas hace ya varias décadas. En el caso particular de la colección aquí analizada, la información del catálogo permitió obtener distintos tipos de datos (por ej. modalidades de inhumación, objetos asociados a los entierros y los sitios de procedencia) que posibilitaron contextualizar los entierros y contar con información más detallada sobre éstos.

AGRADECIMIENTOS

Las autoras quieren agradecer a Raúl y Tomás Almeida del Museo Arqueológico Manuel Almeida por permitirnos estudiar la colección y por la buena predisposición y atención en cada una de nuestras visitas. A Juan Carlos Castro por el continuo asesoramiento. A Rodrigo Angrizani por su colaboración en la elaboración del manuscrito. Los trabajos realizados contaron con la financiación de la Agencia Nacional de Promociones Científicas y Tecnológica, proyecto PICT 2014-0813 otorgado a una de las autoras (CS). Finalmente, a los dos revisores externos que ayudaron con sus comentarios a mejorar el manuscrito.

NOTAS

1 La colección osteológica del Museo Arqueológico Manuel Almeida se compone de los restos óseos humanos recuperados en once sitios arqueológicos. Como fue mencionado, en este trabajo se incluye el análisis bioarqueológico de diez de ellos. El restante, Túmulo 1-La Argentina, no fue incluido ya que se ubica en el Delta Medio del río Paraná (Aparicio 1928; Bonomo 2012).

BIBLIOGRAFÍA

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