SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.43 número2EL ENFOQUE AMBIENTAL EN LA ARQUEOLOGÍA ARGENTINA: ANÁLISIS SOBRE SU DESARROLLO EN LA DISCIPLINA A TRAVÉS DE LOS TRABAJOS PUBLICADOS EN LA REVISTA RELACIONESIDENTIFICACIÓN DE FIBRAS DE ALGODÓN EN TORTEROS ARQUEOLÓGICOS PROCEDENTES DE LA LLANURA DE SANTIAGO DEL ESTERO (ARGENTINA): IMPLICANCIAS Y PERSPECTIVAS índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Relaciones

versão impressa ISSN 0325-2221versão On-line ISSN 1852-1479

Relaciones vol.43 no.2 Buenos Aires dez. 2018

 

NOTA

NUEVOS DATOS SOBRE OCUPACIONES TARDÍAS EN LA VERTIENTE ORIENTAL DE LAS CUMBRES CALCHAQUÍES: EL SITIO CASA RUDI 1 (ANFAMA, PROVINCIA DE TUCUMÁN)

NEW DATA ON LATE PERIOD OCCUPATIONS IN THE EASTERN SLOPES OF CUMBRES CALCHAQUÍES: CASA RUDI 1 ARCHAEOLOGICAL SITE (ANFAMA, TUCUMÁN PROVINCE)

 

Agustina Vázquez Fiorani* y Julián Salazar**

* Consejo Interuniversitario Nacional, Universidad Nacional de Córdoba. E-mail: agusforani@hotmail.com. ** Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Estudios Históricos, Universidad Nacional de Córdoba. E-mail: juliansalazar@fifyh.unc.edu.ar

Fecha de recepción: 6 de agosto de 2018 Fecha de aceptación: 12 de noviembre de 2018

 

INTRODUCCIÓN

El Periodo de Desarrollos Regionales (PDR) ha sido insuficientemente estudiado en el área pedemontana (Corvalán 2008). Las perspectivas tradicionales sobre el período en la vertiente oriental de las cumbres Calchaquíes tendieron a producir una homogeneización de los procesos culturales esperando encontrar en las zonas "marginales" fenómenos análogos a los definidos para el valle de Yocavil (Corvalán 2008:376) y a partir de allí, afrmar la existencia de centralización política y estratificación social asociadas a estrategias de "colonización étnica" (Tarragó 2000).

Las características de la vinculación de los grupos asentados en las cuencas pedemontanas, como Anfama, con otras zonas y la existencia de redes de intercambio de bienes e ideas, son ejes relevantes para afinar las explicaciones sobre los procesos de transformación social acaecidos en la época. La presencia de materiales cerámicos considerados alóctonos, las pautas arquitectónicas y las lógicas de construcción y uso del espacio constituyen algunas de las variables a partir de las cuales es posible indagar sobre la existencia de colonias para la explotación de recursos o sobre la complejidad y dinámica de la articulación de los tejidos sociales de las poblaciones del Noroeste argentino (NOA).

Este trabajo se enfoca en la presentación y contextualización de la evidencia material recuperada en la excavación de octubre del 2016 del sitio Casa Rudi 1 (CR1), fundamentalmente en las características depositacionales, los rasgos arquitectónicos, los conjuntos cerámicos y los fechados radiocarbónicos asociados al contexto.

EL PDR EN LAS TIERRAS BAJAS COMO OBJETO DE ESTUDIO

Los estudios sobre el PDR han sido dominados por un sesgo analítico que privilegió los grandes asentamientos de valles y Puna, dejando de lado ambientes como las yungas y piede-montes, considerados "marginales". La producción arqueológica sobre el período se ha concentrado en el análisis de áreas como las quebradas de Humahuaca y del Toro, los valles de Yocavil, Calchaquí y Hualfín, a partir de los cuales se construyeron explicaciones dominantes de los procesos que posteriormente fueron extrapoladas al resto de las regiones. De esta manera, se propusieron modelos de "colonias", en contraposición a aquellos que abogaron por poblaciones locales relativamente autosuficientes con tradiciones culturales autóctonas (Tarragó et al. 1997; Esparrica 2002; Tarragó 2000; Tartusi y Núñez Regueiro 2003; Manasse 2007; Corvalán 2008; Franco Salvi y Molar en prensa).

La primera de estas líneas planteó que durante el segundo milenio de la Era se habrían experimentado procesos tendientes a la centralización política y la estratificación social, que terminaron con la cristalización de una élite dominante que monopolizó las redes de intercambio de bienes y recursos a su favor, a la vez que instauraba una ideología propia que legitimaba su poder a través de distintos símbolos compartidos local y regionalmente (como el estilo Santamariano). En esta línea, se plantea un modelo de complementariedad económica para extraer recursos y proveer a las zonas centrales (Tarragó 2000). La aparición de una cultura material ampliamente difundida en las distintas regiones sirvió para sustentar la existencia de islas étnicas en regiones alejadas de los núcleos densamente poblados (Tarragó et al. 1997; Tarragó 2000; Corvalán 2008).

En contraste, otra línea más reciente sostiene que las evidencias arqueológicas registradas en la vertiente oriental andina indicarían continuidades en la ocupación desde el primer milenio de la Era, pero con transformaciones sustanciales en cuanto a la densidad poblacional, características de la materialidad y maneras de habitar el paisaje (Manasse 2007; Franco Salvi y Molar 2018). Los grupos locales agropastoriles pudieron haber continuado ocupando la región e inte-ractuando con nuevos sistemas sociales y políticos, para dar lugar a manifestaciones materiales y de organización relativamente similares e incluso como un proceso de identificación de las élites mediante un repertorio iconográfico compartido regionalmente (Manasse 2007).

Las dos propuestas alternativas ofrecen marcos explicativos con puntos sólidos, pero aún adolecen de bases empíricas claras y confables generadas en contextos ocupacionales datados, procedentes de los sectores considerados periféricos.

ÁREA DE ESTUDIO

Anfama (S26°44'10.39" y O65°35'20.36") se encuentra en la vertiente oriental de las cumbres Calchaquíes, departamento Tafí Viejo, noroeste de la provincia de Tucumán. Con una altitud que varía entre los 1300 y 3000 m s.n.m., ocupa el piso más elevado de las yungas: el bosque montano. Pese a encontrarse en un espacio neurálgico que vincula al valle de Tafí con las tierras bajas a través de la Ciénega, permanece como un ámbito casi desconocido para la arqueología del NOA. De hecho, la localidad no había sido objeto de estudios sistemáticos, más allá de las exploraciones tempranas de Quiroga (1899). A partir de las prospecciones arqueológicas realizadas por nuestro equipo desde 2014 se han podido identificar unas 200 estructuras que, de manera predominante, conforman unidades residenciales distribuidas en 13 sitios (Salazar et al. 2016).

La mayoría de las líneas de estudio abiertas hasta el momento se han enfocado en las ocupaciones tempranas de la región, es decir, aquellas concentradas en el primer milenio de la Era. La identificación de CR1 (figura 1) fue posible gracias a la recolección superficial de materiales asignables al PDR, en su mayoría fragmentos de cerámica en manos de los comuneros. La excavación realizada en dos sectores de la vivienda de uno de ellos, Rudecindo Chocobar, permitió exponer los restos de una ocupación caracterizada por la presencia de relictos arquitectónicos y un conjunto artefactual compuesto por estilos tardíos que se dató en el siglo XV d.C.


Figura 1. Mapa regional con la ubicación del sitio CR1 en relación con las áreas arqueológicas mencionadas en este trabajo

EL SITIO CASA RUDI 1

Casa Rudi 1 se emplaza en una terraza fuvial del fondo de valle del río Anfama. El sitio se encuentra bastante impactado por la construcción de una serie de viviendas (pertenecientes a la familia Chocobar) en la parte central de dicha terraza, así como por las obras destinadas a la creación y mantenimiento esporádico de un camino. Diversas actividades antrópicas derivadas de lo anterior contribuyeron a generar una fuerte alteración en algunos sectores del sitio, por lo cual éste se encuentra en gran medida soterrado bajo las construcciones actuales.

Sin embargo, en superficie se presentan distintos indicios de actividad humana, entre los cuales se destacan un segmento de muro de 1,5 m de largo, seis concentraciones de instrumentos de molienda fjos y una gran cantidad de materiales arqueológicos, especialmente cerámica, así como otros artefactos en poder de la familia, que incluyen tiestos de estilo Santamariano, dos cabezales de hachas, un instrumento de molienda pasivo (un molino plano móvil) y un pequeño objeto lítico tallado, acanalada en uno de sus extremos, que forma un motivo fálico.

A partir de la identificación superficial de materialidad con características estilísticas tardías, se iniciaron sondeos de 1 m x 1 m en dos sectores del sitio (figura 2.A): el Sector A, constituido por cuatro unidades de excavación (Sondeos 1, 2, 3 y 4) planteadas fuera del cerco que delimita el lote familiar, y el Sector B (sondeo Horno), planteado en el sector norte del recinto.

 


Figura 2. A. Plano del sitio "Casa Rudi 1" en donde se puede observar la disposición de las excavaciones. B. Planta de las cuadrículas "Sector A" a. Sector A (Sondeos 1, 2, 3 y 4)

El sector A se definió por la existencia de rasgos superficiales: los relictos de un muro y una depresión remarcada por la cobertura vegetal, más intensamente verde que en el resto del terreno. Este espacio estaba limitado por dos áreas de alteración, una al este, por una senda y otra al oeste, por un pozo para la extracción de adobe.

La excavación permitió identificar el límite subsuperficial del área de alteración correspondiente al sector del pozo de adobes, donde los materiales arqueológicos prehispánicos se mezclan con restos subactuales, y otro sector no alterado. De esta manera, la capa superior (UE 001) y los estratos de destrucción y relleno de pozo (UE 011 y UE 011b) evidencian efectos de actividades antrópicas postdepositacionales que se refejan en el tipo de materiales recuperados, como vidrio, metal y especímenes óseos de mamíferos grandes (probablemente bóvidos) junto a restos líticos y fragmentos cerámicos. El resto de los depósitos no contiene materiales subactua-les, lo cual hace inferir que presentan contextos de mejor conservación.

En la porción sur y este del área intervenida, se definió la presencia de un muro lineal (UE 005), compuesto por rocas superpuestas de manera horizontal sin argamasa (figura 2.b). Este rasgo tiene continuidad con los relictos estructurales observados previamente y, en conjunto, formarían parte de un recinto de planta rectangular.

En el lado NO del paramento se identificó una superficie consolidada (UE 010) a 60 cm de profundidad, la cual puede ser interpretada como un piso extramuros. A su vez, se identificó un conjunto cerámico sobre un área de sedimento oscuro, probablemente termoalterado, próximo a una concentración de material vegetal carbonizado, que fue datada en 465 ± 20 AP (D-AMS 022988; madera carbonizada), lo que equivale a cal d.C. 1420-1450 (2 sigmas). Los fragmentos cerámicos1 son ordinarios, alisados por marleado, con restos de hollín en la superficie y remontan formando una vasija de contorno simple, restringido con una silueta hemisférica y un asa semicircular aplicada al cuerpo.

Entre el conjunto cerámico (recuperado en UE 002, UE 003, UE 007 y UE 010) se puede percibir una predominancia de tiestos de grupos ordinarios alisados por marleado, que corresponden a ollas de grandes dimensiones, abiertas o cerradas, cuyas superficies presentan gruesas capas de hollín. También se recuperaron restos de cerámica de estilo Santamariano bicolor, correspondientes a pucos cerrados o abiertos, urnas u otras vasijas de morfologías particulares del estilo. Si bien se identificaron en mínimas proporciones fragmentos de Santamariano tricolor, no fue posible establecer la silueta de las piezas (figura 3). Finalmente, se encontraron tiestos Famabalasto negro grabado con decoraciones geométricas que corresponderían a pequeños pucos restringidos. Entre el material lítico2 se pudo identificar una pequeña punta de obsidiana de limbo triangular, de base apedunculada y escotada, fragmentada en una de sus aletas, y otra de cuarzo de la misma tipología, aunque con la presencia de denticulado en las aristas laterales y evidencias de actividades de mantenimiento en su ápice.


Figura 3. Principales estilos cerámicos identificados b. Sector B (Sondeo Horno)

En el sector NO del predio (figura 2.A), se planteó un sondeo de 1 m x 1 m próximo a un aforamiento granítico ya que allí "se habían encontrado un tinajón y dos pucos" aparentemente Santamarianos por su descripción de "dibujos pintados lineales", según testimonios recogidos en las entrevistas a los dueños de la casa. Se identificaron tres capas superpuestas: UE 501, con mucho material orgánico, que no evidenció restos arqueológicos salvo algunos fragmentos de cerámica; UE 502, donde se registró un fragmento Famabalasto negro grabado y varios Santamariano bicolor y; UE 503, donde se recuperaron una serie de fragmentos de urna Santamariana bicolor de considerable tamaño. A su vez, se identificó un fruto de chañar carbonizado3 (Geofifroea decorticans) -lo cual podría indicar la realización de distintas prácticas de recolección en el lugar- que fue datado en 460 ± 20 AP, (D-AMS 022989; fruto chañar carbonizado) cal d.C 1421-1452 (2 sigmas).

Los rasgos de la materialidad recuperados, tanto los referentes a las estructuras arquitectónicas como a los conjuntos artefactuales, especialmente la cerámica, así como las dataciones radiocarbónicas realizadas permiten determinar que CR1 se trata de una ocupación asignable al Período de Desarrollos Regionales. Las evidencias presentadas indican que el sitio constituyó una instalación residencial, en la cual predominaron actividades asociadas al procesamiento y consumo de alimentos. La presencia de fragmentos cerámicos de estilo Santamariano bicolor y Famabalasto negro grabado, así como de arquitectura con características morfológicas de tipo rectangular indican la existencia de algún tipo de relación con las sociedades santamarianas asentadas en los valles, cuya naturaleza es aún un interrogante por resolver.

CR1 EN LA ARQUEOLOGÍA REGIONAL

Las ocupaciones tardías registradas y estudiadas en las tierras bajas tucumanas han sido, hasta el momento, muy reducidas. Las primeras investigaciones de Berberián en El Cadillal (Berberián et al. 1977) y Zárate (Berberián y Soria 1972) así como la tesis doctoral de Heredia (1975) dan cuenta de algunos sitios con una cultura material asociada al PDR, fundamentalmente a partir de los atributos estilísticos de la alfarería. Los trabajos en Mortero Hachado (Esparrica 2002; Corvalán 2008) han identificado un asentamiento del segundo milenio, que ha dado origen a nuevas refexiones sobre la naturaleza del PDR en la región, así como los aportes de Manasse (2007) y Franco Salvi y Molar (2018) en el valle de Tafí.

Debido a que las investigaciones en CR1 aún están en etapas iniciales, creemos que es provechoso relacionar los datos obtenidos hasta el momento con contextos arqueológicos que muestran similitudes en zonas cercanas. El emplazamiento de los sitios en el paisaje, su asociación a espacios productivos, las características arquitectónicas y los componentes estilísticos son elementos que permiten esbozar una comparación inicial entre las localidades.

Casa Rudi 1 conforma una instalación residencial emplazada en el fondo de valle, en un sector de fácil acceso, sin ninguna protección natural o artificial. La proximidad del sitio con un curso de agua importante, en una zona de pendientes poco pronunciadas, coincide con las lógicas de uso del espacio que Manasse (2007) identifica en Tafí, en sitios como Los Cuartos, Barrio Malvinas Argentinas y La Ovejería. En Mortero Hachado también se observa un patrón semejante, donde las estructuras están dispuestas entre los brazos del río homónimo sobre un terreno llano sin dificultades de acceso (Esparrica 2002). Los datos espaciales publicados sobre El Ca-dillal (Berberián et al. 1977) permiten inferir que la ocupación tardía seguía una lógica similar.

Por otro lado, en el valle de Tafí los sitios tardíos guardan una fuerte relación con espacios de producción agrícola, los cuales en algunos casos se hallan muy cerca de las unidades residenciales (Manasse 2007; Franco Salvi y Molar 2018). Sin embargo, en CR1 no se ha encontrado hasta el momento infraestructura productiva o espacios agrícolas, lo cual tiene coherencia con lo registrado para el primer milenio y con observaciones actuales sobre las técnicas productivas, en donde hay poca inversión en infraestructura específica para tal fin (Salazar et. al. 2016) lo cual es compatible con las estrategias de subsistencia predominantes en las tierras bajas (Caria 2004). Sin embargo, en el sitio Mortero Hachado se identificaron una serie de amontonamientos de piedras que podrían ser acequias o canales de riego (Esparrica 2002).

En lo que respecta a la arquitectura, en el PDR son características las estructuras ortogonales generalmente agrupadas en conjuntos de diferentes tamaños, aunque también pueden aparecer aisladas. En Tafí, se identificaron unidades similares asociadas a recintos de menor tamaño, de forma rectangular, circular o monticular, o incluso dispuestos de manera dispersa en el paisaje (Manasse 2007). En Mortero Hachado se observa una tendencia análoga, con unidades construidas con muros de piedra y tapia de forma circular y subrectangular (Esparrica 2002).

En CR1 se logró exponer los relictos de una estructura rectangular y se identificó una técnica constructiva semejante a las de asentamientos cercanos. A diferencia de Mortero Hachado, no se observan indicios de ligante de barro o adobe, aunque los bloques líticos tienen una disposición horizontal formando un muro simple con escasa inversión de trabajo en su terminación que genera un lienzo muy irregular, similar a los identificados en ocupaciones locales del final del primer milenio, como El Sunchal (datada en 1100 AP) y La Perillita (Salazar et al. 2016).

Berberián y colaboradores exhumaron varios ajuares funerarios con alfarería tardía, cuyos fechados radiocarbónicos indican una antigüedad aproximada de 1040 d.C. en el dique "El Cadillal" (Berberián et al. 1977). El conjunto cerámico se compone de varias urnas funerarias, predominantemente de pasta gris gruesa, así como algunas piezas de estilo Santamariano tricolor (Berberián et al. 1977). En Mortero Hachado se recuperaron materiales cerámicos integrados tanto por piezas y fragmentos ordinarios, como por estilos decorados como el Santamariano tri y bicolor o Famabalasto negro grabado (Esparrica 2002; Corvalán 2008). En Tafí del Valle, las investigaciones de Manasse y de Franco Salvi y Molar dan cuenta de conjuntos alfareros similares, donde las tradiciones tardías se conjugan con piezas ordinarias (Manasse 2007; Franco Salvi y Molar 2018).

En CR1 el conjunto material tiene fuertes similitudes, conjugando estilos como el Santa-mariano bicolor y el Famabalasto negro grabado. Sin embargo, se destaca la predominancia de grupos ordinarios alisados por marleado, los cuales han sido identificados en ocupaciones locales del final del primer milenio como El Sunchal.

En el caso de Mortero Hachado, algunos aspectos de su arquitectura, patrón de asentamiento, formas de inhumación, organización del espacio intrasitio y la presencia del estilo cerámico Santamariano fueron interpretados como indicios de una relación estrecha con los grupos asentados en el valle de Yocavil (Esparrica 2002; Corvalán 2008). En contraste, para Manasse (2007) la presencia de estilos cerámicos alóctonos en el valle de Tafí no indicaría la presencia de colonias étnicas de explotación de recursos, sino más bien una serie de estrategias de identificación de las élites locales con grupos de mayor poder y/o prestigio a nivel regional (Manasse 2007).

Aunque las investigaciones aún están en etapas iniciales en CR1, es posible proponer una serie de líneas directrices para abordar la materialidad asociada al PDR en la zona, las cuales podrían ayudar a pensar la naturaleza de los grupos que habitaban la cuenca de Anfama durante el segundo milenio de la Era y las continuidades existentes con las ocupaciones tempranas. Es posible que la lógica de construcción de identidades sociales y las relaciones establecidas con otros grupos hayan excedido las visiones tradicionales que equiparan la difusión de un estilo cerámico con la existencia de islas étnicas (Stanish 1989).

El registro cerámico aparece como el primer elemento para fundamentar la existencia de redes de circulación de ideas y bienes construidas durante el segundo milenio de la Era, en tanto la cerámica Santamariana refeja algún tipo de relación entre la zona y Yocavil. La posible existencia de prácticas extractivas realizadas en el área, así como las ocupaciones poco visibles y quizás estacionales podrían asemejarse a la idea de desprendimientos desde otros espacios para conseguir ciertos recursos, en consonancia con el modelo de complementariedad ecológica (Tarragó 2000). Sin embargo, también se puede pensar que la circulación de un estilo cerámico particular en un área geográfica relativamente amplia no necesariamente indica la fliación iden-titaria ni permite mapear redes genealógicas, sino que pudo obedecer a intercambios de distinta naturaleza entre poblaciones (Scattolin 2007). Esta idea toma fuerza con la gran variabilidad de modos de articular otras materialidades que se observan en los distintos casos comparados.

Consideramos que es posible que en Anfama haya existido una continuidad con las ocupaciones del primer milenio durante el PDR, asistiendo a un proceso de larga duración en la conformación de las identidades y la configuración de las redes de interrelación con otros espacios circundantes. En esta línea, es posible que las modalidades de configuración del espacio hayan mantenido las tendencias fuertemente arraigadas del período anterior, mientras que las pautas de producción y consumo de la alfarería se hayan visto alteradas o infuidas por la incorporación de nuevos parámetros regionales.

La continuación de estudios sistemáticos podría arrojar luz sobre algunas cuestiones fundamentales, sobre todo en torno a los debates entre desarrollos autóctonos o colonias, que han marcado gran parte de las narrativas arqueológicas para el PDR en los valles calchaquíes. La dinámica y duración de las ocupaciones, las características de las prácticas productivas/extractivas, el uso de fuentes de arcilla y/o anti plásticos, los motivos iconográficos, así como otros rasgos morfológicos y tecnológicos del registro cerámico, entre otros indicadores, podrían evidenciar una continuidad en las formas de hacer con respecto a los grupos locales previos, lo que indicaría una producción local, como observan Franco Salvi y Molar (2018) para el caso de Tafí del Valle.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a la Comunidad Indígena Diaguita de Anfama, especialmente a las familias de Rudecindo y Alfredo Chocobar. El proyecto fue financiado por SECyT (UNC), CONICET, Koeki Zaidan Hojin Toyota Zaidan ('í*Í£!ÍHI/í A h 3 ^ Sí 131) The Toyota Foundation [TYTID: D16-R-0718], National Geographic Society [W464-16] y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) a través de la beca estímulo a las vocaciones científicas (EVC).

NOTAS

1    Los conjuntos cerámicos descriptos en esta nota fueron analizados según sus atributos tecnológicos, morfológicos y estilísticos considerando las propuestas de Rice (1987), Balfet et al. (1999) y Palamarczuk (2011), respectivamente.

2    Las puntas de fecha fueron descriptas siguiendo la propuesta de Aschero (1983).

3    El espécimen carpológico fue obtenido a través de la recolección exhaustiva in situ durante la excavación. La identificación taxonómica se realizó por medio de la observación a ojo desnudo y con lupa binocular y la comparación con muestras comparativas disponibles en el laboratorio de Estudios Materiales de la Historia (fifyH-UNC).

BIBLIOGRAFÍA

Aschero, C.

1983. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos. Ms.

Balfet, H., M. F. Fauvet-Berthelot y S. Monzón

1992. Normas para la descripción de vasijas cerámicas. México, Centre d' etudes Meicaines et Centroaméricaines.

Berberián, E., J. García Azcarate y M. Caillou

1977. Investigaciones arqueológicas en la región del dique El Cadillal (Tucumán, Rep. Argentina). Los primeros fechados radiocarbónicos. Relaciones de la S.A.A., vol. XI: 31-53.

Berberián, E. y D. Soria

1972. Investigación arqueológica en el Yacimiento de Zárate (Departamento de Trancas-Tucumán). Informe preliminar. Humanitas. Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, año 1970, n° 22: 165-176.

Caria, M.

2004. Arqueología del paisaje en la cuenca Tapia-Trancas y áreas vecinas (Tucumán-Argentina). Tesis Doctoral Inédita. Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán.

Corvalán, M.

2008. Periferia y marginalidad en la construcción arqueológica: las sociedades prehispánicas tardías de las estribaciones orientales de las Cumbres Calchaquíes (noroeste de Argentina). Maguaré: 365-395.

Esparrica, H.

2002. Nuevas evidencias arqueológicas acerca de la tradición santamariana en el piedemonte septentrional de la Prov. de Tucumán. Actas XIII CNAA, T.II: 211-222. Córdoba.

Franco Salvi, V. y R. Molar

2018. Paisajes agrarios del segundo milenio de la Era en el sector Norte del Valle de Tafí (Tucumán, Argentina). Estudios Atacameños, 57: 45-63.

Heredia, O.

1975. Investigaciones arqueológicas en el sector meridional de las Selvas Occidentales. Revista del Instituto de Antropología, vol. 5: 73-132.

Manasse, B.

2007. Tiempo antes de la conquista española en Tafí del Valle. En B. Manasse, P. Arenas y E. Noli (comps.), Paisajes y procesos sociales en Tafí del Valle. Una mirada interdisciplinaria desde el Valle (Tucumán, Argentina): 137-164. Tucumán, Imprenta de la Universidad Nacional de Tucumán.

Palamarczuk, V.

2011. Un estilo y su época. El caso de la cerámica Famabalasto Negro Grabado del Noroeste Argentino. Oxford, BAR Series.

Quiroga, A.

1899. Ruinas de Anfama. El pueblo prehistórico de la Ciénega. Boletín del Instituto geográfico argentino, 20: 95-123.

Rice, P.

1987. Pottery analysis: a sourcebook. Chicago, University of Chicago Press.

Salazar, J., R. Molar, J. Montegú, G. Moyano, F. Franco, S. Chiavassa-Arias, V. Franco Salvi y J. López Lillo 2016. Arqueología de las ocupaciones prehispánicas en el bosque montano de las Cumbres Calchaquíes (Anfama, Tucumán). Actas del XIX CNAA: 2047-2054. Tucumán.

Scattolin, M. C.

2007. Estilos como recursos en el Noroeste argentino. En A. Nielsen, M. C. Rivolta, M. Seldes, M. Vázquez y P. Mercoli (eds.), Procesos sociales prehispánicos en el sur andino. La vivienda, la comunidad y el territorio, Tomo I: 291-321. Córdoba: Editorial Brujas.

Stanish, C.

1989. Household archaeology: testing models of zonal complementarity in the South Central Andes. American Anthropologist 91, 1: 7-24.

Tarragó, M.

2000. Chakras y pukara. Desarrollos sociales tardíos. En M. Tarragó (ed.), Nueva Historia Argentina, tomo I: 257-301. Buenos Aires, Sudamericana.

Tarragó, M., L. González y J. Nastri

1997. Las interacciones prehispánicas a través del estilo: el caso de la iconografía santamariana. Estudios Atacameños, n° 14: 223-242.

Tartusi, M. y V. Núñez Regueiro

2003. Procesos de interacción entre poblaciones de los valles intermontanos del NOA y las del piedemonte. Anales. Nueva Época "Local, Regional, Global: prehistoria, protohistoria e historia en los Valles Calchaquíes" 6: 43-62.

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons