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Relaciones

versión impresa ISSN 0325-2221versión On-line ISSN 1852-1479

Relaciones vol.44 no.1 Buenos Aires jun. 2019

 

ARTICULO

CAMBIOS Y CONTINUIDADES A LO LARGO DEL HOLOCENO EN EL USO HUMANO DE LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA PUNTA MEDANOSA (PATAGONIA ARGENTINA)

 

Miguel Ángel Zubimendi*

* Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; División Arqueología, Museo de la Plata, Universidad Nacional de la Plata; y Unidad Académica Caleta Olivia - Universidad Nacional de la Patagonia Austral. E-mail: mikelzubimendi@gmail.com

Fecha de recepción: 29 de septiembre de 2018 Fecha de aceptación: 19 de junio de 2019


RESUMEN

La localidad arqueológica Punta Medanosa se ubica en la costa norte de la provincia de Santa Cruz (Patagonia argentina). Los antecedentes permiten plantear que fue utilizada por poblaciones cazadoras-recolectoras a lo largo de, por lo menos, 6000 años, lo que se manifesta a través de una importante y variada riqueza arqueológica. Debido a que mayormente se trata de una playa de acreción, los espacios disponibles en esta localidad cambiaron de forma signi-ficativa durante el Holoceno. En este trabajo presentamos los principales resultados obtenidos de estudios geoarqueológicos en esta localidad arqueológica y tratamos de explorar la relación entre los cambios geomorfológicos ocurridos, la variabilidad en la disponibilidad de territorios y el registro arqueológico. Planteamos también un modelo de uso del espacio considerando los cambios y las continuidades en la distribución, cantidad y tipos de sitios en Punta Medanosa, que creemos refejan el uso que hicieron las poblaciones humanas durante el Holoceno.

Palabras clave: Cambios geomorfológicos - disponibilidad de espacios - SIG - concheros - chenques

CHANGES AND CONTINUITIES ALONG THE HOLOCENE IN THE HUMAN USE OF PUNTA MEDANOSA ARCHAEOLOGICAL LOCALITY (ARGENTINE PATAGONIA)

ABSTRACT

Punta Medanosa archaeological locality is located on the north coast of Santa Cruz Province (Argentine Patagonia). The antecedents allow us to state that it was used by hunter-gatherer populations throughout, at least, 6000 years. The archaeological record is manifested through an important and varied archaeological richness. Due to the fact that it is mostly an accretion beach, the spaces available in this locality changed significantly during the Holocene. In this work we present the results obtained from geoarchaeological studies on this locality and explore the relationship between the geomorphological changes that occurred, the variability in the availability of territories and the archaeological record. We also propose a model of space use considering changes and continuities in the distribution, quantity and types of sites in Punta Medanosa, which we believe refect the use by human populations during the Holocene.

Keywords: Geomorphological changes - space availability - GIS - shellmiddens - chenques


 

INTRODUCCIÓN

La localidad arqueológica Punta Medanosa se ubica en el centro de la costa norte de la provincia de Santa Cruz (de ahora en más CNSC), en el sector sur de la ría Deseado (figura 1). Desde el año 1999 se han realizado diversos estudios de forma sistemática, aunque discontinua, dentro del proyecto de investigación Arqueología de la Costa Norte de Santa Cruz, dirigido desde mediados de la década de 1980 por la doctora A. Castro.

Los estudios realizados hasta el momento han permitido establecer que la porción norte de la localidad arqueológica Punta Medanosa constituye un espacio litoral -de más de 7 km de ex-tensión- con una importante y variada riqueza arqueológica (entre otros, Castro et al. 2001, 2011; Hammond et al. 2013, 2016; Hammond 2015). Las poblaciones cazadoras-recolectoras utilizaron este litoral de forma significativa al menos desde hace 6300 años hasta momentos históricos, lo que denota una secuencia de ocupación de larga duración que abarca parte del Holoceno medio y todo el tardío (Zubimendi et al. 2015; Zubimendi 2019a). Se ha interpretado que, a lo largo del tiempo, este espacio ha sido utilizado de forma intensiva con fines residenciales, en los que se consumieron en gran medida recursos marinos (principalmente pinnípedos y moluscos); incluso mediante la manufactura de instrumentos específicos, como los arpones de hueso, para la captura de pinnípedos (Zubimendi y Beretta 2015). A su vez, la gran cantidad, diversidad e intensidad de artefactos líticos observados permiten afrmar que se desarrollaron actividades residenciales de forma significativa (Mazzitelli 2014). También se han registrado cerámicas y artefactos de molienda de especies vegetales que sugieren la posibilidad de una reducción en la movilidad, al menos en los últimos mil años de ocupación (Castro et al. 2011; Zubimendi et al. 2015).

Una particularidad de Punta Medanosa es la cantidad de entierros humanos, en su gran mayoría chenques (Castro y Moreno 2000; Castro et al. 2001; Zilio et al. 2013; Zubimendi 2019a), que se han identificado. Sin embargo, no son las únicas evidencias de inhumaciones en esta localidad, ya que también se destacan las hechas en médanos y en círculos de piedra (Zilio 2015, 2017). Los entierros de tipo chenque constituyen acumulaciones de piedras de diverso tamaño apoyadas directamente sobre los cuerpos; los entierros en médanos corresponden a restos humanos insertos en la matriz arenosa de los médanos, en general sin ningún tipo de estructura que los delimite. Por último, los entierros en anillo de piedra, identificados hasta el momento únicamente en Punta Medanosa, son estructuras circulares de diez metros de diámetro en cuyo interior se han hallado restos humanos (Zilio 2017). En el caso de los chenques, sobre la base de su gran concentración en ciertas zonas de esta localidad, se ha planteado que algunos espacios habrían sido utilizados reiteradamente con fines funerarios (Zilio 2015), conformando, quizás, lugares persistentes para la práctica de entierros (sensu Littleton y Allen 2007).

En este trabajo, a partir de esta caracterización general de Punta Medanosa y del ordenamiento y sistematización de los principales resultados obtenidos hasta la fecha, se analiza y discute la distribución espacial y temporal del registro arqueológico en relación con los cambios geomorfológicos ocurridos a través del tiempo. De esta forma, siguiendo un enfoque geoarqueológico, se pretende encarar el análisis del registro arqueológico en su dimensión espacial y temporal, así como su relación con los cambios en la morfología del paisaje costero (Favier Dubois et al. 2016). En última instancia, pretendemos discutir y generar un modelo sobre los cambios y las continuidades en las formas de uso de los espacios en esta localidad arqueológica a lo largo del Holoceno por parte de las poblaciones cazadoras-recolectoras del norte de Santa Cruz.


Figura 1. Ubicación de la localidad arqueológica Punta Medanosa y otras localidades mencionadas en el texto

 

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE PUNTA MEDANOSA

Punta Medanosa se ubica en el litoral atlántico de la provincia de Santa Cruz, a aproximadamente 40 km al sur en línea recta de Puerto Deseado, y constituye el límite sur de la bahía de los Nodales (figura 1). Se puede definir como localidad arqueológica Punta Medanosa a la península que abarca todo el litoral y su interior inmediato desde la ensenada Ferrer hasta cerca del sitio Campo de Chenques.1

El clima es árido a semiárido, con un rango de temperaturas que oscila entre los 17°C y 4°C. Las lluvias se concentran en los meses invernales, con un promedio de 200 mm anuales. El viento sopla principalmente del oeste, generando una elevada evaporación y transpiración, lo que resulta en un clima extremadamente seco. Lamentablemente, no existe información paleoclimática de Punta Medanosa, pero se pueden extrapolar los datos del macizo central del Deseado, a unos 100 km al oeste. Los estudios paleoambientales indican que antes del quinto milenio AP existió un período más cálido con fuctuaciones en la humedad efectiva, a su vez, entre 5000 y 3750 años AP se produjo un cambio de condiciones climáticas moderadas a más áridas, a partir de lo cual se establecieron rasgos similares a los del clima actual (De Porras et al. 2009). Ecológicamente, esta localidad se ubica dentro del matorral xerófilo mixto del Golfo San Jorge y pertenece al ambiente de la meseta central (Cabrera 1976). La fauna se encuentra representada por una gran colonia de pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus; Cruz 2007), otras menores de cormoranes (Phalacrocorax sp.) y bancos de moluscos (principalmente Mytilus edulis y Nacella magellani-ca). En el pasado existieron grandes loberías, tanto en la punta como en los islotes adyacentes (Carrara 1952). La fauna terrestre más abundante consiste en choiques (Pterocnemia pennata), maras (Dolichotis patagonica) y guanacos (Lama guanicoe).

La punta propiamente dicha se extiende en sentido este-oeste, tiene unas dimensiones aproximadas de siete por cuatro kilómetros y está formada por una combinación de rocas volcánicas ignimbríticas (Panza et al. 1994) y sedimentitas marinas y terrestres (Constante 2001). Se encuentra parcialmente separada del continente por un sistema de marismas -denominado ensenada Ferrer-, que conforman un conjunto de cursos meandrosos que se inundan con las mareas altas normales. Los pórfdos actúan como roca de base, aforando especialmente en el extremo este y sur, aunque también existen pequeños aforamientos de menores dimensiones en la costa norte. La parte norte está conformada por cordones litorales subparalelos a la línea de costa actual. Hacia el mar, se diferencian depósitos de playa que constituyen varias terrazas marinas holocénicas. Los cordones tienen una altura máxima de entre 7 y 11 msnm (Constante 2001; Medina et al. 2014) y han sido formados con posterioridad a la ingresión marina del Holoceno medio hace entre 7000 y 6000 años AP (Pedoja et al. 2010; Schellmann y Radtke 2010; Ponce et al. 2011). En ellos se observa un muy escaso desarrollo edáfico y de vegetación, aunque en muchos casos se encuentran ocultos por extensas acumulaciones medanosas y mantos de arena, en su mayoría apoyados sobre las paleoplayas. Las acumulaciones de dunas, junto a los fuertes y abundantes vientos, le otorgan al paisaje una gran dinámica. A su vez, en la actualidad, es una zona visitada frecuentemente por turistas, por lo que presenta un gran impacto antrópico moderno (Zubimendi 2017).

DESCRIPCIÓN Y CAMBIOS GEOMORFOLÓGICOS EN PUNTA MEDANOSA

Punta Medanosa constituye un paisaje compuesto, modelado principalmente por procesos aluviales, eólicos y principalmente marinos (Constante 2001, Medina et al. 2014) (figura 2.a). A su vez, se observan extensas acumulaciones de dunas, algunas con cubiertas vegetales y otras en defación activa, así como aforamientos rocosos irregulares que se expresan principalmente en la costa al este y al sur.

Al noroeste de Punta Medanosa se desarrolla la ensenada Ferrer, que corresponde a una planicie de mareas parcialmente ascendida, que suele ser cubierta por aguas someras durante las máximas pleamares o tormentas. Esta se halla separada del mar por cordones litorales recientes, pero comunicada con éste a través de un canal principal estrecho y profundo que, a su vez, se ramifica en canales menores. La planicie de mareas está compuesta principalmente por arenas finas a muy finas, y cubierta por vegetación halófta resistente a condiciones de alta salinidad de cordones mencionados en el texto, aforamientos rocosos, sistemas de dunas y loci datados (los números corresponden a los de la Tabla 1); b), c) y d) secuencia de evolución del área costera (Constante 2001; Medina et al. 2014). De acuerdo a lo planteado por Medina y colaboradores (2014), esta geoforma se habría formado en los últimos 850 años.

 


Figura 2. Mapa geomorfológico de Punta Medanosa. Referencias: a) mapa general con los sistemas

 

Hacia el sudeste de la ensenada Ferrer se desarrollan numerosos cordones litorales, los que han elaborado en mayor medida a la punta Medanosa, fundamentalmente por la sucesiva acreción marina (Constante 2001). Están constituidos por gravas sueltas con matriz arenosa y grandes cantidades de conchas y presentan un desarrollo de suelo y cobertura vegetal que disminuye hacia la costa. En algunos lugares se observan antiguas plataformas de abrasión ascendidas.

Los cordones más antiguos del área analizada2 corresponden a la denominada Terraza marina II o Nivel II (Constante 2001:32), integrada por un grupo de cordones cuya altura varía entre 12 y 25 m sobre el nivel del mar (Panza et al 1994). En los trabajos arqueológicos la hemos denominado Terraza alta de Punta Medanosa (por ej., Castro et al. 2001; Hammond et al. 2013). Está compuesta por antiguas terrazas marinas correspondientes a ingresiones del Pleistoceno medio y superior (Pedoja et al. 2010), con sedimentos de origen marino, gravas y arenas, y se encuentra cubierta de especies arbustivas de pequeño tamaño (Constante 2001). Un fechado 14C sobre conchillas marinas realizado al oeste de la ensenada Ferrer brindó una edad de 23600 ± 450 años AP para esta terraza (Constante 2001:32). Se expresa principalmente en la parte interior de Punta Medanosa, y es la geoforma de mayor extensión. Se presentan también algunos pequeños aforamientos rocosos, en especial en el centro de la terraza alta. En la costa sur, la Terraza Marina II termina en un microacantilado que se alinea con el contorno de la costa.

Al oeste de la ensenada Ferrer (por fuera del área de estudio de este trabajo) existiría una superficie de truncamiento con un desnivel de cuatro a seis metros que separaría la Terraza Marina II de la Terraza Marina III o Nivel III de Constante (2001), denominados Sistemas 1 y 2 por Medina y colaboradores (2014). Esta terraza se halla cubierta en algunos lugares por dunas y mantos de arena que pueden presentar cuencas de defación alineadas en el sentido de las crestas de playa, mientras que en otros sectores los cordones son interrumpidos por rocas ignimbríticas. Un fechado 14C realizado sobre conchillas marinas al oeste de la ensenada Ferrer dio una antigüedad máxima promedio de esta terraza de 5613 ± 355 años AP (Constante 2001:33). Medina y colaboradores (2014) definen dos sistemas de cordones litorales holocenos para esta terraza: los Sistemas 1 y 2. El Sistema 1 sería el más antiguo, con una altura de entre 7 y 10 msnm y una antigüedad máxima y mínima estimada de 5700 ± 500 y 1000 ± 110 años AP.3 Al este de la zona que denominamos Roca del Cura (figura 2.a) se fechó una muestra de conchillas marinas (Mytilus edulis) de un cordón litoral edafzado, que arrojó un fechado de 3710 ± 100 años 14C (LP-3508). Una superficie de truncamiento separaría los Sistemas 1 y 2, con un desnivel de 1,5 a 3 m. Medina y colaboradores (2014) dividen el Sistema 2 en dos grupos: el B1, con cordones curvilíneos y moderadamente edafzados que se ubican en torno a la ensenada Ferrer en una cota de entre 7 y 3 msnm. Por su parte, el grupo B2 se ubica al este y abarca las extensas zonas de Roca del Cura y punta Buque, donde los cordones son rectilíneos y se encuentran levemente edafzados. Presentan una altura de entre 4 y 3 msnm. Ambos grupos del Sistema 2 se hallan separados por una super-ficie de truncamiento y un posible desnivel inferior a un metro; el cual también se evidencia por la diferente forma geométrica que presentan los cordones litorales vistos en planta. Por delante de los cordones litorales de esta última terraza se desarrolla una playa arenosa frontal que, en algunos casos, se une con aforamientos rocosos. En esta geoforma predomina el tamaño de grano mediano, así como abundante material conchil. Por último, existe una playa sumergida, arenosa, constituida por material en tránsito que queda expuesto durante la bajamar (Constante 2001:38).

En toda la parte norte de la localidad Punta Medanosa, las dunas y mantos de arena son muy importantes. Presentan un amplio desarrollo a lo largo de la franja costera y se apoyan sobre las Terrazas Marinas II y III. En su gran mayoría se trata de dunas móviles y mantos arenosos libres de vegetación que hoy en día se hallan afectados por una fuerte defación. Sin embargo, en algunos sectores, en especial cerca de la ensenada Ferrer, están cubiertos y fjados por vegetación (Constante 2001:45). También es posible identificar antiguas plataformas de abrasión ascendidas, como al norte de ensenada Ferrer o Roca del Cura, que actualmente están cubiertas parcialmente por mantos de dunas. En los sectores más antiguos, como la Terraza Marina II se observan numerosas cárcavas y lagunas temporarias, en las que se desarrollan planicies aluviales de pequeñas dimensiones constituidas por material limo-arcilloso.

En toda punta Medanosa, pero especialmente en la costa este y sur, se observan aforamientos irregulares de rocas jurásicas de la formación Chon Aike, que actúa como roca de base, cuya litología consiste en ignimbritas de color castaño a castaño rojizo con textura porfídica (Panza et al. 1994). En la terraza alta y en las terrazas marinas II y III, constituyen mayormente asomos de dimensiones pequeñas que apenas sobresalen en el terreno. Solo existen dos aforamientos que conforman abrigos rocosos: Roca del Cura y El Sifón. En la costa este y sur, los aforamientos rocosos alcanzan mayor importancia debido a su tamaño y altura; además, se presentan conformando plataformas de erosión con superficies muy irregulares, numerosas fracturas y oquedades donde se encauza el agua de mar y los clastos, produciendo una constante erosión. En la zona de la baliza existe un microacantilado activo con una altura máxima de 6 a 8 m (Panza et al. 1994). En algunos lugares, como la costa sudeste, se observa una superficie de abrasión ascendida, originada en un período en el cual el nivel del mar era superior al actual. En este tramo de costa, intercalados entre los aforamientos rocosos, se forman cordones de gravas y cantos rodados, los cuales incluso alcanzan a formar tómbolos que conectan estos aforamientos con la costa o constituyen parte de extensas playas al pie de acantilados. Por su parte, la costa sur presenta un microacantilado inactivo labrado sobre depósitos litorales de la Terraza Marina II que se extiende en paralelo a la línea de costa actual. Entre este microacantilado inactivo y la costa se presentan plataformas de abrasión ascendidas, cordones litorales y mantos de arena, en algunos casos vegetados (Constante 2001).

ANTECEDENTES DE LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS

En cuanto a los antecedentes arqueológicos de Punta Medanosa, las primeras menciones datan de la década de 1930, de donde procederían algunas de las piezas obtenidas por Pedro Dade (Zilio et al. 2018), y donde se resalta la alta densidad de materiales, la presencia de diversos restos artefactuales (líticos, cerámica, instrumentos en hueso) y la gran cantidad de entierros de tipo chenque (Aparicio 1933-35; Birabén y Hylton Scott de Birabén 1936). Décadas más tarde esta localidad sería visitada por Osvaldo Menghin y Marcelo Bórmida (s/f) y el padre Manuel Molina (1967-70), quienes aportaron descripciones de esta y presentaron algunas piezas recolectadas, entre las que se destacan las puntas de arpón.

Dentro del Proyecto Arqueología de la Costa Norte, a fines de la década de 1980, el doctor E. Moreno inició los estudios sistemáticos mediante la realización de sondeos exploratorios y descripciones de sitios (Castro y Moreno 1988; Moreno 1989-91), así como el rescate de un entierro saqueado (Moreno y Romagnino 1991). En el año 1999 se reanudaron las investigaciones relevando de forma intensiva unos 100.000 m2 en cercanías del abrigo Roca del Cura. En los años 2000 y 2001 se realizaron campañas arqueológicas exclusivamente en esta localidad, desarrollándose diversas actividades y estudios, que incluyeron relevamientos intensivos y exhaustivos de sitios concheros, entierros tipo chenque, sondeos exploratorios y recolecciones de materiales líticos y restos óseos hallados en superficie (Castro y Moreno 2000; Castro et al. 2001; Moreno 2009). Los estudios sistemáticos fueron retomados en los años 2011 y 2012, cuando se inició una nueva serie de actividades que se centraron principalmente en complementar los relevamientos de los chenques, sumado al registro de restos óseos humanos dispersos (Zilio 2015, 2016, 2017); el sondeo y estudios de la distribución espacial y características geomorfológicas de sitios conche-ros (Hammond 2015; Hammond et al. 2013, 2016; Hammond y Zubimendi 2013); así como el relevamiento y muestreo de artefactos de molienda (Ciampagna 2015). Por último, las campañas de los años 2016, 2017 y 2018 estuvieron orientadas a la caracterización y registro de las alteraciones antrópicas que están ocurriendo en Punta Medanosa en los últimos años, principalmente en la isla Liebres (Zubimendi 2017, 2019b). También se llevaron a cabo estudios de la distribución espacial y características geomorfológicas de sitios concheros en sectores aún no explorados, como ensenada Ferrer, y se efectuaron nuevos sondeos exploratorios.

Sumado a esto, a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI se han registrado diversos artefactos provenientes de esta localidad, tanto a partir de recolecciones realizadas por particulares como, en los últimos años, estudios sistemáticos. En algunos casos, constituyen instrumentos que podemos considerar atípicos en la arqueología patagónica y dan cuenta de la variabilidad de las formas de uso y explotación de los recursos por parte de las poblaciones cazadoras-recolectoras. Entre ellos podemos mencionar 17 puntas de arpón de hueso (Zubimendi y Beretta 2015), punzones de madera (Ciampagna 2017), retocadores y agujas de hueso, así como artefactos decorados, placas grabadas y colgantes de piedra (Zubimendi et al. 2016), entre otros. Por último, desde el año 2016 se ha iniciado un programa de relevamientos de las alteraciones que se producen por actividades de esparcimiento sin control, en especial por pescadores, y que están generando en algunos sectores una modificación significativa del paisaje. Por ejemplo, en la isla Liebres se ha registrado la construcción de fogones, la contaminación con grandes cantidades de basura, la formación de huellas por el paso de los vehículos, entre otras afectaciones (Zubimendi 2017, 2019b).

Toda la información obtenida hasta el año 2018 dentro del proyecto Costa Norte de Santa Cruz ha sido ordenada y sistematizada (Zubimendi 2019a), lo que ha permitido generar una carta arqueológica (figura 3). Cada punto representa un loci descripto y clasificado en las categorías amplias y abarcativas definidas en la metodología. A partir de esta, se cuenta con un estado del conocimiento del registro arqueológico de Punta Medanosa. Sin duda, la base de datos geográfica actual es suficientemente amplia y descriptiva del registro arqueológico de la localidad ya que la cobertura espacial de los distintos estudios realizados a lo largo de todos estos años es prácticamente el total del área considerada.


Figura 3. Sectorización de Punta Medanosa según la distribución espacial de

METODOLOGÍA

Para poder discutir los cambios y continuidades en el uso del espacio en la localidad arqueológica Punta Medanosa se emplean los antecedentes geomorfológicos y geológicos existentes para este tramo de costa (Constante 2001; Medina et al. 2014), así como modelos planteados para el litoral patagónico en general (entre otros Pedoja et al. 2010; Schellmann y Radtke 2010; Ponce et al. 2011), y para otras áreas arqueológicas (por ej., Favier Dubois y Borrero 2005, Favier Dubois y Kokot 2011; Favier Dubois et al. 2016; Ercolano 2012). Se utilizaron imágenes satelitales de alta resolución que fueron tomadas desde el satélite WorldView-2, que cuentan con resolución de 0,5 m en el sensor pancromático y 2 m en el multiespectral, y fueron provistas por ESRI World Imagery. Los datos espaciales se manejaron con el software ArcMap 10.2 y diferentes versiones de Qgis (2.14, 2.18, por ejemplo). De esta forma, se crearon capas vectoriales de los cordones litorales y los modelos de cambios de la línea de costa. También se registraron los aforamientos rocosos y campos de dunas existentes en punta Medanosa. Luego estas capas y modelos digitales fueron contrastados en el campo en las sucesivas campañas.

Con relación al registro arqueológico, se emplea el Sistema de Información Geográfico creado para punta Medanosa (Zubimendi 2019a) que reúne toda la información generada hasta el presente. En este SIG se presenta en forma de puntos cada loci identificado y descripto en el área de estudio, clasificado según categorías amplias y abarcativas para simplificar la comparación y el análisis. Estas son:

a)    Concheros: acumulaciones compuestas mayormente por valvas y, en menor medida, por restos óseos y artefactos líticos (figura 4.a);

b)    Chenques: estructuras de piedra circulares u ovales, con o sin espacio central libre de rocas, que presumiblemente representan antiguos entierros humanos (figura 4.b);

c)    Huesos humanos: restos óseos insertos en la matriz de las dunas o en superficie, que corresponden tanto a entierros articulados o alterados -por causas naturales o saqueo- como a huesos sueltos, aislados; a su vez, dentro de esta categoría se ubica el sitio Shag, un caso excepcional de entierro conformado por un anillo de rocas (Zilio 2017) (figura 4.c); y,

d)    Abrigos rocosos: reparos que protegen de las condiciones medioambientales y que tienen evidencias arqueológicas en superficie (figura 4.d).

En total, el SIG cuenta con 449 loci, entre los cuales hay 229 concheros, 191 estructuras de piedra de tipo chenques, 27 huesos humanos en médano o superficie, y 2 sitios en abrigos rocosos.4 La frecuencia y proporción de estos tipos de loci serán empleadas para discutir los cambios a lo largo del Holoceno. Esta variación se analizará a nivel de la localidad arqueológica y los diferentes sectores definidos dentro de esta (ver Zubimendi 2019a). A su vez, de forma tentativa y para reforzar algunas interpretaciones, se emplean dos índices para analizar la variación y densidad del registro arqueológico considerando los cambios a través del tiempo en la disponibilidad de los espacios: un índice de loci por km2 y un índice de loci cada mil años. De esta forma, se usan unidades de medida que son operativas para la realización de comparaciones. Estos índices son herramientas interpretativas útiles y, si bien tienen limitaciones, pueden servir para brindar una imagen general de los procesos considerados. De esta forma, la expectiva es que si las ocupaciones humanas fueron uniformes a lo largo del tiempo y del espacio, los valores de los índices propuestos para cada tipo de loci deberían variar levemente; por otro lado, diferentes valores estarían indicando diferencias en la intensidad de uso en cada momento o tipo de loci. También se analizan aquellos casos para los que se cuenta con evidencias de reocupaciones, tanto específicas (cuando un mismo loci presenta dos o más dataciones radiocarbónicas); como genéricas (cuando dos o más loci con fechados radiocarbónicos se hallan cercanos entre sí, en este caso y de forma arbitraria se toma como distancia mínima necesaria 50 m en línea recta).


Figura 4. Vistas de ejemplo de los tipos de loci identificados en Punta Medanosa. Referencias: a) conchero; b) chenque; c) entierro en médano en defación; y d) abrigo rocoso

RESULTADOS

La disponibilidad de espacios en punta Medanosa ha cambiado de forma significativa a lo largo del Holoceno, especialmente debido a procesos de acreción en la costa norte, mientras que al este y al sur se puede plantear que los cambios han sido menores. Para generar un modelo o interpretación de la evolución de la línea de costa de Punta Medanosa se tienen en cuenta las secuencias evolutivas definidas para ensenada Ferrer (Constante 2001; Medina et al. 2014), así como los fechados radiocarbónicos obtenidos, prácticamente en su totalidad, en sitios arqueológicos y las observaciones de campo realizadas a lo largo de casi veinte años.

Medina y colaboradores (2014), a partir de datos geomorfológicos, sedimentológicos y ma-lacológicos, plantearon para la ensenada Ferrer la existencia de tres fases en la evolución costera a lo largo del Holoceno, separadas cada una por momentos de rápidos descensos del nivel del mar; el primero finalizado hace 5700 ± 500 y el segundo iniciado hace aproximadamente 1000 ± 110 años AP. Estos cambios del nivel del mar generaron desniveles topográficos observables en el terreno. En el caso de la localidad Punta Medanosa, a partir de imágenes satelitales, análisis geomorfológicos y observaciones de campo, se pudieron identificar tres sistemas de cordones litorales (figura 2.a). Estos sistemas son observables principalmente en la zona de Roca del Cura e inmediatamente al este de esta, mientras que se dificulta su identificación en otras zonas, como punta Buque, dado que gran parte de los cordones se hallan cubiertos por dunas, tanto en defación como vegetadas. A su vez, la presencia de asomos rocosos -algunos de ellos actualmente cubiertos por sedimentos, pero discernibles por la presencia de cascajos en superficie- configuran un entramado complejo de cordones. Los restantes sectores ubicados al este y al sur no presentan un claro desarrollo de cordones litorales, con excepción de los tómbolos, debido a que predominan los aforamientos rocosos y los acantilados activos e inactivos.

La denominación de los cordones litorales sigue, por una cuestión de simplificación, la brindada por Medina y colaboradores (2014) ya que constituyen en sí una prolongación al este de los que fueran definidos por estos autores para la ensenada Ferrer. A su vez, se registraron dos desniveles entre estos sistemas, el primero entre la meseta alta y el Sistema 1, y el segundo entre los Sistemas 1 y 2. En la cresta de uno de los cordones ubicados en el Sistema 1 se obtuvo un fechado radiocarbónico corregido por reservorio global de 3710 ± 100 años AP (Mytilus edulis), lo que es concordante con lo esperable, dado que este sistema se habría formado -según Medina et al. (2014)- entre 5700 y 1000 años AP. Por su parte, la ubicación de los fechados radiocarbó-nicos (tabla 1) sobre conjuntos arqueológicos también puede ser utilizada como estimativa de las antigüedades mínimas de formación de los cordones litorales donde se asientan o de las dunas donde se hallan insertos. De esta forma, podemos definir tres momentos o fases de cambios en la disponibilidad de los espacios en Punta Medanosa (figura 2.a, b y c), las cuales serían concordantes con las definidas por Medina y colaboradores (2014).

Tabla 1. Información radiocarbónica disponible para Punta Medanosa

Sistema

Reocupación (distancia)

Sitio

Tipo

Fechado 14C

S. 0

No

1. Médanos del Canal 196

Conchero

2280 ± 70

S. 1

No

2. Médanos del Canal 63

Conchero

2260 ± 70

Específica

P160

3. Lente sup.

Conchero

370 ± 50

4. Lente inf.

Conchero

1260 ± 80

No

5. Muestra biogénica

Conchilla

3710 ± 100*

No

6. Médano 3

Conchero

2240 ± 80

Genérica (~30 m)

7. PM6 conchero

Conchero

2880 ± 90

8. Punta Buque 3

Entierro en médano

4970 ± 100

Genérica (~20 m)

Médano 1

9. Fogón 1

Conchero

6300 ± 90

10. Fogón 2

Conchero

2390 ± 90

11. Sondeo

Conchero

2140 ± 60

No

12. La Señal

Conchero

2160 ± 80

Genérica (~30 m)

Punta Buque

13. Sondeo 1

Conchero

1070 ± 60

14. Sondeo 2

Conchero

1720 ± 100

No

15. Sitio Shag

Entierro en anillo

2670 ± 70

No

16. 253 sondeo

Conchero

3730 ± 90*

No

17. Médano 4 Baliza

Conchero

920 ± 40*

No

18. Puesto Baliza 2

Conchero

1290 ± 60

No

19. Est. 1 El Amanecer

Entierro en médano

2850 ± 60

Referencias: * muestra de valvas marinas, corregida de acuerdo con el valor del efecto reservorio promedio marino global de 400 años ya que se desconoce el valor local (Stuiver y Braziunas 1993).

 

 

Abarca espacialmente la meseta alta del interior de Punta Medanosa y los cordones pre-ho-locénicos del denominado Sistema 0 por Medina y colaboradores (2014) en torno a la ensenada Ferrer (figura 2.b). Este momento está representado por espacios que pudieron ser usados en el inicio del poblamiento americano hace ca. 12000 años AP (Steele y Politis 2009; Prates et al. 2013). La superficie estimada disponible es de aproximadamente 12 km2, por lo que si se tiene en cuenta el territorio que actualmente compone la localidad (aproximadamente 25 km2), el 48% del territorio de punta Medanosa pudo ser aprovechado todo el tiempo por las poblaciones prehistóricas. En este, se registran 38 loci arqueológicos (8,4% del total), por lo que se puede calcular un índice de la intensidad de uso del espacio de 3,2 loci/km2 (tabla 2).

Tabla 2. Frecuencia e índices de intensidad de loci arqueológicos en la localidad arqueológica Punta Medanosa

Tipos de loci

Concheros

Chenques

Huesos

Abrigos

Total

Frecuencia

S. 0

24 (63,2%)

7 (18,4%)

5 (13,2%)

2 (5,3%)

38

S. 1

156 (68,4%)

50 (21,9%)

22 (9,6%)

-

191

S. 2

49 (26,8%)

134 (73,2%)

-

-

183

Total

229 (51,0%)

191 (42,5%)

27 (6%)

2 (0,4%)

449

Espacio (loci/km2)

S. 0

2

0,6

0,4

0,2

S. 1

31,2

10

4,4

-

S. 2

6,1

16,8

-

-

Total

9,2

7,6

1,1

0,1

Tiempo (loci/1k años AP)

S. 0

4

1

0,8

0,3

S. 1

31,2

10

4,4

-

S. 2

49

134

-

-

Total

19,1

15,9

2,3

0,2

Existe un único fechado sobre espacios asignados al Sistema 0, con una antigüedad de 2280 ± 70 años AP (carbón, tabla 1). Este fechado, posterior a la antigüedad estimada para esta fase, puede corresponder a ocupaciones ocurridas en cualquier momento mientras dicha superficie estuvo disponible. Este espacio debió ser continental cuando el nivel del mar se hallaba muy por debajo del actual, y también estuvo emergido incluso durante el ascenso relativo máximo durante el Holoceno medio (entre 7000 y 6000 años AP, Pedoja et al. 2010; Schellmann y Radtke 2010; Ponce et al. 2011). De esta forma, se calcula un índice de cuatro loci formados cada mil años. Por otro lado, como se observa en la tabla 2, existen pocos loci en el espacio que estaba disponible antes del Holoceno medio, en su mayoría concheros ubicados en torno a la ensenada Ferrer. También se registran algunos chenques, todos ellos en posiciones topográficas altas (más de 20 msnm), a más de 200 m de la línea de costa actual y separados entre sí por al menos 200 m. El número de loci con restos óseos humanos en superficie en médanos -casi todos a menos de veinte metros en línea recta- es relativamente alto (n=5) y se hallan espacialmente asociados a concheros. Por último, los dos únicos abrigos rocosos que se han identificado en esta localidad se ubican en estos espacios debido a que se hallan en posiciones topográficas altas.

 

Esta fase, como ya se dijo, incluye la meseta alta, la cual fue prospectada en dos oportunidades de forma sistemática y en varias de forma asistemática. En la primera se realizaron siete transectas en sentido norte-sur (Castro et al. 2001), mientras que en la segunda se planteó una transecta en sentido aproximado este-oeste a poca distancia al sur de la línea de dunas de la costa de la zona de Punta Buque (Hammond 2015). En ningún caso se registraron loci arqueológicos y la frecuencia de artefactos fue nula.

Sistema 1 (6300 a 1000 años AP)

Casi todas las ocupaciones de Punta Medanosa se ubican en el espacio formado durante este momento (tabla 1; figura 2.c), con dataciones arqueológicas que van desde 6300 ± 90 hasta 370 ± 50 años AP. De éstos, el fechado más antiguo, obtenido en un fogón del sitio Médano 1, y el más moderno, de la lente superior del sitio P160, no son concordantes con lo esperado para este Sistema, ya que la cronología máxima y mínima estimada por Medina y colaboradores es de 5700 ± 500 y 1000 ± 110 años AP. El fechado de 6300 años AP de Médano 1, uno de los más antiguos de la costa atlántica de la Patagonia continental (Zubimendi et al. 2015), se encuentra justo por fuera del rango de variabilidad de la antigüedad estimada para el inicio del Sistema 1 en la ensenada Ferrer. Ante esto caben dos posibilidades: que la interpretación de los cordones litorales y su cronología relativa sea errónea o que la antigüedad estimada deba ser corregida y que, por lo tanto, el inicio del Sistema 1 de Medina y colaboradores (2014) sea un poco más antiguo que lo interpretado hasta ahora. De momento no es posible dilucidar de forma fehaciente esta diferencia, aunque creemos que este fechado se halla dentro de los márgenes de variabilidad de la metodología radiocabónica y de la estimación realizada por Medina y colaboradores (2014), por lo que harán falta nuevos estudios para tener una respuesta concluyente. Por otro lado, esta edad brinda una antigüedad mínima para la formación del campo de dunas que caracteriza a Punta Medanosa, ya que el sitio se halla en lo alto de un gran médano asentado sobre aforamientos rocosos. A su vez, estudios paleoclimáticos para la meseta central santacruceña indican algunos cambios ambientales en la Meseta Central santacruceña, como condiciones climáticas más áridas entre 5000 y 3750 años AP (De Porras et al. 2009). Dentro de este lapso, se registra un único fechado radiocarbónico en Punta Medanosa, el entierro en duna Punta Buque 3 (4970 ± 100 años AP; Zilio 2016). Posteriormente se establecen condiciones climáticas similares a las actuales, a partir de lo cual se registra la mayor parte de los fechados radiocarbónicos.

También existen algunos fechados post-1000 años AP en espacios formados durante el Sistema 1, los cuales -al igual que lo explicado en el Sistema 0- corresponden a ocupaciones más tardías. Esto queda claramente ejemplificado en el caso del sitio P160, el único con dataciones de reocupación efectiva de un mismo loci. Se fecharon dos lentes de valvas separadas entre sí por un nivel estéril de arena de aproximadamente 10 cm de espesor, la lente superior arrojó una antigüedad de 370 ± 50 años AP y la inferior, de 1260 ± 80 años AP (Hammond 2015); por lo que se evidencia que en la misma exacta ubicación hubo al menos dos eventos de ocupación con casi mil años de diferencia.

El espacio disponible al final de esta fase es de aproximadamente 17 km2, que equivale al 68% de la superficie total actual, lo que implica que Punta Medanosa aumentó en 5 km2. Este crecimiento se dio casi exclusivamente en la costa norte, entre la ensenada Ferrer y punta Buque. En esta última zona, la depositación de cordones litorales parece haber estado condicionada por aforamientos rocosos que hoy en día se hallan cubiertos por sedimentos, quedando algunas zonas tapadas parcialmente por dunas, o bien por algunos asomos que quedan expuestos en pocos lugares. En la costa sureste, esto se debe principalmente a la presencia de aforamientos rocosos de hasta 10 msnm, que hasta la fase anterior constituían las plataformas de abrasión del nivel relativo del mar anterior, y que con este descenso quedan emergidas, constituyendo desde entonces super-ficies de abrasión ascendidas. Por su parte, en las zonas de la baliza y la costa sur comienzan a formarse tómbolos y hemitómbolos de rodados para conectar islas e islotes rocosos con la costa. Este fenómeno también ocurrió en la costa norte de punta Medanosa, aunque es probable que no se completara hasta la siguiente fase, en la cual ya quedarían algunos pequeños aforamientos rocosos conectados con el territorio.

Para el espacio correspondiente al Sistema 1 se registra una fuerte señal arqueológica si tenemos en cuenta el número de loci identificados (n=191; 42,5% del total), con un valor del índice de ocupación muy alto de 45,6 loci/km2. Este valor es muy superior al registrado en el espacio correspondiente a otros momentos (tabla 2). Por su parte, la alta frecuencia y porcentaje de loci también se ve refejado en el valor alto de 45,6 loci/1000 años AP (considerado un rango de 5000 años entre 6000 y 1000 años AP), de los cuales la mayor parte corresponde a concheros (31,2 concheros/1000 años; tabla 2).

Entre los loci arqueológicos, el 74,9% del total de concheros se hallan ubicados en este Sistema 1, lo que junto con el alto índice de ocupación pareciera refejar un aumento en la intensidad de uso de este espacio. Se registran también varios casos de reocupaciones genéricas. Por ejemplo, en la costa norte, entre las zonas Roca del Cura y punta Buque, los loci Punta Buque 3 -un entierro en médano que se encontró alterado- y PM6-conchero, se hallan separados entre sí por solo 25 m, y presentan cronologías de 4970 ± 100 y 2880 ± 90 (Zubimendi et al. 2015, Zilio 2016). Entre estos dos loci -y en los alrededores- se hallan también al menos dos entierros en médano más, así como varios concheros, aunque ninguno de éstos se halla datado. Es interesante la diferencia cronológica entre estos dos loci: un entierro individual en médano y un conchero, una de las lentes más cercanas al anterior, ya que median ca. 2000 años entre ambos, lo que podría estar sugiriendo un cambio en el uso de las dunas durante ese lapso. Por su parte, en el locus Médano 1 se realizaron tres sondeos en distintos lugares, separados entre sí por un máximo de 20 m, que arrojaron cronologías que varían entre 6300 ± 90 y 2140 ± 60 (Hammond 2015; Zubimendi et al. 2015). En este caso, por lo tanto, se evidencian situaciones de reocupación desde los primeros momentos de uso de Punta Medanosa hasta el Holoceno tardío inicial. Es posible incluso que los médanos donde se hallan estos loci hayan sido usados primero con fines de inhumación y luego como lugares residenciales. Por último, en la zona de punta Buque también se cuenta con dos casos que corresponden a reocupaciones genéricas: en el loci Punta Buque 1 se realizaron dos sondeos en dos lentes de valvas expuestas a ambos lados de un mismo médano en erosión, separados entre sí por 30 m, cuyos fechados radiocarbónicos arrojaron una antigüedad de 1070 ± 60 y 1720 ± 100 años AP. Esto evidencia que el mismo médano fue ocupado al menos dos veces con una diferencia de 700 años.

Para este momento se registra la mayor cantidad de restos humanos en médanos; mientras que el porcentaje de estructuras de piedra de tipo chenques presenta un valor medio en comparación con los concheros (tabla 2). Con respecto a los primeros, todos ellos -salvo cuatro casos-5 se ubican entre 15 y 30 m de concheros. Esto parece refejar una contigüidad espacial entre este tipo de práctica mortuoria y los lugares residenciales, como son los concheros. En cuanto a los chenques, es interesante notar que salvo una concentración de dieciocho estructuras ubicada en la zona de la Baliza; en los restantes conforman concentraciones de pocas estructuras (menos de seis) o se hallan aisladas.

Sistema 2 (post-1000 años AP)

Sobre el espacio formado durante el Holoceno tardío final (figura 2.d), con una antigüedad máxima inferida aproximada de 1000 años AP, no se registran fechados radiocarbónicos. Esta fase ocupa la totalidad de la superficie actual de Punta Medanosa, aproximadamente 25 km2, lo que representa un aumento de 8 km2 en los últimos 1000 años. Este crecimiento se dio principalmente en la parte norte, en la denominada playa frontal según Medina y colaboradores (2014), y en menor medida en algunos tómbolos que se desarrollaron al este y sur de Punta Medanosa y que unen promontorios rocosos con la costa. Por otro lado, en algún momento de este proceso de descenso relativo del nivel del mar, los aforamientos rocosos que existen frente a Roca del Cura quedaron unidos al territorio y accesibles para su uso. Por su parte, la isla Liebres -ubicada frente a la zona Punta Buque- quedó conectada con la tierra frme por un hemitómbolo, el cual no se ha cerrado completamente aún, pero se forma un puente de rodados que queda expuesto durante la marea baja, quedando accesible también para su uso humano de forma directa.

El índice de loci por km2 disminuye con respecto al Sistema anterior de forma significa-tiva, en especial en relación con los concheros (6,1 vs. 31,2 concheros/km2, respectivamente). Sin embargo, en este momento se halla gran cantidad de estructuras de piedra de tipo chenques (73,2% del total), así como un valor más alto en el índice por km2, superior en ambos casos a los concheros. Por otro lado, no se registra otro tipo de entierros, lo que es concordante con las evidencias existentes hasta el momento que plantean que los entierros en médano sin estructuras son anteriores y no coexistieron con la práctica de inhumación en chenques (Zilio 2015).

El Sistema 2 es el único en que los chenques presentan valores más altos que los restantes tipos de loci. La mayoría se hallan agrupados o concentrados en algunos lugares de la costa. De éstos, se destacan las concentraciones en aforamientos rocosos que se conectaron con el territorio y que previamente no habrían estado accesibles, como isla Liebres, donde existe un agrupamiento de 34 chenques en la playa noroeste de esta isla (Zubimendi 2017); o en dos aforamientos frente a la Roca del Cura, donde se registran algunas pocas estructuras juntas. Por su parte, también existen otras concentraciones, como una compuesta por 16 chenques en ensenada Ferrer, donde confuyen los grupos B1 y B2 del Sistema 2 definido por Medina y colaboradores (2014). Estos se ubican sobre una antigua plataforma de abrasión ascendida, que habría actuado como tal durante el Sistema 1. Otras concentraciones numerosas se ubican al norte y al sur de la Baliza (n=31 y 19, respectivamente), la primera de estas sobre una fecha producto de la deriva litoral y la segunda sobre cordones curvilíneos por debajo de un escalón de casi 1 m de alto.

Si bien no se cuenta con dataciones provenientes de chenques en la localidad arqueológica Punta Medanosa, es plausible asumir que tienen una antigüedad de entre 1500 y 300 años AP, aunque éstos presentan una mayor frecuencia en el último milenio y en tiempos históricos (Goñi et al. 2004; Reyes y Méndez 2010; Zilio 2013; Méndez et al. 2018). Por su parte, el rango de fechados de este tipo de estructuras de entierro registrado en otros sectores de la CNSC se sitúa entre los 1000 y 300 años AP (Zilio 2015; Zubimendi et al. 2015).

El índice de estructuras de piedra en el tiempo arroja un valor muy alto (134 chenques/1000 años), superior al registrado en los otros dos momentos. Incluso, asumiendo que estos tienen una antigüedad menor a 1000 años AP (Zilio 2013, 2015; Zubimendi et al. 2015; Zilio et al. 2017), es posible plantear que todos los chenques de Punta Medanosa, más allá de su ubicación en otros sistemas, hayan sido construidos en los últimos 1000 años AP. Lo que podría estar indicando un uso repetido en este corto período para la inhumación de restos humanos en esta localidad.

DISCUSIÓN Y CONSIDERACIONES FINALES

Los resultados de los estudios geoarqueológicos permitieron integrar la secuencia de evolución geomorfológica de Punta Medanosa y el análisis de la distribución de los distintos tipos de loci arqueológicos para definir un modelo tentativo de los cambios en el uso de este espacio a lo largo del Holoceno. Sin duda, Punta Medanosa presenta una señal arqueológica muy densa, lo que ha sido interpretado en repetidas ocasiones como el refejo de un uso intensivo a lo largo de miles de años (Castro et al. 2001; Zubimendi et al. 2015; Hammond 2015; Hammond et al. 2013, 2016; Zilio 2015; Zilio et al. 2013, entre otros). En este trabajo, se intenta modelar la forma en que efectivamente fue aprovechado este territorio, empleando como elemento ordenador los cambios en la disponibilidad de los espacios a medida que descendía el nivel relativo del mar durante el Holoceno y las expresiones contemporáneas del registro arqueológico (sensu Favier Dubois y Kokot 2011). En pos de lograr esto, se debe concebir a Punta Medanosa como un paisaje compuesto, modelado por procesos principalmente marinos, pero también aluviales y eólicos. Incluso hay que considerar que existen factores antrópicos que actúan en la conformación de esta localidad, ya que extensas dunas en defación parecen ver retrasada o ralentizada su erosión debido a las lentes de valvas de los concheros, que colaboran en su estabilización (Favier Dubois y Borella 2007; Hammond 2015; Hammond et al. 2016).

De acuerdo con la evolución de la línea costera, se observa que el espacio disponible en tiempos del poblamiento humano inicial corresponde en su mayoría a terrazas marinas pleistocé-nicas o del pre-Holoceno medio, donde mayormente hoy en día no se desarrollan dunas, excepto cerca de la ensenada Ferrer. Este espacio es el único de toda la localidad que estuvo emergido en todo momento, sin embargo, es notoria la baja frecuencia de loci arqueológicos, en especial en la zona interior -denominada genéricamente meseta alta-, ya que la señal arqueológica se concentra cerca de la ensenada Ferrer, donde hay médanos en defación y otros estabilizados por vegetación. Sin embargo, las dos dataciones existentes en esta zona tienen una cronología posterior a 2250 años AP, por lo que podemos plantear que es probable que los concheros correspondan a eventos arqueológicos más tardíos. Se estima para este sector una antigüedad mínima de 6300 años, que es el fechado más antiguo existente en Punta Medanosa, pero que se ubica en un espacio disponible durante momentos de cambios del nivel del mar relativo ocurridos entre esta antigüedad y 1000 años AP.

Los nuevos espacios disponibles mediante la acreción de sucesivos cordones litorales durante la mayor parte del Holoceno tardío se produjeron principalmente en la parte norte de punta Medanosa, ya que en las costas al este se desarrollaron plataformas de abrasión, y al sur litorales de erosión, formando allí microacantilados. En este extenso período, que abarca aproximadamente entre 6300 y 1000 años AP, a medida que el mar retrocedía, los espacios disponibles del norte fueron ocupados casi en su totalidad, aunque con una mayor densidad de concheros en torno a punta Buque y Roca del Cura. A su vez, se registran las mayores frecuencias de concheros, casi todos ellos asentados sobre dunas. Durante este período existen también varios casos de reocupaciones genéricas y específicas en diversas zonas de la localidad, lo que puede ser interpretado como una evidencia más de la alta intensidad de uso por parte de las poblaciones del pasado.

Prácticamente todos los loci arqueológicos ubicados en el espacio correspondiente a este lapso -con la excepción del sitio Shag y un chenque en una posición alta arriba en la zona de la Baliza-, se sitúan sobre dunas. Estas geoformas habrían sido el entorno más apropiado para la realización de actividades residenciales -como son la gran mayoría de los concheros (Hammond 2015; Hammond et al. 2016) -, pero también para la realización de entierros humanos. Pareciera existir una asociación espacial entre los lugares residenciales y mortuorios, principalmente debido a la presencia de entierros humanos en médanos que también presentan concheros en sus cercanías. En este sentido, conviene resaltar que hasta el momento no se han encontrado esqueletos insertos dentro de la matriz sedimentaria de los concheros, sino muy cerca, a distancias mayores a tres metros. La distribución espacial de los entierros en médanos en Punta Medanosa sugiere que se realizaron sobre dunas asentadas sobre cordones litorales más antiguos, o sea, en posiciones más cercanas a la meseta alta. Estos, por lo que sabemos hasta el momento, parecen corresponder a entierros individuales, aislados o escasamente agrupados (no más de dos individuos), por lo que no constituirían áreas reservadas para las practicas mortuorias, como parece ser el caso de los chenques en el Holoceno tardío final. Sin duda, la cercanía entre sitios residenciales y de entierro se vincula con la forma en la que las poblaciones del pasado concebían la muerte (ver Carr 1995; Martínez 2010; Prates y Di Prado 2013), y podría aportar información al respecto. Por otro lado, los fechados radiocarbónicos disponibles -si bien la muestra es poco numerosa- no parecen sugerir una contemporaneidad entre ambos tipos de eventos, aunque sin duda existe una contigüidad espacial. Es por ello por lo que se podría plantear, como lo hicieran Prates y Di Prado para el caso de la cuenca del río Negro (2013), que en las dunas de punta Medanosa se habría producido la coocurrencia de eventos diacrónicos de actividades residenciales y de inhumación en un mismo sector, ya que las dunas presentaban características estructurales similarmente atractivas para realizar los dos tipos de actividades (Littleton y Allen 2007). De momento, no podemos seguir avanzando en las interpretaciones sobre el tipo de relación que establecían las poblaciones del pasado entre los espacios residenciales y de inhumación.

El territorio formado en los últimos mil años surge principalmente como producto de la acreción de una playa arenosa frontal en la parte norte de Punta Medanosa, así como en menor medida varios tómbolos de rodados y arena que permitieron también el acceso a islas y rocas que previamente se hallaban inaccesibles. La mayor diferencia con respecto a los momentos previos es que las evidencias de uso residencial de los espacios disminuyen notablemente, aunque aun así esta localidad debe haber continuado siendo utilizada de forma intensa al menos hasta hace 370 años AP. Al igual que durante el Holoceno tardío inicial, los sitios concheros parecen tener las mismas características estructurales que los de momentos previos (Hammond et al. 2016), a su vez, también se ubican principalmente en torno a Roca del Cura y punta Buque, lo que podría estar indicando que las fuentes potenciales de moluscos no variaron significativamente en su localización. La mayoría de los concheros se hallan asentados sobre dunas que conforman parte del manto de dunas en defación que cubre parcialmente los cordones litorales de la parte norte de Punta Medanosa. Algunos pocos, ubicados sobre todo en isla Liebres o en la costa sur, se ubican sobre sedimentos consolidados de cordones de rodados o aforamientos rocosos.

En los últimos mil años, Punta Medanosa parece haber sido utilizada con mayor intensidad para la práctica de entierros mediante la construcción de estructuras de piedra de tipo chenque, una de las manifestaciones mortuorias de mayor extensión de la Patagonia, y que se puede limitar, al menos en la CNSC, a un rango cronológico entre 1000 y 300 años AP (Goñi et al. 2004; Reyes y Méndez 2010; Zilio 2013; Méndez et al. 2018, entre otros). Si se considera que los chenques que se ubican sobre los espacios disponibles con anterioridad también fueron realizados en los últimos mil años, la interpretación de Punta Medanosa como una localidad usada intensivamente para el entierro humano adquiere mayor significación. Los chenques se encuentran principalmente sobre aforamientos rocosos, en menor medida sobre cordones litorales y muy raramente sobre dunas, a pesar de que la disponibilidad de rocas para confeccionar estas estructuras es abundante en, prácticamente, toda la localidad arqueológica. A diferencia de la inhumación en dunas, los chenques habrían requerido otras características estructurales de acuerdo con la forma de concebir esta práctica mortuoria por parte de las poblaciones cazadoras por ejemplo, sedimentos, locali-zación, etc. De forma simultánea -salvo muy pocas excepciones- se pierde la coocurrencia entre espacios residenciales y de entierro, como venía ocurriendo hasta este momento. Este proceso de diferenciación entre espacios domésticos y mortuorios no parece ser exclusivo de punta Medanosa, sino que se habría producido en Patagonia a lo largo del Holoceno tardío, especialmente desde hace ca. 2000 años AP (Miotti 2006).

Los chenques se presentan en su mayoría conformando agrupamientos de hasta treinta estructuras, aunque predominan aquellas de entre cinco y diez. Pocos se hallan aislados o en posiciones altas del paisaje con amplia visibilidad, como suele ser la característica general de los chenques en Patagonia (Zilio 2013). Otro rasgo que diferencia esta práctica mortuoria de la mencionada previamente de inhumación en dunas, es que son muy escasos los chenques ubicados cerca de concheros. Estos casos se encuentran asociados a espacios disponibles hace miles de años, por lo que es posible pensar que los chenques fueron construidos posteriormente -incluso miles de años- a los concheros. Se ha planteado que las concentraciones de chenques en Punta Medanosa constituirían lugares persistentes (Zilio 2015; Zilio et al. 2013), ya que habrían sido reconocidos como posibles lugares de enterramiento y que habrían estructurado las actividades futuras, favoreciendo que dichos espacios sean utilizados y reutilizados para el entierro y no para otros fines (sensu Littleton y Allen 2007; Prates y Di Prado 2013). En esta localidad podrían haber existido varios lugares persistentes para la práctica de entierros, como el extremo norte de ensenada Ferrer, la isla Liebres y al norte y al sur de la Baliza, que son las zonas donde existen las mayores concentraciones. Pero, al cambiar la escala de análisis y considerar toda la localidad arqueológica en su conjunto, punta Medanosa puede ser pensada como un gran lugar persistentemente utilizado probablemente de forma continua en los últimos mil años. Esto cobra aún más importancia si se incorpora la localidad Campo de Chenques -ubicada a aproximadamente 2 km al oeste- donde se registraron al menos 80 estructuras de piedra de tipo chenque en un área de 350 por 100 m (Zilio et al. 2017). Junto con los 191 chenques de Punta Medanosa, constituyen a escala regional una enorme concentración en un área de menos de 30 km2. Para el Holoceno tardío final en Patagonia se ha planteado que la existencia de espacios seleccionados de manera recurrente para el entierro en estructuras formales de piedra o chenques, se asociaría con cambios en las densidades poblacionales, las estrategias de movilidad y un posible mayor control territorial (Goñi et al. 2004). Por otro lado, cabe la posibilidad de que la gran mayoría de los chenques fueran hechos en un lapso breve dentro de este rango temporal de mil años, sin embargo, de momento no tenemos elementos para sustentar esta posibilidad.

Es probable que a lo largo de este período hayan existido y perdurado lazos sociales y culturales compartidos entre aquellos que realizaban los eventos de entierro en toda la localidad a lo largo de los últimos mil años. Por ello, utilizaron principalmente espacios distintos a los que se usaron hasta ese momento, lo que sin duda se vincula con cambios en la concepción de la muerte. Es posible notar que estas estructuras se realizaron preferentemente en lugares nuevos, que se hallaban disponibles debido al retroceso relativo del nivel del mar, como islas o aforamientos rocosos que se volvieron accesibles. Por otro lado, en este rango de tiempo, se continuó utilizando punta Medanosa con fines residenciales, eligiéndose prácticamente los mismos espacios -pero como ya dijimos, ahora segregados de las áreas de entierro- y con una explotación de los recursos que parece similar, ya que los estudios realizados hasta la fecha no permiten vislumbrar la existencia de cambios en los taxones explotados (Moreno 2009; Hammond 2015; Zubimendi et al. 2015, entre otros). Esto refeja una gran continuidad general a lo largo de este amplio rango de tiempo, aunque se podrían estar enmascarando algunas diferencias, como parece sugerir el uso de los arpones hace ca. 1500 años AP, o la presencia de cerámica, incorporada probablemente en momentos similares.

Por último y, en resumen, en la localidad arqueológica Punta Medanosa se comprobó la existencia de cambios y continuidades en los procesos sociales a lo largo del tiempo que se vinculan con variaciones en la geomorfología y el espacio donde habitaron las poblaciones cazado-ras-recolectoras. El registro arqueológico parece refejar una marcada continuidad en la forma de explotación de los recursos -principalmente marinos- que conforman extensos concheros, lo que le otorga a la localidad un aspecto característico. Mientras que, por su parte, los cambios sociales y ambientales inferidos se hallan por momentos asociados y en otros disociados, lo que evidencia la compleja historia del poblamiento humano en esta parte de la Patagonia, pero también de su estudio arqueológico. En este caso en particular, surge a través de más de veinte años de trabajos encarados por distintos investigadores, cada uno orientado hacia un aspecto particular, pero cuya integración permite obtener una imagen general más amplia.

AGRADECIMIENTOS

Quisiera agradecer a todos aquellos que han participado en distintos momentos en los trabajos de campo en Punta Medanosa, en especial a Alicia Castro, directora del proyecto marco. También a los evaluadores anónimos, cuyas sugerencias permitieron mejorar el manuscrito. Por otro lado, a lo largo de los años siempre hemos recibido el apoyo y constantes ayuda de Sergio y Luli Vidal, dueños de la estancia donde se halla Punta Medanosa. Los estudios se realizaron dentro de los proyectos "Estudios regionales en el eje Deseado para definir los rangos de acción de grupos cazadores-recolectores costeros en el marco de la ocupación humana del Holoceno de Patagonia (N739)" y PICT 2014-3591 "Localidad arqueológica Punta Medanosa: cambios geomorfológicos y arqueológicos a lo largo del Holoceno medio y tardío".

NOTAS

1    Este último, donde se encuentra una gran cantidad de estructuras de entierro de tipo chenque (ver Castro y Moreno 2000; Castro et al. 2001; Zilio 2015, Zilio et al. 2017), no queda abarcado dentro del presente trabajo por hallarse por fuera del sector de península de la Punta Medanosa.

2    Más antigua es la Terraza Marina I o Nivel I de Constante (2001:31), que se halla al norte y oeste de la ensenada Ferrer, por fuera del área analizada. Tiene una altura sobre el nivel de mar de entre 25 y 50 m. Se halla edafzada y vegetada, y ha sufrido la erosión marina y aluvial, como queda refejado por numerosos cañadones y cárcavas transversales a los cordones.

3    Ambos valores estimados para el oeste de ensenada Ferrer, por fuera del área de estudio, el primero producto de un cálculo realizado por los autores y el segundo de un fechado radiocarbónico (Medina et al. 2014).

4    Durante la creación del SIG se analizó cada punto para evitar aquellos casos en los que un mismo loci había sido registrado más de una vez, ver Zubimendi (2019).

5    De los cuales, dos corresponden a hallazgos indudablemente alterados. El primero es un fragmento proximal de peroné humano encontrado en la Baliza Punta Medanosa, que debido a su localización interpretamos que sería el producto de la recolección y posterior abandono por parte de visitantes en la zona. El segundo son varios restos óseos encontrados insertos en una mata de calafate en el año 2000, los cuales provendrían de un entierro en médano alterado que se ubicaba a aproximadamente 120 m hacia el este en línea recta. Es interesante resaltar que en el año 2000 se contabilizaron cinco huesos humanos, mientras que en el año 2012 solo cuatro, faltando una pelvis derecha.

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