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Relaciones

versión impresa ISSN 0325-2221versión On-line ISSN 1852-1479

Relaciones vol.44 no.2 Buenos Aires dic. 2019

 

ARTICULOS

CERÁMICA Y CRONOLOGÍA DE UN POBLADO TIPO PUKARA DEL NOROESTE ARGENTINO, RINCÓN CHICO 1

 

Catriel Greco1, Valeria Palamarczuk2 y Myriam Tarragó3

 

Fecha de recepción: 26 de octubre de 2018 Fecha de aceptación: 7 de agosto de 2019

RESUMEN

El trabajo se propone discutir el lapso temporal y la secuencia de crecimiento del poblado tardío tipo pukara de Rincón Chico (RCh1) empleando los fechados radiocarbónicos obtenidos en diferentes sectores del asentamiento a través de un muestreo sistemático y de una serie de excavaciones realizadas en puntos seleccionados a lo largo de más de dos décadas de investigación. El conjunto de 14 fechados radiocarbónicos se examina mediante estadística bayesiana, y las tendencias observadas se complementan con el análisis de la variabilidad en la distribución de restos culturales cerámicos en los contextos fechados de este poblado tardío, evaluando la correlación entre la secuencia radiocarbónica y la secuencia relativa de los estilos alfareros regionales.

Palabras clave: noroeste argentino - radiocarbono - estadística bayesiana - periodo de Desarrollos Regionales o Tardío

POTTERY AND CHRONOLOGY OF A PUKARA-TYPE SETTLEMENT IN NORTHWESTERN ARGENTINA, RINCÓN CHICO 1

ABSTRACT

The work aims to discuss the time lapse and the growing sequence of the pukara-type settlement of Rincón Chico (RChl), from the Late period, using the radiocarbon dates obtained

in different sectors through systematic sampling and a series of excavations carried out over more than two decades of research. The set of 14 radiocarbon dates is examined by Bayesian statistics, and the observed trends are complemented by the analysis of the variability in the distribution of pottery remains, evaluating the correlation between the radiocarbon sequence and the relative sequence of regional pottery styles.

Keywords: Northwestern Argentina - radiocarbon - bayesian statistics - Late or Regional Development period

 

INTRODUCCIÓN

Entre los siglos X y XVI A.D. sucedieron cambios sustanciales en el paisaje social del Noroeste de Argentina, Bolivia y Norte de Chile que caracterizan al momento histórico conocido como Período de Desarrollos Regionales (en adelante PDR) o Período Intermedio Tardío. Entre los cambios notables que acompañan este proceso está la intensificación de la explotación de recursos agroganaderos a partir de campos con irrigación y la producción y circulación de estilos de época de gran impacto cultural en cerámica, metales, arte rupestre y textiles. Una característica principal del período es la concentración de la población en centros poblados con atributos defensivos, desde la ubicación en riscos o sobre mesetas elevadas de difícil acceso y con control visual del entorno, hasta la construcción de arquitectura específica (Nielsen 2001, 2007; Williams 2010; Tarragó 2011).

Este tipo de poblado es conocido en algunos lugares como pucará o pukara, vocablo que significa fortaleza en los idiomas quechua y aymara. Sin embargo, esta noción va más allá de la concepción de fortaleza, aludiendo también a los antepasados y a la Pachamama a través del simbolismo relacionado con los cerros (Martínez 1989). Además, no todos los poblados del PDR pueden considerarse estrictamente fortalezas, por lo cual utilizamos el concepto más amplio de poblado tipo pukara para referirnos a un asentamiento habitacional emplazado en una topografía elevada, naturalmente protegido y de acceso dificultoso, desde el cual se logra una amplia visión del entorno (Ruiz y Albeck 1997; Tarragó 2011).

El área de Yocavil (figura 1) se encuentra en las actuales provincias argentinas de Salta, Tucumán y Catamarca y forma parte de la región conocida como Valles Calchaquíes. El río Santa María discurre a través del valle principal, en un paisaje montañoso, con un clima árido con precipitaciones que no superan los 200 mm anuales. Nuestra área de estudio, que corresponde a la sección catamarqueña del valle, es investigada desde 1985 por el Proyecto Arqueológico Yocavil, dirigido por M. Tarragó.

En Yocavil existe una gran cantidad de sitios habitacionales del PDR, de los cuales los mejor conocidos son los grandes poblados tipo pukara de varios cientos de viviendas y que superan las 20 ha entre áreas edificadas y espacios intermedios, como Quilmes, Tolombón, Los Cardones, El Pichao y Loma Rica de Shiquimil (Tarragó 1998, 2011; Williams 2003; Rivolta 2005; entre otros). Además, hay otros asentamientos que también pueden considerarse tipo pukara, aunque con gran variedad de tamaños, condiciones de emplazamiento y grados de protección, así como varias áreas de construcciones habitacionales dispersas entre campos de cultivo (Reynoso et al. 2010; Bugliani 2012; Cantarelli et al. 2014; Maldonado et al. 2014; Coll y Nastri 2015; Palamarczuk et al. 2016; Sampietro Vattuone et al. 2016; Álvarez Larraín 2018; Greco 2018).

El objetivo del trabajo es discutir el lapso temporal y la secuencia de crecimiento del poblado tipo pukara Rincón Chico 1 (RCh1) el cual se destaca por ser el más profundamente investigado de la región y, por tanto, presentamos una síntesis de un gran corpus de información, en algunos casos previamente publicada (Tarragó 1995, 2011; González y Doro 2003; Reynoso 2003, 2009; Greco et al. 2012), pero en su mayoría inédita. Tomamos como hipótesis que la configuración arquitectónica de esta clase de asentamiento fue cambiando a lo largo del tiempo durante el cual permaneció habitado. Estos cambios se pueden manifestar en variaciones en los modos constructivos, en la incorporación de nuevos sectores, en la modificación de espacios previamente construidos -con adición o reconfiguración de estructuras- y en el abandono total o parcial. Para ello se propone una evaluación crítica de todos los fechados radiocarbónicos actualmente disponibles (N=14) para cada sector del poblado y se realiza un tratamiento estadístico del conjunto. Otra línea de evidencia que puede aportar información cronológica es la variabilidad en el material cerámico, por lo cual, y de modo complementario, se aborda el análisis de la distribución y la composición estilística de restos cerámicos en contextos excavados. Esta información se emplea para evaluar la correlación entre las tendencias cronológicas radiocarbónicas obtenidas para el sitio y la secuencia temporal relativa y radiocarbónica de los estilos cerámicos establecida a nivel regional (Greco 2014). Cabe señalar que en esta oportunidad el análisis se centra en RCh1, sin incluir los restantes sitios habitacionales, productivos y funerarios emplazados en el conoide entre el cerro y el río Santa María, que completan la localidad arqueológica Rincón Chico (RCh2 a RCh37) (figura 1).

Rincón Chico 1

Rincón Chico 2 a 37]

„    7?- ' í. ff l?|¡¡

ÍRincón Chico!

i Yocavil

\    • poblados tipo pificag .

Üiviviendas dispersas y campos d^ cultivoí

Figura 1. La Localidad Rincón Chico en el contexto de los sitios arqueológicos del período de Desarrollos Regionales de Yocavil

Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XLIV (2), julio-diciembre 2019: 251-277 LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA RINCÓN CHICO

La localidad arqueológica Rincón Chico (figura 1) tiene una superficie de 500 ha, con construcciones de muros de piedra y barro que conforman unidades domésticas, instalaciones de trabajo artesanal, espacios ceremoniales y áreas de tránsito (Tarragó 2011). Presenta un patrón de asentamiento dividido en: a) un poblado conglomerado con un mínimo de 365 estructuras, ubicado en la cumbre y laderas de un espolón rocoso, denominado Rincón Chico 1 (RCh1); luego una amplia área sobre el abanico aluvial, que se identifica como “bajo de Rincón Chico”. En esta última área se diferencian arquitectónica y funcionalmente: b) 26 conjuntos constructivos y c) 11 áreas de enterratorios, de circulación y de actividades específicas, como agricultura y cantería, localizadas entre los conjuntos constructivos y vinculadas a la producción doméstica y artesanal (Tarragó 1995, 1998, 2007). El presente artículo se centra en el estudio de los contextos fechados del poblado conglomerado RCh1; existen contextos datados en las restantes áreas que integran la localidad arqueológica, los cuales, dados los objetivos planteados, no son considerados en esta síntesis.

Los conjuntos constructivos del bajo de Rincón Chico están compuestos por grandes recintos cuadrangulares y estructuras anexas ortogonales o circulares menores ubicadas en su periferia. Se encuentran dispersos en distintos sectores del conoide y separados entre sí por espacios libres de construcciones, pero con potencialidad de constituir lugares de trabajo (Tarragó 2007). El poblado RCh1, en cambio, es un asentamiento residencial de 39,6 ha que combina diversos grupos de recintos y estructuras de piedra distribuidos sobre la cumbre, laderas y piedemonte. La distancia vertical entre la cumbre y el pie es de 208 m (Tarragó 2011).

Para facilitar la comprensión de este complejo asentamiento, se diferenciaron trece sectores en función de la topografía y las cuencas de escurrimiento (figura 2): I) barrio de la cumbre, II) parapetos de la ladera occidental, III) Abra del Sol y Morro Norte, IV) talud norte, V) barrio del morro sudeste, VI) anfiteatro de erosión, VII) Quebrada del Puma, VIII) barrio del pie del cerro, al sur del arroyo de los Morteritos, IX) barrio similar al norte del arroyo, X) recintos en niveles escalonados sobre la ladera del cerro por encima del sector IX, XI) recintos en niveles escalonados por encima de VIII, XII) sector de edificios al sur de la torrentera meridional, XIII) sector de grandes peñascos con morteros (Tarragó 1998; Reynoso 2003; Tarragó 2011). Asimismo, el estudio arquitectónico permitió la diferenciación de ocho clases de estructuras: plaza (espacio abierto con muro perimetral), edificios circulares, recintos rectangulares comunicados, recintos asociados desiguales, plataformas, explanadas y muros de contención, hileras paralelas de lajas paradas (parapetos defensivos) y grandes bloques rocosos o megalitos con morteros (Tarragó 1998:215).

MÉTODOS

Entre 1992 y 1995 se efectuaron sondeos exploratorios en estructuras seleccionadas por muestreo (Tarragó et al. 1992). Sobre la base de 253 recintos registrados en aquel entonces, se extrajo una muestra de 34 estructuras (13,43%) por muestreo estratificado según forma, tamaño y ubicación en los distintos sectores del poblado, a fin de hacer una excavación exploratoria no dirigida en su interior. La unidad de intervención, cuya ubicación fue seleccionada también por muestreo al azar simple, fue de 1 m2. En varios de los casos, debido al derrumbe de los muros, se hizo necesario ampliar la excavación a 2 m2 o a una extensión mayor (Tarragó 2011). Luego, entre 2001 y 2005, se llevaron a cabo excavaciones de mayor alcance en las estructuras 6, 111, 214 y los megalitos del sector XIII (González y Doro 2003; Reynoso 2003, 2009).

En todos los recintos se determinó el piso de ocupación respectivo a una profundidad de 0,20 a 0,70 m bajo superficie y rasgos asociados, como estructuras de combustión y restos de fauna,

100 metros


E. 246 - 580±80


E. 183 - 770±70


E. 116- 950±130


^ *0-Morteritos


E. 214 - 83Q±6Q |


E.111 - 490±70


ML 25 - 630±40


E. 6 - 55Q±5Q y 69Q±70


Morro Sür


E. 302 - 560±70


E. 161 - 720±60


ML 39 - 240±40


E. 128 - 570±60

Figura 2. Plano de Rincón Chico 1 con indicación de sectores y ubicación de excavaciones y fechados radiocarbónicos considerados en este trabajo. (Elaborado por Sonia Lanzelotti)

vegetales, industria lítica, fragmentos de cerámica, etc. En los recintos donde se contó con una buena muestra de carbón vegetal o de restos óseos, provenientes de rasgos acotados, se efectuaron fechados por radiocarbono. De acuerdo con los objetivos de este trabajo, entonces, solamente analizaremos las áreas de excavación para las que se cuenta tanto con hallazgos cerámicos, como con fechados 14C.

Análisis cerámico

El material cerámico recuperado en Rincón Chico en general es escaso y fragmentario. Para la cuantificación seguimos el criterio de familias de fragmentos (Orton et al. 1997) según el cual dos o más fragmentos se cuantifican de manera conjunta siempre que, dadas las características de pasta, forma, espesor y acabado de las superficies, se establezca que podrían potencialmente pertenecer a una misma vasija. Por el factor señalado, los conjuntos cerámicos se encuentran muy fragmentados y existe una importante dispersión de materiales, por lo que en muchos casos tenemos dificultad para la reconstrucción de las formas de las vasijas, resultando en un alto número de ejemplares indeterminados. Hemos estudiado un total de 325 fragmentos, que se agrupan en 108 familias de fragmentos, cada una de las cuales fue asignada a alguna categoría morfológica y estilística dentro del universo conocido para la región.

El material cerámico utilizado en Rincón Chico incluía un variado conjunto de vasijas muy decoradas con acabados principalmente pintados y pulidos y otras poco o nada decoradas con acabados peinados y alisados (figura 3). Esta distinción posee un trasfondo funcional clave: las vasijas del primer grupo solo excepcionalmente presentan evidencias de exposición al fuego compatibles con la elaboración de alimentos y son muy comunes como contenedores funerarios, mientras que el segundo grupo se caracteriza porque una elevada proporción de sus exponentes tienen restos de hollín y grasa, ennegrecimiento de superficies y núcleo de la pasta, craquelado o friabilidad aumentada por su uso sobre el fuego. Las pastas de este grupo tienden también a tener inclusiones más abundantes y de mayor tamaño (Palamarczuk 2008; Greco et al. 2012). En cuanto a los intereses de este trabajo podemos remarcar que contamos con un buen conocimiento de la cronología de estos estilos a nivel regional (Perrotta y Podestá 1974; Weber 1978; Marchegiani 2008; Marchegiani et al. 2009; Greco 2014; Palamarczuk et al. 2014) lo que nos permite evaluar la correlación temporal con los fechados de radiocarbono analizados.

Figura 3. Ejemplos de cerámicas del PDR del valle de Yocavil que ilustran las presentes en Rincón Chico 1. Escala variable, tomada de Greco et al. 2012

Análisis cronológico

Para cada caso estudiado aplicamos una metodología de análisis crítico de fechados radio-carbónicos y sus contextos de proveniencia (Greco 2014; Greco y Palamarczuk 2014). El resultado es una jerarquización de la información en función de su confiabilidad, elaborada a partir de evaluar la asociación entre los fechados radiocarbónicos y los eventos por datar, siguiendo el esquema de Waterbolk (1983):

Asociación muestra-eventos (M-E): A. Completamente cierta: cuando la muestra datada y los eventos constituyen el mismo objeto, como algunos artefactos de material orgánico o restos óseos de un enterratorio. B. Altamente probable: cuando existe una relación funcional directa entre el material orgánico (muestra) y los hallazgos diagnósticos; por ejemplo: fogón en el piso de una habitación, resto de comida dentro de un recipiente. C. Probable: cuando no hay una relación funcional demostrable, pero la cantidad y tamaño del material orgánico datado argumentan a favor de su asociación; por ejemplo: concentración de carbones o fragmentos óseos en un piso de ocupación. D. Posibilidad razonable: hay una relación estratigráfica pero incierta, como en el caso de partículas de carbón esparcidas en la matriz sedimentaria.

El establecimiento de grados de asociación resulta en una opción metodológica que, desde nuestro punto de vista, es fundamental para la interpretación de grupos de fechados radiocarbó-nicos. Al mismo tiempo logramos maximizar el uso de los datos, ya que fechas con bajo grado de asociación no son descartadas, sino valoradas de acuerdo con sus limitaciones.

Para evaluar la duración de la ocupación recurrimos a la modelación estadística bayesiana a partir de un modelo de fase uniforme (Buck et al. 1996), asumiendo que todo el conjunto de fenómenos dentro de una fase tiene la misma probabilidad de ocurrencia en todo momento, calculando asimismo la suma de probabilidades de los fechados calibrados. Todos los análisis fueron realizados con el programa OxCal v4.2 (Bronk Ramsey 2009) y la curva de calibración del Hemisferio Sur SHCal13 (Hogg et al. 2013). La sumatoria fue calculada de dos maneras. Por un lado, con la función SUM directamente para el conjunto de datos, resultando en una adición de las probabilidades de cada fechado en particular dentro de una misma distribución. Por otro lado, la función SUM se definió dentro de una función PHASE, por lo que la distribución resultante está modelada por estadística bayesiana. Esta segunda opción es más significativa de acuerdo con los desarrolladores del software (Bayliss et al. 2009), aunque desde nuestra perspectiva es más útil la observación en conjunto de las dos sumatorias. La primera significa el rango máximo de años posibles para la duración del fenómeno, aunque este rango resulte muy afectado por la imprecisión de las dataciones, mientras que la segunda sumatoria representa un rango de años altamente probable para esa duración, que surge de la simulación.

Para discutir las fechas calibradas y los parámetros estadísticos se utilizaron intervalos de confianza del 95%, aunque a veces nos referimos a estimaciones puntuales como la moda estadística para simplificar. La investigación ha demostrado que no hay manera de estimar correctamente la edad verdadera de una fecha de radiocarbono con un promedio (Michczynski 2007), aunque varios autores coinciden en que la mediana y la moda -la zona de máxima probabilidad en la función de densidad del fechado calibrado- serían aceptables (Alberti 2013; Michczynski 2007).

RESULTADOS

A continuación, repasaremos las excavaciones de donde provinieron las 14 muestras fechadas (tabla 1), presentando el análisis de los fragmentos cerámicos recuperados. Se organiza la exposición de acuerdo con la sectorización del sitio. En el Apéndice 1 se incluyen las tablas con detalles del análisis cerámico para cada unidad de excavación, así como dibujos de los fragmentos (el Apéndice 1 puede consultarse en la página web de la Revista Relaciones). Las referencias a las figuras y tablas de ese apéndice serán agregadas a lo largo del texto como “tabla A.1...n” o “figura A.1...n”.

Tabla 1. Fechados radiocarbónicos calibrados del poblado RCh1, ordenados por antigüedad. Curva de calibración ShCal13 (Hogg et al. 2013); Software utilizado OxCal v4.1

(Bronk Ramsey 2009)

Sector

Estructura

Código

Laboratorio

Años

años calibrados

d.C.

años calibrados

d.C.

Material

M-E

C14 AP

68.2% de probabilidad

95.4% de probabilidad

VII

ML 25

LP 1336

moderno

-

-

Carbón

Vegetal

D

XIII

ML 39

Beta

162380

(AMS)

240 ± 40

1651 (19.4%) 1677

1628 (32.2%) 1712

Óseo

humano

A

1735 (48.8%) 1799

1719 (56.6%) 1813

1836 ( 1.3%) 1849

1854 ( 2.8%) 1883

1925 ( 2.5%) ...

VIII

ML 7 E.

139

LP 1350

310 ± 60

1503 (41.6%) 1593

1459 (81.5%) 1680

Carbón

Vegetal

B

1614 (26.6%) 1667

1731 (13.9%) 1802

VII

E. 111

LP 1426

490 ± 70

1405 (63.5%) 1499

1327 ( 1.2%) 1339

Carbón

Vegetal

B

1598 ( 4.7%) 1610

1391 (94.2%) 1629

I

E. 6

LP 1638

550 ± 50

1400 (68.2%) 1445

1317 ( 9.7%) 1354

Carbón

Vegetal

B

1383 (85.7%) 1463

VII

E. 302

Beta

131673

560 ± 70

1325 ( 9.5%) 1342

1295 (95.4%) 1496

Carbón

Vegetal

C

1390 (58.7%) 1451

VIII

E. 128

LP 1622

570 ± 60

1327 ( 8.7%) 1340

1300 (95.4%) 1460

Carbón

Vegetal

B

1390 (59.5%) 1445

XI

E. 246

LP 990

580 ± 80

1319 (20.6%) 1352

1282 (95.4%) 1497

Carbón

Vegetal

B

1384 (47.6%) 1447

VII

ML 25

Beta

162379

(AMS)

630 ± 40

1318 (42.4%) 1353

1300 (95.4%) 1420

Óseo

humano

A

1384 (25.8%) 1406

I

E. 6

LP 1636

690 ± 70

1290 (28.2%) 1329

1231 ( 2.3%) 1248

Carbón

Vegetal

B

1336 (40.0%) 1391

1262 (93.1%) 1421

IX

E. 161

LP 771

720 ± 60

1279 (36.3%) 1321

1229 ( 4.8%) 1253

Carbón

Vegetal

B

1349 (31.9%) 1387

1259 (90.6%) 1400

IX

E. 183

LP 1656

770 ± 70

1225 (57.6%) 1310

1181 (95.4%) 1395

Carbón

Vegetal

B

1360 (10.6%) 1379

X

E. 214

LP 1414

830 ± 60

1200 (68.2%) 1284

1053 ( 1.6%) 1079

Carbón

Vegetal

B

1147 (91.4%) 1313

1358 ( 2.3%) 1380

VIII

E. 116

AC 1493

950

±130

1020 (65.8%) 1230

880 (94.0%) 1318

Óseo

humano

A

1250 ( 2.4%) 1261

1354 ( 1.4%) 1383.

Estructuras de la cumbre y la Quebrada del Puma

Sector I. Estructura 6 o Plaza Bicolor. Forma: trapezoidal; Tamaño: 23 x 12 m; Uso inferido: plaza.

En un corredor aplanado que une los morros de la cumbre se ubica la denominada Plaza Bicolor. Una de las características notables de esta plaza es su piso cubierto con fragmentos dispersos de lajas grises en la mitad oriental y de pegmatitas rosadas en la mitad occidental. Los muros acompañan esta división de colores y si bien hoy se encuentran muy destruidos, los del sector occidental están conformados por pegmatitas rosadas mientras que aquellos del sector oriental, combinan lajas grises y bloques rosados (Reynoso 2009:76-78). La cuadrícula 2, de 3 x 2,5 m, fue ubicada aproximadamente en el centro de la estructura (figura 4), rodeando un gran bloque pegmatítico que marca la división de arquitectura con piedras grisáceas al este y rosadas al occidente (Reynoso 2009).

Rincon Chico 1

Cumbre. Sector I

Ji—


; E8 :T-

Plaza Bicolor E6 ¦

El 6

Nivel 3


Nivel 4

Sector C


Sector D


Sector C


Sector D


M939Z Ujaij)


LP 1638 550±50


•*^10(198)' '2(212>^


9(200) •


LP 1636 690±70


LP 1636 690±70


Sector B

C—) Bloque de pegmatita rosada C-^7 Bloque de laja gris

C. '¦ Sedimento limo arenoso carbonoso


Sector A


Ceniza con carbón


Muestras de carbón vegetal recuperadas.


Figura 4. A) Plano de la estructura 6 o Plaza Bicolor, con ubicación del bloque rosado y la cuadrícula 2; B) Planta de niveles 3 y 4 de excavación con ubicación de muestras fechadas (Modificado a partir de Reynoso 2009).


En esta excavación se recuperaron escasos tiestos (N=17) y en los niveles superiores, de los cuales uno corresponde a un puco Famabalasto Negro Grabado y los 16 restantes a una misma olla con pie/s peinada con baño blanco. Todos se concentraban al SO de la cuadrícula a pocos centímetros de la superficie y cerca del comienzo de la mancha carbonosa de donde se obtuvo el fechado LP 1636. Por este motivo es probable que la cerámica esté asociada a los eventos de combustión observados (Reynoso 2009).

Para radiocarbono se procesaron dos muestras. La primera (LP 1638 - 550±50 AP) estuvo integrada por carbón vegetal recuperado del nivel 4 procedente de un depósito alargado de ceniza y carbón (cuya potencia máxima es de 18 cm) apoyado por sobre la roca madre, extendiéndose por debajo del bloque rosado. Otra muestra de carbón vegetal (LP 1636 - 690±70 AP) provino en parte de un depósito ceniciento de forma irregular con carbón, con una potencia máxima de 10 cm, en el nivel 3 de la excavación, y se le sumaron otros fragmentos de carbón del nivel 4, unos 20 cm más profundos. Los niveles excavados corresponden al relleno y nivelación de la superficie de la plaza (Reynoso 2009) y tanto los eventos de combustión fechados como la cerámica se asociarían a rituales de construcción y uso de dicho espacio, de allí que consideramos una buena asociación. Aunque los dos fechados provienen de concentraciones de carbón diferentes, no hay una separación estratigráfica clara entre ellos. Además, tomando en cuenta lo antedicho, es posible pensar que ambos corresponden a combustiones relativamente contemporáneas.

Por otro lado, de otras dos áreas de excavación en la misma estructura provienen hallazgos cerámicos sin asociación a fechados de radiocarbono. En la Cuadrícula 1 en el interior de un segmento del muro doble oriental se recuperó una concentración de 42 fragmentos de una tinaja Santa María tricolor, dos de una vasija Santa María tricolor de forma indeterminada y uno de puco estilo Loma Rica (Reynoso 2009).

Sector VII. Estructura 111. Forma: cuadrangular; Tamaño: 12 x 9 m; Uso inferido: plaza.

Se trata de una estructura interpretada como plaza por su tamaño, morfología y ubicación, el sector más bajo de la Quebrada del Puma. Se destaca la cuidada factura en sus muros que combinan rocas de tonos grises, blancos y rosados, conformando sobre el lienzo interno mejor conservado el típico damero del estilo Santa María. A partir de estudios arqueoastronómicos se determinó esta estructura como un punto de observación del sol poniente durante el Solsticio de Verano en vinculación con otras estructuras (E. 92 y plataforma tricolor 304) (Reynoso 2003).

Se excavaron dos cuadrículas contiguas de 4 x 4 m (figura 5.A). La muestra fechada provino de un fogón en un estrato de sedimento limo arenoso compactado -identificado como piso de ocupación- por lo tanto, hemos clasificado al fechado LP 1426 (490±70 AP) como categoría B de asociación muestra-eventos. Durante la excavación no se registraron evidencias de perturbación.

Los fragmentos cerámicos hallados en el nivel del piso (tabla A.1, figura A.1) son escasos y pequeños, debido a lo cual es muy baja la agrupación en familias de fragmentos y predominan las formas indistintas y los estilos indeterminados. Entonces es imposible determinar si estos representan a vasijas en uso en la estructura o si su presencia de debe a procesos de formación. El estilo Santa María tricolor, se cuenta entre los más abundantes en el piso, aunque sean solo pequeños fragmentos (Figura A.1). Podemos decir que no están representados en el conjunto estilos cerámicos considerados “tardíos” dentro del PDR (al menos tomando en cuenta aquellos tiestos en los que se pudo llegar a una determinación estilística), con la salvedad de dos fragmentos de pie de algún tipo de olla de patas múltiples, pero que se encontraron en los niveles más superficiales.

Sector VII. Estructura 302. Forma: rectangular; Tamaño: 10 x 7 m; Uso inferido: habitacional.

Se dispone en una cota inferior a la plaza 111, en el inicio del sector ceremonial de la Quebrada del Puma. El muro exterior es de ángulo curvo, muy bien construido con lajas negras uniformes con imbricación de algunas pegmatitas rosadas. Se plantearon dos cuadrículas contiguas de 1 x 1 m (figura 5.B) y pudo definirse un piso de ocupación constituido por sedimento limo arcilloso compactado, sobre el cual se encontraron concentraciones de espículas de carbón que conformaron la muestra fechada (Beta 131673 - 560±70 AP), a la que hemos dado un grado de asociación muestra-eventos C.

La presencia del pozo de huaqueo, así como de algunas raíces, podrían haber afectado la distribución de los carbones, por lo tanto, este fechado debe ser tomado con mayor precaución. Por otro lado, los 5 fragmentos recuperados (tabla A.2) representan cada uno unafamilia defragmentos diferente, salvo en el caso de la familia 2 compuesta por dos fragmentos que no remontan y que se trata de una forma abierta de estilo Santa María tricolor. Los otros tiestos son con seguridad Santa María y los hemos clasificado como “potencialmente tricolor” debido al aspecto de las pastas (figura A.2). Nuevamente, se hace difícil establecer la asociación de esta cerámica con la superficie de ocupación.

Sector VII. Megalito 25. Forma: peñasco modificado; Uso: enterratorio, ritual.

Se trata de un gran peñasco (figura 5.C) que constituye una marcación humana del espacio y se concatena con otros similares del sector XIII. La excavación permitió recuperar restos óseos humanos -un individuo adulto y un subadulto- que provienen de un enterratorio perturbado (González y Doro 2003). Se realizaron dos fechados, el primero (LP 1336 - moderno), sobre carbón vegetal, presenta escasa profundidad desde la superficie y fue informado como “moderno” por el laboratorio. Al tratarse de carbón disperso en el sedimento tiene un grado de asociación muestra-eventos D. Un segundo fechado sobre el fémur del individuo adulto (Beta 162379 - 630±40 AP) tiene un grado A de asociación muestra-eventos, debido a que proviene de un enterratorio.

La cerámica recuperada (tabla A.3) tampoco es abundante. Están representados dos pucos, uno Santa María tricolor con cuatro fragmentos y uno Loma Rica bicolor con un solo fragmento. Asimismo, un fragmento bastante erosionado corresponde a una tinaja San José o Shiquimil (Figura A.3). En este caso no hay evidencia de asociación dada la remoción y lo superficial del hallazgo, aunque podemos pensar que los pucos, o por lo menos el Santa María tricolor, han formado parte del acompañamiento funerario.

Estructuras de la ladera y poblado bajo

Sector VIII. Estructura 116. Forma: rectangular; Tamaño: 27 x 18 m; Uso inferido: plaza.

Es el recinto pircado más grande de todo RCh1, con más de 400 m2. En el año 1992 fue descubierto un enterratorio por autoridades locales que realizaban limpieza de vegetación. La tumba afloraba por el lado interno del muro oriental, lo que motivó tareas de rescate inmediatas (figura 6.C). Los restos humanos comenzaron a aparecer a nivel superficial, delimitados hacia el E por el muro de la estructura y hacia el SE por una gran roca, de la cual parte una estructura semicircular de rocas medianas sin argamasa. Se recuperaron los restos de cuatro individuos adultos -uno masculino, otro femenino y dos indeterminados- sin ofrendas, salvo por un topu de hueso asociado al individuo femenino. Por debajo de este rasgo se encontró el piso de ocupación, sobre el cual se disponían algunos fragmentos cerámicos.

Concentración 2


LP 1426 490±70


Sedimento compactado


Beta 131673


560±70


Sedimento compactado


Frag. Cerámico


Alturas bajo datum


Carbón


Alturas bajo datum


r


Lente de ceniza


oseos humanos


adulto-subadulto^j Lajas


VISTA SUR


Beta 162379 630±40

PLANTA


LP 1336 Moderno


Astillas

óseas


Figura 5. Excavaciones en el Sector VII. A) Plaza 111, nivel 6; B) Estructura 302, nivel 90-100; C) Megalito 25 (modificado de González y Doro 2003)

La superposición estratigráfica de esta inhumación positiva sobre el piso de ocupación implica su emplazamiento con posterioridad al uso del recinto, que por su tamaño podría categorizarse como una plaza, y se esperaba entonces una cronología tardía para los entierros (Tarragó 1998). Se realizó un fechado sobre los restos de uno de los individuos con un resultado más antiguo de lo previsto (AC 1493 - 950±130 AP), con una asociación muestra-eventos grado A. Por su parte, se realizó un fechado por termoluminiscencia sobre un fragmento cerámico de estilo Santa María vinculado al piso y recuperado por debajo de la estructura funeraria, con un resultado de 361±30

AP. Aunque no pueden compararse directamente los valores de una y otra técnica los resultados refuerzan la idea de la complejidad temporal de estos depósitos. La gran antigüedad de los restos óseos podría relacionarse a su re-entierro en un contexto visualmente destacado (estructura positiva) vinculado a las actividades públicas desarrolladas en esta gran plaza. No obstante, el fechado tiene un error de medición grande y sería importante realizar nuevas determinaciones.

La cerámica recuperada en este caso también es muy escasa (tabla A.4). Entre las vasijas identificadas se cuenta un puco Loma Rica bicolor y una tinaja Santa María tricolor (figura A.4). Esta cerámica no puede ser asociada directamente al fechado, aunque lo que nos interesa destacar aquí es su posición estratigráfica por debajo de la estructura funeraria positiva, siendo un depósito “sellado” por ésta. Al finalizar la excavación, se encontró hacia el N de la cuadrícula una pequeña línea de muro, que fue denominada “estructura 2” que es un caso muy interesante de superposición muraria, poco visto en la localidad.

Sector VIII. Estructura 128. Forma: circular; Tamaño: 11 m de diámetro; Uso inferido: habitacional.

Se trata de una de las pocas estructuras circulares de RCh1, localizada a unos 50 m de la E. 116, subiendo por la ladera (figura 6.D). Se vincula a dos estructuras irregulares más grandes y de muros bajos, posibles patios de trabajo (E. 127 y 129), y un gran megalito con morteros múltiples en su cima. Se realizó un sondeo de dos cuadrículas contiguas de 1 x 1 m (figura 6.C). Aproximadamente a un metro bajo la superficie con un relleno de granulometría de limo-arena fino y sin desplome, fue delimitado un piso de ocupación compactado. Sobre este se disponía un pequeño fogón que se fechó (LP 1622 - 570±60 AP) y hemos clasificado con un grado B de asociación muestra-eventos, por provenir de un fogón asociado a un piso de ocupación. Además, por el tamaño y la potencia del rasgo puede sugerirse que se trataba de un fogón de calefacción/ iluminación de poco uso lo que daría mayor grado de asociación a la fecha.

Se recuperaron 14 fragmentos cerámicos que se agrupan en 13 familias de fragmentos (tabla A.5), pero su tamaño extremadamente reducido no permite adscribirlos en su mayoría más que a formas y estilos indeterminados.

Sector VIII. Megalito 7, Estructura 139. Forma: peñasco modificado y recinto cuadrangular de 10 x 6 m; Uso inferido: habitacional.

Este megalito fue integrado como parte de los muros de al menos tres estructuras, las E. 137 y 139 están ubicadas en una cota ligeramente superior y el Megalito 7 marca el escalón de cambio de nivel (González y Doro 2003). En este caso consideramos solamente los datos recuperados en la estructura 139, que es de donde proviene la muestra datada (figura 6). A escasa profundidad desde la superficie fue definido un piso de ocupación, con fragmentos cerámicos, restos óseos faunísticos y un pequeño fogón plano, de donde se obtuvo la muestra datada (LP 1350 - 310±60 AP) con un grado B de asociación muestra-eventos.

Fueron recuperados muy pocos fragmentos cerámicos en la excavación de la E. 139, cuya extensión fue, por cierto, reducida (tabla A.6). El estilo Santa María, aunque indeterminado, es el predominante en la muestra. También está presente un puco Famabalasto Negro Grabado, representado por un fragmento pequeño y una forma cerrada Negro sobre Rojo, representada por dos fragmentos. La escasa cantidad de fragmentos, así como su reducido tamaño, no permite asociarlos a la ocupación de la estructura.

Alturas bajo datum


LP 1350 310±60 AP


O) frag. cerámica

’    .    • A

muro mas antiguo \ y    punta

—proyectil


AC 1493 950±130 AP


Tumba 1


LP 1622 570±60 AP


sedimento compacto


Alturas bajo datum

Referencias ML 17 Megalito E 238 Estructura P.119 Plataforma T. 4 Tacana, Mortero Área excavada Muro visible --- Muro inferido Muro Colapsado Fogón, ceniza

Figura 6. Excavaciones en el Sector VIII. A) Megalito 7 (Modificado de González y Doro 2003); B) Estructura 128, nivel 105-115; C) Estructura 116, Tumba 1; D) plano general del sector

Sector IX. Estructura 161. Forma: rectangular; Tamaño: 10 x 6 m; Uso inferido: habitacional.

Integra un conjunto de tres edificios con muros decorados interna y externamente, junto a E. 160 y E. 159 que se anexan hacia el sur, en una línea de aterrazado destacado en el paisaje. Se realizó un sondeo de 1 x 1 m en esta estructura rectangular de alrededor de 40 m2 de superficie intramuros (figura 7.A). A una profundidad aproximada de 80 cm bajo la superficie se comenzó a definir un piso de sedimento limo arcilloso no muy compacto, con un lente de cenizas con carbones y restos óseos faunísticos calcinados. El carbón se fechó en 720±60 AP (LP 771), con un grado B de asociación muestra-eventos.

En cuanto a la cerámica, hay 39 fragmentos que se agrupan en 4 familias de fragmentos (tabla A.7). En los niveles más superficiales se encontraron 5 que corresponden a una misma vasija peinada de forma indistinta, y 1 de vasija Santa María indistinta. En asociación con el piso se halló 1 fragmento de puco Famabalasto Negro Grabado y 32 de una misma olla peinada con baño blanco, con la marca de inserción de un asa otomorfa (figura A.5). Respecto del primero, su asociación no es segura. El caso de la olla peinada es diferente, ya que la gran cantidad de fragmentos que la representan y su remontaje, argumentan a favor de su asociación. La olla presenta evidencias de exposición al fuego, pre y post rotura y es una de las mejores asociaciones de fechados a vasijas culinarias en el sitio.

Sector IX. Estructura 183. Forma: rectangular con muro curvo; Tamaño: 7 x 6 m; Uso inferido: habitacional.

Este recinto se encuentra en la parte central del sector, asociado a otro similar E. 184. También fue intervenida durante las excavaciones por muestreo, sin embargo, en este caso el sondeo inicial fue ampliado a una excavación total de 4 m2 y pudo ser definido el muro interno de la estructura y el sector del vano, con una gran laja a modo de escalón. Asimismo, entre 90 y 100 cm bajo la superficie se registró un piso de ocupación, constituido por sedimento limo arcilloso compacto, con fragmentos cerámicos, restos óseos faunísticos, varios lentes de ceniza y uno de ceniza y carbón de mayor tamaño, con una potencia máxima de 10 cm (figura 7.B). El fechado (LP 1656 - 770±70) tiene un grado B de asociación muestra-eventos y, de acuerdo con el informe del laboratorio, se trataba de carbones grandes, medianos y pequeños, en buen estado de conservación y sin contaminantes.

Con respecto a la cerámica, la situación es similar al caso anterior. Un total de 38 fragmentos fueron agrupados en 10 familias de fragmentos (tabla A.8). En directa asociación con el piso se recuperaron 29 fragmentos de una olla de superficie peinada y baño blanco, con evidencias de exposición al fuego, cuya distribución puede observarse en la figura 7.B. El resto de las familias de fragmentos están representadas por un solo fragmento y fueron encontradas en los niveles de relleno y derrumbe, salvo un fragmento Santa María dispuesto sobre el piso.

Los dos casos estudiados del sector IX son muy similares en cuanto a las características del material recuperado, sedimentación, funcionalidad y forma de las estructuras. La sincronía de estos espacios es confirmada por los fechados de valores muy similares.

Sector X. Estructura 214. Forma: rectangular; Tamaño: 13 x 7 m; Uso inferido: habitacional.

Se dispone dentro del terraplén de una terraza alargada, en el que se suceden una serie de ocho recintos adosados (E. 210 a E. 216). Se realizó una excavación de 16 m2. Después de quitar un denso desplome de muros, aproximadamente a unos 70 cm bajo la superficie se definió un piso de ocupación constituido por sedimento limo arcilloso compacto, sobre el cual se disponían una serie de lentes de ceniza y dos pequeños fogones (figura 8.A). A partir de los carbones de estos dos fogones se obtuvo un fechado con un grado B de asociación muestra-eventos (LP 1414 - 830±60 AP).

Entre los artefactos recuperados se cuenta un pan de arcilla de unos 20 cm de largo con impronta de ramitas, un hacha de piedra pulida, restos óseos faunísticos y algunas lascas de obsidiana y cuarzo. Con respecto a la cerámica, se registraron 19 fragmentos agrupados en 10 familias de fragmentos (tabla A.9). En asociación con la superficie de ocupación se destaca una olla peinada con asa otomorfa, representada por un gran fragmento con evidencias de exposición al fuego (figura A.6). También se cuenta una olla alisada, un fragmento de puco Famabalasto Negro Grabado y una base de tinaja se estilo Santa María indeterminado. Entre el relleno del recinto se encontraron también fragmentos de vasijas Santa María tricolor y Santa María N/R. Salvo en el caso de la olla peinada, la relación funcional del resto de las vasijas representadas es dudosa, debido a que están presentes uno o, a lo sumo, dos fragmentos de cada una.

Compact sediment


LP 771 720±60 BP


^ Fragmento cerámico A Fragmento de hueso A Hueso quemado •J Carbón

Lente de ceniza


Lente de ceniza Lente de

y carbón


Fragmento cerámico Fragmento de hueso


Sedimento compacto


LP 1656 770±70 AP


SECTOR


Referencias ML. 17 Megalito E. 238 Estructura P.119 Plataforma T. 4 Tacana, Mortero Área excavada Muro visible Muro inferido

Figura 7. Excavaciones en el Sector VIII. A) Estructura 161, nivel 80-90; B) Estructura 183, reconstrucción del piso a partir de los niveles 90-95 y 95-100; C) plano general del sector

Sector XI. Estructura 246. Forma: rectangular; Tamaño: 10 x 5 m; Uso inferido: habitacional.

Integra una serie de ocho recintos lineales adosados emplazados sobre un nivel de terraza artificial. Se realizó una excavación de dos cuadrículas contiguas de 1 x 1 m (figura 8.B). A unos 95 cm bajo la superficie pudo definirse un piso de ocupación de sedimento limo arenoso compacto sobre el cual se encontraron fragmentos óseos, algunos quemados, y un fogón junto al muro. Unos centímetros más abajo se encontró otro fogón, que pudo haber sido una continuación del anterior. La muestra que se fechó (LP 990 - 580±80 AP) provino del primero de los fogones mencionados y le hemos asignado un grado B de asociación muestra-eventos.

La cerámica recuperada en esta excavación corresponde a pocos fragmentos pequeños y erosionados (tabla A.10). Solo hay dos en el nivel del piso, pero no planteamos ninguna relación funcional con respecto a la superficie de ocupación y pensamos que debido a la alta erosión su presencia podría deberse a una acumulación post-ocupación.

A) SECTOR X

sedimento compacto

arcilla con improntas |


Referencias E.238 Estructura

Área excavada Muro visible •••• Muro inferido

SECTOR X


le roedor


sedimento compacto


carbón


e roedor


concreción/


LP 990 580±80 BP,


Referencias ML17 Megalito E.238 Estructura

Área excavada Muro visible •••• Muro inferido

C) SECTOR XIII


Beta 162380 240±40


Fragmentos de puco y urna Santa María negro sobre blanco


VISTA NORTE


Restos óseos humanos de adulto


Restos óseos humanos de subadulto


LLANTA

Figura 8. A) Excavación en Sector X, Estructura 214, Nivel 4. B) Excavación en Sector XI, Estructura 246, Nivel 80-90. C) Excavación en Sector XIII, Megalito 39 (Modificado de González y Doro 2003)

Sector XIII. Megalito 39. Forma: peñasco modificado; Uso inferido: enterratorio, ritual.

El sector XIII se encuentra al pie del poblado, aunque separado del área construida. Es un espacio en donde se distribuyen una serie de grandes peñascos, algunos con morteros y/o construcciones elípticas rodeándolos. Varios de ellos fueron excavados arqueológicamente y se postuló su funcionalidad como espacios funerarios y rituales (González y Doro 2003); aquí solo consideramos el área de la cual se obtuvo un fechado.

La excavación en el megalito 39 permitió reconocer una estructura semicircular de bloques y lajas rodeándolo. Se recuperaron restos humanos de un adulto y de un subadulto, dispersos y en regular estado de conservación debido al derrumbe de esa estructura y a la escasa profundidad a la que se hallaban (figura 8.C). Asimismo, se encontraron asociados numerosos fragmentos de una tinaja Santa María bicolor y un puco con cuello Santa María bicolor (tabla A.11). Todas las evidencias sugieren una estructura funeraria positiva: la urna con su tapa apoyada contra el peñasco y cubierta con lajitas y bloques que, al estallar, se dispersaron hasta más de un metro, una modalidad tardía que documentó Ten Kate (1896:13-14) (Tarragó 2011:50). El fechado (Beta 162380 - 240 ± 40 AP) fue realizado a partir de los restos del subadulto mediante AMS. El valor muy tardío de la muestra es coherente con el estilo cerámico representado, de la última fase de las seriaciones de urnas Santa María (Perrotta y Podestá 1974; Weber 1978). Este caso nos indica que en la población persistió el uso de vasijas del estilo Santa María para enterrar a sus niños en la época Colonial. El hallazgo se puede comparar con los de RCh15, donde se encontraron enterratorios con vasijas similares y objetos coloniales (Lorandi et al. 1960).

LA CRONOLOGÍA DE RCH1

En el conjunto de 14 fechas estudiadas el 79% (11 casos) tiene muy buen grado de asociación muestra-eventos (A y B). El 14% (2 casos) es de asociación probable (C) y solo uno es de posibilidad razonable (D). Consideramos que para una evaluación precisa de la secuencia de ocupación solo se deben tomar en cuenta las asociaciones de grados A y B.

En primer lugar, un modelo de estadística bayesiana nos permite estimar parámetros sobre esa ocupación (figura 9. A). El inicio se puede datar en algún momento entre 1026 y 1309 d.C. (con un 95,4% de probabilidad), siendo la moda en 1220 d.C. una fecha altamente probable. La duración total de los eventos datados por radiocarbono en Rincón Chico 1 dentro del intervalo de confianza del 95% es de 201 a 577 años, con una moda cerca de los 300 años. Consideramos que esta es una estimación del tiempo mínimo de uso del poblado, ya que la redundancia en la ocupación y las prácticas de limpieza en las viviendas dejarían restos promediados de una ocupación o bien solo de las últimas. Por ello, creemos que es difícil establecer los inicios del asentamiento a partir de fechados de fogones domésticos, aunque cada una de las mediciones es una fecha mínima para la construcción y uso de los espacios. El final se ubica entre 1498 y 1826 d.C. con la moda en 1540 d.C.

A continuación, como se trata de una localidad muy compleja, comenzamos evaluando toda la serie de dataciones de acuerdo a la procedencia. Para ello calculamos la suma de probabilidades -con y sin modelación bayesiana- para tres áreas generales (figura 9.B): a) cumbre y Quebrada del Puma (Sectores I y VII) N=3; b) estructuras residenciales de la ladera y poblado bajo (Sectores VIII, IX, X y XI) N=5 y c) inhumaciones (Sectores VIII y XIII) N=3 (véase mapa figura 2). La segmentación obedece a la segregación espacial y a la asignación funcional, sobre la base de hallazgos y arquitectura (Tarragó 2011; Greco et al. 2012).

Se puede señalar que las tres primeras curvas en la figura 9.B muestran una superposición de probabilidades sin hiatos o interrupciones, con rangos de fechas similares a los parámetros que calculamos anteriormente. Por otro lado, los rangos en cada uno son desiguales. El componente datado más antiguo se observa en las estructuras de la ladera y el poblado bajo en los sectores VIII, IX, X y XI definiendo una ocupación como mínimo entre inicios del siglo XIII y fines del siglo XV. En los espacios públicos o de congregación de la Cumbre y Quebrada del Puma se dan unos valores algo más tardíos y también de un lapso más comprimido, que puede relacionarse al

Figura 9. A) Distribuciones de probabilidades calculadas para los límites y duración de la

ocupación de Rincón Chico 1; B) Suma de probabilidades para distintos sectores del poblado

tipo de rasgo de proveniencia de las muestras, unas estructuras de combustión más someras en áreas de mayor tránsito. Aunque también podrían vincularse a un uso relativamente más moderno de estos sectores del poblado.

Por otro lado, las inhumaciones muestran un patrón diferente, concentrándose en tres momentos al inicio, al medio y al final en la trayectoria. Esta es una tendencia incierta debido a que, por ahora, contamos con tres dataciones de ese tipo, pero es sugerente en tanto en El Pichao se registra un patrón cronológico similar de las inhumaciones (Cornell y Johansson 1993). Las fechas de enterratorios podrían servir mejor que los fogones para establecer los extremos de la ocupación. Sin embargo, el caso más temprano es muy complejo ya que procede de la tumba del E. 116 la cual merece una discusión en profundidad. Por la forma de colocación y la naturaleza de la estructura funeraria se pensó que era una modalidad tardía, posiblemente de finales de la ocupación (Tarragó 1998). Luego la utilizamos asumiendo que el fechado radiocarbónico, el más antiguo del sitio, databa la ocupación inicial del recinto. Ahora, integrando la estratigrafía y los resultados radiocarbónicos y de TL proponemos que la tumba se pudo construir tardíamente. La evidencia estratigráfica indica que esta estructura funeraria fue construida con posterioridad y por encima de una superficie de piso. El fechado radiocarbónico sobre huesos arrojó fechas muy antiguas, sin embargo, la fecha obtenidas mediante TL para cerámica de la superficie de piso inferior resultó relativamente más moderna, si bien este último dato no es estrictamente comparable al radiocarbónico. Podemos pensar en diferentes escenarios para interpretar esta disposición de antiguos huesos humanos. Los cuerpos pudieron retirarse de una inhumación previa y relocalizarse allí cuando ya no se usaba más el recinto como tal y los cuerpos pudieron ser depositados o redepositados en distintas épocas. Sin embargo, es importante considerar su ubicación en el interior de un gran espacio público de culto, la plaza mayor de todo el poblado. Profundizando en esta línea hipotética, habría una separación de varios siglos entre la muerte del individuo y su inclusión en una tumba múltiple, que coincidirían además con los eventos de inicio y final de la ocupación del poblado en general, lo que nos lleva a preguntarnos acerca del significado social de este/as personas y la disposición de sus cuerpos luego de la muerte (Tarrago 2011). Circunstancias similares se han reportado en contextos preincaicos como en Los Amarillos, en la quebrada de Humahuaca, donde se registraron tres estructuras de entierros positivas en una plaza, que se interpretaron en relación al culto a los ancestros (Nielsen 2006).

En el otro extremo, la inhumación perturbada de un infante en urna bajo alero en el Megalito 39 aportó el valor más tardío -y único en ese rango de años- para toda la localidad; no sabemos cuál sería la extensión de la ocupación del poblado en ese momento o bien si se siguió utilizando solo para enterratorios. Con la excepción de este caso, en general para Rincón Chico 1 todos los rangos de probabilidades máximas son anteriores al comienzo de la presencia imperial inca en la región.

LA CERÁMICA DE RCH1

En las áreas de excavación analizadas se recuperaron 375 fragmentos cerámicos, que se agrupan en 112 familias de fragmentos. En general, el material es escaso y pequeño y cada familia de fragmentos está representada por uno o muy pocos tiestos. Asimismo, predominan los casos de indeterminación estilística y morfológica en comparación con otros sectores de la localidad Rincón Chico (Greco et al. 2012). Esto se constató en las excavaciones por sondeos con poco cubrimiento espacial, pero también es una tendencia observada en las excavaciones en área extendida, lo cual apunta a una pauta generalizada de limpieza de pisos.

Por otro lado, en todos los sectores de RCh1 hay más cantidad de cerámica de tipos pintados y pulidos que de alisados y peinados (tabla 2). Solo en tres casos de los sectores IX y X se encontró mayor cantidad de fragmentos peinados, pero estos vuelven a ser minoría si se considera el porcentaje de familias de fragmentos o el número de vasijas que representan. Los dos únicos casos en los que se constató rotura in situ de vasijas y con buen nivel de asociación muestra-eventos corresponden a ollas ordinarias peinadas y los dos fechados son relativamente antiguos dentro del sitio (720±60 AP y 770±70AP). Esta clase de vasijas son características del tardío en Yocavil, no obstante, su producción y uso se extendió durante siglos y en la mayoría de los casos no tenemos elementos para deslindar variaciones a lo largo del tiempo.

En las áreas ceremoniales y las plazas o espacios de congregación, se encuentran vasijas de tipos ordinarios, con rastros que indican que pudieron haber servido previamente en la preparación de alimentos. Estas tendencias revelan la complejidad de la relación entre las tipologías y los contextos de uso, invitando a una reconsideración de la adscripción automática de las alfarerías toscas u ordinarias al ámbito doméstico y de las decoradas a los ámbitos ceremoniales. Solo hay dos casos claros de vasijas pintadas en contextos ceremoniales excavados (una tinaja Santa María tricolor en E. 6 y otra Santa María bicolor en ML. 39) pudiendo ambos pertenecer a enterratorios.

Entre los estilos pintados y pulidos predomina el conjunto Santa María, en sus diferentes variedades. Se destaca la escasez del conjunto San José. Esto puede obedecer a cuestiones tanto cronológicas cuanto funcionales, estando tal vez vinculado este conjunto en la localidad con mayor frecuencia a prácticas funerarias.

En cuanto a la morfología (tabla 3), la mayoría de los fragmentos fueron poco informativos. Sin embargo, puede observarse una tendencia al predominio de formas abiertas en la cumbre y Quebrada del Puma y de formas cerradas en las laderas y poblado bajo. Una relativamente mayor abundancia de formas abiertas en áreas de congregación también fue observada en el sitio Los Cardones (Rivolta y Salazar 2006), otro poblado tardío del valle de Santa María, donde los autores sugirieron la relación entre estas vasijas y el servicio de alimentos durante fiestas. Por otro lado, en Rincón Chico las vasijas cerradas destinadas a la preparación de alimentos fueron encontradas casi exclusivamente en los recintos del poblado bajo y laderas, con la excepción de una olla de patas múltiples en un contexto de ofrenda en la Plaza Bicolor.

Tabla 2. Síntesis estilística. Frecuencias porcentuales de fragmentos (% frag.) y familias de fragmentos (% FF), según estilos cerámicos y procedencia dentro del poblado RChl. Se resaltan los valores predominantes de cada columna

Sector

Cumbre y Quebrada del Puma

Laderas y Poblado bajo

I

VII

VIII

IX

X

XI

XIII

Estructura

E. 6

E. 111

E. 302

ML 25

E. 116

E. 128

E. 139 ML 7

E. 161

E. 183

E. 214

E. 246

ML 39

Estilo

%

Frag.

(N=67)

% FF (N=6)

%

Frag.

(N=54)

% FF (N=40)

%

Frag.

(N=5)

% FF (N=4)

%

Frag.

<N=6>

% FF

(N=3)

%

Frag.

<N=S)

% FF (N=5)

%

Frag.

(N=14)

% FF (N=13)

%

Frag.

<N=9>

% FF (N=6)

%

Frag.

(N=39)

% FF (N=4)

%

Frag.

(N=38)

% FF (N=10)

%

Frag.

(N=19)

% FF (N=10)

%

Frag.

(N=10)

% FF (N=7)

%

Frag.

(N=109)

% FF (N=4)

Alisados y Peinados

Alisado con Baño Blanco

3.9

5,0

36,8

20,0

Alisado con Baño Rojo

20,0

20,0

Alisado Indeterminado

15,7

15,0

Peinado con Baño Blanco

23,9

16,7

7.8

10,0

7.1

7,7

82,0

25,0

76,3

10,0

Peinado con Baño y Pintado

Peinado Indeterminado

9.8

10,0

12,8

25,0

5.3

10,0

20,0

29,0

Pintados y Pulidos

Belén

22,2

16,7

Pulido Ante

7.1

7,7

Pulido con Baño Rojo

16,7

33,3

7.1

7,7

Loma Rica

1.5

16,7

5.9

5,0

20,0

20,0

San José / Shiquimil

16,7

33,3

Famabalasto Negro Grabado

1.5

16,7

7.1

7,7

11.1

16,7

2.6

25,0

10,5

20,0

0.9

25,0

Santa María Bicolor

60,0

75,0

95,4

50,0

Santa María Tricolor

73,1

50,0

11.8

7,5

40,0

25,0

66,7

33,3

20,0

20,0

2.6

10,0

10,5

10,0

Santa María Negro/Rojo

5.3

10,0

Santa María Indeterminado

21.6

22,5

40,0

40,0

35,8

38,4

66,7

66,7

2.6

25,0

21.1

80,0

31.6

30,0

20,0

29,0

Negro/Rojo indeterminado

3.9

5,0

Indeterminados

19,6

20,0

35,8

30,8

60,0

42,0

3.7

25,0

Catriel Greco y otros - Cerámica y cronología de un poblado tipo pukara del Noroeste argentino, .

272


Tabla 3. Síntesis morfológica. Frecuencias porcentuales de fragmentos (% frag.) y familias de fragmentos (% FF), según morfología de la vasija y procedencia dentro del poblado RChl. Se resaltan los valores predominantes de cada columna

Sector

Cumbre y Quebrada del Puma

Laderas y Poblado bajo

I

VII

VIII

IX

X

XI

XIII

Estructura

E. 6

E. 111

E. 302

ML 25

E. 116

E. 128

E. 139 ML 7

E. 161

E. 183

E. 214

E. 246

ML 39

Forma

%

Frag.

(N=67)

% FF (N=6)

%

Frag.

(N=54)

% FF (N=40)

%

Frag.

(N=S)

% FF (N=4)

%

Frag.

(N=6)

% FF

(N=3)

%

Frag.

(N=S)

% FF (N=5)

%

Frag.

(N=14)

% FF (N=13)

%

Frag.

(N=9)

% FF (N=6)

%

Frag.

(N=39)

% FF (N=4)

%

Frag.

(N=38)

% FF (N=10)

%

Frag.

(N=19)

% FF (N=10)

%

Frag.

(N=10)

% FF (N=7)

% Frag. (N=109)

% FF (N=4)

Abiertas

Puco

10,5

50,0

9.8

10,0

20,0

25,0

83,3

66,7

20,0

20,0

14,3

15,4

11,1

16,7

2.6

25,0

2.6

10,0

10,5

20,0

15,6

50,0

Abierta

indeterminada

2.0

2,5

40,0

25,0

14,3

15,4

Cerradas

Tinaja

62,7

16,7

11,8

12,5

40,0

50,0

16,7

33,3

60,0

60,0

7.1

7,7

33,3

16,7

82,0

25,0

2.6

10,0

36,9

30,0

80,7

25,0

Olla

76,3

10,0

10,5

20,0

Olla patas múltiples

23,9

16,7

3.9

5,0

Cerrada

Indeterminada

22,2

16,7

2.6

10,0

Indeterminadas

3.0

16,7

72,5

70,0

20,0

20,0

64,3

61,5

33,3

50,0

15,4

50,0

15,8

60,0

42.1

30,0

100,0

100,0

3.7

25,0

Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XLIV (2), julio-diciembre 2019: 251-277

CONCLUSIONES

Hemos presentado una síntesis de resultados de un programa de investigaciones sostenido por más de tres décadas en el sitio, aunque nos enfocamos en el aspecto cronológico vinculando fechados de radiocarbono y hallazgos de fragmentos cerámicos en excavaciones sistemáticas. Sostenemos que no basta con obtener un resultado radiocarbónico en sí, sino que es necesario discutir la asociación entre las muestras fechadas y los eventos arqueológicos que se pretendían datar, utilizando una escala cualitativa de grados de asociación que permite valorar todos los datos disponibles de acuerdo con los objetivos de la investigación. En Rincón Chico 1 las características de los depósitos dificultan, en la mayoría de los casos, la asociación de los fechados con los fragmentos, debilitando la mutua asignación de cronología, ya sea por vinculación de los fechados a los fragmentos, como, a la inversa para sacar provecho de la información cronológica regional que se maneja para las tipologías cerámicas y los contextos específicos. No obstante, considerando un nivel de resolución grueso podemos decir que existe una correspondencia entre los fechados obtenidos y la asignación a épocas tardías de los estilos alfareros recuperados en todos los contextos datados. Es contundente la recurrencia de hallazgos de alfarerías tardías en la totalidad de los contextos evaluados y que nunca se han hallado alfarerías pretardías. Es interesante también la ausencia de restos cerámicos incaicos, solo observados en la superficie de los sitios adyacentes RCh10 y RCh13.

La baja cantidad de cerámicas rotas in situ registrada y los escasos y fragmentarios materiales recuperados también evidencian prácticas de barrido y relocalización de residuos en depósitos de basura, los cuales no han sido detectados aún en RCh1 a pesar de la búsqueda sistemática que realizó uno de nosotros durante el proceso de registro y levantamiento de planos. La estrategia de evaluación temporal se beneficiaría de la identificación y datación de esta clase de depósitos, pero es probable que las empinadas laderas y los escurrimientos que las disectan hayan contribuido a la dispersión de restos de basura. Otra circunstancia que podría explicar de modo complementario este patrón en la conformación del registro cerámico intramuros en RCh1 es la de un abandono planificado del poblado, asumiendo que tal abandono puede contemplar el traslado de enseres hacia una nueva relocalización.

Asimismo, sugerimos que los contextos funerarios podrían ser más útiles que los fogones para establecer los extremos de la ocupación. Debemos tener presente, sin embargo, que, debido a las pautas funerarias imperantes en las épocas tardías en Yocavil, las tumbas se concentraban en espacios específicos o cementerios, principalmente en zonas bajas. Para la localidad arqueológica de Rincón Chico se identificaron 4 cementerios emplazados en la periferia de RCh1 que muestran una clara cronología de momento Colonial Temprano (Marchegiani 2008; Tarragó 2011) pero no hay suficientes dataciones como para evaluar todo el lapso cronológico. Por otro lado, debe ser considerada también la posibilidad de que RCh1, una vez abandonado en tanto ámbito de la vida cotidiana, haya continuado en uso como espacio funerario. Es decir, que un poblado abandonado puede ser revisitado para la realización de entierros, de ahí que resulta fundamental discriminar la funcionalidad de los contextos a la hora de analizar su temporalidad.

Hemos destacado en sucesivas oportunidades que Rincón Chico 1 es parte de una localidad arqueológica cuya historia es más larga y compleja y en este trabajo hicimos foco en el poblado tipo pukara para aportar a la comprensión de la cronología de tantos sitios similares de Yocavil y otros valles del NOA, con el máximo nivel de detalle posible. La consideración en conjunto de los fechados de los distintos sectores RCh1 está mostrando una ocupación bien definida entre inicios del siglo XIII y fines del siglo XV, es decir en pleno período de Desarrollos Regionales o Tardío. El inicio y el final, en cambio, son procesos cuya cronología precisa es difícil de establecer a pesar de contar con abundante información. El desglose de dos grandes espacios en el poblado RCh1 para la evaluación estadística de la información radiocarbónica de mayor calidad permite observar tendencias cronológicas diferentes para los conjuntos de fechados de los contextos al norte (cumbre y Quebrada del Puma) y las laderas al sur. Pensando en la secuencia de crecimiento y construcción, por el momento, se propone la hipótesis de un desarrollo temporal relativamente más tardío del ámbito al norte y hacia la cumbre del sitio. Con respecto al final de la ocupación, en general, los rangos de probabilidades máximas de los fechados son anteriores al comienzo de la presencia imperial inca -con excepción del entierro del Megalito 39- lo que nos lleva a interrogarnos sobre lo sucedido con la gente de Rincón Chico 1.

A partir de estos datos iniciales podemos pensar diferentes escenarios; una posibilidad sería que para el momento de la llegada de los incas a la región el gran poblado RCh1 estuviera mayormente desocupado, pudiendo mudarse la población hacia emplazamientos en el bajo, como RCh12, RCh14 o RCh15. Otra opción para considerar es que los habitantes de RCh1 hayan sido forzados a abandonar sus casas en una etapa temprana de la expansión imperial, debido a las políticas incaicas de relocalización de poblaciones, vinculadas a actividades productivas o de control político y neutralización de facciones beligerantes. Por el momento, resulta difícil determinar cuál de estas opciones resulta más verosímil, será necesario en el futuro buscar más restos datables y contextos confiables para precisar aún más nuestra cronología y el entendimiento de los procesos sociales.

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1

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Departamento de Geología, Universidad Nacional de San Luis. E-mail: catrielgreco@gmail.com

2

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de las Culturas, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: valepala@yahoo.com.ar

3

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de las Culturas, Facultad Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: tarragomyriam@gmail.com

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