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Relaciones

versión impresa ISSN 0325-2221versión On-line ISSN 1852-1479

Relaciones vol.44 no.2 Buenos Aires dic. 2019

 

ARTICULOS

LOS VERTEBRADOS PEQUEÑOS EN LA SUBSISTENCIA DE CAZADORES-RECOLECTORES DE AMBIENTES FLUVIALES Y MARINOS DE PATAGONIA CENTRAL (CHUBUT, ARGENTINA)

 

Ariadna Svoboda1

 

Fecha de recepción: 31 de octubre de 2018 Fecha de aceptación: 15 de junio de 2019

RESUMEN

El propósito de este trabajo es evaluar el papel de los vertebrados pequeños en la subsistencia de cazadores-recolectores que ocuparon distintos entornos acuáticos de Patagonia central (Chubut) durante el Holoceno tardío, representados por ambientes fluviales (el valle inferior del río Chubut, y la cuenca del lago Musters) y marinos (la costa norte y la desembocadura del río Chubut). Sobre la base de la estructura de recursos faunísticos particular de cada ambiente se planteó un modelo predictivo de subsistencia y se derivaron expectativas zooarqueológicas que fueron contrastadas mediante el empleo del análisis de la diversidad y abundancia taxonómica. Los resultados muestran que la explotación de vertebrados pequeños fue variable y que no alcanzan los factores economicistas para explicar esta variación.

Palabras clave: ambientes acuáticos - zooarqueología - abundancia taxonómica - Patagonia central extrandina - Holoceno tardío

SMALL VERTEBRATES IN THE SUBSISTENCE OF HUNTER-GATHERERS OF FLUVIAL AND MARINE ENVIRONMENTS OF CENTRAL PATAGONIA (CHUBUT, ARGENTINA)

ABSTRACT

The aim of this work is to evaluate the role of small vertebrates in the hunter-gatherers subsistence of aquatic environments of central Patagonian (Chubut) during the Late Holocene; represented by fluvial environments (the lower valley of Chubut River, and the Lake Musters basin) and marine environments (the northern coast and the Chubut River mouth). On the basis of the

faunal structure of each environment, a predictive model of hunter-gatherers subsistence was raised and zooarchaeological expectations were derived; then, they were contrasted through the analysis of diversity and taxonomic abundance. The results show that the exploitation of small vertebrates was variable and economic factors do not reach to explain this variation.

Keywords: aquatic environments - zooarchaeology - taxonomic abundance - central Patagonia - Late Holocene

INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente los abordajes zooarqueológicos orientados a comprender la subsistencia de cazadores-recolectores han valorado los grandes mamíferos como el componente principal de la dieta, lo cual ha generado una visión estereotipada de la fauna pequeña relegada a recursos suplementarios o subóptimos (Stahl 1996; Zangrando 2003). En este sentido, los pequeños animales, principalmente los acuáticos, fueron frecuentemente agrupados en la categoría de “recursos chicos”, de la cual se desprenden algunas presunciones incorrectas: que son menos productivos y que su presencia en sitios arqueológicos son un indicio de intensificación económica como parte de situaciones de escasez de recursos (Erlandson 2001).

De igual modo, en Patagonia continental se enfatizó la importancia de los grandes animales, principalmente del guanaco y los otáridos, como los componentes principales de la subsistencia de cazadores-recolectores (Moreno y Castro 1995-96; Mengoni Goñalons 2007). En los últimos años esta situación se ha modificado, lo cual se ve reflejado en el aumento de estudios zooarqueológicos que incluyen animales pequeños (véase síntesis en Cruz et al. 2007). Se ha demostrado la explotación de fauna menor por parte de cazadores-recolectores que ocuparon ambientes fluviales (Martínez et al. 2005; Prates 2008; Prates y Acosta Hospitaleche 2010; Stoessel 2012; entre otros) y marinos (Izeta 1999; Gómez Otero 2006; Borella et al. 2011; Scartascini 2012; Gómez Otero et al. 2013; Hammond 2015; entre otros). Si bien estos avances han aportado un mayor entendimiento respecto del papel jugado por la fauna pequeña, e incluso sobre tendencias temporales en su aprovechamiento (Favier Dubois y Scartascini 2012; Stoessel 2012), la escala de análisis se circunscribe espacialmente a un ambiente acuático (marino o fluvial). En tal sentido, un abordaje de escala espacial amplia permitiría evaluar comparativamente el rol de la fauna pequeña en las subsistencias de poblaciones cazadoras-recolectoras que hicieron uso de diferentes espacios acuáticos continentales y marinos.

Sobre la base de lo planteado esta contribución evalúa las variaciones espaciales en la explotación de los vertebrados pequeños1 (peces, aves y mamíferos2) por parte de cazadores-recolectores del Holoceno tardío que habitaron los entornos acuáticos fluviales y marinos de Patagonia central extrandina, en especial de la provincia de Chubut. El área estudiada comprende el lago Musters, el valle inferior del río Chubut y su desembocadura, y la costa marina del norte de la provincia. Estas áreas presentan características ambientales, fisiográficas y ecológicas disímiles que ofrecieron una oferta de recursos variada a los cazadores-recolectores. Cabe destacar que los entornos acuáticos constituyen zonas de transición entre sistemas ecológicos adyacentes lo cual los convierte en espacios que aglutinan y dan refugio a varias especies (Di Castri et al. 1988), de modo que su estudio resulta interesante para evaluar la intensidad de uso por cazadores-recolectores.

Tal como se mencionó, el objetivo de este trabajo es evaluar la variabilidad espacial en la contribución de los vertebrados pequeños a la subsistencia desde una perspectiva zooarqueológica. Para ello, se elaboró un modelo basado en la Teoría de Aprovisionamiento Óptimo (Winterhalder y Smith 1981; Bettinger 1991; Kelly 1995), que fue utilizado como herramienta predictiva que partió de la premisa de que el aprovechamiento de vertebrados pequeños en Patagonia en general dependió de la oferta y distribución de los recursos alimenticios de cada ambiente, en especial los de mayor tamaño (Svoboda 2015; Svoboda y Gómez Otero 2015a). El abordaje metodológico implicó la utilización de las unidades del análisis de la diversidad y abundancia taxonómica (Grayson 1984; Broughton 1999; Reitz y Wing 1999), las cuales resultan útiles para monitorear la variabilidad de los restos de vertebrados pequeños entre los conjuntos faunísticos. De acuerdo con las presunciones del modelo antes mencionado se trazaron una serie de expectativas zooar-queológicas para el área de estudio, las cuales serán expuestas en el siguiente apartado.

MARCO AMBIENTAL Y ESTRUCTURA DE LOS RECURSOS FAUNISTICOS: EXPECTATIVAS PARA LA EXPLOTACIÓN DE VERTEBRADOS PEQUEÑOS

El área de estudio se extiende desde los 42° a 46° de latitud sur de la Patagonia extrandina. Comprende los entornos acuáticos fluviales, representados por la cuenca del lago Musters (CLM) y el valle inferior del río Chubut (VIRCH); y los marinos que corresponden a la costa norte de la provincia de Chubut (CN), incluyendo la desembocadura del río Chubut (figura 1). El clima del área es templado y árido, registrándose una zona climática semiárida en Península Valdés (Beeskow et al. 1987). Dada la extensión del área de estudio las variables atmosféricas son disímiles y en la faja costera están influenciadas por las condiciones oceánicas. En la costa marina y el VIRCH la temperatura media anual es de 12°C y el promedio anual de las precipitaciones es de 225 mm, mientras que en la CLM ronda los 9°C y las precipitaciones no superan los 150 mm (Beeskow et al. 1987).

Figura 1. Área de estudio y localización de los sitios arqueológicos. Referencias: 1) Delta del Arroyo Vulcana 1; 2) Laguna de la Flecha 10; 3) Cerro Pastel 11; 4) Loma Grande 1; 5) Cinco Esquinas 1;

6) San Pablo 6; 7) Barranca Norte; 8) Los Cangrejales Sur

La CLM se halla en una gran depresión de origen tectónico y erosivo denominada bajo de Sarmiento. El lago Musters cubre un área de 414 km2 y constituye, junto con su vecino lago Colhué Huapi, de 810 km2, relictos de un paleolago de gran extensión cuya formación se remonta probablemente al Pleistoceno final (González Díaz y Di Tommaso 2014). De acuerdo con el esquema de evolución del paleolago, el área sumergida fue disminuyendo paulatinamente durante el Holoceno y ca. 1500 años AP el fondo del valle se encontraba disponible para su ocupación (Moreno et al. 2016). En términos ecológicos tanto el Musters como el Colhué Huapi son lagos mesotróficos (Quirós 2004), lo cual implica un nivel intermedio de productividad. No obstante, el lago Musters tiene mayor profundidad relativa (promedia los 20 m) que el lago Colhué Huapi cuya profundidad promedio es de 2 m, por lo cual este último está más expuesto a procesos de evaporación (durante la época cálida) y a fluctuaciones estacionales. En lo que respecta a las comunidades vegetales terrestres se corresponde con el Distrito Central de la Provincia Patagónica cuya fisonomía es la estepa arbustiva con arbustos enanos en cojín y escasas gramíneas (León et al. 1998).

El VIRCH se inicia en la cola del embalse Florentino Ameghino y desemboca en Bahía Engaño. La geomorfología del segmento oriental se caracteriza por una llanura aluvial donde predominan áreas topográficas bajas e inundables, limitadas lateralmente por terrazas que conforman escalones de escasa altura relativa. Antes de la construcción del dique Florentino Ameghino en la década de 1960, las inundaciones en el río eran frecuentes. Según los relatos de colonos galeses, asentados a fines del siglo XIX, las crecidas -repentinas y catastróficas- anegaban todo el valle, de modo que debían refugiarse en las lomas de la margen norte hasta que el nivel del río descendía (Matthews 1992). Si bien las inundaciones ocurrían en el invierno el valle permanecía inundado hasta la primavera, pero podían perdurar remanentes de lagunas ribereñas hasta cuatro años después. En lo que respecta a la comunidad vegetal se corresponde a la subunidad del Monte Austral de la Provincia del Monte (León et al. 1998). Presenta una cobertura entre 20% y 50% donde predominan varias especies de algarrobo (Prosopis alpataco), jarilla (Larrea sp.) y quilimbay (Chuquiraga sp.) (Beeskow et al. 1987).

La CN comprende la desembocadura del río Chubut (Bahía Engaño) y Península Valdés. Esta última está conformada por distintos tipos de costas: los golfos Nordpatagónicos (golfo San José, golfo San Matías y golfo Nuevo), las de espigas de barrera e islas de caleta Valdés, el mar abierto entre Punta Delgada y Punta Norte. La batimetría de la costa norte es amplia y de relieve suave; en las mareas bajas ordinarias quedan expuestas grandes áreas intermareales, algunas con restingas o plataformas de abrasión que permiten el desarrollo de bancos de moluscos y otros invertebrados (Gómez Otero et al. 2017a). La topografía no supera los 110 msnm y el acceso al mar es posible y fácil en sectores con amplias bajadas litorales, topografías bajas o a través de cañadones o cárcavas cuyas cabeceras se encuentran varios kilómetros hacia el interior (Súnico 1996, en Gómez Otero et al. 2017a). A su vez, Península Valdés recibe la influencia de la Zona de Frentes de Mareas de la Patagonia y, dentro de ella, del Frente de Mareas de Península Valdés (Acha et al. 2004), que determinan la existencia de una alta productividad costera, en especial en primavera-verano. Fitogeográficamente, la desembocadura del río Chubut corresponde al Monte Austral de la Provincia del Monte y Península Valdés al Ecotono Monte- Patagonia donde conviven comunidades vegetales de ambas provincias fitogeográficas (León et al. 1998). En el tercio austral de Península Valdés, sobre la base del sistema de médanos, se desarrolla la estepa graminosa dominada por junquillo (Sporobulus rigens), flechilla (Stipa tenuis), tupe (Panicum urvilleanum), pasto hebra (Poa lanuginosa) y flechilla negra (Piptochaetium napostaense) y algunas no gramíneas como olivillo (Hyalis argéntea) y quilimbay (Chuquiraga avellanedae) que cubren el 60% y 80% del suelo.

Vertebrados terrestres y acuáticos de importancia económica para cazadores-recolectores

Los recursos faunísticos terrestres de mayor tamaño en las tres áreas ambientales son el guanaco (Lama guanicoe) y el choique (Rhea pennata). El guanaco llega a pesar entre 80 y 100 kg y el choique, si bien alcanza un peso menor (21 kg), presenta un contenido de lípidos totales proporcionalmente mayor al del guanaco: 1,2% (Saadoun y Cabrera 2008). Por su parte, solo en el entorno marino se distribuyen los otáridos de gran porte Arctocephalus australis (lobo marino de dos pelos) y Otaria flavescens (lobo marino de un pelo). El peso promedio de A. australis es de 159 kg para machos adultos, 48,9 kg para hembras adultas y 3,5 a 5,5 kg en las crías (Schiavini 1993). El porcentaje de grasa subcutánea sobre el peso total es de 12% en juveniles y adultos y 31% en cachorros (Schiavini 1993). Los tamaños de O. flavescens son aún mayores: los machos adultos pesan 300-340 kg, las hembras adultas 144 kg y las crías entre 10,2 y 14,8 kg (Vaz Ferreira 1976). Cabe mencionar que en la actualidad no se avistan ejemplares de A. australis en el área de estudio.

La fauna de vertebrados de menor tamaño comprende peces, aves y algunos mamíferos. En el entorno fluvial, la fauna íctica se caracteriza por la baja diversidad específica y se destacan la perca (Percitchys trucha) y el pejerrey patagónico (Odontesthes hatcheri) (Ringuelet 1975). Las aves acuáticas relacionadas con lagunas, lagos y ríos incluyen especies de las familias Rallidae, Ardeidae y Anatidae; de esta última se encuentran los cisnes (Cygnus sp.), el cauquén (Chloephaga sp.) y los patos (Anas sp.) cuyo peso corporal alcanza desde 1 hasta 5 kg. Asimismo, entre las aves terrestres de importancia se encuentra la martineta (Eudromia elegans). Entre los mamíferos se halla el coipo (Myocastor coypus) que tiene un peso promedio de 5,5 kg, pero que puede alcanzar los 10 kg.

En el entorno marino los ensambles de peces corresponden a dos grandes provincias biogeo-gráficas: la Argentina y la Magallánica (Balech y Ehrlich 2008). Los conjuntos más característicos se vinculan a parches de sustrato rocoso cuyas especies relativamente sedentarias, conspicuas y más abundantes son el mero (Acanthistius patachonicus), el turco (Pinguipes brasilianus), el salmón de mar (Pseudopercis semifasciata) y el escrófalo (Sebastes oculatus); otras especies más móviles y formadoras de cardúmenes que transitan los fondos rocosos son el papamoscas (Nemadactylus bergui), el besugo (Pagrus pagrus) y el sargo (Diplodus argenteus) (Irigoyen y Galván 2010). Asimismo, existen ensambles de peces costeros que se asocian a un hábitat de baja salinidad en la desembocadura del río Chubut: pejerrey (Odontesthes sp.), róbalo (Eleginops maclovinus), pez palo (Percophis brasiliensis), lacha (Ramnogaster arcuata) y anchoíta (Engraulis anchoita) y, entre los condríctios, pez gallo (Callorhynchus callorhynchus), gatuzo (Mustelus schmitti) y varias rayas (Bovcon comunicación personal). Entre las aves acuáticas marinas se encuentran el cormorán de cuello negro (Phalacrocorax magellanicus) con un peso promedio de 1,5 kg y el pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus) cuyo peso corporal promedio es de 4,5 kg.

En los tres ambientes se encuentran mamíferos terrestres de menor porte: roedores, dasipó-didos y carnívoros. La mara (Dolichotispatagonum) es un roedor de gran tamaño que pesa entre 7,7 y 8,3 kg, entre los dasipódidos se encuentran el peludo (Chaetophractus villosus) y el piche (Zaedyus pichiy) de entre 1 y 3 kg. Entre los carnívoros se destacan el gato montés (Leopardus geoffroyi) y el gato de pajonal (Leopardus colocolo) que alcanzan de 3 a 5 kg. Las especies de cánidos se componen por el zorro gris (Lycalopex gymnocercus) -con un peso entre 2,5 y 4,5 kg- y el zorro colorado (Lycalopex culpaeus) de mayor tamaño -el peso de los machos varía de 8 a 13 kg y el de las hembras de 6 a 7 kg-.

Sobre la base de la estructura diferencial de los recursos de vertebrados se generó un modelo y se derivaron expectativas zooarqueológicas (Svoboda 2015; Svoboda y Gómez Otero 2015a). Como queda de manifiesto a partir de los datos anteriores, en el ambiente marino la biomasa es mayor por la oferta conjunta de recursos del mar y de la tierra. Además, por su alto contenido de grasa, los otáridos son un recurso con un alto retorno energético que puede ser obtenido con una alta previsibilidad en los apostaderos de cría continentales, en los de ocupación invernal y/o en los ocasionales (Gómez Otero 2006). La productividad del litoral marino se incrementa en la desembocadura del río Chubut, debido a que se agregan especies fluviales y además constituye un ambiente estuarino, uno de los hábitats de mayor productividad de todos los espacios litorales (Perlman 1980). En este sentido, el modelo plantea que la abundancia, distribución y accesibilidad a recursos marinos y terrestres de alto retomo energético -otáridos y guanacos respectivamente-no habría propiciado el aprovechamiento regular ni intensivo de los vertebrados pequeños. Las expectativas zooarqueológicas son registrar menor abundancia relativa de vertebrados pequeños y una riqueza taxonómica acorde con la mayor disponibilidad de recursos que ofrece la costa.

Por su parte, para el ambiente fluvial -CLM y VIRCH- donde no hay disponibilidad de recursos marinos de alto retorno, el modelo propone un aprovechamiento de vertebrados pequeños más intensivo que en el ambiente marino. De acuerdo con ello, las expectativas zooarqueológicas son identificar mayor abundancia relativa de los especímenes asignados a este grupo.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS

En la CLM se relevaron los sitios arqueológicos Delta del Arroyo Vulcana 1 (DV1) y Cerro Pastel 11 (CP11) ubicados a un kilómetro de la costa este del lago Musters, y el sitio Laguna de la Flecha 10 (LF10) que se encuentra a orillas de una laguna anexada a dicho lago (figuras 1 y 2a). El registro arqueológico de estos sitios está compuesto por desechos líticos y óseos, presentes tanto en estratigrafía como en superficie, y por diferentes rasgos de ocupación (fogones, huellas de postes, entre otros). Esto llevó a interpretarlos como espacios residenciales donde se llevaron a cabo múltiples tareas (Moreno y Pérez Ruiz 2010). La cronología de ocupación se remonta a ca. 1500 AP (Moreno y Pérez Ruiz 2010) (tabla 1).

Por su parte, en el VIRCH se estudiaron los sitios arqueológicos Loma Grande 1 (LG1) y Cinco Esquinas 1 (CE1), ubicados a 30 km y 15 km del mar (figuras 1 y 2b). Se emplazan sobre albardones (10 msnm) asociados a antiguos cauces del río, los cuales habrían funcionado como sectores resguardados de las inundaciones (Svoboda y Gómez Otero 2015b). Presentan una alta densidad de huellas de fogón y material óseo, lítico y cerámico en superficie. Se interpretó su uso como bases residenciales donde se realizaron múltiples tareas relacionadas con talla, inhumación de restos humanos y procesamiento y cocción de alimentos (Gómez Otero 1994; Gómez Otero et al. 2010). Las dataciones radiocarbónicas ubican las ocupaciones en ca. 1200 AP (Gómez Otero et al. 2010) (tabla 1).

En lo que respecta a los sitios arqueológicos de la costa norte, se ubican en Península Valdés y en la desembocadura del río Chubut (figura 1). En Península Valdés se analizó el sitio San Pablo 6 (SP6) emplazado sobre una laguna costera (3 msnm) enmarcada por dos cordones de médanos vivos paralelos a la costa a 500 m de la línea de marea. Este sitio se destaca por una marcada estructuración del espacio cuyos rasgos de ocupación dan cuenta de su funcionamiento como base residencial (Gómez Otero et al. 2017b). En efecto, presenta un área de descarte donde se dio una gran acumulación de restos de vertebrados -pero no de moluscos- desechados luego del consumo. Se obtuvo una datación de 400 ±50 años AP (tabla 1).

En la desembocadura del río Chubut se estudiaron dos localidades arqueológicas: Barranca Norte (BN) y Los Cangrejales Sur (LC) (figura 1). La primera se emplaza sobre una antigua terraza fluvial (10 a 20 msnm) a 10 km al norte del cauce actual del río (figura 2c). Esta localidad se destaca por la superposición de lentes de conchero muy extensas, algunas de las cuales alcanzan longitudes de hasta 20 m. También se han hallado relictos de fogones en superficie. La diversidad de rasgos de ocupación (enterratorios, fogones, lentes de concheros superpuestas, material lítico) y la alta densidad de sitios sugieren ocupaciones de tipo base residencial y la recurrencia en el uso del espacio con tiempos de permanencia prolongados (Gómez Otero 2006). Las dataciones radiocarbónicas indican que esta localidad fue ocupada con mayor intensidad ca. 3000 años AP (tabla 1), aunque también se registran enterratorios múltiples datados en 250 años AP (Gómez Otero 2006). En el sector sur del estuario, se halla la localidad LC, emplazada sobre una terraza marina formada por acumulaciones litorales (5 msnm). El registro arqueológico de LC se presenta en forma de concentraciones de lentes de fogón en un perfil, muchas de ellas superpuestas, que se extienden de forma discontinua a lo largo de 100 m (figura 2d). Las edades radiocarbónicas obtenidas indican la ocupación de las terrazas en un lapso entre 2200 y 590 años AP (Gómez Otero et al. 2009) (tabla 1).

Figura 2. Paisaje de las localidades y sitios arqueológicos estudiados. a) Delta Vulcana 1 (DV1); b) Cinco Esquinas 1; c) Barranca Norte; d) Los Cangrejales Sur

MATERIALES Y MÉTODOS

Los restos estudiados contabilizan 18.176 que corresponden a 24 conjuntos zooarqueológicos (tabla 1). Fueron recuperados a partir de muéstreos de tamaños diversos realizados en superficie y en excavación. La recuperación de los materiales consistió en el tamizado de los sedimentos en el campo mediante el empleo de zarandas finas de 1 a 1,3 mm de malla. Si bien en una primera instancia los resultados se presentan discriminando los conjuntos, en el análisis de la diversidad y abundancia taxonómica estos se agrupan por localidad y de acuerdo con la naturaleza del muestreo (superficie o excavación).

La identificación taxonómica y anatómica de los especímenes óseos se realizó mediante el método comparativo utilizando la colección osteológica de referencia depositada en el Laboratorio de Arqueología del IDEAus (Puerto Madryn). Si bien se buscó asignar el espécimen en el nivel de especie, esto no siempre fue posible debido a la escasez de algunas taxa de referencia (sobre todo de las aves dulceacuícolas). Por lo tanto, se trabajó con distintos niveles de identificación. En el caso de los especímenes asignados a nivel Clase, fueron atribuidos a categorías taxonómicas basadas en el peso corporal del animal siguiendo los lineamentos planteados por Mengoni Goñalons (1999:42) para los mamíferos y de Giardina (2010) para las aves. Se utilizó el NISP (Número de Especímenes Identificados por taxón) y medidas relacionadas: NSP y NUSP, este último incluye los restos no identificados taxonómica y anatómicamente (Lyman 2008).

Para la estimación de la diversidad y abundancia taxonómica se aplicaron medidas como la riqueza (número de taxa presentes o NTAXA) y los índices de abundancia taxonómica (Grayson 1984; Broughton 1999). Con respecto a estos últimos se estimó el índice de vertebrados pequeños, basado en el tamaño corporal que incluye los peces, aves y mamíferos pequeños y medianos-pe-queño (Mengoni Goñalons 1999). Es normalmente expresado mediante la siguiente fórmula: NISPí/E NISP (Zangrando 2009:142). A su vez, otros índices de abundancia fueron generados para distintos taxones agrupados por su tamaño y hábitat y no por categorías línneanas (Stiner y Munro 2002). Estos fueron: a) Id vertebrados pequeños fluviales (incluye los peces, aves y coi-pos); b) Id de vertebrados pequeños terrestres (contempla a los dasipódidos, maras, zorros); c) Id vertebrados pequeños marinos (agrupa a los peces y aves); d) Id de otáridos; y, e) Id de guanaco. El cálculo de estos índices sigue el mismo procedimiento que el expresado para el índice de abundancia de vertebrados pequeños.

 

Tabla 1. Información de los muéstreos, Número de especímenes óseos (NSP) y cronología de los contextos zooarqueológicos estudiados

Sitio

Denominación del muestreo

Tipo de muestreo

Volumen/ área

NSP

Densidad

Cronología AP

Referencias (cronología)

DV1

DV1

excavación

2.500 dm3

6.276

2,5 NSP/dm3

1310 ±70 1490 ±70

1470 ±70 1490 ±90

Moreno y Pérez Ruiz 2010

LF10

LF10

excavación

128 dm3

373

2,9 NSP/dm3

1140 ±70

Moreno y Pérez Ruiz 2010

cpii

cpn

excavación

100 dm3

349

3,4 NSP/dm3

1540 ± 70

Svoboda 2015

LGl

LGl

excavación

202,5 dm3

2.917

14,4 NSP/ dm3

1210 ±60

Gómez Otero 2006

CEI

SI F1

excavación

135 dm3

221

1,6 NSP/ dm3

-

-

CEI

S2M1

superficial

1.600 dm2

196

0,1 NSP/dm2

-

-

CEI

S3 F2

excavación

100 dm3

2.001

20 NSP/ dm3

-

-

CEI

S3 CC1

superficial

400 dm2

10

0,02 NSP/dm2

1560 ± 90

Gómez Otero et al. 2010

SP6

M1/CC2

excavación

190 dm3

1.935

10,1 NSP/dm3

400 ± 50

Gómez Otero et al. 2017b

BN2

NI

excavación

32,5 dm3

42

0,7 NSP/dm3

3060 ± 80

Gómez Otero 2006

BN2

N2

excavación

50 dm3

803

16 NSP/dm3

-

-

BNP4

C1

excavación

8,1 dm3

29

3,5 NSP/dm3

2220 ± 60

Svoboda 2015

BNP4

C1 FM1

superficial

1.600 dm2

38

0,02 NSP/dm2

-

-

BNP5

C1

excavación

25 dm3

138

5,5 NSP/ dm3

2470 ±100

Svoboda 2015

BNP9E

LSup

excavación

3 dm3

124

41,3 NSP/dm3

2630 ± 80

Svoboda 2015

BNP9E

FM1

superficial

3.600 dm2

62

0,01 NSP/dm2

-

-

BNP90

CM1

excavación

40 dm3

10

0,25 NSP/dm3

-

-

LCS4

L2a

excavación

8 dm3

746

95,5 NSP/dm3

2040 ± 90

Gómez Otero et al. 2009

LCS4

L2b

excavación

2 dm3

208

104 NSP/dm3

-

-

LCS4

L2c

excavación

3 dm3

134

44,6 NSP/dm3

2290 ± 90

Gómez Otero et al. 2009

LCS4

L3

excavación

4 dm3

262

65,5 NSP/dm3

1980 ± 60

Gómez Otero et al. 2009

LCS5

LO inf

excavación

4 dm3

19

4,7 NSP/dm3

590 ± 70

Gómez Otero et al. 2009

LCS5

L1

excavación

4 dm3

128

32 NSP/dm3

840 ± 60

Gómez Otero et al. 2009

LCS6

Lsup

excavación

6,2 dm3

125

20 NSP/dm3

1490 ± 70

Gómez Otero et al. 2009

Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XLIV (2), julio-diciembre 2019: 279-303

Referencias: DV1: Delta del Arroyo Vulcana 1; LF10: Laguna de la Hecha 10; CP11: Cerro Pastel 11; LG1: Loma Grande 1; CEI: Cinco Esquinas 1; SP6: San Pablo 6; BN: Barranca Norte; LC: Los Cangrejales Sur.

 

Los taxa considerados en el análisis de la diversidad y abundancia taxonómica fueron aquellos que presentaron evidencias de aprovechamiento antròpico. Se tuvo en cuenta la presencia de modificaciones culturales (huellas de corte y de percusión y daño por combustión). Asimismo, se evaluó el estado de preservación general de los especímenes de los diferentes conjuntos a partir del estado de fragmentación utilizando el índice NISP/NSP (Lyman 2008:266). Otras variables tafonómicas fueron integradas para evaluar el estado de preservación: meteorización y alteraciones de origen natural (raíces, depósitos de manganeso, carbonatos, entre otros) (Behrensmeyer 1978; Lyman 1994). Estos resultados son presentados de forma sintética de modo que se sugiere remitirse a Svoboda (2015) para un mayor detalle del análisis tafonómico.

RESULTADOS

En los sitios de CLM los restos analizados suman 6.998 (tabla 2), entre los cuales se identificaron especímenes de guanaco en los tres conjuntos (DV1 NISP%=27,0; CP11 NISP%=37,0; LF10 NISP%=5,6). También en DV1 y LF10 se asignaron especímenes de peces fluviales (NISP%=24,4 y 19%, respectivamente), dasipódidos -elementos del endoesqueleto y placas- (NISP%=1,4 y 22,3 %) y aves indeterminadas (NISP%=0,3 y 5,1). En lo que respecta a la preservación, los restos de los sitios ubicado al oeste del lago Musters -DV1 y CP11- presentaban improntas de raicillas (19,4% y 13,8%) y precipitaciones de manganeso, sugiriendo condiciones de depositación húmedas y formación de suelo. La meteorización en mamíferos grandes fue baja y la mayor parte de los especímenes (DV1=73%; CP11=99,4%) se distribuyeron en los estadios 0 y 1. No se observaron exfoliaciones ni agrietamientos en los peces. Por su parte, el conjunto de LF10 ubicado en la orilla este del lago muestra menor integridad del conjunto estimada por una alta incidencia de meteorización (estadios 2 a 3). Con relación al aprovechamiento antrópico, se registró daño por combustión en restos de peces -perca y pejerrey patagónico- (DV1=0,4%; LF10=18,1%); placas del exoesqueleto de dasipódidos (DV1=24%) y guanaco (DV1=1,4%; CP11=11,6%). Las huellas de procesamiento no fueron detectadas en peces y dasipódidos, pero sí en guanaco. Se trata de marcas de corte y percusión (DV1=3,6%; CP11=4,4%) y fracturas frescas en huesos largos del esqueleto apendicular. De acuerdo con el patrón de huellas de DV1 y CP11, habrían tenido lugar tareas de cuereado, descarne y consumo de las partes transportadas. Las evidencias de fractura en todos los elementos del esqueleto apendicular, incluyendo falanges y metapodios, demuestra la extracción intencional del contenido medular (Svoboda 2015).

En el VIRCH fueron analizados 2.919 restos óseos recuperados en LG1 y 2.425 correspondientes a los cuatro conjuntos de CE1 (tabla 2). Se observa la recurrencia de peces (LG1 NISP%=37,6; CE1 NISP%=86,6), aves medianas -mayormente anátidos- (LG1 NISP%=13,2; CE1 NISP%=8,1) y coipo (LG1 NISP%=20,8; CE1 NISP%=3,4). Entre los peces domina la especie fluvial perca, pero también se hallaron otolitos del taxón marino A. patachonicus (tabla 2), el cual si bien no presenta evidencias de procesamiento se infiere su traslado al sitio ya que esta especie no habita los ríos. Asimismo, se asignaron restos de dasipódidos (LG1 NISP%=21,6;

CE1S2M1 NISP%=14,6), correspondientes en su mayoría a placas móviles. Los guanacos fueron recuperados en LG1 (NISP%=0,1) y CE1S2M2 (NISP%=0,6) (tabla 2). Con respecto al estado de preservación, los conjuntos provenientes de excavación muestran una baja incidencia de meteo-rización en todos los grupos taxonómicos: peces, aves, coipos, en tanto que en los especímenes de peces, aves y coipos recuperados en muéstreos de superficie se hallan blanqueados por acción solar y presentan líneas y grietas de desecación e inicio de exfoliación de la superficie cortical (Svoboda 2015). Las evidencias de aprovechamiento antrópico fueron detectadas tanto en especímenes de los conjuntos de estratigrafía como en los de superficie. Se observó termoalteración en peces (LG1=83%; CE1S3F2=0,9%; CE1S2M1=7,1%), aves (LG1=55%), coipo (LG1=41,7; CE1S2M1=8,6% y en el único espécimen de S3F2). Las huellas de procesamiento se identificaron en restos de anátidos (NISP=4) y coipo (NISP=10) correspondientes a LG1; y, en un espécimen de anátido de CE1S1F1 (Svoboda y Gómez Otero 2015b:figuras 2 y 3). La baja frecuencia de modificaciones antrópicas en el conjunto se debe al tamaño pequeño de las presas y otros factores discutidos en Svoboda y Gómez Otero (2015b).

En la CN fueron analizados 1.967 restos óseos del sitio SP6, 1.249 de los ocho conjuntos de la localidad BN y 1.640 correspondientes a los siete conjuntos de la localidad LC. En SP6 (Península Valdés) se observa el aprovechamiento de una amplia variedad de vertebrados terrestres y marinos de distintos tamaños. Se identificaron restos de otáridos (NISP%=50,5), entre los que se encuentran O. flavescens y A. australis (tabla 3). Asimismo, se hallaron restos de guanaco (NISP%=4, 9), aves marinas -Phalacrocorax sp. y S. magellanicus- (NISP%=1,6), y dasipódidos (NISP%=3,4), cuyas partes anatómicas corresponden exclusivamente a placas del exoesqueleto (tabla 3). La preservación del conjunto muestra una baja incidencia de la meteorización en los restos de mamíferos (75% en los estadios 0 y 1). Asimismo, se observó daño térmico tanto en aves (69,7%) como en otáridos, guanaco y dasipódidos (49,3%). Por su parte, solo fueron detectadas huellas de corte y percusión (0,6%) en guanaco y otáridos atribuibles a las etapas de desarticulación y descarne. Por tratarse de un área de descarte, los recursos se habrían procesado y consumido en otro sector del sitio y luego descartados en este basural del campamento residencial.

Los conjuntos de la localidad BN (norte de la desembocadura del río Chubut) muestran una composición diversa que incluyen taxones de diferentes tamaños del ambiente marino y terrestre, pero también de los entornos fluviales. Los restos fueron asignados a peces (NISP%=17,0); aves -mayormente asignables a cormorán- (NISP%=0,7), dasipódidos (NISP%=2,7); guanacos (NISP%=29,5) y otáridos (NISP%=13,2), entre los que se identificaron ambas especies (O.flavescens y A. australis) (tabla 3). Asimismo, se registró un espécimen de copio en BNP4 C1 FM1. En lo que respecta a los peces, las especies más abundantes y recurrentes son el pejerrey, el róbalo y el mero, y en menor medida, otras taxa ícticos de fondos rocosos como morenas y nototénidos (tabla 3). En lo que refiere a la preservación, los especímenes de mamíferos de los conjuntos excavados no fueron afectados por la meteorización a diferencia de los de superficie donde algunos especímenes alcanzaron los estadios 2 y 3 (Svoboda 2015:figura 8.10). Asimismo, la presencia de marcas de raíces y manganeso en todos los conjuntos (Svoboda 2015:figura 8.11) sugiere un ambiente de mayor humedad relativa, donde también se habría dado la formación de un suelo. En cuanto al aprovechamiento antrópico, se registró daño térmico en vértebras de peces (BNP5C1=6,6%), restos de guanaco y otáridos (BN2N2=19,4%; BNP5C1=36,1%; BNP9E=5,9%; BNP9-0 CM1=25%). Otras evidencias antrópicas, tales como huellas de corte y percusión (BN2N2=4,9%; BNP5C1=2,1 %; BNP9E=32,1%; BNP9- E FM1=71,4%), fueron detectadas mayormente en guanacos y en otáridos en menor frecuencia. Las huellas relacionadas con la percusión se distribuyen exclusivamente en el esqueleto apendicular de guanaco y corresponden a negativos de impacto y lascado y en algunos casos a lascas. A su vez, el patrón de fractura de los huesos largos se corresponde con fracturas frescas, varias de las cuales se asocian con atributos vinculados a la percusión. Finalmente, un espécimen diáfisiario de húmero de Z. pichiy presenta una huella de corte.

 

Taxón

DV1

CPU

LF10

LG1

CE1-S1F1

CE1-S2M1

CE1-S3F2

CE1-S3CC1A

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

Peces indeterminado

541 (E)

-

-

-

3(E)

-

105 (E)

-

1(X)

-

20(E)

-

1.273 (E)

-

4(E)

1

P. trucha

379 (E)

7

-

-

6(E)

1

284(E)

6

2(E)

1

22 (E)

1

307 (E)

8

-

-

O. hatcheri

18(E)

1

-

-

2 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

A. patachonicus

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

3(E)

3

-

-

Ave mediana indeterminada

10 (X)

1

-

-

3 (E?)

1

110(E)

-

73 (E)

-

64(E)

-

-

-

-

-

Anatidae

-

-

-

-

-

-

27 (E)

4

9(E)

2

7(E)

2

-

-

-

-

Rodentia*

8 (X)

-

-

-

9 (X)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Caviidae

3 (X)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

'

M. australis

19 (X)

5

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

'

Mamífero mediano-pequeño indeterminado

-

-

-

-

-

-

67(E)

-

13(E)

-

-

-

-

-

-

¦

M. coypus

-

-

-

-

-

-

215 (E)

5

28 (E)

1

23 (E)

1

1(E)

1

-

-

Dasypodidae

33 (E)

-

-

-

9(E)

-

198 (E)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Z. pichiy

8(E)

1

-

-

4(E)

1

25 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

C. villosus

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

24 (E?)

1

-

-

-

-

Mamífero grande indeterminado

1.575 (E)

-

120(E)

-

17(E)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

L. guanicoe

978 (E)

11

72 (E)

4

5(E)

2

1(E)

1

-

-

1(E)

1

-

-

3(E)

1

NISP

3.572

-

192

-

58

-

1032

-

126

-

161

-

1.584

-

7

-

NUSP

2.704

-

157

-

315

-

1.883

-

95

-

34

-

420

-

0

-

NSP

6.276

-

349

-

373

-

2.915

-

221

-

195

-

2.004

-

7

-

Ariadna Svoboda - Los vertebrados pequeños en la subsistencia de cazadores-recolectores de ..

Referencias: E =expl otado; X= presencia. *= Para el análisis de la diversidad y abundancia taxonómica los roedores menores a 1 kg no fueron considerados.

 

Respecto de la localidad LC (sur de desembocadura río Chubut) los restos fueron asignados a peces (NISP%=76,9), aves -atribuibles mayormente a las especies marinas Phalacrocorax sp. y S. magellanicus- (NISP%=5,4), dasipódidos -placas dérmicas del exoesqueleto- (NISP%=5,3) y, en menor medida, guanaco y otáridos (NISP%=2,8) (tabla 3). En cuanto a los peces la diversidad taxonómica señala la explotación primordial de róbalos y pejerreyes y, en menor medida, de mero y bagre de mar. La mayoría de los especímenes fueron asignados a categorías de baja meteoriza-ción (estadios 0 y 1), con excepción del conjunto LC-S4L3 que presenta estadios más avanzados de destrucción ósea (estadios 2 y 3), lo que podría sugerir una exposición más prolongada de los restos óseos (Svoboda 2015:figura 8.16). En cuanto a las modificaciones de origen natural, en general son escasas: marcas de raíces en LC-S5 LO-inf (5,3%) y en LC-S6 Lsup. (10,2%) y depósito de carbonato en LC-S5 L1 (9,2%). Se detectó daño térmico en aves marinas (LC-S6 L sup=8,6%) y mamíferos -incluidos restos del exoesqueleto de dasipódidos- (LC-S4L2a=34,7%; LC-S4L2c=44,4%; LC-S5L1=25%). Las huellas de corte y percusión se detectaron en aves y cormorán (LC-S6Lsup=6,8%) y en guanaco (LC-S4 L2a=1,6%; LC-S5 L1=25%; LC-S6 L sup=11,1%).

Análisis de la diversidad y abundancia taxonómica

Lo expresado anteriormente brinda un panorama general de la composición y abundancia de los conjuntos en los diferentes entornos acuáticos. En este sentido, para afinar la comprensión de la contribución relativa de los taxones se utilizan medidas de diversidad e índices de abundancia taxonómica. Previo a su aplicación se evaluó la posible incidencia de factores (volumen excavado, el tamaño de la muestra y el estado de preservación) sobre las medidas empleadas (Grayson 1984). Tal como se observa en la tabla 1 la densidad de restos faunísticos hallados en cada uno de los muéstreos es muy variable (rango de 0,7 a 104,0 NSP/dm3), de modo que se correlacionó el volumen excavado (dm3) con el NSP obteniéndose valores no significativos (rs=0,3, p>0,5), lo cual sugiere que las dimensiones de los muestreos no afectaron las frecuencias de restos óseos recuperados en cada uno de los conjuntos. En segundo término, se indagó la incidencia del tamaño de la muestra faunística sobre la cantidad de taxones presentes (Grayson 1984). Se correlacionó el NISP con el NTAXA de cada muestreo obteniéndose un valor no significativo (rs=0,00; p >0,5), que indica que las tendencias observadas en el análisis de la diversidad faunística no están mediadas por el tamaño de las muestras. En tercer lugar, se evaluó el estado general de fragmentación de los conjuntos faunísticos y de los grupos taxonómicos, ya que este aspecto podía afectar la unidad de medida del NISP (Grayson 1984; Lyman 2008) y, por carácter transitivo, las medidas de la diversidad faunística derivadas de dicha unidad de cuantificación. En la figura 3 se observa la fragmentación general (índice NISP/NSP) de los conjuntos. Los valores sugieren una incidencia baja (media=0,69 ± 0,18) y homogénea de los procesos destructivos. Se observa un único caso anómalo correspondiente a LF10, cuyos especímenes demostraron un significativo deterioro debido a los procesos de meteorización ósea; es por ello por lo que el conjunto fue apartado del análisis. Por otro lado, es de destacar que ningún conjunto de guanaco mostró covariación entre la densidad mineral ósea y las partes esqueletales, de modo que este factor no fue influyente en la supervivencia de los elementos del conjunto (Svoboda 2015).

Como primera aproximación se aplicó la unidad de medida de la riqueza taxonómica (NTA-XA), entendida como el número de taxa presentes en un conjunto (Grayson 1984; Lyman 1994, 2008). Como se observa en la figura 4, la cantidad máxima de taxa de vertebrados explotadas se registra en la costa norte (NTAXA=7); en tanto que los valores son similares para el VIRCH (NTAXA=5) y la CLM (NTAXA=4).

En la figura 5 se observa el índice de vertebrados pequeños cuyos valores van de 0 a 1, siendo las cifras cercanas a 1 reflejo de una abundancia relativa alta. En los conjuntos del VIRCH

Taxón

SP6- M1/CC2

BN2-N1

BN2-N2

BNP4 C1

BNP4 C1 FM1

BNP5 C1

BNP9- E Lsup MI

BNP9-E

FM1

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

Peces indeterminados

-

-

1(X)

1

158 (E)

-

-

-

-

-

18 (E)

-

-

-

-

-

Nototheniidae

-

-

-

-

5 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Scombridae

5(X)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Triakidae

-

-

-

-

2 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

E. maclovinus

-

-

-

-

31 (E)

2

-

-

-

-

14 (E)

1

-

-

-

-

Odontesthes sp.

-

-

-

-

59 (E)

3

-

-

-

-

10 (E)

1

-

-

-

-

N. barbas

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

A. patachonicus

-

-

-

-

4 (E)

1

-

-

-

-

18 (E)

1

-

-

-

-

AustroJycus sp.

-

-

-

-

13 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Ave mediana indeterminada

55 (E)

-

-

-

-

-

3 (X)

-

-

-

3 (X)

-

-

-

-

-

Anatidae

4 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

S. magellanicus

7(E)

2

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Phaíacrocorax sp.

20 (E)

2

-

-

-

-

1 (E)

1

1 (E)

1

2 (E)

1

-

-

-

Mamífero

indeterminado

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Rodentia*

12 (X)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Mamífero mediano-pequeño indeterminado

9(E)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

M. coypus

-

-

-

-

-

-

-

-

1 (E)

1

-

-

-

-

-

-

Dasypodidae

32 (E)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

2 (X)

-

-

-

-

-

Z. pichiy

15 (E)

1

-

-

26 (E)

2

-

-

-

-

6 (E)

1

-

-

-

-

C. villosus

6 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Taxón

SP6- M1/CC2

BN2-N1

BN2-N2

BNP4 C1

BNP4 C1 FMI

BNP5 C1

BNP9- E Lsup MI

BNP9-E

FMI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

Mamífero grande indeteiminado

527 (E)

-

24 (E)

-

222 (E)

-

3 (E)

-

13 (E)

-

11 (E)

-

63 (E)

-

15 (E)

-

L. guanicoe

76 (E)

2

12 (E)

1

163 (E)

2

-

-

8(E)

1

11 (E)

1

21 (E)

1

41 (E)

5

Otariidae

736(E)

-

-

-

-

-

8(E)

1

6 (E)

-

16 (E)

-

-

-

-

-

O. flavescens

22 (E)

2

-

-

-

-

-

-

-

-

1 (E)

1

-

-

-

-

A. austraiis

19 (E)

2

-

-

-

-

-

-

1 (E)

1

-

-

-

-

-

-

Cetácea

2 (X)

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Delphinidae

2 (X)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

NISP

1.549

-

37

-

683

-

15

-

30

-

112

-

84

-

56

-

NUSP

418

-

5

-

120

-

14

-

8

-

26

-

40

-

6

-

NSP

1.967

-

42

-

803

-

29

-

38

-

138

-

124

-

62

-

Taxón

BNP9- O CM1

LC-S4 L2a

LC-S4 L2b

LC-S4 L2c

LC-S4 L3

LC- S5 LOinf

LC-S5 L1

LC-S6 sup

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

Peces indeterminados

-

-

315 (E)

-

116 (E)

63 (E)

-

144 (E)

-

2 (E)

-

64 (E)

-

-

-

Nototheniidae

-

-

-

-

-

-

-

-

8 (E)

1

-

-

-

-

-

-

Scombridae

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Triakidae

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

E. maciovinus

-

-

38 (E)

4

26 (E)

2

13 (E)

1

11 (E)

1

-

-

6 (E)

1

-

-

Odontesthes sp.

-

-

41 (E)

2

3 (E)

1

6 (E)

1

3 (E)

1

-

-

-

-

-

-

N. barbas

-

-

-

-

3 (E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

A. patachonicus

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

2 (E)

1

-

-

-

-

Austroiycus sp.

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Taxón

BNP9- O CM1

LC-S4 L2a

LC-S4 L2b

LC-S4 L2c

LC-S4 L3

LC- S5 LOinf

LC-S5 L1

LC-S6 sup

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

NISP

MNI

Ave mediana indeterminada

-

-

2 (X)

1

-

-

3 (X)

1

-

-

-

-

2 (E?)

1

20

(E?)

1

Anatidae

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

S.magellanicus

-

-

-

-

-

-

-

-

1(E)

1

-

-

-

-

1(E)

1

Phaíacrocorax sp.

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

37 (E)

3

Mamífero

indeterminado

-

-

48

-

-

-

-

10

-

-

-

-

-

-

-

Rodentia*

-

-

3 (X)

1

-

-

-

-

-

-

3 (X)

2

-

1

1(X)

1

Mamífero mediano-pequeño indeterminado

-

-

2

-

-

-

1

-

-

-

-

3

-

-

-

M. coy pus

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Dasypodidae

-

-

51 (E)

-

-

-

5(E)

1

-

-

-

-

-

-

-

-

Z. pichiy

-

-

3(E)

1

-

-

-

-

5 (E?)

1

-

-

-

-

C. villosus

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

1 (E?)

1

-

-

-

-

Mamífero grande indeterminado

3

-

-

-

-

-

-

-

7

-

7

-

-

-

6

L. guanicoe

1(E)

1

10(E)

1

-

-

3(E)

1

2(E)

1

2(E)

1

1(E)

1

3(E)

1

Otariidae

4(E)

1

1(E)

1

-

-

-

-

6(E)

1

-

-

-

-

O. flavescens

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

A. australis

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Cetacea

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Delphinidae

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

NISP

8

-

514

-

148

-

94

-

197

-

17

-

76

-

68

-

NUSP

2

-

250

-

60

-

40

-

65

-

2

-

52

-

48

-

NSP

10

-

764

-

208

-

134

-

262

-

19

-

128

-

125

-

Ariadna Svoboda - Los vertebrados pequeños en la subsistencia de cazadores-recolectores de ..

Referencias: E ^explotado; X= presencia.

oa *= Para el análisis de la diversidad y abundancia taxonómica los roedores menores a 1 kg no fueron considerados.

Figura 4. Riqueza taxonómica (NTAXA) de los conjuntos faunísticos de vertebrados la cuenca del lago Musters (en gris claro), del valle inferior del río Chubut (gris oscuro) y de la costa norte de la provincia de Chubut (en negro)

(LG1 y CE1) y los de LC (costa norte-desembocadura río Chubut), el índice mantiene valores altos de forma homogénea, es decir, en todos predominan los vertebrados pequeños. En BN (costa norte-desembocadura río Chubut), el índice de abundancia de vertebrados pequeños muestra diferencias entre los conjuntos excavados y los de superficie: los primeros presentan un valor bajo, mientras que en los segundos es muy bajo. La ausencia de restos de vertebrados pequeños en los contextos expuestos se debería principalmente a los procesos postdepositacionales que inciden notablemente en su preservación. De este modo, se infiere un sesgo en los contextos de superficie que no estarían evidenciando el espectro completo de fauna explotada. Finalmente, los conjuntos de la CLM (DV1 y CP11) y de SP6, la contribución de vertebrados pequeños es baja.

En cuanto a los índices de abundancia de los grupos taxonómicos definidos anteriormente de acuerdo con su tamaño y hábitat (fluvial, terrestre o marino) se observan diferencias y similitudes dentro de los ambientes y entre ellos. En la CLM el índice de abundancia muestra que el guanaco fue el recurso más importante y que los vertebrados pequeños -peces y dasipódidos- constituyen recursos secundarios, aunque los dasipódidos muestran valores muy bajos (figura 6). En lo que respecta al VIRCH los índices de abundancia indican el predominio de los vertebrados pequeños fluviales (peces, aves y coipo) en tanto que los especímenes de vertebrados pequeños terrestres (dasipódidos) y el guanaco son escasos a nulos (figura 6).

Respecto de la costa norte, en SP6 los índices de abundancia señalan el predominio de otáridos y guanaco -en menor medida-, por sobre los grupos de vertebrados pequeños marinos y terrestres (figura 6). Por su parte, en la desembocadura del río Chubut, los índices de abundancia muestran dos tendencias. Por un lado, en BN el guanaco presenta mayor contribución en términos de especímenes óseos tanto en los conjuntos de superficie como en los excavados. A su vez, en los contextos excavados los vertebrados pequeños marinos (compuestos mayoritariamente por peces) constituyen un grupo destacado. Por otro lado, en LC se hace evidente la superior abundancia de vertebrados pequeños marinos (peces y aves) mientras que los restantes grupos taxonómicos se hallan representados en una baja abundancia (figura 6).

Figura 5. índice de abundancia de vertebrados pequeños de los conjuntos zooarqueológicos de ambientes fluviales y marinos

Figura 6. índices de abundancia taxonómica de los conjuntos zooarqueológicos de los ambientes fluviales y marinos. *: No se contabilizaron las placas del exoesqueleto de dasipódidos

DISCUSION Y CONCLUSIONES

Retomando el modelo de subsistencia planteado para el área de estudio, es posible afirmar que hubo corroboración completa o parcial de algunas expectativas zooarqueológicas, en tanto otras no se cumplieron. Para los sitios de la costa marina la cantidad de taxones explotados por la poblaciones cazadoras-recolectoras es la más alta, lo que se correlacionaría con la amplia diversidad de oferta de recursos costeros. Por su parte, en el ambiente fluvial la diversidad de taxones aprovechados fue similar entre los sitios de la cuenca del lago Musters y del valle inferior del río Chubut, pero menor a la registrada en el entorno marino.

En la cuenca del lago Musters el guanaco fue el recurso más relevante y, entre los vertebrados pequeños, solo se registró aprovechamiento de peces fluviales (percas y pejerrey patagónico) y, en menor medida, de dasipódidos. En este sentido, a diferencia de las expectativas derivadas del modelo, la abundancia taxonómica de los vertebrados pequeños es baja en general. En lo que refiere a la perca -especie predominante entre los peces- se estima su captura en primavera-verano, momento en el que se ocuparon los sitios (Moreno y Svoboda 2013; Svoboda 2015). Su obtención habría constituido una actividad de bajo costo ya que durante la primavera-verano estos peces se acercan con mayor frecuencia a la zona litoral vegetada para producir el desove (Aigo 2013, comunicación personal). En estas circunstancias podrían haber sido capturadas mediante el empleo de redes y líneas (Reyes y Svoboda 2016). Asimismo, las evidencias de trozamiento de huesos del esqueleto apendicular de guanaco para obtención de médula dan cuenta de la búsqueda de grasas. Esta estrategia también se habría canalizado a partir de la ingesta de percas y dasipódi-dos, recursos que aportan importantes nutrientes y lípidos. En este sentido, en la cuenca del lago Musters estos pequeños vertebrados habrían representado recursos complementarios en la dieta.

En suma, para la cuenca del lago Musters las expectativas zooarqueológicas no se cumplen en tanto que el aprovechamiento de los vertebrados pequeños no fue intensivo. Cabe mencionar que en las estaciones de primavera y verano la abundancia y disponibilidad de recursos fluviales es alta. Tal como se mencionó, en este período los peces desovan en el litoral somero y las aves acuáticas nidifican en las orillas vegetadas. Sin embargo, los conjuntos estudiados señalan que la explotación de recursos fluviales estuvo centrada en los peces y llamativamente no se registra el aprovechamiento de otras especies conspicuas de los ambientes lacustres, como las aves y el coipo. Una explicación a esta situación puede relacionarse con las características ambientales y oportunidades de captura en este lago. Si bien en términos ecológicos el lago Musters presenta un nivel intermedio de productividad (mesotrófico), su alta profundidad no propiciaría la proliferación de humedales que son hábitats de alta productividad primaria y biomasa. En este sentido, la accesibilidad a aves y coipos implicaría mayores costos y, por lo tanto, no sería una estrategia óptima frente a la captura de guanacos y percas. Cabe mencionar, no obstante, que todas estas interpretaciones pueden estar sesgadas por las limitaciones del registro arqueológico del lago Musters ya que hay escasez de sitios en estratigrafía y también problemas de preservación de los restos arqueofaunísticos (Moreno et al. 2007). Si bien se ha prospectado la totalidad del perímetro del lago, en pocos casos se han podido rescatar conjuntos faunísticos, de modo que las tendencias aquí presentadas podrían ser modificadas en un futuro. En este sentido, es importante mencionar el hallazgo reciente de sitios en el vecino lago Colhué Huapi, que evidenciaron la abundante presencia de restos óseos de pequeños vertebrados (peces, aves y coipos) (Svoboda y Moreno 2018), lo que aportaría sustento al modelo.

En el valle inferior del río Chubut la fauna fluvial -peces, aves y coipo- es la de mayor abundancia taxonómica respecto del guanaco y los vertebrados pequeños terrestres, lo que corrobora las expectativas zooarqueológicas derivadas del modelo. Dada la cercanía de los sitios al río, los recursos fluviales se habrían obtenido en el área inmediata y en distintas estaciones del año, tal como lo demuestra la lectura de anillos de otolitos de perca (Svoboda y Gómez Otero 2015b). Se ha hipotetizado que el contundente predominio de fauna menor fluvial en estos sitios se vincularía con la explotación oportunista de estos recursos durante las grandes crecientes del río, que tuvieron una relativa periodicidad y cuyos efectos se prolongaron durante varios meses (Gómez Otero et al. 2010; Svoboda y Gómez Otero 2015b). Estas inundaciones habrían generado un ambiente ribereño de aguas poco profundas muy favorable para la fauna fluvial, pero no para los animales terrestres, entre ellos el guanaco y el choique. Esto habría disminuido la disponibilidad de estas grandes presas en el valle y propiciado la aplicación de estrategias para minimizar el riesgo a través de la incorporación de recursos de menor jerarquía a la dieta.

En la costa norte se cumple la expectativa zooarqueológica de registrar una amplia variedad de especies explotadas, pero hay situaciones diferentes en ambos sectores costeros. En Península Valdés los vertebrados más representados son las presas grandes: guanacos y otáridos, mientras que el registro de vertebrados pequeños es bajo en general. Esto implica que los vertebrados pequeños no contribuyeron de forma importante a la alimentación. La composición del conjunto estudiado presenta situaciones similares a la de otros sitios de la península como La Armonía (Muestreo 2), Los Abanicos 1 (Fogón 1) y El Riacho 1 donde se constató el predominio de guanacos y/o de otáridos (Gómez Otero et al. 2002; Gómez Otero y Suárez 2005; Gómez Otero 2006). La presencia de otáridos en los registros respondería a las numerosas colonias y las condiciones ambientales propicias para su acceso a todas las costas ya que la península presenta una configuración espacial cuasi circular, un radio máximo de 45 km y la carencia de barreras geográficas internas (Gómez Otero et al. 2017a).

Por su parte, en la desembocadura del río Chubut la importancia de los vertebrados pequeños es variable. En BN, si bien guanacos y otáridos son los recursos más abundantes en los conjuntos zooarqueológicos, en comparación con Península Valdés hay mayor proporción de vertebrados pequeños, principalmente peces marinos diversos (pejerrey, róbalo, mero, morenas y nototénidos). Con respecto a LC, la expectativa zooarqueológica no se cumple ya que los vertebrados pequeños, representados por los peces marinos, son dominantes en los conjuntos. Esta diferencia entre los sitios de la desembocadura se relacionaría con las actividades desarrolladas en cada una de estas localidades (Svoboda y Gómez Otero 2015a): para BN se han inferido ocupaciones prolongadas de tipo base residencial (Gómez Otero 2006), mientras que la localidad LC habría funcionado como un espacio de actividades limitadas y de corta duración vinculadas con la pesca y extracción de moluscos (Gómez Otero et al. 2009).

Cabe mencionar que los resultados alcanzados en este trabajo permitieron discutir el rol de los vertebrados pequeños en la subsistencia desde un abordaje zooarqueológico considerando su contribución en términos de números de especímenes. Algunas limitaciones surgen de este abordaje, principalmente porque el NISP no permite establecer la contribución de las especies en términos de rendimiento a la dieta (Gryason 1984). Un procedimiento utilizado para evaluar este aspecto es considerar el MNI de las especies involucradas (Lyman 2008) y multiplicarlo por los valores estimados sobre el aporte de biomasa y de rendimiento calórico (véase Zangrando 2009). Este abordaje será aplicado en un análisis futuro, el cual ayudará a afinar las interpretaciones en términos de la contribución de los vertebrados pequeños a la dieta de los antiguos pobladores de ambientes acuáticos fluviales y marinos de Patagonia central.

A modo de conclusión, si bien hubo discrepancias entre el modelo de dieta óptima y parte del registro arqueológico, su aplicación demostró su utilidad como herramienta metodológica para ordenar la información ambiental de la oferta de recursos y generar expectativas zooarqueológicas. Además, señaló la diversidad de factores y situaciones que se dieron en las tres áreas durante el Holoceno tardío, como la accesibilidad y/o las oportunidades de captura frente a situaciones de alta productividad (por ej. eventos de inundación), y las decisiones humanas respecto de cómo y cuándo usar esos recursos. Además de ellos, en el futuro y con la ampliación de las investigaciones será necesario explorar cómo otros factores no estrictamente ambientales inciden en la variabilidad del registro arqueológico, tales como las modalidades de uso del espacio (por ej. uso estacional, duración de las ocupaciones, funcionalidad de los sitios, etc.) y procesos de formación (por ej. preservación diferencial del registro faunístico en diferentes contextos ambientales). Algunos de ellos fueron tratados en este trabajo; a modo de ejemplo, la composición y abundancia taxonómica de las localidades Los Cangrejales Sur y Barranca Norte se vio influenciada por la funcionalidad de los sitios, siendo que en la primera de ellas se llevaron a cabo actividades restringidas y en la segunda se ocupó como base residencial. Finalmente, en lo que respecta a la intensidad con que las poblaciones cazadoras-recolectoras del área de estudio hicieron uso del entorno acuático se engloban en las modalidades de uso ocasional y uso sostenido definidas por Prates y Bonomo (2017).

AGRADECIMIENTOS

A Julieta Gómez Otero, Francisco Zangrando y Eduardo Moreno por su aporte al desarrollo de la tesis Doctoral del cual se basó este trabajo. Agradezco al equipo de arqueólogos y bioan-tropólogos del IDEAus-CENPAT. Esta investigación fue financiada con fondos del CONICET (PIP-CONICET 6470 y 11401000100210, otorgados a Julieta Gómez Otero) y de la UNPSJB (CDFHCS N.° 349/2012, otorgado a Eduardo Moreno).

NOTAS

1    La categoría de análisis “vertebrados pequeños” engloba diferentes clases taxonómicas: peces, aves y mamíferos. Para determinar qué taxones corresponderían a esta categoría se utilizó el criterio de peso corporal de Yellen (1991:6) para definir mamíferos pequeños. Para este autor un mamífero pequeño es aquel animal cuyo peso (menos de 25 kg) permite su fácil acarreo por parte de una sola persona. En este trabajo se fijó como límite 15 kg ya que este es el peso máximo promedio de un individuo macho adulto de mamífero mediano-pequeño de Patagonia (Mengoni Goñalons 1999); de este modo la categoría de análisis utilizada engloba los vertebrados mediano-pequeño y pequeño (sensu Mengoni Goñalons 1999).

2    El estudio excluyó los especímenes asignados a microrroedores (< 1 kg) porque, si bien se ha constatado el aprovechamiento en sitios arqueológicos, en general, su presencia suele estar más asociada a factores depredacionales y eto-ecológicos que a mecanismos antrópicos. Entre los primeros factores se encuentran la acción de aves rapaces y carnívoros que trasladan las carcasas o deyectan sus presas (fecas y egagrópilas) (Erlandson y Moss 2001) y también la mortandad natural ya que es común que estos animales habiten en lugares antropizados (Pardiñas 1999).

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Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Diversidad y Evolución Austral. E-mail: svoboda@cenpat-conicet.gob.ar

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