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Relaciones

versão impressa ISSN 0325-2221versão On-line ISSN 1852-1479

Relaciones vol.46 no.2 Buenos Aires dez. 2021

 

Artículos

MIRADAS INTERDISCIPLINARIAS SOBRE LOS PROCESOS AMBIENTALES ACTUANTES EN LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA DE MISHMA (BOLSÓN DEFIAMBALÁ, DEPARTAMENTO TINOGASTA, CATAMARCA)

INTERDISCIPLINARY VIEWS ON THE ACTUATING ENVIRONMENTAL PROCESSES IN THE ARCHAEOLOGICAL LOCATION OF MISHMA (BOLSÓN DE FIAMBALÁ,DEPARTMENT TINOGASTA, CATAMARCA)

Patricia L. Ciccioli1 

Norma R. Ratto2 

Delfina Fernandez Molina3 

M. Elizabeth Castañeda4 

1Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Departamento de Geología, Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales de Buenos Aires (IGEBA, Universidad de Buenos Aires-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). E-mail: ciccioli@gl.fcen.uba.ar

2Universidad de Buenos Aires, Instituto de las Culturas (Universidad de Buenos Aires-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), Facultad de Filosofía y Letras. E-mail: nratto@filo.uba.ar

3Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Departamento de Geología, Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales de Buenos Aires (IGEBA, Universidad de Buenos Aires-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). E-mail: delfina.f.m@gmail.com

4Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Ciudad Universitaria, Pab. 2, 1° piso, C.A.B.A., eliza@at.fcen.uba.ar

RESUMEN

Se presenta un estudio interdisciplinario en la localidad arqueológica de Mishma y su entorno (bolsón de Fiambalá), enfocado en tratar de entender las variaciones ambientales durante el Holoceno tardío. Los objetivos son presentar los principales agentes formadores del paisajefísico y discutir el impacto que tuvo en las poblaciones productivas que habitaron esos espaciosy su preservación en el tiempo. Se articula información de relevamientos en terreno, análisis decartografía satelital e imágenes obtenidas por drone, datos meteorológicos y el estudio de losdepósitos. El análisis permite establecer que durante la ocupación prehispánica las condicionesambientales eran distintas a las actuales en las cuales el agente eólico es uno de los principalesmodeladores del paisaje. El siglo XVI se interpreta como el período de cambio, previamente, laacción fluvial provocó la incisión del cauce principal del río Apocango relacionada con cambiosen el nivel de base de la cuenca.

Palabras clave: geoarqueología; paisaje físico; aridez; erosión; sitios arqueológicos

ABSTRACT

We present an interdisciplinary study regarding the Mishma archaeological site and its surroundings (bolsón de Fiambalá) whose purpose is to understand late Holocene environmentalchanges. Its objective is to present the main physical landscape shaping agents and to discusstheir impact on the productive populations that inhabited this area and itspreservation over time.Information from field surveys, meteorological data, deposit assessment, satellite cartographyand drone images analyses is articulated. Our analysis determines that during the pre-Hispanicoccupation, environmental conditions were different from the present-day, in which the wind isone of the main landscape-shaping agents. We consider the sixteenth century to be the period ofchange; previously, fluvial action caused an incision of the main channel of the Apocango Riverrelated to changes in the basin base level.

Keywords: geoarcheology; physical landscape; aridity; erosion; archaeological sites

INTRODUCCIÓN

Los escenarios ambientales con los que interactuaron las sociedades del pasado no solo son variados a lo largo del extenso territorio de los Andes Meridionales, sino que presentan unaprofundidad temporal diferencial para proyectar las condiciones ambientales actuales hacia elpasado (Valero-Garcés et al. 2011; Reindel e Isla 2013; Grana et al. 2016; Morales et al. 2018;entre otros). En el oeste tinogasteño de Catamarca observamos que distintos agentes naturalesinteractuaron de forma tal que dieron como consecuencia que los entornos físicos actuales notengan relación con los escenarios ambientales con los que interactuaron las sociedades productivasdel pasado. En nuestro quehacer arqueológico es recurrente registrar y documentar sitios que hoyestán emplazados dentro de zonas desérticas a semidesérticas (bioma de clima árido con escasasprecipitaciones), pero que presentan evidencia de que fueron construidos a la vera de fuentes deagua, con la existencia de un bosque disperso y con la presencia de áreas agrícolas (Ratto et al.2013; Orgaz et al. 2014; Andreoni et al. 2018, entre otros). Tal es el caso de la localidad arqueológica de Mishma, ubicada en la margen izquierda del zanjón de Apocango en el sector occidentaldel bolsón de Fiambalá en cota altitudinal entre 1.665 y 1.780 m s.n.m. (figura 1). Este espaciofue habitado desde las sociedades del primer milenio de la era (Formativo) hasta la ocupacióntardía-incaica (Sempé 1976, 1984; Orgaz et al. 2007; Ratto 2013); además de haber sido un nodologístico estratégico por conectar el valle mesotérmico de Fiambalá con la puna transicional deChaschuil a través de antiguas rutas (Ratto et al. 2012). En este contexto, el objetivo del trabajoes, por un lado, presentar los principales agentes formadores del paisaje físico de la localidadarqueológica de Mishma y, por otro, discutir el impacto que tuvo en las poblaciones productivasque habitaron esos espacios y su preservación en el tiempo.

Consideramos que los estudios interdisciplinarios entre arqueología y geología, que conforman el campo disciplinar de la geoarqueología, aportan a la caracterización de esos procesos ambientales definidos por intervalos que se sucedieron en el tiempo, pero que aún no cuentan condataciones radiométricas. Su conocimiento es fundamental para comprender el impacto que tuvieron en las poblaciones del pasado, como así también en la preservación del registro material queda cuenta de sus prácticas. Para ello, articulamos información que proviene de los relevamientosen terreno, el análisis de cartografía satelital e imágenes digitales obtenidas por drone Phantom4 Pro V2, datos meteorológicos y el estudio de los depósitos.

METODOLOGÍA

Las prospecciones y relevamientos en el área estuvieron encauzados en el marco de trabajos geoarqueológicos que consistieron en la realización de: (i) un relevamiento pedestre para georre-ferenciar la evidencia arqueológica y ecofactual asociada con el zanjón de Apocango e intervenidapor Sempé (1976, 1984) décadas atrás, además de la realización de fechados radiométricos (tabla1); (ii) un relevamiento fotogramétrico aéreo con Phantom IV Pro V2, tanto en áreas con muybuena definición arqueológica (sitio Mishma-7), como en otras localizadas en la periferia de lainstalación donde solo se registran alineamientos de muro; (iii) descripción general de los perfilesnaturales de distintos sectores de las barrancas del zanjón de Apocango y terrazas asociadas, y(iv) el análisis de imágenes satelitales obtenidas entre los años 2004 y 2020 provistas por GoogleEarth y el modelo digital de elevación obtenido a partir de las imágenes tomadas por el dronePhantom IV Pro V2, para caracterizar el entorno geográfico en donde se encuentran los sitiosarqueológicos. El tratamiento digital de las imágenes georreferenciadas y el análisis topográficofueron realizados con el programa Agisoft (versión de prueba) y Global Mapper, respectivamente.

Para la caracterización de las condiciones meteorológicas actuales se realizó el análisis de los datos obtenidos desde marzo de 2019 hasta julio de 2021 de la Estación Meteorológica Pega-sus Plus instalada en la localidad de Medanitos por los autores. La estación meteorológica es detipo inalámbrica y cuenta con sensores de temperatura de aire interna y externa, humedad de aireinterna y externa, precipitación, velocidad y dirección de viento y ráfagas y presión atmosférica.Los datos son registrados en forma automática por el equipo cada 15 minutos y transmitidos através de un módem para su consulta en línea. Además, se consultaron los datos de la estaciónTinogasta del Servicio Meteorológico Nacional (Servicio Meteorológico Nacional 2015).

CARACTERIZACIÓN GEOLÓGICA Y AMBIENTAL

Aspectos geológicos del zanjón de Apocango en el bolsón de Fiambalá

El zanjón de Apocango se encuentra en la parte media del bolsón de Fiambalá, entre la localidad homónima y Saujil (figura 1). Este valle intermontano limita al este con la sierra deFiambalá (Sierras Pampeanas Noroccidentales), al oeste con la sierra de las Planchadas (Sistemade Famatina) y al norte con la cordillera de San Buenaventura límite austral de la Puna (Rubioloet al. 2003) (figura 1). El zanjón de Apocango se ubica en la margen sur de un abanico aluvial desarrollado en el piedemonte occidental del valle de Fiambalá, donde el río homónimo (afluente delrío Fiambalá) fluye encajonado, desde el oeste hacia el este, por lo que recibe dicha denominación.La cuenca de drenaje de este abanico se ubica en la sierra de Las Planchadas. El río Apocango,efímero a intermitente por sectores, varía su patrón de meandriforme con alta sinuosidad en laparte proximal del piedemonte a entrelazado en la parte distal, donde se ubican los sitios queconforman la localidad arqueológica de Mishma (figura 1). Luego, segmenta otro pequeño abanicoaluvial, formado a partir de las lomadas de depósitos plio-pleistocenos (Rubiolo et al. 2003), parafinalmente desaguar en el centro del valle intermontano de Fiambalá. En dicho sector se forma unabanico terminal con diseño distributario de pequeña escala, 1,37 km2 de superficie (Fernandez Molina 2020), debido a que el sistema fluvial se expande y las aguas se infiltran rápidamente enlos depósitos arenosos que conforman la parte de extraduna o manto eólico del campo de dunasde Medanito-Saujil (Deri y Ciccioli 2018).

Figura 1: Mapa de ubicación del área de estudio. El recuadro indica la localidad arqueológica de Mishma (departamento Tinogasta, Catamarca). 

Aspectos ambientales del bolsón de Fiambalá y su impacto en las poblaciones

El bolsón de Fiambalá se localiza dentro de la faja climáticamente seca denominada Diagonal Árida (Bruniard 1982) que se extiende a lo largo de los Andes, desde el Ecuador hasta la Patagonia. A la latitud del área de estudio, el alto orográfico que representa la cordillera delos Andes produce un efecto de barrera de los vientos occidentales húmedos provenientes delocéano Pacífico. Además, el área se encuentra en una zona de transición entre dichos vientosoccidentales húmedos y el sistema monzónico tropical (Garleff et al. 1992; Garreaud et al.2009). Por este motivo, en la región las precipitaciones no superan los 100 mm/año promedio, según los datos registrados desde 1985-2015 en la estación meteorológica de Tinogasta(S28°04' O67°34'; 1.201 m s.n.m.), cabecera del departamento del área de estudio (Servicio Meteorológico Nacional 2015). Las precipitaciones se concentran en el período estival ycuando ocurren se caracterizan por su carácter torrencial. Los vientos tienen una direcciónpreferencial desde el SSO, y alcanzan su velocidad máxima promedio de 13,7 km/h en losmeses de septiembre y octubre, aunque son frecuentes ráfagas de entre 40 y 100 km/h (ServicioMeteorológico Nacional 2015; Viera 1982).

Para evaluar mejor las condiciones climáticas en regiones con topografía compleja como el área de estudio, la actual resolución espacial de los modelos de circulación general es pobre y, porlo tanto, son indispensables las observaciones de temperatura, lluvia, nieve y viento registradas porestaciones meteorológicas in situ. La serie de datos, desde marzo 2019 a julio de 2021, obtenidosa partir de la estación meteorológica Pegasus Plus en la localidad de Medanitos indican que lastemperaturas medias diarias (figura 2a), estimadas como el promedio de los valores de temperaturadel aire registradas cada 15 minutos durante un día y los valores medios, oscilaron entre 1,2° y 29,7°C, con valores extremos de 43,1°C y -9,4°C. En general, durante los inviernos los registros de lastemperaturas mínimas absolutas oscilaron alrededor de 0°C. A escala mensual, las temperaturasmedias fueron entre 26,2°C y 8,0°C, enero de 2020 y junio de 2021, respectivamente (figura 2b).

La humedad relativa varió significativamente (figura 2b), durante todo el período de estudio con una mediana de 41%. Este valor es mayor al registrado en la zona cordillerana de Las Grutas(mediana del 11%), al oeste del área de estudio, durante el 2010 y 2012 (Castañeda y Ratto 2009).

Por su parte, la marcha de la precipitación media mensual registrada (figura 2c) denota una estación seca (mayo a septiembre) y una estación húmeda (octubre a abril), aunque los valoresmedios son escasos. Entre los valores acumulados mensuales para el período de registro, se observaque abril de 2019 es el mes que más llovió (32 mm, figura 2d) y, en particular, la precipitación seregistró un solo día, el 5 de abril (32 mm). Mientras que la dirección del viento más frecuente esdel sudoeste y en segundo orden del oeste, con mayor variabilidad en los meses de junio y julio,con velocidades de hasta 50 km/ h (figura 2e).

Estas condiciones climáticas, características del Noroeste argentino, han variado durante el Holoceno tardío cuando se registran periodos de mayor aridez y periodos de mayor humedad(Garleff et al. 1992; Valero-Garcés et al. 2003, 2011; Prieto et al. 1998, Prieto y Herrera 2009,entre otros).

Bajo estas condiciones, los episodios de sequía, los torrentes de barro (o "volcanes") y las erupciones volcánicas, dependiendo de su duración e intensidad, pueden ocasionar profundas alteraciones en el ecosistema y en la configuración del entorno físico, por lo que generan un impactonegativo en el desarrollo de las actividades socioeconómicas en las poblaciones que habitan yhabitaron las áreas afectadas. Actualmente, el amplio bolsón de Fiambalá, incluyendo el zanjón deApocango, presenta, como se describió previamente, condiciones ambientales áridas a semiáridas,por lo que resulta un área muy sensible a variaciones en las precipitaciones. Gran parte de losdepósitos más superficiales son de origen eólico y, en menor medida, fluvio-aluviales cubiertos ensectores por suelos pobremente desarrollados. Por lo tanto, ante pérdidas de la cubierta vegetal porcausas antrópicas y naturales, resultan muy lábiles a ser retrabajados (Vervoorst 1951; Rojas 2013).

En general, la región de Fiambalá tuvo un papel diferencial en la historia del habitar de las sociedades productivas del primer y segundo milenio de la era cristiana, aproximadamentelos últimos 2000 años, que en gran parte se desarrolló al compás de los eventos ambientales,algunos de naturaleza catastrófica relacionados directa o indirectamente con la masa de materialno consolidado depositado por las erupciones volcánicas y/o por los torrentes ("volcanes") debarro y/o pómez (Ratto et al. 2013; Fernández-Turiel et al. 2019; Ratto et al. 2019b).

Valero-Garcés y colaboradores (2011) ubicaron temporalmente la transición regional entre una dinámica fluvial de acumulación y la actual dominada por el encajamiento fluvial y la erosiónmediante la datación de niveles de turba en la barranca del río Chaschuil -a 3.000 m s.n.m.- quearrojó una edad de 1828 ± 38 AP (AA60924, polen, 128-361 años de la era cristiana, calibradoOxCal 4.4, 2 sigmas, curva SHCal20, Hogg et al. 2020). Sobre esta base, consideran que losprocesos erosivos en la región comenzaron en los primeros siglos de la era cristiana, por lo queafectaron a las poblaciones del primer milenio, tardía e inca, pero acuerdan que esos procesos sepotenciaron con el abandono del área producto de la conquista española, tal como previamentefue señalado por Garleff et al. (1992).

Figura 2: Datos meteorológicos obtenidos a partir de la estación Pegasus Plus desde marzo 2019-julio 2021: (a) temperatura media, máxima y mínima mensual; (b) temperatura media y humedad relativa;(c) temperatura mensual media y precipitación mensual; (d) valores de precipitaciones mensualesregistradas; y (e) direcciones del viento. 

Situaciones similares de encajonamiento se registraron en los ríos Agua de la Cañada, Colorado y Grande, lo que estaría indicando un fenómeno de alcance regional (figura 1). Un ejemplo, sonlos sitios Tatón I y II, de función residencial y su área agrícola asociada, respectivamente (Orgazet al. 2014). El primero está emplazado en un cono aluvional que fue cortado por un brazo del ríoGrande, afluente del río Abaucán. Hoy, el paleocauce está cubierto por dunas y mantos eólicosque caracterizan el paisaje físico moderno (Valero-Garcés y Ratto 2005).

Alrededor del año 1000 d.C. hemos registrado el abandono de aldeas emplazadas en el fondo de valle (Ratto et al. 2019a), lo que también está acompañado de ausencia de cualquier otra señalarqueológica. Las causas pueden deberse a múltiples factores. Sin embargo, en clave regional,consideramos que ese espacio presentaba condiciones de inhabitabilidad debido a una inestabilidadambiental generada por torrentes y flujos que movilizaron grandes volúmenes de material pumí-ceo no consolidado en superficie, producto de erupciones volcánicas previas (Fernández-Turielet al. 2019; Ratto et al. 2019b). Esta situación se revierte a mediados del siglo XIII, y hacia finesdel siglo XIV se produce el repoblamiento de la región por el Inca y los pueblos movilizados enel marco de sus estrategias expansivas de dominación (Ratto 2013; Orgaz y Ratto 2015, entreotros). Posteriormente, la llegada del español conlleva modificaciones en las formas de vida yde explotación del territorio, principalmente por deforestación y sobrepastoreo, produciendoefectos en el entorno ambiental y probablemente favoreciendo la ocurrencia de eventos naturalesmás severos (Cuello 1992; Rojas 2013). Para la comprensión de este contexto dinámico, dondeinteractúan agentes naturales y antrópicos, es relevante articular las miradas de las humanidadesy de las ciencias de la tierra para así comprender la evolución de los procesos y la interacciónentre las variables del entorno geográfico y cultural.

ANTECEDENTES DE LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA DE MISHMA

Esta localidad arqueológica fue relevada e intervenida por María Carlota Sempé a fines de la década de 1960 (Sempé 1976, 1984). Al respecto, los sitios N° 1 a N° 6, muy erosionados,estaban compuestos por alineaciones de piedras y acumulaciones de arcillas que formabanpequeñas lomadas y estaban asociados con materiales diversos (artefactos de molienda, fragmentos de alfarería formativos, tardío e inca, y metal). En estos sitios realizó prospecciones,recolecciones de superficie (N° 3, 4, 5 y 6) y excavación en trincheras (N° 1 y 2). Dentro delespacio del zanjón de Apocango destaca el sitio Mishma-7 por su mejor preservación (figura3a). Está construido con la técnica de pirca con muros simples y dobles y presenta dos grandesnúcleos arquitectónicos conformados por varios recintos, encerrados por un muro perimetral(Sempé 1984:figura 3a, b). La investigadora consideró que esta localidad arqueológica teníacomo entorno un bosque de algarrobo emplazado a lo largo del zanjón de Apocango, del cualhoy queda solo un remanente.

Esta localidad da cuenta del desarrollo cultural de la etapa agroalfarera del área valliserrana con mejor preservación de las ocupaciones correspondientes a los períodos Tardío e Incaico, sobrelas del Temprano y del Medio. Sempé (1984) destaca la existencia de un fenómeno de desecamientopaulatino, ya advertido por Turner (1967), pero de carácter muy lento que no implica la existenciade un cambio climático drástico en el pasado más reciente, hace unos 500 a 1000 años atrás.

En el marco del Proyecto Arqueológico Chaschuil-Abaucán (PACh-A) se realizaron nuevas prospecciones, pero los sitios N° 1 al N° 6, luego de 40 años, se encontraban en peor estado depreservación con respecto al documentado por Sempé (1976, 1984). En el caso del N°7 no serealizaron nuevas excavaciones por no poder identificarse los espacios previamente intervenidos.Sin embargo, la evidencia superficial, especialmente la alfarería, daba cuenta de la existencia dedistintos estilos cerámicos característicos de los períodos culturales mencionados por Sempé(1976, 1984). Además, se pudo tener acceso a la colección formada por la colega (cerámica,metales y macrorrestos vegetales), analizada en otros trabajos, pero que principalmente permitióla obtención de fechados radiométricos que confirman la ocupación de este espacio en distintosmomentos de la historia regional, tanto por las sociedades aldeanas del primer milenio como laestatal incaica (tabla 1).

De la localidad de Mishma también proviene la colección particular de Lorenzo Castro, poblador de Fiambalá, en la que destacan las piezas líticas grabadas (morteros, conanas, cutanasy hachas), un topu de metal posiblemente incaico y piezas cerámicas abiertas y cerradas que, porsus características morfológicas y visuales corresponden tanto al primero como al segundo milenio de la era cristiana (estilos Aguada, Belén y Sanagasta) (Ratto y Basile 2020). Estos espaciosfueron afectados por intensos procesos erosivos y de acreción y/o agradación que produjeronmodificaciones de la estratigrafía, generación de palimpsestos y disminución en la integridad delos restos materiales.

NUEVOS RELEVAMIENTOS EN LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA DE MISHMA

El zanjón de Apocango actualmente se caracteriza por presentar un ambiente desértico, sin provisión de agua en ningún momento del año (figura 3) salvo durante eventos extraordinarios deprecipitaciones torrenciales o intensas. De esto dan cuenta el relevamiento fotogramétrico de los200 m2 del sitio Mishma-7 y su entorno inmediato (figura 3a-b), como también los alineamientosde rocas y muros dobles localizados en su periferia, hoy en muy mal estado de preservación, peroque dan idea de que en el pasado fue un área agrícola emplazada a 800 m al este de la instalación(figura 3c). Además, a la vera del zanjón se registraron seis "tocones" de algarrobo que, puestosen contexto, daban una mayor cobertura arbórea. Son evidentes los cambios ambientales, especialmente hidrológicos, que tuvieron lugar en el área y afectaron las instalaciones del pasado.

Las observaciones de campo y el análisis detallado de las imágenes satelitales, entre 2004 y 2020, permitieron reconocer un abanico aluvial de escala mediana (~120 km2) en el piedemonteoccidental con tres sectores diferenciados: proximal, medio y distal (figura 4a). La cuenca de drenajese ubica en la sierra de Las Planchadas y el abanico presenta un diseño distributario caracterizándose por el aumento en la cantidad de canales, actualmente efímeros, desde la parte proximal ala distal. Uno de estos canales principales, en el margen sur de dicho abanico, corresponde al ríoApocango que presenta agua en forma permanente a intermitente en un solo sector en la parteproximal del piedemonte cercano al ápice del abanico (desde los S27°32'28.48" O67°49'44.99"hasta los S27°32'28.58" O67°49'19.74") conformando una vega (figura 4b). Allí el piso de estecanal se encuentra entre 15 a 20 m por debajo del nivel superficial del abanico. Aguas abajo el ríose insume completamente en los depósitos arenosos que conforman el piedemonte. Cabe mencionar que en la localidad de Saujil el agua surge como un manantial (pozos surgentes) resultadode las aguas subterráneas que fluyen por debajo del piedemonte occidental y emergen allí en lazona más baja del valle probablemente debido a un control estructural.

Figura 3: (a) Vista aérea del sitio Mishma-7 y entorno desértico (Phantom IV Pro V2); (b) vista desde el oeste de un sector del sitio Mishma-7 y la parte angosta del zanjón de Apocango en el fondo; (c) alineamientos de rocas en la periferia este del sitio Mishma-7; (d) megaóndulas transversales o transverse aeolian ridge en el zanjón de Apocango; (e) perfil natural de la barranca del río a la altura delsitio Mishma-7; y (f) rocas del sitio Mishma-7 sobre los depósitos gravo-arenosos del río. 

En los sectores de cabecera y parte proximal del abanico se reconoce un sistema de dunas que van variando en la morfología de barjanes a transversales con crestas rectas con direcciónprincipal de las crestas NE-SO (figura 4 b-d). Estas dunas descienden, desde el oeste al este, porla suave pendiente del abanico (pendiente promedio= 0,039 m/m o 39%). En la parte media delabanico estas geoformas eólicas pasan a protodunas y mesoformas de acreción fijas, principalmentesombras de arena y zibars, y microformas (ondulas eólicas) (figura 5a). Es notable la importantecobertura de arena en este sector (agradación) que conforma un manto eólico donde las geoformaspresentan una dirección de transporte dominante hacia el norte (figura 5a). Es probable que elaporte de estos sedimentos sea desde el oeste al igual que en el abanico proximal, pero se requierede la realización de estudios composicionales para establecer con precisión las fuentes de aporte.

En la parte distal del abanico estas geoformas arenosas eólicas disminuyen notablemente (figura 5b-c), predominando la deflación eólica sobre la amplia superficie que conforman lasáreas de intercanal. Estas extensas áreas se desarrollan entre canales fluviales someros efímeros,reconociéndose escasas mesoformas fijas de acreción aisladas con dirección de transporte haciael E-SE y microformas (ondulas eólicas) o pequeñas acumulaciones de arena tanto en el piso como en los márgenes de los canales al reparo del viento (figura 5b-c). En el sector más distal y hacia el sur es donde empiezan a reconocerse geoformas particulares que pueden interpretarsecomo megaóndulas de arena cubiertas por gravas o transversal aeolian ridges (TAR, FernandezMolina 2020, figura 3d). Estas geoformas se encuentran mejor desarrolladas en la parte angostadel zanjón donde se encuentra limitado por los depósitos plioceno-pleistocenos (Rubiolo et al.2003) que afloran conformando dos pequeñas lomadas (figura 3 b). Aquí la deflación es uno delos procesos predominantes, lo que favoreció el desarrollo de un pavimento del desierto formadopor una cobertura superficial de gravas finas a medianas asociadas a hoyos de deflación. En estaparte más distal del abanico es donde se ubican los distintos sitios de superficie de la localidadarqueológica de Mishma (figura 5c). Por ejemplo, en el sitio Mishma-7 (figura 6) el cauce del ríose encuentra entre 3 a 3,5 m por debajo del nivel de la superficie actual del terreno. Dichos valoresfueron medidos en el campo como también a partir del modelo digital de elevación obtenido porfotogrametría usando el programa Global Mapper (figura 6b, c).

Figura 4: Imágenes satelitales provistas por Google Earth del área de estudio, (a) abanico desarrollado en el piedemonte occidental del bolsón de Fiambalá con sus tres sectores marcados: proximal (AP), medio(AM) y distal (AD) y ubicación relativa de los sitios Mishma (sensu Sempé 1984); (b) sector proximaldonde se observan dunas eólicas y el sector con agua permanente en el río Apocango (estrella); (c) detallede las dunas barjanes, (d) dunas de crestas rectas con dirección de cresta principal NE-SO. 

Los perfiles naturales de las márgenes de los canales fluviales presentan 2 m de espesor (figura 7), tanto en el sector del sitio Mishma-7 (P1 en figura 7) como en la parte más angosta del zanjón(P2 en figura 7), los que están integrados por depósitos gravo-arenosos en bancos de geometríatabular a mantiforme de 20 cm de espesor en promedio (figura 3e, f). Predominan las gravas finasa medianas (guijas) y las arenas gruesas a medianas con estratificación horizontal, estratificaciónentrecruzada de bajo ángulo y estructura maciza, siendo menos frecuente la estratificación entrecruzada tabular planar y la laminación ondulítica. Se reconocen escasos y delgados niveles, de hasta10 cm, de arenas finas con laminación horizontal con gradación inversa de intralámina. Dichosperfiles han sido estudiados en detalle por Fernandez Molina (2020) quien interpretó que corresponden a una alternancia de depósitos mantiformes a pobremente canalizados correspondientes a flujos fluidos de alta energía (alto régimen de flujo) y flujos hiperconcentrados no cohesivos, con alta relación sedimento/agua (entre un 50 y 70%, Costa 1988) y poca a nula participación defango (no cohesivo). A su vez, la presencia de arenas finas con laminación inversa de intraláminaevidencian la interacción eólica-fluvial producto de la migración de ondulas eólicas. Ningún tipode material arqueológico se recuperó dentro de los perfiles naturales descriptos y muestreados,debido a que la localidad presenta sitios con visibilidad en superficie, pero la caracterización deaquellos es fundamental para modelar las condiciones del sistema fluvial previo y/o durante laocupación del sitio.

Figura 5: Imágenes satelitales provistas por Google Earth del área de estudio: (a) sector medio del abanico con predominio de mesoformas arenosas fijas principalmente sombras de arena con dirección demigración principal al N (flecha), (b) sector distal mostrando una notable disminución de las geoformaseólicas arenosas con dirección de transporte al E (flecha); (c) sitio Mishma-7 con la numeración de losdistintos recintos según Sempé (1976) en el sector más distal del piedemonte. 

DISCUSIÓN

Los recientes relevamientos geológicos y arqueológicos de la localidad de Mishma conforman nueva evidencia para dar cuenta de que el asentamiento humano prehispánico en la región interactuó con un paisaje físico diferente al actual, especialmente porque los ríos no presentabanel nivel de incisión actual, ni tampoco existía un paisaje desértico de dunas y manto eólico (Vale-ro-Garcés y Ratto 2005; Valero-Garcés etal. 2011; Ratto etal. 2013). Los fechados radiométricosdan cuenta del habitar de este espacio tanto en tiempos prehispánicos, siglos VI y XVI, tal comodaban cuenta los estilos cerámicos recuperados en superficie y excavación, como en momentoshispano-indígenas (tabla 1).

La ubicación de los sitios de la localidad arqueológica de Mishma es estratégica ya que constituye un conector entre el valle mesotérmico y los pisos puneños y altoandinos. En el casode Mishma-7 debió proveer agua y forraje ya que el asentamiento incaico, con presencia de población local, funcionó como un punto de parada, "tambo" o "posta", de residencia permanentealternada, emplazado en la ruta que comunica el sector sur del valle de Fiambalá con el sector norte, cruzando la pampa de Fiambalá, y hacia el oeste con las tierras altas de la puna transicional de Chaschuil para comunicar con las tierras trasandinas (Sempé 1984; Ratto et al. 2012). Por lotanto, consideramos que entre los años 1400 y 1500 de la era cristiana (tabla 1) estos entornospresentaban condiciones apropiadas para asegurar la transitabilidad de personas y animales, comoasí también la residencia alternada. Prueba de ello es la información que contiene la Colecciónde Folklore, producto de la Encuesta Nacional de Magisterio realizada en 1921 (Ferreira 2005).Al respecto, destacamos el relato de Don Bartolo Funes, 92 años, quien menciona que pasabapor el sitio Mishma-7 en su juventud, a mediados siglo XIX, en viaje a la cordillera para cruzara Chile y realizó excavaciones en el sitio que ya estaba inmerso dentro de un espacio desértico(Carpeta 19, p.15).

Figura 6: Imágenes digitales obtenidas con Phantom IV Pro V2, (a) ortomosaico del sitio Mishma-7 con la numeración de los recintos según Sempé (1976) en el sector más distal del piedemonte, (b) modelodigital de elevación (DEM), (c) DEM con el ortomosaico sobreimpuesto, (d) perfil topográfico obtenido a partir del DEM (A-B en la figura b) 

Figura 7: (a) Mapa de ubicación de los perfiles sedimentológico-estratigráficos descriptos en los márgenes de los canales fluvial, (b) perfiles P1 en las cercanías de Mishma-7 y P2 en laangostura del zanjón cerca del sitio Mishma-1. 

Varias pueden ser las causas que hayan generado un cambio en el perfil de equilibrio de los sistemas fluviales que produjeron las modificaciones del paisaje físico. Una de las hipótesisplausibles es que los cursos del agua fueron endicados aguas arriba, en el sector proximal delpiedemonte, debido a la importante acumulación de sedimentos, principalmente de origen volcánico, transportados por el viento (dunas y mesoformas eólicas) como ha sido descripto en lasección anterior. Estos endicamientos, asociados probablemente a una disminución en el caudaldel río, generaron que los procesos eólicos de acreción y/o agradación en la parte proximal amedia del abanico y los de deflación en el sector distal del piedemonte primaran sobre el agentefluvial en esos espacios. La disminución en el caudal de los ríos del valle ha sido registrada endatos históricos por el Servicio Nacional de Información Hídrica (figura 8) desde 1919-1956 ylos valores actuales (2016-2020). El registro muestra que el caudal promedio del río Abaucánen la estación Tinogasta a principios del siglo XX (1919-1920) era de 3,5 m3/seg, el cual fuedisminuyendo hasta alcanzar actualmente valores de 1,18 m3/seg (promedio entre 2016-2020),con valores menores a 0,6 m3/seg en algunos años. Sin embargo, durante los períodos de lluviasextraordinarias -cuando los ríos aumentan su caudal (por ejemplo, el río Abaucán registra valores de caudal de hasta 21,4 m3/seg en enero de 1925, Servicio Nacional de Información Hídrica2021)- la acción fluvial generó erosiones de distinta jerarquía que fueron de mayor orden en laparte proximal del piedemonte donde se encuentra el canal principal del río Apocango (incisióndel orden de decenas de metros (10-20 m) que formaron el denominado "zanjón") y menores enla parte distal (3-3,5 m). Dichas erosiones fueron producidas por el sistema fluvial para poderajustar su perfil de equilibrio al nivel de base actual de la cuenca. Cabe mencionar que procesosneotectónicos (levantamiento del frente montañoso en la zona proximal como de las lomadas dela parte distal) deben ser también considerados como probables generadores de alteraciones delperfil de equilibrio de los sistemas fluviales. Estudios detallados de este tipo deben ser realizadospara poder entender mejor la evolución del paisaje físico durante el Holoceno tardío.

Estos procesos naturales pueden haber sido intensificados por otros de naturaleza socio-cultural, que en conjunto provocaron una importante modificación del paisaje físico desde la ocupación de los sitios en los siglos VI al XVI hasta las condiciones actuales. Por un lado, ladesestructuración social producto de la conquista española y la implementación del sistema deencomiendas que provocó un nuevo despoblamiento de estas tierras (Ratto y Boixadós 2012). Lafalta de mantenimiento de los campos agrícolas y obras relacionadas (acequias, canales) fue undisparador para intensificar los procesos erosivos, en gran parte debido a la mayor disponibilidadde sedimento en superficie para ser transportado por el viento. A ello se sumó la deforestación,principalmente por la tala intensa de los bosques nativos de algarrobo relacionada con actividadesextractivistas como la minería y el ferrocarril durante los siglos XIX-XX (Rojas 2013, Rojas etal. 2014). La actividad minera, desarrollada principalmente en Capillitas y Famatina (entre 1850y 1914), fue la primera que motorizó el desmonte intensivo de gran parte de los bosques (Bazán1996; Argerich 2003 a, b, entre otros). Posteriormente, el ferrocarril intensificó el desmonte utilizando los forestales tanto para su construcción como para medios de transporte (leña, carbóny postes) hacia las regiones cuyanas y pampeanas en plena expansión comercial y de desarrolloeconómico (Rojas 2013; Rojas et al. 2014).

Por lo dicho, podemos modelar un paisaje físico antes y después del siglo XVI que en gran parte es producto de los cambios climáticos registrados en la región. En este sentido, fuenteshistóricas documentan un período seco en el Noroeste argentino desde la llegada de los españoles(1580 d.C.) hasta 1641 d.C. y un período húmedo marcado entre 1663 y 1710 d.C. (Prieto et al.1998; Prieto y Herrera 2009). Dichos cambios también fueron registrados en los lagos de la región cordillerana, al oeste y norte de área de estudio, por Valero-Garcés et al. (2003, 2011). Estosautores relacionan los altos niveles de los lagos debido al aumento de humedad registrado a partirdel siglo XVII (1650-1900 d.C.) con la Pequeña Edad de Hielo (Valero-Garcés et al. 2003, 2011).

Sin embargo, debido a cierta variabilidad local registrada en el noroeste (Valero-Garcés et al. 2003), los efectos de este evento climático deben ser analizado en detalle en el valle de Fiambalá.

Al estado de las investigaciones sostenemos que las sociedades del primer milenio fueron las menos impactadas por los cambios ambientales que habían comenzado a ocurrir en los primerossiglos de la era cristiana, en gran parte como consecuencia de los procesos de desertificación, dadoque interactuaron con bosques nativos de algarrobo y mayor acceso al agua. Probablemente, amedida que pasaba el tiempo se agudizaba la incisión de los cauces, pero aún era posible el accesoal agua para regadío de los campos. Sin embargo, este equilibrio inestable fue totalmente alteradopor la conquista española, ya que provocó un nuevo despoblamiento de estas tierras por el trasladode las poblaciones según los intereses de los encomenderos (Williams y Schaposchnik 1999; Rattoy Boixadós 2012). Así, tanto los procesos naturales como culturales se combinaron para generaruna mayor disponibilidad de material no consolidado que fue transportado por el viento y así nosolo favorecieron los procesos de desertificación imperantes en la actualidad, sino que afectaronsignificativamente los sitios arqueológicos de momentos de las sociedades del primer milenio ylos campos agrícolas. Al respecto, Sempé (1976) registró esos procesos deflacionarios a fines dela década de 1960 y resaltó la mala preservación de los sitios ubicados en el sector más distal delabanico del Apocango. Además, la investigadora registró la presencia de fogones superficiales (a5 cm de profundidad) que evidencian los intensos procesos de agradación acaecidos en el valle.Situaciones semejantes de deterioro, por procesos de deflación, agradación y/o acreción, se observan en otros sitios arqueológicos localizados en el bolsón de Fiambalá como la aldea de PaloBlanco, Batungasta, Tatón, entre otros (Ratto et al. 2013, 2019b). De las observaciones de Sempé(1976, 1984) a la actualidad han pasado más de 50 años, en los cuales los procesos continuarony la preservación e integridad de los sitios empeoró.

PALABRAS FINALES

La descripción del paisaje físico presente hoy en día en el zanjón de Apocango y sus alrededores evidencia condiciones áridas a semiáridas donde el agente eólico es uno de los principales modeladores del paisaje físico junto con el fluvio-aluvial. Estos provocaron la incisión del cauceprincipal del río Apocango, con mayor profundidad en el sector proximal con respecto a la distaldonde se localizan los sitios arqueológicos (figura 4b-c). Estas incisiones se suman a otras previamente registradas en otros sectores del valle y del área de estudio, por lo que podemos plantearque fue un proceso de alcance regional que se fue dando gradualmente en tiempos prehispánicos,pero se potenciaron luego de la conquista española (Valero-Garcés y Ratto 2005; Valero-Garcéset al. 2011). Por lo expuesto, este trabajo es un claro ejemplo de la necesidad de analizar lasmodificaciones del paisaje físico desde distintas miradas de las disciplinas científicas, para poderentender mejor la interacción entre los medios físicos naturales y culturales y como generan cambiosdinámicos a lo largo del tiempo. La articulación de las distintas líneas de evidencia nos permitesostener que los cambios en la dinámica fluvial produjeron no solo una disminución del caudalde los ríos, sino también dificultades para el acceso al agua necesaria para irrigar los campos decultivo, lo cual dificultó la ocupación permanente de los sitios. A su vez, esto también potenciólos procesos erosivos, principalmente por el agente viento, debido a la mayor disponibilidad desedimentos dentro de los campos de cultivo abandonados. Lo expuesto en este trabajo muestra elclaro impacto ambiental reciente en toda el área del zanjón de Apocango e impulsa a avanzar enel conocimiento de los impactos ambientales preconquista y periconquista, para lo cual debemosprofundizar los estudios y las dataciones.

AGRADECIMIENTO

Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto UBACyT ID 2018 Mod I 20620170100007BA y PICT 2019-01723 (PC). Las autoras agradecen a Luis Coll por el tratamiento digital de las imágenes georreferenciadas obtenidas con Phantom 4 Pro v2 para obtener elortomosaico y el modelo de elevación digital (DEM) con el software Agisoft (versión de prueba).Agradecen las revisiones realizadas por dos evaluadores anónimos que ayudaron a mejorar elmanuscrito.

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Recibido: 18 de Enero de 2021; Aprobado: 06 de Septiembre de 2021

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