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Relaciones

Print version ISSN 0325-2221On-line version ISSN 1852-1479

Relaciones vol.46 no.2 Buenos Aires Dec. 2021

 

Artículos

DISTRIBUCION NATURAL DE RESTOS OSEOS EN LA FRANJA INTERMAREAL DEL SUR DE TIERRA DEL FUEGO: OBSERVACIONESTAFONÓMICAS E IMPLICANCIAS ARQUEOLÓGICAS

NATURAL DISTRIB UTION OF BONE REMAINSIN THE INTERTIDAL ZONE FROM THE SOUTH OF TIERRA DEL FUEGO:TAPHONOMIC OBSERVATIONS AND ARCHAEOLOGICALIMPLICATIONS

Daniela V Alunni1 

Atilio F. Zangrando2 

Angélica M. Tivoli3 

Suray A. Pérez4  5 

Sayuri Kochi1 

María P. Martinoli1 

Martín M. Vázquez1 

Germán Pinto Vargas1 

María A. Gutiérrez1 

1 Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET). E-mail: alunni_d@yahoo.com.ar

2 Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET). - Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: fzangrando@cadic-conicet.gob.ar; panchozan@yahoo.com.ar

3 Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET). E-mail: amtivoli@gmail.com

4 Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET). E-mail: suryviaja@gmail.com

5 Instituto de Geocronología y Geología Isotópica (INGEIS). Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidad de Buenos Aires (UBA). Pabellón INGEIS. E-mail:kochisayuri@gmail.com

RESUMEN

Se analiza el patrón de la distribución natural de huesos actuales en los distintos sectores de la franja costera de bahía Moat. Con este fin se busca evaluar los espacios donde existen mayores posibilidades de acumulación y dispersión de restos óseos y de generar expectativas sobrela integridad de los sitios arqueológicos. Asimismo, se evalúan las modificaciones naturales quese producen en la superficie cortical de los huesos. Los resultados muestran que la dinámicadel intermareal actúa de manera disímil en la formación de los conjuntos óseos y que dichosprocesos impactan en diferentes grados según la ubicación y la geoforma costera. Además, seidentificaron distintas trayectorias tafonómicas para las aves y los mamíferos. Los resultadospermiten predecir el grado de integridad de los sitios ubicados en los contextos ambientales aquíestudiados y constituyen herramientas valiosas para tomar decisiones en el marco de proyectosarqueológicos regionales.

Palabras clave: tafonomía actualista; dinámica costera; restos faunísticos; formación de sitio; bahía Moat

ABSTRACT

In this paper, the natural distribution pattern of modern bone remains in different parts of the Moat Bay coastal area is analyzed. The purpose of this analysis is to assess the areas with ahigher probability of bone remains accumulation and dispersion, and to generate expectationsabout the integrity of archaeological sites. Additionally, the natural modifications that occur onthe cortical surface of bones are evaluated. Results show that intertidal zone dynamics has adissimilar effect in bone assemblage formation, and that theseprocesses have different impact leveldepending on location and coastal landform type. Furthermore, different taphonomic trajectoriesfor birds and mammals were identified. Results allow predicting the integrity level of the siteslocated in the environmental contexts under study and provide valuable decision-making toolsfor archaeological projects in this region.

Keywords: actualistic taphonomy; coastal dynamics; faunal remains; site formation; Moat Bay

INTRODUCCIÓN

Los espacios intermareales de la costa sur de Tierra del Fuego contienen un amplio y diverso registro arqueológico que ha permitido conocer el desarrollo e historia evolutiva de los gruposhumanos que habitaron la región (Orquera y Piana 1999; Zangrando 2009; Bjerck et al. 2016;entre otros). Sin embargo, el estudio de estas evidencias se enfrenta con desafíos metodológicosal hallarse en ambientes tafonómicamente activos, con elevado potencial de acumulación, pérdida,transporte y mezcla de materiales arqueológicos (Bayón y Politis 2014; Borrero 2014; Grosso etal. 2019). Esto tiene particular relevancia para comprender la formación de concheros, dado queestas estructuras están sujetas a una serie de procesos erosivos y sedimentarios que, combinadoscon el desarrollo de otros factores biológicos y geológicos (isostasia, tectónica, transgresionesmarinas, etc.), plantean discusiones en diferentes escalas sobre la visibilidad y preservación delregistro arqueológico costero (Orquera y Piana 1991; Borella y Favier Dubois 1994-95; Rick etal. 2006; Cruz et al. 2015; Zangrando 2018; Grosso et al. 2019; entre otros). Explorar los procesos que actúan en el ambiente intermareal también resulta necesario para el estudio de contextospre-transgresivos distribuidos no solo bajo los sedimentos modernos en sectores próximos a la costa actual, sino también en zonas sumergidas debajo del nivel del mar (Zangrando et al. 2021).

Diversos estudios tafonómicos locales disponibles para la costa Atlántica de Tierra del Fuego y de Patagonia meridional observaron que los reiterados ciclos de erosión y cobertura porsedimentos producen hoyadas de deflación, remueven y depositan objetos y generan palimpsestos de materiales de diferentes períodos (Borella y Favier Dubois 1994-95; Borella 2004; Cruz2008; Cruz et al. 2015; Muñoz et al. 2016). El contexto geográfico y ecológico de estos espaciospropicia el desarrollo de estos procesos: el litoral es poco accidentado, con franjas de médanos acorta distancia del mar y declives levemente marcados; la vegetación está constituida por pastosy arbustos bajos. En cambio, en la costa sur de Tierra del Fuego la configuración del ambientecostero es distinta y presenta otros condicionantes para la acción del viento: las playas constituyenestrechas franjas de contacto entre la cordillera andina y el mar, son en su mayoría de gravas yguijarros, y se encuentran interrumpidas por tramos abruptos en afloramientos de till (depósitos deorigen glaciario). El entorno pericostero comprende un denso bosque de Nothofagus, intercaladopor superficies con extensiones variables de pastizales y turberas. Por lo tanto, a diferencia de laestepa patagónica, la presencia del cordón montañoso, el sustrato de las playas y la vegetaciónservirían como protección y resguardo del registro arqueológico contra el azote de los vientos. Eneste sentido, los patrones de acumulación y preservación podrían ser distintos a los observadosen norte de Tierra del Fuego y Patagonia continental.

Estudios tafonómicos de base actualista iniciados recientemente en bahía Moat (Alunni et al. 2017: figura 1) permitieron dar cuenta de que el espacio intermareal presenta la mayor tasade acumulación y diversidad taxonómica de restos óseos en comparación con otros sectores delpaisaje. Estos mismos resultados indican que los huesos tienen distintos orígenes: desde elementostransportados por el mar hasta animales que mueren en la costa. Si se considera que la mayoría delos sitios arqueológicos se ubica sobre geoformas litorales y que la marea acumula gran cantidadde restos faunísticos, la potencial incorporación y mezcla de huesos naturalmente depositados y materiales arqueológicos puede ser elevada (Borrero 2014; Alunni et al. 2017). Se ha observadotambién que en bahía Moat la acción de las mareas produce la erosión de sitios arqueológicos,cuyos restos son removidos, desplazados y modificados por el mar.

Estas primeras observaciones mostraron la necesidad de ampliar los estudios tafonómicos a partir de registros más intensivos en el sector costero con el fin de profundizar nuestro conocimientosobre los procesos que intervienen en la formación de los depósitos naturales y arqueológicos.

Figura 1: Mapa del área de estudio. 

A continuación, presentamos los resultados obtenidos y analizamos el patrón de acumulación y dispersión de huesos entre los distintos sectores que conforman la franja costera de bahía Moat.Además, identificamos los espacios donde existen mayores posibilidades de alteración de sitiosy de mezcla entre materiales arqueológicos y naturales. Esto implica analizar la ubicación y ladistancia de los sitios arqueológicos identificados, ya sea cercanos o distantes de la costa, paraevaluar los procesos involucrados. Asimismo, se pretende determinar las modificaciones naturalesque se producen sobre los huesos de diversos taxones como consecuencia de la acción del mar,la atmósfera y la actividad carroñera, y evaluar la intensidad de estos procesos para las distintasespecies faunísticas. Los resultados de este trabajo permitirán predecir el impacto que los procesosnaturales generan sobre la preservación diferencial de los taxones representados en los conjuntosarqueológicos costeros.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL AMBIENTE

La cuenca de Moat se ubica hacia el tramo centro-oriental de la costa sur de Tierra del Fuego (figura 1). El clima se clasifica como templado-frío oceánico, con una temperatura media anualde 5,3°C (Iturraspe y Schroeder 2015). Es un ambiente ventoso y húmedo, con valores mensualesde precipitación similares a lo largo de todo el año, entre 700 y 1.000 mm (Frangi et al. 2004).

La cordillera fueguina se extiende en estrecha cercanía a lo largo de la costa, aunque en este sector de Moat la altura del cordón cordillerano decrece en relación con los tramos másoccidentales y el paisaje se torna paulatinamente más abierto, con elevaciones que varían entre100 y 900 m s.n.m. Existen varios cursos fluviales que descargan en el mar, pero el río Moat(figura 1) es el afluente más extenso, que recorre en sentido noroeste-sureste cerca de 50 km delvalle. El entorno es boscoso, cubierto principalmente por el género Nothofagus sp., intercaladopor turberas y pastizales.

En el ámbito terrestre existen pocas especies de mamíferos autóctonos: zorros colorados (Lycalopex culpaeus), guanacos (Lama guanicoe) y algunos roedores. En la actualidad, estosanimales coexisten con otras especies introducidas, como el zorro gris (Lycalopex griseus) y domésticas, como caballos (Equus caballus), vacas (Bos primigenius Taurus), perros (Canis lupusfamiliaris) y castores (Castor canadensis). En el sector litoral habita una diversidad importantede animales marinos, entre los que se incluyen pinnípedos (principalmente dos especies: Otariaflavescens y Arctocephalus australis), cetáceos, aves, peces y moluscos (Lloris y Rucabado 1991;Schiavini y Yorio 1995; Forcelli 2000; Bastida y Rodríguez 2003).

El ambiente intermareal de bahía Moat se encuentra afectado por procesos geomorfológi-cos ocurridos durante el Último Máximo Glaciar (Borromei et al. 2014). El extenso campo de drumlins1 elongados en dirección S-SE es interceptado por la actual línea de costa y en algunos casos forman acantilados de hasta 50 m de altura. También es probable que se encuentrendrumlins sumergidos o erosionados por la acción marina. Dependiendo de la ubicación de estasgeoformas con respecto la línea de costa y su evolución a lo largo del Holoceno, en el sectorde Moat es posible diferenciar entre: a) paleoacantilados, aquellos que ya no son alcanzadospor el mar (por sedimentación en su base, ascenso tectónico o descenso eustático) y continúansu evolución como laderas continentales; b) acantilados estabilizados, embestidos únicamentedurante tormentas y otros eventos excepcionales, comúnmente poseen pendientes más suaves porla acumulación de materiales en su base y/o por la colonización por vegetación; c) acantiladosactivos, corresponden a aquellos que son atacados por las olas al menos durante la marea alta(Andrade et al. 2004).

Niveles elevados de paleoplayas fueron reconocidos sobre la costa del canal Beagle como consecuencia del acenso isostático-tectónico: las más antiguas presentan una edad cercana a los6.700 años cal AP (Zangrando et al. 2016), con alturas que varían desde un máximo de 8-10 m enel oeste, disminuyendo hacia el este a alturas cercanas a los 5 m en bahía Cambaceres (Rabassa etal. 2000; Zangrando et al. 2016). En Moat, el modelo paleogeográfico muestra que hacia los 7.000años cal AP el sector adquirió las características geográficas actuales, pero hasta el momento nohan sido descritas playas elevadas del Holoceno (Borromei et al. 2014). Es posible que el mantode hielo haya sido menos denso que hacia el oeste del canal Beagle, de modo que la liberaciónde su peso pudo haber generado un efecto rebote más leve y levantamientos del terreno menores(Borromei et al. 2014).

ESPACIO SUPRAMAREAL E INTERMAREAL: EXPECTATIVAS TAFONÓMICAS

El sector prospectado abarca aproximadamente 5 km longitudinales de costa, desde S54°56'26,79, O66°54'43,96 a S54°57'14,68, O66°49'5,52. Las playas son en su mayoríade gravas y se encuentran interrumpidas por drumlins. Las transectas cubrieron el nivel intermareal y supramareal de acuerdo con la zonación propuesta por Grosso et al. (2019). El primero esel espacio comprendido entre niveles de pleamar y bajamar de sicigias. Al estar influido por elvaivén de las olas, no existe vegetación, pero se presentan bancos de macroalgas (Macrocystispyrifera) que suelen ser abundantes luego de períodos de tormenta. En el intermareal se prospectóel horizonte superior (sensu Grosso et al. 2019), dado que aquí hay una mayor tendencia haciala acumulación de materiales, los cuales a su vez pueden alcanzar los espacios más aledaños alos sitios arqueológicos.

Por encima de los niveles de pleamar de sicigias se ubica el supramareal (Grosso et al. 2019), que es el espacio de transición entre el ambiente marino y el terrestre. Es un sector totalmenteexpuesto, pero durante las pleamares equinocciales o en situaciones extraordinarias donde secombinan pleamares de sicigias con temporales, puede quedar inundado su horizonte inferior porbreves períodos. Entre el horizonte superior del intermareal y el supramareal es común la formaciónde bermas, que constituyen los sectores más elevados adyacentes al frente de las playas (Arche2010). El agua solo cubre la berma en marea alta o cuando la energía del viento apila agua sobrela orilla. En estos depósitos acontecen los eventos más importantes de acumulación de sedimentos y materiales. La superficie del supramareal está comprendida por gravas y algunos espacioscon desarrollo variable de pastos y matorrales, motivo por el cual suele haber bioturbación porraíces de plantas y otros organismos terrestres. El supramareal se extiende hacia el interior hastael límite de penetración de las influencias marinas (Bird 2011). Las características que adquiereel terreno detrás del supramareal son variables y responden a cambios en la fisiología del paisajecomo acantilados, presencia de terreno ascendente detrás de las tierras bajas costeras, lagunas,campos de pastizales o turberas. En la zona de estudio, algunos de estos espacios presentan pa-leoplayas de guijarros cuyas superficies están cubiertas por vegetación. En algunas incluso puededistinguirse la formación de antiguos cordones litorales situados por encima de la zona marealactual, los cuales fueron resultado de eventos de transgresión-regresión marina acontecidos durante el Holoceno producto de la Última Máxima Glaciación (Rabassa et al. 2000). Los sitiosarqueológicos suelen estar ligeramente por encima del nivel de las mareas altas, por lo que seubican tanto en la zona supramareal como en el sector inmediatamente posterior aquí descripto.Existen, asimismo, sitios localizados en contextos boscosos y alejados de las influencias de mar,a aproximadamente 300-200 m desde la línea de la costa actual (Zangrando 2010). En su mayoría, los depósitos son concheros con extensiones y aspectos superficiales variables, ubicados endistintas geoformas (e.g., drumlins, paleoplayas, acantilados). Los análisis radiocarbónicos hastael momento disponibles indican cronologías correspondientes al Holoceno tardío (ca. 1000-200años AP; Alunni y Zangrando 2012).

En términos generales, las costas de bahía Moat son confinadas (sensu Martínez 2001) dado que la presencia de los acantilados arriba descriptos, en conjunto con la densa vegetaciónlindante, restringen o impiden la migración de materiales y sedimentos hacia el interior. Existen,no obstante, algunos espacios más amplios donde los procesos de transgresión/regresión arribamencionados dieron lugar a la formación de paleoplayas y sucesivos cordones litorales. Por lotanto, la línea que dibuja la costa del área de estudio es irregular, a lo largo de la cual se alternanplayas largas semi-rectilíneas de suave pendiente con afloramientos rocosos, tramos más abruptoscon bahías y cantidad de ensenadas menores, además de caletas reparadas.

Los procesos de transporte y acumulación de materiales están estrechamente relacionados con las características de las mareas, el oleaje y la orientación de la línea litoral (Martínez 2001). Lazona presenta un régimen micromareal y semidiurno con desigualdades diurnas, con una amplitudmedia de 1,1 m (Servicio de Hidrografía Naval 2002). Las costas están principalmente expuestas alos vientos del sudoeste que generan una gran repercusión al influir en la dirección del oleaje y enel transporte sedimentario asociado. No obstante, como las condiciones locales varían a lo largodel año, las playas pueden experimentar derivas litorales opuestas, incluso en el lapso de unospocos días (Arche 2010). La frecuencia anual de los vientos es de 23,6% y la velocidad media de31 km/h (Isla et al. 1999), formándose olas irregulares de período corto (1 a 3) y rompientes devolteo con alturas máximas de 0,5 m (Bujalesky et al. 2004). Si bien la energía del oleaje no esdemasiado alta, como la pendiente de la zona sublitoral suele ser alta, el accionar de las olas seaplica a toda la playa y genera grandes depósitos de gravas, restos de animales muertos y residuosantrópicos. Además, los fuertes vientos promueven estos eventos de acumulación. El 50% de losdías del año, las ráfagas superan 50 km/h; 10 días al año superan los 100 km/h y pueden llegar,excepcionalmente, a 200 km/h (Iturraspe y Schroeder 2015).

Por lo antedicho, la variabilidad que existe sobre los distintos tipos de playas genera diferentes posibilidades para la acumulación de materiales. Observaciones tafonómicas desarrolladas en Patagonia meridional y en la costa Atlántica de Tierra del Fuego advirtieron sobre diferenciasen el grado de acumulación de restos óseos que dependen de la energía de transporte del flujohídrico (Borella y Favier Dubois 1994-95; Borella 2004). Asimismo, se observó que existe unaalta diversidad en las características de las acumulaciones naturales a lo largo de la costa (Muñozet al. 2016). Por ejemplo, las playas frente al mar abierto reciben un aporte diacrónico continuode huesos y pueden presentar incorporación y re-exposición de elementos al sustrato, mientrasque en los espacios ubicados en el interior de las bahías el corpus principal estaría dado por carcasas de mamíferos marinos muertos simultáneamente (Borella y Muñoz 2006). Esto, a su turno,tiene un correlato visible en cuanto a la representación anatómica y al estado de preservación delas muestras, que difiere según el tipo de costa. Existen diferentes tasas de meteorización (sensuBehrensmeyer 1978) para los diversos taxones (e.g. entre cetáceos y mamíferos terrestres, entrepinnípedos y guanacos, entre aves y mamíferos). Asimismo, se observó que en los sectores conalta cobertura vegetal el grado de entierro de elementos óseos es mayor, hecho que incrementalas posibilidades de mezcla entre materiales arqueológicos y fauna actual si se lo compara consuperficies de escasa vegetación. Sin embargo, hay determinadas propiedades del registro quefacilitarían la diferenciación entre las acumulaciones naturales de aquellas formadas por la acción antrópica (e.g., integridad anatómica, perfil etario de los individuos representados, huellasculturales, meteorización, etc.) (Borella y Muñoz 2006; Muñoz et al. 2016).

Por lo tanto, partimos de la hipótesis de que los procesos tafonómicos adquieren magnitudes y patrones variables conforme fluctúan las características fisiográficas y geomorfológicas costeras.Nuestra expectativa es que la abundancia y diversidad de materiales óseos acumulados varíe segúnel sector y el contorno costero, pudiendo afectar de manera diferente los procesos de formación desitios arqueológicos. El transporte litoral tiende a retener lo transportado en sus zonas entrantes,pero se reduce en los tramos más centrales, particularmente en aquellas playas semi-rectilíneas yque presentan rebordes convexos más expuestos al vaivén de las olas (Martínez 2001). Por estemotivo, los datos serán analizados y comparados en función de la siguiente subdivisión del área:a) playas semi-rectilíneas lindantes con paleoacantilado vegetado, b) playas en herradura lindantescon paleoacantilado vegetado, c) playas semi-rectilíneas lindantes con pastizal o bosque, d) playasen herradura lindante con pastizal o bosque, e) playas convexas lindantes con pastizal, f) playasconvexas lindantes con acantilados estabilizados (figura 2). Dentro de esta subdivisión, se hanconsiderado las diferencias que puedan existir entre los tramos centrales y extremos occidentalesy orientales de las playas.

Figura 2: Algunos ejemplos de playas prospectadas en bahía Moat: a) la flecha indica el sector de playa que se torna convexo y continúa del otro lado del acantilado; b) playa en herradura lindante conbosque; c) playa semi-rectilínea lindante con acantilado vegetado; d) playa semi-rectilínea lindantecon pastizal, al fondo la playa se torna convexa y continúa adyacente a un acantilado. La flecha señala la ubicación de un conchero. 

MATERIALES Y MÉTODOS

Las tareas de investigación se efectuaron en dos momentos: septiembre de 2019 y marzo de 2020. Se prospectaron los mismos espacios en estos diferentes meses y se cubrieron igualessuperficies. Se siguieron los criterios metodológicos propuestos por Massigoge et al. (2015). Elrelevamiento se desarrolló a través de transectas con una longitud máxima de 500 m y un anchode 20 m según el grado de visibilidad o la extensión de la geoforma. Cada transecta fue recorridapor dos personas. Éstas cubrieron las diferentes unidades del paisaje arriba mencionadas, se distinguió entre los distintos tipos de costa y se documentó el ambiente sedimentario en cuestión:pendiente (nula, baja, media, alta), tipo de sedimento, potencial de enterramiento (nulo, bajo, alto),presencia de agua (ausencia, río, encharcamiento, empantanado, escorrentía), vegetación (tipo,distribución y grado de visibilidad). Asimismo, se registró la presencia/ausencia de bioturbación(e.g., vegetales, roedores, pisoteo, carnívoros, caballos, etc.), fauna actual, actividad antrópicamoderna y evidencia arqueológica.

Los hallazgos fueron clasificados como hueso aislado (elementos dispersos), concentración (75% del esqueleto articulado y unido por tejido blando) y carcasa (75% del esqueleto articulado y unido por tejido blando). Los restos faunísticos fueron descriptos in situ,fotografiados y georreferenciados para confeccionar mapas de dispersión con un Sistema de Información Geográfica (ArcMap 10.1). Luego, para lograr un nivel más alto en la determinacióntaxonómica y anatómica, y evaluar con mayor grado de detalle las modificaciones de los huesos,se recolectaron todos aquellos elementos que se encontraron desarticulados y la mayoría de losarticulados. Los que no pudieron ser llevados al laboratorio fueron analizados con detalle in situ.Se registraron las siguientes características para cada hallazgo: taxón, elemento, grado de completitud (si se hallaron enteros o fragmentados), grado de fusión y lateralidad. Por otra parte, seevaluó el estado del hueso en el momento de hallarlo: presencia/ausencia de tejido blando, estadiode meteorización (sensu Behrensmeyer 1978), marcas de carnívoros (Binford 1981), grado deabrasión (Fernández-Jalvo y Andrews 2003). Sobre esta última variable, se siguió la propuestade Gutiérrez y Kaufmann (2007), quienes definieron tres niveles de abrasión y pulido: estadio1 -presencia de brillo y textura suave-, estadio 2 -presencia de bordes romos (puede existir brilloy textura suave)- y estadio 3 -existe remoción del tejido externo y puede haber exposición detejido trabecular en aquellos huesos que lo contengan (por ejemplo, vértebras, epífisis)-. Dadoque estas categorías fueron establecidas para ambientes fluviales de flujo lento de la provincia de Buenos Aires, en este trabajo son utilizadas con fines descriptivos sobre los rasgos observados enlas superficies óseas, pero no representan criterios válidos para inferir trayectorias de transporte.

Los restos faunísticos se cuantificaron, para lo cual se utilizaron las medidas de abundancia taxonómica (NISP y MNI) (Klein y Cruz-Uribe 1984). Estos estudios fueron las vías de entradapara evaluar los patrones de dispersión de cada especie faunística y si existen sesgos diferencialesen el transporte/acumulación de determinados elementos que puedan relacionarse con sus formasy tamaños específicos. Para evaluar el rol de la selección hídrica en la representación anatómicade guanacos, se compararon las frecuencias relativas de los elementos que integran el grupo 1 (esdecir, huesos con alto potencial de transporte) y el grupo 3 (es decir, huesos con baja probabilidadde transporte) (ver Kaufmann et al. 2011: tabla 7).

RESULTADOS

Se prospectó un total de 51.730 m2. Se hallaron 299 especímenes aislados, 15 concentraciones y cinco carcasas (tabla 1). Existen diferencias entre las proporciones de restos recolectados en el supramareal y el horizonte superior del intermareal: de los aislados, el 30% corresponde alprimer sector y el 70% al segundo, las concentraciones se distribuyen entre 47% y 53%, respectivamente; y todas las carcasas se recuperaron en el intermareal. Las playas semi-rectilíneas, yasean aquellas que lindan con paleoacantilados, acantilados estabilizados, pastizales o bosques,presentan la mayor densidad de restos óseos, siendo menor en los espacios semi-rectilíneos concontornos convexos lindantes con pastizal y en las playas en herradura. Como puede observarseen la tabla 1, los huesos tienden a acumularse en su mayoría en los tramos orientales de las costas,con menores frecuencias hacia el centro y el oeste.

En cuanto a las representaciones taxonómicas, las aves predominan en los conjuntos óseos (principalmente Phalacrocoracidae, Spheniscidae y Anatidae), seguidos por guanacos, pinnípedos, vacas, caballos y ovejas. También fueron identificados cánidos y castores, pero en númerosmuy bajos (1 y 2, respectivamente); no fueron contemplados en el análisis tafonómico porquegeneran distorsión al compararlos con tamaños de muestra más grandes. Las localizaciones delas concentraciones coinciden con los espacios donde existe mayor frecuencia de restos; docede éstas corresponden a aves (en su mayoría articuladas y con tejido blando), dos de vértebrasy costillas de pinnípedos (una de estas concentraciones se halló en posición articulada, pero sintejido blando) y la otra corresponde a vértebras y costillas de ganado sin articular. En cuanto a las carcasas, tres son de aves y una de castor. Los restos en general fueron hallados sin presencia de tejido blando y desarticulados (94,8%, n283). Las aves fueron las que presentaron mayorgrado de articulación entre sus elementos (n12) y registraron presencia de tejido blando (n13).En los restos óseos desarticulados correspondientes a mamíferos se pudo determinar el grado defusión en 77 especímenes, entre los cuales el 97,4% se hallaron fusionados, a excepción de dosvértebras de pinnípedos (una semifusionada y otra sin fusionar). En los guanacos solo se reconocieron individuos adultos y subadultos.

Tabla 1: Distribución y densidad restos óseos en las distintas unidades del paisaje consideradas.

Los restos óseos recolectados en el año 2019 estaban distribuidos en forma más dispersa en el paisaje que los obtenidos en el año 2020. Un aspecto que pudo haber influido es el tiempode acumulación dado que, en prospecciones anteriores realizadas durante el año 2016, se habíanefectuado recolecciones de huesos (Alunni et al. 2017). Es decir, transcurrieron tres años hastaque se reanudaron las observaciones actualistas en el sector. Esto puede verse reflejado en laproporción de especímenes obtenidos en los distintos años dado que, del total presentado en latabla 1, el 60% proviene de las transectas del año 2019. Por otra parte, si bien los huesos aparecendispersos de manera relativamente continua a lo largo del litoral, existen zonas con depósitosmarcadamente mayores y otras en donde no se registraron huesos en ninguno de los muestreosefectuados (tabla 1, figura 3).

Tabla 2: Abundancia taxonómica (NISP y NISP%) de las especies faunísticas halladas en las transectas.

Figura 3: Distribución taxonómica, de especímenes hallados por espacio prospectado y de sitios arqueológicos. Las referencias alfabéticas corresponden a los sectores con hallazgos ampliados en la figura 4. 

En términos taxonómicos, las aves, guanacos, mamíferos, ovejas, cánidos y castores no presentan una tendencia específica de dispersión, sino que están distribuidos de manera regularsin ningún patrón definido por tipo de costa (figura 4). La mayoría de los pinnípedos, en cambio,aparecen concentrados a lo largo de dos playas (figuras 4b y f). En una de ellas, sus restos sehallaron en un diámetro aproximado de 250 m, mientras en la otra a lo largo de 350 m de costa.La relación entre los huesos de pinnípedos recolectados en ambas playas es analizada más abajo.

Solo el 3% de la muestra se halló enterrada o semienterrada, mientras los restantes huesos permanecían expuestos, la mayoría entre guijarros de playa. El 31,4% (n94) del total de especímenes aislados se encuentran fragmentados. Si se consideran las proporciones de especímenesfragmentados sobre el total de cada grupo taxonómico (tabla 2), los guanacos registraron mayoresniveles de fragmentación (55,6%, n20). A estos le siguen las ovejas (56%, n9), las vacas ycaballos (40%, n10), las aves (26,6%, n50) y finalmente los pinnípedos (16%, n5). Entre las15 concentraciones, solo en una de aves se registró signos de abrasión (estadio 1). En cambio,de los hallazgos aislados, solo un 33,4% (n99) de los huesos aislados no presenta indicios de este efecto tafonómico, mientras que los restantes especímenes exhibieron estadios 1 (38,5%), 2 (18,2%) y 3 (9,8%). No resulta posible establecer un patrón de dispersión de huesos según su gradode abrasión, sino que los distintos niveles se muestran indistintamente en el espacio. La figura 5muestra que la expresión de esta variable parece ser diferente entre las aves y los mamíferos. Entodos los casos siempre predominan los elementos abradidos pero, a diferencia de las aves, en losmamíferos se observa una mayor proporción de huesos con remoción completa del tejido cortical.

Figura 4: Distribución de sitios arqueológicos y restos óseos actuales por taxones. 

Se analiza la relación entre los especímenes fragmentados y la abrasión. Entre los huesos fragmentados de vacas/caballos y guanacos, el 80% poseen bordes con rasgos de abrasión; enpinnípedos este porcentaje es de 60%, en ovejas 56% y en aves 44%.

Figura 5: Distribución de las frecuencias de huesos con abrasión discriminados por taxón (hallazgos aislados). 

En términos generales, los restos óseos exhiben nula meteorización y estadios bajos (figura 6). La expresión de esta variable se manifiesta de manera disímil entre los taxones. Como puedeobservarse en la figura 6, en los mamíferos los estadios más avanzados son más frecuentes queen las aves. Esta tendencia es incluso más evidente a medida que aumenta el tamaño del animal.

Al igual que lo observado por Muñoz et al. (2016) al sur del río Santa Cruz, el número de huesos de pinnípedos en estadios más meteorizados es mayor que el registrado para guanacos (figura 6).Esto se debe a que la desarticulación de las carcasas de pinnípedos demora más tiempo que lasde camélidos como consecuencia de la resistencia de la gruesa capa de cuero a descomponerse(Muñoz et al. 2016). Con el fin de evaluar si los efectos de la meteorización pudieron enmascararse por la abrasión eólica y marina se correlacionaron ambas variables utilizando el coeficientede rho Spearman. En aves, el resultado fue débil y estadísticamente no significativo (rs 0,2p-valor 0,05), mientras en mamíferos la fuerza de la correlación fue débil pero estadísticamente significativa (rs= 0,2 p-valor 0,001).

Figura 6: Distribución de las frecuencias de estadios de meteorización discriminados por taxón. 

La actividad carroñera se reconoció en tres concentraciones de ave y 19 especímenes óseos aislados. Los tipos de rastros observados fueron hoyuelos y bordes crenulados. Entre los elementos articulados con tejido blando y sin abrasión, el accionar de los carnívoros se registró en unacarcasa de castor y en tres concentraciones de aves. Como estos elementos no poseen signos detransporte hídrico, se sugiere que habrían sido carroñeados in situ o en un radio cercano dentrode la misma playa donde perecieron los animales. Los restantes 19 casos se distribuyen en especímenes aislados correspondientes a cuatro huesos de ave (tres esternones y un húmero), cuatro deguanaco (dos escápulas, un fémur y una mandíbula), ocho de oveja (costillas mediales-distales),uno de pinnípedo (costilla) y uno de vaca/caballo (cráneo). Estos especímenes se encontraron conevidencias de abrasión, lo que sugiere que la actividad carroñera habría ocurrido con anterioridadal transporte por mar. Finalmente, el pisoteo fue otro efecto tafonómico que se reconoció en variosespecímenes, sobre todo en los esternones (n=14) y sinsacro/pelvis (n4) de aves. También seobservó en una escápula de guanaco y en una hemimandíbula de caballo.

Con respecto a la abundancia anatómica de los taxones más representados, existe entre los mamíferos una tendencia hacia la escasa o nula presencia de elementos pequeños, por ejemplo,dientes, falanges y articulares, y una mayor frecuencia de huesos con mayor tamaño (tabla 3).Con los restos de aves sucede algo similar a lo observado con los mamíferos: se advierte escasa onula frecuencia de elementos pequeños y, por el contrario, mayor recurrencia de sus huesos másgrandes. Se destaca una diferencia observada entre las representaciones anatómicas de guanacosy pinnípedos que, por ser taxones habituales en los conjuntos zooarqueológicos de la zona, puedetener implicancias sobre la conformación de estos depósitos. La tabla 3 muestra que los elementosmás frecuentes entre los camélidos provienen de la región apendicular, los cuales suelen tener mayordensidad mineral ósea y ser propensos a preservarse por períodos de tiempo más prolongados quelos huesos con valores densitométricos bajos (Elkin 1995). El grado de abrasión de estos elementosy su general disposición como especímenes aislados, sin tejidos blandos y desarticulados, proponeal agua como principal responsable de estas acumulaciones. Asimismo, el 52,7% de las unidadesanatómicas de guanacos aquí identificadas corresponden al grupo 3 definido por Kaufmann et al.(2011), de modo que estos pudieron haber sido acarreados en contextos de alta energía. En lospinnípedos, en cambio, predominan especímenes axiales y menos densos (Borella et al. 2007).En el próximo acápite se discutirá sobre las posibles trayectorias de transporte de los mamíferos.

Tabla 3: Representación de unidades anatómicas de los principales taxones.

Se examinaron separadamente las dos acumulaciones de pinnipedos halladas en las playas en herradura previamente mencionadas (figuras 4 y 5), con el fin de evaluar si esta disposiciónactual fue el resultado de varamientos puntuales acontecidos en estos lugares. En ambos casos,se reconocieron dos individuos: uno perteneciente a Otaria flavescens y otro a Arctocephalusaustralis. De una de las bahías proviene una concentración de vértebras y costillas articuladas,con claras evidencias de acción de carnívoros sobre los sectores mediales de estas últimas. Losdemás restos aparecen dispersos, con estadios similares de meteorización (0 y 1) pero con rasgos variables de abrasión (0 a 2). Con excepción de una costilla, los restantes especímenes noexhibieron marcas de carnívoros. En la otra bahía solo se encontraron elementos aislados y quepresentan distintos grados de meteorización (que van desde el estadio 0 al 4) y abrasión (del 1 al3). Si consideramos estas evidencias, se plantea entonces que las concentraciones de pinnípedoshabrían sido producto de distintos episodios de acumulación.

Por último, veinte montículos (concheros) identificados a partir de las primeras prospecciones en el área (Zangrando et al. 2010) se ubican a lo largo de los 5 km de la zona prospectada. Seisde ellos fueron localizados en la línea supramareal a distancias longitudinales que oscilan entrelos 5 y 100 m de los restos óseos depositados naturalmente. Algunos de estos sitios se encuentranfuertemente alterados por la erosión marina, dado que el avance y retroceso de las olas generaun paulatino desmoronamiento de los montículos. En un trabajo anterior, incluso se ha señaladola presencia de mezcla entre restos arqueológicos y actuales debido al sedimento que sustrae yremueve el mar (Alunni et al. 2017). Siete sitios se encuentran retirados de las líneas de la costaactual, sobre antiguas geoformas marinas, entre 10 y 40 m de distancia de huesos depositadosnaturalmente. Por último, siete montículos están localizados sobre acantilados sin influenciamarina evidente, pero en donde pueden estar actuando otros procesos erosivos y biogenéticosno explorados en este trabajo. De esta información se desprende que cerca del 45% de los sitiosarqueológicos registrados estuvieron expuestos a la incorporación natural de huesos durante elHoloceno tardío.

DISCUSIÓN

La dispersión de restos óseos muestra discontinuidad en su disposición a lo largo del in-termareal de bahía Moat. Dentro de una misma localidad y en una extensión de 5 km, se registra diversidad en la dinámica de acumulación de materiales. En las playas semi-rectilíneas se identificó variabilidad en la localización de estas acumulaciones como consecuencia de la dinámicadiferencial de olas. En sus tramos centrales, donde la morfología costera no ofrece entrantesde mar lo suficientemente marcadas para retener en el tiempo grandes depósitos de huesos, lapresencia de especímenes es menor que hacia el oeste y el este (tabla 1). Esta tendencia es incluso más marcada en los sectores convexos. En cambio, el número de especímenes en playasen herradura lindantes con pastizales o bosques parece mantener una frecuencia más constanteen sus distintos espacios. Las entrantes actúan como sumideros naturales de sedimentos donde,tanto estos como los huesos transportados quedan retenidos. Se observa en general una tendenciahacia un mayor depósito de restos óseos en los tramos orientales de las playas. Este patrón podríaexplicarse porque los vientos predominantes son del sudoeste, entonces la energía del oleaje queingresa al litoral generaría mayores contextos de acumulación y retención de restos óseos haciael este. Esta situación es incluso más marcada al tratarse de playas en herradura adyacentes aacantilados, donde la abundancia de materiales es en general menor y solo se acumulan en losespacios más orientales, lo que sugiere que aquí la energía marina podría actuar de manera mássignificativa sobre sitios arqueológicos, generando mayores contextos de mezcla o destrucciónde los depósitos. Estas playas en herradura con acantilados suelen ser más angostas que aquellasadyacentes a pastizales de modo que, durante la pleamar, el agua suele alcanzar la zona superiordel intermareal y en muchos casos no hay formación de niveles supramareales. En este sentido,el avance y retroceso del mar genera un constante vaivén de huesos que encuentran menoresposibilidades de quedar retenidos al pie de los acantilados.

La mayoría de los especímenes aislados fueron hallados en el horizonte superior del intermareal, mientras que el 30% de los hallazgos aislados alcanzan el espacio supramareal. Esto sugiere la posibilidad de mezcla entre los restos arrastrados por el mar y los depósitos arqueológicoslocalizados en esta línea de costa. Los sitios ubicados sobre antiguas geoformas marinas no estánafectados por la acción directa del mar en la actualidad, pero la relación entre sus emplazamientos y el espacio intermareal tuvo que haber sido más próxima en el pasado. Incluso aún en lascondiciones actuales, la relativa cercanía (de 10 a 40 m) que hallamos entre estos conjuntos y losrestos óseos del supramareal nos alerta sobre la necesidad de contemplar, durante el análisis delas muestras, posibles incorporaciones de materiales a la matriz de estos depósitos. Esto es factible si analizamos la presencia de concentraciones y carcasas que corresponden principalmente ahuesos articulados de aves con tejido blando sin signos de abrasión. Esto podría estar indicandoque pudieron haber perecido en el intermareal o bien en el mar para luego quedar depositadas allípor efecto de las olas. Si estos individuos llegan con carne y plumas difícilmente pueda esperarseabrasión de sus huesos bajo estas circunstancias. Las aves marinas pueden encontrar su lugar demuerte en el mar, pero quedar depositadas, por arrastre, en las playas donde continúan actuando losagentes carroñeros, encadenando así otro mecanismo de dispersión. Sobre este aspecto, Gutiérrezet al. (2016) sugirieron que las grandes acumulaciones de carcasas depositadas en el intermarealproducto de muertes naturales in situ o del transporte hídrico, constituyen buenas oportunidadespara carroñar. En la costa bonaerense, los autores observaron que los zorros tienden a sustraerestos huesos y transportarlos hacia áreas protegidas detrás de la línea de costa, con distanciasque pueden alcanzar hasta los 670 m hacia el interior (Gutiérrez et al. 2016). Sería esperableentonces, que el efecto del transporte de las olas sumado al accionar de las especies carroñerastenga como consecuencia el arrastre de huesos hacia el interior por fuera de la zona supramareal.La identificación de concentraciones de pinnípedos indica la posibilidad de que estos procesostambién pudieron haber ocurrido en el caso de lobos marinos. Muñoz et al. (2016) observaronun patrón similar en la dispersión de pinnípedos, dado que sus huesos fueron hallados tanto enla berma como la playa alta o interior. Esto sugiere que otros factores, además de la acción marina, actúan sobre la desorganización de las carcasas y que, por lo tanto, existen posibilidades demezcla de huesos arqueológicos y naturales en espacios más amplios que la línea de altas mareas (Muñoz et al. 2016).

Los taxones registrados durante las prospecciones guardan correspondencia con la disponibilidad de las especies faunísticas autóctonas actuales de la zona y que, además, son comunes de hallar en los depósitos arqueológicos. Los restos de peces, cuyo consumo humano está ampliamente documentado desde el Holoceno medio (Zangrando 2009; Corbat et al. 2020), sonlos únicos animales que no fueron hallados en las transectas; situación que quizá responda a unproblema de visibilidad o preservación diferencial. Durante las prospecciones, no se registrarondatos que sugieran episodios de mortandad en masa, sino que la diversidad taxonómica, anatómicay los indicadores tafonómicos revelan diversos momentos de acumulación. Si se considera quecasi todos los especímenes presentan algún grado de abrasión marina y que, además, el patrón dedispersión ósea está relacionado con la topografía y características del oleaje, es posible inferir quela acción hídrica habría sido la principal responsable de la acumulación y dispersión de huesos.Sin embargo, los atributos tafonómicos muestran que las trayectorias de estos eventos pudieronser distintas entre las aves y los mamíferos, lo que sugiere diferencias en las fuentes primarias deproveniencia de estas osamentas.

Por un lado, en las aves fueron pocos los especímenes que alcanzaron algún estadio de meteorización, mientras los restantes huesos aparecen sin signos aparentes de este tipo de deterioro. Esta pauta ya había sido señalada en estudios previos realizados en la zona (Alunni et al. 2017), asícomo en otras investigaciones actualistas llevadas a cabo en Patagonia continental (e.g, Cruz 2008;Muñoz et al. 2016) y en la costa bonaerense (Massigoge et al. 2015; Gutiérrez et al. 2016). Estostrabajos han planteado que, debido al reducido tamaño y peso que presentan las aves, sus huesossobreviven a la intemperie por períodos de tiempo más cortos que las osamentas de mamíferosporque se deterioran más rápidamente, antes de alcanzar estadios avanzados de meteorización.Este resultado es incluso más acelerado si las carcasas de aves son sometidas a una destruccióninicial por los carnívoros, quienes generan pérdida ósea casi completa (Behrensmeyer et al. 2003;Cruz 2008; Massigoge et al. 2015). Como ya mencionamos, los efectos de la abrasión fuerontambién más bajos en las aves, lo que puede estar directamente relacionado con el estado de losespecímenes previo a su transporte hídrico, con el lugar de origen de los restos y con el tiempo enque fueron sometidos a la acción del oleaje. Trabajos experimentales desarrollados en mamíferoshan demostrado que los huesos no meteorizados (frescos) tardan más tiempo en alcanzar gradosde rodamiento más elevados que aquellos que poseen grietas o escamas como producto de laexposición a los efectos atmosféricos (Fernández-Jalvo y Andrews 2003; Kaufmann et al. 2011).Es entonces probable que los especímenes de aves se hallaran relativamente frescos al momentode ser desplazados por la marea y redepositados en las playas. Asimismo, los bajos niveles deabrasión podrían ser indicativos de eventos de transporte relativamente cortos en el tiempo, lo queimplica cierta cercanía entre el lugar de acumulación de las osamentas y las playas a las que fuerontransportados (zonas de acumulación). El mayor número de especímenes articulados, carcasas yelementos con tejido blando también da cuenta de estos escenarios, incluso sugiere que algunasosamentas no fueron depositadas por el mar, sino que provienen de organismos que perecieronin situ. Este supuesto también puede respaldarse por la proporción relativamente equitativa entreespecímenes cuyos bordes de fractura están abradidos y aquellos que no presentan este signo derodamiento. Estos últimos pudieron dar cuenta de roturas de los huesos en el lugar y ausencia deun posterior transporte por mar; en cambio, si el borde de fractura se halla abradido indica queeste proceso aconteció con posterioridad a la fractura (Fernández-Jalvo y Andrews 2003). Por lotanto, se plantea un origen mixto en la acumulación de los huesos de aves, tanto por arrastre marino como por animales que mueren en las playas y sus restos permanecen en el lugar de muerteo a corta distancia de este.

En el caso de los mamíferos, la disparidad en el grado de abrasión y la escasa presencia de concentraciones, huesos articulados y con presencia de tejido blando indican que en su mayoríahabrían arribado al litoral como especímenes aislados. Como se observa en las figuras 5 y 6, sushuesos tienden a alcanzar grados más altos de meteorización y abrasión que las aves. Esto puedeser consecuencia de un mayor tiempo de arrastre por el mar y/o que el período de exposición ala intemperie de los restos previo a su transporte hídrico haya sido suficiente para meteorizarlos(Fernández-Jalvo y Andrews 2003; Kaufmann et al. 2011), signos posteriormente borrados porlos efectos de la acción hídrica. En efecto, los restos de mamíferos son precisamente los másabradidos, rasgo observado no solo en sus elementos completos, sino también en los bordes defractura de aquellos huesos que no se hallaron enteros. Si bien no conocemos la velocidad delflujo del mar en la zona costera de bahía Moat, la predominancia de unidades anatómicas cate-gorizadas dentro del grupo 3 (sensu Kaufmann et al. 2011) y la subrepresentación de mamíferosjuveniles, sugiere que estos especímenes pudieron ser sometidos a contextos hídricos de alto flujoenergético (quizá por eventos de tormenta). El origen (lugar de procedencia) de estas dispersionesobservadas en los mamíferos es aún incierto, pero la diversidad en los grados de abrasión sugiereque las camadas de huesos provendrían de enclaves ubicados a distancias variables. En este puntoes necesario considerar el espacio donde los guanacos y el ganado suelen llevar a cabo su accionardentro del ámbito costero, dado que esto podría dar pistas sobre el lugar de procedencia de sushuesos acumulados en el intermareal. Si bien estos mamíferos pueden ser avistados en la zonade playas, su radio de acción tiende a permanecer en valles y espacios abiertos con pastizales, loscuales constituyen mejores lugares para pastar. Sin embargo, en invierno las nevadas impactansobre el sustrato herbáceo y los animales se desplazan hacia el bosque y las zonas más bajas enbusca de refugio y cobertura térmica. Para los guanacos, el estrés invernal y la inanición son,de hecho, las principales causas de muerte (Raedeke 1978: tabla 1; Estévez Escalera y Mameli2000; Borrero 2007). Existen registros para la costa sur de Tierra del Fuego que relatan eventos de crudos inviernos que generaron contextos de mortandad en masa donde las carcasas decamélidos y ovejas fueron halladas en las playas y en sus bosques lindantes (Estévez Escaleray Mameli 2000). Con posterioridad a las muertes, distintos agentes y procesos desencadenansituaciones de dispersión de sus restos óseos que pueden concluir en el patrón de acumulaciónactualmente observado en intermareal. Por ejemplo, sus huesos pudieron quedar depositadosen la costa luego de ser arrastrados desde el interior por medio de arroyos o ríos que desaguanen el mar (figura 1), removidos por los eventos de tormenta que sustraen las carcasas que yacenen las playas o en las cercanías de éstas, o bien sustraídos por los carnívoros cuyos rastros handejado improntas en algunos especímenes (Estévez Escalera y Mameli 2000). Como indicamosanteriormente, las huellas dejadas por los carnívoros en conjunto con la abrasión, dispersión ydesarticulación que exhiben los huesos de mamíferos, sugieren que la acción de estos agentesaconteció con anterioridad al transporte por mar y que luego el flujo hídrico depositó los restosóseos en el intermareal.

Entre las especies faunísticas más comunes en el registro arqueológico, se destacan diferencias observadas en las frecuencias de las unidades anatómicas naturalmente depositadas en las costas(tabla 2). En los conjuntos tafonómicos de pinnípedos predomina la región axial, particularmentelas vértebras, aunque los radios y los metapodios también son abundantes. En cambio, en losguanacos prevalece la zona apendicular. Los restos de aves están representados por unidades anatómicas más variables y solo se encuentran ausentes o en escasas proporciones los especímenespequeños o con muy baja densidad ósea. A diferencia de los mamíferos, esta diversidad y mayorcompletitud anatómica posiblemente esté relacionada con el origen y trayectoria de las carcasasarriba mencionado. En términos arqueológicos, estas diferencias en los perfiles esqueletarios queobservamos en mamíferos y aves genera acumulaciones similares a las abundancias anatómicasque se espera hallar en los depósitos arqueofaunísticos de la zona (Alunni et al. 2020). En efecto,los esqueletos de aves suelen estar más completos que los mamíferos, mientras estos últimos tienenpatrones más selectivos que usualmente se relacionan con decisiones económicas de transportellevadas a cabo por los cazadores-recolectores. Esto nos alerta sobre la necesidad de efectuaranálisis exhaustivos sobre los atributos tafonómicos de los especímenes arqueológicos como,por ejemplo, examinar si poseen algún grado de abrasión o si los huesos de aves fueron halladosen posición articulada durante la excavación. Asimismo, sería de utilidad examinar si los bordesde fractura hallados presentan algún grado de brillo o rodamiento, lo que podría ser informativode situaciones de transporte y de contextos alóctonos en los cuales se produjo dicha fractura. Sibien no existen dudas sobre el origen antrópico de los concheros en el canal Beagle, los huesosnaturalmente depositados generan conjuntos que, si alcanzan superficies estables que coincidencon la ubicación de sitios arqueológicos, pueden migrar al depósito e incorporarse en su matrizestratigráfica (Borrero 2007; Alunni et al. 2017). Esto podría afectar la representación de ciertostaxones y sus huesos, ya sea con su sobrerrepresentación o subrepresentación. Esta situación podríaacentuarse en otros tipos de depósitos que no provengan de concheros, en donde las acumulacionesnaturales pueden simular eventos de descarte bajo contextos de ocupaciones humanas.

CONCLUSIONES

Las observaciones actualistas desarrolladas en bahía Moat muestran que la dinámica del intermareal podría actuar de manera disímil en la formación de los sitios arqueológicos y quedichos procesos impactarían en diferentes grados según su ubicación y la geoforma costera enla cual se emplacen. Por un lado, las entrantes de las bahías son más propensas a la acumulaciónde restos que los tramos centrales y las playas con contornos convexos. Es factible que aquí loseventos de acumulación se vean obstaculizados por una mayor incidencia de la energía hídrica y,por lo tanto, podría tratarse de sectores con efectos más abrasivos y destructivos sobre los sitiosarqueológicos. En cambio, las entrantes estarían más afectadas por el arribo de materiales, lo queconlleva un incremento en la posibilidad de migraciones de restos óseos hacia los depósitos. Porotro lado, los efectos del oleaje alcanzan a los sitios ubicados en el supramareal y, posiblementetambién, a aquellos localizados sobre antiguos cordones litorales. Al respecto, y considerandolos eventos de avance y retroceso del mar acontecidos durante el Holoceno, es esperable que losmismos procesos que actualmente impactan sobre la integridad de los sitios costeros hayan afectado de igual manera a los yacimientos ubicados sobre las antiguas geoformas litorales durante losepisodios transgresivos-regresivos. Estos procesos tafonómicos podrían generar discontinuidadeso vacíos de información arqueológica (Zangrando 2018).

Los resultados de las observaciones actualistas realizadas en Moat han permitido reconocer distintas trayectorias para las aves y los mamíferos en general (marinos y terrestres) a través delanálisis de los efectos tafonómicos. Estos patrones de preservación diferenciales constituyenmarcos de referencia para el estudio de los sitios arqueológicos desde una perspectiva tafonómica.En el futuro, el análisis comparativo permitirá discutir la integridad de los sitios arqueológicos y,posiblemente, el origen de estos depósitos (acumulaciones naturales/culturales).

Por último, a partir de este trabajo identificamos tendencias en la distribución natural de restos óseos que permiten predecir la interacción entre las acumulaciones modernas y los sitiosarqueológicos a partir de las características ambientales y geomorfológicas de la costa de bahíaMoat. Un porcentaje significativo de depósitos arqueológicos ha estado expuesto a la incorporación natural de huesos durante el Holoceno tardío. Por esta razón, resulta esencial un abordajetafonómico que contemple la representación de partes esqueletarias, la distribución y frecuenciade efectos tafonómicos y las características geomorfológicas de los contextos de depositación. Laacción hídrica juega un rol fundamental en la acumulación y dispersión de restos óseos en bahíaMoat. Los resultados de este abordaje tafonómico permiten predecir el grado de integridad de lossitios ubicados en los contextos ambientales aquí estudiados y constituyen herramientas valiosaspara tomar decisiones en el marco de proyectos arqueológicos regionales.

AGRADECIMIENTOS

Estas investigaciones son financiadas por el proyecto PICT 2017-1230 (Dr. Zangrando) y PICT 2018-686 (Dra. Gutiérrez). A Alejandro Montes por su orientación sobre geomorfologíacostera. Agradecemos a Pablo Fernández y otro/a evaluador/a anónimo/a por las sugerencias quehan permitido mejorar el contenido del manuscrito. Por último, queremos agradecer a Snipe S.A.,Alejandro Patiño y Alejandro Winograd por proporcionarnos alojamiento y ofrecernos ayudaconstante durante las actividades en el campo en Estancia Moat.

NOTAS

1 Los drumlins son colinas bajas, de forma dómica, alineadas con sus ejes mayores en forma paralela o subparalela, que se forman por debajo de hielo glacial en movimiento (Ercolano et al. 2004).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Received: January 15, 2021; Accepted: June 09, 2021

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