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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

versión On-line ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.25 Córdoba jun. 2011

 

EDITORIAL

La dictadura conjugada en tiempo presente

En la primera mitad de 1977, la revista mexicana de sociología publicó dos números consecutivos cuyo dossier temático recibía el sugestivo título de «Socialismo y Fascismo en América Latina) hoy». El objetivo era poner en discusión la naturaleza socio-política de los nuevos patrones de dominación autoritaria que asomaban en América Latina. En función de ese interés, el sociólogo ecuatoriano Agustín Cueva proponía calificarlos de fascistas y Theotonio Dos Santos trataba de fundamentar el concepto de «fascismo dependiente». En oposición a estas caracterizaciones, Liliana de Riz y Atilio Barón se esmeraron-desde distintos ángulos de análisis- en refutados poniendo de manifiesto la insuficiencia de ese modelo explicativo. Paralelamente, se difundía la interpretación de Guillermo O'Donnell que distinguía con sutileza el autoritarismo burocrático de las dictaduras, de otros tres tipos de autoritarismos: el fascista, el oligárquico y el populista. A esta controversia no fueron ajenos los aportes de Norbert Lechner y Marcelo Cavarozzi.1 Una mirada retrospectiva de ese conjunto de investigaciones y ensayos, pone al descubierto un interés común: generar interpre­taciones globales capaces de hallar las llaves explicativas del surgimiento de dictaduras muy distintas a las de Centro-América, en países con desarrollo económico relevante y, en algunos casos -como Chile y Uruguay- con una larga tradición democrática. El contexto de producción de esas interpretaciones fue el exilio o bien, dentro del país ­para decido en palabras de Hilda Sabato- «la universidad de las catacumbas», «frag­mentos dispersos» de una disidencia intelectual que pudo sobreponerse a «la cultura del miedo», en la prosa de Carlos Altamirano.2

En la década del 90, nuevos aportes como el de Hugo Quiroga -quien escribe en este mismo volumen- permitieron profundizar con distintos matices, las caracte­rísticas de una dictadura que se pretendió fundacional y soberana. Pero aún en esa década, los aportes académicos distaron de constituir una oleada (en consonancia con un clima político refractario a esta cuestión). La tendencia a la invisibilización del tema, presuntamente cerrado por los indultos, contaba con el beneplácito militar y la abierta complicidad de sectores civiles y eclesiásticos. No en vano, cuando en 1996 el Centro de Estudios Avanzados celebró una actividad conmemorativa especial con motivo de los 20 años del golpe militar, la revista Estudios N° 6 tituló su página alusiva «Un golpe de Memoria» en alusión a un grafitti aparecido aquellos días en las paredes de la ciudad de Córdoba.3Cabe preguntarse, ¿La sociedad y la academia necesitaban un golpe de memoria? El año anterior, en el Congreso Nacional de Cien­cia Política organizado por la SAAP en Mendoza solo una mesa -singularmente, la promovida desde el CEA de la Universidad Nacional de Córdoba- remitía a la temá­tica de la dictadura.

La primera década del siglo XXI -cuyo parto tiene fecha de nacimiento en las inmensas movilizaciones sociales del año 2001- marcó una eclosión de investigacio­nes sobre el tema que incluyó desde una vigorosa línea de estudios de la Memoria a reconstrucciones históricas precisas de actores y prácticas específicas. A 35 años del golpe, los nuevos trabajos incursionan su abordaje desde una pluralidad de enfoques -el cine, la fotografía, la literatura, cuestiones educativas, problemas de género, re­flexiones sobre la memoria, casos políticos provinciales- que evidencian el presente de la dictadura en un triple sentido: el de las «huellas», el de la productividad política del pasado y el de renovados aportes académicos e intelectuales. Las huellas presentes en las siluetas de la economía, las formas de interacción entre los actores, la cultura política, y la proyección de ciertos poderes fácticos; la fecundidad de un pasado qüe lejos de constituir un período fenecido marca por momentos la agenda política de nuestros días; los efectos multiplicadores sobre el campo intelectual de ya innumera­bles proyectos e investigaciones sobre el tema. Esa triada que permite conjugar a la dictadura en tiempo presente, otorga a este número de Estudios, así lo creo, una razón histórica de existencia.

César Tcach (Director de Estudios)

Notas

1Revista Mexicana de Sociología N° 1 (enero-marzo de 1977) y N° 2 (abril-junio de 1977), año XXXIX, 1977.
2 Véase Hilda Sabato, "Sobrevivir en dictadura: las ciencias sociales y la universidad de las catacumbas", y Carlos Altamirano, «Régimen autoritario y disidencia intelectual: la experien­cia argentina». Ambos textos fueron publicados en Hugo Quiroga y César Tcach (comps.) A veinte años del golpe. Con memoria democrática. Rosario: Ed. Homo Sapiens, año 1996
3 Revista Estudios N° 6, (junio de 1995-junío de 1996), Centro de Estudios Avanzados, UNC, p. 241.

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