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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

versión On-line ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.28 Córdoba dic. 2012

 

ARTICULOS ORIGINALES

Argentina y el FMI en el escenario inmediatamente posterior a la crisis del 2001: analizando sus relaciones en el canje de la deuda externa 2003-20051
Alejandro Gabriel Manzo2

Resumen:
Desde la década de los 80 el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ubicó en el centro mismo de las relaciones de poder que estructuran el mercado financiero internacional y sus acuerdos -en los que se delinean programas de políticas neoliberales que las autoridades de un país inserto en una crisis financiera deben cumplir para recibir financiamiento y escapar del default - se convirtieron en un requisito prácticamente ineludible al momento de activar un proceso de renegociación de deuda externa.
El presente artículo reconstruye históricamente el canje argentino 2003-2005 dando cuenta de la movilización estratégica que el gobierno nacional hizo de sus recursos económicos para lograr que su oferta fuese aceptada por la mayor cantidad de bonistas como fuese posible sin contar a estos efectos con el aval del FMI. Se parte de presuponer que esta tarea permitirá reflexionar, en un mayor grado de abstracción, sobre las particulares características que ha adquirido el Estado argentino en el escenario ex-post 2001. Se utiliza como corpus de datos metodológico una muestra pertinente de 89 artículos del diario Clarín en los que se presenta información sobre el aludido proceso.
Palabras claves: FMI, deuda externa, neoliberalismo, crisis financieras, estrategias.

Abstract:
Since the eighties the International Monetary Fund (IMF) appears in the center of the power relationships that give form to the structure of the international financial market. Its agreements, in which are delineated a set of neoliberal policies that the authorities of an indebt country must fulfill in order to receive external support, appears as a practically unavoidable requirement at the moment of activate an external debt renegotiation process.
The present article reconstructs the Argentinean renegotiation process of 2003- 2005 focusing on the strategic mobilization that the national government made of his economic resources with the aim of achieve
that the external creditors accept his exchange offer without having -to these effects- the approval of the IMF. We pre-assume that this task will allow us to think, in a major degree of abstraction, about the particular characteristics that the Argentinean State has acquired in the ex-post 2001 scenario. We use, as methodological corpus of data, a pertinent sample of 89 articles of the «Clarín newspaper» in which appears historical information about the above mentioned process.
Key Words: IMF, external debt, neoliberalism, financial crisis, strategies.

I- Introducción

«Argentina ha vuelto a escribir las reglas de juego en las finanzas de los mercados emergentes»
(diario The Finantial Times a horas de concluido el canje argentino; art-87)3.

Como en la mayoría de los procesos sociales contemporáneos que involucran intereses económicos y políticos de gran escala existen visiones ciertamente contrapuestas con respecto a los resultados del canje de la deuda externa que permitió salir del default declarado en el marco de la crisis Argentina del año 2001. Hay, en efecto, posiciones que lo consideran el «mejor proceso de negociación de la historia»4, pasando por otras que entienden que sus consecuencias están lejos de ser tan beneficiosas como lo promociona el oficialismo5 y llegando hasta aquellas que lo definen como «una bravuconada más»6 del gobierno de un país que ha estado metido en problemas a lo largo de gran parte del siglo XX.

Independientemente de ello, existe consenso en que el canje activado en setiembre de 2003 marcó un verdadero quiebre con respecto a la manera en la cual se habían conducido hasta entonces esta clase de procesos. A esta conclusión se arriba advirtiendo el monto sin precedente de la deuda negociada (más de 100 mil millones de dólares), de los diferentes bonos ofrecidos (más de 20 de diferentes clases), del porcentaje de la quita propuesta (en un principio del 75%), de los acreedores involucrados (miles repartidos en tres continentes) y de la extensión del tiempo de negociación (cerca de dos años).

No obstante todas estas cualidades, lo que convierte al canje argentino en un caso de estudio paradigmático a escala global es el hecho de haber sido el primero en concluirse con una alta aceptación de bonistas sin contar con el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI). Cabe consecuentemente preguntarse: ¿Cómo se produjo este desenlace teniendo en cuenta que todos los procesos que con anterioridad se habían intentado realizar por fuera de este organismo habían fracasado?

El presente artículo y con el objeto de aportar elementos que ayuden a dilucidar este interrogante, reconstruye históricamente el proceso de canje dando cuenta de la movilización estratégica que el gobierno argentino hizo de sus recursos económicos para lograr que su oferta fuese aceptada por la mayor cantidad de bonistas como fuese posible.

A estos efectos, divide el proceso en tres períodos: el primero, que se inicia en mayo de 2003 con la asunción del presidente Kirchner y finaliza en setiembre de ese año con la firma de un acuerdo con el FMI; el segundo, que se extiende desde entonces hasta su suspensión en julio de 2004; el tercero, que empieza con la decisión de las autoridades nacionales de continuar con el canje por fuera de esta institución y culmina en marzo de 2005 con la presentación de sus resultados.

Es relevante finalmente mencionar que, desde el punto de vista metodológico, se utiliza una muestra pertinente de 89 artículos del diario Clarín (seleccionada de un universo de 586 artículos relativos al canje)7 en los que se presenta información sobre el uso estratégico que el gobierno argentino realizó de sus recursos económicos para satisfacer sus intereses en el mismo8.

II- Postulados teóricos de análisis: los acuerdos financieros del FMI

En el presente artículo y tomando como marco de referencia epistémico a la teoría de Bourdieu9, se reconstruye el proceso de canje en términos de un espacio social relativamente autónomo del resto del universo social en el que distintos agentes, con cuotas de poder diferenciales, luchan o compiten entre sí por controlar las negociaciones en marcha del modo más beneficioso para sus intereses.

Si bien en el proceso participaron un número relativamente importante de agentes, su dinámica se ordenó en torno a dos posiciones que definieron sus tiempos y reglas de juego. En primer lugar, se presentó aquella propia del gobierno nacional que procuraba escapar del default sobre la base de una relevante quita del valor de su deuda externa y reprogramando sus vencimientos. En segundo lugar, apareció la de «los acreedores». Bajo esta denominación genérica se incluyen aquí a un conjunto particularmente heterogéneo de prestamistas, asentados dentro o fuera del territorio nacional, que intentaban ser pagados en tiempo y forma y que, consecuentemente, se oponían a la propuesta efectuada por las autoridades argentinas.

El FMI, aunque acreedor ajeno a dicha propuesta, apareció como una entidad estructuralmente ligada a los intereses de estos últimos y con pretensiones de coordinar el proceso en cuestión. Las relaciones entre esta entidad y el gobierno nacional se encauzaron a través de negociaciones tendientes a firmar un acuerdo financiero que -en un principio- se entendía como imprescindible para llevar a buen puerto esta clase de operaciones internacionales.

Estos acuerdos tienen la particularidad de delinear un «set de políticas» que el deudor debe cumplir si desea recibir y mantener en el tiempo la venia de esta institución. Estas políticas, históricamente pro-mercado, a partir de la segunda mitad de la década del 70 se asentaron sobre la base de los presupuestos propios de las teorías neoliberales10. De allí que, se considere al recetario de políticas que el FMI procuró imponer al país en el período 2003-2005 como la materialización de esta doctrina económica-social en el caso concreto.

Cabe en este sentido advertir, que este recetario giró en torno al «ajuste estructural del gasto del Estado». Estos -que suponen recortes en salarios, planta de personal, seguridad social, subsidios y regímenes de promoción industrial-, desde el punto de vista de sus promotores, se justifican de manera relativamente sencilla. En efecto, buscan administraciones estatales eficientes que eviten malgastar recursos en momentos de recesión. Procuran, de igual modo, controlar el déficit fiscal y prevenir posibles brotes inflacionarios11.

Más importante aún, estos ajustes, son la clave que posibilita la correcta inserción del país al mercado financiero internacional. Esto es así, en tanto el ahorro por ellos producido se destina al pago de los acreedores externos con el objeto de poner fin a la situación de anormalidad que el default importa. Una vez, que la economía local se haya estabilizado, y que la credibilidad y la confianza internacional se hayan recuperado, advierten sus promotores, el país será nuevamente destinatario del crédito externo y podrá recibir las inversiones necesarias para asegurar el crecimiento a mediano y largo plazo; crecimiento, cuyos beneficios, en última instancia, se derramarán sobre todos los estratos sociales (vgr. «teoría del derrame»)12.

Se traza, de esta manera, un círculo argumentativo lógico que ata en relación de continuidad a los recortes del gasto público, por un lado, con los acreedores externos y, por otro, con los intereses de la sociedad en su conjunto. Subyacen en esta narrativa presupuestos básicos del neoliberalismo. El Estado se minimiza y deja de ser considerado el motor de la economía; antes bien, en su tamaño excesivo se encuentra la causa de la crisis que se afronta y en su recorte la solución. Su papel, en consecuencia, debe limitarse a garantizar un libre flujo de capitales y a transferir recursos hacia los agentes que operan en el marco del mercado financiero internacional; serán, precisamente, estos agentes los encargados de promover el desarrollo y el bienestar general13.

El círculo se cierra agregando a estos elementos los «paquetes de rescate». Estos, a los que el propio FMI contribuye y cuyos fondos se destinan -también- al saneamiento del sistema financiero, se entienden como decisivos en lo que a la recuperación económica se refiere desde el momento en que, por un lado, constituyen el único acceso a recursos líquidos que el gobierno posee en tiempos de crisis y, por otro, envían a los operadores financieros una señal de que el mercado local se halla avalado por la comunidad internacional. Dicho aval, al igual que el desembolso de las divisas, aparece supeditado al cumplimiento efectivo de las condicionalidades requeridas por la institución14.

Cuando la orientación del gobierno no coincide con la de dichas condicionalidades tienden a producirse relaciones de confrontación entre las partes en tratativa y, consecuentemente, los acuerdos del FMI se convierten en una suerte de dispositivo de control y disciplinamiento de sus Estados miembros15. De allí que, se considere a las estrategias de las autoridades nacionales tendientes a resistir las políticas de este organismo como fundamentales en la instauración de un emergente Estado post-neoliberal en Argentina.

Del conjunto de recursos que éste movilizó para perseguir sus objetivos en las negociaciones, por cuestiones de factibilidad, en este trabajo se analizan únicamente aquellos de carácter «económico». En el caso particular, en el que se discute la deuda externa, la importancia del «capital económico» -en términos de Bourdieu16- es central. Ahora bien, y como vemos a continuación, este capital no puede utilizarse de manera directa en el campo político sino que para hacerlo debe necesariamente «traducirse » a su lógica y reglas de juego.

III- Reconstrucción histórica del proceso de canje: el gobierno nacional y la movilización estratégica de sus recursos económicos.

1- Primer período: mayo a setiembre de 2003.

Al momento de asumir el presidente Kirchner, el 25 de mayo de 2003, la cuestión de la deuda en default aparecía como uno de los temas centrales en la agenda política del nuevo gobierno y existía una gran expectativa en torno a la manera en el cual éste encauzaría las relaciones con el FMI.

Por entonces se encontraba vigente un acuerdo de carácter transitorio. Este, firmado en enero de ese año, había fijado un monto de 3.400 millones de dólares a otorgar durante los siete meses subsiguientes en concepto de refinanciamiento de los pagos que Argentina debía efectuar en ese período a las organizaciones multilaterales y bajo condición del cumplimiento de una serie de reformas estructurales (art-6).

Septiembre se definía de este modo y desde el inicio como un mes clave para ambas partes en juego. A la caducidad del mencionado acuerdo se sumaba un desembolso de 2.900 millones de dólares de carácter obligatorio e improrrogable que el gobierno debía realizar al Fondo el día nueve de dicho mes (art-3). Bajo estas condiciones, y si se pretendía alcanzar en ese plazo un nuevo compromiso, las negociaciones debían iniciarse de inmediato.

Y así sucedió. El 23 de junio el director gerente del FMI, Köhler, aterrizó en suelo argentino (art-1). Su intención era firmar un acuerdo de mediano plazo y con este objetivo envió una misión del organismo al país (art-2). En este contexto, el Poder Ejecutivo fijó una serie de «límites» definitorios de la posición nacional en las negociaciones: a) no se utilizarían las reservas del Banco Central (BCRA) para cancelar el aludido vencimiento de 2.900 millones; b) no se acrecentaría el superávit fiscal por encima del 3% del PBI en el 2004; c) no se efectuarían aumentos tarifarios a las empresas privatizadas antes de que finalizase el acuerdo de transición; d) ni tampoco se compensarían en ese plazo a los bancos por las pérdidas sufridas luego del estallido de la crisis. Se trataba, advierte el Diario, de límites que dejaban «poco margen para aceptar algunos reclamos que en las últimas semanas realizaron los enviados del FMI (art-3)».

El 28 de julio el directorio de esta entidad aprobó la última revisión de las metas establecidas en el programa de enero. Esta aprobación desbloqueó automáticamente un desembolso por 1.050 millones de dólares que las autoridades nacionales debían utilizar para cubrir los vencimientos que tenían con los organismos multilaterales hasta finales de agosto (art-8). El vocero del FMI declaró que el caso argentino era cuestión «prioritaria» para la institución y que sus integrantes trabajarían duro para cerrar el acuerdo antes de setiembre (art-5). La declaración se materializó días después con el arribo al país de una nueva misión negociadora (art-7).

No obstante ello, por entonces, no todos los indicadores eran promisorios. Si bien había existido un «sobre-cumplimiento» de las metas fiscales la implantación de las reformas estructurales había «sido decepcionante» según términos del informe elevado por el equipo encargado de efectuar la última revisión al programa de enero (art-6).

Köhler se había hecho eco de estas críticas y al momento de aprobar la aludida revisión enumeró una a una las pautas pendientes de cumplimiento señalando que éstas se incluirían en el nuevo acuerdo (art-8). El problema surge al advertir que días atrás Kirchner había sindicado a esta clase de reformas como parte central de la decadencia sufrida por Argentina en las décadas pasadas y había asegurado que «el país abandonó definitivamente las políticas dirigistas en materia monetaria de los años 90» como las ahora pretendidas por el FMI (art-4).

Bajo estas premisas las negociaciones rápidamente se tensaron. El eje de las discusiones giró básicamente en torno a dos cuestiones: «el grado de ajuste del gasto público» y «el modo en el cual se realizarían los pagos a los organismos multilaterales».

En el primer punto, la intención del equipo argentino era establecer una meta por la cual el total de los pagos externos alcanzase los 12.750 millones de pesos durante el año 2004 para lo cual había que fijar un tope en el superávit fiscal del 3% del PBI. En la práctica, esto significaba una quita promedio de alrededor del 75% de los bonos en default. El equipo del Fondo pretendía, por el contrario y tomando como ejemplo a Brasil, que éste fuese del 3,5% o 4% (equivalentes a unos $ 16.000 millones) y que tuviese un sendero creciente hasta alcanzar el 5% en los dos años subsiguientes (art-9).

En el segundo punto, las autoridades nacionales procuraban que el nuevo acuerdo, si bien no incluyese nuevos préstamos, sí fijase la reprogramación de todos los pagos a realizar a estos organismos en los próximos tres años en tanto que las del Fondo proponían que no todos dichos vencimientos se refinanciasen y que, más aún, Argentina efectuase pagos netos y en uso de las reservas del BCRA (art-10).

Luego de más de dos semanas de infructuosos esfuerzos por destrabar éstas y otras diferencias se acordó elevar un pedido de excepción al directorio de la institución. Los representantes de los países más poderosos de occidente y principales accionistas del FMI (vgr. «países del G7») deberían decidir al respecto (art-11). Su decisión, prevista para el día dos de setiembre, se retrasó llevando las relaciones al borde mismo de la ruptura.

El gobierno endureció su posición y entró en default con el Fondo. La importancia de este acontecimiento fue puesta en evidencia por el diario Clarín en los siguientes términos:

«el default de la Argentina con el Fondo Monetario, el primero en su historia, fue el más grande medido en dólares y también el más corto: duró exactamente 44 horas y 55 minutos (art-12)».

Esto fue así, porque -y por «presiones de EEUU al grupo del G7 (art-14)»- el compromiso finalmente se aprobó. Este: a) fijó un tope del 3% del PBI con destino al pago de la deuda durante el 2004, dejando abierta la negociación del monto del superávit fiscal para los dos años restantes (art-12); b) convirtió a los organismos multilaterales en «acreedores privilegiados» del país; es decir, en adelante estos cobrarían primero que el resto del universo de acreedores. Si bien el convenio contemplaba la refinanciación de los vencimientos de los próximos tres años -que en conjunto sumaban US$ 21.091 millones- exigía que el gobierno pagase lo adeudado antes del efectivo reintegro de los fondos otorgados (vgr. sin roll over). En la práctica esto significaba que
«podría haber desfasajes entre lo que se pague y los nuevos desembolsos» o si se quiere «pagos netos» de Argentina a estas instituciones (art-12).

2- Segundo período: setiembre de 2003 a julio de 2004.

Al día siguiente de la firma del acuerdo, Clarín titulaba «acreedores, en pie de guerra: se ven venir una «megaquita» (art-13)». Con estas palabras el Diario sintetizaba la preocupación de los bonistas por el contenido del compromiso alcanzado.

El 23 de septiembre, en la Asamblea de Dubái, el ministro Lavagna delineó la propuesta de canje. Sus presupuestos generales fueron los siguientes: a) entrarían en el proceso 103.000 millones de dólares; b) si bien no se precisó un porcentaje exacto de quita, ésta se estimó en un rango del 65% al 80% de conformidad a la pauta fiscal establecida y las restricciones de la economía argentina; c) se fijarían amplios plazos de pago, de hasta 30 años, y un período de gracia de unos 3 años (art-16).

Durante la Asamblea tanto los representantes del FMI como los de los EEUU expresaron su apoyo a Argentina (art-15). Por el contrario, los acreedores hicieron sentir su decidido rechazo a la oferta mencionada y castigaron los bonos nacionales. Las repercusiones, dijo Lavagna, «fueron previsibles» (art-17). Los operadores financieros de Wall Street, por su parte, predijeron que el proceso de renegociación sería «largo y penoso» (art.16).

Los primeros días de noviembre llegó al país la misión del Fondo encargada de efectuar la primera revisión al acuerdo de setiembre (art-19). Desde hacía un mes la aprobación de ésta «se daba por descontada» en la medida en que, ya por entonces, se habían superado las metas fiscales programadas y se había puesto en marcha la reforma del sector financiero (art-18). Las expectativas se cumplieron. El 14 de noviembre la misión se retiró a Washington dando su venia para la aprobación de la aludida revisión.

«Fue -relató el Diario- el cierre formal de una revisión que tuvo el visto bueno desde el arranque: hubo sobre-cumplimiento en los compromisos de superávit fiscal y todas las metas indicativas están encaminadas (art-20)».

No obstante ello y para sorpresa de muchos, el panorama dio un vuelco inesperado. Once días después del retiro de la misión, el directorio del FMI decidió postergar la aprobación de las metas referidas (art-21). El viraje del organismo con respecto al «caso argentino» se confirmó cuando éste corrió nuevamente esa fecha para mediados de enero (art-22).

El gobierno advirtió no estar dispuesto a ceder frente, a lo que consideró, eran presiones del G7 para que mejorase la propuesta de Dubái (art-27). Sus voceros, con el presidente a la cabeza, informaron a la opinión pública de lo que acontecía y criticaron duramente la actitud del Fondo (art-24). Su posición se completó con la decisión de continuar abonando los vencimientos programados con los organismos multilaterales (art-24) aún cuando éstos, por el contrario, suspendieron sus desembolsos (art-26).

En este contexto, Köhler envió a Argentina a John Thornton -el jefe de las misiones técnicas- como «emisario (de la institución) para bajar el tono de la pelea (art- 25)». Dos días después, el emisario abandonaba el territorio nacional sin haber alcanzado un acercamiento con las autoridades. Estas se mantuvieron intransigentes en su posición originaria. El primer mandatario recalcó una y otra vez que no habría pagos adicionales por la deuda (art-29). Cuatro días después, el 10 de enero de 2004, el directorio del FMI finalmente aprobó la aludida revisión al acuerdo. Lavagna confesó que en este desenlace el «papel de los EEUU fue decisivo (art-30)».

Inmediatamente, los acreedores resolvieron crear un «Comité Global» con la intención de que se constituyese en el representante de la totalidad del universo de bonistas (art-31). Asimismo, insistieron para que los países del G7 presionasen a Argentina. Estos así lo hicieron a través de un documento conjunto en el que, por un lado, urgieron a una rápida y constructiva renegociación de la deuda en default y, por otro, ataron la continuidad del acuerdo con el FMI a la apertura de un debate de buena fe con los acreedores (art-32).

La respuesta del gobierno se vehiculizó en una serie de prácticas concretas: a) contestó al comunicado del G7; b) activó un proceso político interno tendiente a convertir en «causa nacional» su postura en el canje; c) solicitó apoyo a los países emergentes por intermedio de las reuniones del G15; d) envió un conjunto de señales tendientes a hacer ostensible a los observadores internacionales su intención de avanzar con los compromisos asumidos (art-33); e) advirtió que si el directorio del Fondo no aprobaba la segunda revisión del acuerdo el 09 de marzo, Argentina no pagaría los 3.100 millones de dólares que vencían ese mismo día (art-34).

El 26 de febrero la misión del organismo concluyó que los compromisos fiscales, monetarios y financieros del programa de setiembre habían sido cumplidos. Sin embargo, desde Washington «el FMI redobló la presión para que se avance en la renegociación de los 81.200 millones de dólares en default y ató está cuestión a la aprobación definitiva de la aludida revisión (art-35)». La fecha en al cual ésta se decidiría se fijó para el lunes 08 de marzo.

Durante los días subsiguientes el conflicto entre las partes en tratativa alcanzó máxima intensidad. Los acontecimientos se desarrollaron de manera vertiginosidad. El 02 de marzo el Comité Global anunció su retiro de los grupos consultivos de negociación (art-36). Horas después, Anne Krueger, reemplazó de manera interina a Köhler en la conducción de la institución tensando aún más las ya tensas relaciones. En efecto, el propio Köhler antes de dejar su cargo, había llamado a las autoridades argentinas para anticiparles que «la aprobación de la revisión ya no es esperable de parte de Anne Krueger (art-37)».

En este escenario las opciones del gobierno se acotaban básicamente a dos: o bien pagaba al Fondo sin tener certeza de que la revisión fuese finalmente aprobada o bien se mantenía en su posición anunciada a la espera de un gesto que confirmase su efectiva aprobación. El riesgo de ésta última opción era alto desde el momento en que implicaba entrar en default con el FMI, muy posiblemente la suspensión del acuerdo alcanzado y, consecuentemente, la necesidad de encarar el canje sin contar con el aval de los agentes centrales de la comunidad internacional.

El 06 de marzo, el Ejecutivo ratificó que el país no pagaría al organismo sin un gesto de su nueva directora gerente (art-37) y ordenó al BCRA bloquear la cuenta que Argentina tenía en el FMI con el objetivo de evitar que éste, si así lo intentase, retirase los fondos de manera automática (art-39). Dos días después, Clarín exhibía la lista de condiciones que los países del G7 exigían al país para dar el visto bueno a la aludida revisión. El 09 de marzo, Kirchner sintetizó la posición nacional con respecto a estas exigencias: «ya está todo dicho, está todo muy claro (art-41)». Horas antes en la Casa Rosada, y en una suerte de clima de preguerra, se habían preparado una serie de planes económicos alternativos previendo un posible default con el FMI (art-38). Se especulaba incluso que el organismo dispusiese sanciones de tipo comerciales contra Argentina (art-39).

Entretanto, el presidente brasilero, Lula, inició una campaña internacional a favor de la posición nacional y se comunicó con sus pares de los Estados centrales pidiendo que destrabasen las negociaciones (art-37). Al mediodía del 09 de marzo Krueger llamó a la Casa Rosada y habló con el primer mandatario argentino. «Ese era el gesto que el gobierno estaba esperando (art-42)». Inmediatamente, éste activó los mecanismos para que se pagasen los 3.100 millones de dólares convenidos.

Al igual que sucediese anteriormente, una vez que las metas fueron aprobadas,
los acreedores volvieron a aumentar su presión sobre Argentina. Los países del G7 redactaron un nuevo comunicado en el que se solicitaba al país mayores progresos en las negociaciones en marcha (art-43). El gobierno presentó entonces su oferta formal de canje que respetaba, en términos generales, el contenido de la propuesta de Dubái (art-44).

Durante los días subsiguientes una a una las distintas asociaciones de bonistas la rechazaron. El Comité Global fue un pasó más allá al señalar que si no existían otras concesiones lisa y llanamente bloquearía el canje (art-45) y la agrupación local ADAPD, luego de calificar a la oferta como «inaceptable», no asistió a la reunión que tenía programada con funcionarios argentinos (art-46).

En este escenario, y tal como estaba convenido, una nueva misión del Fondo aterrizó en el país. Se trataba de la primera que se realizaba bajo la supervisión del nuevo director gerente de la institución, Rodrigo Rato, representante de la línea dura hasta allí liderada por Krueger. Se preveía, consecuentemente, un endurecimiento de la posición del organismo con respecto al caso argentino (art-47). Las expectativas se cumplieron y la misión se retiró a Washington sin dar por finalizada la revisión al acuerdo suscrito. El comunicado por ésta redactado elogiaba «la recuperación y los números de la macroeconomía, pero sin dar el visto bueno a las reformas estructurales (art- 48)».

Lavagna se comunicó con Rato en un intentó por persuadirlo «para vencer las resistencias internas en el FMI (art-49)». El intento falló. El 24 de julio, el directorio de la entidad pospuso la decisión de aprobar el acuerdo hasta los primeros días del mes siguiente (art-50) y el 02 de agosto hizo lo propio hasta mediados de septiembre; fecha en la cual, debería arribar al país una nueva misión de control (art-51). Esto significaba que, hasta tanto las autoridades argentinas no avanzasen con las condicionalidades exigidas por el organismo, el acuerdo alcanzado quedaba virtualmente en suspenso.

A diferencia de lo esperado, éstas decidieron tomar los siguientes cursos de acción: a) continuar con el cronograma de canje tal cual estaba pautado; b) solicitar a los representantes del Fondo que no se inmiscuyesen en las negociaciones en curso (art-54); c) pagar al organismo aún cuando el acuerdo se encontrase de hecho suspendido. Se trataba de un monto de 2.200 millones de dólares hasta diciembre de 2004. «La decisión que tomó el Gobierno, explicaba Clarín, implica que quedaría liberado por un tiempo de las exigencias del FMI. Pero tampoco recibirá la devolución del dinero que use para pagar los vencimientos de capital, algo que había sido prioridad en el acuerdo original (art-52)».

3- Tercer período: julio de 2004 a marzo de 2005.

En este nuevo escenario, el gobierno apuntó su mirada hacia los denominados acreedores «institucionales». En efecto, activó tratativas con los fondos de jubilación (vgr. AFJP) que tenían en su poder unos 25.000 millones de dólares en bonos de deuda (art-53). Mes y medio después, y previo mejoramiento de su oferta inicial, alcanzó un compromiso con estos fondos (art-56). Días más tardes, hizo lo propio con las compañías aseguradoras (vgr. ART; art-57).

El 07 de octubre, Lavagna anunció el nuevo cronograma del proceso. Este se abriría a fines de noviembre y los acreedores tendrían cinco semanas para decidir si abrazaban o no la propuesta argentina. Esta se completó con un pago en efectivo de hasta 1.150 millones de dólares que el país otorgaría una vez cerrado el canje y según el porcentaje de adhesión al mismo (art-58).

Aún con el acuerdo suspendido, Rato continuó insistiendo en que el gobierno debía aumentar el superávit fiscal con destino al pago de la deuda en default (art-54). Los representantes del G7, por su parte y en un duro comunicado, exigieron «un rápido y amplio acuerdo» con el FMI y el resto de los acreedores. Los bonistas locales, no «institucionales», anunciaron que rechazarían de manera «unánime» la propuesta de canje (art-59) y los representantes del Comité Global dijeron que «trabarán la reestructuración argentina como ya lo hicieron con la deuda mendocina (art-55)».

El 12 de noviembre, tras recibir el visto bueno de la Comisión de Valores de los EEUU (vgr. SEC), el gobierno fijó la fecha de apertura del canje para el día 29 (art- 60). No obstante ello, sus posibilidades de cumplir con este cronograma pronto se vieron seriamente afectadas. Lavagna informó de la existencia de tres acontecimientos que convergieron en esta dirección. Advirtió que: 1) la Comisión de Valores de Italia retrasó «el plazo para iniciar el canje de deuda hasta la segunda quincena de diciembre »; 2) el Bank of New York, que iba a actuar como agente de cambio en los EEUU, «comunicó que no podría llevar adelante la transacción en el plazo previsto»; 3) «otras entidades intervinientes plantearon cuestiones contractuales que implican demoras»:

«(...)»Es muy sugestivo -concluyó el ministro- que estas tres cosas hayan pasado simultáneamente, es evidente que deben haber actuado algunos operadores » (art-61)».

Al día siguiente insistió con este concepto al solicitar que no «intervengan más los lobbistas (art-62)». El equipo económico comenzó entonces una frenética búsqueda de una entidad que reemplazase al Bank of New York. A la imposibilidad de conseguirla se sumó una orden del juez de Manhattan, Thomas Griessa, que prescribía que Argentina al momento de presentar su oferta de canje debía repartir una nota en la que el Comité Global «argumenta con cifras y explicaciones técnicas por qué hay que rechazar la propuesta (argentina) (art-63)». La apertura del proceso, consecuentemente, se postergó hasta el 17 de enero del 2005 (art-64).

Poco después, el Ejecutivo nacional puso en práctica dos medidas con la finalidad de reactivarlo: 1) sancionó el decreto N° 1735/04 que autorizaba la reapertura del canje; 2) prescribió dos incentivos para los acreedores que decidiesen adherir al mismo. Contempló, en primer término, la indexación de algunos de los nuevos bonos en base a la inflación y, en segundo término, aplicó una medida contable semejante a la de las compañías aseguradoras para que los bancos asentados en el territorio nacional que aceptasen los títulos argentinos no tuviesen que registrar fuertes pérdidas en sus balances (art-65).

Las gestiones de las autoridades para avanzar con el proceso comenzaron a rendir sus frutos. El 18 de diciembre, el Bank of New York aseguró su participación como «agente de canje» y firmó un nuevo contrato en el que se estipuló un aumento de dos millones de dólares en concepto de honorarios (art-67). El día 31, se informó que la Comisión de Valores italiana había autorizado la cotización de los títulos de deuda en dicho país. A ésta autorización se sumaron -además de la ya concedida por la SEC de los EEUU- la de las bolsas de comercio de Alemania y Luxemburgo, la de España y, finalmente, la de Japón (art-74).

En este contexto, Lavagna ratificó el lanzamiento del canje y anticipó su fecha de inició del 17 al 14 de enero (art-68). Alcanzado este punto, los miembros del Comité Global «dieron luz verde a la operación para salir del default». De todas maneras, aclararon que no iban a quedarse con los brazos cruzados: «»nuestra paciencia -expresaron- tiene un límite, y este límite está por ser alcanzado» (art-69)».

El 12 de enero, el ministro presentó oficialmente la oferta argentina y aseguró que con un 50% de aceptación «el proceso de default se dará por concluido» en respuesta «a los sectores más duros del FMI que habían reclamado un mínimo del 75% (art-70)».

El ministro italiano, Doménico Siniscalco, consideró que dicha oferta «es muy avara» y aventuró que «si no es aceptada por suficientes acreedores, abriría un escenario sin precedentes, juicios internacionales y consecuencias difíciles de anticipar (art- 71)».

El primer día del canje y tal como se esperaba, las AFJP ingresaron al proceso. Veinticuatro horas después el Diario reportaba que las compañías aseguradoras habían seguido su ejemplo (art-72) y que los fondos de inversión de las principales entidades financieras asentadas en el territorio argentino (vgr. el Banco Francés, el Banco Río, el Bank Boston y el Citibank) harían lo propio (art-73). Con ello, la primera semana del proceso cerró con una adhesión de 16.700 millones de dólares lograda, casi exclusivamente, en función de inversores domésticos (art-75).

Con este respaldo, el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley, difundido bajo el nombre de «ley cerrojo», que entre otras cosas prescribía la imposibilidad de abrir un futuro canje una vez que éste se diese por finalizado (art-77). El Comité de Acreedores italianos solicitó, en consecuencia, a su Comisión de Valores la «inmediata suspensión cautelar» del proceso (art-78). Pese a esto, el 09 de febrero, el Congreso convirtió en ley el proyecto enviado.

Seis días después se informaba que el 76% de los bonistas argentinos habían ingresado al canje (art-79) y al día siguiente el Bank of New York aseguraba que su tasa de aceptación global era del 40%. The Wall Street Journal pronosticó por entonces que ésta superaría el 75%: «Argentina -titulaba- está cada vez más cerca de cantar victoria (art-81)».

A estas alturas, el FMI rompió su silencio. Su vocero afirmó que la institución «mantiene contactos permanentes con el gobierno para retomar las relaciones cuando el canje termine» y reclamó «soluciones para los problemas estructurales (art-80)».

En los últimos días ingresaron los grandes fondos inversores y comenzaron, aún antes de finalizado el proceso, a negociar con los nuevos títulos de la deuda reestructurada (art-82). La presentación oficial de los resultados fue efectuada una semana después.

De conformidad a los datos expuestos por el gobierno: a) la adhesión de los bonistas llegó al 76,15% (art-89); b) la quita de la deuda fue superior a los 67.000 millones de dólares con respecto a junio del 2004; c) la relación deuda-PBI descendió desde el 113% en el que se encontraba a fines del año anterior al 72% luego de la reestructuración; e) el canje permitió la pesificación de un porcentaje relevante de la deuda en dólares, extendió sus plazos de vencimiento y bajó sus intereses; f) el monto de la deuda se ubicó en 125 mil millones de dólares luego de haber alcanzado un máximo de 190 mil millones (art-85).

Tras la exposición de los datos, las autoridades declararon el fin del default (art- 86) y el presidente sostuvo que el país llegó a «un punto de inflexión (art-24)». El 06 de marzo, Lavagna se reunió con Rato en los EEUU y dijo que «el FMI «reanudó la relación» con Argentina (art-88)».

IV- Reflexiones finales.

Argentina se convirtió en el primer país en reestructurar su deuda en default por fuera del FMI. En este desenlace influyó -en buena medida- el uso estratégico que el gobierno nacional hizo de sus recursos económicos. En concreto, éste durante las negociaciones:

a) Advirtió que no pagaría al FMI y de hecho, entró en default con la institución - en un momento en el cual EEUU pretendía bajar su exposición en el país-, como un mecanismo de presión para que se aprobase el acuerdo de setiembre, y su primera y segunda revisión.
b) Ubicó, bajo propuesta del G7, a los organismos multilaterales de crédito como «acreedores privilegiados» del país lo que le permitió destrabar las negociaciones tendientes a la firma del mencionado acuerdo.
c) Continuó pagando a estos organismos luego del quiebre con el FMI, lo que fue fundamental para lograr la aquiescencia de los gobiernos del G7; estos, en su mayoría, adoptaron en adelante la postura de «dejar que el mercado hable».
d) Mejoró su propuesta de canje originaria y realizó ofertas diferenciadas para bonistas institucionales y no institucionales, extranjeros y locales lo que fue central en el desenlace del proceso si se observa que el 97% de estos últimos adhirió a la oferta argentina y lo hizo en un momento en el cual los riesgos de la operación eran extremadamente altos.

El despliegue de estas estrategias sólo es posible de comprender en el marco de un contexto signado, y tal como se observa en el siguiente gráfico, por una acelerada recuperación económica:

Gráfico N° 1
Evolución del PBI, 1993-2008

Es necesario advertir que una de las características distintivas de esta recuperación es que se logró sin recurrir al mercado financiero de capitales17. Asimismo, debe observarse que, desde el inicio del proceso, las autoridades dejaron en claro que las tratativas con los acreedores no tenían como finalidad inmediata acceder al crédito externo.

Planteada la posición nacional en estos términos, el gobierno pudo salir a renegociar su deuda sin la urgencia característica de sus antecesores o de casos semejantes en países vecinos (vgr. Brasil y México), en los cuales la necesidad de frenar la recesión en la que estaban insertos se presentaba como una cuestión cada vez más acuciante y recortaba de manera considerable su margen de maniobra en el juego. Más aún y como se mostró, basado en este contexto, pudo acelerar o retrasar el grueso de los tiempos del canje según su propia conveniencia.

La misma lógica de razonamiento puede aplicarse específicamente en relación a los organismos multilaterales. La firma de un acuerdo con el FMI no sólo materializa el soporte «simbólico» sino también el «económico» (vgr. «paquetes de rescate») de la comunidad internacional a aquel país que pretende renegociar su deuda externa. Se trata de un soporte fundamental desde el momento en que en esta clase de procesos los Estados se encuentran virtualmente excluidos del mercado voluntario de capitales. Estos paquetes suelen, consecuentemente, ser vitales para los gobiernos endeudados por la situación de crisis que atraviesan tal como quedó demostrado a principios de los años 80 en Argentina18 .

Nuevamente, la diferencia entre dicho contexto y aquél en el cual se realizó el canje objeto de análisis, permitió a las autoridades continuar con las negociaciones en marcha aún después de que los 21.000 millones de dólares acordados con el Fondo quedasen en suspenso.

Finalmente, es relevante señalar que luego del bloqueo del canje previsto para noviembre de 2004, el gobierno reveló su intención de desvincularse de esta institución de manera estructural y a largo plazo. Dicha desvinculación se llevaría adelante a través de la cancelación de la totalidad de la deuda existente con el organismo. Este tipo de estrategias, dijo por entonces el vocero del FMI, «no son inusuales. Y comentó que es una práctica que ya concretaron 14 países en los últimos años, en especial después de la crisis asiática (art-66)».

Aunque la intención del gobierno no pudo de hecho materializarse durante el canje, su posición con respecto a esta institución quedó fortalecida una vez declarado el fin del default. Frente «a «la supuesta preocupación de quienes creen que la propuesta (argentina) sienta un mal precedente -advirtió Kirchner- son temores infundados» y a continuación aclaró:

«(...)»en 2002/2004 hemos sido los únicos que hemos hecho a los organismos internacionales, cancelaciones netas por 9.000 millones de dólares» (art- 76)».

Se está en presencia de una cita trascendente en tanto pone al descubierto el enorme caudal de recursos que el Estado argentino transfirió a estos organismos durante el canje. Desde la posición del gobierno, este caudal era símbolo de la fortaleza y credibilidad de la Argentina ex-post 2001 en el exterior mientras que, desde la de sus detractores, lo era de sus inconsistencias teniendo en cuenta que al inicio del proceso había anunciado que no pagaría al FMI con reservas del BCRA.

Notas

1 Trabajo recibido el 29/10/2012. Aprobado el 30/12/2012
2 Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba. Becario post-doctoral, SECyT-UNC.
Contacto: alemanzzo@hotmail.com
3 En este trabajo los artículos del diario Clarín se citan con la abreviatura «art» y el número que se identifica en el anexo que se incorpora al final del mismo; ej. «art-1».
4 Términos del presidente Kirchner (art-83).
5 Ver , por ejemplo, Gambina-Mendibil (2011), http://www.juliogambina.blogspot.com.ar/2011/12/la-deuda-publica-crece-y-condiciona-la.html, consultada el 10-09-2012.
6 Las expresiones fueron vertidas por Horacio Vázquez, representante de la asociación de bonistas locales ADAPD (art-71).
7 Los artículos fueron recopilados al momento de elaborar la tesis de maestría recientemente aprobada, MANZO (2012). MARTINEZ (2011) y MAJUL (2009) coinciden en señalar que en el período 2003-2005 la postura de Clarín con respecto al gobierno era «neutra-positiva». Asimismo, observan que, a diferencia de lo que acontece actualmente, el Diario operaba por entonces como un agente del campo periodístico con implicancias en el político y no directamente como uno más de este último.
8 La ventaja del uso de material periodístico como fuente de datos deviene del hecho de ar ticular en un mismo documento distintos niveles de información (vgr. descriptiva, de opinión de «informantes claves» y valorativa) cuya riqueza en contenido es muy difícil y costosa de reproducir mediante otras herramientas metodológicas (entrevistas, encuestas, etc). Este ar tículo, siguiendo a PASSERON (2006), articula dos momentos de análisis: uno propiamente «histórico», en el que reconstruye el proceso de canje sin aserciones y conceptos extra-contextuales, y uno «experimental», en el que se interpreta dicha reconstrucción con el objeto de mostrar las «estrategias económicas» desplegadas por el Gobierno en el aludido proceso.
9 BOURDIEU (1993, 2001).
10 BOUGHTON (2001).
11 MANZO (2011, 2011a).
12 TEUNISSEN y AKKERMAN (2003).
13 MANZO (2011, 2011b).
14 BOUGHTON (2001) y TAKAGI (2004).
15 CORVALAN (2002) y FRENKEL (2003).
16 BOURDIEU (1993, 2001).
17 WEISBROT y BAKER (2002), KULFAS y SCHORR (2003) y RAPAPORT (2010) coinciden en señalar que esta recuperación se alcanzó, en buena medida, desconociendo las recetas de política económica del FMI.
18 MANZO (2011, 2011a).


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14. MANZO, Alejandro G., (2011b), «Estado y Derecho en la era de la globalización neoliberal: evolución del recetario neoliberal en Argentina», Revista Direito e Práxis, vol. 03, n. 02, 2011, pag. 2 a 41, ISSN: 2179-8966, Río de Janeiro, Brasil.         [ Links ]
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VI- Anexo.

Número y fecha del artículo.

Dirección electrónica y titular de los artículos del diario Clarín citados en el presente trabajo.

1) 2003/06/23

http://edant.clarin.com/diario/2003/06/23/e-00301.htm

Buscan empezar a negociar ya otro acuerdo con el FMI

2) 2003/07/03

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/03/um/m-583818.htm

Llegó a la Argentina una nueva misión del FMI

3) 2003/07/08

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/08/e-01501.htm

El Gobierno endurece su postura en la negociación con el Fondo

4) 2003/07/14

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/14/um/m-589162.htm

Kirchner vinculó a los organismos internacionales con la "decadencia" argentina

5) 2003/07/17

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/17/um/m-590762.htm

El Fondo dio una señal a favor del acuerdo

6) 2003/07/26

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/26/e-02201.htm

El FMI difundió documentos muy duros sobre la Argentina

7) 2003/07/28

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/28/e-01201.htm

FMI: primer paso para un nuevo acuerdo a tres años

8) 2003/07/29

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/29/e-01401.htm

El FMI avaló a la Argentina, pero exige más reformas

9) 2003/07/30

http://edant.clarin.com/diario/2003/07/30/e-01401.htm

El Gobierno quiere negociar un ajuste menor al que pide el FM

10) 2003/08/19

http://edant.clarin.com/diario/2003/08/19/e-01401.htm

Se tensa la discusión con el FMI por el ahorro fiscal

11) 2003/08/22

http://edant.clarin.com/diario/2003/08/22/e-02001.htm

El FMI dice que el acuerdo avanza, pero igual aprieta

12) 2003/09/11

http://edant.clarin.com/diario/2003/09/11/p-00402.htm

A qué se compromete la Argentina

13) 2003/09/12

http://edant.clarin.com/diario/2003/09/12/p-00801.htm

Acreedores, en pie de guerra: se ven venir una "megaquita"

14) 2003/09/13

http://edant.clarin.com/diario/2003/09/13/p-00402.htm

Bush hizo lobby por teléfono

15) 2003/09/20

http://edant.clarin.com/diario/2003/09/20/p-00603.htm

Anoop Singh es optimista sobre la Argentina

16) 2003/09/22

http://edant.clarin.com/diario/2003/09/22/p-00503.htm

"Será una pelea larga y penosa"

17) 2003/09/24

http://edant.clarin.com/diario/2003/09/24/p-00504.htm

Las repercusiones fueron previsibles"

18) 2003/10/10

http://edant.clarin.com/diario/2003/10/10/p-00601.htm

Economía asegura que aprobó el primer paso del pacto con el FMI

19) 2003/11/05

http://edant.clarin.com/diario/2003/11/05/p-01403.htm

Llega una misión del FMI para vigilar las metas del acuerdo

20) 2003/11/14

http://edant.clarin.com/diario/2003/11/14/p-02002.htm

El FMI se llevó promesas

21) 2003/11/25

http://edant.clarin.com/diario/2003/11/25/p-01501.htm

El FMI quiere que la Argentina negocie más rápido la deuda

22) 2003/12/16

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/16/p-01201.htm

Malestar del Fondo: postergó para enero la aprobación de las metas

23) 2003/12/17

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/17/p-01601.htm

Sorpresa por las críticas al FMI

24) 2003/12/20

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/20/p-00301.htm

Kirchner apuntó al FMI, pero a la vez se pagaron US$ 268 millones

25) 2003/12/22

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/22/p-02201.htm

El FMI envió un emisario para bajar el tono a la pelea con el Gobierno

26) 2003/12/23

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/23/p-00301.htm

El Fondo pide que se apure una oferta por la deuda en default

27) 2003/12/24

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/24/p-00601.htm

La misión del FMI se fue sin lograr un acercamiento con el Gobierno

28) 2003/12/25

http://edant.clarin.com/diario/2003/12/25/um/m-681999.htm

El Gobierno dice que no hay "nada que discutir" con el FMI

29) 2004/ene/06

http://www.clarin.com/diario/2004/01/06/p-01101.htm

Ahora el Gobierno dice que no habrá pagos adicionales por la deuda

30) 2004/ene/10

http://www.clarin.com/diario/2004/01/10/p-00401.htm

Lavagna: "El papel de EE.UU. fue decisivo" para acordar con el FMI

31) 2004/ene/13

http://www.clarin.com/diario/2004/01/13/p-00315.htm

Kirchner rechaza el pedido del FMI para reducir la quita del 75%

32) 2004/feb/08

http://www.clarin.com/diario/2004/02/08/p-00301.htm

Fuerte presión para apurar la discusión por la deuda en default

33) 2004/feb/11

http://www.clarin.com/diario/2004/02/11/p-00301.htm

Designan a los tres bancos que negociarán la deuda en default

34) 2004/feb/12

http://www.clarin.com/diario/2004/02/12/p-00501.htm

Kirchner dice que no paga con reservas si el FMI no aprueba antes la revisión

35) 2004/feb/27

http://www.clarin.com/diario/2004/02/27/p-00301.htm

El FMI aprueba las metas pero insiste en el arreglo de la deuda

36) 2004/mar/03

http://www.clarin.com/diario/2004/03/03/p-00702.htm

Presión de acreedores

37) 2004/mar/06

http://www.clarin.com/diario/2004/03/06/p-00301.htm

El Gobierno discute si paga al Fondo US$ 3.100 millones

38) 2004/mar/07

http://www.clarin.com/diario/2004/03/08/p-00401.htm

El Gobierno tiene casi listas al menos dos versiones de su "plan B"

39) 2004/mar/08

http://www.clarin.com/diario/2004/03/08/p-00501.htm

¿Sanciones de tipo comercial?

40) 2004/mar/06

http://www.clarin.com/diario/2004/03/06/p-00903.htm

Lula mantuvo sus teléfonos al rojo vivo

41) 2004/mar/09

http://www.clarin.com/diario/2004/03/09/p-00601.htm

Kirchner sintetizó la posición del Gobierno: "Ya está todo dicho"

42) 2004/mar/09

http://www.clarin.com/diario/2004/03/09/um/m-721574.htm

Argentina le paga al Fondo y evita el default

43) 2004/abr/25

http://www.clarin.com/diario/2004/04/25/p-01001.htm

Los países poderosos piden otra vez más progresos.

44) 2004/jun/01

http://www.clarin.com/diario/2004/06/01/elpais/p-00301.htm

El Gobierno anuncia hoy la oferta final a los acreedores

45) 2004/jun/04

http://www.clarin.com/diario/2004/06/04/elpais/p-00301.htm

Deuda: comenzó una dura pulseada con los acreedores

46) 2004/jun/11

http://www.clarin.com/diario/2004/06/11/elpais/p-01201.htm

Fuerte rechazo de los acreedores locales a la propuesta por la deuda

47) 2004/jun/14

http://edant.clarin.com/diario/2004/06/14/elpais/p-00401.htm

La tercera revisión del FMI, un test para su nuevo titular

48) 2004/jun/26

http://edant.clarin.com/diario/2004/06/26/elpais/p-784085.htm

El FMI elogia la economía, pero pide más reformas estructurales

49) 2004/jul/23

http://edant.clarin.com/diario/2004/07/23/elpais/p-01601.htm

Lavagna habló con Rato: le pidió que no demore la aprobación de metas

50) 2004/jul/24

http://edant.clarin.com/diario/2004/07/24/elpais/p-02401.htm

Deuda: Lavagna advierte que el FMI podría interferir en la negociación

51) 2004/ago/02

http://edant.clarin.com/diario/2004/08/02/elpais/p-00601.htm

El FMI postergó hasta setiembre su aval a la revisión del acuerdo

52) 2004/ago/09

http://edant.clarin.com/diario/2004/08/09/elpais/p-00301.htm

Le pagarán al Fondo, aunque el acuerdo esté suspendido

53) 2004/ago/23

http://edant.clarin.com/diario/2004/08/23/elpais/p-01003.htm

Retoman una negociación clave con las AFJP

54) 2004/sep/21

http://edant.clarin.com/diario/2004/09/21/elpais/p-00301.htm

El FMI renovó la presión para que el país pague más deuda

55) 2004/oct/05

http://edant.clarin.com/diario/2004/10/05/elpais/p-00401.htm

Los bonistas rechazan la oferta y amenazan con ir a la Justicia

56) 2004/oct/09

http://edant.clarin.com/diario/2004/10/09/elpais/p-00504.htm

Kirchner firmó el decreto para la deuda con las AFJP

57) 2004/oct/15

http://edant.clarin.com/diario/2004/10/15/elpais/p-01001.htm

Las aseguradoras entrarían al canje, tras obtener una ventaja contable

58) 2004/oct/29

http://edant.clarin.com/diario/2004/10/29/elpais/p-00301.htm

Hacen más atractiva la oferta para los acreedores externos

59) 2004/nov/02

http://edant.clarin.com/diario/2004/11/02/elpais/p-00502.htm

Unánime rechazo de los bonistas locales

60) 2004/nov/12

http://edant.clarin.com/diario/2004/11/12/elpais/p-01801.htm

Deuda: el canje arranca aunque no salga el OK de Italia y Japón

61) 2004/nov/20

http://edant.clarin.com/diario/2004/11/20/elpais/p-00301.htm

El canje arrancará en Buenos Aires y hay trabas en el exterior

62) 2004/nov/21

http://edant.clarin.com/diario/2004/11/21/elpais/p-00301.htm

Lavagna: los que no entren al canje de deuda no cobrarán

63) 2004/nov/24

http://edant.clarin.com/diario/2004/11/24/elpais/p-00703.htm

Otra orden de la Justicia de EE.UU

64) 2004/nov/25

http://edant.clarin.com/diario/2004/11/25/elpais/p-00301.htm

Postergan el canje de la deuda en default hasta el 17 de enero

65) 2004/dic/10

http://edant.clarin.com/diario/2004/12/10/elpais/p-00901.htm

Incentivo para los bancos con bonos

66) 2004/dic/17

http://edant.clarin.com/diario/2004/12/17/elpais/p-03001.htm

El FMI está dispuesto a conversar sobre el plan de pagos de Argentina

67) 2004/dic/24

http://edant.clarin.com/diario/2004/12/24/elpais/p-00401.htm

Kirchner firmó el decreto para contratar al banco del canje

68) 2004/dic/23

http://edant.clarin.com/diario/2004/12/23/elpais/p-00701.htm

Lavagna dijo que el canje para salir del default se lanzará el 14 de enero

69) 2005/01/07

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/07/elpais/p-00301.htm

Los bonistas extranjeros no tratarán de bloquear el canje

70) 2005/01/12

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/12/um/m-902810.htm

Lavagna presentó el canje y asegura que se conforma con el 50% de aceptación

71) 2005/01/13

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/13/um/m-903492.htm

Categórico rechazo de Italia al canje de deuda

72) 2005/01/15

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/15/um/m-904758.htm

Las AFJP defienden su adhesión al canje de la deuda

73) 2005/01/16

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/16/um/m-905292.htm

Los principales bancos privados se suman al canje de la deuda

74) 2005/01/20

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/20/um/m-907458.htm

También Japón aprobó la oferta de canje de la deuda

75) 2005/01/21

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/21/elpais/p-01001.htm

Ya ingresaron al canje bonos en default por US$ 16.700 millones

76) 2005/01/25

http://edant.clarin.com/diario/2005/01/25/um/m-910553.htm

Kirchner: "No somos el país del default, ni el del corralito, ni el de la devaluación"

77) 2005/02/02

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/02/um/m-915148.htm

Canje: envían un proyecto de ley que impide cambios en la oferta

78) 2005/02/07

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/07/um/m-917909.htm

Bonistas italianos piden la suspensión del canje

79) 2005/02/15

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/15/elpais/p-00501.htm

El 76% de los bonistas argentinos ya ingresó al canje de la deuda

80) 2005/02/16

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/16/um/m-923317.htm

El FMI dijo que mantiene el diálogo con Argentina.

81) 2005/02/18

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/18/um/m-924292.htm

Deuda: para The Wall Street Journal, la Argentina está "cada vez más cerca de cantar

victoria"

82) 2005/02/24

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/24/elpais/p-01001.htm

Los nuevos bonos del canje ya están cotizando en el mercado

83) 2005/02/25

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/25/um/m-928447.htm

Kirchner pronosticó "un buen resultado" para el canje

84) 2005/02/28

http://edant.clarin.com/diario/2005/02/28/um/m-930184.htm

Según Kirchner, el país llegó a "un punto de inflexión" con el canje.

85) 2005/03/03

http://edant.clarin.com/diario/2005/03/03/um/m-932045.htm

La adhesión al canje llegó al 76,07% y el Gobierno se muestra muy satisfecho

86) 2005/03/04

http://edant.clarin.com/diario/2005/03/04/elpais/p-00315.htm

Luego de tres años de default, el canje de la deuda cerró con un 76,07 por ciento

87) 2005/03/07

http://edant.clarin.com/diario/2005/03/07/um/m-934456.htm

El Financial Times remarca que el caso argentino es "un precedente peligroso"

88) 2005/03/09

http://edant.clarin.com/diario/2005/03/09/um/m-935571.htm

Lavagna dijo que el FMI "reanudó la relación" con la Argentina

89) 2005/03/18

http://edant.clarin.com/diario/2005/03/18/um/m-941054.htm

El resultado final del canje tuvo una leve mejora y llegó a 76,15%

 

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