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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

versión On-line ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.32 Córdoba dic. 2014

 

ARTICULOS ORIGINALES

ESTADO Y MEDIACIONES SOCIALES: EL ESTILO DE GESTIÓN DEL MOVIMIENTO DE DESOCUPADOS BARRIOS DE PIE EN EL TERRITORIO (ARGENTINA 2002 - 2011)1

Agustina Gradin2


Resumen
Salir del escenario de crisis política, económica y social abierto en los años 2001-2002 en la Argentina, significó un proceso de reconstrucción y re significación del Estado, sus capacidades, funciones y actores, de la mano de la conformación de nuevas mediaciones entre éste y la sociedad civil. Entre estas nuevas mediaciones emergieron los movimientos de desocupados como agentes con capacidad de organización, articulación y canalización de las demandas de la sociedad civil movilizada. Con su incorporación a la gestión de programas sociales en el territorio emergieron estilos de gestión y racionalidades particulares que entraron en tensión con las tradiciones institucionales. En este artículo se analiza la experiencia del movimiento Barrios de Pie en el distrito de la capital federal y el conurbano bonaerense, en relación a su participación en la implementación de tres programas nacionales de asistencia al desempleo durante el periodo 2002 - 2011. En este marco, el estilo de gestión se caracterizó por la conformación, consolidación o crisis de la organización como "ventanilla del Estado" en el territorio. La consolidación de los MDS como mediadores entre el Estado y la sociedad civil fue parte de la disputa política sobre la orientación del modelo de desarrollo. En esta disputa las experiencias de gestión en el territorio con sus prácticas, saberes y estilos de gestión iluminan aspectos micro sobre un fenómeno soslayado por los análisis académicos.
Palabras Clave: Movimientos de desocupados - Estado - territorio - mediaciones sociales - estilos de gestión

Abstract
Leave the political, economic and social crisis opened in the years 2001 - 2002 in Argentina, involved a process of reconstruction and re significance of the state, capabilities, roles and actors, from the hand of the formation of new mediations between it and civil society. Among these new mediations unemployment movements emerged as agents capable of organization, coordination and channeling the demands of civil society mobilized. With joining the management of social programs emerged in the territory management styles and individual rationalities entered tension with institutional traditions. This article describes the experience of Barrios de Pie movement in the district of the Federal Capital and Greater Buenos Aires is analyzed in relation to their participation in the implementation of three national unemployment assistance programs for the period 2002 - 2011 in this context the management style was characterized by the formation, consolidation or organizational crisis as "window state" in the territory. The consolidation of the MDS as mediators between the state and civil society was part of the political debate on the direction of the development model. In this dispute management experiences in the territory with their practices, knowledge and management styles illuminate micro aspects of a phenomenon ignored by academic analyzes.
Keywords: Unemployed Movements - State - territory - social mediations - management styles


 

Introducción

Salir del escenario de crisis política, económica y social abierto en los años 2001-2002 en la Argentina, significó un proceso de reconstrucción y re significación del Estado, sus capacidades, funciones y actores, de la mano de la conformación de nuevas mediaciones entre este y la sociedad civil. Entre estas nuevas mediaciones emergieron los movimientos de desocupados (en adelante MDS)3 como agentes con capacidad de organización, articulación y canalización de las demandas de la sociedad civil movilizada. Este nuevo rol redefinió las relaciones políticas y el marco de alianza, tanto de los MDS como del propio gobierno. Esto repercutió en la forma en que el Estado se desplegó territorialmente, cuestionando las clásicas formas de intervención social de etapas anteriores.

Con la incorporación de los MDS a la gestión de programas sociales en el territorio emergieron estilos de gestión y racionalidades particulares que entraron en tensión con las tradiciones institucionales. Aparece, así, una cuestión característica de la participación de los MDS en la gestión pública: la tensión entre la racionalidad política de las organizaciones sociales y la racionalidad técnico-burocrática del andamiaje normativo legal del Estado. Es decir, esta tensión es una de las principales características del proceso de implementación de políticas territoriales con participación de los MDS. Es en este proceso que, consideramos, se pueden encontrar algunas claves que nos permitan iluminar las complejas formas que asumieron sus estilos de gestión en el territorio durante el periodo analizado.

Para abordar esta ponencia analizaremos, entonces, los estilos de gestión que emergieron de la participación de los MDS en la implementación territorial de programas de empleo durante el periodo 2002/2011. Para ello, analizaremos el Programa Jefas y Jefes de Hogar Desocupados (PJJHD), el Programa de Empleo Comunitario (PEC) y el Programa Ingreso Social con Trabajo "Argentina Trabaja (AT)". Estos programas impactaron en los MDS otorgándoles nuevas oportunidades de protagonismo en el territorio a través de la movilización de sus estructuras para incorporar beneficiarios y de la implementación de proyectos productivos y comunitarios. Estas nuevas oportunidades significaron, tanto para los MDS como para el Estado, la necesidad de desarrollar capacidades de gestión que superasen sus experiencias previas. La forma en que estas organizaciones incorporaron la implementación de estos programas a sus prácticas, permitió que emergieran estilos de gestión con características particulares y alejadas en algunos casos a lo que la normativa de los mismos proponía. Analizar sus experiencias de gestión territorial nos acercará elementos para desentrañar estilo de gestión de políticas sociales desplegado por esta organización en el territorio.

A los efectos de este artículo, se analizará la experiencia del Movimiento Barrios de Pie (en adelante BDP) en el distrito de la capital federal y el conurbano bonaerense y en relación a su participación en la implementación de los programas nacionales de asistencia al desempleo, específicamente el PJJHD, PEC y AT durante el periodo 2002-2011. Para esto en un primer momento expondremos las principales herramientas conceptuales y las coordenadas teórico-epistemológicas, desde donde pensaremos analíticamente el fenómeno en estudio. Posteriormente presentaremos los avances de investigación a partir del análisis de las dimensiones que componen el estilo de gestión de BDP en los programas analizados, para concluir con una aproximación al mismo.

Coordenadas teóricas y metodológicas sobre el estilo de gestión

A los efectos de este trabajo se asume un concepto de Estado no como una unidad coherente y objetivable sino como la expresión material heterogénea de las relaciones sociales en un tiempo histórico determinado. En este escenario estatal, poroso en sus fronteras con la sociedad, en permanente construcción y disputa, las políticas estatales se comprenden como nudos que permiten analizar el proceso social. Estos nudos, a los fines de nuestros objetivos de investigación, son analizados como dispositivos de gestión (con dimensiones, características y propiedades específicas).

En un dispositivo de gestión se inscriben una multiplicidad de elementos del orden de los saberes y discursos; las tecnologías, sus mecanismos, procedimientos, normas y rutinas, diferentes actores (estatales y no estatales), con sus experiencias, prácticas, expectativas y relaciones de poder. Todos estos elementos se vinculan entre sí con la finalidad de conseguir un efecto, en este caso, la implementación de una política en el territorio. Siguiendo a García Fanlo, las prácticas son el soporte de las regularidades que rigen la dispersión de elementos en un dispositivo. Las prácticas de gestión serían, de esta manera, el soporte que da regularidad a los diferentes elementos que componen los dispositivos de gestión estatal, es decir de las políticas públicas desarrolladas por los actores estatales y no estatales. Para reconstruir las prácticas de gestión en nuestro caso, partimos de una definición acotada de las mismas como la racionalidad y las lógicas que organizan las actividades de los hombres y mujeres en el Estado con el fin último de intervenir en la realidad para modificarla. Por tecnologías entendemos al conjunto de técnicas utilizadas en la implementación de dichos programas. Las mismas se expresan en los mecanismos, procedimientos y normas construidos y utilizados por los actores intervinientes. Si bien en la formulación de los diferentes programas se enuncian una serie de normas, mecanismos y procedimientos para la implementación del mismo, la práctica concreta de los MDS re-significaron y reconstruyeron esas técnicas, sintetizadas en una nueva tecnología. Las prácticas y las tecnologías implican, necesariamente, la construcción - previamente y durante el proceso de implementación de las políticas - de un saber en tanto condición de su existencia. Estos saberes y sus discursos deben ser pensados como un proceso acumulativo de construcción de un conocimiento que, a través de los discursos y las prácticas de los propios actores, permite el desarrollo de los dispositivos. Es en la forma de funcionamiento de los dispositivos, las relaciones entre los diferentes elementos y específicamente en las prácticas donde, consideramos, se puede visualizar los estilos de gestión. La racionalidad expresada en las prácticas gestión, en tanto regularidad que rige la dispersión de los elementos en un dispositivo, cristaliza estilos de gestión que son construidos por cada actor particular.

El involucramiento de los MDS en la gestión de políticas territoriales condicionó el funcionamiento de dispositivos que transformaron tanto la práctica cotidiana del Estado Nacional como sus mecanismos de intervención y de despliegue territorial. Estas relaciones entre los diferentes elementos que conformaron cada dispositivo impactaron y produjeron relaciones de poder al interior de las organizaciones y entre estos y el Estado. Por lo tanto, consideramos que en el funcionamiento de los dispositivos emergieron estilos de gestión propios de cada actor particular, con dimensiones, características y propiedades particulares.

Del análisis del funcionamiento de los dispositivos estudiados, consideramos que podremos iluminar el estilo de gestión desplegado por BDP en su participación en los mismos. Por lo tanto, este artículo presenta un avance de investigación correspondiente la tesis doctoral en curso titulada "Estado y mediaciones sociales: El proceso de integración social y político de los Movimientos de Desocupados al Estado Argentino en la etapa 2003-2011", en el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. El análisis corresponde a la sistematización de quince entrevistas en profundidad realizadas a referentes de BDP y a la información obtenida a través de la observación participante de actividades vinculadas a la gestión de los programas en el territorio durante el periodo 2008-2011. Esta información fue complementada y profundizada con el análisis de las normativas de dichos programas, como así también con el análisis de documentación de la propia organización correspondiente a la gestión de los "planes". Desde una mirada longitudinal del proceso sociopolítico que acompañó la implementación de los programas analizados, y con el foco puesto en la trayectoria organizativa de BDP y su vinculación con las políticas sociales, este trabajo se propone iluminar desde el enfoque micro de las experiencias concretas, aspectos macro del fenómeno que nos convoca.

El estilo de gestión: aproximaciones conceptuales

Como señalamos anteriormente, de la forma de funcionamiento y de las relaciones de poder que se establecen entre los diferentes elementos de cada programa podemos establecer un estilo de gestión propio de BDP durante el periodo en estudio. Para analizar y caracterizar este estilo de gestión lo descomponemos en dimensiones de análisis que nos permiten comparar los tres programas abordados. Estas dimensiones de análisis, que a los efectos de este trabajo se presentan en forma esquemática y separadas analíticamente, en la práctica se encuentran mutuamente enraizadas y condicionadas por su posición estratégica dentro del dispositivo de gestión.

Las dimensiones analíticas seleccionadas fueron: la forma de administración de los "cupos", los tipos de proyectos de contraprestación desarrollados, las formas de organización de estos proyectos, la relación de la organización con los beneficiarios de los programas, la relación de la organización con los organismos estatales responsables de la implementación de los programas, la relación con el Gobierno Nacional y, por último, la forma de vinculación con la vida interna de BDP como organización nacional. Siendo conscientes de que esta selección no pretende ser exhaustiva de todos los aspectos vinculados a los programas aquí analizados, consideramos que los mismos iluminan dos aspectos fundamentales para pensar el estilo de gestión de BDP: su forma de acceder al poder y su forma de ejercerlo. Siguiendo a Mazzuca, los mecanismos de acceso al poder nos proponen pensar en las características generales del sistema político, su forma de gobierno (distribución vertical y horizontal del poder), sus actores (el sistema de partidos políticos, el marco de alianzas, las identidades partidarias y las características de los liderazgos) y las reglas de juegos (atribuciones y competencias de cada poder, el sistema electoral y de representación política). Estos mecanismos de acceso determinan quiénes, cómo y por cuánto tiempo ejercen el poder en una sociedad determinada pero no nos aportan elementos para pensar cómo lo hacen. Esta segunda dimensión, el ejercicio del poder, nos invita a reflexionar sobre la dinámica interna del gobierno, y de su aparato ejecutor administrativo, el Estado. La forma de ejercicio del poder se encuentra condicionada por los saberes y valores propios de quienes acceden a él, sus lógicas, racionalidades y prácticas que ponen en funcionamiento en su paso por el Estado, su forma de vinculación con la sociedad civil y el sector privado, las estructuras de autoridad y las formas de circulación de la información al interior de la burocracia, la distribución de atribuciones, competencias y responsabilidades dentro de las diferentes áreas del Estado, los criterios técnico-administrativos que las organizan y controlan y, por último, la forma que adquiere el flujo de bienes materiales y financieros entre las diferentes dependencias, las características de sus recursos, su procedencia y formas de distribución. De la combinación de ambas dimensiones, los mecanismos de acceso y la forma de ejercicio del poder en una sociedad, y de los rasgos de los actores que las desarrollan podemos diferenciar estilos de gestión que caracterizan el proceso de implementación de una política pública en el territorio.

Para analizar nuestro caso realizamos un corrimiento conceptual y, en vez de pensar en las formas de acceso al poder de BDP, establecemos las formas en que BDP se vincula tanto con los organismos estatales responsables de la implementación de los programas como con la alianza de gobierno de cada periodo histórico. Esto responde a que BDP participa del régimen político a través de su vinculación con diferentes partidos y construcciones políticas. En este sentido, las dimensiones "relación con organismos estatales" y "relación con el gobierno" refieren a este aspecto. Por otro lado, las formas de ejercer el poder, que en este caso refieren a la forma de implementación de una política estatal como los programas analizados, se componen de las otras dimensiones de análisis seleccionadas. Cada dimensión adquiere diferentes valores según el programa analizado, lo cual nos permite arrimarnos a una primera aproximación al estilo de gestión de BPD. De esto nos ocuparemos en los próximos apartados.

La experiencia de BDP en el territorio: dispositivos y estilos de gestión

BDP y el PJJHD: "Aguantar lo propio"

Cuando en enero de 2002, el gobierno interino de Eduardo Duhalde (2002 -2003) anuncia el lanzamiento del PJJHD, BDP contaba con una mínima experiencia en la gestión de planes de empleo. Esta consistía básicamente en el cobro de "algunos planes Trabajar" de la mano de acuerdos políticos con referentes políticos del Conurbano bonaerense. Estos "planes" fueron utilizados para financiar la organización y no requirieron de la gestión de proyectos de contraprestación ni de la realización de la misma en otras modalidades. Con la implementación del PJJHD, esta situación se revierte ya que BDP se constituye en un órgano ejecutor, entre muchos otros, del programa. Aunque mediado política y técnicamente por el gobierno local y los consejos consultivos, BDP comienza a implementar el PJJHD inscribiendo a sus militantes y organizando proyectos de contraprestación en sus centros comunitarios.

La relación de la organización con el gobierno de Duhalde era conflictiva y de oposición frontal, participando activamente de diversas acciones de protesta organizadas por el movimiento piquetero durante el periodo. Cuando Duhalde decide convocar a elecciones, luego de la masacre del puente Pueyrredón, BDP a través de la Corriente Nacional Patria Libre convoca a sus miembros a "Votar en Blanco" con el argumento que ninguno de los candidatos de la elección del 27 de abril de 2003 representaba un cambio a favor de los sectores populares del país. Si bien esta relación política no se modifica a lo largo del corto periodo duhaldista, el acceso al PJJHD tuvo más que ver con la capacidad de movilización y de presión de BDP que con su vinculación con el gobierno. La cantidad de planes obtenidos se debió a la participación de BDP en un sinnúmero de protestas, piquetes, cortes de calles, acampes y marchas dirigidas a los gobiernos locales y al gobierno nacional.

La apertura del PJJHD fue en un principio a través de los Municipios y de los Consejos Consultivos creados para tal fin. Sin embargo, la puesta en marcha de estos espacios quedó supeditada a la voluntad política de los intendentes que impulsaron o no su constitución. A su vez, no todas las organizaciones sociales convocadas aceptaron participar de los mismos. De hecho, BDP se negó desde un principio con el argumento de que los mismos eran manejados políticamente por los intendentes municipales. Según Di Natale, de los 2200 consejos consultivos existentes, el 60% fueron monopolizados por los intendentes. En la ciudad de Buenos Aires, fue el gobierno local quien hegemonizó en un primer momento la inscripción de los beneficiarios. Sin embargo, a partir de acuerdos políticos con un sector del gobierno, BDP pudo acceder a un "cupo" de planes. Según una nota periodística del Diario La Nación, para noviembre de 2002 BDP manejaba 6000 planes PJJHD a nivel nacional. Estos fueron en un primer momento distribuidos entre las coordinadoras y cocineras de los comedores del movimiento. Si bien la normativa del programa era clara con respecto a los requisitos de ingreso y de permanencia, el gobierno de la ciudad había demandado que la contraprestación se oriente al fortalecimiento de los comedores comunitarios, especialmente a aquellos incorporados al Programa de Apoyo a Comedores Comunitarios de la ciudad. En esta experiencia, el órgano ejecutor del PJJHD lo constituía legalmente el Gobierno de la Ciudad, al punto que tuvo que crear una secretaria para atender esta cuestión, la oficina de intermediación laboral de la Dirección General de Trabajo. En la práctica, el gobierno delegaba la gestión cotidiana del programa a BDP, quien debía presentar mensualmente las planillas de asistencias de los beneficiarios como constancia del funcionamiento de los proyectos de contraprestación. En este marco general, los mayores desafíos que le presentó a BDP la gestión del PJJHD fueron los relacionados con los requisitos y el sostenimiento de la participación en las actividades generales de la organización. A pesar de que se suele señalar al PJJHD como el "modelo de plan masivo" en términos de su alcance, tuvo una repercusión menor en la vida cotidiana de BDP. Según los documentos analizados y las entrevistas realizadas, para el año 2003 la cantidad de militantes que cobraban el PJJHD eran alrededor de 50 sobre una base organizada de 350. La implementación de este programa no le significó a BDP la posibilidad de conseguir nuevos miembros por la forma de inscripción y por el limitado "cupo", sino más bien fortalecer los ya organizados.

La experiencia con el PEC va a cambiar esta relación como veremos más adelante, sin embargo el PJJHD construyó la práctica necesaria para el funcionamiento de éste. En esta experiencia el dispositivo de gestión estuvo compuesto por el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Trabajo, el Gobierno local a través de la oficina de intermediación laboral y BDP. Las tecnologías utilizadas fueron los proyectos, los "cupos", los requisitos criterios de focalización, la documentación respaldatoria de cada beneficiario como el CUIL y el DNI, las planillas de asistencias, las formas de cobro como ventanilla de banco o tarjeta de débito, los "aportes" a la organización, las contraprestaciones, entre otros. A partir de esta experiencia BDP aprendió a construir y gestionar asociaciones civiles sin fines de lucro, a diseñar y gestionar proyectos sociales vinculados a sus actividades territoriales, a cargar planillas de datos y asistencias, a gestionar el CUIL y el DNI a los beneficiarios potenciales, a organizar equipos de trabajo, a gestionar frente al Estado en sus diferentes niveles, a reclamar a través de canales formales y a "protestar" en la calle para presionar a sus interlocutores. La racionalidad que guió sus prácticas de gestión respondió a la necesidad de fortalecer su organización a través de consolidar a sus militantes con "un plan" y a sus espacios de organización y de desarrollo territorial. De hecho, todas las dimensiones referidas a las formas de ejercer el poder en este programa llevan a esa conclusión. Los beneficiarios del plan fueron los propios militantes, quienes además de cumplir con la contraprestación asistían a otras actividades políticas y sociales de la organización. El rol del responsable político fue fundamental como correa de transmisión entre los beneficiarios y el movimiento, no únicamente en términos de gestión de proyecto de contraprestación, sino también como quien "bajaba línea" política y de relación con la vida interna de la organización. Esta bajada de línea era concebida como estratégica en tanto orientaba y re-significaba el sentido de la asistencia social y de la implementación de proyectos de contraprestación. Estos fueron básicamente comedores comunitarios, adecuándose perfectamente a la normativa del programa, respetando los criterios de trabajo y asistencia. Asimismo, esos proyectos fueron la base para consolidar y desarrollar territorialmente la organización.

El PEC: "hora de crecer"

En mayo de 2002, con apenas 5 meses de implementación, el gobierno nacional decide cerrar la inscripción de beneficiarios al PJJHD aduciendo motivos presupuestarios. Sin embargo, como señala Arcidiácono, paralelamente crea el PEC a partir del cual busca contener todos aquellos "heridos", o sea a aquellos desocupados que por distintos motivos no podían acceder al plan y a las organizaciones sociales que no habían podido o querido incorporarse a la gestión de los Consejos Consultivos previstos por la reglamentación del PJJHD. Siguiendo a esta autora, la implementación del PEC significó un retroceso en términos de diseño de la política y en términos de la defensa de derechos sociales propuestos, ya que respondía a un formato de política similar al programa Trabajar en sus diversas versiones. A su vez, su distribución en términos de cupos fue manejada a través de acuerdos políticos, permitiendo que las organizaciones de desocupados se autonomicen de los escenarios políticos locales entablando gestiones directas con el Ministerio nacional. Este primer elemento va a condicionar las prácticas de gestión dentro del dispositivo y va a teñir el estilo de gestión de BDP en el territorio.

El segundo elemento que caracteriza el estilo de gestión y el funcionamiento del dispositivo es la relación con el gobierno nacional. La asunción de Néstor Kirchner en 2003 y su convocatoria a la construcción de un espacio "Transversal" de fuerzas políticas impone un cambio en la trayectoria política de BPD. La necesidad política por parte del nuevo gobierno de reencausar el conflicto social llevó a la conformación de un dispositivo especial, conocido vulgarmente como el gabinete piquetero, compuesto por integrantes de segundas líneas de algunos ministerios y dirigido por el Secretario General de la Presidencia. Su objetivo era mediar, institucionalizar e integrar políticamente al conflicto social y sus organizaciones más representativas. Este espacio tuvo durante el gobierno Kirchnerista de 2003-2007 - según fuentes periodísticas corroboradas en las entrevistas realizadas - un funcionamiento regular y sistemático y fue estratégico en su rol de contención y canalización de la protesta. Posteriormente, como resultado del acercamiento de algunos movimientos de desocupados al gobierno, fueron incorporados en carácter de asesores del Secretario General de la Presidencia un militante por cada una de las organizaciones más afines al kirchnerismo. Entre ellos, un referente por BDP y la Corriente Nacional Patria Libre. Este elemento va a caracterizar la relación entre ambos actores, ya que el vínculo tanto político como social, es decir, de acceso a diferentes recursos como planes sociales, obra pública y subsidios, va a estar canalizada por la Secretaría General de la Presidencia, de la mano del devenir de la relación política nacional. Por parte de BDP, esta relación directa con el Poder Ejecutivo se va a expresar en la consigna "acompañar al Presidente". En esta expresión se condensan las expectativas puestas sobre la gestión de gobierno y, particularmente, sobre el propio presidente y su disputa interna en el seno de su alianza de poder.

A partir del año 2003, BDP entendió, según expresan sus órganos de prensa y sus dirigentes, que se abría una nueva etapa política con un gobierno que "parece alejarse de la ortodoxia neoliberal de los ‘90" y que "algunos de los intereses de los sectores populares pueden concretarse desde el Estado". Esta caracterización del gobierno de Néstor Kirchner los llevó a repensar su estrategia política, pasando de la construcción a partir del reclamo y de la confrontación social a una estrategia de acumulación basada en la gestión territorial de políticas sociales estatales. Es decir, a una estrategia de construcción (y acumulación política y social) a partir de la "institucionalización de dispositivos estatales que puedan ratificar, instrumentar o redefinir derechos sociales y que combina elementos de la autonomía política, pero condicionados al apoyo del proyecto nacional y la construcción transversal".

Diferentes trabajos académicos han analizado el proceso de integración de BDP al gobierno Néstor Kirchner (2003 - 2007). Desde diferentes miradas se desentrañaron las condiciones sociales, políticas e ideológicas que posibilitaron la inscripción de los MDS, entre ellos BDP, dentro del entramado organizacional Kirchnerista. Esto se vio expresado en diferentes estrategias político-electorales como la conformación del Frente de Organizaciones populares y el acto en el Luna Park junto con el espectro de organizaciones sociales, progresistas y peronistas no PJ, en el mes de Octubre de 2004; el Frente Patria Para Todos en vísperas de las elecciones de medio término del 2005 o el lanzamiento del Movimiento Libres del Sur en abril de 2006. Estas estrategias políticas de construcción de alianzas con el objetivo de conseguir representación, tanto hacia adentro del kirchnerismo como en las listas de candidatos, no fueron exitosas. Esta cuestión se evidenció en los escasos candidatos propios en las listas a legisladores nacionales tanto en las elecciones del 2005 y 2007, donde BDP, de la mano de la Corriente Nacional Patria Libre primero y del Movimiento Libres del Sur después, participó de las listas oficiales. En 2007 por primera vez Libres del Sur consigue dos bancas en la Cámara de Diputados Nacionales, una por la 3° sección de la provincia de Buenos Aires y otra por la provincia de Córdoba. En este mismo periodo, dicha organización consigue algunas representaciones menores en algunas provincias y municipios.

Sobre la base de estos elementos podemos decir que la representación política de BDP en el armado electoral kirchnerista evidenciaba que la estrategia de construcción de la "transversalidad", como un espacio amplio de centro izquierda, no se correspondía con su construcción electoral donde claramente continuaba existiendo un peso relativo muy importante de las estructuras peronistas tradicionales. Sin embargo, esta misma estrategia de acercamiento, de integración al proyecto nacional del gobierno y de incorporación a la gestión, pero no de integración política a una estructura orgánica de la "transversalidad" kirchnerista, le permitió mantener niveles de autonomía lo suficientemente amplios como para dejar su huella en el estilo de gestión de los programas.

En este marco de acceso al poder, por primera vez BDP se convierte en órgano ejecutor directamente del PEC en el territorio a través de diferentes asociaciones civiles constituidas para el caso. Esto le significó la posibilidad de inscribir beneficiarios directamente, el control de las "altas y bajas" de los mismos, definir qué proyectos y dónde se realizarían las contraprestaciones y establecer relaciones políticas directas con diferentes instancias gubernamentales. Para esto, BDP debió formar un equipo de trabajo, conocido como "la gestión" y constituido por los responsables políticos de las diferentes zonas, quienes estaban encargados de la administración de los "planes" en el territorio. Este equipo tuvo que desarrollar la capacidad de "gestionar los planes con criterio político", hacia adentro de la organización como con respecto al Estado nacional.

Por último, la posibilidad de gestionar sus propios proyectos facilitó el desarrollo de actividades relacionadas con su construcción territorial. A través de las áreas de trabajo, la organización amplió y profundizó su presencia en los barrios, incorporando vecinos a diferentes actividades sociales. La experiencia de trabajo en "áreas" convocó a sectores de la clase media a participar del desarrollo territorial del movimiento y se constituyó en un importante antecedente de gestión social que luego fue retomado en la experiencia de gestión pública. La realización de actividades solidarias y la gestión de las "áreas" para su desarrollo requerían de recursos (humanos, materiales y simbólicos) para la consecución de objetivo. La organización y capacitación de "promotores" comunitarios a partir de la educación popular y las campañas de alfabetización para adultos fueron experiencias que le permitieron al movimiento adquirir herramientas, conocimientos y técnicas en gestión pública desde ámbitos no estatales. Esta forma de organización le permitió a BDP, según Natalucci fortalecer su expansión territorial, ampliar su vinculación con los sectores medios y construir, aún de forma incipiente, una representación social legítima. Esta red de trabajo constituida por promotores y profesionales de los sectores medios, posibilitó comenzar a entablar relaciones con el Estado nacional, provincial y municipal en los territorios.

La implementación del PEC a través de la organización le permitió extender su inserción territorial en aquellos barrios donde ya se encontraban trabajando y "abrir nuevos trabajos" en otros ¿Qué características del dispositivo de gestión favorecieron o permitieron esta situación? La gestión descentralizada de proyectos comunitarios, la relación directa con el Estado Nacional a través del Ministerio y las gerencias de empleo, la posibilidad de "manejar las altas por bajas" en contrapartida al pago directo al beneficiario, la posibilidad de incorporar en forma permanente nuevos beneficiarios y la falta de control de parte del Ministerio sobre la ejecución de los proyectos presentados fueron algunos de los elementos más significativos que presentó el dispositivo. Estas características permitieron la expansión territorial de la organización y a través suyo del Estado Nacional. Como señala una entrevistada: "Con los planes llegábamos a vecinos que no tenían idea que existían estas cosas. Montones de gente que no había podido entrar en el Jefes porque no le daban los requisitos o porque no se había enterado, entraron con nosotros a través del PEC. Igual ellos no diferenciaban nada, todo era lo mismo, lo importante era cobrar." Dos elementos se destacan en este párrafo: la capacidad de intervención de la organización en la extensión territorial de la política y la poca importancia otorgada al programa en sí mismo. Lo importante era estar cubierto por el Estado a través de "un plan".

La capacidad mediadora de la organización re-significó la intervención estatal en los sectores populares, instituyendo a los MDS como nuevas ventanillas del Estado en el territorio, junto a los clásicos mediadores estatales. Esto tensionó las relaciones políticas con los aparatos de los partidos tradicionales en el territorio, atravesados por la crisis de representación que se acontecía a nivel nacional, permitiendo la reconstrucción del Estado nacional a través de este tipo de dispositivos. Sin embargo, el devenir del proceso político económico condicionó las capacidades mediadoras de BDP.

El AT: ¿De la contraprestación al trabajo?

Durante el 2009, y como respuesta a la crisis económica internacional y a la crisis política que se conoció como la protesta del "campo" y la "crisis de la 125" que impactó negativamente en el resultado de las elecciones legislativas de medio término de la Presidencia de Cristina Fernández, el gobierno nacional decide implementar otro programa de empleo transitorio, conocido como el programa "Argentina Trabaja". Este Programa de Ingreso social con trabajo fue creado por la Res. 3182 del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (MDS) el 6 de Agosto de 2009 y ratificado por el decreto presidencial 1067 el 14 de Agosto de 2009. A partir de estos actos administrativos se creó la Unidad Ejecutora de Ingreso Social con Trabajo, cuyo titular fue designado por la Ministra con rango de Subsecretario. Su objetivo principal era la "promoción del desarrollo económico y la inclusión social, generando nuevos puestos de trabajo genuino, con igualdad de oportunidades fundado en el trabajo organizado y comunitario, incentivando e impulsando la formación de organizaciones sociales de trabajadores" (Res. N° 3182 MDS). Según la normativa citada, el propósito del programa era la promoción del desarrollo económico y la inclusión social, generando nuevos puestos de trabajo a partir de la organización de cooperativas de trabajo para la realización de obras públicas vinculadas con labores de baja y mediana complejidad para el mejoramiento de la infraestructura y el hábitat barrial de las localidades "más vulnerables" del país. El programa, en funcionamiento actualmente, está destinado a "personas sin ingresos formales en el grupo familiar, ni prestaciones, ni pensiones, jubilaciones nacionales, ni otros planes sociales, a excepción del Programa de Salud Alimentaria".

A los efectos de este trabajo, nos interesa señalar dos desafíos específicos que acompañaron el pasaje de un programa basado en proyectos de contraprestación comunitaria a uno "fundado en el trabajo organizado y comunitario, como medio para incentivar la formación de organizaciones sociales de trabajadores". Por un lado, el cambio abrupto en la relación entre BDP y el Gobierno Nacional se evidenció a fines de 2008 a raíz de una serie de diferencias planteadas en diferentes comunicados de prensa, donde BDP se retiró de sus espacios de gestión en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y de otros ministerios. Según Mocca, la "crisis del campo" a mediados del 2008 paralizó los intentos de transformación del sistema político, obligó al kirchnerismo a recostarse en el PJ y devolvió a la UCR a la escena política a partir del rol jugado por el Vicepresidente durante dicho proceso. Las elecciones de 2009, donde el oficialismo pierde la provincia de Buenos Aires aun siendo Néstor Kirchner el primer candidato a diputado nacional, abren una nueva etapa en la vinculación del gobierno con los MDS. Esto significó un desafío para BDP, quién optó por el alejamiento de la alianza con el gobierno y el regreso a la estrategia de acumulación política desde la protesta social y la confrontación política. De hecho, a partir del año 2011 se comienza a visibilizar una mayor participación de esta organización en cortes de rutas, movilizaciones y protestas reclamando la apertura y consolidación de espacios dentro del Programa Argentina Trabaja. Bajo la consigna "Por trabajo sin clientelismo" BDP denunciaba el corrimiento de las organizaciones sociales en favor de los intendentes como órganos ejecutores del programa en el territorio. Esto reconfiguró el dispositivo y su funcionamiento reinscribiendo a BDP en el escenario político local a pesar de sus intentos por nacionalizar la cuestión y significó una pérdida de poder, de capacidad de convocatoria y movilización, así como de recursos materiales para sostener la organización.

Por otro lado, este proceso político le significó salir de su esquema de trabajo en áreas sociales para desarrollar una experiencia de gestión laboral en "cooperativas de trabajo". En este sentido, su desarrollo territorial a través de las áreas se fue transformando a partir de la asunción de un tipo de régimen de trabajo que implicó cumplir con objetivos laborales que, muchas veces, no coincidieron con su militancia territorial. Esta dinámica condicionó a los militantes de las áreas, que se inscribían en el programa a través del movimiento, debiendo reacomodar sus tiempos en función de cumplir con los requerimientos del AT y de las exigencias de la participación en las actividades de la organización. Esta disociación entre "trabajo" y "militancia social" impactó en la capacidad de despliegue territorial de BDP, ya que implicó una transformación de sus prácticas cotidianas.

El programa AT significó un retroceso en cuanto al rol mediador de las organizaciones de desocupados, y particularmente de BDP, favoreciendo el rol de los municipios y del aparato del Estado en la relación con el territorio. Si bien esta organización finalmente pudo acceder al programa, las cooperativas que conformó con sus propios beneficiarios entraron en conflicto con los municipios donde debían desarrollar sus tareas, generando diferentes complicaciones para el normal funcionamiento del programa. A su vez, por la ausencia de adjudicación de tareas, sus participantes se encontraban en una situación de precariedad y de inestabilidad con respecto a su continuidad en el programa. Esto generaba tensiones hacia adentro de la organización y para con su capacidad de construcción territorial, ya que repercutía negativamente en su referencia con los vecinos. Se debilitó la posición de BDP como ventanilla del Estado en el territorio, "municipalizando" la gestión del principal programa de asistencia al desempleo.

Reflexiones finales: el estilo de gestión de BDP

Los dispositivos emergentes a partir de la participación de BDP en los programas analizados se caracterizaron por presentar estilos de gestión basados en la conformación, consolidación o crisis de la organización como "ventanilla del Estado" en el territorio. En los casos analizados se pudo constatar que las formas de acceso al poder, es decir, la relación de BPD con el gobierno y con el entramado político institucional del territorio condicionó el funcionamiento de los mismos. A su vez, la forma de ejercer el poder, la gestión de los "planes" y de los proyectos de contraprestación, la forma de organización interna y la relación con los beneficiarios se expresaron y expresan en la práctica de "construir el movimiento" y, por lo tanto, en una racionalidad basada en la construcción social y política del mismo.

En la experiencia del PJJHD se focalizó en "sostener lo propio", es decir, fortalecer la organización a través de los recursos materiales de los planes y la vinculación con el Estado. En el PEC, por cuestiones vinculadas a su forma de acceso y a la cantidad de "cupos" disponibles, la ampliación de su base de sustentación social y política fue la racionalidad que guió las prácticas de gestión de BDP. Los "planes" se constituyeron en un recurso que permitió abrir nuevos espacios organizativos y disputar la base social territorial de otras organizaciones como el PJ, el Plan más Vida, etc. Es durante el periodo de implementación de este programa, aunque no únicamente por eso obviamente, que BDP da un salto en su capacidad de organización, de inserción territorial y de movilización. En la Ciudad de Buenos Aires, según se informa en las entrevistas y en medios periodísticos, la organización pasa de 350 personas organizadas a movilizar 1500 personas para un acto político en el 2005. En el caso del AT, el distanciamiento político de BDP con respecto al gobierno nacional, junto con el pasaje de formatos de programas basados en proyectos de contraprestación a otro de obra pública implementado por municipios y cooperativas, repercutió en su capacidad de acceder a recursos materiales. Su estrategia de retomar la protesta social como mecanismo de contención de su base social no pudo evitar la pérdida en su capacidad de convocatoria y movilización. Sin embargo, este fue un elemento importante. Cabe aclarar, asimismo, que múltiples factores jugaron un rol preponderante en este proceso que caracterizamos como de municipalización de la gestión del programa. El mismo repercutió también en la forma de despliegue territorial de la organización. El esquema de trabajo en cooperativas obligó a reorganizar la vida interna de BDP. De los comedores comunitarios del PJJHD a las "áreas" y los "promotores" del PEC a los emprendimientos laborales del AT.

El énfasis puesto en los dispositivos de gestión para entender el funcionamiento de los programas analizados y el estilo de gestión desplegado por BDP en la implementación territorial de los mismos, enriquece la mirada al ganar profundidad, no en términos normativos, sino en la compresión del fenómeno. Entender cómo funcionan y se relacionan los diferentes elementos de un dispositivo nos permite comprender las transformaciones ocurridas en la última década en la relación del Estado y la sociedad, la crisis de representación y la emergencia de nuevos mediadores entre ambos, en este caso los movimientos de desocupados. Estas nuevas ventanillas del Estado recuperaron y re-significaron, organizaron y canalizaron demandas de los sectores populares, a la vez que le permitieron al Estado, en sus diferentes niveles, reconstruir su capacidad de despliegue territorial y social. Este proceso no operó en un vacío histórico, político, y económico, sino que se inscribió en la disputa por el modelo de desarrollo abierto a partir del 2003 en la Argentina, donde el Estado recuperó su rol estratégico y su modalidad intervencionista. De esta forma, la consolidación de los MDS, entre ellos BDP, como mediadores entre el Estado y la sociedad civil fue parte de la disputa política sobre la orientación del modelo de desarrollo. En la misma, con sus grises, marchas y contramarchas, la experiencia de los MDS en el territorio, sus prácticas, saberes y estilos de gestión iluminan aspectos micro sobre un fenómeno soslayado por los análisis académicos. La cuestión de la participación de los MDS en la implementación de políticas públicas y, por consiguiente, su relación con el Estado ha sido analizada por la comunidad académica desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas. Sin embargo, siguiendo a Gómez, podemos decir que existe hoy un "paradigma normal" integrado por un conjunto de conceptos e hipótesis, relacionadas entre sí, que constituyen los principales enunciados analíticos utilizados para abordar el fenómeno de los movimientos sociales, las nuevas formas de acción colectiva y su relación con el Estado. Categorías provenientes de la teoría de la movilización de los recursos como "oportunidad política" son frecuentemente utilizadas para caracterizar el fenómeno de alineamiento político de estas organizaciones con el oficialismo y su relación con las políticas de asistencia social. Una versión matizada de esta línea de análisis propone pensar esta integración a partir de la "demanda de normalidad institucional" que acompañó la masacre del puente Pueyrredón en el año 2002 durante la Presidencia de Eduardo Duhalde. En este marco, hay diferentes lecturas sobre la asunción de Néstor Kirchner en 2003 donde su escasa legitimidad de origen o, al contrario, su capacidad política, definen la estructura de oportunidades que favorecieron y determinaron la integración política y a la gestión de los recursos públicos de los MDS. Desde un balance del proceso político y sobre el supuesto de una posición de debilidad de estos actores en relación al Estado, diferentes autores (plantean el concepto de estrategias neutralizadoras, es decir, represión acompañada de negociación, para pensar desde el propio gobierno la incorporación de estas organizaciones al mismo. Las mismas tuvieron como consecuencia la fragmentación de estas organizaciones, su des-dibujamiento programático y, en definitiva, la pérdida de un potencial político transformador que, se suponía, tenían. Dentro de esta categoría podemos incluir las hipótesis de incorporación subordinada o de cooptación. En esta línea de análisis subyace la idea de que a través de la distribución de recursos materiales, vía políticas públicas y de cargos políticos en la gestión, estas organizaciones resignaron su capacidad de movilización y confrontación. Esto relega a los MDS al lugar de meros actores sociales sin la posibilidad de pertenecer, construir y aportar a proyectos políticos nacionales. Nuestro análisis del estilo de gestión de BDP intenta brindar elementos para reflexionar sobre esta relación y sobre la capacidad de este tipo de organizaciones para constituirse en "ventanillas del Estado" en el territorio. Sin caer en un enamoramiento del sujeto revolucionario ni en el sujeto cooptado, el análisis de las prácticas y estilos de gestión dan cuenta de los niveles de autonomía y de capacidades políticas de los MDS en el entramado organizacional del territorio y en su relación con el Estado.

Notas

1.Trabajo recibido el 30/09/2014. Aceptado el 20/12/2014
2.Licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires, Magister en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social FLACSO Argentina, Doctoranda de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Contacto: agradin@flacso.org.ar
3.La emergencia de los MDS, expresión de los nuevos movimientos sociales de la región, es analizada por varios autores desde diferentes posturas epistemológicas: Farinetti (1999); Auyero, (2002); Grimson, (2002); Schuster, (2005); Schuster-Pereyra, (2001); Svampa-Pereyra, (2003); Massetti, (2004) y (2011); Gómez, (2007); De Piero, (2005); Thwaites Rey, (2004).
4.Cortes, (2010); Perelmiter (2010); Massetti, (2011).
5.A principios del año 2002, el gobierno interino de Eduardo Duhalde con el financiamiento del Banco Mundial, implementó el Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados (PJJHD), que se constituyó en un "mega plan", llegando a tener a dos meses de su lanzamiento casi 2 millones de beneficiarios y un presupuesto de casi 3.500 millones de pesos. La implementación de dicho programa se generalizó, pasando de 91.806 beneficiarios en todo el país en el año 2001, correspondiente a los Programas de empleo anteriores, hasta alcanzar a 2.128.408 beneficiarios a principios del año 2003. Di Natale, (2004).
6.El Programa de Empleo Comunitario se creó en por Resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social Nº 7, con fecha del 3 de Enero de 2003, y tiene por objeto brindar ocupación transitoria a trabajadores desocupados a través de su inclusión en actividades que mejoren la calidad de vida de su comunidad y/o que los vinculen con las prestaciones de empleo y formación profesional ofrecidas por las Oficinas de Empleo de la Red de Servicios de Empleo y/o por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en su localidad.
7.El Programa de Ingreso social con trabajo "Argentina Trabaja" fue creado por la Res. 3182 del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (MDS) el 6 de Agosto de 2009 y ratificado por el decreto presidencial 1067 el 14 de Agosto de 2009.
8.El Movimiento Barrios de Pie nació a fines del año 2001, cuando un sector de la central de Trabajadores Argentinos, autodenominado CTA de los Barrios, se separó de la federación de Tierra y Vivienda (FTV) debido a diferencia políticas sobre la coyuntura de la crisis político-social de 2001 y el gobierno interino de Eduardo Duhalde (2002-2003). La CTA de los Barrios había surgido en el año 2000 como iniciativa de un grupo de militantes vinculados a la corriente nacional Patria Libre y a la agrupación Juvenil Venceremos, frente juvenil de dicha organización, que a partir del desarrollo de comedores, ollas populares, apoyos escolares y jornadas solidarias en diferentes barrios humildes del conurbano bonaerense, la capital federal y del interior del país, fueron consolidando una incipiente organización territorial de extensión nacional. Entre los años 2002 y 2004 Barrios de Pie tuvo un fuerte crecimiento en cantidad de integrantes y extensión territorial en el marco de la profundización de la crisis social, económica y política que azotaba nuestro país.
9.Por una cuestión metodológica y práctica se compararan las experiencias de gestión del PJJHD y del PEC en la ciudad de Buenos Aires, con la experiencia de gestión del AT en el conurbano bonaerense ya que este último programa no se implementó en la ciudad de Buenos Aires.
10.Oszlak y O’Donnell, (1984).
11.Para analizar estos dispositivos, los definimos como un "conjunto heterogéneo de relaciones entre prácticas, instituciones, discursos, normas, procedimientos y saberes para hacer frente una urgencia y conseguir un efecto". Agamben, (2005).
12.Tiranti, (2013); Natalucci et al, (2013); Anunnziata, (2013); Gradin, (2013); Dallorso, (2012); Gradin-Tiranti, (2012); Carballeda, (2010).
13.García Fanlo, (2011).
14.Mancini, (2009) y (2011); Schavelzon, (2007); Zaremberg, (2004); Mazzuca, (2002); Oszlak, (1980).
15.Se señalarán entre comillas las expresiones correspondientes a categorías nativas. Boivin-Rosato-Balvi, (2003).
16.Por "cupos" se entiende la cantidad de planes que cada organización manejaba.
17.Mazzuca, (2002).
18.BDP formó parte desde su surgimiento como organización social de la Corriente Nacional Patria Libre, agrupación política de izquierda nacional. En el 2007 conformó junto a otras organizaciones sociales y políticas el Movimiento Libre del Sur. Esta última organización tuvo en su nacimiento una impronta Kirchnerista, pero a partir del 2009 se fue alejando del gobierno para pasar a la oposición definitivamente en el año 2011. Ver Schuttenberg 2012 b.
19.El Programa TRABAJAR comenzó a implementarse en marzo de 1996 por el Ministerio de Trabajo y Seguridad social de la Nación. Su principal objetivo era brindar ocupación transitoria a trabajadores/ras desocupados/as que no percibiesen prestación por desempleo ni participasen de ningún otro programa de empleo o capacitación laboral.
20.Entendemos por militantes a todos aquellos participantes de la organización que desarrollan tareas sociales y políticas en la misma, sin importar el grado de compromiso y el rol desempeñado.
21.Para profundizar en el análisis sobre la relación entre cantidad de movilizaciones y protestas y la vinculación con el gobierno ver Klachko, (2010).
22.En el año 2002, a través del Decreto 565/02 se crearon Consejos Consultivos para el seguimiento y monitoreo del Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, entre otros. Su implementación introdujo la modalidad de gestión asociada entre el Estado y la sociedad civil. coincidimos con Arcidiácono y Zibecchi (2008) en que "los Consejos Consultivos son estructuras cargadas de funciones que el propio Estado transfirió para co -gestionar el PJJHD, pero a la vez están plagadas de deficiencias de comunicación y de capacidades técnicas, de ausencia de recursos económicos que dificultan cumplir con sus verdaderas funciones. En algunos casos sufren la manipulación del poder político local y la vez son fuertemente dependientes del trabajo voluntario y del compromiso que toman las organizaciones (y especialmente sus integrantes).
23.Di Natale, (2004).
24."Los piqueteros ejercer el control sobre los subsidios" por Gabriel Sued, Diario La Nación, 23 de Noviembre de 2002, disponible en http://www.lanacion.com.ar/452242-los-piqueteros-ejercen-control-sobre-los-subsidios
25.El Programa de Apoyo a Comedores Comunitarios pertence Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y consiste en la entrega de raciones de comida y subsidios para infraestructura a organizaciones de la sociedad civil para que brinden asistencia alimentaria a población en riesgo. El mismo funciona desde la gestión de Aníbal Ibarra. BDP tuvo en este periodo un total de 15 comedores comunitarios inscriptos en este programa.
26.Arroyo, (2009); Arcidiácono, (2012).
27.Di Natale, (2004).
28.Arcidiácono, (2012).
29.Massetti, (2011); Boyanovsky Bazán, (2010).
30."Con teléfono abierto al piquete" por Laura Vales y Martín Piqué, Página 12, 2 de Noviembre de 2003 disponible en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-27631-2003-11-02.html
31.Entrevista a Jorge Ceballos, Coordinador Nacional de BDP, publicada el 23 de Mayo de 2006 en Diario Página 12. Disponible en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-67258-2006-05-23.html
32.Natalucci, (2010):94.
33.Biglieri, (2008); Cortés, (2010); Massetti, (2010) y (2011); Pérez y Natalucci, (2010); Natalucci, (2010), (2011) y (2012); Perelmiter, (2010) y (2012); Schuttenberg, (2012); Rocca Rivarola, (2013); Lozano, (2013); Fajardo, (2013); Vázquez, (2014).
34.En las elecciones legislativas de 2005, dentro del acuerdo con el Frente para la Victoria, compite y asume por una banca en la legislatura provincial de la Provincia de Buenos Aires Laura Abelardo, responsable nacional del área de Salud de Barrios de Pie. En el 2007 BDP consigue una banca en la legislatura de la Provincia de Salta y en 2009 en la Provincia de Chaco. En el ámbito municipal, BDP y libres del Sur, en el 2005 consiguen ingresar un Concejal en la localidad de Lanús, Lomas de Zamora y Avellaneda de la Provincia de Buenos Aires y un concejal en la capital de la Provincia de Salta. Para las elecciones de 2007 se le suman un concejal en la ciudad capital de la Provincia de Neuquén y un concejal en la localidad de Esteban Echeverría de la Provincia de Buenos Aires. (Datos obtenidos a partir de las entrevistas realizadas y del análisis de los principales Diarios Nacionales)
35.En el territorio, BDP se organizó alrededor de "Centros Comunitarios" con el objetivo de construir una organización que inscribiera a los comedores populares y a todas las actividades que allí se realizaban con un abordaje integral de todas las problemáticas sociales. De esta manera, todos los centros presentaron un esquema organizativo similar, compuesto por un coordinador/a general y "Áreas" de trabajo. Estas últimas estuvieron vinculadas a problemáticas generales de todos los barrios y su objetivo fue el desarrollo de actividades orientadas a la solución de las mismas. Las temáticas sociales que se abordaron fueron Salud, Educación Popular, Género, Comunicación Comunitaria, Derecho Popular, Cultura popular, Juventud, Micro emprendimiento y Vivienda. En los "centros", el desarrollo de todas las tareas fueron garantizadas a través del trabajo colectivo de los vecinos, de docentes, estudiantes y profesionales.
36.Natalucci, (2010).
37.En varias entrevistas aparece la tensión entre la idea de que los beneficiarios una vez que ingresan al programa cobran a través de los bancos públicos, corriendo a la organización de su rol de mediadora y las posibilidades de "dar de baja el plan" si el beneficiario no participaba.
38.Durante los años 2003-2005, en concordancia con el primer momento de la presidencia de Néstor Kirchner, se otorgaron mensualmente una cantidad significativa de altas de nuevos beneficiarios que le permitían a la organización generar expectativas en los vecinos. A partir del 2006 se comienza a congelar esta posibilidad, dependiendo cada vez más de los vaivenes de la relación política con el gobierno. Ver nota "El kirchnerismo se volcó al PJ y dejó de contenernos", Entrevista a Humberto Tumini, Secretario general del Movimiento Libres del Sur, Diario La Nación, 4 de Diciembre de 2008. Disponible en http://www.lanacion.com.ar/1077296-el-kirchnerismo-se-volco-al-pj-y-dejo-de-contenernos
39.Entrevista 5. 10/07/2010.
40.Para un análisis profundo sobre la percepción de los propios participantes de los MDS con respecto a los planes, ver Quiróz, (2006) y (2011).
41.Al referirnos a BDP como ventanilla del Estado en el territorio nos introducimos en un debate más profundo que por cuestiones de espacio no podemos abordar y que tiene que ver con la relación Estado-Sociedad y, especialmente, con los sectores populares. Esta relación es analizada desde la academia, generalmente, en términos de clientelismo político o de participación política, de cálculo racional o de cultura o moralidad, de autonomía o dependencia. Auyero, (2001); Masson, (2004); Merklen, (2005); Manzano, (2008); Quiróz, (2011); Colabella, (2011); Ferraudi Curto, (2006); Frederic, (2004); Forni et al, (2013); Puex, (2006); Soprano-Guber, (2003); Vommaro-Quiroz, (2011), entre otros. Una ventanilla del Estado implica un espacio físico donde "gestionar" esta relación. La ventanilla se asocia con el reclamo, la solicitud, la ayuda y la espera. Para estos temas ver Auyero, (2012); Scribano, (2010); Schijman-Lae, (2009). Asociada principalmente a los formatos neoliberales de políticas sociales, ir a "inscribirse al plan" en los MDS) expresa el rol de estas organizaciones en la gestión de los programas. Hopp y Gradin, (2007); Quiróz, (2006); Freytes Frey-Cross, (2007), etc. La descentralización y la participación como estilos de gestión favoreció este proceso y consolido a los MDS como nuevas formas de acceso. A su vez, en un escenario donde la reproducción material de los sectores más retrasados de las clases populares depende todavía de su acceso a los bienes públicos (aún con el aumento sustancial en el nivel de cobertura social vía nuevos derechos como la AUH, la ampliación Jubilatoria, el Progresar entre otros y con aumento del nivel de consumo de los últimos años) los MDS se constituyeron en una vía posible dentro del entramado de redes sociales de asistencia y reciprocidad. Noel, (2006).
42.Se conoció como "la crisis del campo" en 2008 al extenso conflicto en el cual el sector agroexportador encabezó una protesta en contra de la pretensión del gobierno Nacional de implementar un sistema de retenciones móviles a la soja y otros productos de exportación.
43.Guimenez-Hopp, (2011).
44.Argentina Trabaja, Programa Ingreso Social con Trabajo, Guía Informativa, MDS, http://www.desarrollosocial.gov.ar/planes/AT/default.asp.
45.Decreto 1.067/2009.
46.Vinculadas principalmente a una lectura de "pejotización" de la alianza de gobierno, en relación a la decisión de Néstor Kirchner de asumir la presidencia del Partido Justicialista en ese año, según se indican en los comunicados de prensa de la organización.
47.Mocca, (2009).
48.El conflicto por la Res 125/2008 obligó al Poder Ejecutivo a enviar un proyecto de Ley sobre las retenciones al Congreso, el cual tuvo voto favorable en la Cámara Baja. En el Senado, en cambio, la votación fue desempatada por el Vicepresidente de la Nación quien, en contra de su gobierno, votó en contra del proyecto de ley, dando por tierra las posibilidades del gobierno y evidenciando la crisis política al interior del propio armado oficialista.
49.Gómez, (2010).
50.Mc Carthy-Zald, (1977)
51.Massetti, (2011); Bukart et al, (2008); Natalucci, (2010a); Freytes Frey-Cross, (2006) y (2007); Svampa, (2004).
52.El 26 de Julio de 2002, la represión de una manifestación de "piqueteros" en el Puente Pueyrredón de la localidad de Avellaneda de Provincia de Bs. As. deja como saldo dos piqueteros muertos, Kosteki y Santillán.
53.Recordemos que Néstor Kirchner asumió la Presidencia en Marzo de 2003 con un 23 % de votos luego que su contrincante, Carlos Menem decidió bajarse de la segunda vuelta elector, dejando al nuevo gobierno en una debilidad evidente de legitimidad de origen.
54.Pereyra Pérez-Schuster, (2008); Natalucci, (2010a); Gómez, (2007).
55.Massetti, (2009); Bukart et al, (2008).
56.Svampa, (2009).
57.Paula Klachko demuestra en base a datos empíricos, como se modificaron las acciones de protesta de BDP cuando se integraron a la alianza de gobierno. En contra de lo que se plantea de que esto desmovilizó a la organización, Klachko demuestra que la cantidad de acciones de protestas se mantuvieron. Lo que se modificaron fueron sus sentidos. Klachko, (2010).

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