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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

versión On-line ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.34 Córdoba dic. 2015

 

ARTICULOS ORIGINALES

La participación político-técnica de la izquierda peronista en el ministerio de educación bonaerense (1973-1974)1*

Mariana Pozzoni2

Resumen
A principios de la década de 1970, en el contexto de apertura política iniciado con el lanzamiento del Gran Acuerdo Nacional durante la presidencia de Alejandro A. Lanusse, el peronismo fue testigo de la emergencia de un conjunto de grupos político-técnicos en su seno, nacidos con finalidad de delinear acciones de gobierno ante la eventualidad de un triunfo del movimiento en las elecciones del 11 de marzo de 1973.
Este artículo se plantea analizar las propuestas elaboradas por el Equipo Político-Técnico de la Juventud Peronista (EPT de la JP) en el área de educación y la puesta en práctica de algunas acciones por parte de los jóvenes de la izquierda peronista que se insertaron en el Ministerio de Educación durante el gobierno de Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires (1973-1974).
Palabras clave: Izquierda peronista – Provincia de Buenos Aires – Grupos político-técnicos – Ministerio de Educación

Abstract
At the beginning of the 1970s, in the context of political opening started with the launch of the «Gran Acuerdo Nacional» during the presidency of Alejandro. A. Lanusse, peronism was witness to the emergence of a set of political and technical groups, which had the purpose of delineating the government’s actions in the event of a victory of the movement in the elections of March 11, 1973.
This article raises analyze the proposals elaborated by the «Equipos Político-técnicos de la Juventud Peronista» (EPT de la JP) in the area of education and the implementation of some actions by the peronist left youth into the Ministry of Education during the administration of Oscar Bidegain in Buenos Aires province (1973-1974).
Keywords: Peronist left – Buenos Aires province – Political and technical groups – Ministry of Education

Introducción

A principios de la década de 1970, en el contexto del lanzamiento del Gran Acuerdo Nacional (GAN), un intento de apertura del sistema político impulsado por Alejandro A. Lanusse (1971-1973) que permitió la actividad partidaria y estableció el llamado a elecciones con el objetivo de plasmar una retirada ordenada de los militares, el peronismo fue testigo de la emergencia de un conjunto de grupos político-técnicos, nacidos en su seno con la finalidad de delinear acciones de gobierno ante la eventualidad de un triunfo del movimiento en las elecciones del 11 de marzo de 1973, luego de casi dieciocho años de semi proscripción.3

Este artículo se plantea analizar las propuestas elaboradas por el Equipo Político-Técnico de la Juventud Peronista (EPT de la JP) en el área de educación y la puesta en práctica de algunas acciones por parte de los jóvenes de la izquierda peronista que se insertaron en el Ministerio de Educación durante el gobierno de Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires (1973-1974), un dirigente de extensa trayectoria en el peronismo que accedió al Poder Ejecutivo provincial con un fuerte apoyo de ese sector. Cabe destacar que, como consecuencia de esta estrecha relación, su gestión estuvo caracterizada por una inédita presencia juvenil en ministerios y secretarías y se convirtió en una experiencia piloto del «trasvasamiento generacional» impulsado por Juan D. Perón.4

En general, la historiografía sobre la radicalización política de fines de la década del sesenta y principios de la del setenta, se ha centrado en el estudio de los actores juveniles preferentemente en su intervención en acciones directas y en la lucha armada. Un recorrido por una breve selección de la producción académica da cuenta de ello.

Se ha caracterizado la década de 1970 como atravesada por una situación revolucionaria de «inéditas violencias», vinculada estrechamente con la militarización de la cultura política argentina. En este marco se ha inscripto, sin matices, a la movilización de la izquierda juvenil del peronismo que continuó llevando a cabo acciones directas, pese al retorno constitucional de 1973.5 En una línea similar, se ha sostenido que la cultura política argentina contenía fuertes componentes de autoritarismo y violencia que se desarrollaron entre 1969-1973 como nunca antes lo habían hecho y que fue ése el contexto de interacción en el cual la juventud aprendió el significado de hacer política. Asimismo, que luego de las elecciones de marzo de 1973 las organizaciones armadas se deslizaron de manera abierta hacia posiciones de índole terrorista.6

Por otra parte, se ha considerado que con el golpe de 1966, Juan Carlos Onganía (1966- 1970) inició un período en el que la política quedó en suspenso y que, al suprimir los canales de participación, facilitó el camino para que ésta continuara por medio de la violencia. Desde esta perspectiva, la operación política iniciada con las negociaciones entre Alejandro Agustín Lanusse (1971- 1973) y J. D. Perón no modificó tal situación porque fue eclipsada por la centralidad adquirida por la violencia en el retorno del líder exiliado. Así, la suerte de «barbarie peronista» desatada, solo fue opacada por la «barbarie antiperonista» que habrían de instalar los militares en 1976.7 Finalmente, se ha intentado demostrar, sin caer en una reivindicación heroica de la militancia setentista, que la violencia ostentada por las organizaciones armadas durante aquellos años respondió a una tradición de violencia política extendida en Argentina desde 1930. Si bien desde esta óptica se ha hecho referencia a acciones más «políticas» por parte de las agrupaciones de superficie de Montoneros –como reparto de alimentos y actos de propaganda en medios populares– se ha puesto el énfasis en la derrota de la Organización debido a una carencia de «lo político». De este modo se ha sostenido que «lo militar y lo organizativo asfixiaron la comprensión y la práctica políticas de la organización, tirando por la borda buena parte del trabajo previo».8

Aquí se considera que estas interpretaciones han dotado de sentido a un período muy controvertido de la historia argentina al brindar explicaciones sólidas sobre lo ocurrido; pero también que pueden ser enriquecidas con otras que –sin perder de vista los condicionamientos del contexto y la apuesta político-militar conducente a la revolución que adoptaron buena parte de los jóvenes de esos años– focalicen la atención en otros aspectos de su accionar político.9 En el marco de una renovación historiográfica en las perspectivas de abordaje sobre distintos aspectos de la militancia setentista que ha contribuido a matizar las interpretaciones dominantes sobre el período,10 este artículo se propone desandar la idea –muy extendida– de que la búsqueda de ocupación de espacios de poder por parte de los jóvenes que integraron la Tendencia Revolucionaria del peronismo no estuvo acompañada por una elaboración de propuestas de gobierno.11 Por el contrario, se sostiene que aquellos desplegaron un repertorio amplio de prácticas políticas que excedió la lucha armada e incluyó la conformación de los equipos político-técnicos mencionados, la organización y ampliación de las agrupaciones de base y el ejercicio de funciones en el nivel institucional.

La izquierda peronista y la preparación técnica

El 16 de abril de 1972 más de 200 científicos, técnicos y artistas de todo el país se reunieron en Santa Fe en la «Primera Jornada Nacional de Ciencia y Política del Trasvasamiento Generacional» para delinear los programas de los órganos de estudio y planificación del Movimiento Peronista. Los asistentes coincidían en concebir a la ciencia como un producto social y político que expresaba el proyecto político fundamental de la sociedad que la reproducía. Por ello, ante lo que veían como el desarrollo de una ciencia conducente a la expansión imperial, consideraban preciso apropiarse de ella para utilizarla conforme al proyecto peronista.12

La masividad en la concurrencia, aproximadamente un año antes de los comicios, respondía a la segunda etapa de la normalización partidaria iniciada con la designación de Héctor Cámpora –peronista de la primera hora apodado «el Tío» por los jóvenes de la izquierda peronista que lo apoyaban– como delegado de Perón y al proceso de afiliaciones masivas que emprendió el Partido Justicialista (PJ). A partir de entonces, distintos sectores de la izquierda peronista promovieron la conformación de grupos de trabajo orientados elaborar documentos que se tradujeran en propuestas políticas posibles de ser aplicadas en caso de que un nuevo acceso del peronismo al poder se hiciera efectivo. Esta iniciativa era alentada por el líder, quien exhortaba a la juventud a capacitarse:

«Ustedes deben seguirle metiendo firme a este asunto de la preparación técnica, no sólo por la importancia que intrínsecamente tiene asunto tan trascendental, sino también porque veo propicia la ocasión y dispuesta mucha gente de valor y, desde que se trata en primer término de acopiar «materia gris», nada puede ser mejor que emplearlos»13

Pero también había sido animada por Ernesto «Che» Guevara, quien en 1962 aconsejaba a los jóvenes revolucionarios de América Latina respecto de la necesidad de prepararse profesionalmente para la revolución, la cual no podría alcanzarse únicamente a través de la lucha armada.14

En consonancia con el panorama que se abría, se organizaron tres grupos técnicos: el Consejo Tecnológico Peronista, el Comando Tecnológico Peronista y los EPT- JP. El primero fue encomendado por Perón a Rolando García, doctor en Física y docente universitario e investigador de izquierda, quien había sido cofundador de la Universidad Nacional del Sur (UNS) en 1956 y decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) entre 1957 y 1966. Se trató de un organismo dependiente del Movimiento Nacional Justicialista (MNJ), integrado por profesionales de distintas ramas y encargado de elaborar proyectos de gobierno que sirvieran de base a posteriores reelaboraciones, en áreas como industria, energía, vivienda, economía, inversiones extranjeras, política sanitaria, integración latinoamericana y universidad.15

De acuerdo con uno de sus documentos, el objetivo que perseguía este Consejo era constituir una sociedad que permitiera «la liberación del hombre oprimido» y condujera a la «construcción del socialismo nacional y la grandeza de la Nación», para lo cual era necesario implementar un programa revolucionario, ya que la contradicción dependencia-liberación no podía ser superada dentro del sistema capitalista.16 Debe subrayarse que, aun cuando el organismo dependía del MNJ, sus integrantes sostenían abiertamente que el justicialismo constituía una etapa de transición al socialismo nacional que para ellos significaba poner fin a la explotación del hombre por el hombre. Con el triunfo electoral de marzo de 1973 muchos de ellos ocuparon cargos importantes en universidades nacionales y en algunos ministerios de la provincia de Buenos Aires.

El Comando Tecnológico Peronista se conformó aproximadamente a fines de 1970 o principios de 1971 en torno a Julián Licastro y José Luis Fernández Valoni, dos ex tenientes retirados del Ejército que se acercaron al peronismo a partir del Cordobazo (1969) y fueron considerados por Perón «los tenientes de la revolución».17 El nombre recuperaba la formación castrense de sus impulsores, que se resumía en la frase de Licastro «los comandos mandan, los consejos aconsejan, así que nosotros haremos el Comando Tecnológico Peronista para incidir también en la política general».18 El grupo reunía a militantes del Frente Estudiantil Nacional (FEN) y de la Agrupación Peronista 29 de Mayo que se ocupaban de elaborar el Boletín de Información Peronista publicado en la revista Primera Plana.19

A través de este medio, a fines de 1972 dio a conocer los lineamientos generales para la «subetapa táctico-electoral», entre los cuales se destacaban la necesidad de penetrar la superestructura de poder del Movimiento porque consideraban que la vía político-electoral era eficiente para ejercer una línea de conducción revolucionaria; complementar el acceso a los cargos electorales con la discusión ideológica y programática y el reclutamiento de cuadros técnicos que pudieran ser designados por el Poder Ejecutivo para desempeñar cargos de gobierno; encuadrar verticalmente toda la lucha interna dentro del marco establecido por la conducción Estratégica y sostener la candidatura de Perón.20

Finalmente, los EPT de la JP, fueron organizados en 1972 y se presentaron oficialmente con ese nombre en abril de 1973. Este grupo resulta de especial interés para este trabajo porque fue coordinado por jóvenes de la Tendencia Revolucionaria. Al igual que los otros, estaba conformado por profesionales de distintas áreas (salud, vivienda, economía, relaciones exteriores, educación) que buscaban dar respuesta a diferentes problemas que contribuyeran a la «reconstrucción política, económica y social del país». Su objetivo principal era formar cuadros políticos capacitados, que pudieran insertarse en el gobierno para operar, desde allí, los cambios esperados.21 Asimismo, buscaban «integrar la ciencia, el arte y la técnica como una herramienta más de la lucha política en todos los niveles».22

Algunos de los proyectos que elaboraron fueron reproducidos en la revista Envido –una «revista-libro» de discusión teórica y política que buscaba recuperar una concepción del cambio político y social a partir de categorías históricas surgidas de la experiencia argentina– entre el triunfo electoral del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) y el ascenso del peronismo al poder.23

Uno de ellos se centraba en la política universitaria. Según el diagnóstico realizado, se situaba a la universidad como un instrumento de colonización cultural al servicio de la oligarquía y del imperialismo. La evidencia de ello se encontraba, para los jóvenes, en el carácter tecnocrático y cientificista adquirido por una enseñanza basada en la transmisión de contenidos alejados de las necesidades reales del país. Para cambiar esta situación proponían implementar, en el largo y corto plazo, la transformación de la estructura, los contenidos y los métodos de la enseñanza superior para que la comunidad universitaria se integrara en la tarea de «Reconstrucción Nacional» y de construcción del «Socialismo Nacional». En este sentido, proponían la inclusión de un área técnico- científica para romper con la dependencia cultural, un área productiva, para que el estudiante se incorporara al trabajo social y un área político-doctrinaria, con el objeto de insertar al universitario en la actividad política del «pueblo», promoviendo su concientización, movilización y organización.24

A continuación se verá de qué modo algunas de estas ideas se cristalizaron en la provincia de Buenos Aires a través del Ministerio de Educación que, si bien no se destacó por ser uno de los espacios con mayor concentración de funcionarios juveniles vinculados con la Tendencia Revolucionaria, contó con una participación suficiente que permitió viabilizar muchas de las propuestas.

La Tendencia Revolucionaria en el gobierno provincial y los proyectos impulsados desde el Ministerio de Educación

Entre mayo y julio el gobernador bonaerense sancionó una serie de decretos para designar a los funcionarios provinciales, rodeándose de varios colaboradores discutidos por su cercanía con la izquierda peronista y fuertemente cuestionados por el vicegobernador Victorio Calabró –sindicalista vinculado a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM)– y los sectores cercanos a la derecha del movimiento.25 Entre ellos se encontraban el responsable de la Asesoría Provincial de Desarrollo, Rolando García –titular del Consejo Tecnológico Peronista referido anteriormente– y los ministros de Bienestar Social, Floreal Ferrara; de Asuntos Agrarios, Guillermo Gallo Mendoza y de Obras Públicas, Alberto González.26 Los dos últimos ministerios eran llamados «ministerios rojos» por los sectores de la derecha, debido al porcentaje de militantes de la Tendencia Revolucionaria incorporados en su estructura.27 Más allá del predominio registrado en estas áreas, los jóvenes también contaron con funcionarios afines en los otros tres ministerios que tenía la provincia de Buenos Aires en 1973: Gobierno, a cargo de Ricardo Mariátegui; Educación, presidido por Arturo Baldrich y Economía, dirigido por Ramón Miralles.28

En total, se han identificado al menos cincuenta funcionarios juveniles de distinto grado de importancia en las distintas dependencias de la administración provincial.29 Esta amplia inserción les permitió participar en la política desde un lugar que excedía las acciones armadas e imprimir un signo propio a la gestión de Bidegain al impulsar algunos proyectos que, de acuerdo a su consideración, estaban orientados a favorecer la transición hacia una nueva etapa caracterizada por la implantación del «socialismo nacional».30

La rápida aparición de tensiones entre los miembros de la fórmula ejecutiva provincial, que desencadenó la remoción de varios funcionarios en agosto y en octubre de 1973 y el corto período de gobierno de Bidegain, quien se vio obligado a renunciar a su cargo luego del ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) a la Guarnición Militar de Azul –su ciudad natal– el 19 de enero de 1974, impidieron que muchas de las iniciativas políticas impulsadas por los ministerios y secretarías de la provincia de Buenos Aires llegaran a concretarse.31 No obstante, en muchos casos, otras iniciativas pudieron llevarse a cabo a través de la articulación que existió entre estos espacios y las agrupaciones de base ligadas a Montoneros que se desarrollaron exponencialmente a partir de abril de 1973.32

En lo que respecta al caso estudiado en este trabajo, la cartera de Educación estuvo presidida por Alberto Baldrich, filósofo de formación y miembro fundador del Instituto de Sociología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA creado en 1940 y dirigido por Ricardo Levene.33 En la Secretaría de Cultura fue acompañado inicialmente por el poeta y escritor Leónidas Lamborghini, reconocido por su obra en torno a la problemática de la opresión, 34 quien debió renunciar luego de la primera crisis ministerial de agosto de 1973 y fue reemplazado por Alcira Argumedo hasta enero de 1974, una militante juvenil que, pese a integrar la Tendencia Revolucionaria, no participaba de la acción armada y contaba con cierto prestigio por su desempeño en las Cátedras Nacionales.35

En el mensaje de Bidegain a la Asamblea Legislativa se habían adelantado las medidas que iban a tener prioridad en este ministerio y que se pueden dividir, a grandes rasgos, en tres grupos, según estuvieran orientadas a las escuelas, a la política cultural en general o ligadas a la política la universitaria.36 En todas ellas se observa la voluntad de ponderar y revalorizar los contenidos nacionales y regionales en todos los niveles educativos, por sobre aquellos que no se ajustaban a la realidad de nuestro país; un espíritu muy presente en los documentos elaborados por los jóvenes de la izquierda peronista.

En lo que respecta a las medidas orientadas a las escuelas, se destaca la incorporación de la semana de América Latina del 8 al 11 de octubre en los establecimientos de enseñanza primaria y secundaria orientada a fortalecer el concepto de unidad latinoamericana y sus aspectos históricos. Entre los fundamentos de la propuesta sobresalía el argumento de que los programas en vigencia respondían a una concepción liberal y alienante que tendió a desvincular al país de las naciones hermanas y que era necesario implementar una pedagogía de la liberación para superar la dependencia.37

En consonancia con lo anterior, en la enseñanza media provincial, técnica y en el bachillerato, se incorporó la asignatura «historia latinoamericana » al plan de estudios correspondiente al año lectivo 1974.38 Asimismo, se prohibió el uso de denominaciones en idioma extranjero a escuelas privadas con excepción de los nombres propios que respondieran a figuras de la historia de relieve internacional, con el fin de revalorizar el idioma nacional.39 La implementación de estos cambios, preveía la elaboración de manuales y textos nuevos y la realización de cursos de especialización docente sobre América Latina, pero la medida no llegó a concretarse, aun cuando Baldrich permaneció al frente del Ministerio de Educación tras las ya mencionadas crisis ministeriales de agosto y octubre de 1973 y la renuncia forzada de Bidegain.40

En relación con la política cultural más general, durante la gestión de ambos secretarios de Cultura se fomentó la creación de centros culturales en los barrios con el fin de generar polos de atracción y recreación de niños y adolescentes a través de diversas prácticas artísticas como el teatro y la música, actividades que fueron sostenidas y desarrolladas por las agrupaciones de base vinculadas a la Tendencia Revolucionaria. También tuvo lugar la experiencia del tren cultural que recorría los municipios más «perdidos» de la provincia para exhibir obras de teatro de títeres y proyectar películas y que, en articulación con el ministerio de Bienestar Social, también realizaba tareas de vacunación y control odontológico. 41

Finalmente, la política universitaria fue uno de los aspectos en los que los jóvenes de la izquierda peronista tuvieron una mayor participación en la provincia, en armonía con lo que ocurría en el orden nacional.42 Al menos hasta agosto de 1974, lograron hacer prevalecer su proyecto de universidad en la mayoría de los establecimientos de educación superior que, entre fines de mayo y principios de junio de 1973, contaron con la designación de interventores afines. En la UPMdP Baldrich nombró a Julio Aurelio, un joven licenciado en sociología que había tenido una activa participación en la apertura de las cuatro carreras que integraron la Facultad de Humanidades (Antropología, Sociología, Ciencias de la Educación y Ciencias Políticas) y estaba ligado a los sectores de la Tendencia Revolucionaria;43 y en la Universidad Católica, el obispo Eduardo Pironio –eclesiástico consustanciado con la Teología de la Liberación llegado a Mar del Plata en mayo de 1972 en reemplazo del fallecido Enrique Rau– designó al abogado Hugo Amílcar Grimberg.44

Por su parte, el ministro Jorge Taiana escogió a Víctor Benamo para ocupar el cargo en la UNS y a Rodolfo Agoglia para la UNLP.45 Taiana había sido rector de la UBA entre noviembre de 1953 y junio de 1955 y era percibido como un opositor al peronista de ultraderecha José López Rega, con capacidad para mantener el programa de renovación pedagógica que había acompañado los inicios del gobierno de Cámpora.46

Por su parte, Benamo era abogado y tenía una larga trayectoria en el peronismo con el que simpatizaba desde que era estudiante secundario. Entre 1950 y 1956 estudió Derecho en la UNLP y, de regreso en Bahía Blanca, se integró a la Resistencia Peronista como asesor legal de distintos sindicatos, a la vez que colaboraba con la difusión clandestina de los mensajes que Perón enviaba desde el exilio. Fue encarcelado en 1958 bajo la acción del Plan de Conmoción Interna del Estado (CONINTES) para luego retomar la actividad partidaria durante la presidencia del radical Arturo Illia (1963-1966). En 1972 fue detenido nuevamente cuando en el marco de un allanamiento fueron encontradas armas en su domicilio. Durante su detención en Chaco y su paso por el penal de Rawson intensificó sus vínculos con dirigentes juveniles de la izquierda revolucionaria. Debido a su destacada trayectoria, la JP le solicitó a Taiana que fuera nombrado al frente de la UNS.47

En cuanto a Agoglia, se desempeñaba como docente en el Departamento de Filosofía de la UNLP y había tenido una adhesión temprana al peronismo. Como consecuencia de su gestión como rector interventor de dicha universidad debió exiliarse en Ecuador. Su partida tuvo lugar tras el asesinato de los militantes Rodolfo Achem y Carlos Miguel, estrechos colaboradores suyos en el rectorado, y de su hijo Leonardo.48

En mayor o menor medida, la preocupación de estos rectores interventores estuvo orientada a ajustarse a los lineamientos del proyecto de universidad ya referido, elaborado por el EPT de la JP en el área de Educación.49 En la práctica, esto se tradujo en diversos convenios suscriptos con las autoridades ministeriales provinciales, la incorporación de contenidos afines a la realidad nacional y latinoamericana, el acceso libre a la universidad y su estrecha vinculación con la comunidad.

Durante los primeros seis meses de gobierno, la gestión de Bidegain estableció convenios de reciprocidad de servicios en las investigaciones científicas y técnicas con la UBA, la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la UNLP.50 Además, en la UNS, la gestión de Benamo se interesó en la función de transferencia que la universidad debía tener con el medio, gracias a lo cual se impulsaron una serie de proyectos vinculados con los intereses de los intendentes de la zona que llevaban sus inquietudes. Así, por ejemplo, se inició la explotación de un yacimiento de yeso descubierto en la localidad de Coronel Dorrego.51

También se firmó un convenio entre la Secretaría de Difusión y Turismo dependiente de la Gobernación y la UPMdP, a través de los respectivos representantes Sergio Caletti –miembro de la Tendencia Revolucionaria– y Aurelio. Por medio del acuerdo, la Universidad se comprometía a facilitar la investigación científica para la implementación de políticas conducentes a un adecuado desarrollo turístico provincial que contemplara a las clases populares. 52 En este marco, la Facultad de Ciencias Turísticas y la JUP llevaron a cabo el «Plan de Miniturismo Infantil de acción social» que consistía en excursiones de niños provenientes de familias de escasos recursos. El programa incluía un día de recreación con visita a lugares de atracción turística, almuerzo, merienda, práctica de juegos, deportes y teatro de títeres.53 También contemplaba la visita de niños oriundos de barrios y villas de emergencia del Gran Buenos Aires a la colonia de Chapadmalal en una actividad que era promovida por el EPT de la JP de Mar del Plata del área de Cultura.54

Además de los proyectos ya aludidos, se pueden citar –a modo de ejemplo– el dictado del «Curso de Introducción a la Realidad Nacional» en la UNLP,55 y la creación de «centros populares de desarrollo cultural» por parte de la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNS, ubicados en los barrios con el fin de brindar cursos de alfabetización, tratar casos de deserción escolar y realizar exhibiciones de cine orientadas a la consolidación y promoción de la conciencia social en lo que significaba una clara intervención de la universidad en la comunidad.56

Todas estas actividades reflejan el intento de efectivizar el objetivo de «integrar la ciencia, el arte y la técnica como una herramienta más de la lucha política en todos los niveles», que se expresó en la participación de los jóvenes de la izquierda peronista en diversas iniciativas que buscaban integrar a los estudiantes universitarios con la comunidad a través del trabajo social. Sin embargo, esta orientación sufrió un primer embate cuando el gobernador Bidegain se vio obligado a presentar su renuncia. Dos meses más tarde, los aires de cambio se manifestaron con mayor ímpetu a partir de la sanción de la nueva Ley Universitaria resistida por la JP en marzo de 1974 y se profundizaron tras la muerte de Perón el 1º de julio del mismo año –momento en el que se produjo una escalada en el enfrentamiento entre las alas izquierda y derecha del peronismo– y el reemplazo de Taiana por Oscar Ivanissevich en el Ministerio de Educación de la Nación. A partir de entonces, los jóvenes revolucionarios se vieron paulatinamente marginados del que había sido su principal bastión.57

Palabras finales

Un recorrido por la conformación de los distintos equipos políticotécnicos peronistas –nacidos a partir de 1971 al calor de las expectativas en torno a una apertura electoral– con una fuerte presencia de jóvenes ligados a la izquierda del movimiento, permite discutir las afirmaciones que limitan la participación de éstos a una lucha por el poder impulsada por la mera ocupación de espacios y exenta de proyectos de intervención sobre la realidad política, económica y social. Por el contrario, aquí se muestra que existió una voluntad de congregarse para definir líneas posibles de acción ante un eventual retorno del peronismo al gobierno.

A partir del estudio del caso del Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Oscar Bidegain, se puso en evidencia que la articulación entre algunos funcionarios de esta dependencia y las agrupaciones de base de la Tendencia Revolucionaria permitió la realización diversas acciones tendientes a ponderar los contenidos ligados a la realidad nacional y latinoamericana en los distintos niveles de enseñanza, el fortalecimiento de las actividades de transferencia entre las universidades y la comunidad y la implementación de actividades recreativas entre los sectores más desfavorecidos de la población. Todo ello, en un marco general que partía de la concepción de la educación como una herramienta de la lucha política para la liberación.

Para finalizar, consideramos que un trabajo como el propuesto da cuenta de la existencia de otras formas de participación juvenil durante la primera mitad de la década del setenta y evidencia la existencia de una trama más compleja de la militancia revolucionaria peronista que desplegó una diversidad de prácticas políticas en lo que entendía contribuía a transitar la transición hacia el «Socialismo Nacional».

Notas

1 Trabajo presentado el 07/10/2015. Aceptado el 01/12/2015.
* Este artículo forma parte de la tesis doctoral «Proyectos, ideas, prácticas políticas y disidencias en la Tendencia Revolucionaria. Provincia de Buenos Aires, c. 1970- 1976» defendida en 2014. La investigación fue realizada en el marco de becas doctorales financiadas por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y la Universidad Nacional de Mar del Plata.
2 Profesora y Doctora en Historia por la Universidad Nacional de Mar del Plata y becaria postdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Contacto: marianapozzoni@gmail.com
3 Se habla de semi proscripción debido a que, en diferentes oportunidades, especialmente durante los gobiernos de Arturo Frondizi y Arturo Illia, varios dirigentes peronistas pudieron participar electoralmente a través de los partidos neoperonistas, aun cuando Perón se encontraba en el exilio. El GAN pretendía erigir a Lanusse como candidato de transición, neutralizando la candidatura de Perón, pero fracasó. Si bien mediante una cláusula de residencia, logró impedir la postulación del anciano líder, Lanusse también debió abandonar sus pretensiones a la primera magistratura.
4 Según un Documento de Información Doctrinaria para la Juventud Peronista emitido por el Comando Tecnológico Peronista, el trasvasamiento generacional estaba dado por el progresivo relevo de una generación política por otra, mediante el recambio de los dirigentes de conducción y de encuadramiento, al mismo tiempo que implicaba obtener la síntesis de las mejores virtudes de ambas generaciones, a través de la afirmación ideológica y de la actualización doctrinaria y tecnológica. Primera Plana, Nº 487, 30/05/1972.
5 Floria, (2002).
6 Ollier, (2005).
7 De Riz, (2000).
8 Calveiro, (2005):23.
9 En una línea similar a la propuesta pueden verse los trabajos de Servetto, (2010) y Tocho, (2015).
10 Especialmente los estudios referidos a los exiliados políticos –Jensen, (2007); Franco, (2008); Yankelevich, (2009)– los sobrevivientes de la represión –Calveiro, (1998); Longoni, (2007)– y a otras agrupaciones de la militancia peronista de los años setenta –Díaz, (2008); Cucchetti, (2010); Denaday, (2013).
11 Por Tendencia Revolucionaria se refiere a las agrupaciones de la izquierda peronista que en el congreso de la JP realizado en 1972 adhirieron a la lucha armada diferenciándose de otros grupos juveniles como Guardia de Hierro, Comando de Organización o Concentración Nacional Universitaria que se opusieron a ella. Hacia octubre de 1973, producto de diversas fusiones, la Tendencia Revolucionaria estaba hegemonizada por Montoneros y reunía a antiguos militantes de Descamisados y de las «peronizadas» Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), a distintos sectores de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), y a diversas organizaciones de base territorial: Juventud Universitaria Peronista (JUP), JP Regionales, Movimiento Villero Peronista (MVP), Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y Unión de Estudiantes Secundario (UES).
12 «Arte y ciencia: trasvasamiento generacional», en Primera Plana, Año X, Nº 482, 25/4/1972: 30-31.
13 Perón, Juan Domingo, «Carta a Julián Licastro», 25/10/1971, en www.peronvencealtiempo.com.ar. Licastro asumió la representación de la rama juvenil en noviembre de 1971.
14 «Ustedes compañeros, deben ser la vanguardia de todos los movimientos. Los primeros en estar dispuestos para los sacrificios que la revolución demande, cualquiera sea la índole de esos sacrificios (…) Pero no puede haber defensa del país solamente en el ejercicio de las armas, sino que, además debemos defender el país construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos cuadros técnicos para acelerar el desarrollo en los años venideros (…)». «Discurso pronunciado en la conmemoración del segundo aniversario de la integración de las organizaciones juveniles», 20/10/1962, en http://archivo.juventudes.org/textos/ErnestoChe Guevara.
15 Consejo Tecnológico Peronista, «Bases para un programa peronista de acción de gobierno. Industria», Nº 1, en www.ruinasdigitales.com, s/f.
16 Consejo Tecnológico Peronista: «Economía. Prioridad: romper la dependencia», Nueva Plana, Nº 16, 6/2/1973:18-20.
17 Carta de Juan D. Perón a José Luis Fernández Valoni, 5/11/21970, en http://www.peronvencealtiempo.com.ar/textos-de-enrique-oliva/blog?start=440
18 Testimonio de Rodolfo Beltramini, s/d, cedido por el autor.
19 Entrevistas de Norberto Raffoul y Rodolfo Beltramini a Pedro del Piero, s/d, Miguel Saiegh, CABA, 27/06/2008 y Hernán Patiño Mayer, CABA, 22/6/2008. Testimonios de Rodolfo Beltramini y Norberto Raffoul, s/d, cedidos por los autores. El FEN era una agrupación universitaria de vertiente marxista cuyo objetivo era sumar al estudiantado al «proceso nacional de liberación» y acercarse a la clase obrera. En 1968 estuvo atravesada por un debate interno a partir del cual la posición mayoritaria se inclinó por profundizar los vínculos con la «izquierda peronista». Cf. Cucchetti, (2010); Reta, (2009). La Agrupación Peronista 29 de Mayo fue una agrupación estudiantil vinculada a la Universidad del Salvador, fundada por un conjunto de estudiantes que se acercaron al peronismo con posterioridad al Cordobazo, movilización obrero-estudiantil de 1969 a la que le debía su nombre. Entrevista a Pedro del Piero, s/d.
20 «La militancia y el proceso preelectoral», Primera Plana, Nº 8, 12/12/1972:18-19.
21 Entrevistas de la autora a Cecilia Moreteau, Mar del Plata, 01/07/2008, integrante del EPT de la JP de Arte en Mar del Plata; y Horacio Fazio, CABA, 14/10/2011, EPT de la JP de Economía en Capital Federal.
22 González, Santiago. «Crónica del triunfo popular», Envido, Nº 9, mayo de 1973:41.
23 El FREJULI fue un frente electoral integrado por el peronismo, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) dirigido por el ex presidente Arturo Frondizi, el Partido Conservador Popular de Vicente Solano Lima, el Partido Popular Cristiano de José Allende, y otras fuerzas políticas menores. El 11 de marzo de 1973 triunfó en las elecciones nacionales con la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima.
24 «Documento sobre Política Universitaria», firmado por la Agrupación Docente Universitaria Peronista (ADUP) de la UBA, Envido, Nº 8, marzo de 1973: 60-62 y «La Nueva Universidad: resumen de pautas para su implementación», extracto del documento «Análisis y propuestas de un apolítica nacional para la Universidad, Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN), Ciudad Eva Perón, abril de 1973, en Envido, Nº 9, mayo de 1973:49-53.
25 Las nociones de izquierda y derecha son utilizadas aquí de acuerdo a lo que Bourdieu denomina «categorías de la práctica», es decir, son tomadas de la experiencia cotidiana de los propios agentes y del uso que éstos les dan. Bourdieu Pierre, El sentido práctico, Taurus, Madrid, 1991 (es traducción). No obstante, se tienen presentes los aportes que cuestionan el uso poco reflexivo de estas categorías al momento de abordar la radicalización política juvenil de los años setenta. Se destaca el estudio sobre la Organización Única del Trasvasamiento Generacional. Cf. Cucchetti, (2010).
26 Decretos de designación. En Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires, Año LXIII, La Plata, 1973.
Ferrara era Doctor en Medicina, graduado de la Universidad Nacional de La Plata en 1950 y discípulo del primer Ministro de Salud Pública de nuestro país, Ramón Carrillo. Por sus orígenes militantes lo llamaban «el trotsko» y tenía buena relación con algunos miembros de Montoneros, razón por la cual fue convocado por Bidegain. Por su parte, Gallo Mendoza era ingeniero agrónomo, había participado en las Ligas Agrarias, una iniciativa de pequeños y medianos productores y trabajadores rurales que se organizaron para defender sus derechos en distintas provincias, especialmente en el nordeste argentino, entre 1970 y 1976, y se destacaba por sus ideas de llevar adelante una reforma agraria basada en la apropiación de tierras improductivas (Gallo Mendoza, 1970). Finalmente, González era ingeniero y había integrado el Consejo Tecnológico Peronista que presidía García.
27 «La ‘gobernadora’ y sus muchachos», en El Caudillo. De la tercera posición, año 2, Nº 8, 4/1/1974: s/p.
28 Mariátegui se había desempeñado como juez en Azul y era un viejo amigo de Bidegain;
Baldrich era un peronista de la primera hora y Miralles provenía del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y era resistido por la JP.
29 Decretos de designación. En Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires, Año LXIII, La Plata, 1973: 15 y ss.
30 El «Socialismo Nacional» era entendido por la izquierda peronista como el fin de la explotación de los patrones sobre los obreros. Esto implicaba el fin de la dominación capitalista, el establecimiento de bases de acumulación socialista y la socialización y nacionalización del poder político, económico y cultural. El adjetivo «nacional» lo inscribía dentro de un movimiento de liberación nacional orientado por un objetivo antiimperialista. Sin embargo, con el tiempo, se evidenciaron diferencias respecto del ritmo que había que imprimirle a las transformaciones, y respecto del lugar que Perón y el peronismo iban a ocupar en ese proceso, las cuales condujeron a diferentes rupturas dentro de la Tendencia Revolucionaria. Cf. Pozzoni, (2015).
31 Sobre el hecho, en una clara denuncia al mandatario bonaerense, Perón manifestó «No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones (...) Ha pasado la hora de gritar Perón, ha llegado la hora de defenderlo. (…) Es indudable que ello obedece a una impunidad en la que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible». El Día, 21/1/74:1 y 5. Sobre la renuncia de Bidegain cf. Pozzoni, (2009).
32 La Unión de Estudiantes Secundarios (UES), la Juventud Universitaria Peronista (JUP), el Movimiento Villero Peronista (MVP), la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), el Movimiento de Inquilinos Peronistas (MIP) y los EPT de la JP. Si bien se trató de agrupaciones de carácter nacional, fueron conformándose paulatinamente en distintos puntos del país y se estructuraron siguiendo el esquema de las Regionales de la JP, para facilitar su organización: Regional I (Capital Federal, Buenos Aires, La Pampa); Regional II (Santa Fe, Entre Ríos); Regional III (Córdoba, Santiago del Estero, Catamarca); Regional IV (Formosa, Chaco, Co-
rrientes, Misiones); Regional V (Salta, Jujuy, La Rioja, Tucumán); Regional VI (San Juan, Mendoza, San Luis); y Regional VII (Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz). En noviembre de 1973, a partir de la necesidad de una mayor coordinación efectiva, se conformó una VIII Regional que comprendía las provincias de Buenos Aires y La Pampa. El Descamisado, Año I, Nº 28, 27/11/1973:4 y 5.
33 Baldrich fue, además, interventor de la provincia de Tucumán en 1943 y, al año siguiente, Ministro de Justicia e Instrucción Pública durante el gobierno de facto de Edelmiro Farrell. Profundamente católico, estaba influido por el hispanismo y el nacionalismo, Santos Lepera, (2006); Ramacciotti y Kohn Loncarica, (2003).
34 Su obra paradigmática es Las patas en la fuente (1965), inspirada en la jornada del 17 de octubre de 1945. Nueva Plana, Nº 14, 23/1/1973:26. En 1977 se exilió en México.
35 Esta experiencia había tenido su origen en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA hacia 1968 y se extendió hasta comienzos de 1970, teniendo repercusión en otras universidades del interior como la UNLP y la UPMdP. Nacieron como consecuencia inesperada del golpe de Estado de 1966, en el contexto de intervenciones a las universidades, la cesantía y renuncia masiva de profesores. Como consecuencia de ello, arribaron a la UBA dos docentes vinculados con el mundo católico, Justino O’ Farrell y Gonzalo Cárdenas, quienes contribuyeron en la evolución del humanismo renovador hacia el nacionalismo de izquierda y tuvieron un rol importante en la gestación de un proyecto de universidad «nacional y popular». A partir de esta experiencia, un conjunto de docentes se vinculó con los sectores juveniles que demandaban una formación profesional diferente de la que se había abierto luego de la Revolución Libertadora. Opuestas al cientificismo, sus líneas ideológicas generales estuvieron orientadas a recuperar el «pensamiento nacional», a releer a los intelectuales extranjeros en óptica nacional y a establecer lazos entre la formación teórica y la práctica política. Cf. Recalde y Recalde, (2007); Gil, (2010) y Ghilini, (2012).
36 El discurso de Bidegain en Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores (en adelante DSCS), 25 de mayo de 1973: 13-20.
37 Proyecto de ley fue presentado en la sesión del 12 y 13 de julio de 1973 por los diputados
del FREJULI Estanislao de Dobrzynski, Carlos José Castro, Germán Jorge Calvo, Alberto
Aramouni y Mario Roque Lucchesi, y votado por unanimidad por la Comisión de Instrucción
y Educación Pública en la sesión del 3 de agosto del mismo año. Cf. DSCD, 12 y 13/07/
1973: 337 y 03/08/1973:489.
38 DSCD, Sesión del 19/10/1973:1539.
39 DSCD, Sesión del 18/10/1973:1312
40 Entrevista a C. Negri, CABA, 12/05/2012.
41 Entrevista a A. Argumedo, CABA, 13/10/2011.
42 Se toman como ejemplos ilustrativos la Universidad Provincial de Mar del Plata (UP de
MdP) y las Universidades Nacionales de La Plata (UNLP) y del SUR (UNS), que si bien eran
nacionales, estaban asentadas en territorio provincial.
43 La Capital, Mar del Plata, 06/06/1973: 1.
44 La Capital, 9/12/2011, en www.lacapitalmdp.com.
Grimberg era oriundo de La Rioja, se desempeñaba como defensor de presos políticos, era
asesor del gobernador Bidegain y estaba ligado a los sectores peronistas de izquierda. Díaz,
(2008).
45 Cf. Izaguirre, (2009).
46 López Rega era un ex cabo de la Policía Federal, ministro de Bienestar Social de la Nación y
jefe de la Alianza Anticomunista Argentina, conocida como «Triple A», un grupo paramilitar de
extrema derecha organizado a fines de 1973 con el objetivo de perseguir a políticos, militantes,
intelectuales y artistas ligados a la izqueirda.
47 Cf. Orbe, (2008): 11.
48 Karczmarczyk, (2008). En la UBA fue designado Rodolfo Puiggrós, intelectual que sintetizaba
el encuentro entre marxismo y peronismo. Sobre la trayectoria de Puiggrós cf. Tortorella,
(2012).
49 «Documento sobre Política Universitaria», op. cit. Conceptos similares aparecen en un informe
del SIPBA respecto de las medidas a implementar por el rector interventor de la UNS,
Víctor Benamo. «Informe relacionado con un plan de reconstrucción universitaria en UNS»,
Bahía Blanca, 13/7/1973, en CD Colección 7: «Universidad Nacional del Sur (1957- 1975)»,
Comisión Provincial por la Memoria, Tomo 15:59.
50 «Solicitada: Provincia de Buenos Aires. Seis meses de Reconstrucción», La Capital, 15/12/
1973: s/p.
51 Entrevista a V. Benamo, Bahía Blanca, 9/12/2006 en Archivo de la Memoria de la Universidad
Nacional del Sur (AMUNS). Agradezco a Patricia Orbe por su gentileza al facilitarme el
testimonio.
52 Boletín Nº 2. De la Universidad Provincial de Mar del Plata/ Intervención, 27/8/1973: 6,7
y 9.
53 Boletín Nº 4. De la Universidad Provincial de Mar del Plata/ intervención, 29/10/1973: s/
p.
54 La Capital, 22/07/1973:6.
55 18/03/74, Documento de la Comisión Provincial por la Memoria, Mesa «A» Juventud
Peronista, folio 311.
56 «Informe relacionado con un plan de acción de la Secretaría de Extensión Universitaria de
la UNS», Bahía Blanca, 02/08/1973, Documento de SIPBA, en CD Colección «Universidad
Nacional del Sur (1957- 1975)», Comisión Provincial por la Memoria, Tomo 15: 107.
57 Uno de los artículos de la ley que generó mayor rechazo fue el Nº 5 que prohibía el
proselitismo político partidario en el ámbito de la universidad. CF. Ley 20.654, Ley orgánica de
las universidades nacionales – Sustitución de la Ley 17.245, promulgada el 25/03/1974. Disponible
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