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Estudios - Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba

versión On-line ISSN 1852-1568

Estud. - Cent. Estud. Av., Univ. Nac. Córdoba  no.38 Córdoba dic. 2017

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

La exportación cultural de la identidad y del nacionalismo gallego en el exilio1

 

Inmaculada Real López2

Resumen: Nos proponemos estudiar cómo los acontecimientos de la Guerra Civil española y la derrota republicana derivaron en la disgregación del Partido Galeguista, cuyos integrantes partieron al exilio junto a numerosos intelectuales. Argentina fue el país en el que se concentró el mayor número de refugiados procedentes del noroeste español como Alfonso Rodríguez Castelao y Luis Seoane, entre otros. Fue allí donde, a su vez, se desarrolló la identidad gallega intentando restablecer la fractura que había sufrido con la España franquista. A través de iniciativas culturales, empresariales, antropológicas y políticas hubo un interés por conseguir el resurgimiento de unos ideales que habían quedado censurados, así como una memoria fragmentada. Finalmente, el objetivo es demostrar cómo esa identidad nacionalista que se siguió cultivando en el exilio consiguió instaurarse en la última etapa de la España franquista y primeros años de la democracia. 

Palabras clave: Partido Galeguista - Castelao - Exilio - Galeuzca - Consejo de Galicia

Abstract: We intend to study how the events of the Spanish Civil War and the Republican defeat led to the disintegration of the Galician Party, whose members went into exile with many intellectuals. Argentina was the country in which the largest number of refugees from northwestern Spain was concentrated, such as Alfonso Rodríaguez Castelao and Luis Seoane, among others. It was there where, in turn, the Galician identity was developed trying to re-establish the fracture that it had suffered with Franco's Spain. Through cultural, business, anthropological and political initiatives there was an interest in achieving the resurgence of ideals that had been censored, as well as a fragmented memory. Finally, the objective is to demonstrate how that nationalist identity that continued to be cultivated in exile was able to establish itself in the last stage of Franco's Spain and early years of democracy.

Keywords: Galeguista Party - Castelao - Exile - Galeuzc - Council of Galicia

 

El nacionalismo gallego, identidades e instituciones culturales ligadas al ideario político

El resurgimiento de los nacionalismos en el siglo XIX por los precursores derivó en el primer tercio del siglo XX en la creación de un movimiento galleguista adscrito a la recuperación de las identidades colectivas y a una política nacional. Este ideario político fue impulsado por intelectuales como Antón Villar o Alfonso Rodríguez Castelao, vinculados a la organización As Irmandades da Fala (1916) y supuso el punto de partida de la cultura nacionalista para la defensa de la lengua gallega, su autonomía y su política. A través de su noticiero A Nosa Terra se fue definiendo el nacionalismo gallego que años después dio lugar a la creación de un movimiento político denominado Partido Galeguista y que integró, entre estos principios, la autonomía de Galicia y la defensa de su Estatuto. A nivel artístico este nuevo movimiento también tuvo su propio eco con el surgimiento de la vanguardia gallega que adoptó, como punto de partida, el grupo Nós abanderado por la figura de Alonso Rodríguez Castelao, quien se convirtió en la referencia de la identidad gallega.

Natural de Rianxo (Pontevedra), Castelao tenía formación académica en medicina. Pronto abandonó esta actividad para desarrollar su faceta artística y posteriormente política. A través de sus dibujos de crítica social y de denuncia sobre temas como las injusticias y el caciquismo, fue definiendo las pautas de un arte nacionalista a la vez que expresaba su compromiso con el pueblo gallego, principal estímulo por el que se vinculó con el Partido Galeguista y cuyo resultado dio lugar a la publicación del álbum Nós. El intelectual lo definió con los siguientes términos el compromiso que asumió en su obra:

"El arte para mí no ha sido más que un elemento, un recurso, un medio de expresión, y con el lápiz o la pluma sólo he querido ser un intérprete fiel de mi pueblo, de sus dolores y de sus esperanzas. Dibujé siempre en gallego; escribí siempre en gallego; y si sacáis lo que hay de gallego y de humano en mi obra no quedaría nada de ella"3

Con la llegada de la Segunda República el 14 abril de 1931, Castelao comenzó a asumir un compromiso con la militancia política. El 28 de junio de 1931 fue elegido diputado en las Cortes Constituyentes, en junio de 1936 renovó su acta de diputado por el Partido Galeguista integrado en el Frente Popular. Además, dirigió la campaña a favor del Estatuto de Autonomía y trasladó a las Cortes de Madrid la entrega del Estatuto de Galicia a los presidentes de la República el 15 de julio de 1936, con el fin de ser aprobado y puesto en vigor.4

Para el plebiscito de autonomía del año 1936 el político gallego, junto al pintor y escenógrafo Camilo Díaz Baliño, realizó numerosos carteles propagandísticos a favor del Estatuto. Algunos de los mensajes insertados fueron extraídos de su álbum Nós como, por ejemplo, "Para que a nosa Terra Sexa nosa...", al igual que las ilustraciones, a excepción de aquellas que fueron firmadas por Luis Seoane o Díaz Pardo. Una parte de esta producción que se conservaba en el taller de Díaz Baliño fue destruida en los registros que realizaron los franquistas,5   acción que dejaba prever las dificultades a las que se exponía este proyecto político que quedó interrumpido por el estallido de la Guerra Civil. El inicio del conflicto bélico derivó en la gran diáspora republicana que, como consecuencia, produjo la partida al exilio de un elevado número de intelectuales que comprometidos políticamente, y ante las represalias que podrían sufrir, emprendieron rumbo hacia nuevos lugares de acogida, quedando paralizado los proyectos políticos y culturales que en aquel momento se estaban desarrollando en las diferentes zonas de España. En el exilio bonaerense entre 1942 y 1943 se emprendió una intensa campaña en defensa del Estatuto de autonomía apoyado por las sociedades gallegas y los gobiernos vasco y catalán. De este nuevo impulso que adoptó Castelao en el exilio se conserva un significativo epistolario que intercambió con José Antonio Aguirre procedente del archivo documental de Alfonso R. Castelao en Argentina, donde se recoge su ideario político y sus gestiones para relanzar el Estatuto de Autonomía. 

Los exiliados gallegos buscaron las vías para restaurar en el exilio aquellas instituciones desmanteladas por el franquismo. Puede sostenerse que la identidad gallega fue la que más se cultivó en la diáspora y pervivió de forma conjunta, lo que favorecería su posterior restablecimiento en la España democrática. Así es como resurgió Irmandade Galega en Argentina en 1941 y al año siguiente volvió a reeditarse el periódico ligado a la citada institución manteniendo el mismo nombre A Nosa Terra cuya publicación quedó paralizada en 1936. 

Sin embargo, conviene recordar que unas de las actuaciones más destacadas de Irmandades daFala fue la creación del Seminario de Estudos Galegos6 (1923), un relevante proyecto de compromiso cultural gallego que contó con la figura de numerosos profesores de universidad. Estos intelectuales mantuvieron un gran compromiso hacia el galleguismo y el nacionalismo. De hecho, en esta institución se elaboró el primer Anteproyecto del Estatuto de Galicia en 1931, por lo que sus integrantes se vieron duramente castigados durante la Guerra Civil. Destituciones, persecuciones e incluso fusilamientos,7 fueron el destino de los integrantes de esta institución que además permaneció paralizada durante el conflicto bélico y posteriormente sufrió las consecuencias de la victoria franquista quedando eliminado y tergiversado el discurso original de su constitución:

"la desaparición del espíritu del Seminario y la lucha solapada contra su espíritu integrador del conocimiento de Galicia, el espíritu integrador de todos los que investigan sin elitismo académico, es un propósito ultra-reaccionario para cortar las alas socioeconómicas y políticas de Galicia"8

Sin embargo, unos años después, en 1943, las políticas franquistas culturales pusieron en marcha lo que algunos consideraron como el eslabón de esta institución cerrada. Con diferente nombre y un disímil discurso de sus fines fundacionales, se inauguraba el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento como centro de investigación, actualmente vinculado al CSIC y a la Xunta de Galicia, y cuyos orígenes no dejaron de estar rodeados de una gran polémica. Alfonso R. consideró este hecho de una verdadera deslealtad y traición por la apropiación del proyecto de una institución que fue cerrada y desmantelada9 y que, sin embargo, permanecía activa en el exilio gallego.

El primer Seminario estaba compuesto por una amplia colección patrimonial que abarcaba piezas arqueológicas, antropológicas, platería barroca compostelana e, incluso, obras de arte contemporáneo. El conjunto era una exaltación del legado cultural gallego desde sus orígenes hasta los años ‘30 del siglo XX. Al frente estaba como director el profesor de arqueología e historia del arte Otero Pedrayo, que permite comprender en cierto modo la sensibilidad por las colecciones que esta institución estaba empezando a atesorar.

Puede preverse en esta institución el germen de un proyecto cultural que nacería en el exilio bonaerense, cuya finalidad sería musealizar el arte contemporáneo gallego y que daría lugar en 1970 al conocido Museo Carlos Maside10 integrado en el complejo empresarial Laboratorio de Formas. Esta iniciativa, que surgió de la mano de Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane, tildada de genialidad por integrar en un mismo espacio obras procedentes de la diáspora gallega11 y de los artistas de la España del interior, tuvo sin embargo como referente en el que inspirarse la colección de Museo de Arte Moderno que estaba organizando en los años ‘30 el Seminario de Estudos Galegos. En ésta se incluía una amplia nómina de artistas12 que, cincuenta años después, quedarían reunidos en el citado museo gallego "reproduciéndose" esa lista candidata que no se llegó a concluir. El hecho de que la mayor parte de los seleccionados eran intelectuales comprometidos con el galleguismo y la autonomía gallega llevó a que buena parte de los mismos partieran al exilio con motivo de la Guerra Civil Española, quedando sus nombres avocados al silencio y al olvido institucional de donde fueron borrados. Desconocidos en su propia tierra, sus carreras profesionales se desarrollaron al margen de los estudios de la historia del arte a la que fueron tardíamente incorporados y cuyo punto de partida sería el citado Museo Carlos Maside que recuperó la lista de aquellos silenciados presentando un nuevo discurso del arte oficial y extraoficial.

No fue este museo el único que quiso restaurar la memoria fragmentada en el periodo de transición a la España democrática, hubo muchas otras iniciativas integradas en el ya citado Laboratorio de Formas que se pusieron en marcha en estos años decisivos para la historia nacional y que vinieron impulsadas por los exiliados, principalmente Luis Seoane y Díaz Pardo, quienes mantuvieron un fuerte compromiso gallego para llevarlo a cabo.13

La dispersión del Partido Galeguista: propuestas de recuperación en la diáspora

Tras establecerse en Argentina como representante diplomático de la República Castelao remplazó a Xosé Estévez en las gestiones con los nacionalistas tras los acuerdos infructuosos llevados a cabo por este último. Se establecieron grupos galleguitas por diferentes países de acogida, pero según Henrique Monteagudo "en realidad el Partido Galeguista no llegó a refundarse en el exilio, y el trabajo político organizado se canalizó vía organismos del tipo Irmandade Galega de los que se fundaron varios en EEUU, en Argentina, en Uruguay y en México".14 En Buenos Aires se creó en diciembre de 1941 impulsado por el Grupo Galeguista y la Agrupación Artística Cultural Utreya. 

A diferencia de los gobiernos vascos y catalanes los galleguistas no tenían la forma de autogobierno, por lo que fue el ideario nacionalista el resorte sobre el que trabajaron en el exilio para reivindicar la defensa de su Estatuto. Alfonso. R. Castelao mantuvo un estrecho contacto epistolar con José Antonio Aguirre15 durante el exilio. Reproducimos aquí algunos extractos del epistolario inédito procedente del archivo Castelao, conservado en la Fundación Penzol, para testimoniar las actuaciones que realizó el político pontevedrés en la diáspora. Una de las principales líneas políticas del político gallego fue dar preferencia a las negociaciones con los gobiernos nacionalistas, gestiones que dieron como resultado el encuentro en Montevideo en 1941 para realizar el Pacto Galeuzca que, como deducen sus propias siglas, es la cooperación nacionalista de tanto de gallegos, vascos como catalanes.

El pacto de Galeuzca iba a ser presentado en la reunión de las Cortes que el Gobierno de la Republica tenía previsto celebrar en México el 10 de noviembre de 1944, tras la convocatoria de la Diputación Permanente por Martínez Barrio, para la formación de un nuevo gobierno con motivo de la visita de Juan Negrín16.

Finalmente, Galeuzca17 fue fundada en Buenos Aires en 1945, integrada por la confluencia de Galicia, Euzkadi y Cataluña, evocando el pacto firmado en Santiago de Compostela el 25 de julio de 1933. En el exilio volvieron a alcanzar acuerdos, en la década de los cuarenta, momento que tuvo lugar la creación del organismo que se convertía en una vía para conseguir evitar las barreras legales en la gestión del Estatuto. Éste, cuya declaración fue firmada en París, estuvo integrado por Castelao representando el Consejo de Galicia, Aguirre como presidente del Gobierno Vasco y Pi Sunyer en calidad de presidente del Consejo Nacional de Cataluña:

"Aquí en Buenos Aires la aparición de Galeuzca, reforzada con el visible levantamiento de la conciencia gallega, está enloqueciendo a los republicanos hasta el punto de que Don Augusto Barcia y Blasco Garzón intentaron convencerme de que Galeuzca era un arma del Vaticano y que nuestro apartamiento de la Junta de Liberación obedecía a consignas eclesiásticas...Supongo que la aparición de Galeuzca en México enloquecerá del todo a Prieto y evidenciará la tontería de Martínez Barrio"18

Sin embargo, la falta de un Estatuto Gallego dejaba en desventaja las actuaciones de los nacionalistas gallegos, lo que derivó en la creación del Consejo de Galicia integrado por parlamentarios gallegos exiliados, precedido de una intensa campaña que concluyó con el nombramiento de Castelao como presidente. El Consejo quedó oficialmente constituido el 15 de noviembre de 194419 y estuvo integrado por diputados gallegos que representaron el Partido Galeguista y el Partido Agrario.20 Antes de su aprobación, y debido a los temores que podían impedir su elaboración, Alfonso R. Castelao expresó que se trataba de una vía que debía de quedar consolidada para poder alcanzar el autogobierno:

"Claro está que el Consejo de Galicia, entendido como cosa estrictamente político-jurídica, tendría el valor de un Fideicomisarito. Faltaría por cubrir la misión ideológica, quizá propia de los partidos, que defienda la nacionalidad gallega y sus derechos; pero no olvides que estoy hablando de un artificio táctico, para eliminar ciertos inconvenientes que pueden alzarse al principio de nuestra actuación. El Consejo de Galicia será lo que debe ser: un Gobierno"21

Entre los cometidos que proponían las actas de los estatutos, y que contaba con el sostén de la Delegación vasca presidida por el político José Antonio Aguirre, estaba restablecer las gestiones del nacionalismo independentista gallego, por lo que debía contar con el apoyo de los otros proyectos nacionalistas. Castelao se lamentó de no haber planteado en el momento de la constitución del Consejo de Galicia un proyecto tripartito que fortaleciese sus políticas ante el Gobierno de la República:

"Vais a prestarnos un gran servicio, porque al equiparar Galicia a Euskadi y Cataluña22 no sólo se hará posible la libertad de mi patria, sino que avanzaremos inmediatamente en la conquista del interior del pueblo gallego -en su conciencia íntima- acortándose el plazo que necesitamos para eliminar los obstáculos que acumularon los siglos. En la política de posibilidades y de oportunidad a que vamos a entregarnos pueden surgir maniobras que tiendan al desplazamiento de Galicia, fundándose en que su Estatuto no ha sido todavía aprobado por las Cortes, y de ahí provienen mis preocupaciones. Me dolería mucho que por mantener la integridad de Galeuzca y la igualdad de sus tres partes se aplazara el acuerdo inmediato con los republicanos; pero en este caso aceptaríamos vuestra solidaridad sin pizca de remordimiento, y no por egoísmo patriótico solamente sino pensando en el porvenir que a todos nos aguarda"23

Sin embargo, Rodríguez Castelao expresó en varias ocasiones las grandes debilidades a las que se enfrentaba el Consejo de Galicia por la falta de reconocimiento de autonomía por parte del Gobierno de la República:

"El reconocimiento del Consejo de Galicia por los Gobiernos de Euzkadi y Cataluña tendrá un valor extraordinario, pues si moralmente somos equiparables, jurídicamente no somos la misma cosa, ya que vosotros habéis realizado la voluntad de gobierno propio en tanto que nosotros sólo la hemos expresado, de cuya diferencia se aprovechan los centralistas, directamente contra Galicia e indirectamente contra el régimen de las autonomías"24

Hay que destacar las actuaciones que emprendieron los exiliados para mantener activo el nacionalismo gallego en la diáspora, como igualmente lo harían el gobierno vasco o el catalán. A través de la creación de un marco institucional y organizativo como fue la fundación del Consejo de Galicia se consiguió, pese a los momentos de debilidad por los que atravesó, que mantuviera su continuidad hasta el restablecimiento de la democracia española en 1975.

Los primeros cinco años de exilio fueron evaluados por el político gallego como un período de fortalecimiento de la historia y la conciencia gallega, un proceso lento pero necesario para derrotar las debilidades y alcanzar los cauces para el nacionalismo gallego.25 Desde la diáspora el político pontevedrés trabajó en apoyo del pueblo gallego y para combatir al régimen franquista, cuya derrota auguraba difícil, a diferencia de la mayoría de los desterrados republicanos.26

Asimismo, Castelao, quien terminó dejándose deslumbrar por la posible derrota franquista, argumentó que la política nacionalista era la única capaz de combatir la inestabilidad política que había alterado la historia de España:

"Si yo supiera fijamente que aún vamos a permanecer algunos años más en el destierro, te aconsejaría que siguiésemos fortificando la voluntad de nuestros pueblos. Pero, así como yo tuve la evidencia de que España no saldría de la neutralidad y que la restauración monárquica era una ilusión imposible, me hallo ahora perplejo ante el optimismo de muchísima gente, que espera de un día a otro el derrumbe de Franco. Y por las dudas me entrego a tu decisión."27

El político galleguista viajó a París en numerosas ocasiones, entre ellas en enero de 1946, donde coincidió con el político vasco José Antonio Aguirre, quien ya había restablecido la residencia de su gobierno en esa ciudad. Pues a diferencia del exilio gallego, tanto las instituciones catalanas como vascas buscaron, junto con el Gobierno de la República, una aproximación territorial con España una vez concluida la Segunda Guerra Mundial instalándose en París. En cierto modo, dentro del ideario gallego había un mayor compromiso político y social que con las cuestiones geográficas, de modo que no se sumaron a este desplazamiento político e intencional28.

Castelao fue nombrado ministro sin cartera del Gobierno de la República en el exilio durante la presidencia de José Giral (1946-1947), cargo que compaginó con sus actuaciones con el nacionalismo gallego. Sin embargo, sus gestiones no tuvieron el resultado esperado. Su descontento por la imposibilidad de llevar a cabo el proyecto galleguista reflejaba las dificultades a las que se tuvo que enfrentar augurando la derrota del Estatuto, cuyo proyecto solo tenía cabida en el marco del independentismo gallego, vasco y catalán.

La incansable lucha que mantuvo el político pontevedrés por conseguir la autonomía de Galicia, el restablecimiento de sus instituciones y la recuperación de la identidad gallega en el exilio quedó paralizada por una grave enfermedad que le impidió llevar a cabo sus proyectos políticos, quedando interrumpidos en 1950, año de su fallecimiento. El nombre de Castelao se suma a la larga lista de los exiliados que, olvidados en su propia tierra, han sido tardíamente recordados. Así lo pone de manifiesto el intelectual Díaz Pardo, lamentándose:

"Es enormemente curioso que la autonomía de Galicia que nos concedieron a partir del año 80, no se refiriese en ningún momento al Consejo de Galicia, ni al pensamiento político de Castelao. Más bien parece que esa autonomía hizo esfuerzos y filigranas para ocultar ambas cosas"29

El restablecimiento de la identidad y la cultura gallega en el exilio bonaerense

El exilio gallego quedó principalmente establecido en la Habana, en Nueva York, en México y en Montevideo,30 siendo esta última ciudad, junto a Buenos Aires, donde quedó establecido el núcleo más representativo de la identidad gallega en la diáspora. La restauración de la memoria se puso en marcha a través de numerosas instituciones impulsadas por los "transterrados", como la Asociación Galega de Universitarios, Escritores e Artistas (AGUEA) o el Instituto Argentino de Cultura Galega, junto a aquellas otras que, fundadas por los emigrantes, fueron espacios de acogida para los exiliados, como el Centro Galego de Buenos Aires. Asimismo, hay que citar la fundación de editoriales cuya principal evocación fue restablecer los vínculos culturales con la Galicia republicana y el espíritu galleguista. En este sentido, deben citarse las numerosas ediciones y reediciones de libros que se llevaron a cabo a través de colecciones como Botella al Mar, Resol, Camino de Santiago, Hórreo, Dorna o Pomba, creadas por Luis Seoane en el seno de las nuevas editoriales Emecé, Galicia, Citania, con la finalidad de impulsar trabajos de autores gallegos como Lorenzo Varela, Arturo Cuadrado, Luis Villaverde, Rafael Dieste, o el propio Seoane. No solo la literatura gallega tuvo una amplia visibilidad en la que tuvieron cabida tanto escritores exiliados como aquellos que permanecieron en la Galicia franquista, donde difícilmente podían sacar sus trabajos a la luz, sino que, a su vez, habría que destacar la exaltación antropológica que había en los proyectos impulsados por Luis Seoane a través de dos programas de radio: Centro Lucense de Buenos Aires y Galicia emigrante31 donde analizaba numerosos aspectos de la tierra lejana para acercarla a sus paisanos. De este último programa se editó una revista en la que bajo el mismo nombre se publicaban noticias gallegas, tradiciones y cultura y que contó con varios colaboradores.

En cierto modo, podemos decir que Luis Seaone siguió el testigo que dejó Castelao tras su muerte, la lucha por el pueblo gallego, aunque ya no desde un carácter político, sino desde el marco cultural donde consiguió que la identidad gallega no cayera en el olvido. De tal modo que, había más de Galicia en Argentina que en el propio noroeste español, un espíritu que mantuvo vivo a través de los numerosos proyectos que puso en marcha, arropado por los intelectuales gallegos exiliados como Lorenzo Varela, Rafael Dieste, Otero Espasandín, Núñez Búa o Tobío Fernández. El culmen de este compromiso galleguista, y que mejor define su actuación, fue la puesta en marcha del Laboratorio de Formas,32 un complejo proyecto empresarial que emprendió con Isaac Díaz Pardo con el que consiguió no solo establecer un puente de vuelta a la España franquista sino que fue la vía para restaurar algunas de las instituciones que habían quedado paralizadas tras la Guerra Civil, como el Novo Seminario de Estudos Galegos, además de recuperar la memoria histórica fragmentada, resurgiendo el nombre de figuras tan relevantes como Alfonso R. Castelao, para entonces ya olvidado en el discurso de la historia gallega. Se convirtió también en el punto de partida para el proyectado museo previsto para Sada (La Coruña) denominado Museo de Arte Contemporáneo Carlos Maside e inaugurado en 1970, cuya colección sobre el Movimiento Renovador de Arte Gallego partía de la obra del polifacético político gallego Rodríguez Castelao con su legado procedente del exilio. Se trató del primer espacio institucional que reunió parte de su patrimonio que padeció la dispersión del destierro33 y las incautaciones políticas de los bienes que quedaron en Galicia.

Notas

1. Trabajo recibido el 28/07/2017. Aceptado el 15/11/2017.
2. Doctora en Historia del Arte, Diploma de Estudios Avanzados, Suficiencia Investigadora y Máster de Conservación Preventiva de Obras de Arte y de Bienes Culturales. Docente de la Université de Rouen Normadie (Francia). Contacto: inma_haes_2@hotmail.com
3. Discurso de Castelao reproducido en Díaz, (2004): 107-108.
4. El Estatuto de Galicia fue aprobado en Santiago de Compostela el 19 de diciembre de 1932, posteriormente plebiscitado el 28 de junio de 1936, y días después, el 15 de julio fue presentado en las Cortes, en vísperas del alzamiento de la Guerra Civil española, debido a la alterada situación política se dejó paralizada su aprobación.
5. Díaz, (2004): 37.
6. El último Estatuto que rigió el funcionamiento de esta institución fue aprobado el 8 de enero de 1931 y contó con el apoyo de subvenciones públicas aprobadas por el Ministerio de Instrucción Pública.
7. Citar la destitución del entonces director del Seminario, Otero Pedrayo, quien además tuvo que pagar una multa de 10.000 ptas. y permanecer apartado de la actividad cultural, al igual que Luis Iglesias quien fue apartado de su cargo como rector de la universidad. Otros como Luis Tobío y Sebatián González tuvieron que marchar al exilio.
8. Díaz, (2004): 53.
9. Díaz Pardo describe detenidamente cómo fue el proceso de asalto del patrimonio del Seminario desde el inicio de la Guerra Civil hasta los primeros años de posguerra. Véase Díaz, (2004): 56-60
10. Sobre las instituciones gallegas véase Real, (2014).
11. Hay que destacar la relevante aportación artística que Galicia hizo de su cultura en el exilio, a través de figuras como Colmeiro, Maruja Mallo, Granell, Compostela, Luis Seoane o Arturo Souto, por citar algunos. Véase Botello, (2005).
12. Entre los artistas candidatos a incluirse en esta colección estaban: Castelao, Laxeiro, Colmeiro, Corredoira, Maside, Souto, Compostela, Eiroa, Torres, Seoane, Pintos, Llorens, Arines, entre otros muchos.
13. "Quienes venimos de América traíamos como un mandato la restauración del viejo Seminario en cuanto se pudiese. En una reunión patrocinada por la Universidad en el año ‘77 Luis Seoane y yo presentamos la cuestión que al no tener vuelta de hoja sólo produjo silencio en una parte y conocimiento de algo nuevo para otra parte. En el 79 varias Asambleas abiertas a los miembros de la vieja institución y a nuevos investigadores, y de una serie de trámites en procura del mayor rigor, se constituyó una nueva asociación con el nombre de la vieja institución , que mientras trabajaba por restaurar la investigación con Galicia en el horizonte no pierde de vista el rescatar todo el conocimiento y todo el patrimonio histórico que el franquismo arrebató al viejo Seminario" . Díaz, (2004): 81. En la carta se refiere como vieja institución a la constitución del Novo Seminario de Estudos Galegos que fue creado en 1978 y estableció su sede en Santiago de Compostela.
14. Monteagudo, (1993): XXXI
15. Las gestiones que emprendieron Aguirre y Castelao para la negociación de un tripartito pasaron por periodos de dificultades, como la división de los catalanes o la disconformidad de Pi Sunyer, hasta el debilitamiento de la acción política por el político vasco que empezaba a mirar hacia sus intereses con el Estado norteamericano. El reemplazo de Giral por Rodolfo Llopis en la presidencia del gobierno, apoyado este último por los catalanes y los vascos, supuso un mayor distanciamiento además de que el político pontevedrés no fue incluido en la formación del nuevo gobierno.
16. El otro día hablé con Barcia y me dijo que esperaba órdenes concretas de México para llamar a los diputados que vivían en la Argentina. Esto quiere decir que Martínez Barrio utiliza el representante de la Junta Española de Liberación y del JARE para convocar a los diputados y darles instrucciones. Será, pues, este representante quien nos facilite el arreglo de los pasaportes y el dinero de los pasajes, lo cual no es correcto, y no digo «reglamentario» porque quiero olvidarme de la legalidad jurídica... Si la Junta de Liberación no tiene capacidad vital, como tú dices, se me antoja que no debemos auxiliarla; y si concurriésemos a las Cortes que convoca Martínez Barrio, para someternos en ellas al acuerdo de una mayoría adversa, creo que daríamos un paso atrás en nuestras convicciones autonomistas, aceptando la Constitución del 31 como pauta y cayendo quizá en la «política de remolque»". Carta de Castelao a José Antonio de Aguirre. 28 de noviembre de 1944 Fondo Castelao (FC). Archivo Fundación Penzol (AFP). Archivos Casa Galega de la Cultura (ACGC).
17. Véase Estévez, (1994).
18. Carta de Castelao a José Antonio Aguirre, 12 de junio de 1944. (FC. AFP.ACGC)
19. Las reflexiones y el ideario del pensamiento político de Castelao quedan recogidos en su obra Sempre en Galiza (1944), donde aborda aspectos como el nacionalismo, el Estado plurinacional o la República federal.
20. "El mismo día que se constituya el Consejo invitaremos a todos los diputados gallegos que se hallan refugiados en América a formar parte de él, y les advertiremos que, para este caso, tendrán que renunciar previamente, no a su ideología, pero sí a la disciplina de cualquier partido no gallego al que pudieran estar afiliados (...) De esta manera quedarían excluidos los renegados, los rebeldes". Carta de Castelao a José Antonio Aguirre, 12 de junio de 1944. (FC.AFP.ACGC)
21. Carta de Castelao a José Antonio Aguirre, 12 de junio de 1944. (FC.AFP. ACGC)
22. El primer contacto que se estableció entre los políticos de estos territorios fue en 1938 en el marco de la Guerra Civil, cuyos lazos se irían estrechando ya en el destierro. Sin embargo, tanto el gobierno vasco como el catalán consiguieron fundar sus propios Consejos Nacionales y, con un acuerdo bilateral, reivindicaron el derecho de la autodeterminación.
23. Carta de Castelao a José Antonio Aguirre. 28 de noviembre de 1944. (FC.AFP.ACGC).
24. Carta de Castelao a José Antonio Aguirre, 12 de junio de 1944. (FC.AFP.ACGC)
25. "Nuestras ideas van creciendo imperceptiblemente, pero constantemente, en la conciencia gallego, como los árboles en la buena tierra; y como es tan grande lo que ha de lograrse, y ello sólo requiere tiempo, no debemos arriesgar en juegos ambiciosos lo que ya poseemos. Los gallegos vamos subiendo la montaña a paso lento y seguro, no a saltos. Es verdad que hasta hoy no hemos fracasado en ninguna empresa - recuerda el plebiscito estatutista -, pero el éxito se debió a medidas de previsión y a entendimientos, incluso con enemigos declarados. Hoy por hoy nuestra fuerza descansa en una mezcla de ingenio y cautela; mañana descansará en una arrolladora voluntad del pueblo. En este momento nos hallamos frente a una empresa de mayor envergadura y nunca nos hemos sentido tan cómodos y seguros, moralmente, como en vuestra compañía".  Carta de Castelao a José Antonio de Aguirre. 28 de noviembre de 1944 (FC.AFP.ACGC)
26. "Yo estoy inmunizado contra las noticias que corren en estos días sobre la España de Franco, y también concuerdo contigo en que no es fácil derribar a nuestro enemigo y menos con palabras y gestos. (...) Creo que Franco, aunque quisiera abandonar el negocio, no podría hacerlo. No hay puente de plata para semejante enemigo". Carta de Castelao a José Antonio de Aguirre. 28 de noviembre de 1944 (FC.AFP.ACGC)
27. Carta de Castelao a José Antonio de Aguirre. 28 de noviembre de 1944 (FC.AFP.ACGC)
28. Este distanciamiento pudo influir negativamente en la política galleguista, pues como indica Bieito Alonso: "Es posible que el distanciamiento de los núcleos de poder republicanos tuviera consecuencias negativas, tales como la pérdida de influencia personal o colectiva en la dirección política del republicanismo. Que, a diferencia de lo que acontece con los vascos y catalanes, queda impedido para intervenir en la reformulación del federalismo europeísta o en los movimientos tácticos que se produjeron en los últimos años del franquismo". Alonso, (2006): 348.
29. Díaz, (2004): 113.
30. La preferencia de los exiliados gallegos por estos destinos se debe, principalmente, a que fueron lugares de corrientes migratorias desde el siglo XIX, donde ya había establecidas incluso colonias de emigrantes gallegos. Flujo migratorio que se intensificó nuevamente tras la Segunda Guerra Mundial aunque esta vez, ya no por circunstancias políticas como la diáspora republicana, sino por cuestiones económicas.
31. Las diferentes secciones que abarcó este programa fueron: Arte, emigración, evocaciones, gastronomía, historia, humorismo, literatura, música y danza, teatro, varios. Estas audiciones han quedado compiladas en Seoane, (1989).
32. Este proyecto se estudia de forma más detenida en Real, (2016): 165-180.
33. Véase Real, (2016).

Fuentes

FONDO CASTELAO, (FC). Archivo Fundación Penzol (AFP). Archivos Casa Galega de la Cultura (ACGC).

Bibliografía

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