SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número27La guerra revolucionaria del PRT-ERP índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Sociohistórica

versión On-line ISSN 1852-1606

Sociohistórica  no.27 La Plata dic. 2010

 

ARTÍCULOS

Con hilos rotos vamos tejiendo otra historia. Lucha y experiencia obrera en el parque textil de Trelew

 

Gonzalo Pérez Álvarez

CONICET - UNP (Sede Trelew)

 


Resumen: Entre 1990 y 2000, considerado para Argentina como un período que comienza con la imposición de la hegemonía del capital financiero y caracterizado por el avance del proyecto neoliberal, los trabajadores del noreste del Chubut fueron realizando diversas experiencias acerca de cómo resistir este proceso de pauperización y expulsión de sus territorios sociales. En este artículo nos centramos en estudiar a la fracción formada por los obreros textiles del parque industrial de Trelew. La descripción de algunos conflictos y su análisis nos permite avanzar en la comprensión del proceso. A su vez abordamos los cambios que se producen en la estructura económica social de la región, observando como impacta este proceso en la vida y las formas de lucha que desarrollan estos trabajadores en su intento de resistir el proceso. Durante estos años se produjeron cambios en la lucha de la clase obrera y en sus formas de organización. La descripción y el análisis de algunos de los principales conflictos nos permiten entender en mayor profundidad el desarrollo de los procesos sociales que impactaron en la experiencia obrera de los trabajadores del parque textil durante el abrupto cambio de su territorio social.

Palabras clave: Trabajadores; Experiencia; Cambios; Lucha; Chubut.

Abstract: Between 1990 and 2000, a period characterized in Argentina by the imposition of financial capital hegemony and the advance of the neoliberal model, the workers from northeastern province Chubut carried out many experiences on how to resist to this project of pauperization and expulsion of their social territories. In this article we focus on the study of textile workers of Trelew's industrial region, analyzing some specific conflicts that allow us to advance our understanding of the whole process of resistance. We also address the changes in the economic and social structure of the region, exploring their impact on the ways of struggle developed by workers in their attempt to resist the process. Many changes took place in these years in the working class struggle and in their forms of organization. The description and analysis of some of the major conflicts allow us to understand how social processes impacted on the working experience of textile workers during this period of abrupt change of their social territory.

Key words: Workers; Experience; Changes; Struggle; Chubut.


 

Nuestra investigación busca avanzar en el conocimiento del proceso de luchas sociales y cambios estructurales que se dieron en nuestro país en la década del noventa. Aportamos elementos desde el análisis en el noreste de la provincia del Chubut, considerando que la estructura de una sociedad está en constante movimiento y que lo que debemos investigar es el movimiento de la sociedad en su conjunto. Partimos de una región que vivió un gran crecimiento, una situación de pleno empleo y de buenas condiciones laborales durante los años setenta y parte de los ochenta, gracias a la puesta en marcha del proyecto del parque textil subsidiado en Trelew y de la planta de Aluar en Puerto Madryn.
En el caso de Trelew este proyecto fue dejado de lado por la nueva fase del capitalismo, que conocemos como neoliberalismo (y conceptualizamos como de dominio del capital financiero1), produciendo un gran impacto con sus consecuencias de desocupación y pobreza estructural.
En este artículo nos centramos en estudiar a la fracción formada por los obreros textiles del parque industrial de Trelew. La descripción de algunos conflictos y su análisis nos permitirá avanzar en la comprensión de los procesos sociales que impactaron en la conformación de la experiencia obrera de los trabajadores del parque textil durante la liquidación de sus fuentes de trabajo y el cambio abrupto de su territorio social2.

Algunas cuestiones de método

Aunque hemos relevado una importante base documental, este trabajo no deja de ser una aproximación al tema. Distintas problemáticas apenas serán nombradas sin poder ir más allá3, en algún caso por cuestiones de espacio pero en la mayoría por la necesidad de profundizar el proceso investigativo.
La necesidad de construir la historia de las luchas obreras en el sector nos plantea realizar una aproximación "molecular"4 al proceso. En "Apuntes sobre la historia de las clases subalternas. Criterios metódicos", Gramsci nos alerta sobre las dificultades para investigar la actividad de los trabajadores, sus acciones y la formación de sus organizaciones. Esa historia que suele ser "una función "disgregada" y discontinua de la historia de la sociedad civil"5.
Si bien en la historia hay una clara tendencia a la unificación de estos grupos (aunque sea a niveles provisorios), dicha intención es atacada por los grupos dirigentes y, muchas veces, derrotada. Por eso para Gramsci "todo indicio de iniciativa autónoma de los grupos subalternos tiene que ser de inestimable valor para el historiador integral; de ello se desprende que una historia así no puede tratarse más que monográficamente, y que cada monografía exige un cúmulo grandísimo de materiales a menudo difíciles de encontrar". Para ello debemos hacer observable ese "proceso molecular, minucioso, de análisis extremo, capilar". Debemos presentar "este lento trabajo del cual nace una voluntad colectiva con cierto grado de homogeneidad, con el grado necesario y suficiente para determinar una acción coordinada y simultanea en el tiempo y en el espacio geográfico en el que se verifica el hecho histórico" 6.
Gramsci busca en la expresión "molecular" la posibilidad de referirse a la unidad mínima de la experiencia vital, al particular inmediato, tomado de la vida cotidiana. Es la búsqueda de ponerse en el punto más cercano a la experiencia de los hombres y mujeres que realizan la historia.
Partimos de que los procesos particulares deben entenderse en el marco del proceso general, del cual son parte y expresión. Por eso deben ser estudiados pensando lo particular como expresiones de lo general, donde a su vez lo general es constituido dialécticamente a partir de las múltiples particularidades7. Desde este punto de vista la cuestión de las relaciones entre lo regional y lo nacional e internacional no puede entenderse como una contradicción excluyente: pensamos lo regional como un ámbito en que las relaciones de fuerza de la sociedad se combinan con las relaciones de fuerza locales, que tienen sus particularidades y desde las cuales inciden a su vez en lo general.
Las fuentes utilizadas para la construcción del trabajo fueron entrevistas a cuestionario abierto a distintos trabajadores textiles, el registro de documentos de la subsecretaría de trabajo de la provincia y el relevamiento de dos diarios de la zona (Jornada y El Chubut).
Proponemos una periodización provisoria, dividiendo en distintos apartados la exposición de los procesos de conflicto social en el sector, intentando allí articular esa exposición con los principales sucesos a nivel nacional y regional. Los títulos de cada apartado intentan plantear una mirada de conjunto que caracterice el rasgo principal de cada fase en el marco del período que estudiamos.

Del crecimiento a la crisis

El proyecto de promoción económica a la región comienza con la sanción del decreto 10.991/56, que exime de impuestos a las importaciones al sur del paralelo 42. El aporte estatal se va haciendo importante, con inversiones en infraestructura, créditos para empresas privadas, distintos privilegios a esas mismas empresas, etc. En los años sesenta las franquicias de importación son reemplazadas por la exención de impuestos y se impulsó la producción de fibras textiles sintéticas, proyecto que competía con la lana de oveja tradicional en la zona.
En 1971 se crea el Parque Industrial de Trelew. Chubut pasó a tener una importante contribución a la producción industrial nacional y el noreste de la provincia pasó a producir en 1975 más del 70% de la producción provincial contra alrededor del 36,5% en 1970. A su vez la industria textil representaba el 65% de la producción industrial de Chubut.8
La ciudad de Trelew vivió un rápido crecimiento entre 1970 y 1985, cuadruplicando la población de la ciudad y generando más de seis mil puestos de trabajo industriales. Muchos llegan desde el interior de la provincia, son habitantes de la zona rural, que abandonan sus tierras por el avance de los latifundios y la caída del precio de la lana.
Se produce una situación de pleno empleo con inauguración frecuente de ampliaciones y nuevas fábricas. La estabilidad laboral, las buenas condiciones de trabajo y los salarios altos aparecían como seguros. La capacidad de negociación de los sindicatos textiles era muy alta y obtenían buenas condiciones de trabajo casi sin necesidad de protestas.
A mediados de los ochenta comienzan los problemas para el futuro del parque industrial. Las grandes empresas de capital concentrado buscan un nuevo modelo de articulación del estado con el capitalismo de empresas privadas, donde se asegure el beneficio a la fracción más concentrada de la gran burguesía9.
En 1985 ya encontramos una caída en la producción industrial10. A partir de 1986 se ponen trabas a la promoción para nuevos proyectos industriales, quedando cerrado este beneficio en 1988. Comienzan los cierres de fábricas, despidos y suspensiones. La producción industrial se estanca en 1985, comienza a caer entre 1986 y 87 y se derrumba desde 1989. La agonía se aceleró con la entrada de productos asiáticos en la década del noventa.
La hiperinflación de 1989, la asunción de Menem y la llegada al ministerio de economía de Cavallo en 1991, son hitos claves que marcan el punto de inflexión de lo que denominamos la realización de la hegemonía del capital financiero11.
Esto no elimina la importancia de los hechos previos, pero es aquí cuando se acelera la profunda reestructuración de la estructura económica social del país.
En Trelew los golpes se sintieron rápidamente. El personal del parque pasa de unos 4200 empleados en 1974 a 5500 en 1985, momento de mayor expansión (número que llegaba a 6500 con personal temporario). Desde allí la caída es pronunciada, con 5000 empleados en 1986, 2400 en 1993, 1700 a mediados de los 90' y unos 1200 para el 2002.12
En 1997 de las 46 fábricas textiles existentes en Trelew y Rawson en los años ochenta, sólo quedaban en funcionamiento unas 25. La mayoría de las que sobrevivían no producían más que al 50% de su capacidad, con baja cantidad de personal y pocas perspectivas de subsistencia. El avance del proyecto neoliberal llevó al cierre de las pequeñas y medianas empresas (que dependían de políticas de sostenimiento por parte del estado), y a un proceso de centralización y concentración de la propiedad y la riqueza.

Una mirada a los años previos

Es fundamental partir de que una determinada fracción de la clase obrera es conformada en primer término por la fracción capitalista que desarrolla esa actividad en el marco de la división social del trabajo. Es conformada desde un proceso objetivo: la burguesía de cada fracción desarrolla la clase obrera que necesita para asegurar su reproducción como parte de la clase dominante, y luego va intentando modificar aspectos parciales de sus características de acuerdo a los cambios que se producen. Pero a su vez, estas fracciones de clases se conforman mutuamente en el proceso de lucha de clases. Como nos dice Marx13, la clase obrera se conforma como tal en el proceso de lucha contra la otra clase fundamental del capitalismo. E. P. Thompson14 avanza en esa línea, proponiendo que el concepto de lucha de clases es más explicativo que el de clase, ya que este puede caer en una visión estática de la realidad, coartando su característica de ser un proceso diacrónico.
Para intentar profundizar la reflexión debemos evaluar las características de conformación del grupo social que conforma a los obreros textiles. Estos obreros conformaban un grupo social reciente, con poca experiencia de vida urbana y de trabajo fabril. No era un grupo homogéneo, con historias y costumbres en común. Lo que primaba era la heterogeneidad, muchos no tenían experiencia como obreros y la mayoría eran migrantes de otras provincias del país o de la zona rural de la Patagonia.
En su formación como clase para el capital fue hegemónico el discurso del modelo de polos de desarrollo, que planteaba la supuesta comunidad de intereses entre obreros y patrones de la región, cuyos objetivos comunes eran asegurar el desarrollo de la Patagonia ante el "olvido" de la nación. Este posicionamiento se reforzaba con la necesidad de mantener la paz social para no poner en riesgo los planes de promoción industrial y la conformación de una dirigencia sindical cercana al poder que enfrentó toda construcción que pudiera plantear proyectos alternativos15.
Durante los años de la dictadura son escasas las manifestaciones de protesta, aunque aún quedan por explorar distintas expresiones de resistencia que los trabajadores fueron desarrollando (negarse a cumplir horas extras, formar una liga de fútbol apartada de la liga oficial que financiaban las empresas, etc). En ese proceso de resistencia casi invisible van despuntando iniciativas que discuten ese discurso de paz social y comunidad de intereses.
Esto se hace manifiesto tras la caída de la dictadura, cuando comienza el proceso de lucha por la recuperación del gremio, especialmente en la AOT. Se conforma la agrupación textil 1º de Mayo que en 1985 logra desplazar a quién había sido secretario general del gremio durante toda la dictadura. Allí convergen distintas expresiones políticas, desde grupos del peronismo (que encabezan la lista) hasta militantes del PC, el PI, el MAS y el PO.
Fue un proceso significativo de movilización política y social, que luego no logró traducirse en un cambio profundo en las características de la conducción sindical. Si bien en los primeros años se plantearon cambios hacia una mayor democracia interna y una mayor presencia en las calles, poco a poco la conducción sindical se fue apartando de ese modelo y adoptando las características de la conducción nacional de la AOT, cosa que se mantuvo durante distintos cambios que luego se produjeron en los nombres que encabezaron el sindicato. En las entrevistas los trabajadores nos marcan la importancia que tuvo la presión de la conducción nacional, especialmente a través del ahogo financiero cuando se pretendía, desde la regional, tomar posturas que iban en contra de la línea nacional de generar los menores conflictos sociales posibles y restringir los reclamos al ámbito institucional.
Esos cambios en la conducción sindical implicó la ruptura del proyecto de la 1º de mayo, conformándose agrupaciones más identificadas con los distintos partidos políticos que tenían participación entre los trabajadores textiles. La más significativa fue la "Celeste y Blanca", dirigida por integrantes del PI que conducía la comisión interna de la fábrica Modecraft, expresión de los sectores más combativos del parque16. Por su parte en el Setia no hay procesos significativos de lucha interna, aunque sí repercuten en algún punto los procesos que se dan en la AOT. Los trabajadores textiles hasta mediados de los ochenta viven un período casi sin desempleo y de constante demanda de nuevos trabajadores. Estaban acostumbrados a un buen nivel de vida, a un trabajo estable y a la posibilidad de ir mejorando sus condiciones de vida. El problema lo tuvieron ante la caída del parque. La respuesta de la negociación institucional ya no daba los resultados de antes.

La derrota de la estrategia de la resistencia obrera: 1990-1991

Los cierres de plantas, despidos y suspensiones (que se habían hecho evidentes en 1987 con la caída y toma de la planta de Gebco) se agudizan desde el principio de la década. Al iniciarse el año los sindicatos textiles realizan medidas por fábrica, pero ningún paro general. Las empresas reclaman que cambie el plan económico ya que la suspensión de los beneficios y la quita de aranceles hacen, según ellos, imposible la subsistencia de las empresas textiles en la región. Los sindicatos apoyan el reclamo de los empresarios.
Mientras tanto seguían las suspensiones y despidos. En Modecraft se suspende al personal durante enero y febrero. La AOT pide una audiencia al gobernador Perl junto a las entidades empresarias y el Consorcio del Parque Industrial. El 90% de las plantas registran una caída vertical de su producción, con cortes permanentes de las cadenas de pago.
El secretario general de SETIA, Juan Paris, asegura que la resolución de los conflictos se realizará por la negociación, que no es posible la toma o cogestión de los obreros y que se debe confiar en la buena voluntad del gobierno. Se firma un acuerdo entre el gobierno, las entidades empresarias y los sindicatos de que no habría despidos ni medidas de fuerza hasta abril de 1990. Ese mismo día los obreros de Modecraft tomaron la planta en contra de la suspensión. Los trabajadores mantienen la toma durante varios días y se movilizan por las calles de Trelew en reclamo de la reapertura de la fábrica.
A través de estas medidas logran frenar lo que iba en el camino del cierre de la fábrica, marcando una resistencia exitosa contra el proceso de vaciamiento. Se marca aquí una diferencia entre la estrategia de la dirigencia sindical (basada en la búsqueda de acuerdos con los empresarios con intereses en la región) y la de algunos sectores de los obreros (que buscaban una resistencia con medidas en las calles y donde los obreros encabezaran una alianza con sectores de la pequeña burguesía).
En abril se profundiza la crisis, con nuevos problemas en varias fábricas. Mientras seguían sin producirse medidas colectivas, el SETIA llama a un paro reclamando aumento salarial. Los sindicatos actuaban como si el antiguo marco social siguiera en curso: casi no se enfrentaban a los despidos pero seguían reclamando mejores salarios.
Durante septiembre y octubre de 1990 se producen grandes movilizaciones en la provincia reclamando el pago de salarios atrasados y contra los posibles despidos en el estado. El proceso es dirigido por sindicatos estatales y no hay articulación con los sectores privados, sólo algunos sectores de textiles se suman a las marchas (en especial la agrupación "Celeste y Blanca"). La conducción de la CGT local enfrentó el reclamo de los estatales, apoyando los planes de ajuste. Este proceso para nosotros marca el cierre de la fase de dominio del capital industrial en la región. Es la batalla que dan algunos sectores de trabajadores (en especial estatales) y de la pequeña burguesía por mantener la mejor situación que el modelo de "polos de desarrollo" les garantizaba.
Al iniciarse 1991 el parque está en una situación cada vez más frágil. En marzo, la AOT anuncia que prepara un corte de ruta en el marco del paro nacional textil por aumento salarial. Nada se dice de los despidos y suspensiones. Esa medida luego no se realiza y la huelga sólo se expresa con paros de treinta minutos cada dos horas. El SETIA no adhirió.
Se pone en marcha, como estrategia de las patronales, el ataque directo a los delegados sindicales combativos. En general esta práctica fue acompañada por la dirigencia sindical. El caso más claro fue el juicio contra los delegados de Modecraft que eran dirigentes de la agrupación "Celeste y blanca". Un conflicto parecido se da después en Prosur. El ataque contra Modecraft no era casual, expresaba lo más avanzado del proceso de resistencia.
Luego se produce una verdadera "limpieza" de los delegados y militantes combativos o de alguna corriente de izquierda. Es aquí cuando para nosotros se produce la derrota de la intención de un sector de los trabajadores de resistir en forma decidida, buscando defender sus antiguas conquistas encabezando una alianza con otros sectores sociales.
Contra esta estrategia se plantea la dirigencia gremial que logra dirigir la mayoría hacia otra estrategia que era resistir los aspectos más regresivos del proyecto neoliberal a partir de una alianza en la cual se subordinaban a la burguesía con intereses en la región. Pero esa burguesía cada vez se subordinaba más a la hegemonía del capital financiero. Por eso apoya el proyecto neoliberal hacia el estado esperando que a cambio se mantenga la promoción industrial. Este es el sentido del enfrentamiento de la CGT al proceso conocido como "chubutazo".

El avance del capital concentrado: 1992-1993

Lo que sigue de 1991 es de avance de las patronales. Hay despidos, suspensiones y hasta rebajas salariales (una de las más importantes es, justamente, en Modecraft). Según los dirigentes de la AOT intentaron generar protestas pero los trabajadores se niegan por el temor a no ser reincorporados "cuando pase la crisis": aparece como real que aún no se veía el carácter estructural de los cambios que estaban sufriendo. El temor expresaba la situación de debilidad y aislamiento de la clase.
En 1992 hay nuevas suspensiones. La dirigencia sindical vuelve a solicitar una "mesa de concertación" al nuevo gobierno provincial encabezado por Maestro de la UCR. Se conforma con el Coplade, la CICECH, la UIP, el Consorcio del Parque Industrial, la Sociedad Rural, la AOT, SETIA y el Centro de Empleados de Comercio. Sólo se llega a un diagnóstico de la situación y se acuerda solicitar un régimen de promoción a la nación.
En mayo por primera vez la AOT declara que le preocupa que los nuevos desocupados "difícilmente puedan conseguir ahora otro empleo" 17. La desocupación se empezaba a sentir como algo que había llegado para quedarse. Se comienza a observar que se está ante una nueva situación estructural que no se modificaría en poco tiempo.
Recién en agosto hay una movilización de delegados de AOT contra nuevos despidos. Se realiza un plenario en septiembre repudiando a legisladores y funcionarios por la falta de resoluciones. Parece evidente que la estrategia de la dirigencia sindical empieza a tener cuestionamientos desde abajo.
La CGT regional hace un llamado a los empresarios de la región para que se plieguen al paro de noviembre, que sería la primera huelga general durante el gobierno de Menem. Hay críticas a la flexibilización laboral, a la represión contra los jubilados y al cierre de industrias. Casi todos los sindicatos adhieren al paro, haciendo hincapié en la crisis de la región. La AOT busca que el paro sea activo, con un corte de la ruta 25 en el acceso al Parque Industrial de Trelew durante las 24 horas. La huelga tiene impacto entre los obreros fabriles, del transporte y bancarios, mientras los docentes y estatales adhieren en menor medida. Se mantiene la división entre estatales y privados. La debilidad de la clase se evidencia en este quiebre entre su propio activo. El hecho de mayor peso es el corte de la ruta provincial que se transforma en el centro del paro.
En diciembre los obreros de oceanic deciden ocupar la planta por el atraso en el pago y la falta de aumento. Los delegados se oponen y dan intervención a la Subsecretaria de Trabajo aceptando la tregua pedida por la empresa. Nada se resuelve con la tregua y los obreros finalmente toman la planta tras cinco días de retención de servicios. A las 48 horas de ocupación la empresa acepta los reclamos.
Al iniciarse 1993 otra fábrica presenta su quiebra. Se hacen patentes varios negociados de empresarios con funcionarios políticos. Las quiebras encubrían la transferencia de riquezas generadas gracias al aporte del estado y el trabajo de los obreros. Los empresarios que afirmaban no tener un centavo para los sueldos "extrañamente" sí podían invertir millones en estancias, acciones o edificios.
Tras un largo conflicto, los obreros despedidos de Polysur toman la fábrica en marzo. La AOT acepta una propuesta de la Subsecretaría de Trabajo y forma una comisión que viaja a Buenos Aires para negociar. A fines de mayo los dueños de Polysur reclaman un préstamo de alrededor de 4 millones y los obreros apoyan el pedido de sus patrones.
En julio la AOT y el SETIA convocan un acto donde entregan un documento al gobierno y las cámaras empresarias. La estrategia de los sindicatos sigue siendo apostar a estos espacios de "concertación". A los pocos días cien obreros son despedidos. Los delegados denuncian el papel cómplice o pasivo de la conducción sindical. Algunos trabajadores daban muestras de que buscaban otra estrategia para resistir el proceso, superando de a poco el golpe que les habían dado entre 1990 y 1991.
En diciembre la AOT realiza un plenario para votar una modificación del estatuto que restringe la participación de los afiliados y posterga las elecciones. Mientras tanto Polysur estaba nuevamente tomada sin que los trabajadores lograran soluciones a sus reclamos.

Empiezan a soplar otros vientos: 1994-1996

El aumento de la protesta social contra el proyecto neoliberal que en diversos trabajos se observa a partir de 199418 no tiene un efecto evidente entre los trabajadores textiles de la región. En Trelew los conflictos y despidos continúan sin mayores novedades. Recién en junio los obreros de Arcoplus (nombre de la ex Modecraft) inician un paro en reclamo de mejoras en el salario y las condiciones de trabajo.
La cámara empresaria del parque reclama una tarifa diferencial de luz. Esto produce una larga pelea política que ganan las empresas cuando la AOT amenaza con una marcha en apoyo de los empresarios. Para los últimos meses del año se agrava la crisis. Entre otros conflictos, cierra la planta de Oceanic, que se presenta como un caso especial porque sus dueños recibieron un préstamo del gobierno que no fue invertido para reactivar la fábrica.
En 1995 la dirigencia de SETIA destaca una leve recuperación del parque. La realidad era más compleja y la caída seguía, solo que ahora sin tantos conflictos porque había menos fábricas y trabajadores. En abril la AOT denuncia lo que denomina una "ola" de suspensiones y despidos que ya involucra a trescientos obreros. Según ellos los empresarios especulan para presionar en la pelea por nuevos créditos del gobierno.
Se produce un hecho que consideramos significativo en torno a las prácticas para quebrar la organización de los trabajadores. La patronal de Windsor acepta reincorporar 19 obreros pero a cambio exige la renuncia de dos delegados de la AOT. En un hecho sin precedentes en el parque industrial esto es aceptado y los delegados presentan sus renuncias. Los trabajadores no logran oponerse a esto, planteando que "son 19 familias contra dos"19.
En Foderami se expresa el proceso de aumento de la explotación con la decisión de prohibir a los obreros el ingreso al comedor, obligándolos a comer junto a la máquina en la cual trabajan.
La CGT convoca otra huelga general contra el gobierno de Menem para el 6 de septiembre. El paro tiene poca repercusión en la región y no se realizan medidas en la calle. La adhesión en la rama textil habría sido del 35%.
El plenario de delegados de la AOT muestra que la estrategia patronal pasa por la acentuación del proceso flexibilizador para conseguir una mayor explotación de los obreros. Una coyuntura favorable para algunas fábricas permite incorporar personal que ya entra bajo modalidades precarizadas y que en varios casos reemplaza al personal con más antigüedad.
En febrero de 1996 Supersil reclama un préstamo al gobierno provincial. Los trabajadores avalan el pedido que aparece como la única posibilidad para que se mantenga su trabajo. En marzo la empresa suspende al personal por dos semanas y los trabajadores toman la fábrica por el temor a que los empresarios se lleven las máquinas. Un grupo se moviliza hasta el Municipio reclamando el crédito para la empresa. Ni los sindicatos, ni los trabajadores pueden, en todos los días que dura el conflicto, expresar una posibilidad de resolución que no sea apoyar a los empresarios.
El conflicto de Supersil culmina en una derrota, ya que se levanta la toma en mayo ante el acuerdo de la AOT con el municipio de que este controlaría que no se lleven las máquinas. No había novedades sobre el crédito y no se tomaron medidas más contundentes. El único camino que deja el sindicato es el judicial, planteando que la continuidad del reclamo era la presentación de recursos contra la empresa.
En la hilandería de Sedamil se vota el rechazo a la modalidad americana de seis por dos con la que pretendía avanzar la empresa, profundizando la flexibilización y bajando los salarios al no pagar como horas extras sábados y domingos. Delegados de otras plantas felicitan la decisión de los obreros de Sedamil.
Los hechos de Cutral Có y Plaza Huincul establecen un nuevo hito en el ciclo de rebelión20 nacional. Así como el santiagazo fue el inicio de una resistencia más decidida, estos hechos y la continuidad de huelgas y cortes en 1996 y 1997, frenan el avance del proyecto global del capital financiero.
En ese marco los sindicatos de la región adhieren a la huelga nacional convocada por la CGT y la CTA para agosto. La movilización fue masiva con más de dos mil trabajadores. El parque industrial directamente no abrió sus puertas. En el acto se leyó un documento único, donde se repudia el modelo económico y se hace responsable al gobierno nacional y a los gobiernos provinciales "cómplices" como el de Maestro en Chubut.
Al otro día del paro Maestro se reposiciona con respecto al proyecto menemista. Afirma que "Menem deberá hacer cambios porque no se puede gobernar con un pueblo en contra"21. Es una muestra de la contundencia del paro. Días después su gobierno firma un nuevo "pacto social" con los sindicatos textiles. Ese pacto dura dos días, cuando los dueños de Arcoplus suspenden a 110 trabajadores. Las estrategias de conciliación se seguían mostrando como un camino directo hacia el debilitamiento de los obreros. No hay denuncias de la ruptura del pacto y los suspendidos firman un acuerdo con la promesa de ser reincorporados en septiembre.
Las últimas resoluciones de la AOT aceptando suspensiones sin protestas, profundiza la interna del sindicato. Renuncia la mayoría del Consejo Directivo y exigen que se vaya el secretario general Miguel Llouful. A fin de septiembre se suspende a los cien trabajadores de Mulco Sur, quienes, en asamblea, deciden rechazar la medida.
Toda la actividad sindical y política se centra en la huelga general de septiembre. Manifiestan su adhesión todos los sindicatos, la mayoría de las agrupaciones estudiantiles, el Frepaso y hasta sectores de la UCR. El 26 de septiembre es importante la concentración en Trelew, con más de 4 mil trabajadores, siendo numerosas las columnas de ambos sindicatos textiles. Se muestra el desgaste del proyecto del capital financiero y más claramente del gobierno de Menem. Hasta los sectores que venían participando en menor medida en el proceso de luchas sociales, como es el caso de los textiles, juegan un rol activo en este momento.
Días después declara su quiebra Mulco Sur. Los obreros deciden en asamblea la toma de la fábrica. Los dueños habían recibido un préstamo del gobierno provincial por 600 mil pesos en 1995. Muchos hombres lloran, afirmando que ya nunca podrían trabajar. El delegado dice que si el gobierno les da un préstamo como el que le dio a los empresarios, ellos pueden autogestionar la fábrica. Es llamativa la voluntad para expresar posibles salidas ante el cierre, actitud muy distinta a que se solía tomar en los años anteriores. La experiencia ya había mostrado que la nueva situación de desocupado no sería algo de corta duración sino parte de un proceso del cual era difícil poder salir.

Los cortes de ruta abren nuevos caminos: 1997-1999

Al comenzar 1997 las trabajadoras contratadas por Confecciones Patagónicas (que no estaban bajo convenio y por eso las representa la CGT y no un sindicato en particular) reclaman el pago de la deuda que mantiene la patronal. El grupo empresarial es el mismo que dirige Matepa, donde se ratifican 21 despidos. Los obreros de Matepa y Confecciones se movilizan el 13 de enero.
Recién a mediados de febrero el reclamo de las trabajadoras de Confecciones toma más impacto con la toma de la planta de Matepa. El problema es que así se dividen del reclamo de los despedidos de Matepa (que buscaban cobrar su indemnización) y de los que aún trabajaban en la planta. La patronal anuncia que pagará lo adeudado cuando desocupen la fábrica, mientras las obreras anuncian que solo se irán cuando se les pague.
Se retira de la toma el personal de SETIA y los despedidos de Matepa toman la sede de la AOT, desalojan al delegado normalizador Cardozo y reinstalan a Miguel Llouful. Acusan a Cardozo de haber generado la toma que les impedía cobrar las indemnizaciones acordadas. El conflicto tomaba características complejas, con duros enfrentamientos entre los obreros.
El 21 se reúne la CGT para analizar el tema y la resolución es un mayor aislamiento de la toma de Matepa, ya que el SETIA sigue en contra y la AOT se ha dividido. Delegados de la AOT de varias plantas apoyan a los que toman el sindicato, afirmando que el gremio debe "bregar pura y exclusivamente por sus representados legalmente"22. Se impugna que el sindicato apoye a esas trabajadoras que no eran parte "legal" del mismo. Así la patronal logra quebrar a los trabajadores, enfrentándolos entre sí23.
Para marzo se cumplen quince días de la toma de Matepa. También sigue la toma de AOT donde Cárdenas, como parte de la toma, y Etchepareborda, delegado de Sedamil, aparecen como referentes del grupo que exige un cambio en el sindicato. En abril son nombrados como delegados normalizadores de la AOT Etchepareborda y Arenas24. Para el 1° de Mayo la FUP, centros de estudiantes de humanidades, económicas y naturales, ATE y Atech, llaman a un acto en la planta de Matepa. Es la única expresión importante de apoyo a la toma y tras esto su lucha vuelve a quedar aislada. A fin de mes la policía desaloja a las pocas obreras que aún ocupaban la planta.
En junio se produce el primer corte de ruta en Trelew por parte de grupos de desocupados. Es un cambio importante, ya que por primera vez en Chubut se decide cortar una ruta pero ya con la decisión de tomar la posición y defenderla. Es un corte distinto a los anteriores ya que aquí no es una forma de expresar una demanda sino que el mantenerse cortando la ruta, e impidiendo la circulación de mercancías, se instituye como la medida que podría garantizar la demanda de trabajo. Este hecho se inscribe como parte del proceso nacional, surge de la experiencia que iba construyendo la clase a través de la lucha que los trabajadores desocupados desarrollaban a lo largo del país. Tienen importantes roles antiguos delegados textiles y de plantas pesqueras. La experiencia de esos trabajadores que habían sido despedidos se ponía en función de organizar a los sectores de la clase desplazados de la relación asalariada.
El 14 de agosto se produce un paro nacional llamado por el MTA, la CTA y la UOM, entre otros. Se marcha desde Madryn y Trelew a la Casa de Gobierno en Rawson. Al finalizar hay inconvenientes al negársele a los desocupados de Madryn la posibilidad de hablar en el acto. Los desocupados se retiran entre algunos forcejeos y al otro día cortan la ruta en Madryn por asistencia social y planes de empleo. El SETIA (a nivel nacional parte del MTA) se moviliza aparte del resto, reclamando una nueva ley de promoción industrial. La AOT, parte de la CGT "oficial", no adhiere a la medida.
A principios de 1998 se realiza la elección en la AOT (es indirecta, solo votan los delegados de las fábricas por los cambios en el estatuto) dando la victoria al sector de Etchepareborda, Arenas y Cárdenas. La nueva conducción se expresa por la conformación de una Mesa de Concertación para debatir el futuro del parque industrial. La búsqueda de la comunidad de intereses entre empresarios y trabajadores muestra la misma matriz que la anterior conducción. Hay nuevos despidos y suspensiones en cuatro plantas. Durante las negociaciones no hay acciones en la calle, restringiendo todo a los trámites que llevan adelante los dirigentes en la Subsecretaría de Trabajo.
En diciembre se hace oficial el proceso de liquidación de Arcoplus. Los 92 trabajadores saben que se quedan sin trabajo y la pelea pasa por intentar cobrar lo que les deben. La empresa propone pagar las quincenas y el aguinaldo en cinco cuotas, y las indemnizaciones al 50% en diez cuotas. AOT y SETIA firman un acuerdo un tanto mejor pero varios trabajadores no aceptan el acuerdo e inician juicios. No se realiza ninguna acción pública y se llega a esta resolución con los trabajadores claramente desgastados.
Tras esta derrota otras fábricas comienzan procesos semejantes. Surjet anuncia que traslada su tintorería a Buenos Aires, despidiendo a 20 obreros en Trelew. Pelama inicia el procedimiento de crisis por el cual dejaría sin trabajo y con indemnizaciones a medias a sus cuarenta obreros. Algunos obreros de Arcoplus toman la fábrica el 30 de diciembre por no haberse depositado el pago adeudado. El inicio de 1999 vio a esos trabajadores ocupando su antiguo lugar de trabajo. Sigue presente esa voluntad de resistir por parte de los trabajadores, aún en condiciones de gran debilidad.
Los "nuevos" dirigentes de la AOT destacan que al asumir tenían 1800 afiliados y ahora sólo hay 1210 por los despidos. Se muestran apenados, planteando que se ven reducidos a negociar indemnizaciones, pero no plantean ninguna propuesta que les permita superar esa situación y siguen limitando su accionar a las negociaciones legales.
En marzo comienza otro conflicto en Windsor por el despido de 6 obreros que se negaron a operar 20 telares por obrero, en lugar de 12 como era usual. Se decide tomar la planta aunque el SETIA no la apoya y la patronal denuncia a los delegados de la AOT. Finalmente la empresa acepta reincorporar a los obreros. Es una pequeña victoria, dada por una medida decidida que surgió desde una asamblea de los trabajadores.
La crisis textil sigue en curso con el anuncio de que Foderami despedirá a 37 obreros. Los gremios dicen que nada se puede hacer y siguen planteando una nueva presentación del proyecto de promoción industrial, haciendo hincapié en la confianza en los diputados nacionales de extracción sindical.
Tras la victoria electoral de De la Rúa los sindicatos textiles se manifestaban esperanzados con la posibilidad de una reactivación por el cambio en el gobierno nacional. Afirman que los conflictos estaban bajando, con señales de que se estaba saliendo de la recesión. El dato relevante sería que en el último mes se habían incorporado 40 nuevos obreros entre varias plantas. En verdad era parte de la estrategia de las empresas, consistente en despedir personal bajo convenio y tomar nuevo personal en condiciones de precariedad.

La rebelión avanza: el 2000

A principio del 2000 el gobierno provincial manifiesta su confianza en una posible reactivación industrial, en especial por los aranceles a la importación de textiles. Pese a esto la AOT resalta que seguía habiendo problemas en varias fábricas.
La primera huelga general contra el gobierno de De la Rúa es el 5 de mayo, y no tiene incidencia en la región, siendo nulo el acompañamiento entre los textiles. Días después un grupo de desocupados corta la ruta Nº3. El ministro Capraro calificó al grupo de 50 desocupados como "totalmente marginal" ya su vocero, Mario obredor como "uno que se disfraza de Robin Hood"25. Lo interesante del hecho para este artículo es que obredor era uno de los delegados de Windsor, que renunció en 1995 por mandato de la empresa.
El 9 de junio se realiza otro paro nacional. Ahora sí hay pronunciamientos de la región en contra del ajuste anunciado por el gobierno (en el cual se recortan beneficios a la Patagonia). Hay una movilización a la plaza central de Trelew convocada por desocupados, grupos estudiantiles y sindicatos estatales. No van los sindicatos textiles pese a que era un momento propicio para que su reclamo de promoción industrial tuviera un acompañamiento social que hacía tiempo no recibía.
En noviembre Foderami anuncia que a fin de mes despedirá a 40 obreros y se llevará maquinaria a su planta en San Juan. Según ellos se debe a la falta de continuidad de la promoción en Chubut. Además plantean que solo pagarán el 60% de indemnizaciones. SETIA reclama el 100% de indemnización en lugar de defender los puestos de trabajo. La AOT anuncia que está dispuesta a tomar "medidas extremas", como cortes de rutas, porque para ellos el diálogo esta agotado.
Durante los siguientes días se mantiene el clima de bronca sobre la crisis industrial. Sin embargo todo queda entre las paredes de las reuniones, sin medidas en la calle. El 23 y 24 de noviembre esta convocado un nuevo paro nacional de 36 horas. Los sindicatos textiles se movilizan por separado el 22. SETIA marcha con unos 100 trabajadores reclamando la prórroga de la promoción y la AOT marcha en Rawson, sólo con los delegados de fábrica.
Las primeras 12 horas de paro tienen fuerte repercusión en todo el país, aunque el hecho central es el paro del 24, donde se suman todas las fracciones del movimiento obrero. En la región nuevamente se moviliza la AOT a Rawson, ahora en un número superior a los 300. Queman cubiertas frente a la casa de gobierno y exigen que se confirme la promoción industrial. El paro en el sector tuvo un acatamiento de un 80%.
Los grupos de desocupados, agrupaciones universitarias y algunos dirigentes sindicales estatales, realizan un corte de la ruta nacional Nº3. La universidad se mantiene totalmente cerrada y el Sitravich toma la sede de Vialidad Provincial.
El 24 la huelga es contundente en todo el país. Hay cortes de rutas, piquetes a empresas, marchas masivas. Es una clara expresión de repudio al plan económico que sustenta la Alianza, continuidad del desarrollado por Menem. La expectativa que sectores de la clase obrera y el pueblo habían puesto en el cambio de gobierno cae rápidamente.
En la concentración en la plaza de Trelew convergen sindicatos, desocupados y estudiantes, menos los sindicatos textiles. Es clara la política de no unificar reclamos con otros sectores por parte de los textiles y la escasa participación de esa fracción en los procesos de lucha colectivos. Su reclamo es desarrollado en el marco de la reivindicación corporativa de mejoras para su sector, haciendo coincidir los pedidos de los obreros con los intereses de sus respectivas patronales: en una situación de defensiva, y luchando por mantener sus puestos de trabajo, sólo parecía posible lograr ese cometido asegurando la supervivencia de los empresarios. Los procesos colectivos amenazaban esa posibilidad, por implicar un enfrentamiento con el gobierno, plantear la diversificación de reclamos y hacer hincapié en los reclamos comunes de la clase (aumento salarial, planes para todos los desocupados, basta de despidos) más que en los de una fracción particular. La lógica de esta estrategia llevaba a que ni siquiera acordaran movilizaciones conjuntas de ambos sindicatos textiles, pese a que los reclamos eran casi idénticos (promoción industrial textil, subsidios para las empresas, aranceles a la importación).
En el acto no se permite la participación de otros oradores que el designado por la CGT y ante eso comienzan las protestas de los grupos que llaman a cortar la ruta. Al comenzar la movilización varias columnas se dividen y acompañan esa propuesta. El hecho tiene trascendencia porque muestra la necesidad de tomar medidas más fuertes, un camino que la mayoría de la dirigencia gremial no quería asumir. A partir de allí estos grupos que buscaban profundizar la lucha empezarán a disputar la dirección del movimiento en las calles. En los movimientos de desocupados se acumulaba la experiencia de la resistencia de muchos años del movimiento obrero y se presentaba, a nivel regional, la conformación de esa fuerza social que se desarrolló a nivel nacional y que realizaría diciembre del 2001.

El 2001: rupturas y permanencias

Desde el principio del 2001 se vive un clima social que hace presagiar el desenlace del año. Las distintas protestas tienden a unirse y a tomar características de fuerte confrontación. Constantemente se cortan calles y rutas, se queman cubiertas, se desafía el poder represivo del estado. Las decisiones en asamblea y la democracia directa son parte central de los hechos que relevamos en la región, tal como sucede en casi todo el país.
Sin embargo esto que se observa en casi toda la sociedad no se hace tan claro entre los textiles. Hay hechos aislados como la oposición de la asamblea de los obreros de Unilán a la implementación del sistema americano de seis por dos, donde realizan trabajo a desgano y paros por turno hasta que la empresa desiste de poner en marcha ese sistema. Pero no hay procesos significativos de lucha, ni los textiles se suman al conflicto social en marcha, pese a que en febrero y marzo se vive una nueva profundización de la crisis con cierres y despidos. Se mantiene desde diciembre del 2000 la toma de Prosur, empresa que parecía ir hacia su cierre definitivo. Otra planta, Casa Roma, anuncia que también cerraría ya que no puede competir con los productos importados. En Surjet se ocupa la planta por salarios adeudados, parte de los cuales se pagan el mismo día de la toma. En el marco de la crisis ya no parecía posible mantener esos puestos y ni siquiera se ponía en juego la estrategia mayoritaria de tejer una alianza con su patronal y luchar por beneficios corporativos.
Para mayo se profundiza el conflicto en todo el país. En Trelew y Madryn son constantes los cortes de calles y quema de cubiertas de grupos de desocupados y distintas fracciones de trabajadores ocupados. En varios de estos casos es significativa la solidaridad que reciben de otros sectores, a diferencia del aislamiento en que se solían dar estos hechos en otros años.
En julio se agrava un conflicto en la textil Surjet, donde había empezado una retención de servicios ante un nuevo atraso en el pago de sueldos. Se decide la huelga y la quema de cubiertas en la puerta de la planta, sumándose los trabajadores de Windsor al paro por el atraso salarial. Es uno de los pocos hechos que muestra un rebote de la situación social hacia los textiles.
A fines de ese mes se cumplía más de un mes de retención de servicios en la textil Windsor sin que se produjeran novedades por el pago de las deudas ni sobre el futuro de la fábrica. El secretario general del gremio afirma que el panorama para los textiles es muy malo y que seguirían los despidos ante la continuidad de la crisis. Para septiembre se producían 40 despidos más en Soltex, mientras en Windsor se mantiene la ocupación para evitar que se lleven la maquinaria del lugar.
Marcamos que hay una tendencia a unificar las luchas y a una mayor solidaridad entre los que reclaman. Sin embargo esto no se traduce en las protestas textiles. Pero esto no puede ser solamente planteado como falencia de esos trabajadores: tampoco otros sectores (sumamente movilizados en estos meses) se solidarizan con ellos. Así lo vemos en este largo conflicto en Windsor, que no recibe la solidaridad de casi ningún sector. Es una muestra quizás de que esa tendencia hacia la unificación era contrapuesta, a su vez, por la permanencia de la lógica corporativa, que vimos siempre presente entre los textiles pero que también se hacía evidente en otros sectores, entre ellos en los grupos de desocupados.
Cerca de la finalización de octubre el dirigente de la AOT afirma que la situación de Windsor ya es desesperante y que directamente se debe dar por desaparecida a esa empresa. Así los trabajadores, que hace casi cuatro meses mantenían su lucha, quedarían en la calle.
Ya en diciembre, y mientras seguían los despidos y cierres de fábricas, se anuncia la adhesión de las dos CGT locales a la huelga nacional del 13. Sin embargo llaman a actos por separado. La CGT del Valle, que responde a Daer, convoca en Trelew, mientras la CGT del Noreste, en línea con Moyano, llama a un acto en Madryn, dividiendo a los textiles en dos actos distintos.
Es conocido lo que sucede durante diciembre de 200126. En la región el proceso también se aceleraba: no había saqueos pero sí constantes protestas. Como en muchas ciudades, en Trelew el 19 por la noche cientos de personas se concentran con cacerolas y banderas argentinas. La movilización no tuvo una convocatoria clara, sino que surgió de forma espontánea27 y termina a las 3 de la mañana. El 20 hay enfrentamientos, intentos de saqueos y entrega de bolsones de comida en Trelew y Madryn. La policía y gendarmería atacan con balas de goma, gases y hasta balas de plomo para defender los supermercados. No se marca presencia organizada de ningún sindicato, y solamente es evidente la participación de algunos integrantes de grupos de desocupados.

Reflexiones finales

Los trabajadores textiles de la región realizaron protestas, buscaron caminos, apoyaron proyectos. Pero no lograron frenar lo central del proceso. Las fuerzas con las que se enfrentaban eran muy poderosas para combatirlas con las armas que su experiencia había forjado. Su historia de luchas pasaba por el reclamo de mejores condiciones laborales, de vender su fuerza de trabajo a mejor precio. Pero ahora ya no se trataba de pelear por mejoras en el marco del mismo proyecto de los sectores dominantes: se trataba de la necesidad de disputar con el proyecto que se imponía desde arriba.
Es claro el ejemplo de los paros por aumento salarial a principios de los noventa, mientras se producían despidos y cierres de fábricas. Expresa, al mismo tiempo, la fortaleza de la conciencia de su situación de vendedores de fuerza de trabajo y la dificultad para reaccionar cuando no les quieren comprar esa fuerza de trabajo. Su historia les permitía saber cómo articular la defensa de sus intereses en tanto asalariados, sin poder articular una defensa colectiva de sus intereses comunes como expropiados.
La gran burguesía ponía al conjunto de la clase ante la realidad de su situación concreta: que son expropiados de sus condiciones materiales de existencia. Eso se vivenciaba en la desocupación. Para luchar contra esto era necesario formular un proyecto alternativo al del poder y para eso ya no servía una conciencia limitada a lo corporativo.
El programa de la mayoría de los trabajadores (y de sus dirigencias) dejaba la lucha circunscripta a cada fracción obrera, al grupo económico corporativo, y en ese círculo sus intereses parecían igualarse con los de sus patrones: la posibilidad de seguir trabajando residía en que a "sus" respectivos patrones les fuera bien. La conclusión es simple: no quedaba otra que defender a las patronales como camino para mantener el trabajo.
Esto no implica pensar en que hay una conciencia "baja" o "falsa"28. No se trata de calificar las formas o niveles de conciencia, sino de estudiar qué expresaban los distintos proyectos que los trabajadores apuntalaron, los caminos en que depositaron su confianza y tratar de explicar el porqué lo hicieron. Debemos profundizar la reflexión acerca de que la mayoría de las luchas textiles apoyaron los pedidos de subsidios de empresarios con los que día a día se enfrentaban dentro de la fábrica. observamos que desde los trabajadores no se logró construir un proyecto alternativo al de las distintas fracciones de la burguesía y por eso se terminaba apoyando a la fracción burguesa que les compraba su fuerza de trabajo. Era lo que se veía como posible ante la carencia de otras alternativas y el camino que permitía hacer visible la experiencia de lucha que habían acumulado en los años previos.
Al intentar periodizar el proceso encontramos un quiebre entre 1990 y 1991, cuando se logró quebrar el intento de algunos sectores obreros de resistir el vaciamiento del parque con la lucha en las calles. A esto lo denominamos una estrategia de resistencia obrera. Luego observamos otro período hasta fines de 1993. Se impone la estrategia de la dirigencia sindical, que busca una alianza con la burguesía con intereses en la región. Es lo que llamamos una estrategia de resistencia burguesa, donde la lucha obrera se subordina a la lucha interburguesa.29
Esa estrategia es la que lleva adelante la dirección del sindicato. Aquí debemos superar la "acusación" de burocracia o traición. Si bien pueden existir prácticas de este tipo, ello no explica lo central: que en verdad esa dirección sindical expresa el nivel de conciencia acerca de sus intereses del sector mayoritario de los trabajadores textiles30. Dicha estrategia se impone allí como hegemónica pero ya era la dirección del movimiento desde antes. Lo que logra en estos años es derrotar a los que en el anterior período planteaban la otra estrategia.
Desde fines de 1993 aparecen mayores inconvenientes para el desarrollo del proyecto del poder a nivel nacional. En la región la alianza de un sector de los obreros con los empresarios del parque se disuelve en gran medida, ya que los sectores de la burguesía que al principio manifestaban cierta oposición ahora se subordinan al capital financiero.
Este periodo sigue hasta fines de 1997. El parque había quedado tan debilitado que era muy complejo articular desde allí respuestas contundentes, aunque es importante la oposición a los intentos de aumento en la explotación laboral. Esa rica experiencia de resistencia obrera que los textiles habían ido forjando en todos estos años se sintetizaba más en los barrios que en las fábricas. Los obreros desocupados organizan asociaciones vecinales, comedores y grupos de desocupados. Cuando surgen los primeros cortes de ruta de desocupados es importante la presencia de ex trabajadores y delegados textiles.
Esos trabajadores desocupados vuelcan su experiencia obrera a la organización de la clase por fuera de las fábricas. Se observa en el proceso el desarrollo de una acumulación de fuerza y de experiencia que arma de mejor manera a los trabajadores (tanto ocupados como desocupados) para enfrentar las nuevas condiciones que imponía el neoliberalismo.
Las dos estrategias que reseñamos para el inicio de la década hacen al interés corporativo de la clase social (Gramsci, 1997) aunque una reduce la corporación al grupo profesional y la otra toma como corporación al conjunto de la clase (por eso expresan un posible distinto desenlace según cuál se estableciera como dirección). Esas estrategias son derrotadas ambas, la obrera primera y la otra después por el abandono de los empresarios de la región.
Pero la resistencia no queda en la nada sino que se encadena con el proceso de rebelión posterior. Proceso que ahora sí (una vez derrotado el intento de resistir la ruptura de su territorio social) podemos pensar en el marco de una estrategia reformista, que es la que también se expresa como mayoritaria en el ciclo que se desarrolla en el país.
La experiencia obrera alimentó el proceso de rebelión social, siendo parte de esa construcción que se fue gestando a lo largo de la década del noventa y que generó la fuerza social que se expresó en las jornadas de diciembre del 2001.

Notas

1 En el sentido que le da Lenin (1981) de fusión del capital bancario con el capital industrial en condiciones monopólicas.

2 Entendemos a un territorio social como al entretejido de relaciones sociales que, a través de generaciones, los hombres van creando, destruyendo y reproduciendo en relación con otros hombres y con su medio.

3 Por ejemplo acerca de las disputas interburguesas, tanto en la región como a nivel país, la relación del estado provincial con el nacional y con las empresas, la cuestión de género, la cuestión del oficio, etc.

4 Gramsci (1997).

5 En www.gramsci.org.ar.

6 Gramsci (1997:99).

7 Ver Marx (1997).

8 Datos extraídos de Gatica (2000) e Ibarra y Hernández (2005).

9 Trabajamos este proceso en: Pérez Álvarez (2008).

10 Datos coincidentes con el trabajo sobre Trelew de Irusta y Rodríguez (1993) y con la investigación de Luque, Martínez, Avalos y Auzoberría (2000), en la cual marcan a 1985 como un punto de inflexión para Santa Cruz.

11 Como lo destacan, desde distintas miradas, Aspiazu, Basualdo y Khavisse (2004), Cotarelo e Iñigo Carrera, (2004); Bonnet (2008); entre otros.

12 Diario Jornada, 29/6/2002, p. 3, datos de AOT (sindicato que agrupa a los operarios textiles) y SETIA (sindicato que agrupa a los supervisores, capataces y técnicos de las fábricas textiles). Por significado de las siglas ver glosario al final del artículo.

13 En Miseria de la Filosofía (1985, Editorial Cartago, Bs. As.), explicita que "esta masa es ya una clase con respecto al capital, pero aún no es una clase para sí. En la lucha, de la que no hemos señalado más que algunas fases, esta masa se une, se constituye como clase para sí" (p. 136)

14 Especialmente en Thompson, E. P. "Algunas observaciones sobre clase y "falsa conciencia", en Historia Social Nº 10, primavera-verano 1991, pp. 27-32.

15 Tenía una incidencia clave la Doctrina de Seguridad Nacional. Esto se reflejaba en el discurso de la necesidad de poblar la Patagonia, como región estratégica por su riqueza en recursos naturales. Además se proyectaba, a través de la creación de nuevos centros industriales, el dividir a una clase obrera que en los núcleos clásicos venía cuestionando puntos fundamentales del sistema. No es menor que tanto la concreción del Parque Industrial Textil en Trelew, como la licitación de Aluar, se lanzan en 1971, tras el Viborazo.

16 Ver Pérez Álvarez (2009).

17 Diario Jornada, 9/5/92, declaración de González, secretario general de la AOT.

18 Especialmente en la periodización construida desde el PIMSA, que observa al santiagazo de diciembre del 93' como un punto de inflexión. Nosotros marcamos también allí el fuerte proceso de movilización en Tierra del Fuego en mayo de 1994.

19 Declaraciones de un obrero de Windsor, Diario Jornada 19/4/95, p. 7.

20 Tomamos el concepto de rebelión de Engels (1974). Las formas de la rebelión van desde las formas más elementales y las acciones individuales que no conducen a cambios en la sociedad sino que buscan garantizar la sobrevivencia, aunque contengan elementos de rebeldía, hasta las formas más sistemáticas y conscientes.

21 Diario Jornada, 9/8/96, declaración de Carlos Maestro.

22 Diario Jornada, 24/02/97, documento delegados de la AOT, entre otros firman Arenas, Cárdenas y Etchepareborda, p. 7.

23 Son enfrentamientos por los intereses inmediatos de estos trabajadores en la venta de su fuerza de trabajo. La conciencia obrera limitada a verse como vendedores de fuerza de trabajo los lleva a la competencia entre ellos, como le sucede a cualquier vendedor de mercancía en el capitalismo. Sólo una conciencia que exprese sus intereses en tanto expropiados impide esa competencia, ya que pone por encima lo que los une y no lo que los separa. Esto no quiere decir que los obreros y dirigentes que generan estos hechos tuvieran una conciencia "falsa", estuvieran "vendidos" o fueron "traidores". Eso no explica el proceso y sobre todo no explica el acompañamiento de los obreros a esos dirigentes. De lo que se trata es de observar los procesos, que parten de una relación dialéctica entre la experiencia de lucha, la situación objetiva de los grupos sociales, la actitud de las bases obreras y el papel de la dirigencia.

24 Etchepareborda es hoy funcionario del gobierno provincial de Das Neves. Cárdenas y Arenas siguen siendo dirigentes de la AOT.

25 Diario Jornada, declaraciones del Ministro de Gobierno de Chubut, Héctor Capraro, 23/5/2000, p.3.

26 Ver Iñigo Carrera y Cotarelo (2003).

27 Siguiendo a Gramsci, pensamos que nada es totalmente espontáneo y en todo caso lo que se nos presenta como tal lo es solamente como forma embrionaria de lo consciente o por la incapacidad de conocer todos los aspectos de la realidad que operan para que se provoque un hecho. Lo que es claro es que la convocatoria de este hecho no puede ser atribuida a ningún sector, persona u organización en particular.

28 Sobre esta discusión ver Thompson, (1991). Retomando sus indicaciones planteamos que para entender la formación de la conciencia debemos recuperar la historia concreta de lucha de clases de cada grupo obrero. La clase es un fenómeno histórico, y por eso la conciencia que hoy puede expresar determinado reclamo es expresión de todo un proceso de construcción social que se realiza a través de la lucha de clases diaria, permanente.

29 ¿Por qué hablar de resistencia y no de reformismo? Lo que observamos es que estas dos estrategias se presentan ante el hecho de una ofensiva, de un ataque del capital financiero que destruye el antiguo territorio social de los obreros de la región. Entonces lo que se intenta a través de estas estrategias no es reformar aspectos del proyecto sino resistir el ataque. En definitiva el término "resistencia" es una forma de expresar que ambas estrategias son parte de la situación de defensiva de la clase y de su incapacidad durante estos años de poder articular una fuerza social que sea capaz de postular una alternativa social que rivalice con el proyecto del capital financiero. Ver para profundizar esta discusión Balvé, y Balvé (1991).

30 Lo que debemos es buscar las causas: "…causas que no deben buscarse ni en los móviles accidentales, en los méritos, en las faltas, o en los errores o traiciones de algunos dirigentes, sino en todo el régimen social…" (p. 11) Engels (1976).

Glosario de siglas:

AOT: Asociación obrera Textil

ATE: Asociación Trabajadores del Estado

ATECH: Asociación Trabajadores de la Educación del Chubut

CGT: Confederación General del Trabajo

CICECH: Cámara de Industrias y Comercios del Este del Chubut

CTA: Central de los Trabajadores Argentinos

Frepaso: Frente País Solidario

FUP: Federación Universitaria Patagónica

MAS: Movimiento Al Socialismo

MTA: Movimiento de Trabajadores Argentinos

PC: Partido Comunista

PI: Partido Intransigente

PO: Partido obrero

SETIA: Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines

UCR: Unión Cívica Radical

UIP: Unión Industrial Patagónica

UOM: Unión obrera Metalúrgica

SITRAVICH: Sindicato de Trabajadores de Vialidad del Chubut

Bibliografía:

1. Aspiazu, Basualdo, Khavisse, (2004) El nuevo poder económico en la Argentina de los años 80, Siglo XXI Editores, Buenos Aires.         [ Links ]

2. Balvé, Beba y Balvé, Beatriz (1991) Acerca de los movimientos sociales y la lucha de clases, Cuadernos de CICSO Serie Análisis/Teoría Nº 14, Buenos Aires.         [ Links ]

3. Bonnet, Alberto (2008) "La hegemonía menemista", Prometeo, Buenos Aires.         [ Links ]

4. Cotarelo e Iñigo Carrera (2004) "Algunos rasgos de la rebelión en Argentina", en PIMSA 2004, Buenos Aires, PIMSA.         [ Links ]

5. Diario Jornada y Diario El Chubut, Enero 1990 a Diciembre 2001, Trelew.         [ Links ]

6. Engels, Federico, Revolución y Contrarrevolución en Alemania, edit. Polémica, Buenos Aires. 1976.         [ Links ]

7. Gatica, Mónica, (2007) Los hacedores de caminos, Buenos Aires, Imago Mundi.         [ Links ]

8. Gatica, Mónica (2000) Industrialización, Proletarización y Subproletarización. ¿Una nueva identidad para la mujer en Trelew? Informe Final -SCyT. UNPSJB.         [ Links ]

9. Gramsci, Antonio (1997) Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el estado moderno; Buenos Aires, Nueva Visión.         [ Links ]

10. Ibarra, H. y Hernández, C. (2005) "Estado, Economía y Sociedad. Trelew y su hinterland: 1989-1999", Informe de Investigación, UNPSJB, Chubut.         [ Links ]

11. Iñigo Carrera y Cotarelo (2003) "La insurrección espontánea. Argentina diciembre 2001. Descripción, periodización, conceptualización", en PIMSA, Buenos Aires.         [ Links ]

12. Irusta, Delia y Rodríguez, Lidia, (1993) Aportes para el estudio del desarrollo urbano de Trelew, Informe final de proyecto PID-CONICET.         [ Links ]

13. López, Gatica, Monedero, Pérez Álvarez (2005) Patagonia desarrollo y neoliberalismo, Buenos Aires, Imago Mundi.         [ Links ]

14. Luque, Martínez, Avalos, Auzoberría, (2000) De la génesis a la crisis de una estructura económica (Santa Cruz entre 1940 y los 90), en Contraviento, Edit. Lamadrid, Río Gallegos.         [ Links ]

15. Marx, Carlos (1997) Introducción general a la crítica de la economía política/1857, S XXI, México.         [ Links ]

16. Pérez Álvarez, Gonzalo (2009) "Lucha y memoria obrera en el noreste del Chubut. Una aproximación desde la fábrica Modecraft 1990-1991" en Historia Antropología y Fuentes orales, Nº 41, Barcelona, España, pp. 25-48.         [ Links ]

17. Pérez Álvarez, Gonzalo (2008) "Cambios en la estructura económica social y protestas sociales en el noreste de Chubut 1990 - 2003", en actas XXI Jornadas de Historia Económica - untref-Septiembre de 2008, en <xxijhe. fahce.unlp.edu.ar>         [ Links ]

18. Thompson, E. P. (primavera-verano 1991) Algunas observaciones sobre clase y "falsa conciencia", en Historia Social Nº 10, pp. 27-32.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons