Editorial

Buenos Aires, 28 de marzo de 2007

Señor Dr. Carlos A. Bertolasi
Colega y amigo

Querido Carlos

Hemos recibido su carta y le agradecemos, pues representa el reconocimiento de nuestra labor, para mí en particular y para todo el equipo que dirijo y con el que comparto la dedicación, el esmero y el orgullo de realizar esta obra, que como bien dice, es ardua pero necesaria y sin lugar a dudas en bien de la cardiología y de la medicina.

Este estímulo, que tan gentilmente nos brinda, es recibido como la aprobación de un padre a su hijo, ya que consideramos en su persona no sólo al ideal de médico y cardiólogo, sino también al de ser humano y amigo.

Aprendimos con Ud. los primeros pasos de nuestra profesión hace ya varias décadas y nos llena de orgullo que nuestro MAESTRO nos felicite. Al fin de cuenta, no somos más que el fruto de la semilla que ha sembrado junto a otros "Señores" y "Doctores" de la Medicina.

Su reconocimiento hacia nuestra revista y a nuestro esfuerzo, también evidencia su humildad y sinceridad, frente a la soberbia que a veces existe en nuestro medio. Soberbia que es mezcla de ignorancia y mediocridad.

Nuestra meta es colocar a la revista como órgano de consulta nacional e internacional, abriendo el espectro, incorporando nuevas inquietudes y llevando al médico, los conceptos de prevención y trabajo en equipo, siempre desde una base ética y académica.

Queremos iniciar nuestro segundo año de vida con esta: "su carta", que se ha convertido, junto a la aprobación de nuestros lectores, en el premio que tan ansiosamente hemos esperado.

Un fuerte abrazo y nuevamente, GRACIAS MAESTRO.

Sergio V. Perrone