SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.14 número3Tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar con macitentan, antagonista dual del receptor de endotelina índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Insuficiencia cardíaca

versión On-line ISSN 1852-3862

Insuf. card. vol.14 no.3 Ciudad Autónoma de Buenos Aires set. 2019

 

CASO CLINICO

Estenosis aórtica severa con válvula tetracúspide Un trébol de cuatro hojas

Ricardo Levin1, Marcela Degrange1, Gabriel Pérez Bazterrica1, Flavio Salvagio1, Rafael Porcile1

1 Médico cardiólogo. Servicio de Cardiología. Hospital Universitario. Universidad Abierta Interamericana. Buenos Aires. República Argentina.

Correspondencia: Dr. Ricardo Levin Portela 2975, Cuidad autónoma de Buenos Aires. Argentina.
E-mail: rllevin@gmail.com

Recibido: 04/02/2019
Aceptado: 20/05/2019


Resumen
La válvula aórtica cuadricúspide es una anomalía congénita poco frecuente, que generalmente se presenta como una malformación aislada causando regurgitación aórtica más frecuentemente en la quinta o en la sexta década de la vida. Los primeros casos notificados se encontraron en autopsias o se hicieron evidentes en hallazgos quirúrgicos. Actualmente, la ecocardiografía y otros métodos diagnósticos por imágenes permiten un diagnóstico más temprano, incluso en pacientes asintomáticos. Se presenta el caso de un hombre de 53 años con válvula aórtica cuadricúspide diagnosticada mediante ecocardiografía y complicado con el desarrollo de estenosis valvular severa. Se incluye una breve discusión de la enfermedad.

Insuf Card 2019;14(3):129-133

Palabras clave: Enfermedades de la válvula aórtica; Válvula aórtica cuadricúspide; Diagnóstico; Ecocardiografía; Cirugía cardíaca

Summary
Severe aortic stenosis on tetracuspid valve A four leaf clover

The quadricuspid aortic valve is a rare congenital anomaly, which usually presents as an isolated malformation causing aortic regurgitation more frequently in the fifth or sixth decade of life. The first reported cases were found at autopsies or became evident in surgical findings. Currently, echocardiography and other diagnostic imaging methods allow earlier diagnosis, even in asymptomatic patients. The case of a 53-year-old man with quadricuspid aortic valve diagnosed by echocardiography and complicated with the development of severe valve stenosis is presented. A brief discussion of the disease is included.

Keywords: Aortic Valve Diseases; Quadricuspid aortic valve; Diagnosis; Echocardiography; Cardiac surgical

Resumo
Estenose aórtica severa com válvula quadricúspide Um trevo de quatro folhas

A valva aórtica quadricúspide é uma anomalia congênita rara, que geralmente se apresenta como uma malformação isolada, causando regurgitação aórtica com maior frequência na quinta ou sexta década de vida. Os primeiros casos relatados foram encontrados em autópsias ou evidenciados em achados cirúrgicos. Atualmente, a ecocardiografia e outros métodos de diagnóstico por imagem permitem o diagnóstico precoce, mesmo em pacientes assintomáticos. O caso de um homem de 53 anos com valva aórtica quadricúspide diagnosticada por ecocardiograma e complicado com o desenvolvimento de estenose valvar grave é apresentado. Uma breve discussão sobre a doença está incluída.

Palavras-chave: Doenças valvares aórticas; Válvula aórtica quadricúspide; Diagnóstico; Ecocardiografia; Cirurgia cardíaca


Introducción
La válvula aórtica tetracúspide representa una infrecuente anomalía congénita cuya presencia ha sido asociada mayoritariamente con el desarrollo de insuficiencia aórtica funcional.
Presentamos a continuación un caso de un paciente portador de una válvula aórtica tetracúspide complicado con el desarrollo de estenosis valvular severa.

Caso clínico
Paciente de sexo masculino de 53 años de edad, hipertenso, ex tabaquista quien refiere dolor precordial y disnea de esfuerzo de 6 meses de evolución en clase funcional II-III según la New York Heart Association (NYHA), siendo referido para la realización de un ecocardiograma. El mismo detecta la presencia de una estenosis aórtica severa la cual asienta sobre una válvula tetracúspide (Figura 1). La coronariografía informó arterias normales, siendo el paciente preparado para una cirugía de reemplazo valvular, la cual se efectuó con prótesis mecánica. Tras la realización de la misma, el paciente evolucionó sin complicaciones, pasando a sala en el segundo día del postoperatorio y dado de alta al día sexto día del postoperatorio.


Figura 1
. Ecocardiograma donde se aprecia válvula aórtica tetracúspide en diástole (A) y sístole (B).

 

Discusión
La válvula aórtica puede verse afectada durante su desarrollo por la formación de un número anormal de
valvas, existiendo descripciones sobre válvulas aórticas unicúspide, bicúspide, tetracúspide y pentacúspide, resultando la bicúspide la anomalía más frecuente, mientras que la tetracúspide constituye la forma más infrecuente1.
El primer caso de válvula aórtica tetracúspide fue reportado en el año 1862 por Balington2,3 como hallazgo de autopsias, fuente de donde provenían en esa época la mayoría de las descripciones. Dos reportes de autopsias muestran una incidencia de 0,008% (dos en 25.666 necropsias)4 y 0,033% (dos en 6.000 necropsias)5. Entre 225 pacientes que recibieron reemplazo valvular aórtico se reportaron ocho casos con válvula aórtica cuadricúspide (incidencia de 0,88% en este grupo)6. Por último, en una serie de 60.446 ecocardiogramas se encontraron ocho válvulas aórticas cuadricúspides, (incidencia de 0,013%)7.
Sin embargo, su verdadera incidencia puede ser subestimada, ya que la válvula aórtica cuadricúspide puede pasarse por alto a menos que se busque específicamente. En la extensa revisión efectuada por Tutarel con 186 casos reportados, la válvula aórtica cuadricúspide es más frecuente en hombres que en mujeres (1,6:1,0)8. La edad media de los pacientes fue de 50,7 años. La ecocardiografía fue el principal modo de detección, seguida de cirugía, autopsia y aortografía.
La condición funcional de la válvula aórtica tetracúspide es predominantemente una insuficiencia aórtica pura9,10, es decir, regurgitación aórtica, siendo más común que la estenosis aórtica9, como es el caso de nuestro paciente; aunque su incompetencia primaria puede convertirse en estenosis posteriormente con la evolución11. Tutarel y Westhoff-Bleck12 reportaron que funcionalmente la válvula aórtica tetracúspide era regurgitación aórtica pura en el 74,7%, regurgitación y estenosis combinadas en el 8,4%, estenótica pura en el 0,7% y funcionalmente normal en el 16,2%. Yotsumoto y col.1 analizaron 616 pacientes a quienes se le realizaron una cirugía de reemplazo valvular aórtico. De ellos, 9 (1,46%) pacientes tenían una válvula aórtica tetracúspide, todos con regurgitación aórtica significativa, excepto uno con estenosis aórtica combinada y regurgitación leve. También encontraron que el 55,6% (5/9) de estos pacientes tenían una fenestración de cúspide. Janssens y col.13 informaron que la regurgitación aórtica estaba presente en el 56% (39/70) de los pacientes con una válvula aórtica tetracúspide. Tsang y col.14 describieron que el 23% de los pacientes con una válvula aórtica tetracúspide tenían una insuficiencia aórtica progresiva durante un seguimiento medio de 5,5 ± 3,7 años, y se encontraron una asociación entre las características morfológicas de la válvula aórtica tetracúspide y la gravedad de la insuficiencia aórtica. La fibrosis progresiva de las cúspides valvulares y la posterior coaptación de las valvas a lo largo del tiempo se ha sugerido como el mecanismo clave en desarrollar enfermedad valvular aórtica13,14.
La válvula aórtica tetracúspide suele ser una anomalía aislada, pero otras anomalías cardíacas congénitas pueden estar presentes en el 18-32% de los pacientes14,15, incluidas anomalías de la arteria coronaria y del ostium coronario, defecto del tabique auricular16, defecto del tabique ventricular17, conducto arterioso persistente18, tetralogía de Fallot19, fístula del seno de Valsalva20, estenosis fibromuscular subaórtica21, regurgitación de la válvula mitral22,23, prolapso de la válvula mitral24, miocardiopatía hipertrófica no obstructiva (con evidencia ecocardiográfica de hipertrofia ventricular izquierda masiva e hipertrofia septal asimétrica)13, y transposición de las grandes arterias25, etc. Además, una vez se encontró una válvula aórtica tetracúspide en un paciente con síndrome de Ehlers-Danlos15.
Las anomalías de la arteria coronaria y del ostium coronario son los trastornos asociados más frecuentes13. También se asocian a una válvula aórtica tetracúspide: el aneurisma sacular del seno no coronario y un solo ostium coronario26, despegue anormal de la arteria coronaria derecha con una pequeña arteria coronaria supernumeraria cerca del ostium izquierdo27 y orificio coronario derecho desplazado28.
La malformación y el desplazamiento de los ostium coronarios se encuentran en el 10% de los pacientes con una válvula aórtica tetracúspide8,29. Sin embargo, Tsang y col.14 informaron una prevalencia más baja de la malformación con una incidencia de sólo el 2%, mientras que se encontró un ostium coronario izquierdo ocluido por una pequeña cúspide de la válvula aórtica accesoria14.
La endocarditis infecciosa se encontró en el 1,4% de los casos30. Una pequeña cúspide supernumeraria puede ser un factor de riesgo predictivo de endocarditis infecciosa31. En pacientes con cuatro cúspides de igual tamaño, el riesgo de endocarditis infecciosa es menor debido a la falta de asimetría o alteración del flujo. En las válvulas con cúspides desiguales, la distribución desigual del estrés y la yuxtaposición incompleta durante la diástole puede conducir a una insuficiencia aórtica progresiva y un deterioro gradual a lo largo de los años, lo que aumenta el riesgo de endocarditis30.
Sin embargo, una vez se informó que un hombre de 75 años con una válvula aórtica tetracúspide tipo A con cuatro cúspides del mismo tamaño se vio afectado por endocarditis infecciosa32. La identificación de una válvula aórtica tetracúspide es importante por el alto riesgo de endocarditis33.
Funcionalmente la válvula aórtica tetracúspide suele mantenerse normal cuando el paciente tiene menos de 18 años y empeora cuando supera los 40 años30. El trastorno valvular significativo a menudo se presenta en la quinta a sexta década de la vida y conduce a la realización de una cirugía de reemplazo34. Según Janssens y col., la edad de los pacientes en el momento del diagnóstico fue en promedio de 49 años (rango: 6-78)13. El paciente puede ser asintomático hasta la sexta década de la vida30.
Pueden presentarse palpitaciones27, dolor precordial35, dificultad para respirar, fatiga, edema de miembros inferiores36 y síncope13. La insuficiencia cardíaca congestiva suele ser el síntoma de presentación11. En casos extremos, puede ocurrir muerte súbita cardíaca13,37. El electrocardiograma puede mostrar bloqueo incompleto o completo de la rama derecha y signos de hipertrofia ventricular izquierda27.
La ecocardiografía es el principal método de detección de una válvula aórtica tetracúspide. En la mayoría de los pacientes, el diagnóstico se realizó mediante ecocardiografía (51%), seguida de cirugía (22,6%), autopsia (15,6%) y aortografía (6,5%)27. En la revisión realizada por Janssens y col. que incluyó 70 casos con válvula aórtica tetracúspide13, el diagnóstico se realizó mediante ecocardiografía transtorácica o transesofágica (26/70; 31,7%), necropsia (25/70; 35,7%), cirugía (15/70; 21,4%) y angiografía (4/70; 5,7%). El valor de la ecocardiografía en la detección de esta anomalía es de relevancia30, pudiendo delimitar la morfología de la válvula aórtica (número de cúspides, grado de engrosamiento y vegetaciones) y función (coaptación, regurgitación o estenosis), tamaño de la raíz aórtica y características ventriculares, etc.38
La válvula aórtica tetracúspide se clasifica de acuerdo a las características de las valvas, más frecuentemente, o de acuerdo a la posición de la valva supernumeraria (Tabla 1)5,39,40. Según dichos criterios nuestro paciente correspondería al tipo B de Hurwitz y Roberts, la variable más frecuente.

Tabla 1. Clasificaciones de la válvula aorta cuadricúspide

La importancia de reconocer esta condición radica en el hecho de que más del 50% de las personas con aorta cuadricúspide requerirá el reemplazo de la válvula en la quinta o sexta década de la vida, debido al desarrollo de disfunción valvular.
El tratamiento quirúrgico (generalmente el reemplazo valvular) se indica en pacientes sintomáticos (como nuestro paciente) y se recomienda para pacientes asintomáticos, con disfunción o dilatación del ventrículo izquierdo (diámetro diastólico >75 mm y diámetro sistólico >55 mm) y que no evolucionaron a la descompensación cardíaca.
Bruschi y col. reportaron el caso de un hombre de 78 años de edad afectado por estenosis aórtica cuadricúspide severa que presentaba alto riesgo quirúrgico (EUROSCORE de 14%) y que fue exitosamente tratado a través de la colocación por vía femoral de una bioprótesis auto expandible41.

Recursos financieros
Los autores no recibieron ningún apoyo económico para la investigación.

Conflicto de intereses
Los autores declararon no tener conflicto de intereses.

Referencias bibliográficas
1. Yotsumoto G, Iguro Y, Kinjo T, Matsumoto H, Masuda H, Sakata R. Congenital quadricuspid aortic valve: report of nine surgical cases. Ann Thorac Cardiovasc Surg 2003;9(2):134-7.         [ Links ]

2. Balington J. London Medical Gazette. July, 1862.         [ Links ]

3. Robicsek F, Sanger PW, Daugherty HK, Montgomery CC. Congenital quadricuspid aortic valve with displacement of the left coronary orifice. Am J Cardiol 1969;23:288-90.         [ Links ]

4. Simonds JP. Congenital malformation of aortic and pulmonary valves. Am J Med Sci 1923;166:584-595.         [ Links ]

5. Hurwitz LE, Roberts WC. Quadricuspid semilunar valve. Am J Cardiol 1973;31: 623-6.         [ Links ]

6. Olson LJ, Subramanian R, Edwards WD. Surgical pathology of pure aortic insufficiency: a study of 225 cases. Mayo Clin Proc 1984; 59: 835-41.         [ Links ]

7. Feldman BJ, Khandheria BK, Warnes CA, Seward JB, Taylor CL, Tajik AJ. Incidence, description and functional assessment of isolated quadricuspid aortic valves. Am J Cardiol 1990; 65: 937-8.         [ Links ]

8. Tutarel O. The quadricuspid aortic valve: a comprehensive review. J Heart Valve Dis 2004;13:534-537.         [ Links ]

9. Pirundini PA, Balaguer JM, Lilly KJ, Gorsuch WB, Taft MB, Cohn LH, et al. Replacement of the quadricuspid aortic valve: strategy to avoid complete heart block. Ann Thorac Surg 2006;81(6):2306-8.         [ Links ]

10. Timperley J, Milner R, Marshall AJ, Gilbert TJ. Quadricuspid aortic valves. Clin Cardiol 2002;25(12):548-52.         [ Links ]

11. Cheema MA. Quadricuspid aortic valve as cause of congestive cardiac failure: case history. Pak Heart J 1990;23(1):14-5.         [ Links ]

12. Tutarel O, Westhoff-Bleck M. Functional status of the quadricuspid aortic valve/an uncommon coincidence of congenital quadricuspid aortic valve accompanied by hypertrophic obstructive cardiomyopathy. Anadolu Kardiyol Derg 2008;8(1):86.         [ Links ]

13. Janssens U, Klues HG, Hanrath P. Congenital quadricuspid aortic valve anomaly associated with hypertrophic nonobstructive cardiomyopathy: a case report and review of the literature. Heart 1997;78(1):83-7.         [ Links ]

14. Tsang MY, Abudiab MM, Ammash NM, Naqvi TZ, Edwards WD, Nkomo VT, et al. Quadricuspid aortic valve: characteristics, associated structural cardiovascular abnormalities, and clinical outcomes. Circulation 2016;133(3):312-9.         [ Links ]

15. Dotti MT, De Stefano N, Mondillo S, Agricola E, Federico A. Neurological involvement and quadricuspid aortic valve in a patient with Ehlers-Danlos syndrome. J Neurol 1999;246(7):612-3.         [ Links ]

16. Sousa L, Pinto F, Nogueira G, Kaku S, Antunes AM. Quadricuspid aortic valve and atrial septal defect. Rev Port Cardiol 2001;20(3):329-30.         [ Links ]

17. Demirkol S, Balta S, Arslan Z, Unlu M, Kucuk U, Iyisoy A. Association of quadricuspid aortic valve and ventricular septal defect in a patient who had undergone atrial septal defect surgery. Kardiol Pol 2013;71(5):546.         [ Links ]

18. Seol SH, Kim U, Cho HJ, Kim DK, Kim DI, Kim DS. Quadricuspid aortic valve with patent ductus arteriosus. Tex Heart Inst J 2010;37(6):726-7.         [ Links ]

19. Suzuki Y, Daitoku K, Minakawa M, Fukui K, Fukuda I. Congenital quadricuspid aortic valve with tetralogy of Fallot and pulmonary atresia. Jpn J Thorac Cardiovasc Surg 2006;54(1):446.         [ Links ]

20. Egred M, Patel JC, Metcalfe MJ. Sinus of Valsalva fistula with quadricuspid aortic valve, a first reported association. Int J Cardiol 2005;101(1):151-2.         [ Links ]

21. Iglesias A, Oliver J, Munoz JE, Nunez L. Quadricuspid aortic valve associated with fibromuscular subaortic stenosis and aortic regurgitation treated by conservative surgery. Chest 1981;80(3):327-8.         [ Links ]

22. Irisawa T, Yoshiya K, Yokosawa T, Iwamatsu T, Arai K, Aoki T. A case of quadricuspid aortic valve associated with mitral regurgitation. Kyobu Geka 1993;46(7):618-21.         [ Links ]

23. Sakamoto Y, Saitoh F, Ohnishi K, Kurosawa H, Takakura H. A case of quadricuspid aortic valve associated with mitral insufficiency. Nihon Kyobu Geka Gakkai Zasshi 1994;42(8):1235-7.         [ Links ]

24. Konrad R, Costa MNS, Salame CK. Valva aórtica quadricúspide: uma revisão completa. Rev Bras Ecocardiogr Imagem Cardiovasc 2009;22(3):39-52.         [ Links ]

25. Erdmenger J, Vazquez-Antona C, Becerra R, Romero A, Roldan J, Buendia A, et al. Quadricuspid aortic valve in a patient with d-transposition of the great arteries. Arch Cardiol Mex 2005;75(4):460-2.         [ Links ]

26. Finch A, Osman K, Kim K-S, Nanda NC, Willman B, Soto B, et al. Transesophageal echocardiographic findings of an infected
quadricuspid aortic valve with an anomalous coronary artery. Echocardiography 1994;11(4):369-75.         [ Links ]

27. Godefroid O, Colles P, Vercauteren S, Louagie Y, Marchandise B. Quadricuspid aortic valve: a rare etiology of aortic regurgitation. Eur J Echocardiogr 2006;7(2):168-70.         [ Links ]

28. Lanzillo G, Breccia PA, Intonti F. Congenital quadricuspid aortic valve with displacement of the right coronary orifice. Scand J Thorac Cardiovasc Surg 1981;15(2):149-51.         [ Links ]

29. Idrees JJ, Roselli EE, Arafat A, Johnston DR, Svensson LG, Sabik JF 3rd, et al. Outcomes after repair or replacement of dysfunctional quadricuspid aortic valve. J Thorac Cardiovasc Surg 2015;150(1):79-82.         [ Links ]

30. Savino K, Quintavalle E, Ambrosio G. Quadricuspid aortic valve: a case report and review of the literature. J Cardiovasc Echography 2015;25:72-6. http://www.jcecho.org/text. asp?2015/25/3/72/166077.         [ Links ]

31. Takeda N, Ohtaki E, Kasegawa H, Tobaru T, Sumiyoshi T. Infective endocarditis associated with quadricuspid aortic valve. Jpn Heart J 2003;44(3):441-5.         [ Links ]

32. Matsukawa T, Yoshii S, Hashimoto R, Muto S, Suzuki S, Ueno A. Quadricuspid aortic valve perforation resulting from bacterial endocarditis: 2-D echo- and angiographic diagnosis and its surgical treatment. Jpn Circ J 1988;52(5):437-40.         [ Links ]

33. Bilge AK, BuÄYra Z, Tayyareci Y, Ruzgar O, Umman S, Meric M. An uncommon coincidence of congenital quadricuspid aortic valve accompanied by hypertrophic obstructive cardiomyopathy. Anadolu Kardiyol Derg 2007;7(4):E7-8.

34. Jagannath AD, Johri AM, Liberthson R, Larobina M, Passeri J, Tighe D, et al. Quadricuspid aortic valve: a report of 12 cases and a review of the literature. Echocardiography 2011;28(9):1035-40.         [ Links ]

35. Hayakawa M, Asai T, Kinoshita T, Suzuki T. Quadricuspid aortic valve: a report on a 10-year case series and literature review. Ann Thorac Cardiovasc Surg 2014;20(Suppl):941-4.         [ Links ]

36. Karlsberg DW, Elad Y, Kass RM, Karlsberg RP. Quadricuspid aortic valve defined by echocardiography and cardiac computed tomography. Clin Med Insights Cardiol 2012;6:41-4.         [ Links ]

37. Kurosawa H, Wagenaar SS, Becker AE. Sudden death in a youth. A case of quadricuspid aortic valve with isolation of origin of left coronary artery. Br Heart J 1981;46(2):211-5.         [ Links ]

38. Kucukoglu MS, Erdogan I, Okcun B, Baran T, Mutlu H, Uner S. Quadricuspid aortic valve abnormality associated with aortic stenosis and aortic insufficiency. J Am Soc Echocardiogr 2002;15(1):90-2.         [ Links ]

39. Melo da Silva CR, Vieira de Oliveira Salerno LM, Pinto Ferreira Filho PR. Quadricuspid Aortic Valve: Echocardiographic Diagnosis. Arq Bras Cardiol: imagem cardiovasc. 2013;26(4): 341-5.         [ Links ]

40. Nakamura Y, Taniguchi I, Saiki M, Morimoto K, Yamaga T. Quadricuspid aortic valve associated with aortic stenosis and regurgitation. Jpn J Thorac Cardiovasc Surg 2001;49(12):714-6.         [ Links ]

41. Bruschi G, De Marco F, Klugmann S. Transcatheter valve implantation in a stenosed quadricuspid aortic valve. Asian Cardiovasc Thorac Ann 2014; 22(5): 627.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons