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Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento

versión On-line ISSN 1852-4206

Rev Arg Cs Comp. vol.7 no.1 Córdoba abr. 2015

 

Editorial

La construcción de abordajes integradores en el estudio del desarrollo de las funciones ejecutivas

Lipina, Sebastián J. a, y Segretin, M. Soledad a

a Unidad de Neurobiología Aplicada (UNA, CEMIC-CONICET).  

Funciones ejecutivas es un constructo psicológico de naturaleza multidimensional, basado en diferentes modelos que intentan dar cuenta de los procesos básicos que las componen. Una idea común a todas las perspectivas conceptuales que abordan el estudio de este constructo, es la noción de que las funciones ejecutivas refieren a procesamientos psicológicos utilizados deliberadamente para guiar la conducta a un objetivo, particularmente en situaciones novedosas. Entre tales tipos de procesos se suelen incluir aquellos involucrados en la identificación de elementos comunes entre diferentes ítems, la generación y mantenimiento de ideas acerca de tareas o de información relevante para resolverlas, la inhibición de conductas familiares o estereotipadas, el rechazo de información que no es relevante para la realización de tareas, la manipulación de información novedosa acerca de una tarea o una situación, el cambio entre objetivos para lograr tareas, la planificación de conductas y el uso de información relevante para la toma de decisiones. Este conjunto variado de procesamientos, da cuenta de un amplio rango de fenómenos que tienen lugar en diferentes situaciones de la vida cotidiana, durante las distintas etapas del desarrollo cognitivo (e.g., atención, control inhibitorio, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva, automonitoreo y planificación). Debido a que este constructo hace referencia a un dominio amplio de competencias, no es posible determinar una manera estandarizada de evaluarlo. Por el contrario, en la investigación psicológica se suelen utilizar diferentes pruebas para evaluar sus distintos aspectos y subprocesos (Banich, 2009; Diamond, 2013).
El interés por este tipo de procesamientos está directamente asociado a su involucramiento en toda conducta autorregulada orientada a fines en la vida cotidiana; y en tal sentido, por su contribución al desarrollo típico o atípico de otras competencias cognitivas (e.g., teoría de la mente), sociales (e.g., interacción con pares y adultos) y de aprendizaje (e.g., desempeño académico en las áreas de lengua y matemática). Cada uno de estos tipos de procesamientos presenta una trayectoria de desarrollo específica que comienza en el primer año de vida (Garon et al., 2008). En cada una de las etapas de tales trayectorias es posible identificar momentos de mayor o menor madurez para los diferentes tipos de procesamientos. Es ejemplo de ello, el fenómeno de disociación abúlica descripto por Zelazo y colegas (1996), por el cual niños de edad preescolar manifiestan la posibilidad de repetir una consigna para realizar una tarea de manera correcta, pero que no pueden ejecutarla de la misma forma. El consenso actual en base a la evidencia empírica del área de estudio, sostiene que el desarrollo de las competencias para planificar una tarea a través de una secuencia de pasos, aprender las contingencias entre castigos y recompensas en tareas complejas de toma de decisiones, e inhibir y reducir las conductas impulsivas, continúan desarrollándose durante la adolescencia y hasta al menos la tercera década de vida (Best & Miller, 2010). Ello resulta concomitante con el desarrollo de las redes neurales que involucran preferencialmente a las áreas prefrontales dorsolaterales, mediales y orbitales (Hsu & Jaeggi, 2013). En forma reiterada, las funciones ejecutivas han sido asociadas durante la primera década de vida con el desempeño académico en las áreas de lengua y matemática desde la etapa preescolar (Allan et al., 2014; Bull & Lee, 2014; Kuhnle et al., 2012). Asimismo, durante su desarrollo, la progresiva integración de los diferentes componentes que forman parte de las funciones ejecutivas, han demostrado ser influenciables por la calidad de los contextos de crianza en términos de la disponibilidad de recursos materiales y simbólicos que los adultos a cargo en el hogar, la escuela y la comunidad, ponen a disposición de las poblaciones infantiles. En particular, la experimentación de deprivaciones asociadas al nivel socioeconómico han sido asociadas a los sistemas neurocognitivos involucrados con el desarrollo del lenguaje, las funciones ejecutivas y la adquisición de competencias de aprendizaje (Hackman et al., 2009; Lipina & Colombo, 2009; Lipina & Segretin, 2015).
En etapas ulteriores del desarrollo cognitivo, las funciones ejecutivas suelen ser las más afectadas durante la senescencia (Treitz et al., 2007); y su disfunción ha sido asociada a diferentes trastornos del desarrollo (e.g., TDAH), psiquiátricos (e.g., esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión, uso de substancias) y neurodegenerativos (e.g., enfermedades de Alzheimer y Parkinson) (Willcutt et al., 2005) -en todos los casos por el rol que en tales procesamientos tienen las redes neurales que incluyen en sus funcionamientos a las prefrontales.
El funcionamiento ejecutivo ha demostrado ser plausible de modificación por intervenciones realizadas en diferentes contextos de desarrollo como el laboratorio, el hogar, escuelas y centros comunitarios en diferentes sociedades (e.g., Diamond & Lee, 2011; Goldin et al., 2014; Landry et al., 2014; Segretin et al., 2014; Tang et al., 2012). Las diferentes relaciones y mecanismos explicativos existentes entre los distintos aspectos que involucran al funcionamiento ejecutivo, desde el nivel de análisis neural hasta la conducta individual, aún están siendo definidos. En consecuencia, informar con especificidad al diseño de intervenciones orientadas a su optimización es un área en continuo desarrollo científico.
Durante la última década, se continúa verificando la inclusión de abordajes que involucran en el estudio del desarrollo de las funciones ejecutivas nuevos niveles y contextos de análisis. Algunos ejemplos de tales avances están representados por las siguientes líneas de investigación: (1) el estudio de los mecanismos de mediación a través de los cuales los diferentes componentes ejecutivos cambian y se integran durante el desarrollo (e.g., Best & Miller, 2010; Lee et al., 2013; Lipina et al., 2013); (2) las interacciones entre el desarrollo de los diferentes componentes de las funciones ejecutivas con las características culturales de cada comunidad, que influyen sobre prácticas específicas de crianza y socialización (e.g., Deater-Deckar, 2014; LeCuyer & Zhang, 2015; Moriguchi, 2014); (3) el diseño de intervenciones que involucran la transferencia de nuevas tecnologías y abordajes innovadores producidos en contexto de laboratorio a contextos clínicos y escolares (e.g., Karbach & Unger, 2014; Otero et al., 2014; Segretin et al., 2014; Tang et al., 2012; Wass, 2015); (4) el análisis de las diferencias individuales y contextuales como moduladores de las intervenciones con poblaciones infantiles que viven en contextos de pobreza (e.g., Raver et al., 2013; Segretin et al., 2014); (5) las relaciones entre diferentes procesos de desnutrición y malnutrición con el desarrollo ejecutivo (e.g., Jiao et al., 2014; Miller et al., 2015); y (6) la integración de diferentes procesos ejecutivos con otros aspectos del desarrollo típico, como la motricidad y la actividad física (e.g., Khan, & Hillman, 2014; Koziol & Lutz, 2013), la metacognición (e.g., Ardila, 2013; Devine & Hughes, 2014) y el sueño (e.g., Bernier et al., 2013; Turnbul et al., 2013); y del desarrollo atípico asociado al uso de sustancias (e.g., Jain et al., 2014), alteraciones hormonales (Ghassabian et al., 2014) y prematuridad (Burnett et al., 2013).
En tal contexto de construcción de conocimiento, en el que participan diferentes disciplinas que incluyen a la psicología cognitiva y la neurociencia del desarrollo como las que más evidencia empírica vienen generando, se verifica la progresiva emergencia de modelos conceptuales y metodológicos que intentan integrar distintos niveles de análisis y contextos de aplicación (e.g., Buss & Spencer, 2014; Sirois et al., 2008; Wasserman & Wasserman, 2013). Tal agenda de estudio continúa planteando desafíos a la investigación empírica, asociados a las dificultades para definir conceptual y operacionalmente los distintos componentes que contribuyen al funcionamiento ejecutivo, la necesidad de identificar tanto las trayectorias de su desarrollo típico y atípico como los factores que las modulan, la integración de las perspectivas cognitivas y neurocientíficas y la complejidad del diseño de intervenciones y el análisis de su transferencia a diferentes dominios del desarrollo infantil (Hughes, 2011; Sheese & Lipina, 2011). El presente número especial se propone continuar contribuyendo al desarrollo de esta agenda de investigación, a través de dos tipos de trabajos. Por una parte, incluye una serie de estudios empíricos que abordan el análisis del desarrollo ejecutivo en relación a: (1) el uso de nuevas tecnologías (Cabañas y Korzeniowski); (2) la integración de diferentes aspectos del desempeño en tareas de control inhibitorio a nivel conductual y el seguimiento de la mirada (Mainville, Brisson, Nougarou, Stipanicic y Sirois); (3) los efectos de diferentes tipos de interferencias sobre la capacidad de memoria de trabajo (Canet-Juric, Introzzi y Burin); y (4) el efecto de la extraedad escolar sobre el procesamiento atencional (Ison, Korzeniowski, Segretin y Lipina). Por otra parte, tres trabajos se ocupan de discutir diferentes aspectos del diseño e implementación de intervenciones orientadas a optimizar el desempeño y el desarrollo ejecutivo en relación a: (5) un modelo teórico de reprocesamiento iterativo de representaciones autorregulatorias (Almy y Zelazo); (6) la integración de la actividad física a las demandas cognitivas y su aplicación en contextos con valor ecológico para el desarrollo infantil (Best); y (7) la discusión sobre diferentes tipos de entrenamientos y su potencial aplicación a contextos de intervención clínicos y educativos durante las dos primeras décadas de vida (Karbach).

Referencias
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