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Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento

versión On-line ISSN 1852-4206

Rev Arg Cs Comp. vol.7 no.3 Córdoba dic. 2015

 

ARTICULO METODOLOGICO

Datos normativos del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS) en una muestra argentina

Irrazabal, Nataliaac, Aranguren, Mariabc, Zaldua, Emanuela, y Di Giuliano, Nataliaa

a Universidad de Palermo
b Universidad Católica Argentina
c Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)

Enviar correspondencia a: nirrazabal@psi.uba.ar

Resumen
El objetivo de este estudio fue validar en una muestra argentina seis conjuntos de imágenes del International Affective Picture System (IAPS). Los 524 participantes (246 hombres y 278 mujeres) evaluaron las dimensiones de valencia, activación y control, utilizando el Self-Assessment Manikin (SAM), en 358 imágenes pertenecientes a los sets 1, 2, 4, 5, 7, 14 del IAPS. Los resultados, en consonancia con los estudios realizados en Estados Unidos, España, Chile y Colombia entre otros, muestran una distribución de las imágenes en forma de boomerang en el espacio afectivo definido por las dimensiones de valencia y activación. Se observa una mayor dispersión y menor inclinación en el polo positivo que en el polo negativo. También se hallaron diferencias significativas entre hombres y mujeres, observándose una mayor activación y menor control en las mujeres. La ausencia de diferencias en la dimensión valencia sostiene a esta dimensión como eje principal sobre el cual se organizan las emociones
Palabras clave: Emoción; IAPS; Valencia; Activación; Control

Abstract
Normative data of the International Affective Picture System (IAPS) in an Argentine sample. The aim of this study was to validate in Argentinean sample six sets of images from the International Affective Picture System (IAPS). Participants were 524 participants (246 men and 278 women) who assessed valence, arousal and control, through the Self-Assessment Manikin (SAM), in 358 images belonging to sets 1, 2, 4, 5, 7, 14 of the IAPS. The results show a distribution of the images as a boomerang in the affective space defined by the dimensions of valence and activation. These results are consistent with those found in other countries (United States, Spain, Chile and Colombia, among others). More dispersion and less inclination were observed in the positive pole than in the negative one. Significant differences between men and women were also observed, women showed greater activation and less dominance. The absence of differences in valence dimension supports this dimension as the main axis around which emotions are organized.
Keywords: Emotion; IAPS; Valence; Arousal; Dominance

Recibido el 15 de julio de 2015; Recibida la revisión el 3 de noviembre de 2015;  Aceptado el  4 de noviembre de 2015.

1. Introducción
La mayoría de los autores coinciden en señalar que las emociones son fenómenos complejos multifactoriales que permiten la adaptación al medio (Öhman & Birbaumer, 1993). Considerando su función adaptativa, Lang (1995) define a las emociones como predisposiciones para la acción que surgen a partir de la activación de circuitos cerebrales ante estímulos relevantes para el individuo y que implican tres sistemas de respuesta organizados jerárquicamente y relativamente independientes: el fisiológico, el motor y el cognitivo. En el nivel fisiológico (inferior) se encuentran los patrones conductuales y fisiológicos concretos y específicos de la respuesta emocional asociados a un incremento de la actividad del sistema nervioso autónomo, somático y endocrino, lo cual provoca cambios en otros sistemas (como el respiratorio: respiración agitada, ahogo; cardiovascular: aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial; gastrointestinal: nauseas, molestias abdominales; y dermatológico: rubor, sudoración)(Simons, Detenber, Roedema, & Reiss, 1999). El nivel motor (intermedio) incluye los programas emocionales compuestos por sub-rutinas de ataque, lucha, huida, aproximación, conducta sexual y búsqueda de alimento. Por último, el nivel cognitivo (superior) está compuesto por las dimensiones: valencia, activación y control (Bradley, Codispoti, Cuthbert, & Lang, 2001). La dimensión valencia es la que marca en mayor grado la variabilidad observada en las emociones y se sostiene en dos sistemas motivacionales primarios: el apetitivo orientado a la conducta consumatoria, sexual o de crianza, y el defensivo (o aversivo), conducente a la conducta de protección, escape o evitación. Este sistema motivacional es el que origina el carácter bipolar de la dimensión valencia y la preeminencia de esta dimensión sobre las otras. La dimensión activación refiere al nivel de excitación e intensidad de la emoción (Bradley, 2009; Lang, 1995). Esta dimensión representa la activación de cualquiera de los dos sistemas (apetitivo-aversivo) o bien la co-activación de ambos sistemas (Lang, 1995). La dirección general de la conducta  dependerá de las fuerzas relativas de activación de ambos sistemas. Según Lang (1995), en conjunto, las dimensiones de valencia (agradable-desagradable) y activación (activado-calmado), permiten representar la totalidad de la expresión afectiva en un espacio bidimensional definido por estos dos ejes principales. Posteriormente, se agregó una última dimensión, la de control (controlador-controlado). Esta dimensión da cuenta del nivel de control que se posee sobre la respuesta emocional, lo que influiría en la continuidad o interrupción de una conducta determinada. Esta dimensión estaría altamente correlacionada con la dimensión valencia, de ahí que la sensación de control tiende a aumentar en situaciones agradables y a disminuir ante la presencia de  acontecimientos hostiles. En resumen, los parámetros fundamentales que definen la experiencia emocional son las dimensiones de valencia y activación (Bradley, 1994; Diener, Smith, & Fujita, 1995). Sin embargo, el grado de control del individuo sobre la experiencia emocional permite dar una mayor precisión de los estados emocionales (Cacioppo & Berston, 1994; Cacioppo & Gardner, 1999). Lang y Davis (2006) postulan que las reacciones emocionales se caracterizan por la direccionalidad (tendencia a la aproximación o a la evitación), la intensidad (mayor o menor demanda de activación) y el control (continuidad o interrupción en la conducta).

1.1. Metodología experimental de inducción de emociones
En las últimas décadas se ha producido un incremento exponencial en la investigación de la emoción. En situaciones reales pueden generarse  reacciones emocionales debido a una gran cantidad estímulos, con las más diversas características. En contexto de laboratorio, sin embargo, el control experimental y los principios éticos acotan considerablemente el tipo de estímulos que pueden ser utilizados. Debido a esto es un objetivo prioritario en la investigación de laboratorio sobre las emociones encontrar estímulos que difieran cuantitativamente en sus características afectivas y que, a su vez, puedan ser manipulados con facilidad por parte del experimentador y sin rechazo por parte del sujeto experimental (Vila et al., 2001).
En función de este objetivo, Lang, Bradley y Cuthbert  (1997, 2008) diseñaron el Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (International Affective Picture System, IAPS), como método de inducción de emociones en situaciones experimentales. Este sistema está compuesto por  más de 1.000 fotografías a color que fueron agrupadas en 20 sets o conjuntos, cada uno de ellos con un número aproximado de 60 imágenes. Esta herramienta tiene la propiedad de inducir reacciones emocionales en condiciones de laboratorio. Las fotografías están divididas en cuatro categorías semánticas: Personas, Animales, Objetos y Escenas. La validez del IAPS como instrumento efectivo para la inducción de emociones se ha fortalecido no sólo por los diferentes análisis psicométricos (Greenwald, Cook & Lang, 1989; Lang, Greenwald, Bradley & Hamm, 1993), sino también por su alta correlación con respuestas psicofisiológicas (Bradley & Lang, 2007).
La decisión de usar fotografías como estímulos afectivos y no otro soporte se tomó por varias razones. En primer lugar por su clara habilidad evocativa, en segundo lugar por la facilidad relativa de editarlas, catalogarlas y distribuirlas y, en tercer lugar, por considerarse hechos estáticos e invariables. Esta facilidad de control es de gran utilidad a la hora de seleccionar, manipular y experimentar con el estímulo (Lang, 1995). Según Lang et al. (1993), las fotografías tienen propiedades estimulares próximas a los objetos reales o acontecimientos que representan, y son capaces de provocar la activación de representaciones cognitivas asociadas con respuestas emocionales. Así, en la visualización de imágenes, el procesamiento afectivo desencadena la expresión facial y la activación fisiológica de manera similar al patrón que tiene lugar ante los estímulos verdaderos en situaciones reales.
El IAPS es una de las pruebas más utilizadas a nivel internacional contando con adaptaciones y normativas para población norteamericana (Lang et al., 2008), española (Moltó et al., 1999; Vila et al., 2001), belga (Verschuere, Crombez, & Koster,  2001), brasilera (Ribeiro, Pompéia, & Bueno, 2004, 2005; Lasaitis, Ribeiro, & Bueno, 2008), colombiana (Gantiva Díaz, Guerra Muñoz, & Vila Castellar, 2011), chilena (Dufey, Fernández, & Mayol, 2011; Silva, 2011), alemana (Grühn & Scheibe, 2008; Hamm & Vaitl, 1993), bosniaca (Drace, Efendric, Kusturica, & Landzo, 2013), lituana (Mačiukaitė, Kuzinas, & Rukšėnas, 2015), india (Lohani, Gupta, & Srinivasan, 2013), entre otras. Dichas adaptaciones han sido realizadas cuidando la semejanza entre los aspectos metodológicos y procedimentales de las investigaciones, a fin de poder garantizar una comparación fiable de los resultados (Dufey et al., 2011). En Argentina hasta el momento sólo se han comunicado estudios preliminares de los sets 13 y 19 (Estrada, Rovella, & Brusasca, 2015; Martinez Nuñez et al., 2013).
En función de los antecedentes revisados, el objetivo del presente trabajo consiste en presentar los valores normativos para población argentina de las dimensiones valencia, activación y control para seis conjuntos de imágenes del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas, IAPS (Sets 1, 2, 4, 5, 7, 14).

2. Método
2.1. Participantes
Siguiendo las pautas planteadas en el Reporte Técnico A-8 (Lang et al., 2008), en el que se presentan el manual de instrucciones y los baremos del IAPS para población americana, se definió la muestra y la conformación de los grupos. Se conformó una muestra intencional, ajustándose a los lineamientos del estudio original (Lang et al., 2008) y de las validaciones realizadas en otros países. Participaron 524 estudiantes universitarios (set 1: n = 88; set 2: n = 89; set 4: n = 79; set 5: n = 95; set 7: n =85; set 14: n =88) entre 18 y 55 años de edad, de los cuales un 47% eran hombres. La media de edad fue de 23.32 años (DE = 6.69). En todos los casos, los participantes firmaron el consentimiento informado tomando conocimiento de la investigación y aceptando su participación en la misma.

2.2. Instrumentos
IAPS (International Affective Picture System, Lang et al., 2008). En el presente estudio se utilizaron los sets 1, 2, 4, 5, 7,  y 14 del IAPS que suman un total 358 imágenes pertenecientes a diversos campos semánticos.
SAM (Self-Assessment Manikin, Bradley & Lang, 1994). Con el fin de evaluar las dimensiones de valencia, activación y control, los participantes debían puntuarlas en el SAM. El SAM comprende tres escalas pictográficas de nueve puntos que proporcionan información para cada dimensión. Las respuestas se clasifican de manera que el número 9 representa la calificación más alta (máximo nivel de agrado, activación y control), mientras que el número 1 es la clasificación más baja (mínimo nivel de agrado,  activación y control).

2.3. Procedimiento
Los sets se administraron de manera grupal en sesiones de aproximadamente 30 minutos en grupos de entre 20 y 30 participantes. La recolección de datos se llevó a cabo en un aula universitaria, acondicionada a los fines de la investigación, contando con pantalla de proyección, proyector y laptop. El tamaño de proyección de las imágenes fue de 150 x 120 cm. Se utilizó Microsoft Office Powerpoint versión 2007 para la programación de la presentación de los estímulos.
Los sets de fotografías fueron programados siguiendo las indicaciones de Lang et al. (2008). Se utilizaron cuatro fotografías como soporte para la explicación y demostración acerca del uso del SAM, seguida de una instancia de preguntas acerca de las dudas que tuvieran los participantes para, finalmente, comenzar con la prueba. Cada fotografía del IAPS fue precedida por una diapositiva de advertencia que se proyectó durante cinco segundos ("A continuación verá la imagen X"), luego se proyectó durante 6 segundos la imagen mencionada y, finalmente, se presentó una tercera diapositiva con una duración de 15 segundos, invitando a los sujetos a realizar la evaluación sobre la serie pictográfica del SAM en versión papel ("Por favor, puntúe la imagen X en sus tres dimensiones"). Los sets fueron presentados en dos órdenes distintos con el fin de contrabalancear la exposición de las imágenes contenidas en los mismos.

2.4. Análisis de datos
Para el procesamiento de los datos se utilizó el paquete estadístico SPSS 20.0 (Statistical Package for Social Sciences). En primer lugar, para analizar la fiabilidad se calculó el alfa de Cronbach. A continuación, se obtuvieron los estadísticos descriptivos de las 358 diapositivas (media y desvío estándar) para el total de la muestra y para hombres y mujeres por separado. Luego, se calcularon las correlaciones entre las medias de las dimensiones de valencia y activación para el total y para hombres y mujeres por separado. Por último, para comparar las puntuaciones entre hombres y mujeres en las tres dimensiones se utilizó la prueba t de Student para muestras independientes. El nivel de significación que se utilizó para todos los análisis fue del 5%.

3. Resultados
3.1 Fiabilidad del IAPS
Se analizó la fiabilidad del instrumento utilizando el método de consistencia interna (alfa de Cronbach). En la Tabla 1 se pueden observar los coeficientes hallados para las tres dimensiones de cada uno de los sets evaluados. Los resultados indican que la consistencia interna varía entre .69 (para la dimensión de valencia del set 4) y .96 (para la dimensión de activación del set 1), encontrándose coeficientes de alfa de Cronbrach altos en las dimensiones de activación y control y coeficientes que van de moderados a altos (ver George & Mallery, 2003) en la dimensión de valencia.

Tabla 1. Análisis de fiabilidad para las dimensiones de valencia, activación y control del IAPS en población argentina

3.2 Valores normativos del IAPS en población argentina
3.2.1. Estadísticos descriptivos. 
En el  anexo se adjuntan las medias y desviaciones típicas de las dimensiones valencia, activación y control de las 358 diapositivas del IAPS (correspondientes a los sets 1, 2, 4, 5, 7, 14) para población general, y para hombres y mujeres por separado.
Dichos datos representan los valores normativos de la estandarización argentina. Siguiendo las pautas utilizadas en otras publicaciones (i.e. Moltó et al., 1999; Vila et al., 2001), el orden  de las diapositivas sigue su número internacional de clasificación con el propósito de facilitar su localización.

3.2.2. El espacio bidimensional afectivo.
En la Figura 1 se muestra la representación gráfica de las 358 diapositivas del IAPS, en el espacio bidimensional definido por la valencia afectiva y la activación, según las evaluaciones obtenidas por el total de los participantes de esta investigación. La media de las estimaciones de los 358 participantes se encuentra indicada por cada uno de los puntos que se encuentran en el espacio bidimensional. Un punto equivale a una diapositiva particular.

Figura 1. Gráfico de dispersión de las 358 diapositivas (sets 1, 2, 4, 5, 7 y 14) del IAPS según las estimaciones medias de la población general evaluada.

La distribución observada en el gráfico adopta la forma de boomerang, originándose cada uno de los brazos del boomerang en un punto neutro de valencia y baja activación, que luego se extiende progresivamente hacia los dos extremos de alta activación, tanto en el polo de valencia positiva como de valencia negativa. Por otra parte, esta relación existente entre la valencia y la activación observada en la figura 1 se corresponde también a nivel estadístico en donde se encuentra una correlación cuadrática de .39 entre ambas variables.
También puede apreciarse en la figura 1 cómo las diapositivas consideradas agradables, es decir, las del extremo superior, se distribuyen ocupando prácticamente todo el largo del continuo activación, dando como resultado una  correlación positiva entre ambas variables (r = .38, p < .000). No ocurre lo mismo con aquellas fotografías ubicadas en los cuadrantes inferiores, es decir, aquellas que representan imágenes desagradables. En este caso las imágenes se concentran más en el cuadrante activador que en el cuadrante calmo. Esto indica la presencia de una relación inversa entre ambas variables (r = -.85, p < .000), cuanto menos agradables son las imágenes, más activadoras resultan.
Se observa en la figura que las fotografías que puntuaron como más agradables corresponden a paisajes, helado, pareja de ancianos y bebés. Las del polo agradable que a su vez arrojaron valores altos en activación son aquellas que implican experiencias humanas agradables pero en las que, a la vez, se corre riesgo, como es el caso de los deportes de aventura. Las imágenes que resultaron más desagradables para población general fueron aquellas que representan personas muertas y mutiladas, sobre todo aquellas que representan a niños en esta situación. De ellas, las más activadoras incluyen también imágenes de delincuencia o violencia de género.

3.3. Diferencias de sexo en la estandarización argentina
En las Figuras 2 y 3 se encuentra representada gráficamente la distribución de las 358 diapositivas en el espacio bidimensional valencia-activación para hombres y mujeres respectivamente. Se puede observar que ambas figuras adoptan la forma de boomerang evidenciada previamente en la distribución de las puntuaciones de población general, aunque, en este caso pueden destacarse algunas diferencias.

Figura  2. Gráfico de dispersión de las 358 diapositivas (sets 1, 2, 4, 5, 7 y 14) del IAPS según las estimaciones medias de los hombres.

Figura 3. Gráfico de dispersión de las 358 diapositivas (sets 1. 2. 4. 5. 7 y 14) del IAPS según las estimaciones medias de las mujeres.

En la Tabla 2 se presentan los estadísticos descriptivos y las diferencias de medias para hombres y mujeres. Tal como se observa no se encontraron diferencias en las puntuaciones de la dimensión valencia entre hombres y mujeres, pero sí se constataron diferencias  en las dimensiones de activación y control.

Tabla 2. Medias, desviaciones típicas y estadístico t para las diferencias de medias de hombres y mujeres en el IAPS

En las Figuras 2 y 3, que representan la distribución de las imágenes del IAPS en el espacio bidimensional (valencia y activación) para hombres y mujeres respectivamente, se observa en ambos casos una mayor inclinación y menor dispersión en las evaluaciones del polo negativo (hombres: r = -.78, p < .000; mujeres: r = -.85, p < .000) en comparación con la inclinación y dispersión del polo positivo (hombres: r = .39, p < .000; mujeres: r = .35, p < .000). Se halló en los hombres una mayor correlación en las evaluaciones del polo positivo en comparación con los puntajes obtenidos en las mujeres, lo que indica un sesgo positivo hacia evaluar como más agradables y activadoras las imágenes apetitivas, como por ejemplo, situaciones eróticas o deportes de alto riesgo. En las mujeres, por su parte, se observa una mayor inclinación y menor dispersión en las evaluaciones de las imágenes del polo desagradable en comparación con los hombres, lo que indica un sesgo negativo relacionado con evaluar como más desagradables y activadoras las imágenes aversivas, como aquellas escatológicas o las que representan mutilaciones o violencia de género. Esto indica que las mujeres tienden a activarse más ante los estímulos emocionales del extremo desagradable. Con relación al polo positivo en el caso de las mujeres, las imágenes que evaluaron como más agradables no son las más activadoras y son aquellas que representan parejas en situaciones románticas, paisajes, niños jugando o bebés. También se encontraron diferencias en la dimensión control que indica que las mujeres tienden a percibirse con menor dominio que los hombres frente a los diferentes estímulos afectivos, sobre todo frente a aquellos estímulos que representan situaciones hostiles o desagradables.

4. Discusión
El IAPS fue creado para responder a la necesidad de contar con un sistema confiable a la hora de inducir emociones en condiciones de laboratorio. Por esta razón el objetivo  de este trabajo ha sido obtener los valores normativos de un conjunto de imágenes del IAPS para población argentina, analizar la consistencia interna de las tres dimensiones y evaluar  las diferencias por sexo en las tres dimensiones de la emoción.
La distribución en forma de boomerang de los estímulos afectivos en el espacio bidimensional (valencia-activación), refleja la organización de las emociones en función de los dos sistemas motivacionales básicos: el apetitivo y el aversivo (Bradley, 2009; Bradley & Lang, 2007). Estos resultados van en línea con los obtenidos en la validación del IAPS en otros países, como por ejemplo, Brasil (Ribero et al., 2005), Chile (Dufey et al., 2011), Colombia (Gantiva Díaz et al., 2011), España (Moltó et al., 1999; Vila et al., 2001) y los estudios originales de Estados Unidos (Lang et al., 2008). Sumado a los datos de las validaciones mencionadas, Gantiva Díaz y colaboradores (2011) describen que esta forma de distribución de los estímulos emocionales se repite de forma similar cuando se han utilizado sonidos (Bradley & Lang, 2000), palabras (Bradley & Lang, 1999), música instrumental (Witvliet & Vrana, 1996) y fragmentos de películas (Detenber, Simon & Bennett, 1998).
Al igual que en estos países, las diferencias encontradas en la muestra argentina en las dimensiones de activacióny control sugieren, una vez más, que la dimensión valencia sería la dimensión base en torno a la cual se estructuran jerárquicamente las emociones. A esta dimensión, Lang y Davis (2006) le adjudican un claro origen neurobiológico, resultado del proceso de adaptación y evolución humana. Por su parte, las dimensiones de activación y control estarían más influenciadas por procesos de aprendizaje y variables socioculturales. Estos datos indican que el IAPS puede ser un instrumento fiable a la hora de detectar diferencias culturales, sobre todo si se considera que el sistema que se utiliza para evaluar las imágenes estimulares (SAM) es una escala pictográfica de fácil comprensión para toda cultura independientemente de su idioma.
En consonancia con los estudios previos (Bradley & Lang, 2007), se constató que las imágenes más activadoras son aquellas que involucran a personas o experiencia humana en situaciones desagradables o peligrosas, como por ejemplo, las imágenes de mutilados, violencia de género o deportes de riesgo. También se observó que los participantes se mostraron más activados con las imágenes del polo desagradable que con aquellas del extremo agradable. Esta afirmación se apoya en los resultados estadísticos que muestran una correlación negativa entre estas dos dimensiones, indicando que cuanto menos agradables resultan las imágenes, más activadoras son. En contraposición a esto, aquellas fotografías evaluadas como neutrales en valencia y  neutrales o bajas en activación corresponden generalmente a objetos (no a personas  ni a actividades que impliquen riesgo o afecto) como podría ser un palo de amasar, una silla, entre otros. Por último, las imágenes agradables que incluyen experiencias humanas en situaciones amenas o placenteras como por ejemplo, eróticas, románticas, deportes, entre otras, tendieron a ser evaluadas como más activadoras que aquellas que representan objetos agradables como por ejemplo las fotografías de chocolate o helado.
La predominancia de la activación ante la estimulación aversiva en comparación con aquellas situaciones amenas o agradables podría explicarse y traducirse como mayor cantidad de movilización energética ante situaciones relacionadas con peligro o que ponen en riesgo la continuidad de la vida (Lang, Davis, & Öhman, 2000).
Por otro lado, se observaron diferencias por sexo para las dimensiones activación y control en población argentina. Los resultados obtenidos están en consonancia con los estudios previos. En la dimensión activación, las mujeres refieren mayor activación que los hombres para imágenes que se ubican en el polo desagradable, como aquellas escatológicas o las que representan mutilaciones o violencia de género, en tanto que los hombres declaran mayor activación que las mujeres para las fotografías del extremo agradable, como por ejemplo, situaciones eróticas o deportes de alto riesgo. Esto es consistente con los resultados hallados por Bradley y Lang (2007), que sugieren la existencia de un "prejuicio positivo" más presente en hombres que en mujeres y una "influencia negativa" más presente en  mujeres que en hombres. Con respecto a la mayor activación de los hombres frente a las imágenes del polo positivo, específicamente las imágenes de contenido erótico, los resultados hallados tienen correlatos neurofisiológicos que evidencian mayor activación del sistema motivacional apetitivo en los hombres ante estímulos eróticos que en las mujeres (Bradley et al., 2001a; Hamann, Harman, Nolan, & Wallen, 2004; Sabatinelli, Flaisch, Bradley, Fitzsimmons, & Lang, 2004). Según Bradley y colaboradores (2001b) estas diferencias pueden deberse a que los hombres focalizan más en las características físicas de sus posibles parejas. Con respecto a la mayor activación de las mujeres frente a las imágenes del polo negativo, estos resultados también son consistentes con los datos fisiológicos que muestran una mayor bradicardia, la potenciación del reflejo de sobresalto y mayores reacciones electromiográficas faciales en mujeres que en hombres (Bradley et al., 2001b). También Gomez, von Gunten y Danuser (2013) plantean que estos resultados son consistentes con datos epidemiológicos y la investigación clínica que demuestra que las mujeres manifiestan más afecto negativo, trastornos de ansiedad y depresión que los hombres (por ejemplo, Byers, Yaffe, Covinsky, Friedman, & Bruce, 2010; Mroczek y Kolarz, 1998; Nolen-Hoeksema, 2001). Por último, Gomez y colaboradores (2013) encuentran que estas diferencias por sexo son independientes de la edad de los participantes y se mantienen estables a lo largo de la vida.
También pudo observarse que, a diferencia de los hombres, las mujeres tienden a percibirse con menor capacidad de control frente a las imágenes emocionales. De esto último podría inferirse que las mujeres se sienten más dominadas que dominantes ante distintas situaciones emocionales. Estas diferencias en relación con la dimensión control, pueden deberse tanto a aspectos culturales en relación con la socialización del género como a diferencias biológicas entre hombres y mujeres. 
Con respecto a las diferencias por sexo halladas en las dimensiones de activación y control se señala que las mismas han de ser tenidas en cuenta en el diseño de experimentos que estudien fenómenos emocionales, ya que constituyen una fuente de variación entre los participantes.
Las limitaciones de esta investigación se encuentran referidas a la composición de la muestra. En este sentido, una de las limitaciones es que se trabajó con población de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y del Gran Buenos Aires. No se incluyeron participantes que residieran en otras ciudades y provincias del país. Por otro lado, siguiendo las investigaciones previas en el área, se incluyeron únicamente estudiantes universitarios y no se consideraron aspectos referidos a otros niveles educativos ni rangos etarios. Asimismo, no se controló la presencia de afecciones neurológicas, enfermedades psiquiátricas y adicciones, ansiedad y emoción basal en los participantes. 
Futuras investigaciones podrían ahondar en el análisis minucioso respecto al contenido semántico de las fotografías diferenciado por sexo o edad, así como profundizar en el estudio de las puntuaciones del IAPS en población clínica. A su vez sería interesante conocer los correlatos psicofisiológicos asociados a los diferentes gradientes de valencia, activación y control  de las imágenes del IAPS.

Sobre la base de los resultados hallados, se observa que el IAPS es un instrumento que cumple con los requisitos para evaluar las emociones en población argentina. Las tres dimensiones del IAPS evidenciaron adecuados índices de consistencia interna en los seis sets utilizados. A su vez, se presentan los datos normativos para población argentina, pudiendo ser aplicado el IAPS en contextos de investigación, como también en el ámbito de la clínica. Se espera con este trabajo, facilitar el estudio de la emoción y colaborar al desarrollo de esta área de evaluación en nuestro país.

Referencias
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Citar este artículo como: Irrazabal, N.; Aranguren, M.; Zaldua, E. y Di Giuliano, N.  (2015).  Datos normativos del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS) en una muestra argentina  Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 7 (3), 34-50.

Anexo
Tabla de estadísticos descriptivos (medias y desvío estándar) en las dimensiones  de valencia, activación y dominancia de cada una de las imágenes del IAPS (set  1, 2, 4, 5, 7 y 14)  según la población general de Argentina, según varones y según mujeres.

 

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