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Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento

versión On-line ISSN 1852-4206

Rev Arg Cs Comp. vol.8 no.3 Córdoba dic. 2016

 

ARTICULO ORIGINAL

Perfeccionismo percibido y expresión de ira en deportistas varones adolescentes: Influencia sobre la autoestima.

Muñoz Villena, Antonio Jesús, a; González Hernández, Juana y Olmedilla Zafra, Aurelioa

a Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Universidad de Murcia
Enviar correspondencia a: Muñoz Villena, A. J. E-mail: aj.munnoz@gmail.com

Resumen

La presente investigación pretende analizar la influencia de las dimensiones de perfeccionismo y expresión de la ira sobre la autoestima, pilar sobre el que se construye la personalidad. Participaron 229 deportistas, varones, practicantes de fútbol (n = 130) y baloncesto (n = 99); con edades entre 13 y 17 años (M = 14.43; DE = 1.367). Se administraron a los participantes: Escala Multidimensional de Perfeccionismo (FMPS), Inventario de expresión de ira estado-rasgo (STAXI-NA), Escala de Autoestima de Rosenberg (EAR) y cuestionario sociodemográfico ad-hoc. Los resultados del análisis correlacional revelan cómo las dimensiones de perfeccionismo desadaptativo se relacionan con menor autoestima; contrario a lo hallado con algunas dimensiones de perfeccionismo adaptativo. La dimensión ira rasgo se correlaciona de forma inversa con autoestima. Además, los indicadores de perfeccionismo adaptativo –Organización y Estándares Personales- se asocian de forma significativa una mayor percepción de autoestima de los jugadores; en contraposición a lo que ocurre con quienes presentan tendencias perfeccionistas desadaptativas. La evaluación de este tipo de variables en el ámbito deportivo permite diseñar programas de prevención de la salud y/o estimulación de conductas adaptativas para deportes de equipo.

Palabras clave:
perfeccionismo; adaptación psicológica; expresión y control de ira; autoestima.

Abstract

Relationship between perception of perfectionism and expression of anger in teenage male athletes. Influences on self-esteem. The aim of this research is the analysis of the influences of dimensions such as perfectionism and expression anger on self-esteem, pillar on which personality is built. 229 athletes, male, football (N = 130) and basketball players (N = 99), aged between 13 and 17 years (M = 14.43; DS = 1.367), took part in this research. Frost Multidimensional Perfectionism Scale (FMPS), State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI-NA), Rosenberg Self-Esteem Scale (RSE) and socio-demographic questionnaires were distributed. The results of correlational analyses show how the dimensions of maladaptive perfectionism are associated with lower self-esteem; in contrast, some dimensions of maladaptive perfectionism were found. Anger feature dimension is correlated in reverse order to self-esteem. Moreover, the indicators of adaptative perfectionism –Organization and Personal Standards- associate a higher sense of self-steem; as opposed to maladaptive perfectionist tendencies. The evaluation of such variables in sports allows to design prevention programs health and/or stimulation of adaptive behaviors for team sports.

Keywords:
perfectionism; psychological adaptation; expression and control of anger; self-steem.

Recibido el 17 de Septiembre de 2015; Recibida la revisión el  17 de marzo de 2016; Aceptado el 21 de marzo de 2016
Editaron este artículo: Angelina Pilatti, María Micaela Marín, María Victoria Ortiz y Anabel Belaus.

1. Introducción

El perfeccionismo ha sido considerado un rasgo de personalidad esencialmente negativo o desadaptativo, y un proceso transdiagnóstico como factor de riesgo o proceso que puede estar en la etiología y mantenimiento de otros trastornos psicológicos (Egan, Wade, & Shafran, 2011). Sin embargo, se han evidenciado aspectos positivos, funcionales o adaptativos del perfeccionismo (Slaney, Rice, Mobley, Trippi, & Ashby, 2001).
De manera generalizada, existe acuerdo desde el punto de vista teórico sobre cuáles son los componentes básicos del constructo perfeccionismo. Con independencia del marco teórico, existen dos componentes comunes en la definición de perfeccionismo tal y como afirma Carrasco, Belloch y Perpiñá (2010): "en primer lugar, las exigencias personales elevadas, es decir, la existencia de criterios exigentes para definir el éxito personal; y en segundo término, la autoevaluación negativa o autocrítica en caso de que no se alcancen esos criterios" (p. 50).
En las últimas décadas, dos modelos teóricos multidimensionales han dominado la investigación científica. Por un lado, Frost, Marten, Lahart y Rosenblate (1990) plantean al perfeccionismo como compuesto por seis factores (exigencias personales, preocupación por los errores, dudas sobre las acciones, expectativas paternas, críticas parentales y organización). La Escala Multidimensional de Perfeccionismo (Frost Multimensional Perfectionism Scale, [FMPS] en inglés) es la escala que operacionaliza este modelo. Por otro lado Hewitt y Flett (1991), plantean en su modelo tres dimensiones sobre cómo la persona argumenta sus actuaciones desde una perspectiva social (perfeccionismo orientado hacia sí mismo, perfeccionismo orientado hacia los demás y perfeccionismo socialmente prescrito), incluyéndolas en su escala de medida del perfeccionismo (Hewitt Multidimensional Perfectionism Scale, HMPS).
Carrasco et al. (2010) realizan los estudios de adaptación de la Escala Multidimensional de Perfeccionismo (EMP) de Frost et al. (1990), con población española adulta y estudiantes universitarios. La escala de seis factores original es modificada a cuatro: exigencias personales y organización; la fusión en un solo factor de las dimensiones preocupación por errores y dudas sobre acciones; de expectativas y críticas paternas, por otro. Del mismo modo, Khawaja y Armstrong (2005) sugieren una versión más corta en cuanto a número de ítems de la FMPS y dos subescalas: perfeccionismo disfuncional (preocupación por errores, dudas sobre acciones y expectativas, críticas paternas) y perfeccionismo funcional (estándares personales y organización).
Las figuras paternas, a través de su estilo de crianza, influyen sobre el desarrollo del perfeccionismo (Stoeber & Childs, 2010). Se encontró, además, que los momentos claves son: la infancia y la adolescencia. A su vez, el mantenimiento del perfeccionismo podría deberse a una serie de factores, como la cultura y el sistema educativo (Kawamura, Frost, & Harmatz, 2002) entre otros.
Con independencia de quién establece los estándares y de que sean reales o percibidos, cuando los esfuerzos de desempeño no están al nivel que se espera, la probabilidad de experimentar una respuesta afectiva o emocional, aumenta. Una de esas emociones experimentadas en el deporte bajo condiciones de error percibido es la ira. La ira es considerada por algunos autores como nociva (Besharat, & Shahidi, 2010), mientras que otros científicos sostienen que aumenta la activación y actuaciones exitosas (Dunn, Babiak, Causgrove Dunn, & Syrotuik, 2004; Robazza, Bertollo, & Bortoli, 2006).
El deporte de competición se considera un campo inmejorable para el estudio del perfeccionismo, tanto por su naturaleza para la consecución de unos objetivos o estándares personales (Dunn, Causgrove Dunn, & Syrotuik, 2002) como por los valores de excelencia que se persiguen en él para obtener un rendimiento óptimo. Asimismo, en el deporte, el perfeccionismo se asocia con ansiedad (Koivula, Hassmén & Fallby, 2002); expresión de la ira (Hewitt et al., 1991); depresión (Frost et al., 1990) y autoestima (Frost, Heimberg, Holt, Mattia, & Neubauer, 1993; Gotwals, Dunn & Wayment, 2003); burnout (Gotwals, 2011) y síntomas de trastornos alimenticios (Hewitt, Flett, & Ediger, 1995).
Distintos estudios llevados a cabo con deportistas de élite y la variable perfeccionismo, muestran que los patrones de creencias adaptativas presentan una mayor autoconfianza en las competiciones (Koivula et al., 2002). Recientemente, se observó que el perfeccionismo predispone al desarrollo de burnout, en particular aquellas dimensiones de perfeccionismo asociadas con elevados niveles de ansiedad (Gotwals, 2011). Ahora bien, los perfeccionistas adaptativos son menos propensos a experimentar el síndrome de burnout.
Sumado a ello, existe evidencia sobre correlaciones positivas entre el afecto y las dimensiones de perfeccionismo adaptativo: organización y estándares personales (Méndez-Giménez, Cecchini-Estrada, & Fernández-Río, 2015). Este perfeccionismo, refleja la búsqueda de éxito y excelencia, estando asociado con consecuencias positivas como el placer, la satisfacción y la euforia (Frost et al., 1993) y contrario, al miedo y evitación a cometer errores de los esquemas mentales más desadaptativos.
Al respecto, algunos investigadores afirman que la ira permite competir dentro de las normas del deporte en cuestión y de conductas sociales, con alta intensidad y activación, pero sin intención de lesionar (Silva, 1983). La alta intensidad y activación, se observa a través de reacciones físicas (aumento del ritmo del corazón, velocidad respiratoria, aumento de la actividad muscular); pero también a nivel psicológico, como mayor concentración, toma de decisiones y combatividad. En estudios (Dunn et al., 2004; Dunn, Gotwals, Causgrove Dunn, & Syrotuik, 2006) con jugadores canadienses de fútbol americano, se hallaron que el desajuste emocional predispone a los atletas de alto nivel a experimentar ira durante la competición.
Spielberger (citado por Oliva, & Calleja, 2010) ha diferenciado entre dos manifestaciones respecto a la experiencia de ira: estado de ira y rasgo de ira; y tres tipos de afrontamiento, que son: ira interna, ira externa y control de ira. La primera de las expresiones, estado de ira, es considerada la manifestación temporal de sentimientos subjetivos de tensión, enfado o furia a una serie de hechos. La segunda, ira rasgo, es la disposición a experimentar episodios de ira de forma recurrente y pronunciada, percibiendo un extenso rango de situaciones como elicitadoras. Acerca del tipo de afrontamiento, la interna se define como la presencia de sentimientos y cogniciones de enojo, mientras que la externa sería la tendencia conductual para manifestar la experiencia de ira. En cuanto al control hace referencia a la forma de canalizar la energía emocional y hacia dónde se dirige de forma constructiva.
Averill (1983) afirma que la ira tiene una variedad de funciones adaptativas que incluyen la regulación de procesos internos psicológicos y fisiológicos relacionados con la auto-defensa; además de la regulación de conductas interpersonales y sociales. Algunas investigaciones (Janssen, Spinhoven, & Brosschot, 2001) han sugerido que un manejo adecuado de la experiencia y la emoción de la ira, podrían ser también factores protectores para la salud. De ahí la importancia de saber expresar la ira desadaptativa, porque ésta actúa como mediadora entre la frustración y agresión, pudiendo facilitar la agresión (conducta dirigida a causar daño en personas o cosas).
Desde el modelo de Rosenberg (citado por Lozano & Etxebarría, 2007), la autoestima se define como el sentimiento de valía personal o el grado en que la persona tiene actitudes favorables hacia sí misma. Por tanto, se considera la expresión que realiza la persona en relación a su propia valía e importancia, presentando dicha manifestación un componente evaluativo. El agrado o desagrado manifestado se deriva de la disonancia o semejanza que encuentre el individuo con la consecución de unos valores o estándares personales ideales. Cuanto mayor sea la distancia entre los comportamientos y la consecución de los valores, menor será la autoestima y viceversa. La autoestima es uno de los más potentes predictores del grado de bienestar (Sánchez & Barròn, 2003) y ajuste psicológico, durante la adolescencia y la adultez (Parra, Oliva & Sánchez-Queija, 2004); mediador conductual (Pastor & Balaguer, 2001) y uno de los pilares fundamentales sobre los que se construye la personalidad (González, Ros, Jiménez, & Garcés de los Fayos, 2014).
Aunque la investigación ha apoyado la existencia de efectos positivos de la actividad física sobre la autoestima (Balaguer & García Merita, 1994; Bowker, 2006; Slutzky & Simpkins, 2009), existe cierta controversia al intentar encontrar la relación o cuantificar el tamaño de estos efectos (Calfas & Taylor, 1994). Entre las causas que argumentan esta falta de consenso, se encuentra la conceptualización del término, asemejándolo a otros conceptos como el de autoconcepto; o de tipo metodológico, cuando no se puede aclarar si los deportistas se implican en la actividad deportiva porque tienen alta autoestima (Boyd & Hrycaiko, 1997) o viceversa, esto es, la actividad deportiva les lleva a que presenten alta autoestima para practicar el deporte y a qué intensidad (Moreno, Cervelló, & Moreno, 2008).
Ahora bien, modelos teóricos sí han hallado respecto a la evolución y determinantes de la autoestima en la adolescencia, algunas características comunes: a medida que transcurre la segunda década de la vida, la autoestima adolescente experimenta un incremento (Parra et al., 2004). Según la clasificación de Kearney-Cooke (1999) sobre las etapas adolescentes, se señala en la adolescencia temprana (10-13 años) y en el género masculino, donde se produce una disminución de la autoestima; mientras que más adelante -adolescencia media (14 a 17 años)- se aprecia cierto incremento para que, finalmente, en la adolescencia tardía e inicio de la adultez (18-20 años) se alcancen niveles que definen la media (Parra et al., 2004).
En relación a lo mencionado, es reseñable la identificación de las relaciones establecidas en el seno familiar y los estilos educativos paternos como un factor determinante de la autoestima. Por esta misma razón, es lógico atribuir los componentes más estables de la autoestima a ciertas variables antecedentes, como variables de aprendizaje y la experiencia pasada de los sujetos (Fierro, 1990).
Los efectos negativos sobre la autoestima, en forma de reacciones de ansiedad o falta de control emocional, en el caso de deportistas que compiten en alto rendimiento, plantean la necesidad de potenciar un equilibrio y trabajo sobre las condiciones de la autoestima. Así bien, algunos autores han promovido la prevención de situaciones desadaptadas que generen conflictos a niveles individuales (creencias o conductas desordenadas) y/o sociales (Molina, Chorot, Valiente, & Sandín, 2014).

Partiendo de este marco, el presente trabajo tiene como objetivo primordial determinar la relación entre las dimensiones de perfeccionismo y expresión de ira, junto a la influencia de estas variables sobre la autoestima. Específicamente se ha buscado, en primer lugar, conocer qué dimensiones de perfeccionismo y expresión/control de ira correlacionan entre sí y con la autoestima. Seguidamente, analizar un modelo predictivo con respecto a dichas variables. De acuerdo con los estudios previos, las hipótesis han sido: que las dimensiones de perfeccionismo adaptativo correlacionen de forma positiva con la autoestima. Se espera una relación negativa entre autoestima y expresión de ira. También se espera que la percepción de perfeccionismo y la expresión y control de ira sea predictor de la autoestima.

2. Método

2.1. Participantes

La muestra estuvo compuesta por 229 deportistas varones, federados, practicantes un mínimo de 4 veces por semana de su deporte. Los deportistas tenían entre 13 y 17 años (M = 14.43; DE = 1.367) y asistían a clubs de fútbol y baloncesto españoles de las ciudades de Alicante y Granada. El 43.2% (n = 99) eran jugadores de baloncesto y el 56.8% (n = 130) de fútbol, con una edad media de 14.28 (DE = 1.278) y 14.54 (DE = 1.426) respectivamente. Según la categoría a la que pertenecían los deportistas, el porcentaje de infantiles (12-14 años) fue de un 48.5%, el de cadetes (14-16 años) de un 34.5% y el de juveniles (16-18 años) de un 17 %; mientras que según el curso académico un 25.8% cursaba 1º Educación Secundaria Obligatoria (ESO), un 27.5% lo hacía de 2º ESO, un 14% de 3º ESO, un 19.2% de 4º ESO y un 13.5% considerado dentro de la categoría de otros estudios (ciclos formativos, bachiller, entre otros).

2.2. Instrumentos

2.2.1. Escala Multidimensional de Perfeccionismo de Frost (FMPS): para medir la variable de Perfeccionismo, se utilizó la versión adaptada por Carrasco (2010) para población española. Se puede calcular un "índice de perfeccionismo global" a través de la suma de los valores absolutos de los ítems; perfeccionismo adaptativo (expectativas de logro y organización) y perfeccionismo desadaptativo (miedo a los errores e influencias paternas). La escala está compuesta por 35 ítems que miden las siguientes cuatro subescalas (Carrasco et al., 2010): expectativas de logro (9 ítems), organización (6 ítems), miedo a los errores (11 ítems) e influencias paternas (9 ítems). Para responder se utiliza una escala tipo Likert de cinco puntos (desde 1 = en total desacuerdo hasta 5 = completamente de acuerdo). En cuanto al índice de consistencia interna encontrado para esta muestra, es α=.87, valores muy semejantes a los de otros estudios (Carrasco et al., 2010).

2.2.2.   Inventario de expresión de ira estado-rasgo: para medir la expresión de ira se utilizó el inventario para niños y adolescentes (STAXI-NA) de Del Barrio, Aluja y Spielberger (2004). Dicho inventario, compuesto por 32 ítems, se responde con una escala tipo Likert con tres alternativas de respuesta cuyos límites son "poco" y "mucho". Los ítems del inventario se dividen en tres factores principales, que a su vez se subdivide en dos factores: ira estado (subfactores: sentimiento y expresión física y verbal), ira rasgo (subfactores: temperamento y reacción) y expresión de la ira (subfactores: expresión interna, expresión externa y control de la ira). Las propiedades psicométricas para la muestra española (Del Barrio et al., 2004) arrojan índices de fiabilidad (α > .81, para los cuatro factores) y de evidencia de validez concurrente con otros constructos tales como agresividad física y verbal. Para el presente estudio, el instrumento mostró una consistencia adecuada (α = .79).

2.2.3.   Escala de Autoestima de Rosenberg (EAR; Rosenberg, 1973): empleamos la versión adaptada para su uso en población española (Martín-Albo, Núñez, Navarro, & Grijalvo, 2007) que consta de diez ítems (cinco redactados de forma positiva y los otros cinco de forma negativa). Los participantes puntuaron su nivel de acuerdo con cada ítem mediante una escala tipo Likert y cuatro alternativas (desde 1 = muy en desacuerdo hasta 4 = muy de acuerdo). El alpha de Cronbach, para esta muestra arrojó unos valores aceptables de .71, mostrando valores similares de consistencia interna a los obtenidos en otros estudios con diversas poblaciones (Martín-Albo et al., 2007).

2.3. Procedimiento

El diseño utilizado para este estudio es correlacional-transversal en el que todas las variables fueron evaluadas al mismo tiempo. Para la realización de esta investigación se seleccionó a un club de fútbol y tres de baloncesto con adolescentes entre sus categorías de base y deporte de iniciación, aceptando participar los cuatro. Se estableció una entrevista individual con los responsables y directivos de las distintas entidades deportivas, en la que se explicó el objetivo de dicho estudio, se propuso el método de obtención de datos y se solicitó permiso para llevarla a cabo. La recolección de datos, con una duración aproximada de una hora, se realizó de forma colectiva en el lugar de entrenamiento, una vez finalizado. Los participantes, menores de edad, contaban con el consentimiento informado de sus padres. Se destacó la participación voluntaria y se aseguró el manejo confidencialidad de los datos. La encuesta ha sido anónima lo que asegura mayor sinceridad.

2.4. Análisis de datos

La codificación y tratamiento de los datos se llevó a cabo mediante el paquete estadístico SPSS 22.0 para Windows. Para el análisis de la fiabilidad interna del instrumento se calculó el coeficiente alfa de Cronbach, considerándose aceptables valores alfa mayores a .70. Se realizó un análisis descriptivo en términos de media y desviación típica con las variables investigadas y las subdimensiones que las componen. Se utilizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para determinar si las variables tenían una distribución normal y, en ese caso, se realizaron correlaciones bivariadas de Pearson para analizar la relación entre las variables objeto de estudio. Finalmente, se utilizó un análisis de regresión lineal multivariante jerárquico según los criterios teóricos hipotetizados para valorar el aporte predictivo de las dimensiones perfeccionismo y expresión de la ira sobre la autoestima.

3. Resultados

En la Tabla 1 se observan los estadísticos descriptivos (media y desviación estándar), prueba de normalidad y los coeficientes de correlación (r de Pearson) entre las variables de interés. La prueba de normalidad de Kolgomorov-Smirnov determinó que el Perfeccionismo (p=.200), el Control de Ira (p=.036) y la Autoestima (p=.064) se ajustaron al supuesto de normalidad. En cuanto a las correlaciones, se obtuvieron asociaciones estadísticamente significativas entre Autoestima y Perfeccionismo desadaptativo; Autoestima e Ira Rasgo; y Perfeccionismo desadaptativo e Ira Estado. Específicamente, se han distinguido las subdimensiones que componen perfeccionismo adaptativo y desadaptativo, encontrando asociaciones significativas que no se apreciaban en su agrupación entre Autoestima y Expectativas de Logro; Miedo a errores con Ira Estado e Ira Rasgo; Expectativas de Logro e Ira Estado.

Tabla 1 Medias, desviaciones estándares, prueba de normalidad, y correlaciones para las subdimensiones de perfeccionismo y resto de variables.

Nota. **. p < .01,  *. p < .05

Finalmente, se realizó un análisis de regresión lineal siendo la variable dependiente la autoestima y hallando que los principales predictores fueron las siguientes variables: perfeccionismo desadaptativo, adaptativo e ira rasgo. El porcentaje de varianza explicada por el modelo es del 18.4% (ver Tabla 2).
De las variables mencionadas, el mejor predictor de la autoestima ha sido el perfeccionismo desadaptativo (β=-.44; p=.00), seguido por el perfeccionismo adaptativo (β=.30; p=.00) e ira rasgo (β=-.14; p=.03). La ira estado y el control de ira no han resultado ser predictores significativos de la autoestima.

Tabla 2 Modelo de regresión multivariante usando como variable dependiente la autoestima

4. Discusión

El objetivo de este estudio ha sido conocer las influencias de las distintas dimensiones del perfeccionismo y la expresión de la ira sobre la autoestima en una muestra de deportistas varones adolescentes. A partir de los análisis realizados de correlaciones, se ha encontrado, al igual que trabajos previos (Gotwals et al., 2003; Kottman, & Ashby, 2000), una relación inversa entre autoestima y perfeccionismo desadaptativo. Es decir, aquellos deportistas con tendencias perfeccionistas de tipo desadaptativo tienen menor autoestima. Como explicaran otros autores (Soenens, Vansteenkiste, Luyten, Duriez, & Goossens, 2005) los jugadores influenciados por las figuras paternas a la hora de elegir sus objetivos personales ven mermada su autonomía para tomar decisiones como consecuencia del control psicológico ejercido por padres autoritarios. Asumiendo la existencia de diferencias entre las críticas exactas de los padres y las percepciones de los jugadores sobre las expectativas paternas; éstas, parecen ser un buen predictor del perfeccionismo paterno (Appleton, Hall, & Hill, 2010), lo que sugiere que las percepciones de los adolescentes pueden ser más importantes que las creencias y comportamientos de los padres.
Este resultado ha sido relacionado con lo que afirman Carlin, Garcés de los Fayos y De Franscisco (2012, p. 37) haciendo referencia a la Teoría de la Autodeterminación: "Las personas motivadas para satisfacer sus necesidades básicas de autonomía, demuestran competencia y autoeficacia dentro de su actividad de interés y experimentan una intensa sensación de relación con los demás, cuando ellos mismos deciden sobre su conducta y metas". De este modo, cuando de la consecución de dichas metas depende tanto la satisfacción propia como de otras personas, surge el miedo a decepcionar o fallar (Sagar, & Lavallee, 2010 ), la ansiedad (Frost, & Henderson, 1991 ; Koivula et al., 2002 ), interfiriendo en el rendimiento deportivo. En relación a esto, Hill, Hall y Appleton (2010) encontraron que aquellos jugadores que procuran conseguir unos estándares que se perciben como impuestos o son esperables de uno, se relacionan con un modo de afrontamiento de tipo evitativo y con altos niveles de burnout.
Aunque no resulta significativo cuando se engloba en la dimensión perfeccionismo adaptativo, existe una relación significativa positiva entre la autoestima y la subdimensión expectativas de logro. Este hallazgo se encuentra en concordancia con el desarrollo de orientaciones perfeccionistas saludables asociado con padres autoritativos que exigen altos estándares, si bien dejan mayor capacidad de auto-regulación (Sapieja, Dunn, & Holt, 2011 ). Cuando existen dificultades que impiden conseguir los objetivos, quienes presentan tendencias perfeccionistas adaptativas tendrían la habilidad de seguir viéndose exitosos, aceptando las limitaciones personales y ambientales. El esfuerzo para hacer frente al desafío (Stoeber & Rennert, 2008 ) junto con el deseo por la excelencia, potencia su autoestima.
En cuanto a los resultados de las relaciones establecidas con la variable expresión y control de ira se han analizado con cautela, pues de dicha variable, se ajustó al supuesto de normalidad la subdimensión control de ira. Pese a que de los análisis del instrumento de medición de la variable se han hallado unos índices de fiabilidad aceptables en esta investigación, los sujetos han mostrado una tendencia de respuesta a la aquiescencia. Una explicación plausible a este hecho fue la aplicación del cuestionario posterior al entrenamiento donde las condiciones podrían ser distintas a la competición, principalmente en cuanto al control de las situaciones de incertidumbre y la existencia de situaciones interpretadas por los deportistas como elicitadoras de ira o bien que las alternativas de respuesta no consideran un rango más amplio, situación que soluciona el STAXI-2. Es conveniente explicar que se decidió la aplicación del STAXI-NA pues la baremación de edad (8 a 17 años) se ajustaba a las condiciones de la muestra, hecho que no ocurría con el STAXI-2 (a partir de 16 años). Así pues, los resultados muestran la relación inversa entre autoestima y la ira rasgo, es decir, los individuos propensos a reaccionar frecuentemente con rabias y furia (ira rasgo) presentan una baja autoestima. En estos sujetos existe un extenso rango de situaciones elicitadoras de ira, ahora bien, es el contexto deportivo por la creación natural de situaciones de incertidumbre y sentimientos de frustración donde se puede manifestar mediante conductas violentas y antisociales (Walker, & Bright, 2009 ), en la ausencia de recursos para expresarla de forma adecuada. Esta falta de recursos, explica la relación de la subdimensión desadaptativa, miedo a errores, con la variable ira estado y rasgo observada en los resultados. Como ya explicaran otros autores (Ashby & Rice, 2002 ; Kottman & Ashby, 2000 ), sujetos con tendencias perfeccionistas desadaptativas presentan una falta de recursos de afrontamiento que les lleva a permanecer en un estado emocional intenso interfiriendo en el rendimiento deportivo
Finalmente, en base al análisis de regresión parece importante reseñar que el modelo explicó un 18 por ciento de la varianza estadística de la autoestima, encontrándose en la misma línea que otras investigaciones recientes llevadas a cabo (Taylor, Papay, Webb, & Reeve, 2016 ). Los resultados señalan que los jóvenes con altas metas personales y la organización para conseguirlas son importantes no sólo para la continuidad o abandono del deporte, también para la construcción de la personalidad del deportista y el ajuste psicológico. Efectivamente, aquellos deportistas con altos estándares personales se sentirán más valiosos y por tanto, se van a adherir en nuevas acciones o relaciones sociales como existe evidencia en otras poblaciones (Méndez-Giménez et al., 2015 ), llevando a una satisfacción y que éstos comportamientos se repitan en un futuro. En cambio, los deportistas con tendencias perfeccionistas desadaptativas, presentan miedos y preocupaciones por la consecución de unos estándares realizados en base a las figuras paternas o entrenadores, interfiriendo en su autoestima cuando encuentran que cualquier fallo compromete su aceptación social y popularidad entre sus compañeros (Gilman, Adams, & Nounopoulos, 2010 ).
Se considera relevante continuar explorando e investigando los distintos antecedentes que contribuyen al desarrollo de la autoestima, pilar sobre el que se construye la personalidad de los individuos, observando la existencia por explicar de una proporción substancial de la variación estadística. Poder identificar factores relevantes para la predicción de la autoestima ayudaría al desarrollo de programas de habilidades y recursos para la autoestima. La importancia del estudio de la autoestima es evidente por su repercusión, tanto en la salud física y mental (Sánchez, & Barrón, 2003 ), como por el posible desarrollo de intervenciones basadas en aquellos antecedentes -perfeccionismo y expresión de la ira- que ayudan a su configuración durante la adolescencia. Al mismo tiempo la realización de esta investigación desde el contexto deportivo proporciona un valor añadido, ya que en él, se promueven tendencias perfeccionistas cuando existe la creencia generalizada de que la práctica hace al deportista experto y se transmite el deseo a los jugadores, y deportistas en general, que tras la competición y entrenamientos por cuenta propia (Ruiz, Sánchez, Durán, & Jiménez, 2006 ) se obtiene la pericia y ejecución perfecta. Este funcionamiento de perfeccionismo adaptativo es el que se produce cuando se establecen altos estándares y organización, característica principal del deporte de élite.

4.1 Limitaciones y propuestas futuras

En futuros estudios y debido a la importancia de estos conceptos en el desarrollo de los jóvenes, sería necesario realizar futuras investigaciones con muestra femenina de deportistas donde se analice la influencia del perfeccionismo y expresión de la ira, sobre la autoestima. Existió la dificultad para acceder a dicha muestra en los Clubs con los que se había convenido realizar dicha investigación, ya que recientemente dicha población habían formado parte de otra investigación.
Además, vista la importancia del perfeccionismo en la autoestima sería conveniente mayor proporción en la muestra de distintas edades a través de estudios longitudinales y muestras más amplias y homogéneas, con la que observar si existen variaciones dentro de la adolescencia, como sugieren ciertos autores (Parra et al., 2004 ). De la misma forma, la variabilidad de las muestras debe generalizarse a muestras de deportistas de competición o cualquier otra orientación con la práctica deportiva, no sólo deporte de iniciación, utilizando además instrumentos más adaptados al contexto deportivo y técnicas estadísticas de mayor complejidad como la mediación.
A pesar de las propuestas futuras sugeridas, este trabajo aporta una nueva e interesante perspectiva para corroborar que existen aspectos funcionales y adaptativos dentro del perfeccionismo y que éstos contribuyen a la base del individuo: la autoestima. De esta forma, se abre una línea de investigación donde poder aportar explicabilidad a las conductas y manejo emocional de los deportistas en cualquiera de sus metas deportivas, así como la influencia de otras variables psicológicas encubiertas (individuales y contextuales) que puedan estar ejerciendo una efecto importante o relativo en las respuestas de los deportistas, y por correspondencias, en sus creencias, sus rendimientos, sus motivaciones o sus aprendizajes deportivos.

Referencias

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Citar este artículo como: Muñoz Villena, A: González Hernández, J. & Olmedilla Zafra, A. (2016). Relación entre perfeccionismo percibido y expresión de ira en deportistas varones adolescentes: Influencia sobre la autoestima. Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 8(3), 30-39

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