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Revista Universitaria de Geografía

versión On-line ISSN 1852-4265

Rev. Univ. geogr. vol.18 no.1 Bahia Blanca  2009

 

ARTÍCULOS

 

Caracterización socioterritorial de los asentamientos turísticos-balnearios del litoral marítimo de la Provincia de Buenos Aires

Ordoqui, Javier Martín* - Hernández, Facundo Martín**

* Profesor en Geografía. UNMdP, CEHAU, Becario CONICET. jmordoqui@hotmail.com
** Profesor en Geografía. UNMdP, CEHAU, UNNE, Becario CONICET. fmhernandez12@yahoo.com.ar

Resumen
El litoral marítimo bonaerense está en transformación por su creciente urbanización, impulsada por el turismo de sol y playa. La incorporación de variables que estudien aspectos socioeconómicos y urbanos vinculados al turismo y a los rasgos físicos brindará un planteamiento inicial sobre la diversidad territorial del área de estudio. El objetivo principal será realizar una caracterización de los asentamientos turísticos balnearios, factor de importancia para futuras investigaciones sobre la relación del ambiente costero y el turismo. Se identificarán las principales similitudes y diferencias existentes, tanto en su dinámica natural como en la social.
Se visualizará a los espacios turísticos en un enfoque que permita entender la complejidad que presenta la actividad. Surge la necesidad de abordar la temática para trabajar hacia nuevos aportes teóricos, esenciales para la explicación de las problemáticas que presenta el área de estudio, en relación a conflictos centrales como la ocupación del frente costero, el estado de sus playas y la erosión costera antrópica.
Para los fines del trabajo se realizó una búsqueda, selección y consulta de material bibliográfico y de fuentes de información primarias como encuestas y entrevistas y se llevaron adelante relevamientos y estudios de campo, además de la confección de cartografía temática.

Palabras claves: Litoral marítimo bonaerense; Turismo de sol y playa; Asentamientos turísticos balnearios.

Socio-territorial Characterization of Beach Tourist Resorts on the Maritime Coast of Buenos Aires Province

Abstract
The maritime coast of Buenos Aires Province is undergoing a continuous transformation due to the rapid growth of urban areas driven by the so-called sun and beach tourism. Geographical classifications for this sector of the Argentine coast are not updated and too general, and this situation does not allow for a detailed analysis of the territory. The incorporation of tourism-related socio-economic variables to physical variables results in a comprehensive geographical analysis and territorial diversity when discussing territorial unification.
The characterization of beach tourist resorts represents a fundamental stage in future research on Buenos Aires coastal environment, since from such characterization the similarities and differences that exist in this area - complex both in natural dynamics and in social aspects- shall be identified. In addition, an attempt to theoretically visualize tourism spaces from a geographical point of view, trying to understand beach tourism as an activity that generates determinant geographical issues, shall be made. Thus, the need to work towards new theoretical and conceptual contributions essential to explain the complexity of current beach tourism arises.
In order to carry out this work, surveys, interviews, field studies, and statistical analyses were performed and special theme cartography was produced.

Keywords: Buenos Aires coastal environment; Beach and sun tourism; Beach tourist resorts.

Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo caracterizar los asentamientos turísticos-balnearios del litoral marítimo de la Provincia de Buenos Aires. En este sentido, se establecieron variables de análisis cualitativo que permitan la diferenciación espacial de los asentamientos estudiados. La caracterización y diferenciación inicial será realizada mediante un estudio que incluya componentes históricos, ambientales, sociales y turísticos, que sirva como base de futuras investigaciones que utilicen variables y métodos cuali-cuantitativos para profundizar la caracterización de la diversidad de los asentamientos turísticos-balnearios del litoral bonaerense. Para la interpretación de estos primeros resultados de la investigación se utilizará cartografía temática que permita una representación de la realidad estudiada.

Para realizar una caracterización de la costa marítima de la Provincia de Buenos Aires en función de los asentamientos turísticos-balnearios y sus formas de urbanización, debemos partir de una aproximación de su aspecto físico, de las formas de apropiación y resignificación del paisaje costero, y de la ocupación efectiva del territorio mediante la infraestructura turística que nos permita apreciar los impactos sobre el ambiente costero.

La actividad turístico-balnearia debe delinearse a partir de una nueva racionalidad que actúe en los espacios de playa y la urbanización asociada, sitios que responden a las formaciones socio-espaciales que ha desarrollado el turismo desde su funcionalización en el territorio. En ellos las tensiones se materializan en la costa mediante problemáticas como la erosión costera por la acción antrópica, el avance de la urbanización sobre el frente costero, la falta de políticas de largo plazo en defensa costera y recuperación de playas, el factor socioeconómico ligado al tipo y calidad de trabajo que genera el turismo, la desigual distribución de la renta turística y la fragmentación socioterritorial del espacio urbano.

La metodología de trabajo de la investigación tendrá diferentes etapas en su desarrollo, que comienza por la búsqueda, selección y consulta de material bibliográfico en relación a la temática de trabajo, que servirán para la construcción adecuada de los marcos teóricos junto a fuentes preliminares de información, los primeros relevamientos de campo y el encuentro de los principales puntos de estudio. Para tal fin se trabajó con datos primarios relevados en el campo, realizados en las temporadas 2007, 2008 y 2009 en la mayoría de los partidos costeros bonaerenses. Se realizaron estudios a partir de imágenes satelitales, cartas topográficas, censos, datos secundarios brindados por las secretarías de turismo de los municipios, informantes claves, etc.

Diversidad y particularidades de la costa marítima bonaerense

La costa atlántica bonaerense tiene rasgos comunes y diferenciales a la vez. Así como la mayor parte de su extensión está dada sobre playas medanosas, también se da la ruptura de ese paisaje monótono con la aparición de accidentes costeros y acantilados. La variedad de ambientes costeros y la relación con su tipo de costa (de médanos o acantilados) se debe a que:

"...los ambientes litorales presentan una cierta heterogeneidad resultante de la interacción entre el relieve de las zonas adyacentes (llanuras o serranías) y la dinámica litoral, en particular por uno de sus procesos más importantes: la corriente de deriva que de sur a norte transporta y distribuye los sedimentos continentales alimentados por los vientos, las olas, las mareas, los ríos y arroyos." (Juárez y Mantobani, 2006: 24).

Los primeros asentamientos turísticos-balnearios de Buenos Aires estuvieron situados en el área de playas barrancosas, ubicadas entre la laguna de Mar Chiquita y el Río Quequén Grande, allí "la costa medanosa comienza a ser menos abundante debido a la presencia de barrancas formadas por sedimentos loéssicos" (Juárez, Mantobani, op. cit.). En este sector la costa es interrumpida por la desembocadura de sistemas hídricos como el Río Quequén Grande y los arroyos pampeanos (Tapera, Corrientes, Las Brusquitas, Durazno, entre otros) con nacientes en el sistema serrano de Ventania y Tandilia y la aparición de accidentes costeros como el Cabo Corrientes, Punta Iglesias, Punta Mogotes. Otro tipo de costa se presenta en la zona más austral de la provincia de Buenos Aires entre los Partidos de Bahía Blanca y Patagones que se "caracteriza por un paisaje compuesto por extensas llanuras marinas y canales de marea transformados en algunos sectores en salitrales" (Juárez, Mantobani, op. cit.). Estos son por sus cualidades geofísicas los de menor aptitud balnearia.

El turismo de playa a lo largo del corredor marítimo bonaerense presenta una diversidad de asentamientos turístico-balnearios: Mar del Plata fundada oficialmente en 1874 como centro neurálgico, espacios históricos como Necochea y Miramar hacia el sudeste y fundadas a fines del siglo XIX, sitios de notorio crecimiento desde mediados del siglo XX como Pinamar y Villa Gesell hacia el nordeste, los nuevos desarrollos como Mar de las Pampas y Mar Azul funcionalizados desde el siglo XXI y los balnearios de menor rango desplegados en el sudeste (Centinela del Mar, Orense, Reta).

En sus más de 1.280 km y a lo largo de 16 Unidades Político Administrativas (llamadas Partidos) también se destacan las localidades de Claromecó y Monte Hermoso hacia el sur y Santa Clara del Mar, Valeria del Mar, Cariló, San Bernardo, Mar de Ajó y San Clemente del Tuyú hacia el norte.

Desde el aspecto físico-natural, sobre la costa y las playas de la Provincia de Buenos Aires se puede decir que fue una zona que se ocupó tardíamente por la baja valoración que se tenía de la misma. Estos territorios recién fueron lentamente recorridos y ocupados desde mediados del Siglo XIX. En este sentido Dadon sostiene que las tierras costeras:

"...durante el siglo XIX y gran parte del XX se las consideraban estériles e improductivas, aptas únicamente para la extracción de arena. En 1874 comenzó el trazado de un nuevo pueblo de 100 manzanas en Mar del Plata, dando así origen al mayor centro veraniego del país, y su éxito fue tal que rápidamente se llevaron a cabo proyectos similares... cabe destacar la fundación de Miramar (1888). Ambas ciudades se asientan sobre el único sector de la costa bonaerense que tiene costas acantiladas (pertenecientes al sistema de Sierras de Tandilia) y esta ventaja natural favoreció un desarrollo temprano de las mismas. En contraposición, la urbanización del cordón costero del noreste bonaerense, que comenzó ambiciosamente en Ostende a principios del Siglo XX, debió ser abandonado debido a la falta de técnicas apropiadas para la consolidación del terreno, las que se desarrollarían recién en la década de 1930". (Dadon, 2002: 109)

Los estudios sobre caracterizaciones del litoral marítimo bonaerense no pueden desestimar la importancia del turismo como una práctica y actividad transformadora del espacio natural, ya que construye nuevas formas territoriales. Al respecto de los impactos ambientales del turismo en las playas, Dadon plantea:

"El cambio de playas naturales a playas urbanas ha afectado fuertemente el patrimonio físico y paisajístico del noreste bonaerense debido al deterioro, la fragmentación y la perdida de hábitats, y a la introducción intencional de especies foráneas. La forestación de grandes áreas para consolidar el terreno y la urbanización han reducido los hábitats naturales y fragmentado fuertemente el paisaje. Se ha llevado a cabo un reemplazo planificado de la biota nativa por especies asociadas a estos sistemas antrópicos... La biodiversividad natural de grandes áreas del cordón costero ha sido reemplazada por forestaciones multi o uniespecíficas de pinos, acacias negras, tamariscos y- o eucaliptos. Varias especies introducidas se han asilvestrado y desplazan a la vegetación natural" (Dadon, op. cit.: 110).

La planificación territorial que destaca Dadon tiene una connotación socioeconómica, ya que la finalidad de la transformación del paisaje costero es desarrollar economías turísticas sobre suelos considerados otrora improductivos e incultos, otorgándole el valor agregado de la tierra urbana. La creación de balnearios ha plasmando en los asentamientos urbanos lo que Mantero (2006) denomina el monocultivo turístico.

"El monocultivo de la actividad turística, en tanto actividad socialmente superflua (no necesariamente), prescindible (en tiempos de ajuste), reducible (en frecuencia, duración y costo), inducible y competitiva (ante opciones y alternativas), torna vulnerable la actividad en períodos de crisis y mutaciones, afectando al habitante localizado, la gente empleada y el lugar involucrado" (Mantero, 2006: 171).

Los estudios socioterritoriales del litoral marítimo bonaerense implican investigar los aspectos sociales y ambientales en conjunto, donde los distintos actores sociales construyen nuevas territorialidades. En este sentido también se incorpora la noción de espacio y poder en los trabajos de las costas de la Provincia de Buenos Aires:

"Los espacios litorales han entrado en disputas, su construcción territorial y su despliegue espacial están vinculados a los procesos sociales y de poder que se han tejido en esas zonas. Ejemplos para nombrarse podrían ser desde el mismo proceso de fundación de Mar del Plata, también los conflictos políticos desarrollados en su franja de playas privadas de la zona sur, así como el proceso de construcción del territorio en la zona norte del litoral marítimo de la Provincia de Buenos Aires que terminaron dirimiendo el surgimiento de nuevas unidades político territoriales como el Partido de la Costa, Villa Gesell y Pinamar. Las playas también constituyen un espacio de poder, donde los diversos actores sociales intervinientes, como los agentes privados, el Estado y la propia comunidad han expresado sus distintas racionalidades" (Ordoqui, 2008: 5).

Perspectiva territorial para el turismo de sol y playa

El turismo de sol y playa se basa en el aprovechamiento de características medioambientales concretas. Se trata, por consiguiente, del consumo de una combinación adecuada de factores geofísicos que pasan a convertirse en recursos naturales a partir de que se les atribuye valoración social:

"Podemos decir que se trata del consumo de un clima determinado en la línea de contacto entre hidrosfera y litósfera, generalmente en aquellos lugares en que es fácil el acceso al mar y donde puedan aprovecharse las radiaciones solares exponiendo el cuerpo al sol, siendo la forma más adecuada la playa, que se transforma en un espacio sociabilizado" (Sánchez, 1985: 106).

El estudio del turismo de sol y playa nos conduce a relacionar lo que ocurre en determinada franja de playas con lo que sucede en dinámicas mayores, relacionadas a procesos de impacto mundial. La forma en que ciertas porciones del territorio se transforman en espacios turísticos responde a cómo se ha desenvuelto la actividad en la geoeconomía mundial. Las implicancias del paso de espacios turísticos exclusivos a masivos y la aparición de nuevas exclusividades ocurren por fenómenos que se extienden más allá de sus balnearios y paradores. Asumir una perspectiva territorial será valioso para la visualización de las megatendecias turísticas y los impactos de los dispares procesos regionales. Para ello, se asume lo que Bertoncello sostiene:

"El territorio no es meramente el ámbito donde el turismo acontece, sino que, como parte de la dinámica social general, participa activamente, a partir de sus especificidades, en el hecho turístico. Esto significa que la dimensión territorial debe ser analizada como parte de los procesos que llevan al desarrollo del turismo y a su transformación a lo largo del tiempo, y no meramente como el lugar donde el turismo ha ocurrido y, eventualmente, en el cual se describen las transformaciones exclusivamente como resultados de esta ocurrencia". (Bertoncello, 2008: 11).

Las ocupaciones del territorio en los espacios litorales del turismo de playa han necesitado de intervenciones de distinta intensidad, que ha dotado distintivamente a los asentamientos, según el contexto histórico en el cuál tomaron fisonomía. Los efectos de los procesos turísticos ligados a la masividad y los que han surgido como alternativos, también han modificado sus condiciones originales, primordiales para su turistificación:

"La funcionalización del espacio representará convertirlo en un medio de producción específico del que se pueden aprovechar ciertos recursos geofísicos contenidos en él. Interesa darse cuenta de que el espacio como soporte, tal como se nos ofrece en sus características geofísicas, debe ser actuado para que sea posible utilizarlo e una función concreta cuando ésta ha de integrarse en el sistema productivo. Aquí es donde pueden aparecer problemas de competencia social entre agentes interesados en atribuir funciones distintas a un mismo territorio" (Sánchez, op. cit.: 107).

La construcción del territorio en el litoral marítimo bonaerense está ligada a la formación de los asentamientos turísticos. Estos funcionalizan recursos mediante la ocupación de los mismos, en forma distinta, según el contexto social, cultural y político, siendo el resultado la diversidad de ambientes y asentamientos.

Las etapas del turismo de sol y playa en la Provincia de Buenos Aires

Los asentamientos balnearios en la Argentina, fundados para el turismo de sol y playa, surgen en la etapa denominada Turismo Exclusivo (Tabla 1), que comprende el período de "descubrimiento de la playa", que se extiende desde fines del siglo XIX hasta la década de 1930. En esta etapa se crean los primeros balnearios en la costa atlántica bonaerense entre 1874 a 1890 (Mar del Plata, Necochea, Miramar y Mar del Sud) a partir de la incorporación de la moda europea de los baños de mar, como práctica de las elites. Los asentamientos fundados se basaron en una política paisajística de bajo impacto y de dispersión urbana en el frente costero.

Tabla I
Etapas del turismo de sol y playa según su construcción histórica, contexto sociopolítico, modelo urbanístico y tipo de balnearización.

Fuente: Elaboración propia. Hernández, Ordoqui. 2009

La segunda etapa del turismo de sol y playa se denomina de Turismo Masivo (Tabla 1), en referencia a la apertura de los balnearios a una porción mayor de la población. Se suele definir esta etapa como "democratización" de los balnearios, como sinónimo de masificación. Se transformaron en urbanizaciones capaces de albergar un turismo de masas, para tal fin se destruyeron las villas turísticas exclusivistas y se construyeron ciudades verticales. Se edificó intensivamente el frente costero generando un fuerte impacto visual, donde se prioriza el paisaje urbano sobre el natural. Ese turismo masivo se consolidó en relación a la mirada que se tenía sobre el ambiente en la modernidad:

"El turismo masivo aceleró el desarrollo regional y jerarquizó ciudades con la creación de estructuras sobre el espacio; en estas intervenciones territoriales generalmente la variable ambiental no fue tomada en cuenta. La naturaleza, de acuerdo a los cánones culturales vigentes, debía ser doblegada y conquistada, de forma que la urbanización era vista como un avance civilizador de las posibilidades del hombre sobre la naturaleza. Lo urbano se constituía en el símbolo material más fuerte de la modernidad y en un pilar indispensable para la difusión de una sociedad de consumo" (Cicalese, 2000: 76).

Desde principios de la década de 1970 se ha sucedido una crisis del turismo masivo en Mar del Plata por la pérdida de rentabilidad de las temporadas de verano, la degradación urbano-ambiental de su costa y el crecimiento de las ciudades balnearias ubicadas en el norte del litoral como Pinamar y Villa Gesell. Ese turismo masivo, tanto a nivel nacional y mundial, tuvo su auge más notorio en la segunda mitad del Siglo XX, en la Postguerra; entró en crisis por el impacto de variables vinculadas a la situación política, económica, social y cultural en el mundo y en el país.

A partir de la década de 1990 la fragmentación y segmentación de la oferta y demanda de espacios turísticos en el contexto postfordista, han provocado el surgimiento de nuevas masividades. Por un lado, las masividades selectivas que se congregan en valorizados espacios de playa y por otro lado, las masividades segregadas reunidas en antiguos espacios ligados a los tiempos de construcción de un pasado integrador e inclusivo hacia esos sectores sociales.

El turismo masivo ha modelado el espacio valorizado socialmente por sus características paisajísticas y "las transformaciones del espacio también serán masivas a través de una actuación intensiva sobre el territorio" (Sánchez, op. cit.). Lo intensivo de las intervenciones territoriales es históricamente comprobable en el litoral marítimo bonaerense con los cambios que vivió la zona costera en Mar del Plata luego de vertebrarse como un balneario de masas. En otros centros balnearios de la costa bonaerense -que también poseen un turismo masivo o popular- la intervención sobre el medio también ha sido intensiva, con una fuerza quizás menor, pero se realizaron modificaciones fuertes sobre las características primarias. Así lo explicó Bertoncello en su investigación sobre las fundaciones de los balnearios del Partido de la Costa:

"El denominador común fue el considerar el medio natural como un obstáculo que debía ser vencido, para que se "amoldara" a un plano urbano dibujado en un tablero, ignorando sus peculiares características y dinámica, y sin considerar que ello pudiese tener efectos negativos sobre la actividad misma: ante una superficie irregular y movediza, correspondía entonces nivelarla y fijarla de algún modo" (Bertoncello, R. 1993: 67)

El avance de la frontera urbana sobre el ambiente costero incorporó nuevas dinámicas a fines de la década de 1990 y en los comienzos del Siglo XXI con la creación de espacios turísticos para nuevas elites. Los hoteles de firmas multinacionales, los paradores, los spa, los campos deportivos, las urbanizaciones privadas, entre otros, generan procesos de turistificación postfordista, donde el mercado crea una nueva oferta para una demanda segmentada. El proceso de construcción del espacio turístico del litoral marítimo bonaerense resulta del dinamismo resultante del pasaje de la "primera naturaleza" a una "segunda naturaleza" y a sucesivas "nuevas naturalezas" en función de las turistificaciones contextuales.

Consideraciones sobre los impactos del turismo de sol y playa

Los ambientes costeros se encuentran en continua transformación por la dinámica natural y, principalmente, por la acción del hombre. El paisaje costero es el resultado del cambio del paisaje natural al cultural que se inició con la ocupación urbano-turística a fines del siglo XIX. El paisaje actual es una construcción histórica por la intervención del hombre. En el litoral marítimo bonaerense no se ha modificado el paisaje natural con la misma intensidad en todos sus sectores.

Los cambios intensivos en los paisajes costeros son producto de la ocupación de los frentes costeros y la balnearización de los espacios de playa por 1a presencia de edificaciones, infraestructura y equipamientos con materiales duros, la formación de una urbanidad vertical en sus costas y obras de defensa costera para mitigar los impactos de la erosión marina. Estos factores están presenten en sitios como San Clemente del Tuyú, San Bernardo, Mar de Ajó, Santa Clara del Mar, Mar del Plata, Miramar, Necochea, Claromecó.

En otros espacios del litoral bonaerense la intervención sobre el medio también ha sido intensa, pero ha contenido otros factores y acciones como el uso de elementos naturales para la forestación, parquización y fijación de médanos. Estos espacios se han turistificado desde la segunda mitad del Siglo XX y algunos se han desarrollado como centros balnearios de importancia y ciudades cabeceras de sus partidos, como el caso de las ciudades de Pinamar y Villa Gesell, que han tenido un notorio crecimiento urbano y poblacional. Otros espacios que se han organizado mediante esta identidad son Las Toninas, La Lucila del Mar en el Partido de la Costa, Ostende, Valeria del Mar y Cariló en el Partido de Pinamar, Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul en el Partido de Villa Gesell, Mar Chiquita y Mar de Cobo en el Partido de Mar Chiquita, Mar del Sud y Centinela del Mar en el Partido de General Alvarado, Balneario San Cayetano en el partido homónimo, Balneario Orense y Reta en el Partido de Tres Arroyos. En estos sectores la fijación de médanos ha sido indispensable para la urbanización, aunque se hayan catalizado procesos erosivos debido a los cambios en la dinámica natural de las playas con la fijación de la arena que interrumpe los procesos naturales de movimientos, traslados y reposición, aunque todavía son consideradas como playas naturales por la utilización de elementos vivos para su transformación.

Aún existen en el litoral marítimo bonaerense relictos donde el paisaje natural está conservado. Estas zonas están constituidas por campos de dunas, playas y zonas costeras sin forestar, acantilados y barrancas que no han sido modificados directamente por la acción humana, etc. Estos espacios se localizan en los límites con establecimientos rurales, algunos están afectados a futuros proyectos urbanísticos y existen algunas áreas protegidas provinciales y municipales (Laguna Mar Chiquita, Arroyo Zabala, Arroyo Los Gauchos)

La caracterización de los asentamientos balnearios

Un factor de importancia para la caracterización de la costa bonaerense es el proceso de poblamiento, urbanización y de evolución como asentamiento turístico-balneario. Estas variables han sido analizadas cualitativamente en los casos de estudio. Estos fueron elegidos para diferenciar a los asentamientos de la costa bonaerense en ciudades, villas, localidades y pueblos.

En relación a las ciudades y villas balnearias, Hernández (2008) ha diferenciado estos asentamientos del resto del litoral marítimo bonaerense:

"La contaminación de las playas y del mar, la masificación de los mismos sin un modelo de control ambiental, las edificaciones en altura que se realizan en el frente costero, el cemento en la arena, la erosión costera inducida por obras de defensa costera mal planificadas, impactan sobre el recurso paisajístico debido al modelo de ocupación territorial, predominante en las ciudades balnearias que desarrollan el turismo masivo... En las llamadas villas balnearias el turismo se expande mediante nuevas prácticas de sociabilidad, la modificación del ambiente costero con elementos naturales, la erosión producto de la sobreforestación para la urbanización, la transformación de las playas en sitios de moda excluyentes... construyen un modelo turístico basado en el neoexclusivismo" (Hernández, 2008: 24).

En relación a las ciudades balnearias puede agregarse que tienen una promoción turística alta en los medios de comunicación, un acelerado proceso de urbanización y crecimiento poblacional en un determinado período histórico de la actividad, algunas han diversificado su economía (Mar del Plata y Necochea, principalmente). La intervención sobre el medio ha sido intensa y con fuertes procesos de ocupación del frente costero, que ha desencadenado procesos erosivos de intensidad. Las ciudades balnearias del litoral marítimo son las ciudades cabeceras de los partidos más importantes: Mar del Plata (General Pueyrredón), Miramar (General Alvarado), Necochea (Necochea), Villa Gesell (Villa Gesell) y Pinamar (Pinamar).

En las villas balnearias además del neoexclusivismo, la fijación de médanos y la forestación cercana a la línea de costa, la ocupación de su frente costero aún es baja debido a una valorización paisajística diferencial basada en criterios especulativos. Su promoción y difusión turística también es de importancia. En algunos casos también se desarrollan emprendimientos familiares accesibles para turistas de sectores medios y populares por la permitida presencia de campings como alojamiento, como ocurre en Mar Azul en el Partido de Villa Gesell. Otras villas balnearias de importancia se encuentran en el Partido de Pinamar: Ostende, Valeria del Mar y Cariló.

Hernández (op. cit.) define cualitativamente los aspectos centrales que poseen los pueblos balnearios:

"Los pueblos costeros son localidades que no superan los 300 habitantes. En estos no existe promoción turística, no hay inversiones en infraestructura urbana necesaria para el poblador local y los turistas, tampoco programas de desarrollo, ni políticas referidas al ordenamiento territorial por parte del Estado Nacional, Provincial e, inclusive, Municipal." (Hernández, 2008: 22).

En los pueblos la divulgación turística es baja pero es significativa la presencia de emprendimientos turísticos familiares. En el frente costero la fijación de médanos y la forestación de sectores cercanos a la costa no han sido intensas. La ocupación del espacio playa mediante construcciones y equipamientos balnearios también es baja y la erosión marina no ha dado señales de alerta sobre el litoral.

En cuanto a las localidades balnearias, muchas de ellas se encuentran en partidos que tienen promoción turística, pero son centros balnearios alternativos a las ciudades y villas balnearias. La transformación del frente costero con la edificación sobre las arenas es considerable, en varios lugares ha provocado procesos de erosión. Conviven allí capitales extra-territoriales, en su mayoría provenientes de sitios como Buenos Aires, La Plata o Mar del Plata, con emprendimientos familiares y de comerciantes locales. La mayoría de las localidades se encuentran ubicadas en el Partido de la Costa y las más reconocidas son San Clemente del Tuyú, Santa Teresita y Mar de Ajó. Otras localidades destacadas son Mar Chiquita en su partido homónimo, Claromecó en el Partido de Tres Arroyos y Monte Hermoso en el partido homónimo. Muchas de las localidades balnearias se encuentran en transición hacia otra categoría, como por ejemplo Monte Hermoso desde su reconocimiento como unidad político- administrativa.

Estudios de casos de la caracterización de los asentamientos balnearios

El turismo de sol y playa se distingue como la práctica social y el eje de desarrollo de los asentamientos balnearios y en la mayoría de los casos su despliegue representa su "pacto fundacional". La mayoría de los asentamientos fueron fundaciones realizadas a partir de emprendimientos privados, no se desarrollaron sobre fundaciones oficiales. Sobre las particularidades de estos asentamientos y la base de las condiciones históricas y ambientales, Mantero señala:

"El desarrollo de la actividad turística en el proceso de uso del territorio y función de las playas del extenso litoral acredita atributos genéricos y condiciones singulares, en lugares que proponen diferentes calidades ambientales y utilitarias producto de ambientes generados en la interacción urbanización-balnearización" (Mantero, 2006: 167).

La disposición del medio construido, de la infraestructura urbana y los equipamientos turísticos son útiles para analizar la intensidad de ocupación territorial:

"Tal condición le ha constituido al espacio turístico múltiples usos espontáneos y diversas acciones deliberadas en los asentamientos, donde concurren diferentes agentes de lo público, diferentes operadores de lo privado y actores de lo social, instituyéndoles en objeto de intereses diversos, tensiones múltiples e interacciones complejas" (Mantero, 2006: 177).

La heterogeneidad en las formas de ocupación del territorio en la costa marítima de la Provincia de Buenos Aires conduce a abordar el trabajo sobre algunos de los asentamientos turísticos-balnearios que caracterizan las distintas formas de territorialización del turismo de playa. Se han seleccionado: 1) Mar del Plata (Figura 1), séptima urbanización argentina en número de habitantes, cabecera de su unidad político-administrativa, principal destino del turismo interno y nodo principal del sistema turístico de la costa atlántica. 2) Mar de las Pampas (Figura 2), como villa balnearia localizada hacia el sur del Partido de Villa Gesell, que representa un espacio de creciente urbanización, insertada como un destino neoexclusivo y con características. 3) Las localidades balnearias de Mar de Ajó (Figura 3) en el Partido de la Costa en el sector norte del litoral marítimo bonaerense y de Claroméco (Figura 4) en el Partido de Tres Arroyos hacia el sur, sitios donde se ha dado una importante urbanización de su frente costero con construcciones duras que ya han impactado en procesos erosivos y la pérdida de calidad paisajística. Por último, 4) el caso del Balneario Reta (Figura 5), localizado en el sudeste del Partido de Tres Arroyos, asentamiento balneario de menor rango, que conserva en su entorno cualidades agrestes y donde se desarrolla un turismo familiar y de tendencia ecológica.

Figura 1
Fotografía de ciudad balnearia. Playa Bristol, Mar del Plata

Fuente: Hernández F. 14 de octubre de 2008.

Figura 2
Fotografía de villa balnearia. Mar de las Pampas. Partido de Villa Gesell

Fuente: Ordoqui, J. 21 de enero de 2009.

Figura 3
Fotografía de localidad balnearia. Mar de Ajo, Partido de la Costa

Fuente: Ordoqui, J. 23 de septiembre de 2007.

Figura 4
Fotografía de localidad balnearia. Claromecó, Partido de Tres Arroyos

Fuente: Ordoqui, J. 23 de septiembre de 2007.

Figura 5
Fotografía de pueblo balneario. Reta, Partido de Tres Arroyos.

Fuente: Hernández, F. 7 de enero de 2007.

En el análisis particular, de cada uno de los casos de estudio, se han estudiado y analizado distintas variables. Se incluyeron variables históricas como el período fundacional y la etapa histórica de turistificación, variables referidas al modelo urbano-turístico y la morfología del mismo y variables socio-económicas como el tipo de balnearización de las playas, cómo se han ocupado las mismas y el tipo de turismo y de usuarios que reciben. También se analiza particularmente el frente costero de cada uno, como un espacio de poder donde se manifiestan las estrategias y tensiones entre los distintos actores y agentes que actúan en el territorio.

1) Ciudad balnearia: Mar del Plata

La ciudad (Figura 6) es cabecera del Partido de General Pueyrredón y fue oficializada su fundación el 10 de febrero de 1874. El Partido existe desde 1879 y cuenta con 47 Kilómetros de costas, con zonas de playas y de acantilados. Presenta una diversidad de playas: Camet y La Perla Norte, el tradicional balneario La Perla, las playas céntricas (Punta Iglesia, Bristol, Torreón del Monje y Varese), Playa Chica en la zona del Cabo Corrientes, el complejo Playa Grande en las cercanías al barrio Los Troncos y a la principal arteria de la vida nocturna marplatense, la calle Leandro N. Alem, las playas del Puerto ubicadas sobre la Reserva del Puerto y la Escollera Sur, el Complejo Punta Mogotes, las playas y paradores del Sur ubicadas desde la zona del Faro de Punta Mogotes hasta La Serena y los balnearios que se ubican en la zona de barrancas y acantilados: Los Acantilados, Barranca de los Lobos, Marysol, La Paloma, Los Lobos; y en el sector más sureño se encuentran la Colonia de Chapadmalal y el Marquesado, cercanos al límite con el Partido de General Alvarado.

Figura 6
Imagen Google Earth de Mar del Plata

Fuente: Google Earth. Imagen actualizada al 30 de mayo de 2009.

El Partido de General Pueyrredón, según el Censo de 2001 realizado por el INDEC, posee 564.056 habitantes y en las proyecciones realizadas por la Dirección Provincial de Estadística hacia 2006 se encontraría en 611.225 habitantes, concentrada la población principalmente en Mar del Plata (96% del total). La actividad turística sigue siendo la principal vía de ingresos para sus pobladores pero la ciudad diversificó sus actividades con el sector pesquero, la actividad del cinturón frutihortícola, la actividad textil, las plantas alimenticias ubicadas en su parque industrial y la zona de canteras donde se extraen piedras y materiales para la construcción, actividad ligada a las perspectivas del turismo. A pesar de este desarrollo diversificado, Mar del Plata sigue siendo desde la década de 1990 una de las ciudades de Argentina con mayores índices de desocupación (10,9 % según los datos publicados por el INDEC en marzo de 2008), siendo junto a Santa Fe las únicas ciudades que superan los dos dígitos.

Mar del Plata ha sido el escenario central de los espacios turísticos de sol y playa y donde se han desarrollado múltiples cambios: el modelo de explotación de las arenas ha incorporado en la franja de playas privadas del Partido de General Pueyrredón, ubicadas entre el Faro de Punta Mogotes y Playa La Serena en una extensión de 2,5 kilómetros sobre la Ruta Provincial N° 11, una tendencia creciente de paradores que han avanzado pero en convivencia con los tradicionales balnearios. El nuevo modelo de explotación se inserta dentro del esquema histórico compuesto por ser el destino turístico de las clases privilegiadas entre fines del siglo XIX y principios del XX, su masificación realizada con la implementación del modelo de Estado de Bienestar en Argentina a mediados de siglo XX y por la segmentación y fragmentación de la oferta de espacios de playa ocurrida en las últimas décadas del siglo pasado y en la primera década del siglo XXI en el marco de una crisis del turismo masivo.

Luego de la salida cambiaria devaluatoria del verano de 2002, el empresariado del turismo tuvo que reconfigurar estrategias en los espacios de playa. La concepción tradicional del balneario con su espacio de carpas y de arena para sus veraneantes, restaurantes, comercios, etc; fue cambiando durante los últimos años de la década de 1990 y los primeros años del siglo XXI. El sector privado ha sido el dinamizador de estos espacios por tener la posesión de las mismas. El Estado no tiene jurisdicción allí, sólo ha denotado que actividades y proyectos pueden establecerse mediante la Ley Provincial 8.912 y el Código de Ordenamiento Territorial del Partido de General Pueyrredón.

Bajo las nuevas estrategias que se fueron implementando y que avanzaron luego de 2002-2003, se fusionaron en los paradores empresas variadas: los dueños y concesionarios de los balnearios y paradores junto a quienes le otorgan concesiones en sus playas (radios FM de grupos nacionales e internacionales, marcas de bebidas, de ropa informal y deportiva, telefonía celular, Internet, etc).

Un factor importante en el paso de balnearios a paradores ha sido el modo en que son difundidas estas playas. Durante más de veinte años las playas del sur fueron promocionadas y su éxito se basaba en estar en un espacio de playa "natural" (por la presencia de médanos, sectores boscosos) y de "tranquilidad" para sus veraneantes, al estar estas playas alejadas de la urbe y sus masificadas playas.

Se denota un cambio sustancial en el modo de producción de los espacios de playa, impulsado por los mismos factores de la producción de espacio urbano. Las playas tienen su punto de contacto con "lo urbano", no sólo por el traslado de prácticas sociales de la vida urbana a las arenas, sino porque también han sido puestas en producción en un momento como espacios exclusivos y promovidas por ese mayor contacto con variables "naturales", idea que ha mutado en los primeros años del Siglo XXI.

Los ámbitos de sociabilidad han tomado nuevas características y las playas no han sido ajenas al cambio, si han mutado espacios de sociabilidad ligados a la lógica del trabajo y de la educación, obviamente los espacios ligados al ocio iban a sentir las alteraciones. Y los paradores son el escenario "postmodernista" donde se denotan con mayor claridad los vectores de cambio.

"El "descubrimiento" de la playa fue el primer ejemplo de valorización diferencial del espacio relacionado con el veraneo frente al mar... cada espacio que se valorizaba se convertía en un nuevo escenario de sociabilidad (como las playas) o era dotado de soportes materiales que lo complementaban y facilitaban su apropiación y consumo (como las ramblas y balnearios) dando lugar a las correspondientes prácticas de sociabilidad" (Mantobani, 2004: 87).

En las décadas pasadas este factor comenzó a cambiar debido a la importancia mayor otorgada a los soportes materiales de la playa, que se han transformado en el escenario de sociabilidad. Además, la tendencia creciente de los paradores sobre los balnearios genera una contradicción de importancia: se denota una masividad selectiva, ya que se promueve el acceso de grandes grupos a la playa, pero no todos pueden identificarse con este nuevo concepto. Esos grupos masivos están compuestos por capas de elevado poder adquisitivo, sectores vinculados a los medios masivos de comunicación, jóvenes de una "nueva" clase media. Estos espacios contrastan con otras playas que funcionan también como escenarios de una masividad segregada, compuesta en las playas céntricas por las clases populares y una clase media-baja.

Ese turismo masivo que había entrado en crisis comenzó a tomar nueva fisonomía ante los cambios que se habían originado. La masividad se vio perjudicada en los tradicionales centros balnearios que tuvieron que reacomodarse a la situación, que imprimió nuevas fisonomías en los espacios de playa. El caso de Mar del Plata es paradigmático para explicar estas cuestiones:

"Al abrigo del consenso neoconservador en la ciudad de Mar del Plata, en un contexto de las restricciones y habilitaciones que imponía un modelo social y económico que en nada ayudaba al turismo interno, se generaron una serie de proyectos de "jerarquización" de la oferta de recreación vía un paquete de normas y dispositivos de interpretación que estimulaban las "iniciativas privadas". En el devenir iluso de recuperar el "Biarritz perdido" y su "turismo de calidad" y de dejar atrás "las consecuencias" sociales y ambientales de un turismo masivo que rememoraba la misa colectiva, se buscaban e inventaban productos más afines a las nuevas modas que dictaba el mercado de ocio". (Cicalese, 2005: 118).

Las playas del sur en los noventa se mostraban como las únicas de Mar del Plata fuera de contacto con el área costera céntrica. Mar del Plata ofrece una gran variedad de playas, no solamente desde el punto de vista natural, urbano o paisajístico. Además de las masividades selectivas que se pueden encontrar tanto en las playas sureñas como en Playa Grande y las masividades segregadas de las playas céntricas, también aparecen playas que mantienen usuarios locales como ocurre en el complejo Punta Mogotes, en el tradicional complejo La Perla o en el revalorizado sector de Varese mediante las construcciones que se han realizado en los últimos años.

Algunas variantes de la masividad pueden ser encontradas en las playas ubicadas en el Norte de la ciudad: las playas de Constitución, alejadas de las playas céntricas y con un tipo de visitante y turista ligado a quienes deciden alojarse alejados del centro y a veraneantes locales que pertenecen a los barrios residenciales de la zona. También tienen un sello distintivo las playas ubicadas más hacia el Sur del Partido, donde se puede encontrar un usuario con mayor grado de relación con el ambiente. Estas playas del norte y del sur son los sectores donde se han desarrollado las últimas acciones en defensa costera con el avance del espigonamiento de las playas, a pesar de los impactos negativos que ya han demostrado en el corto y mediano plazo estas obras que han ocasionado conflictos entre actores ligados al turismo y a las actividades y usos que se dan allí.

2) Localidades balnearias: Mar de Ajo en el sector norte y Claromecó en el sector sur

Las localidades balnearias presentan realidades dispares en ellas mismas, existen casos que están en transición hacia un turismo neoexclusivista -en sectores o barrios de las mismas- y otras hacia el modelo territorial de las ciudades balnearias. Mar de Ajó es el caso de localidad balnearia que paulatinamente se desarrolla como una futura ciudad balnearia, aunque no sea la ciudad cabecera de su partido. Esta se encuentra ubicada en el Partido de la Costa, unidad político administrativa que surgió como separación del Partido de General Lavalle en 1978 como Municipio Urbano y en 1983 transformado en Partido, con Mar del Tuyú como ciudad cabecera. El proceso de división territorial de de sus unidades territoriales primarias ocurrieron a mediados del siglo XX y desde el punto de vista político- administrativo desde la década de 1970, cambio motorizado por la valoración realizada sobre su espacio y sus playas, una vez que el turismo aceleró su desarrollo urbano.

El proceso de fundación de las localidades balnearias del Partido de la Costa comenzó en 1933 con la fundación de San Clemente del Tuyú en terrenos que eran propiedad de la familia Leloir con un proyecto impulsado por herederos de la familia junto al Ingeniero Roberto Fernández, en tanto que Mar de Ajo se desarrolló en tierras de la familia Cobo mediante un proyecto direccionado desde Buenos Aires. Las tierras donde se fundó el balneario de Mar de Ajó pertenecían a la familia Cobo desde el siglo pasado. Las tierras fueron a remate realizado por Ramos Mejía en 1934 y pertenecían a un loteo del paraje conocido como La Margarita y fue llevado a cabo por la firma Furst Zapiola y Cía directamente en Buenos Aires. Otro antecedente importante fue el rally organizado por el Automóvil Club Argentino en diciembre de 1934, consistente en una caravana de vehículos que acamparon en distintas playas y uno de los grupos de rallistas se dirigieron a La Margarita.

Hacia 1933 Furio Spríngolo comenzó a acelerar la idea de fundación del balneario al ponerse en contacto con los dueños de estas tierras para proponer un proyecto de balneario marítimo que se llamaría Cobópolis o Ciudad Balnearia de Cobo. El éxito que habían tenido el rally y el loteo de La Margarita alentaron su concreción. En 1935 Rafael Cobo y su yerno Isaías Ramos Mejía constituyeron una "Sociedad de Tierras y Balnearios".

"En el mismo año de 1935 la Sociedad encomienda el remate de terrenos a la firma Furst Zapiola y Cía de Buenos Aires, que lo lleva a cabo en diciembre de 1935 en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Resulta interesante observar el texto del folleto de publicidad preparado a tal efecto por la Compañía Inmobiliaria que contiene una serie de imprecisiones y errores (o engaños), desde la existencia de camino pavimentado, los espacios verdes disponibles, o la calidad agrícola de la tierra, y que dicen mucho sobre el "negocio" que eran estos loteos". (Bertoncello, 1993: 56).

En la actualidad Mar de Ajó (Figura 7) es la localidad con más población en el Partido de la Costa, según el Censo 2001 posee 25.475 habitantes, que representan el 36,8 % de la población del Partido, siguiéndole Santa Teresita, San Clemente del Tuyú, San Bernardo, Mar del Tuyú (localidad cabecera de la unidad político administrativa) y Las Toninas. El crecimiento urbano ha sido notorio desde la década de 1960, pero su falta de planeamiento urbano se ha dado prácticamente desde su origen como asentamiento, con un notorio crecimiento urbano hacia las tierras ubicadas entre la zona céntrica y la Ruta Provincial N° 11.

Figura 7
Imagen Google Earth de Mar de Ajo

Fuente: Google Earth, imagen actualizada al 5 de junio de 2003.

Existe en esta localidad una degradación del ambiente costero, como ocurre en las ciudades pero a menor escala, debido a la inexistencia de un modelo de ordenamiento territorial que contemple el paisaje costero. Su economía es dependiente del turismo y escasamente diversificada, factor que detrimenta su competencia con otros balnearios más afianzados, sean destinos populares o exclusivos.

El medio construido sobre frente costero de Mar de Ajó cuenta con una extensión de diez cuadras, donde no se observan edificaciones en altura y no se encuentra consolidado en su totalidad, todavía existen algunos pequeños lotes sobre la costa sin edificar; también se visualizan construcciones en estado de abandono o cuyos proyectos constructivos no han sido finalizados. A lo largo del frente costero urbanizado se despliegan las cuadras asfaltadas de la avenida Costanera de Mar de Ajó. Los balnearios que se encuentran en ese sector cuentan con la menor extensión de playa (alrededor de 60 metros hacia el mar), distancia que crece hacia el sur, cuando la urbanización disminuye y la avenida costanera se transforma en un camino de arena y tierra. La mayoría de los balnearios y paradores de esta localidad, como ocurre en el parador Mandinga y en el balneario Luna Roja, levantan cuando finaliza la jornada de playa sus carpas, sombrillas y sillas por la crecida del mar durante las madrugadas y ante el riesgo potencial de sudestadas o tormentas oceánicas.

El segundo caso de localidades balnearias pertenece a las que presentan un crecimiento de espacios neoexclusivos y se manifiestan procesos de fragmentación socioterritorial. Por un lado se encuentra el espacio degradado ambientalmente, urbanizado con materiales duros y verticalizado y por otro, el espacio conservado, potenciado y energizado por forestaciones y parquizaciones, con predominio de materiales blandos y secos (madera). Estos sectores han sido revalorizados por desarrolladores urbanos extraterritoriales. Los espacios funcionalizados en primer término han quedado como balnearios destinados a las clases con menor poder adquisitivo y los nuevos proyectos, que se aproximan al modelo de villa turística, para clases con mayor poder adquisitivo.

Claromecó (Figura 8) es un ejemplo destacado de este tipo de localidades. Se localiza en el Este del Partido de Tres Arroyos, cuenta con una población estable de 1947h, según Censo 2001, pero se estima que en la actualidad supera los 3.000h. Desde la década de 1990 se intensificó la diferenciación entre el sector norte de Claromecó (céntrico) y el sector sur (Barrio Dunamar), pero desde los orígenes de la localidad balnearia se manifiesta la construcción de dos paisajes distintos en el mismo espacio.

Figura 8
Imagen Google Earth de Claromecó

Fuente: Google Earth, imagen actualizada al 2 de enero de 2004.

El pacto fundacional de la localidad se realiza cuando Juan Bellocq adquirió la mayor parte de las tierras en 1883, que constituyen la localidad y fundó la estancia "San Francisco". Luego de su muerte, los hijos heredaron las tierras y comenzaron a promocionar lo que llamaban "El Rincón de Claromecó". Se construye el primer hotel en 1901 mediante la autorización de los Bellocq, que funcionó hasta 1904 y en 1905 la familia terrateniente edificó su casa de veraneo. Este sitio se convirtió en un espacio de ocio y recreación para los pobladores de la zona, principalmente de la ciudad cabecera del partido: Tres Arroyos. Las primeras casas de la villa comenzaron a edificarse hacia 1910, muchas de ellas se asentaron sobre la playa misma y en tierras costeras estatales, que luego fueron demolidas. En 1919 la familia Bellocq, por la importancia que había adquirido el lugar como balneario, propuso al Gobierno de Buenos Aires la formación del Balneario Claromecó, que fue fundado oficialmente el 9 de noviembre de 1920, una década después de realizado el primer loteo.

A medida que se desarrolló la localidad tomó impulso un sector localizado al sur: el barrio Dunamar. Este se trata de un barrio residencial separado del resto de la localidad por el arroyo Claromecó. El lugar fue forestado para la fijación de médanos por Ernesto Gesell, se trasladó el modelo de paisaje costero y bosque que ya se había aplicado en Villa Gesell, Pinamar e incluso Miramar y Necochea con sus respectivos viveros dunícolas. Este espacio turístico-residencial se destaca por su vegetación, con añosos eucaliptos, álamos, pinos marítimos y tamariscos que se distribuyen dentro de su trazado urbanístico. En la actualidad este paisaje contrasta con la degradación ambiental que ha tenido Claroméco por su crecimiento urbano no planificado. Dunamar se presenta como una opción de turismo slow y ecológico, con un frente costero ocupado con casas de arquitectura postmodernista.

Esta representación socioespacial de Dunamar se consolidó en los últimos cinco años con el asentamiento de las empresas de desarrollo urbano Holland Cross S.A. (impulsora de proyectos en el Gran Buenos Aires) y Pinamar S.A. (empresas de desarrollo urbano-privado en el nordeste costero) que han comenzado a desarrollar emprendimientos en sectores de dunas fijadas cercanas a la costa. De este modo se busca revalorizar la localidad a partir del despliegue territorial del neoexclusivismo, inaugurádo en los últimos años con los barrios privados Troncos de Dunamar, Petit Country y La Forestal, sumados al loteo de Atlantic Ville como un nuevo barrio lindero a Dunamar.

3) Villas balnearias: Mar de las Pampas

Este asentamiento se ubica en el Partido de Villa Gesell y tiene características particulares de interés para su estudio como villa balnearia por características como el neoxclusivismo, la intervención sobre el medio con la fijación de médanos, la forestación y la ocupación dispersa de su frente costero.

El Partido de Villa Gesell fue reconocido como unidad político administrativa oficialmente hacia 1983, aunque desde 1978 se encontraba separada del Partido de General Madariaga, con quien limita sobre la Ruta Provincial N° 11. Hacia el norte su límite es el Partido de Pinamar y hacia el sur el Partido de Mar Chiquita. La ciudad cabecera es Villa Gesell y Mar de las Pampas junto a Mar Azul y Las Gaviotas comprenden los asentamientos nuevos ligados en lo urbanístico, económico y poblacional al crecimiento del turismo de sol y playa en la primera década del Siglo XXI.

Según datos del censo 2001 realizado por el INDEC el Partido de Villa Gesell poseía 24.282 habitantes y para la proyección de 2006 realizada por la Dirección Provincial de Estadística tendría 28.725 habitantes. Para el 2001 entre Mar Azul y Mar de las Pampas tenían 825 habitantes (569 en Mar Azul y 256 en Mar de las Pampas), pero estimaciones extra oficiales recientes denotan alrededor de 800 habitantes en Mar de las Pampas (según el diario Página 12 del día 30 de enero de 2007 ya habría más de 600 personas residentes que conformaban entre 150 y 200 familias). El número de habitantes permanentes hacia 2001 representa sólo el 3,4% de la población del Partido.

La urbanización en este lugar se dio exclusivamente por la dinamización ligada a la actividad turística:

"Al igual que Mar Azul, esta localidad balnearia se levantó sobre un sobrante de tierras que oportunamente adquiriera Carlos Gesell. En la década de 1940 la empresa Mar Azul SA. las compró para proceder a su subdivisión. La planimetría fue aprobada en 1981 y poco tiempo después comenzó la apertura de calles y la comercialización de las parcelas" (Juárez y Mantobani, 2006: 65).

La empresa que compró las tierras a Carlos Gesell (alrededor de 9 kilómetros de frente marítimo entre el sur de Villa Gesell a las cercanías al Faro Querandí y 2 kilómetros de ancho entre el mar y la Ruta 11) estaba liderada por Ricardo Astengo Morando, quien realizó entre 1947 y 1951 las primeras obras.

Se construyó un camino de acceso desde la Ruta 11 hacia el mar, comenzaron los trabajos de fijación y forestación de las dunas y el loteo del predio. Se instaló una hostería de madera frente al mar y se plantaron tamariscos, acacias trineveris y pinos para fijar la arena. El proyecto urbano fue abandonado por los pioneros a principios de 1950, los pinares se secaron y el camino de acceso y la hostería quedaron cubiertos por la arena. La sociedad inicial se disolvió al poco tiempo y las tierras fueron a remate judicial, donde los porteños Manuel Rico, Antonio Vázquez y Jacobo Zelzman compraron las 330 hectáreas y contrataron a los ingenieros agrónomos Oscar Moretti y Esteban Takacs para reiniciar la fijación y forestación de los médanos y dunas:

"Se plantaron gran variedad de especies, algunas que no se encuentran en otras forestaciones de la costa atlántica, tales como el olivo de Bohemia y pino mexicano, de gran valor ornamental. El nombre "Mar de las Pampas", se debe a que éste es uno de los pocos lugares de la costa donde la llanura pampeana se encuentra con el mar" (Secretaría de Turismo y Cultura del Partido de Villa Gesell, 2009).

Entre 1957 y 1978, la nueva sociedad anónima y la familia Astengo realizaron los trabajos de forestación de las hectáreas de la fracción llamada Mar Azul (que incluía el sector de Mar de las Pampas) y se reabrió el camino de acceso desde la Ruta 11.

Mar de las Pampas (Figura 9) ha logrado una impronta propia, local al ser considerado el primer lugar en Argentina como "slow city" (ciudad lenta), concepto que posee algunas particularidades:

Figura 9
Imagen Google Earth de Mar de las Pampas

Fuente: Google Earth, imagen actualizada del 30 de octubre de 2003.

"...surgió en Italia en 1986, de la mano de Carlo Petrini, un periodista especializado en Gastronomía, quien cansado de la comida chatarra ideó el concepto de "slow food", donde propuso tomarse el tiempo de disfrutar del placer de la comida. Luego, un tiempo más tarde traslado ese concepto a una forma de vida más relajada, comenzando a modo de prueba por su ciudad natal Bra, a la cual autodenominaron "slow city" o ciudad lenta. Existen determinadas condiciones para que una ciudad pueda ser definida como "slow city", entre ellas se encuentran:-protección del medio ambiente, -difusión de productos locales, - divulgación de la filosofía "slow city". Estas condiciones fueron resumidas en Mar de las Pampas bajo el "slogan" de "vivir sin prisa" (Blog Red de la Costa, 2007).

En Mar de las Pampas ninguna de sus calles se encuentra asfaltada, ni el camino que conduce a Villa Gesell ni el que conecta hacia la Ruta 11. La mayoría de sus calles terminan en caminos sin salida, no existe interconexión entre ellas, factor que no permite la circulación automotor continua por el poblado; además del existente tope de velocidad de 30km por hora. Los característicos cuatriciclos que se utilizan en lugares de playa tiene limitado su uso y la línea de ómnibus que conecta Mar Azul- Las Gaviotas- Mar de las Pampas con Villa Gesell solamente se desplaza por la calle Mar del Plata, no se dirige en ningún punto hacia el interior de estos lugares. Los ómnibus de mediana y larga distancia tienen prohibido su acceso, lo que limita la accesibilidad y su masividad. Las empresas que realizan excursiones de turismo receptivo deben trasladar sus grupos pequeñas camionetas.

Otro factor que ayuda al desarrollo del turismo slow y al bajo movimiento vehicular se debe al diseño urbanístico de Mar de las Pampas debido al trazado irregular de sus calles. Los desarrolladores urbanizaron en relación a la topografía encontrada, las calles bordean las dunas. Este trazado no fue realizado en Mar Azul y en Las Gaviotas, villas que mantienen el característico desarrollo urbano en cuadrículas de gran parte de los balnearios de la costa marítima bonaerense.

Surgen otros rasgos de Mar de las Pampas como "ciudad lenta" como la baja señal de cobertura que tiene la telefonía celular en partes del lugar, ya que existe señal sólo en sectores de sus playas y en sus paseos comerciales, aunque ha crecido la conectividad a Internet mediante Wi-Fi en sus locales.

El crecimiento de la actividad de la construcción ha sido una de las fuerzas motores ligadas a la actividad turística de sol y playa en estos últimos años:

"Desde comienzos del Siglo XXI ha crecido la construcción, a pesar de que el 70% del bosque es espacio que no puede urbanizarse y todos los lotes tienen un sector denominado "espacio verde" que no puede ser construido ni su arboleda disminuida, es más, estos espacios son de suma importancia en la valorización económica del lote: a mayor espacio verde y cercanía al mar, los precios de los lotes de tierra todavía disponibles se hacen más altos" (Ordoqui, 2008: 12).

Los terrenos en venta para la construcción de viviendas de destino turístico-comercial (hoteles, hostels, residenciales, etc.) o para residencias particulares tienen los mismo tamaños (15m x 30m o de 15m x 45m). La presencia del espacio verde, de la densidad arbórea y la distancia al mar son los factores influyentes en los precios de los lotes, que se desplazan entre 25.000 a 50.000 dólares, en tanto que las casas y chalets desde 80.000 a 200.000 dólares.

En la villa balnearia todavía no se destacan construcciones ubicadas directamente sobre el frente costero. Los médanos, que se encuentran entre las playas y el poblado no han sido afectados, rasgo que ha dotado de una característica microclimática al lugar al aislarla de los vientos marítimos. Pero sobre el frente de Las Gaviotas y Mar Azul han empezado a desarrollarse construcciones duras. Estos balnearios aún poseen usuarios pertenecientes a sectores medios y populares que deciden pasar sus periodos vacaciones en campings. Estas villas no poseen características de neo-exclusivismo profundas como Mar de las Pampas, pero pueden verse afectadas por procesos erosivos en el corto o mediano plazo por el avance del medio construido en su frente costero.

En relación a la balnearización de sus playas, en Mar de las Pampas existe solamente una unidad balnearia: el Soleado, existente desde la década de 1990. El precio de alquiler de sombra ronda entre 4.800 pesos la carpa y 3.100 pesos la sombrilla por temporada. Estos precios son menores a los que pueden ser encontrados en balnearios de Playa Grande y las playas del sur de Mar del Plata, donde los costos de sombra se encuentran entre 5.600 a 6.000 pesos. La posesión de un espacio de sombra en la villa balnearia no genera condiciones de exclusividad, factor reservado para Mar del Plata, donde la masividad provoca las condiciones para que algunos sectores se vuelvan exclusivos.

Sobre la dinámica laboral, en la villa se suscitan cuestiones de interés: gran parte de los trabajadores de las galerías comerciales son mano de obra que proviene de Villa Gesell. Los cuidacoches cuentan con permisos otorgados por el gobierno municipal del partido y muchos de ellos son inmigrantes provenientes de Bolivia. Las tareas de armado y desarme del único balneario son llevadas a cabo por carperos de origen paraguayo, quienes llegan durante la primavera y se retiran luego de Semana Santa, a principios de abril. Las personas que realizan trabajos de gerencia o como encargados en los emprendimientos comerciales de las galerías pertenecen a las ciudades desde donde provienen sus propietarios y concesionarios: Ciudad de Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata.

4) Pueblos Balnearios: Reta

El pueblo se localiza en el sudoeste del partido de Tres Arroyos en una zona de costas bajas, con playas de arena, cordones de médanos que alcanzan los 30 metros y arroyos que desembocan en el mar que tienen sus nacientes en el sistema serrano de Ventania. También se destaca la presencia de lagunas de agua dulce formadas en la transición del pastizal pampeano a los campos de dunas, donde quedan sectores deprimidos que se colmatan de agua de aporte pluvial y fluvial.

La relación centro-periferia, estudiada y analizada desde la geopolítica, es aplicable a la actividad turística en la costa atlántica: las ciudades balnearias se benefician con la promoción de las secretarías de turismo nacionales y provinciales y las inversiones públicas estratégicas y las privadas asociadas. Las villas balnearias aparecen como enclaves turísticos donde fluyen las inversiones privadas; en tanto que los pueblos costeros del sudeste están discriminados de la política turística y se convierten en espacios poco atractivos para las inversiones privadas. Los pueblos balnearios son aquellos que:

"...pertenecen a municipios agropecuarios, donde el desarrollo costero y el destino de estos pueblos no es una prioridad. De esta forma la relación centro-periferia no solo se reduce a territorios con promoción turística e inversiones desarrollistas y otros excluidos, sino que también dentro del mismo municipio el modelo se repite entre el sector agropecuario, al que se les brinda todas las facilidades para su desarrollo, y el turismo, desvalorizado por las autoridades municipales..." (Hernández, 2008: 138).

Esto ha llevado a que al no existir interés de ningún nivel político-administrativo que se ocupe de los mismos, estos pueblos balnearios son organizados por especuladores inmobiliarios. Además, los turistas, al no existir una urbanización desarrollada, encuentran en estos lugares el nuevo valor agregado que representa la tranquilidad, pero al no haber una organización y control de la actividad han surgido en los últimos fenómenos de impacto ambiental a partir del abuso en la circulación de vehículos de doble tracción por las playas, que circulan a grandes velocidades y trepan los médanos erosionándolos. En un estudio realizado en enero 2008 se estimó que la cantidad de vehículos 4x4 que habían circulando en una hora, en tres kilómetros de costa, en Reta, fueron 150 (cuatriciclos, areneros y camionetas).

En relación al proceso fundacional, el pueblo balneario de Reta lleva este nombre en homenaje a Martín Reta, quien fuera su principal impulsor en la década del '20, quien aspiraba a desarrollar el pueblo no sólo turísticamente sino también como un puerto marítimo para el partido de Tres Arroyos, planificado como un proceso similar al Puerto de Quequén con respecto a los partidos de Necochea y Lobería. En enero de 1927 se conformó una sociedad integrada por el propio Martín Reta y Claudio Rodríguez Otero con el fin de promover la construcción del pueblo balneario. A mediados de ese año se realizó la traza urbana con un plano en damero, pero con la particularidad de no tener una avenida costanera y con las calles localizadas en diagonal a la línea de costa.

"El interés que había despertado en los lugareños la fundación de un nuevo pueblo quedó reafirmado cuando Emilio de la Calle fundó, el 24 enero de 1928, la colonia turística Bartolomé Mitre, destinada a albergar a estudiantes, maestros y periodistas. A principios del año siguiente se terminaron las obras del primer hotel del balneario, el cual se llamó Hotel Playa de arquitectura danesa, nacionalidad con destacada presencia en la zona. El Balneario Reta quedó fundado oficialmente el 28 de noviembre de 1929, según lo dispuesto por el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dr. Vergara" (Codonio, 2006: 13).

Tras la realización del primer loteo, la sociedad vendió las tierras que le quedaban a Domingo Rago. En 1936 compró una parte de esas tierras la compañía Iribarne-Casanova. En 1945 estas pasaron a manos de la empresa San Sebastián. En ese año se inauguró la primera escuela, en 1955 la Iglesia Sagrada Familia, en 1962 se instaló el servicio telefónico y recién en 1978 la luz eléctrica. Según las cifras proporcionadas por el INDEC, viven en Reta 289 personas sobre 57.244 que posee el partido de Tres Arroyos. Este dato demuestra el escaso peso sobre el total de la población, el 0,5% del total. Este número se prevé que cambiará significativamente por la cantidad de veraneantes de Buenos Aires que deciden asentarse permanentemente y al estancamiento demográfico en las localidades y ciudades vinculadas a la actividad rural del resto del partido.

En Reta predomina el paisaje agreste y el frente costero se extiende a lo largo de 1,5 kilómetros sin que exista ningún tipo de urbanización hasta hace dos años. Desde 2007 comenzó a construirse el complejo hotelero Terrazas de Cayastá en la cima de un médano que generó un impacto visual del paisaje. Este proyecto hotelero impulsado por actores extra-territoriales no empleó trabajadores locales, ya que la mayoría de sus obreros fueron traídos por la empresa constructora desde el Gran Buenos Aires y se crearon asentamientos periféricos al pueblo para las viviendas de los mismos.

La construcción del complejo generó un proceso de tensión entre el turista- poblador local y los inversores- gobierno municipal, debido a que los veraneantes eligieron Reta por sus cualidades paisajísticas y sus formas de sociabilidad de pueblo, un balneario caracterizado por la ausencia de emprendimientos ligados a otros modelos turísticos. En encuestas realizadas en enero de 2009 el 98,8% (sobre 400 encuestas) rechazaba la construcción del hotel. El 24,4% de los pobladores locales encuestados (40) apoyaba la iniciativa, mientras que el resto (75,6%), la gran mayoría, la rechazaba porque consideraron que el pueblo no cambie y mantenga sus cualidades.

El pueblo balneario de Reta (Figura 10) presenta formas sociales y culturales distintas a los grandes centros turísticos costeros populares y exclusivos. El tipo de sociabilidad que caracteriza a los pueblos costeros es una parsimonia típica de pueblo que se modifica en la temporada veraniega, pero sin mayores impactos. Esto surge debido a que el turista llega en búsqueda de un paisaje compuesto por el conjunto playa- campo y ritmos de pueblo, vinculándose con el paisaje natural y la comunidad local. Esta es una diferencia esencial entre el perfil del turista de una ciudad balnearia más popular como Mar del Plata, Villa Gesell, Pinamar, Miramar, entre otras, que no se caracterizan por un disfrute centrado en el entorno natural.

Figura 10
Imagen Google Earth de Reta

Fuente: Google Earth, 25 de septiembre de 2003.

Los pueblos costeros presentan algunas similitudes con los balnearios neoexclusivos del noreste bonaerense como Cariló y Mar de las Pampas, en cuanto a la escasa población permanente, un turismo alejado de la masividad y un paisaje natural, aunque en este caso está fuertemente intervenido por una mayor densidad forestal. Pero las formas de sociabilidad caracterizadas en la exclusividad, con un fuerte contraste entre la comunidad local que trabaja para el turismo y el turista. El precio de los espacios de sombra es gráfico para esta diferenciación: en Mar de las Pampas, los valores superan los 3.000 pesos y en Reta los valores no superan los 1.200 pesos.

En los pueblos balnearios se configura una forma identitaria distinta al modelo cultural del turismo masivo y del neoexclusivo. La identidad distintiva de los pueblos balnearios es no diferenciar el turista y el poblador local, el ritmo de vida se conserva con una relación más cercana entre visitante y anfitrión. Los establecimientos turísticos son en su mayoría emprendimientos familiares que impulsa un turismo también predominantemente familiar y policlasista. Los espacios de sociabilidad son los médanos y las amplias playas. En los últimos años el crecimiento del parque automotor de 4x4 y cuatriciclos se ha transformado en un tema de debate entre quienes los utilizan y los que no los usan, quienes quieren que el paisaje se conserve y que la parsimonia característica no sea irrumpida por la contaminación sonora y de las arenas.

Las tensiones territoriales más significativas en los pueblos balnearios se centran en el avance de la frontera urbana basada en proyectos privados. El plan de desarrollo turístico del gobierno municipal es "exportar" el modelo de las villas balnearias del sector nordeste y de la vecina Claromecó. Esto tiene como resultado una urbanización del ambiente costero con nula planificación ambiental y estratégica del turismo.

Figura 11
Mapa de las ciudades balnearias bonaerenses

Fuente: Elaboración propia. Hernández, Ordoqui. 2009

Figura 12
Mapa de las principales localidades balnearias bonaerenses

Fuente: Elaboración propia. Hernández, Ordoqui. 2009

Figura 13
Mapa de las principales villas balnearias bonaerenses

Fuente: Elaboración propia. Hernández, Ordoqui. 2009

Figura 14
Mapa de los pueblos balnearios bonaerenses

Fuente: Elaboración propia. Hernández, Ordoqui. 2009

Conclusiones y aportes finales

La caracterización realizada de los asentamientos turísticos balnearios de la Provincia de Buenos Aires ha sido efectuada en el marco de un proyecto y representa un estadío de la investigación, que se procurará profundizar para sistematizar mayores conocimientos y avanzar hacía etapas más complejas tanto desde la definición de las categorías de análisis y del nivel de trabajo empírico. En esas fases se complejizarán cada una las categorías realizadas sobre los casos de estudio y se incorporarán nuevos.

Reconocer las diversidades territoriales del litoral marítimo bonaerense nos permite una comprensión mayor de su espacio turístico total y nos posibilita el análisis de problemáticas socioterritoriales puntuales que se manifiestan en cada uno de los sectores estudiados. Se destaca la importancia que ha tenido la actividad turística de sol y playa en la construcción del territorio costero bonaerense, ya que ciertas porciones han sido transformadas para el desenvolvimiento de la actividad.

En cada una de las zonas y espacios de trabajo y en sus respectivas playas y frente costero se constituyen espacios de poder, donde los diversos actores sociales expresan sus racionalidades. El turismo modeló el espacio valorizado por sus características paisajísticas. Las intervenciones territoriales en los espacios litorales estudiados así lo comprueban. Las tensiones se expresan en los asentamientos balnearios y en sus espacios de playa, las racionalidades heterogéneas de los actores sociales es uno de los puntos centrales de la cuestión.

A nivel particular en Mar del Plata es donde más se aprecian problemáticas vinculadas a la escala global en función del crecimiento de sus funcionalizaciones turísticas dentro de las megatendencias y formas del turismo a nivel mundial. Pero estas nuevas lógicas se insertan dentro de las continuidades que presenta aquí el turismo de sol y playa en cada una de sus etapas históricas. Las nuevas masividades junto al turismo popular en crisis desde la década de 1970 conviven con los espacios que aún conservan las elites, a pesar de las significativas reconversiones de sus exclusivas playas. La ciudad deberá repensar la forma de producción de su espacio costero. Los procesos que se observan en Mar del Plata además tienen un impacto en todo el litoral marítimo bonaerense por su importancia en la dinámica regional.

Mar del Plata puede generar herramientas de recuperación de sus playas mediante variables naturales si se logran frenar los movimientos de arena que realizan los concesionarios de los balnearios, que impactan en la dinámica natural de las playas y evitan la acumulación en los sectores de disposición geofísica. Además, el retiro gradual de las construcciones fijas existentes sobre el frente costero en sectores vulnerables ayudará a mejorar el marco actual, sumado a otras acciones como la práctica de nuevas tecnologías en defensa costera en la búsqueda de mejorar la calidad de sus playas y balnearios.

La localidad de Mar de Ajó se encuentra en un partido que se dividió de su antigua unidad político administrativa por el conflicto entre los actores del turismo costero con los actores que representaban la lógica rural. La concreción del municipio urbano no alcanzó para profundizar el crecimiento que había tenido el turismo durante la segunda mitad del Siglo XX. Su turistificación recién alcanzó relevancia en las últimas décadas, una vez desatada la crisis de masividad en Mar del Plata. En ese momento las localidades del Partido de la Costa surgen como alternativos para el turismo popular.

La localidad bajo estudio deberá mejorar las condiciones de ocupación de su frente costero y proponer medidas de recuperación para sus playas céntricas y la protección de sus médanos. Además se deberán procurar acciones para acondicionar su infraestructura urbana en función de las demandas en accesibilidad y servicios públicos. Atender estas problemáticas ayudará al crecimiento de un turismo bajo nuevas miradas que permitan reposicionar su inserción en el mercado turístico del litoral marítimo bonaerense.

En la localidad balnearia de Claromecó se presentan procesos de fragmentación entre el espacio turístico masivo y el espacio turístico neoexclusivo del barrio Dunamar. La degradación del paisaje costero en las playas céntricas de Claromecó debe intentar mitigarse a través de una planificación estratégica del frente costero que contemple la recuperación de dunas mediante el uso del enquinchado, con forestación para fijarlos y que no migren hacia el interior de la localidad, la construcción de un rambla de madera que sustituya el paseo de cemento actual y mejoras en la avenida costanera mediante su forestación y parquización. En el interior de la localidad es necesario un plan de forestación que amplié su vivero y que contemple la creación de espacios verdes públicos.

El análisis de Mar de las Pampas es importante para entender las dinámicas que poseen las villas balnearias en el siglo XXI a través de sus condiciones exclusivas. La regulación de la accesibilidad, el marco ambiental jerarquizado, prácticas de sociabilidad alejadas de la masividad de las ciudades balnearias son vectores que denotan su caracterización neo-exclusivista. La turistificación de este asentamiento ha crecido en los últimos años, esto ha provocado un aumento en el uso recreativo de sus playas y el crecimiento de su espacio urbano comercial y residencial. Se plantea que la villa balnearia debe procurar mantener y profundizar los marcos regulatorios existentes para vislumbrar una mirada prospectiva en relación a su turismo sustentable, por ello se considera vital la conservación del ambiente y la participación de la población local junto a los gestores de las políticas públicas en su partido y a los usuarios de sus playas y turistas.

En Reta el avance de la frontera urbana a través de la gestión empresarial ha generado desajustes a nivel ambiental y socioeconómico, sumado al comienzo de la ocupación de la primera línea de médanos con construcciones duras. La creación de nuevas espacialidades está ligada a emprendimientos que contrastan con el modelo turístico vigente y ha comenzado a modificar el perfil del turista, que podría provocar una desarticulación de su pequeña economía turística, ya que las inversiones sólo se han dirigido a la demanda basada en el consumo para las elites. Los pobladores locales siguen ligados a las tradiciones y prácticas campestres y no cuentan con los recursos para una transformación turística. Se han generado riesgos a causa de la sobre-forestación, al fijar los médanos se interrumpe el ciclo de la arena y se pueden catalizar procesos de erosión costera. Es importante plantear la creación de áreas protegidas para proteger, socializar y conservar el paisaje estratégico para un desarrollo turístico sostenible del pueblo balneario.

A lo largo de todo el proceso de investigación se profundizará el trabajo sobre los distintos recortes y diversidades territoriales de los asentamientos turísticos balnearios. De esa manera se trabajará para profundizar en el planteamiento de propuestas para el desarrollo de un turismo sustentable y endógeno. Las recomendaciones y planteamientos de soluciones partirán de propuestas de acción dentro de los marcos del ordenamiento del territorio y la planificación estratégica. La identificación de esos conflictos geográficos que genera el turismo de sol y playa será de utilidad en planes de gestión del turismo y de planificación urbana encolumnadas por políticas de manejo integral costero.

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Fecha de recepción: 19 de abril de 2009
Fecha de aprobación: 23 de marzo de 2010

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