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Olivar

versión On-line ISSN 1852-4478

Olivar vol.13 no.17 La Plata jun. 2012

 

RESEÑAS

Nora Hebe Sforza (ed.). Ludovico Ariosto. La Cassaria, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, 2007,110 pp.

María Cecilia Pavón

UNLP; UNQ

Publicada por la editorial de la Universidad de Buenos Aires y con traducción, introducción, notas y adaptación a cargo de Nora Hebe Sforza, la comedia de Ludovico Ariosto se reedita con un nuevo propósito: captar la atención y ser deleite de los lectores modernos.

La obra es el cuarto volumen de la "Colección de libros raros, olvidados y curiosos", que la Facultad de Filosofía y Letras fundó en 1995 bajo la dirección de Emilio Burucúa. En ese año el entonces decano de la Universidad de Buenos Aires, Luis Yanes, decide mudar los 250.000 volúmenes de la Biblioteca de la Facultad de Independencia al 3000 a su actual localización en Puán al 480. La mudanza permitió una nueva clasificación de los volúmenes y, en algunos casos, su descubrimiento. De esta manera comenzaron a cobrar nueva vida numerosas obras de la historiografía y de la literatura de los siglos XVI a XVIII.

La colección se abre con Viaje por el Atlántico en el siglo XVI, de Anthony Knivet, que narra las peripecias que el marino experimentó hacia 1592 al llegar a Río de Janeiro como prisionero inglés de la expedición de Thomas Cavendish. El segundo volumen es el Tratado de las supersticiones y hechicerías, manual de reprobación de supersticiones de Fray Martín de Castañeta editado por primera vez en Logroño, en 1529, por petición del obispo de Calahorra, don Alonso de Castilla.

La tercera publicación fue Descripción de la Inglaterra isabelina, editada por primera vez en 1577. El trabajo fue el resultado de un informe realizado por distintos actores sociales, desde clérigos hasta miembros del parlamento e intelectuales de principios del Siglo XVI, sobre aspectos sociológicos como la industria, el comercio y el comportamiento de los mercados, entre otros temas.

La quinta publicación de la Colección es Heptaplus, de Giovanni Pico Della Mirandola, que reúne en siete capítulos las meditaciones del filósofo sobre los seis días del génesis. A ésta le siguen nueve volúmenes más, entre cuyos títulos se cuentan Cuaderno de bitácora del primer viaje de la fragata Sarmiento: 1899-1900 de Hugo da Silva, Fumifugium o la inconveniencia del aire y del humo diseminado de Londres de Joh Evelyn y Cymbalum Mundi de Jean Bonaventure Des Periers.

En todos los casos, el gran acierto de la Colección es ser el resultado del trabajo de investigación conjunta de profesores, graduados y alumnos de la Universidad de Buenos Aires, lo cual garantiza la excelencia académica de los textos publicados.

La profesora Sforza, encargada de la presente edición de La Cassaria, cuenta con una larga trayectoria en relación a la lengua y cultura italianas, a las que se dedica desde el ámbito de la investigación y de la docencia, que ejerce en prestigiosas instituciones como la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Mar del Plata y la Facultad de Lenguas Modernas de la UMSA. Así mismo, la profesora Sforza ha realizado trabajos de traducción y edición de obras de autores del Renacimiento como Giordano Bruno y Nicolás Maquiavelo, tarea por la cual ha recibido diferentes menciones y premios. La presente edición, de hecho, cuenta en su haber con el Premio Teatro del Mundo 1998, otorgado por la Universidad de Buenos Aires a la mejor edición de una obra dramática de autor extranjero y el Premio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia.

Guiada por estos preceptos de excelencia académica, la cuidada adaptación de Sforza se realiza sobre la versión en verso que Ariosto completara entre 1529 y 1530, pero tomando en cuenta para la comparación la primera impresión en prosa de 1508. Esta manera de trabajo le permite a Sforza una perspectiva crítica de las modificaciones realizadas por Ariosto y de los parámetros históricos y culturales de los que emerge la obra, vitales para la comprensión de la misma.

Los méritos de La Cassaria, como señala Sforza en la Introducción, no sólo se deben al "haber sido la primera obra del teatro cómico italiano", sino también a la de "representar infinidad de aspectos de la compleja realidad de su época". Esto es porque el derrotero de la obra de Ariosto está sujeto al de su vida al servicio de la corte estense.

Ludovico Ariosto, nacido en el seno de una familia aristocrática, realizó sus primeros estudios en la carrera jurídica, aunque contra su deseo y por mandato paterno, en la Universidad de Ferrara hacia 1489. Durante este primer periodo de formación se dedica a la composición de la Tragedia de Tisbe, perdida en la actualidad, y participa activamente como actor en diferentes comedias representadas ante la corte d' Este. Luego de acceder al título de iusperitus ingresa en la escuela de Gregorio Elladio da Spoleto, figura relevante del mundo cultural del momento, con quien perfecciona, además de la técnica literaria, el uso del latín. En esta época se produce su más significativo acercamiento a la corte estense, ya que sus carmina Ad Philiroen y De Laudibus Sophiae ad Herculem Ferrariae ducem II comienzan a ser conocidos y Ariosto acepta los primeros cargos remunerados en la corte, lo cual le permite tomar contacto con maestros como Sebastiano dell'Aquila y Pietro Bembo. Durante los años subsiguientes intercalará sus misiones diplomáticas y militares con la composición de Sátiras y elegías relacionadas siempre con la vida en la corte. Es el caso de De diversis amoribus, compuesta en honor al matrimonio de Alfonso d' Este con Lucrecia.

Hacia 1507, es enviado por Hipólito a Mantua, donde su hermana Isabel había tenido un hijo. Ludovico entretiene con su charla y la lectura de los primeros fragmentos de su Orlando Furioso a la condesa, quien se transformaría con el tiempo en promotora y defensora del autor y su poema.

En 1508, La Cassaria ya había sido representada y no se hace esperar Los supuestos, su segunda comedia. Pero 1515, año de publicación de la primera edición de su Orlando, es el momento de inflexión en la vida del poeta. Con la intención de dedicarse de manera exclusiva a la labor poética, sistemáticamente abandonará y retomará, apremiado por la necesidad económica, su trabajo al servicio de la corte, para recién en 1525 establecerse de manera permanente en Ferrara, donde moriría 8 años después, dejando más de ciento cuarenta obras entre composiciones latinas, sátiras, comedias, cantos, sonetos, madrigales y cartas.

No es extraño que Ariosto deseara establecerse definitivamente en Ferrara, siendo ésta capital del territorio estense, residencia de la Universidad de Ferrara y de los debates más importantes de la época como el del platonismo y la función de los intelectuales y los gobernantes en el diseño de una ciudad óptima.

La corte de Ferrara impulsaba este tipo de debates desde el Studio y la participación de toda la comunidad en las actividades artísticas, especialmente las fiestas, las representaciones y los espectáculos sagrados que paulatinamente marcarían la elección de la comedia sobre la tragedia como modelo preferido de representación de la corte. Allí el teatro, al igual que la lengua, era motivo de profunda preocupación en tanto funcionaba como soporte simbólico de la grandeza política de la familia y constituía una experiencia en la que se fusionaba el servicio cortesano y la experiencia ciudadana. Siguiendo esta política teatral estense, Isabel, a quien Ariosto conociera en su juventud, difundirá fervientemente la obra del autor en Mantua.

La cassaria surge de este espíritu cortesano, intelectual y urbano que atravesaba la vida cultural del momento y su novedad reside en plantear una respuesta a dos dilemas importantes. El primero, en qué medida y forma se debía imitar a los grandes escritores antiguos para poder, al mismo tiempo, producir un teatro que tuviera en cuenta los gustos, inquietudes y forma de vida de la ciudad. El segundo, el valor de la lengua vulgar para constituirse como materia artística.

La iniciativa de Ariosto en La Cassaria es homologable a la emprendida por Dante Alighieri con su De vulgari Eloquentia y tiene sin dudas las características de una "fundación lingüística" y genérica. Esta propuesta de estilización de la lengua vulgar requiere, sin embargo, de un intenso trabajo de revisión. Por ello las modificaciones de la versión original en prosa del texto probablemente estuvieron orientadas a su más efectiva representación escénica. Esta intención de síntesis de lo clásico y lo nuevo se hizo extensiva a la métrica y, en un intento de reproducir el trímetro jámbico acataléctico de la comedia clásica, adopta el endecasílabo esdrújulo, obteniendo como resultado una cadencia rítmica intermedia entre el verso épico lírico de la tradición italiana y la prosa del habla cotidiana.

La búsqueda de simetría con la literatura clásica en la estructura, la constitución de los personajes y el desarrollo de la acción se corresponde con la simetría espacial, arquitectónica y humana a la que aspiraba el intelectual del Renacimiento y se refleja en la escenografía. Ésta fue encargada al pintor Pellegrino da Udine, quien, posiblemente guiado por Ariosto, diseña un espacio en perspectiva que busca recrear el movimiento de la ciudad.

Las representaciones de La Cassaria tuvieron tal éxito que el duque Alfonso indicó la construcción de un teatro de madera para que Ariosto y su equipo de trabajo tuvieran un lugar estable para su representación. El poeta se dedicó con tanto esmero al desarrollo y conservación de este espacio que después de su destrucción total en 1532 a causa de un incendio se retiró del mundo escénico.

Finalmente, la profesora Sforza incluye en la presente edición de La Cassaria, la traducción de una serie de documentos que constituyen valiosos testimonios que dan cuenta de la importancia y el significado de las representaciones teatrales en general y de La Cassaria en particular en la Ferrara del autor. Se cuentan entre estos documentos la carta que Isabel d'Este escribe a Francisco de Gonzaga en 1502 describiéndole la preparación de una sala antes de una representación teatral; un fragmento de la carta que Bernardino Prósperi envía a Isabel d' Este comentándole el estreno de La Cassaria muy elogiosamente; un fragmento del libro Banquetes. Composición de las comidas y arreglos generales (1549) de Cristoforo Messiburgo donde se detalla el banquete con motivo del estreno; un fragmento de la carta que Jerónimo de Séstola escribe a Isabel d' Este en 1531 describiéndole una representación de La Cassaria y algunos testimonios del incendio del teatro de Ariostode la Genealogía de los Señores Estensi príncipes en Ferrara (1532) atribuido a Mario Equicola.

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