SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número23Hanno Ehrlicher y Nanette Rißler-Pipka (eds.), Almacenes de un tiempo en fuga: revistas culturales en la modernidad hispánica, Berlín: Shaker Verlag, 2014, 374 pp.Guillem Martí, ¡Quemen Barcelona!, con la colaboración y traducción al español de Jordi Solé, Buenos Aires: Destino, Colección Áncora & Delfín, 2015, 576 pp índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Olivar

versión On-line ISSN 1852-4478

Olivar vol.16 no.23 La Plata jun. 2015

 

RESEÑAS

 

Laura Scarano, Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología), Santa Fe: Ediciones UNL, 2014, 248 pp.


Rosario Pascual Battista

Universidad Nacional de La Pampa
IdIHCS, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de La Plata / CONICET
Argentina

 

Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología) de Laura Scarano, reconocida crítica literaria, docente e investigadora de CONICET y de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se organiza en tres partes: un estudio crítico que recorre las principales líneas teóricas sobre la escritura en nombre de autor, una antología de poetas contemporáneos en lengua española que reúne tanto a españoles como latinoamericanos y, finalmente, un conjunto de artículos escritos por jóvenes investigadores.

La primera sección, firmada por Scarano, se propone abordar una temática poco estudiada en el género poético, aunque sí en el narrativo: atender minuciosamente a la presencia y la inscripción del nombre del autor en la poesía, sin creer, por esto, “en una mecánica reproducción sin fisuras” (11). La autora resuelve sin inconvenientes la situación de ubicar y problematizar su objeto de interés en un marco mayor de exploración que es el tema de la autoría y de la figuración del escritor en la obra. En efecto, Scarano traslada a sus lectores a un derrotero crítico detallado, profuso, que va urdiendo los aportes de teóricos y pensadores, como Bajtín, Derrida, De Man, Barthes, Foucault, Lejeune, Ricoeur, Bourdieu, entre otros, preocupados por la figuración del autor en el texto ficcional. Desde este punto de partida, la investigadora, con claridad, se preocupa por subrayar uno de los puntos más tensos que atraviesa la bibliografía consultada y que reconoce dos posturas contrapuestas. Por un lado, las “teorías negativas sobre el sujeto” que rechazan cualquier tipo de referencia y anclaje extratextual del sujeto autoral. Y, por otro lado, las posiciones que sí consideran el nombre del autor como una categoría pragmática, social e institucional. Es a partir de esta última perspectiva que Scarano sostiene y profundiza las intervenciones que se propagan en su estudio crítico. La primera cuestión a problematizar es el “enigma enunciativo del poema” (24) que se asienta en la presencia de un sujeto doble (“sujeto empírico” y “sujeto retórico”) que convive en el “incesante vaivén” (25) que este tipo de enunciaciones producen. Dominique Combe, Käte Hamburger, Kinereth Meyer, Ángel Luján Atienza, Paul Ricoeur, Karlheinz Stierle, Jorge Monteleone, Fernando Cabo, Arturo Casas, entre otros, son las referencias citadas para dilucidar quién dice yo en la poesía. Una segunda cuestión se desprende de esta primera y es la categoría filosófica de identidad y resulta especialmente operativa para el tipo de estudio que se propone Scarano:

Contar–se consiste sin duda en un acto de lenguaje, pero más que rendir cuenta de una verdad histórica, parece aspirar a darnos una versión de una verdad interior. Por eso, la literatura es uno de los medios por los cuales la acción de contar la propia historia deviene elaboración de una “identidad narrativa”, que compensa de algún modo ese proceso siempre inacabado de articulación del yo. (37)

A partir de las continuas reflexiones acerca del objeto “poema con nombre de autor” Scarano plasma las diferentes maneras de referirse a la poetización del autor para, finalmente, posicionarse y, así, justificar su trabajo desde el término “metapoema autoral” que ubica en escena las fronteras dinámicas entre el autor y su texto. Una nueva categoría entra en este universo del autor que se auto-escribe y es la de “autoficción”. Como en las otras oportunidades, Scarano muestra la profundidad y agudeza de sus lecturas críticas y sus intervenciones dialogan con las Regine Robin, Vincent Colonna, José María Pozuelos Yvancos, Manuel Alberca, Alicia Molero de la Iglesia y Philippe Lejeune.

La parte final de la sección crítica se cierra con la posibilidad de abordar su estudio desde una perspectiva que ponga en diálogo poesía y autobiografía para evitar la rigidez que los límites de un género convencional imprimen. El término que elige para eludir las dificultades es el de “espacio autobiográfico”. Al mismo tiempo, opta por “autoficciones poéticas”, tal como se enuncia en el título de su libro, para definir este tipo de textualidades que sostienen una escritura bifronte, donde el poema se vincula con la autobiografía, sin clausurar, sin embargo, la operatividad ficcional e imaginaria ni la referencial, producto esta última de la identidad del nombre propio.

La segunda sección de este libro se conforma por una antología que corresponde a una selección de textos “con nombre de autor” realizada por Scarano junto con sus alumnos en el marco de un seminario que dictó en el 2012. Este dossier recorre múltiples poetas del siglo XX y XXI que instauran proyectos y tradiciones diversas. Entre los treinta autores que conforman esta selección no se omiten, felizmente, voces femeninas, como la de Alfonsina Storni, Gloria Fuertes, Olga Orozco, Francisca Aguirre, Alejandra Pizarnik, María Victoria Atencia y Juana Bignozzi.

La tercera y última sección está estructurada por nuevas voces críticas que corresponde a los jóvenes investigadores que se animan a poner en práctica y en diálogo las categorías teóricas desarrolladas y explicitadas por Scarano en el estudio crítico de la primera parte. A través de veintiún artículos, los lectores nos acercamos a análisis textuales que, además de confirmar la relevancia de la lírica en la literatura contemporánea, brindan posibles modelos de lectura para emprender el encuentro con un género que, a veces, parece olvidado. Sin intenciones de realizar una exploración detallada de cada uno de los trabajos, estas colaboraciones se desplazan a partir de ciertos ejes. Hay trabajos que se inclinan a análisis líricos minuciosos de la figura del yo y su asociación a la figura autoral: los artículos de María Elisa Crespo sobre Manuel Alcántara, Candelaria Barbeira sobre Juana Bignozzi, María Clara Lucifora sobre Jorge Luis Borges, Martín Presenza, junto con Candelaria Barbeira, sobre Ernesto Cardenal, María Estrella sobre Luis Cernuda, Pía Pasetti sobre Gloria Fuertes, Francisco Aiello sobre César Vallejo y Martín Presenza sobre Luis Antonio de Villena. En otros, esta operación textual es acompañada por el gesto de rescatar obras poco abordadas por la crítica, como es el trabajo de María Eugenia Fernández sobre la poesía de Roberto Bolaño, estéticas, como el objetivismo (el trabajo de Rodrigo Montenegro sobre Fabián Casas) y la “poesía de la experiencia” (artículo de Evangelina Aguilera sobre Luis García Montero). También se recorren o se detienen en diferentes momentos de la construcción de un sujeto autoficcional (el abordaje de Verónica Leuci sobre Ángel González, el de Sabrina Riva sobre Miguel Hernández y el de María Clara Lucifora sobre Miguel Unamuno). Tampoco se omiten situaciones de enunciación específicas referidas a momentos históricos particulares, como el análisis sostenido por María Eugenia Fernández sobre Gabriel Celaya, cuyo oficio como escritor está atravesado por el compromiso social que asume durante el franquismo, o el de Rodrigo Montenegro sobre Julio Cortázar quien para 1969, año de publicación de Último round, ya se define como un autor comprometido con la realidad latinoamericana. En esta línea también se ubica el trabajo de Evangelina Aguilera sobre Roberto Jorge Santoro, miembro de la “poesía social”. A su vez, hay ciertas intervenciones que entretejen el análisis lírico con aportes teóricos más específicos, tal es el caso de María Elisa Crespo sobre Joaquín Giannuzzi, el de Nora Letamendía y Verónica Leuci sobre Jaime Gil de Biedma y el de Mariana Blanco sobre Olga Orozco y Alejandra Pizarnik.

Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología) nos invita a seguir pensando y reflexionando sobre el fenómeno poético. Este libro propone una forma de abordar teórica y metodológicamente categorías como “autoficción”, “metapoeta” y “metapoema autoral” sin clausurar discusiones críticas al respecto en el marco de una tendencia de los últimos años interesada en la atención al problema de la autoría y la figuración del escritor en la obra. Laura Scarano, en nombre del poema y su autor, abre lúcidamente una discusión, donde no pueden omitirse ni la naturaleza ficcional ni los efectos pragmáticos que la autorepresentación sugiere. Esta investigación se entiende como una invitación a un recorrido, donde los lectores también nos reconocemos en él porque, como Scarano asevera, “en el nombre propio del autor también late –fantasmáticamente– nuestra propia y elusiva identidad” (82).


Esta obra está bajo licencia
Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons