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Papeles de trabajo - Centro de Estudios Interdisciplinarios en Etnolingüística y Antropología Socio-Cultural

On-line version ISSN 1852-4508

Pap. trab. - Cent. Estud. Interdiscip. Etnolingüíst. Antropol. Sociocult.  no.17 Rosario Jan./June 2009

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Temporalidades fragmentadas.
La experiencia social de trabajadores petroleros de la Cuenca Neuquina

Analía García1

Resumen

Un debate muy prolífero en torno a las políticas de reglamentación sobre los oligopolios y sus resultados después de casi dos décadas ha tenido lugar desde la desregulación de la actividad de hidrocarburos. Al mismo tiempo, un foco de preocupación ha sido el alto nivel de conflictividad que ha tenido lugar en los pueblos históricamente dedicados a esta actividad económica. Por otro lado, la crisis económica ha permitido a las ciencias sociales actualizar los debates en torno al drama del desempleo en la última década. A raíz de estas cuestiones, nos preguntamos sobre la dinámica social que rodea la experiencia biográfica de los trabajadores de hidrocarburos de la Cuenca Neuquina. Construimos una relación entre el estado actual del capitalismo y el territorio de la producción de hidrocarburos con el objetivo de entender las expresiones de una subjetividad particular, que se construye alrededor de los horizontes de la vida caracterizados por una fragmentación del tiempo y el espacio. Luego, analizamos la dinámica de los trabajadores migrantes en dos pueblos: Rincón de los Sauces y Buta Ranquil, donde viven durante la semana de trabajo lejos de sus familias nucleares. Dentro de este marco, nos preguntamos acerca de la soledad y el desarraigo que revelan sus horizontes personales de vida.

Palabras Clave: Capitalismo; Trabajo; Producción de hidrocarburos; Trabajadores migrantes.

Abstract

A very proliferous debate around the regulatory policies on oligopolies and their results after almost two decades has been taking place since the deregularization of the hydrocarbon activity. At the same time, a focus of concern has been the high level of conflictivity that has been taking place on villages historically dedicated to this economic activity. On the other hand, the economic crisis has allowed social science to update the debates around the drama of unemployment that characterized the economic reforms of the last decade. Following these issues, we inquire on the social dinamics that encircles the biographic experiences of hydrocarbon workers of the Cuenca Neuquina. We build a relationship between the present state of capitalism and the territory of hydrocarbon production with the objective of understanding the expressions of a particular subjectivity that is built around horizons of life characterized by a fragmentation of time and space. Then, we analyze the dynamics of migrant workers in two villages: Rincón de los Sauces y Buta Ranquil, where they live during the labor week away from their nuclear families. Within this framework, we consider about the lonelyness and uprooting that their personal horizons of life reveal.

Keywords: Capitalism; Labor; Hydrocarbon production; Migrant workers

Résumé

Depuis presque deux décennies, un débat très prolifique sur les politiques de réglementation des oligopoles et leurs résultats a eu lieu dès la déréglementation des activités pétrolières. Au même temps, les niveaux de conflit dans les villages traditionnellement consacrées à cette activité ont été au centre des préoccupations dans le domaine des sciences sociales. En outre, la crise économique a conduit ces débats, sur la plan des sciences sociales, à propos de la tragédie du chômage qui s´est déclenché au cours de la dernière décennie.
Suite à ces questions, nous nous interrogeons sur les dynamiques sociales concernant l'expérience biographique des salariés du secteur des hydrocarbures à la Cuenca Neuquina. Nous construisons une rélation entre l'état actuel du capitalisme et le territoire de production des hydrocarbures, à fin de comprendre l'expression d'une subjectivité particulière, construite autour des horizons de la vie caractérisés par une fragmentation du temps et de l'espace. Ensuite, nous analysons la dynamique des travailleurs migrants dans deux villages: Rincón de los Sauces et Buta Ranquil, où ils habitent pendant la semaine de travail loin de leur famille nucléaire. Dans ce cadre, nous nous interrogions sur la solitude et le déracinement qui révèlent leurs horizons personnels de la vie.

Mots-clé: Capitalisme; Travail; Production des hydrocarbures; Travailleurs migrants

Fecha de recepción del artículo: Abril 2009
Fecha de evaluación: Mayo 2009

Introducción

El presente artículo forma parte de los resultados de investigación a los que se ha arribado tras la finalización de la tesis doctoral "La Moneda del Desierto. El circuito hidrocarburífero y la conformación de economías de enclave en la Provincia de Neuquén". En este marco, la propuesta de trabajo consistió en analizar dinámicas territoriales contemporáneas tras la desregulación del sector de los hidrocarburos. Para ello, tuvimos en consideración dos ejes principales: la relación entre capital y trabajo y la imbricación entre el espacio productivo y el espacio de reproducción social de las villas obreras.
En esta oportunidad nos interesa centrarnos en la experiencia social de trabajadores petroleros tomando en consideración no sólo las trayectorias biográfico-laborales de estos hombres sino también la percepción que ellos tienen de sí mismos y de su actividad. Veremos que la consecución de sus vidas enmarcardas en las reflexiones que ellos mismos hacen de sí y de su entorno permite reconstruir el entramado personal que revisten la desregulación, la flexibilización, la tercerización y la provisoriedad de los territorios de enclave. En este sentido, sostendremos que la imbricación entre el capitalismo y las condiciones de existencia particulares en la villa obrera constriñen sus horizontes de vida e imprimen especificidad sobre los cuerpos obreros. De esta forma, capitalismo y territorio se imbrican mutuamente para dar lugar a la formación cultural que se expresa en subjetividades particulares.
Como nuestra unidad de análisis consiste en prácticas y discursos sostenidos por los actores involucrados en la cadena productiva tanto como en los espacios de reproducción social, también consideramos a distintos sectores sociales que se ven implicados directa o indirectamente en la puja por la apropiación y distribución de la renta energética, como ser los políticos locales. Nuestra unidad de estudio se halla emplazada en la provincia de Neuquén, en las localidades de Buta Ranquil y Rincón de los Sauces2, situados en el departamento Pehuenches y cuyo auge productivo deviene de la desregulación hidrocarburífera y la afluencia de capitales extranjeros al sector.

Propuesta teórico-metodológica

El problema de investigación supone como punto de partida la vinculación de procesos propios de la escala global con las dinámicas locales, en tanto busca dar cuenta de la forma en que se expresan las relaciones sociales en enclaves signados por formas de dominación de la escena capitalista. En este plano, el capitalismo debe ser entendido como un proceso histórico más que como una categoría estática a la que atribuirle una serie de características más o menos similares a lo largo del tiempo. Bajo la intención de comprender qué tienen en común y qué tienen de distinto enclaves petroleros como Cutral Co y Rincón de los Sauces, fue necesario primero situar al capitalismo en Argentina como un proceso histórico sobre el que en cada época se cristalizan y combinan una determinada estructura económica, una forma de Estado y disputas entre los bloques sociales diferenciables (Basualdo 2007). De esta forma, retomamos la distinción entre -en lo que refiere a nuestro caso- el patrón de acumulación basado en la industrialización por sustitución de importaciones y aquel basado en la valorización financiera y la reprimarización de la economía (Basualdo 2006; Aspiazu 2005; Aspiazu y Schorr 2001).
En este sentido, asumimos que las condiciones imperantes en la actividad referidas a la propiedad del capital inciden en la relación entre el proceso histórico de la economía contemporánea y los procesos de transformación sociocultural. La desregulación sectorial y privatización de YPF se enmarcan en un contexto en el que la insolvencia financiera y patrimonial en la que vio envuelta la empresa a partir de la última dictadura militar sirvieron de argumento para fundamentar la ideología de liberalización del mercado y de una ineficiencia "natural" del Estado para encarar actividades productivas. En este plano, la desregulación -"re-regulación" al decir de Daniel Aspiazu (2005)- tendió a favorecer la concentración de la producción y centralización del capital bajo la consolidación de formas oligopólicas3. La obtención de rentas extraordinarias4 por parte de los capitales en desmedro de otros actores insertos en la cadena productiva -trabajo y Estado- provinieron no sólo de la masiva transferencia de activos subvaluados a principios de los `90 sino también de la segunda transferencia de capital hacia fines de la década cuando los grupos locales venden sus tenencias accionarias -obteniendo "ganancias patrimoniales", en la medida en que se desligaron de los activos a valores mucho más elevados respecto de aquellos a los que habían sido comprados-, mientras se consolidó una estructura de propiedad extranjerizada (Basualdo 2006)5. En este marco es que Kosulj (2005) calculaba que del total de transferencias de capital sólo el 40% de las mismas fue a parar en manos del Estado.
A partir de entonces, la estructura de propiedad se encuentra transnacionalizada y la apropiación del beneficio económico corresponde a filiales de empresas extranjeras. Es decir que, en términos de la configuración del territorio, estamos ante la remisión de utilidades fuera de la economía regional en un contexto dominado por la apropiación de dichas utilidades también fuera de la economía nacional6. En este sentido, en el contexto desregulado y extranjerizado, la región se convierte en un enclave exportador de recursos naturales sin volcar los excedentes en el circuito productivo regional (Rofman 1999:95).
Planteamos más arriba que entendemos que la desregulación petrolera acaecida en los años 90` remite a pujas internas por la distribución del ingreso que se expresan en relaciones de poder cristalizadas y que inciden en la definición de políticas públicas. Siguiendo el planteo de Diego Mansilla (2007), a lo largo de la industrialización por sustitución de importaciones, el petróleo - en tanto que mercancía- adquiere un valor económico, político y simbólico diferencial bajo un patrón de acumulación basado en la industrialización, como un "recurso estratégico". Por otra parte, durante los 90` -aunque partiendo de la última dictadura militar- la regresividad en la distribución del ingreso, la desindustrialización y la subordinación del proceso privatizador a la valorización financiera y la consolidación de una estructura sectorial oligopólica, re-significan a los hidrocarburos en tanto que "commodity" exportable (Mansilla 2007).
El proceso económico y la definición de políticas macro se expresa y objetiva sobre el territorio como entramados sociales que se ciñen bajo procesos hegemónicos diferenciales. En este marco, consideramos que la clasificación del hidrocarburo por su carácter "estratégico" o como un "commodity" refiere al valor sociocultural que tienen los recursos en la vida de las personas y en las configuraciones histórico-culturales. El sentido que se construye en torno a determinado recurso está inmerso en un contexto en el que distintas fuerzas, sectores e intereses pujan por apropiarse del excedente que dicho recurso genera. El proceso de extranjerización y concentración económica en el sector asume representaciones y pujas por la valorización del recurso diferenciales con respecto a otras épocas históricas y con ello, asume también distinta valoración su inserción en la escena territorial. El actual contexto hidrocarburífero imprime y/o condiciona formas específicas de expresión territorial a partir de una idea lábil o "volátil" de conceptualizar al recurso energético. En este sentido, planteamos también una impronta en los espacios no productivos signada por la dominancia de los ritmos productivos.
Al decir de Escobar (1995), resulta central preguntarse respecto de las formas culturales a través de las cuales los seres humanos son transformados en sujetos productivos y con ello, transforman su entorno y disputan por él en el devenir histórico. En este marco, el espacio físico -nuestros emplazamientos de campo- devienen en el "lugar" físicamente realizado u objetivado del espacio social (Bourdieu 2001). En él, se superponen y manifiestan relaciones de poder que no se hallan emplazados geográficamente en un lugar sino que cobran cuerpo en ellos y que se expresan en el campo de la política como una disputa por la apropiación de la renta energética. Para sostener el marco de análisis "micro" retomamos el concepto de sistema regional de enclave (Salvia 1997) basadas en configuraciones sociales basadas en la explotación de un único recurso con alto valor estratégico7.
Sin embargo, las lógicas de acumulación que vinculan los procesos económicos generales con las dinámicas locales permiten comprender que la experiencia no es homogénea en términos espaciales. Como planteara Comas D´Argemir (1998), el método etnográfico aporta una valiosa herramienta sobre la cual comprender que los procesos globales no son uniformes así como las respuestas locales resultan desiguales y variadas. Por el contrario, el proceso global se expande y se asienta sobre configuraciones sociales previas de modo tal que la relación entre el capital y el trabajo así como la relación al interior del espectro capitalista -la tercerización- se consolida territorialmente de un modo no fijo ni único sino que se adecua al espacio local así como lo local se trastorna, fusiona y/o reproduce de modo particular estas lógicas de acumulación globales. En este sentido, retomamos los planteos de Eric Wolf (2005) en tanto que permite reflexionar sobre las condiciones que se imponen sobre los sujetos al tiempo que demuestra la forma particular en la que dichos sujetos construyen la historia.
Retomando el objetivo sobre el eje "trabajo", consideramos pertinente recapitular en dos cuestiones fundamentales. La primera de ellas consiste en la importancia que adquiere el tiempo de trabajo, particularmente el proceso de trabajo y la vida en la fábrica como espacio de recuperación de los sujetos trabajadores (Lobato y Suriano 2006:67-68). La segunda consiste en la vida más allá de la fábrica que se configura sobre y a partir del mundo laboral. Las posibilidades de proyectarse a futuro, de conformar una familia, de pensarse, referirse y sentirse a uno mismo en el devenir de una vida configurada en torno al mundo laboral.
La imbricación de ambas dimensiones permitirá concluir en la configuración de una subjetividad analizada a partir de las trayectorias laborales (Davolos 2001) seguidas por los sujetos y su significación en el contexto global de sus vidas. Asimismo, esta perspectiva permite recuperar la experiencia obrera a partir de su propia especificidad y como espacio de validación de sus propias vidas, enmarcadas en las condiciones actuales del capitalismo en el sector petrolero8.
Al tener en cuenta la caracterización de las villas obreras como "enclaves monoproductivos" comprendemos que la configuración del escenario social se halla estrechamente ligada a la dinámica y las formas de propiedad del capital -en el contexto de un sector de actividad "re-regulado"-. En el marco del espacio no productivo, las formas de propiedad alteran la fisonomía y el devenir de los pueblos petroleros. Por un lado, ya no existe una política de asentamiento en la zona productora siendo que abundan los hoteles para dar albergue a los trabajadores migrantes. Por otro lado, los barrios y campamentos de trabajadores y barrios privados se encuentran en muchos casos desligados de la vida social del pueblo. De este modo, en los casos de jefaturas, el espacio productivo se desliga del espacio social, ya que la empresa les provee un espacio de reproducción (vivienda, ocio y alimentación) dentro del espacio de producción de forma tal que no sólo se asegura un mayor control de la fuerza de trabajo sino que también evidencia un tratamiento diferencial entre diferentes status de trabajador que depende de su pertenencia o no al sindicato -los fuera de convenio y los sindicalizados- y su relación con la gran empresa productora -la operadora-, es decir entre quienes son contratado directamente por ésta o bien son contratados por empresas de servicios tercerizados.

El régimen de lo provisorio

La creciente extranjerización de los sistemas regionales de enclave en un contexto oligopólico modifica las modalidades en que históricamente se desarrolló la actividad de hidrocarburos en el complejo regional. En otras palabras, empresas transnacionalizadas como YPF S.A. y Petrobrás suponen un despliegue territorial lábil, "desapegado" de la construcción política y cultural cotidiana sobre la que -sin embargo- ejercen un nivel importante de dominación. Sobre los actuales patrones de acumulación, se cristalizan formas de organización social radicalmente diferentes respecto de las que otrora dominaban el espacio físico del petróleo cuando YPF -en tanto que empresa pública- cubría los servicios sociales y culturales de sus trabajadores y por ende, la expansión y crecimiento de las villas obreras de entonces se hallaba ligado al accionar de la empresa. Las formas sociales y culturales específicas que devienen de un modelo productivo en el que los ámbitos de decisión no sólo se privatizan sino que también son ajenos al espectro nacional convierten a los territorios de enclave en "meras plataformas productivas" (Landriscini y Laría 1999) dependientes de los vaivenes de un recurso natural no renovable.

"Ahora, gracias a Dios, el barril de petróleo está por las nubes, pero cuando se vino abajo tuvimos una recesión muy fuerte cuando cayó el barril de petróleo que estaba en dólares. Así como las empresas tomaban de a veinte, después echaban de a veinte. Y de todo eso se hace cargo la comuna. Esto es así, ¿viste? Es recurso no renovable y en la provincia no hay unapolítica para las localidades que viven de recursos no renovables. Y si se termina el petróleo, se termina el pueblo." (Secretaria de Desarrollo Social del Municipio de Rincón de los Sauces)

La característica de estos emplazamientos de "enclave" en el contexto desregulado es la migración y en estos términos, la villa obrera se encuentra constantemente regulada por los tiempos productivos. En lugar de trasladarse con sus familias, en general, los hombres radican en los pueblos obreros durante la semana laboral y retornan a sus hogares y a sus ciudades de origen en sus días de descanso. En gran medida esto se vincula con límites estructurales respecto del acceso a la tierra y a la vivienda que tienden a escasear, aumentando el precio de los alquileres así como la infraestructura pública se halla en extremo colapsada (el hospital, los teléfonos, la red cloacal, gasífera, etc.). En verdad, todo parece dispuesto para que nadie permanezca por mucho tiempo. Esta dinámica denota los límites estructurales al establecimiento y radicación de núcleos domésticos.

"Los bancos lo están vendiendo como zona de alto riesgo hipotecario. Este ambiente en el que estamos, pongámosle un valor nominal de $50.000. Lo querés hipotecar estando en Neuquén Capital o en otra localidad y vale $50.000. Pero acá vale veinticinco o treinta porque es zona de riesgo. Porque se sabe, está calculado que el día de mañana esto va a ser una zona donde no va a haber gente que quiera vivir con el mismo enraizamiento de hoy porque no va a haber industria." (Intendente de Rincón de los Sauces)

En el caso de Rincón de los Sauces -ciudad creada en 1971 tras el establecimiento del primer campamento ypefeano y actual cabecera del Departamento Pehuenches- considero pertinente retomar ciertos esteoreotipos sobre los que se interpeló a lo largo de la experiencia de campo, asociados al uso del tiempo libre en la ciudad petrolera. Los comentarios que dibujan una ciudad como el lejano oeste, la ciudad de los caberets, bordean la existencia de quienes viven o trabajan en la villa obrera cotidianamente. Estas formas de describir la ciudad, apelando a un lugar "sin ley y sin orden" y/o de "dudosa reputación" permiten vincular las formas de esparcimiento y la moral en relación con la provisoriedad que supone el campamento obrero. Cuando hablamos de tiempo libre, la conversación deriva en "un centro deportivo, un boliche, dos casinos, tres salas de juego, siete cabarets y ningún centro cultural", como describió arquetípicamente una funcionaria de la Secretaría de Desarrollo Social del municipio a las prácticas vinculadas al ocio que, dicho sea de paso, se enmarcan en dispositivos legales propios del órgano de gobierno local. En este sentido, el campamento obrero que brinda distracciones a cuadrillas de trabajadores y administradores podría tener las características de la provisoriedad propias de quien sólo permanecerá allí hasta que la gran obra o el proceso productivo llegue al punto de su culminación.

"Es necesario. Si no existiera, esa gente es un potencial peligro para la sociedad. Entonces es preferible que tengan un lugar, como los soldados." (Empleado de Petrobrás)

Resulta curioso, sin embargo, que a medida que la ciudad se va consolidando, las formas de utilización del tiempo libre no dejan de estar asociadas a la "provisoriedad", a las características de "la gran obra" (Lins Ribeiro 2006) o del "campamento obrero". Con el correr del tiempo, qué hacer con el tiempo libre continúa resolviéndose desde las bases que se promovieron en el lugar desde su origen y con lo que tienen a su alcance los hombres y mujeres que se las ingenian para vivir apropiándose de aquello porque, como dijimos más arriba- existen límites estructurales al establecimiento definitivo de núcleos domésticos (García 2008). En la medida en que se halla institucionalizada aquella dinámica propia del "campamento" que dio origen a la ciudad, las formas de utilización del tiempo libre son signos de "lo provisorio". O mejor dicho, son signos de cuando lo provisorio se convierte en permanente. El ocio asociado a estas actividades -propias de la villa operaria- se convierte en la extensión de lo que fue ideado para un tiempo acotado. Más precisamente, estas actividades no sólo constituyen parte de la identidad de la ciudad sino que también devienen en un efecto de la permanencia. Rincón de los Sauces es una ciudad bajo la forma de un gran campamento.
Por otra parte, Buta Ranquil tiene una historia que pre-existe a la explotación petrolera, es un pueblo ligado a la continuidad de prácticas económicas basadas en la ganadería transhumante. Hasta finales de la década del 90´, cuando se intensifica la explotación hidrocarburífera, la dinámica pueblerina pareciera circular sobre la esfera del "olvidado y atrasado norte neuquino". Al iniciarse la explotación hidrocarburífera, la Base Operativa de El Portón se instala sobre el yacimiento, a 20 Km. del pueblo incluyendo el predio habitacional y de servicios para los empleados de la empresa. Es decir que el espacio de reproducción inmediata de la jerarquía petrolera se halla dentro del espacio productivo.
Dicho predio cuenta con cercado y seguridad propia. Lindando con las oficinas de trabajo, las canchas de paddle, pileta de natación, comedor y demás comodidades se encuentran dentro de la esfera productiva y son, de hecho, un espacio de reclusión de modo tal que no existe necesidad alguna de contacto con el pueblo. Allí, las jefaturas de YPF cuentan con lo necesario para vivir hasta volver a sus lugares de origen incluidos los espacios recreativos para realizar deportes. Así el personal de YPF o los cuadros supervisores de obra que provienen de otras zonas habitan sobre el yacimiento y pueden no conocer el pueblo o tener ningún tipo de contacto con sus pobladores. Estos últimos identifican la distancia estipulada como un proceso caracterizados por una diferenciación social con base territorial -el country y el pueblo-. La distancia entre el espacio productivo petrolero -el yacimiento- y el pueblo se convierte en una marca patente de la labilidad de los lazos sociales que supone la actividad económica sobre el territorio. Dicha labilidad o flexibilidad deviene explícita tras el desconocimiento mutuo entre las jefaturas que "pernoctan" en el yacimiento y los habitantes del pueblo. Este desconocimiento se enmarca en la relación de dominación a partir de la cual el espacio productivo puede condicionar el devenir del pueblo sin involucrarse con él directamente. Así, en Buta Ranquil, la explotación petrolera se escenifica desde la distancia social que separa al espacio productivo del espacio de reproducción social -el pueblo como totalidad- así como la distancia social que separa a empleados públicos, campesinos habitantes de la zona peri-rural y comerciantes de trabajadores petroleros migrantes que habitan en los hoteles que les dan albergue durante la semana laboral y que cargan consigo la mochila de la "mala reputación" del quehacer solitario de los "soldados" -aquellos cuya presencia se halla institucionalizada y controlada en la ciudad vecina de Rincón de los Sauces- pero que en el transcurrir del tradicional pueblo ganadero se vive como amenazante.

Consideraciones en torno a la subjetividad

La experiencia de los petroleros se halla ligada a dos cuestiones fundamentales: el aprendizaje de un oficio -el conocimiento técnico- como fuente de enorgullecimiento y "la vida cotidiana" - y no sólo el empleo- compartida con pares. Efectivamente, los petroleros reinvindican su capacidad técnica, su conocimiento cualificado y sobrepesan su trabajo como algo que los enorgullece. Al acompañar a los trabajadores siempre note buena predispocisión para "hablar de trabajo", para contar lo que hacían, lo que cada uno sabía, cuál era su responsabilidad, los riesgos de su trabajo, etc. Incluso, cuando recorría talleres o las plantas de tratamiento, rápidamente se rumoreaba de mi presencia para que espontáneamente aparecieran trabajadores para "contarme qué hacían"9. Todos se esmeraban por contarme en qué consistían sus quehaceres y más: en qué consiste eso "de sacar petróleo y procesarlo" aunque cada cual participe en una parte. A decir verdad, lo que después consulté en manuales de ingeniería, me fue narrado por ellos a partir de su experiencia de un modo mucho más aprehensible. La complejidad de la industria me fue mostrada desde la experiencia obrera y a partir de su propio lenguaje. A través del saber técnico y de la participación activa en "esto de sacar petróleo" que también supone un entramado de conocimientos más allá del oficio, se expresaba cierta sensibilidad, el hilo conductor afectivo que une a estos hombres con su trabajo. Precisamente porque los riesgos físicos, las presiones psicológicas y el estilo de vida que conlleva ser petrolero es, desde esta distancia, extremadamente difícil y costoso en términos personales, el "saber" y las relaciones entre compañeros se convierten en elementos centrales y apasionantes en sus vidas.
Lejos de modelos conceptuales abstractos, los sujetos se reapropian de los espacios de trabajo, de las posibilidades de la técnica -aún con los riesgos y límites mencionados- como el sustento de la dignificación que deviene del trabajo. Esta fuerza de trabajo, lejos de encontrarse libre de constricciones, se sitúa en un marco cotidiano complejo. Aunque no negamos nada de ello, en estas líneas, sin embargo, intentamos apropiarnos de la escena fabril como espacio a partir del cual se cimienta la formación de la clase trabajadora en "sus propios términos" y como activadora de una subjetividad dignificante y al mismo tiempo subordinada.
Al situarnos en el plano de su subjetividad no estamos sólo en presencia de procesos racionales, de constituciones no contradictorias y de identidades -aunque fundadas en trayectorias más o menos similares- coherentes y cerradas sobre sí mismas. Al contrario, éstas se constituyen de modo dinámico tal que, no sólo en términos de procesos históricos sino también en las circunstancias presentes, la valoración de su vida en relación al trabajo se sustenta en emociones y pensamientos siempre complejos. Así como planteamos una dignidad e identificación con el trabajo como espacio de enorgullecimiento y crecimiento personal, también se delinean percepciones, sentimientos y pensamientos sobre los que el trabajo conlleva aspectos contradictorios sobre los que se delinea la subordinación de estos hombres al proceso productivo.10

"Uno cambia mucho. Yo me he dado cuenta que mi cambio fue muy rotundo. A mi, por ejemplo, ahora me cuesta mucho. el petróleo te embrutece. Te hace muy bruto, la forma de hablar. antes tenía mucha más charla. Ahora me cuesta hablar mucho y cosas que no sean del trabajo, me cuesta mucho hablar de otra cosa. Te cambia muchas cosas que es medio feo. Uno se compara cómo vino acá hace cinco años atrás y. es una persona totalmente diferente. Un cambio total." (Esteban, trabajador de Skanska)

Al escuchar estas palabras llamó nuestra atención la sensación de desazón con que se planteaba una transformación subjetiva basada en una especie de regresión de la persona a partir de la pérdida de ciertas habilidades comunicacionales que le permitían hablar mucho y hablar de otra cosa que no fuera el trabajo. El sentimiento de que "el petróleo te embrutece" configuró todo un escenario sobre el que discurrimos al clasificar el material de campo, ¿qué hace el petróleo sobre los cuerpos? En verdad, el lamento de Esteban no sólo apela a los procesos de trabajo sino al entorno laboral en el que se convive cotidianamente. Mientras muestra un video filmado en su celular me cuenta lo que sigue:

"- Te voy a mostrar un chiste que le hicieron a uno de los eléctricos. Lo habían atado de un puente grúa allá arriba, colgado. Y lo están pateando. Aparte de patearlo, después le hicieron un montón de cosas. Esa es la bienvenida que le dan, el mameluco quedó todo marcado.

- ¿Eso lo hacen siempre?

-  Cuando entrás a trabajar sí. A mi por ejemplo, la primera vez que me fui de vacaciones me ataron. Primero me llenaron de hielo los pantalones, después me ataron en calzoncillos de pies y manos y me daban con una varilla. Me dejaron todo el lomo marcado y después me ataron de nuevo y me tiraron con ropa y todo al pozón ese que está lleno de barro donde comíamos asado. Esas jodas pesadas." (En diálogo con Esteban de Skanska)

Esta y otras tantas anécdotas, aunque suene extraño desde la distancia, tiñen con humor las charlas que sirven de recuerdo del espacio de trabajo. Cuando "se habla de trabajo" el cotidiano suele venir acompañado de anécdotas risueñas sobre las que se sirven a las características del "embrutecimiento" que lamenta Esteban o configuran los estereotipos para quienes no son petroleros. "No me gusta el ambiente en torno al trabajo del petrolero, esa forma de pensar que tienen ellos, sus chistes." reniega un empleado de uno de los hoteles en donde paran trabajadores migrantes. Considero que el punto relevante sobre el cual estamos dirimiendo, las condiciones sobre las que se forja la subjetividad en el ambiente de trabajo, también se tensiona con el estereotipo del petrolero, en los pueblos en cuestión y que se sostiene por parte de los no petroleros.

"El hombre llega del campo, se baña y se pone a ver los programas chatarras de la televisión. Se duerme un rato y después se van al cabaret, salen trasnochados y se van a trabajar, malgastan su dinero y se destruyen familias que tienen en otros lados. (.) Entonces al hombre petrolero no le interesa dónde vive, si total llega el día viernes de franco, deja los cheques acá, deja los tickets allá, el sueldo lo gastó con mujeres y se va. No le interesa a quién votar, no sabe quién es el intendente, quién es el concejal, no le interesa la crítica, no le interesa el debate, acá no hay nada. Y el tuerto es rey." (Diana, Concejal de Rincón de los Sauces)

Esta concepción no puede enunciarse desligada de las condiciones sobre las que el empleo en el petróleo es posible. En otras palabras, la experiencia del desarraigo en un horizonte signado por una temporalidad limitada de las poblaciones configura escenarios que inciden en la formación de subjetividades.
En la medida en que el petróleo exige cierta movilidad en función de la calificación y en función de los horizontes extractivos, trasladarse incide en la configuración del desarraigo. El mismo puede involucrar a toda la familia o no y delimita la sociabilidad que los petroleros construyen en el acontecer de sus vidas.

"Nosotros como gremio, impulsamos mucho eso, el tema de que la gente tienen que venir a radicarse acá, traer los hijos, eso hace que el pueblo también crezca. Lo que pasa que hay mucha gente que no está arraigada al pueblo, no tiene ese sentimiento. Viene, está un tiempo y se va. Entonces pasan estas cosas que no les importa un pepino si están bien o están mal y viven cinco, seis personas en una habitación ¿Por qué? Porque tiene la familia lejos. Nosotros siempre lo que tratamos de que la gente vea la importancia de irse con la familia porque también es importante estar con la familia. Porque vos calculá que si trabajás 14x7 y estás lejos de tu familia, estás ocho meses afuera de tu casa y eso significa perder de ver crecer a tus hijos, de estar con tu familia y un montón de cosas que el petrolero no puede ver. Pero a la larga, cuando se jubile, ahí: "uy! Yo no vi crecer a mi hijo! No sé cuándo empezaron a caminar!". (Sandro, delegado gremial en Rincón de los Sauces)

Asimismo, esta disgregación entre la movilidad y la familia es producto de ciertas condiciones que se plasman sobre el "genérico" de los petroleros, más allá de su pertenencia o no al sindicato. El aislamiento y los sentimientos de soledad también configuran el entramado sobre el que el trabajo se constituye como un eje vector en la trayectoria biográfica de las personas.
Héctor trabaja sobre turnos de 14x14 bajo un régimen de 2x1, es decir que trabaja catorce días y descansa otro tanto. Su trabajo consiste en supervisar las obras que realiza el equipo de pulling11 que tiene a cargo y es el jefe de la locación contratado por Repsol. Pero como tantos otros, Héctor está separado y manifiesta una especie de molestia al recordar el tema porque en definitiva, su mujer no se bancó el ritmo de trabajo.

"Leandro: Acá los viejos se vuelven fanáticos de la novela. Le da vergüenza (señala a Héctor)

Héctor: ¡Qué va a haber problema! ¡Ojo con la novela porque de ocho a nueve no atiendo a nadie, se acabó la reunión!" (Conversación con Héctor y Leandro en el trailer de Héctor en la locación a su cargo)

De modo anecdótico, lo cierto es que a las ocho de la noche Héctor requiere de su hora de soledad frente al televisor. El resto de la jornada laboral, que es el resto del día, está destinado al trabajo.

"El equipo no para en ningún momento, son las tres de la mañana y tenés que estar ahí. Tenés que estar disponible en todo momento. No podés irte a caminar. En realidad sí podés si tenés confianza con el equipo de trabajo porque le decís al encargado "che, mirá, me voy a caminar una hora y vuelvo", que sería lo ideal porque te mata estar encerrado. Vos pensá que durante catorce días el mundo de Héctor son estos cien metros por cien metros." (Leandro, ingeniero de Repsol YPF)

Durante esos catorce días su casa es el trailer situado en la locación que tiene a su cargo hasta acabar las tareas de perforación. Una vez concluido el trabajo del equipo en la locación, su nuevo destino, una nueva locación dentro de El Portón o en otro yacimiento daría continuidad al traslado de él y de su equipo -equipo que es variable, dependiendo de la complejidad de las operaciones y la formación de las cuadrillas de cada una de las tercerizadas que intervienen-.

"La pregunta que viene es: ¿por qué no todo el mundo trabaja en el petróleo? Porque no todo el mundo se aguanta el estilo de vida del petrolero. Tenés una forma de vida no solamente acá en el trabajo sino afuera. Cuando estás de descanso también es un forma de vida bastante difícil." (Leandro, ingeniero de Repsol YPF)

La familia petrolera y la familia del petrolero

Mario tiene 52 años y vive durante la semana laboral en una de las casas colectivas de Petrobrás, situadas a unas cuatro cuadras del centro sobre una de las avenidas principales y de las pocas asfaltadas. Es uno de los líderes de la compañía para la que lleva trabajando alrededor de dieciséis, cuando por entonces era propiedad del grupo Pérez Companc.
Las casas colectivas se encuentran distribuidas de manera contigua y conservan la fachada y la estructura interna de un "viejo campamento", pero han sido recicladas. Un jardinero viene todos los días a regar el pasto y darle de comer al perro y una señora viene dos veces por semana a realizar las tareas de limpieza. Todo está muy limpio y ordenado. No pasa realmente mucho tiempo allí. Tampoco cocina demasiado, prefiere pedir a domicilio o comer afuera.
Como es un "líder", encargado de mantenimiento y encargado de planificar todas las tareas vinculadas a su área. Para eso dispone de las cuadrillas de las tercerizadas a quienes recurre cotidianamente. Su jefe es el gerente de producción y él tiene a su cargo la supervisión, planificación y coordinación de la totalidad de tareas necesarias para mantener al yacimiento y las oficinas funcionando. Esto quiere decir que se ocupa de planificar y resolver desde reparaciones de pozos hasta el mantenimiento de los jardines que rodean la base operativa. Incluso se ocupa de la provisión de agua a familias que ocuparon terrenos lindantes al tanque de agua que provee el servicio al barrio de Petrobrás en Rincón de los Sauces. Planifica su trabajo con una semana de antelación y comunica al resto de los sectores y a las tercerizadas las maniobras de mantenimiento que deberán realizarse. Su jornada laboral ronda entre estadías de oficina, donde planifica operaciones y visitas al campo supervisando algunas de las operaciones que ordena.
Mario conserva cierto respeto entre sus colegas como un fuera de convenio y es consultado asiduamente en lo que respecta a muchos de los movimientos que otras áreas van a poner en práctica. Cuando entramos en cierto nivel de confianza con Mario, éste nos confesó su trayectoria como militante de la Juventud Radical en Catriel, en la Provincia de Río Negro de donde es oriundo. Mario apreciaba esa experiencia y manifestaba haberla resignificado en el contexto laboral al trabajar con personal sindicalizado. La militancia política le había forjado en herramientas para saber "negociar" que decía poner en práctica frente a los requerimientos del sindicato.
Los fines de semana regresa a Neuquén en donde se reúne con su familia. Su esposa y sus tres hijos tienen su vida allí y él aunque hace ya diecisiete años que trabaja en la compañía, eligió no trasladarse con ellos.

"- ¿qué hacés en tu tiempo libre?

- Me gusta tener mis propios tiempos. Aprovecho para escribir algo, ir al gimnasio.

- ¿Y qué escribís?

-  Básicamente lo que escribo son cosas inherentes a la actividad. No tengo una actividad de literatura. Vos sabés que en mi empresa hay una gran teoría de que la actividad es activa, por decirlo. Y hay cosas que necesitás: análisis, ensayos, porque es un ámbito de constante actividad. Hay una tendencia en las empresas de dejar de operar en función de la experiencia o de la cuestión de hechos. La tendencia que se está imponiendo es a que se actúa todo encuadrado en procedimientos. Eso te va a evitar pérdidas económicas, menos riesgos de accidentes, beneficios mutuos digamos. Yo voy a aspirar a hacer una operación exacta. Tengo que aspirar a la excelencia en la operación y tengo que cuidar a mi gente. Entonces la industria está proveyendo tecnología de última generación. Las empresas las compran y no siempre viene acompañado de un plan de capacitación inmediato porque no hay tiempo. Vos para tener un control de la operación tenes que escribir paso a paso la operación. La tendencia es que el operario tenga un instructivo donde esté prácticamente todo pensado. Pero no en función de su propio conocimiento de algo que él ya manejaba pero hoy cambió porque no es lo mismo el mismo equipo de extracción de petróleo que teníamos hace 20 años y el que tenemos hoy. Los riesgos son otros. Y entonces nosotros sí tenemos operarios de hace 20 años que trabajan más por acostumbramiento. Entonces vos necesitás un manual y tenés que ir modificando los procedimientos. No es que no tengamos, existen. Pero los estamos constantemente modificando

- ¿La empresa sabe que vos hacés eso?

- Sí, sí, sí. Es mi obligación. Aparte si yo tuviese mi familia acá obviamente que no lo podría hacer. Estaríamos peleando o cenando pero seguramente no estaría modificando un procedimiento. Pero como no estoy con mi familia y tampoco me quiero enchufar con el tele, salvo cuando juega Boca que eso supera cualquier prioridad. Pero sí, le dedicamos bastante tiempo al análisis, a escribir.

- ¿Y eso lo hacés fuera del horario de trabajo?

- Trato de hacerlo fuera del horario de trabajo porque yo mismo me lo he fijado como objetivo. En realidad cuando comienza el año, bueno, nos fijamos pautas. Yo me propongo. Entonces yo tengo que revisar x procedimiento que es de riesgo, porque algunos procedimientos no cambian nunca, son de forma, no hay riesgo. Pero hay algunos que sí son riesgosos. Y yo me propongo hacerlos. Yo cada tres meses los tengo que revisar y tengo que presentar la revisión. Los tengo que presentar y tiene que ser algo aprobable y aplicable. Yo me lo exijo. Y eso lo ve la empresa porque lo presentamos y la gente que está en área de seguridad lo analiza y ve "son perfectamente aplicables". Y eso es un valor agregado que uno le hace a la operación."

El caso descrito corresponde a un fuera de convenio, pero sin embargo permite ejemplificar arquetípicamente, la regulación de vida adecuada a las demandas de "la fábrica". No sólo Mario se exige continuar con parte de sus tareas en "el tiempo libre" sino que la empresa "lo sabe", se halla planificado, y aún más: requiere que su familia resida en un lugar alejado. La utilización del tiempo libre con destino al empleo es posible a condición de que su núcleo doméstico se halle lejos de sí. Y de hecho, nos interesa señalar que en general la migración con el núcleo básico familiar es una elección que conlleva una reflexión pocas veces positiva.12

"Yo traer la flaca a Rincón no quería, vos traés a alguien acá que no conoce a nadie, nada de acá. Adaptarse a otra forma de vida, a otro estilo de vida". (Pedro, trabajador de Skanska)

"Es muy duro también para ella (en referencia a la esposa), porque vos tenés armada una estructura afuera. En tu lugar de origen tenés armada una estructura de vida que no podés ser tan egoísta que pensás en vos solamente, "me traigo a mi familia y que ellos se adapten a lo que yo estoy viviendo", ¿entendés? Porque ellos ya están allá como familia organizada y los traés a otro mundo, ¿viste? Ellos se tienen que adaptar. Es muy difícil. Entonces vos pensás también por ellos. Lo primero que pensás es por ellos. Entonces no los querés traer. Y ahí pasa esto. La mayoría del tiempo separado de ellos y vivís otra vida que nada que ver." (Ezequiel, supervisor de Cear)

Efectivamente, la migración como hecho general suele teñir el ámbito laboral así como otros aspectos de sus vidas. Ezequiel continúa explicando:

"El que viene de afuera pasa de los siete días, cinco días en el trabajo y con gente del laburo. Y dos días estás con tu familia. Entonces vos te adaptas, todo ser humano se adapta a la situación de la vida. Es así. Si vos estás toda una vida trabajando de petrolero, vas a ser petrolero. Y si estás toda la vida trabajando de confeccionista, qué sé yo, vas a ser confeccionista. Es así. Y la mayoría de la gente que viene a trabajar acá, viene de afuera y viene y pasa más tiempo con un compañero del trabajo, conoce más a un compañero del trabajo que a su propia mujer. Es así." (Ezequiel, supervisor de Cear)

Lo que en este contexto discursivo se denomina "adaptación" denota algo más que las dificultades de "trasladarse con la familia". Hablar de la experiencia petrolera también deja entrever la forma en que la movilidad es parte de su propia subjetividad. A modo de ejemplo Leandro trabaja y vive de lunes a viernes en El Portón y los fines de semana "alquila" un departamento en Neuquén, no en Buta Ranquil que es la localidad más próxima. Cuando habla de generalidades o se la pregunta con precisión cuál es su lugar de residencia, Leandro dice que es Neuquén: "Yo vivo en Neuquén. Ahí me instalé. Se te hace complicado. Alquilo un departamento que no uso nunca, no lo piso jamás al departamento".
Con dificultades para terminar la frase, contradictoriamente vive en un lugar en el "no está nunca" y no vive en un lugar en el que está siempre, su lugar de trabajo. De una forma u otra, la sensación de no arraigarse a ningún lugar finalmente entrecruza su ritmo de vida todos los días de la semana. Asimismo, como venimos enunciando, el desarraigo deviene también en un factor que entrecruza una serie de problemáticas sobre las que se asocia la noción de familia que se configura en su experiencia. La sensación de soledad se teje en el entramado cotidiano sobre el que referirse a la familia implica una apelación de distanciamiento frente a ese núcleo básico y un acercamiento a las relaciones sociales tejidas en el entorno laboral. Ezequiel lo manifiesta claramente: "el petrolero se adapta al trabajo, conoce mejor a sus compañeros de trabajo que a su esposa".

"La misma estadística que dice que una persona en la vida está un tercio de la parte durmiendo que uno a veces no lo puede creer, de treinta años , diez estuve durmiendo, bueno, es la misma cosa que decir que venís y de los siete días, cinco estás con tus compañeros y dos con tu familia. Entonces vos te adaptás ¿a quién? Al trabajo y a tus compañeros más que a tu familia. Entonces tenés que acostumbrarte a estar con tu familia y no al trabajo." (Ezequiel, supervisor de Cear)

El regreso hacia el lugar de origen durante las jornadas no laborales y el reencuentro con la familia insume cierto esfuerzo o predisposición sobre las expectativas de quienes a la distancia -los miembros de la familia nuclear y extendida- guardan en su horizonte de vida.

"Lo que tenés de franco, tres días ponele, no te alcanza. No te alcanza el tiempo para nada porque vos, date una idea: llegás el viernes a las nueve o diez de la noche. Llegás roto, llegás re cansado y tu mujer piensa que estuviste de joda. Esa es la otra. Después que quiere que la saqués a comer, ir al cine. Y uno quiere llegar, bañarse y acostarse o descansar un rato. Y ya te perdiste el viernes a la noche y parte del sábado a la mañana. Que estás un rato con tu familia, en mi caso estoy un rato con mi familia y después que querés salir un ratito al río o con tus suegros. Ahora me separé pero me pasaba que ó estaba con mi novia, ó estaba con mi familia ó los veía un ratito a mis amigos porque los dos días no te alcanza para nada. Hubo una época que tenía 14x7 y también, cuando me quería acordar se me pasaron los días." (Esteban, trabajador de Skanska)

Además de que el tiempo "parace poco" cuando se trata de descansar y distenderse de las presiones cotidianas del mundo laboral, sin embargo la separación entre los tiempos de trabajo y el tiempo libre parecen difuminarse en los entornos personales de modo tal que resalta lo que Ezequiel mencionaba en términos de "quién es tu compañero de vida y cuál es el entorno al que está adaptado".
El espacio para la vida privada y el espacio para la vida productiva aparecen claramente diferenciados y distanciados uno del otro en términos sociales. Sin embargo en la constitución subjetiva de cada uno de los petroleros, el entorno social al que "uno está adaptado" es vital y entrecruza la totalidad de la vida, más allá de la fragmentación en tiempos.

"A mi me ha pasado que estás en tu casa y le mandas un mensaje o te manda un mensaje un compañero "¡Si lo ves todo el tiempo! ¿Qué querés saber? ¿Qué le estás escribiendo? ¿Qué le hablás?" (imita el tono de su esposa). Pero es como que se crea una familia. Pasás más tiempo acá con los muchachos que a veces en tu propia casa. Es una forma de vida." (Pedro, trabajador de Skanska)

"Date una idea que son doce horas en el campo, catorce con las dos de viaje. Después, por ejemplo, duermo con mis compañeros de trabajo también en un pabellón." (Esteban, trabajador de Skanska)

Esta fragmentación basada en el desarraigo conforma un sentido de familia que refuerza la diferenciación entre el trabajador y el resto del grupo doméstico.

"Mario: Yo he dejado de hablar con mi familia, no hablo de los aspectos del trabajo. porque no sé si les interesa, a los chicos por ahí alguna anécdota risueña por ahí sí pero sino. El tema está en poner el límite justo, ¿viste? Ahí, porque tenés que hablarlo por otra parte. Lo sacamos de otra manera, de no trasladarlo a la familia. Pero vos fijate al revés, el otro punto de vista, las mujeres que además van al psicólogo.

Esteban: Yo no sé cómo pueden perder tiempo en el psicólogo. Yo un día te juro que llegué a mi casa y no entendía. A mi mujer le habían salido unas manchas así en el cuerpo. Fue al médico: estrés. El perro. unas manchas acá (señala su cuello): estrés. Y el único que trabajaba era yo. Inentendible." (Diálogo entre petroleros)

Efectivamente, los petroleros resaltan el hecho de que "el que trabaja soy yo" siendo la familia una estructura que "está en otra parte" pero que se sostiene económicamente a partir del trabajo asalariado de los hombres. Por otra parte, para los no petroleros, la concepción de la "familia petrolera" también forma parte del estereotipo que acentúa esta idea sobre la que prima incluso la expresividad de "la masculinidad" propia del escenario productivo y no productivo de los territorios así como la provisoriedad propia del escenario citadino:

"Incluso en las edificaciones de las casas, como que hacen algo chiquitito, que ya nos vamos porque junto un poquito de dinero y me voy. Y vos ves que diez años pasaron y están viviendo de lo mismo, aunque "todavía estamos con la proyección de irnos"." (Sofía, secretaria de desarrollo social del municipio de Rincón de los Sauces)

En particular, el caso de Rincón de los Sauces acentúa esta discrepancia sobre la que, para los petroleros, se tejen suspicacias, aún cuando para ellos la distancia deviene en cierta "protección" de la estructura familiar.

"Antropóloga: ¿qué dicen las mujeres allá sobre los días que están acá?

Esteban: Rincón es especial en ese sentido

Pedro: cuando se inició acá, se inició toda la exploración, esto era chico y lo único que había era cabaret. Decías Rincón.

Esteban: . Y es cabaret

Pedro: confundían con cabaret

Juan: Para darte un ejemplo: yo cuando me vine tuve problemas con mi señora porque a ella le decían que yo me venía a Rincón "¡Uy Rincón! ¡Está llena de locas!"

Esteban: Claro, ya lo asocian. No te dan tiempo a entender ni nada, ¿viste?

Pedro: Ya estás crucificado, por el solo hecho de estar en Rincón ya lo asociás con cabarets." (Diálogo con trabajadores de Skanska)

Con estas líneas, no quisiéramos sugerir que la institución familiar pierda sus sentidos de existencia en estos contextos. Por el contrario, aunque no ahondamos en la institución familiar en sí misma sino en las subjetividades construidas a partir del trabajo, consideramos que finalmente tras las arduas jornadas laborales "volver a casa" es un sostén de las trayectorias individuales sobre las que se asienta la subjetividad. La experiencia de campo no nos permite concluir que la familia pierda su sentido de pertenencia sino que ésta se problematiza de modo particular a partir de las características que adquiere el trabajo, lo que los petroleros llaman "su" estilo de vida.

"Hoy tenés familia, mañana no. Hoy te aguantan y mañana te dicen que no estás nunca. Es así, pero bueno. la respuesta típica de uno es "bueno, pero vos te das lujos que hay gente que en la vida podría tenerlos." (Héctor, company de SAT)

"¿Cuántas veces podés trabajar con este paisaje? Y sabés que hoy estás acá y mañana te vas a perforar al medio de la selva, después al medio de la nieve. Pero decile a tu familia. a mis viejos no los veo nunca. Decile a tu familia "no vengo en quince días, no vengo por un mes". Por eso te digo, acá tenés un estilo de vida." (Leandro, ingeniero de El Portón)

El factor problemático es cómo sostener una familia bajo un contexto en donde la separación entre el espacio productivo y no productivo se plasma constantemente en el tipo de relación que pueden sostener en su entorno íntimo. Aún para aquellos que se trasladaron con sus familias, el trabajo constriñe la vida cotidiana con los parientes:

"Nosotros tenemos riesgo de contaminarnos con sulfídico. Permanentemente estamos corriendo ese riesgo y hay mucha gente que no tiene la menor idea que piensa que vos vas a trabajar a El Portón en un colectivo, echado para atrás, fresquito. que llegás allá y trabajás tranquilo y a fin de mes cobrás tres lucas. Pero yo me voy a las siete de la mañana vuelvo a las ocho y media de la noche. Fijate cuánto tiempo tengo para estar con mi hija. (.) Trabajo dentro de maquinarias que tengo turbinas que tengo que estar con protectores auditivos permanentemente. Me hace así la cabeza "fgfgfgfgfg". Llega un momento que te alterás tanto que estás acá con tu familia, con tu hija y tu hija por ahí juega con vos o grita y ya te entra a molestar eso. ¿Y cómo lo controlás?" (Antonio, soldador de una tercerizada local en El Portón)

Reflexiones Finales: Temporalidades fragmentadas

La desregulación y privatización de YPF en los ´90 disparó el tejido de nuevas redes de producción basadas en nuevos criterios y dando lugar a nuevos escenarios territoriales. La configuración de entornos familiares alejados de la cotidianeidad del trabajo se fundamentan, en gran parte en las características de la villa obrera fundadas en la provisoriedad como régimen de existencia. Sobre este plano empírico es que planteamos que "trabajar" es mucho más que ocupar un puesto de trabajo, desarrollar determinada tarea, someterse a la intensidad de los ritmos productivos. En el trabajo se condensan sentidos de la experiencia obrera. Es un espacio de socialización, de amistad, de disputas también políticas; es un lugar social donde se puede adquirir un oficio, se puede ganar dinero, se puede perder a la familia. Pero también es un espacio que, por sobre todas las cosas, configura subjetividades.
En nuestro caso particular, consideramos que la subjetividad se organiza a partir de temporalidades fragmentadas. La familia distribuida espacialmente, re-significada en función de la distancia que impone una forma productiva, que demanda de los sujetos un compromiso de vida trastoca las formas a partir de las cuales solemos pensarnos. El tiempo se encuentra controlado en dos dimensiones de vida: en el trabajo y fuera del trabajo. Al tiempo que esta coacción instituye una disciplina teje el entramado sobre el que los sujetos proyectan sus vidas. La amistad, el compañerismo, los chistes, el tiempo insuficiente para estar en familia, la necesidad de hablar del trabajo, la posibilidad de aprender un oficio; en fin, todas estas cuestiones son la fuente sobre la que, contradictoriamente, se nutre el control del tiempo y se construye una identidad compartida.
En síntesis, planteamos que los dos ámbitos -la familia y el espacio de trabajo- se encuentran alejados temporal y físicamente. Hay un tiempo y un lugar para la familia y hay un tiempo y un lugar para el trabajo. Y aquí es cuando el trabajo es mucho más que el empleo, es también la base del horizonte de vida que una doble temporalidad a los petroleros. Es un sustento de significados sobre los que los hombres se construyen como tales en relación unos con otros. Es también el espacio público en el que interactúan y gestan los lazos sociales sobre los que se asienta este -y no otro- estilo de vida. Lo que deviene aquí el punto en cuestión es que esta doble temporalidad y espacialidad se encuentra imbuida en la subjetividad de los actores, es una disciplina incorporada al horizonte de sus vidas. No sabemos a ciencia cierta si efectivamente estos hombres sostienen empíricamente estos dos ámbitos tan separados en términos de comportamientos como dicen sostener. No sabemos si en su intimidad todos mantienen un patrón similar al interior de sus familias, si no existe algún resquicio por el que, como a todos en la vida, lo que aprendemos en un ámbito -con sus vicios y sus virtudes- no lo empleamos como herramientas para movernos en el otro. Más aún cuando el trabajo parece ser el centro a partir del cual se construye el horizonte subjetivo de los petroleros. Sin embargo, sí sabemos que en su forma de representarse a sí mismos esta separación deviene central. En el horizonte presente tanto como en el devenir futuro, configuran un mapa conceptual en que no sólo "saben" -"knowing subject" (Giddens 1979)- que dicha separación existe -que las condiciones de empleabilidad en un sentido amplio las imponen- sino que además encuentran que dicha separación "resguarda" al entorno familiar de dichas condiciones de empleabilidad.

"El petrolero es como que el hombre es fuerte, el rudo que se banca estar en el campo y eso se lo traslada a la familia, pero tiene que ver con un mandato cultural." (Sofía, secretaria de Desarrollo Social de municipio de Rincón de los Sauces)

El hombre "rudo", el que se hace "bruto" trabajando como petrolero es entonces un hombre que al final de cuentas, como planteaba Pedro configura un escenario de vida en el que la preservación de la familia -"yo creo que todo esto que hago acá, no lo llevo a casa"- conlleva el sostenimiento de dicha separación temporal y espacial.
La familia más que aparecer negada o subsumida a los tiempos de trabajo compone junto con éste la constitución de una subjetividad en la que se manifiesta la crudeza de las condiciones y las posibilidades de cada cual de sustentarse a sí mismo manteniendo vínculos con los otros: para preservar los lazos familiares es necesario mantener a la familia lejos del espacio de trabajo. Pero aún así lo que planteamos no es un orden por el cual los petroleros mantienen sus vínculos familiares con relativo éxito. Al contrario, todo parece ser más dificultoso y conlleva un importante riesgo de fracasar en el camino. Justamente este planteo deviene de una de sus más grandes preocupaciones: la soledad y la distancia. En todo caso, la cuestión es que para sí mismos el "afecto" o "interés" por el trabajo - aquí no vienen al caso los motivos últimos por los cuales estos hombres son petroleros- imponen un riesgo personal -tiene un costo muy alto trabajar en el petróleo- que se constituye como parte de su subjetividad en tanto que reconocimiento y apropiación de la distancia impuesta en los términos sobre los que resaltan este estilo de vida del "hombre rudo".
Pero por sobre todas las cosas, si preservar el orden familiar implica en el marco de su horizonte, mantener a dicho núcleo afectivo distanciado del entorno laboral, entonces reconocemos dos cosas: a) el carácter cognitivo de las elecciones y b) que dichas elecciones en términos de valores y apreciaciones de los sujetos se encuentran situadas contextualmente. Por carácter cognitivo entendemos que su subjetividad conlleva cierto orden de ideas por las cuales en la valoración personal de "los costos de adaptarse a la familia porque uno está formado en el trabajo" -e incluso a riesgo de perderla- se reconocen las condiciones empíricas que implica entrar y permanecer en el mundo de la producción hidrocarburífera. En ese sentido, la regulación de los comportamientos -sobre "trasladarse con la familia o no"- que surge de dichas valoraciones se encuentra "situada contextualmente" en tanto, como hemos visto en el capítulo 3 y como sostenemos como hipótesis general de la investigación, el paradigma productivo sobre el que se rigen los hidrocarburos supone y configura condiciones de reproducción social "desligadas" de los marcos territoriales. Aunque es claro que las conclusiones a las que arribamos respecto de los petroleros de la Cuenca Neuquina de Rincón de los Sauces y Buta Ranquil son bien distintas las conclusiones a las que llega Sennett (2000) respecto de los espacios de trabajo que él describe, sin embargo recuperamos como un gran aporte en estas líneas lo que el autor da en llamar el "carácter" que se construye de manera diferencial a partir de las narrativas que sobre el régimen "flexible" delinean subjetividades basadas en trayectorias laborales donde los horizontes personales se encuentran fragmentados.
La estabilidad familiar se encuentra ligada a la posibilidad de transformar "la población migrante en población arraigada" -gran preocupación de las políticas locales-. El oligopolio, la tercerización y la conceptualización de un horizonte "volátil" en la producción de los hidrocarburos supedita esta estabilidad a los estrechos márgenes sobre los que se supone un horizonte de reservas. Inversiones dependientes de valores de mercado internacionales y reglas jurídicas sostenedores de una política nacional y provincial que delinean espacios productivos como "meras plataformas extractivas" convierten a los escenarios socioculturales en situaciones pasajeras y preferentemente obviables en términos de las relaciones de poder puestas en juego.

Notas

1 Doctora en Filosofía y Letras con orientación en Ciencias Antropológicas, UBA. Becaria Posdoctoral CONICET. C. E: analiagarcia9@fibertel.com.ar

2 Se trata de poblaciones que cuyo crecimiento demográfico deviene significativo tras la desregulación de los hidrocarburos, constituyendo casos contrarios a ciudades vecinas como Cutral Co y Plaza Huincul que entraron en crisis, y con niveles de crecimiento poblacional sostenido entre el 7 y 8% anual según los últimos censos nacionales.

3 Mientras que la concentración de la producción alude al aumento de la incidencia que las mayores firmas tienen sobre el valor de la producción de una actividad económica, la centralización del capital se refiere a los mecanismos por los cuales unos pocos capitalistas acrecientan el control sobre la propiedad de los medios de producción a través de la reasignación del capital existente en la expansión de sus actividades económicas (Basualdo, 2001:13-18).

4  La rentabilidad extraordinaria se señala ante situaciones alejadas de la competencia perfecta, es decir sobre estructuras monopólicas y oligopólicas de propiedad en un sector de la actividad económica que inciden en la formación de precios y la evolución sectorial. Siguiendo el planteo de Basualdo, quien retoma los análisis de la heterodoxia de Cambridge, el fenómeno de condiciones imperfectas de mercado es permanente en el seno de la economía y no circunstancial, "La competencia perfecta de los economistas neoclásicos en realidad nunca existió" (Sylos Labini 1964, citado en Basualdo 2007:11)

5  En nuestro caso en particular, hemos trabajado con el caso del grupo local Pérez Companc que responde a este tipo de comportamiento económico.

6  Tomando la distribución funcional del ingreso elaborada a partir de la Matriz Insumo-Producto provincial, el 94% del valor agregado es apropiado por el capital. (MIP 2004. Dirección Provincial de Estadísticas y Censos).

7 Refiere a la configuración de un sistema de relaciones sociales asalariadas basadas en la explotación de un recurso de alto valor estratégico en el desarrollo de las economías regionales en donde interactúan un conjunto restringido de actores e instituciones que se establecen en estrecha dependencia con la organización productiva. En un sistema económico de enclave las actividades económicas secundarias se desenvuelven en función de las necesidades de la actividad productiva principal, de manera tal que los principales recursos locales devienen de los salarios, las demandas, los servicios y las donaciones que brindan las empresas del sector. En consecuencia el resultado es una organización social dependiente - directa o indirectamente- del sistema productivo basado en la monoactividad.

8 En términos de experiencia obrera retomamos el planteo de E. P. Thompson (1989)

9 No es el caso del otro lado: los gerentes solían interpelar con mayor agudeza qué era lo estaba haciendo y no dudaban en poner reparos frente a mi presencia aclarando que las entrevistas -el dato que se publicase realizacen en el pueblo, como si el decir de los trabajadores fuera del lugar de trabajo adquiriese la despersonalización necesaria para "cubrirse las espaldas".

10 En referencia a los problemas planteados desde el post-estructuralismo que enfatizan sobre la construcción de subjetividad a partir del discurso y cuyos análisis focalizan en términos de posiciones e identidades políticas (usualmente subordinadas/subaternas), Ortner considera que: "This is not an unimportant exercise by any jeans, but it is different from the question of the formation of subjectivities, complex structures of thought, feeling, reflection, and the like, that make social beings always more than the occupants of particular positions and the holders of particular identities." (Ortner 2005: 37)

11 Equipos de reparación y/o terminación de pozos de extracción petrolera y gasífera.

12 Cabe aclarar que no estamos analizando las cuestiones vinculadas a la familia en sí mismas, sino más bien nos centramos en el punto de referencia al que apelan los petroleros para hablar de sus vidas laborales.

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