“… bastan dos espejos opuestos para construir un laberinto. Recuerdo haber visto… una habitación circular cuyas paredes y puertas eran de espejo, de modo que quien entraba en esa habitación estaba en el centro de un laberinto realmente infinito.” (La pesadilla, Jorge Luis Borges)
Introducción
La escritura académica, por la rigurosidad que implica y la formación que conlleva, puede resultar un laberinto. Corroboramos esta apreciación al escribir la tesina de grado en Antropología Lingüística (2020). En aquel proceso, resultó de gran ayuda la teoría de matrices de datos (Samaja, 1993) que las establece como un instrumento para evaluar la coherencia interna de investigaciones científicas. Pero al redactar la tesina, realmente útil, fue la propuesta de Fernández (2013), quien plantea a la teoría de matrices de datos como una herramienta que no sólo permite evaluar una tesis o proyecto ya formulado, sino que, su previa diagramación, propicia la posterior producción escrituraria. Si bien esto no ahorró la sensación de muchas veces perdernos, sí resultó en un mapa orientativo a cada paso.
Dada la utilidad de la teoría de matrices de datos, comenzamos a indagar cada vez más en sus diversas potencialidades. Fernández (2013) explicita cómo de una matriz de datos se puede derivar lo que será el índice (aunque primariamente tentativo) de una futura investigación. Ahora bien, si una matriz de datos sirve, por ejemplo, a la elaboración del índice de una tesis ¿no podríamos trasladar esta propiedad instrumental para otros tipos de textos académicos, menos complejos o extensos? En las siguientes páginas mostraremos la utilidad del NS de las matrices de datos para la escritura de un artículo académico, focalizados en la generación de algunos puntos del paratexto y ciertas directrices argumentativas del texto.
Antes de proseguir, debemos justificar una decisión expositiva. El presente artículo se toma a sí mismo como objeto, es decir que su desarrollo expresa cómo fue elaborado a partir del NS de una matriz de datos. Se nos podría objetar: ¿por qué no optar por otro artículo, evitando así esta especie de auto invocación y la posibilidad de caer en un loop que haga perder el foco de la argumentación? La primera respuesta es bastante simple: no disponemos de ninguno publicado que haya seguido esta metodología al menos explícitamente, por lo que debiéramos deducirla, pudiendo incurrir en una evaluación de la coherencia más que indagar la hipótesis propuesta.
Nos parece más interesante una segunda aseveración que se nutre del recurso metafórico. Tomemos a la indagación científica como un espejo plano en el que se proyecta un objeto representado en palabras, indagaciones, mediciones, unidades, variables, hipótesis, objetivos, resultados, etc., y que, mediante este instrumental lo refleja, al modo borgeano. Muchos hemos confundido la reflexión del objeto con una realidad independiente, porque si está bien planteado su abordaje, la simetría axial punto por punto, hace pensar que la analogía es la realidad. Nos distanciamos de esta concepción, dado que acontece una gran reducción de algo mucho más complejo, e importa menos que exista una realidad que una interpretación, y accionar en consecuencia. Si alguien dijera “el espejo refleja extremadamente bien el mate”, enseguida, cualquier analista social establecería que ya no es la experiencia real, por no saber nada de su tibieza; pero sí del enunciado que describe un entono, una serie de datos que refieren a una entidad de acuerdo a cierta valoración. La matriz de datos ayuda a inteligir punto por punto estas disquisiciones: una construcción que integra los datos desde alguna que otra perspectiva disciplinar y se distancia del objeto en tanto independiente, porque establece un modo específico de estudiarlo, y así, el objeto se funde con/en el sujeto.
Hasta aquí, la metáfora implica a un espejo y a un objeto. Nuestra opción expositiva sería más adecuada si enfrentáramos un espejo a otro, dada la recursividad del artículo consigo mismo. Siendo así, nuestra intención es demostrar cómo, incluso en este aparente laberinto infinito, la matriz de datos puede orientarnos, como veremos en las próximas secciones.
Teoría de matrices de datos e importancia del nivel supraunitario (NS)
Es evidente que la metáfora del espejo, dada su riqueza semántica, habilita un debate desde la filosofía del lenguaje1 y la semiolingüística2. No se construye el mismo objeto si las palabras, indagaciones, mediciones, etc., son otras. Es decir, ya no importaría el objeto en sí, sino su enunciación, y, si pensamos la relación con la escritura académica, podríamos establecer cómo está implicada en la creación de conocimiento. El debate resulta sumamente interesante, porque enlaza la semiótica con la metodología de la investigación. Justamente es Samaja (2000) quien ha vinculado la especificación de los significados y las matrices de datos3. Su teoría permite integrar elementos de significación discontinuos en una estructuración jerarquizada, donde los datos ya no son una entidad simple sino una interrelación entre unidades de análisis, variables, valores e indicadores: el propósito de la matriz de datos es “dialectizar” el contenido de estas nominaciones. Samaja (1993) delinea tres niveles para toda matriz de datos: un suprasistema o nivel supraunitario, un sistema o nivel de anclaje y un subsistema4 donde, en cada uno de ellos, siempre habrá tres elementos presentes5:
a. Unidad de análisis (UA): el qué, la cosa o fenómeno al que nos referimos.
b. Variable (V): lo que se predica, se dice, el punto de vista bajo el cual se observa la UA.
c. Valores (R): características que puede asumir o se pueden adjudicar a V6.
Nuestra intención es focalizarnos en NS para derivar la construcción de este mismo artículo, respecto del cuerpo del texto y algunos puntos del paratexto. El suprasistema de la matriz de datos queda expresado del siguiente modo:
El NS es de suma importancia porque permite la clara delimitación del tema, guía la construcción de la situación problema y habilita las preguntas problemáticas derivadas de ella. Pero también, resulta de un recorte/síntesis al explicitar sobre qué conferirá, en nuestro caso, el artículo7.
Como puede apreciarse, tanto el “cuerpo del texto” y “paratexto” resultan las variables absolutas en tanto son lo que se dice, predicados de la unidad de análisis a través de la variable de relación. Dicho esto, en la próxima sección explicamos por qué optamos por el contenido de la unidad de análisis y la variable de relación, de acuerdo a la importancia y función en el NS para la escritura del cuerpo del texto.
Cuerpo del texto
Es en el cuerpo del texto donde el escrito cobra su legitimación última dado que se entretejen las estrategias argumentativas del autor con la finalidad de cada género discursivo. En este plano se aprecia lo que Maingueneau (2004) definió como escenografía8: “un proceso circular… resulta así, simultáneamente, aquello de donde el discurso proviene y aquello que el mismo discurso genera… legitima un enunciado, un enunciado que, a su vez, debe legitimarla y establecer que esa escenografía de donde las palabras provienen es justamente la escenografía requerida para enunciar de modo adecuado, según sea el caso, la política, la filosofía, la ciencia, la promoción de un cierto producto, etc.” (Maingueneau, 2004, p.5)
El cuerpo del texto implica una diversidad de recursos argumentativos y estilísticos que excede en demasía este artículo. Ahora bien, sí nos parece interesante plantear al NS de la matriz de datos como una herramienta que en el desarrollo, deviene en uno de los recursos propios de las escenografías en términos de Maingueneau (2004). A partir de la unidad de análisis, la variable de relación y los valores, queda estructurado un proceso de recorte/síntesis que guiará la escritura: establece no sólo de qué tratará el texto, sino además qué dejará de lado, como por ejemplo los comentarios que debieran ir en una nota al pie, ya sea porque exceden a la unidad de análisis o se distancian de la variable de relación y los valores. De este modo, la unidad de análisis del artículo, a saber, el “NS de la matriz de datos”, es el diseño de los límites y recorte más externo del texto. Por otra parte, la variable de relación “utilidad para la escritura de un artículo académico”, es el eje argumentativo principal que orienta la integración del análisis: transversal a todo el artículo, se presenta como el diseño de los límites internos y la perspectiva mediante la cual se aborda la unidad de análisis, dado que hay muchas otras predicaciones que se podrían hacer de ésta. Es decir, de acuerdo al NS de la matriz de datos (UA), no hacemos más que indagar en la utilidad para la escritura de un artículo académico (V). Por último, están los valores (R), que son las adjudicaciones para instrumentar la variable de relación vinculada a la unidad de análisis, y, en consecuencia, guardan una relación intrínseca con el eje argumentativo9.
Si bien los elementos descritos son indispensables para elaborar el cuerpo del texto, un artículo académico no puede prescindir del paratexto, porque desde sus márgenes o fundiéndose con él, erige un dispositivo a disposición y recepción del texto. Esto nos lleva a la siguiente sección, en la cual trabajamos el paratexto en relación a la utilidad del NS.
Paratexto
El prefijo “para” al anteceder a la nominación “texto”, aporta el significado de estar “junto”, “contra” o “al margen de él”. De las tres acepciones, la primera es la más adecuada como categoría de análisis del discurso, dado que el paratexto es “...un discurso auxiliar, al servicio del texto, que es su razón de ser.” (Genette En Alvarado, 2006, p.16). Un texto, para quien lee, antes que nada, es una sumatoria de soportes, jerarquizaciones, títulos y subtítulos, un todo que se constituye como “...proceso multiforme de especialización del mensaje que se propone como actividad para el lector.” (Hébrard En Alvarado, 2006, p.14). Si bien el texto y paratexto están diferenciados, las márgenes que separan son difusas, porque se invocan mutuamente, al modo de un río que crece y decrece, y delinea continuamente su cauce. Al estar “junto al texto”, el paratexto tiene una función muy específica: anticipa al lector de qué versará el texto y predice los ejes centrales argumentativos. Es decir que además de anticipar y predecir, es fundamentalmente persuasivo. En esta sección tomamos algunos puntos del paratexto del artículo y mostramos cómo los generamos a partir de la matriz de datos de Samaja (1993), mostrando la utilidad del NS como herramienta metodológica. Para ello, nos focalizamos en el paratexto a cargo del autor10 conformado por: título del artículo, resumen, introducción, títulos del cuerpo del texto y conclusión11.
Comencemos por el título. De todo el paratexto a cargo del autor, la primera impresión que un lector tiene de un artículo es su título, por lo que es de suma importancia dado que indica sobre lo que se trabajará. Aunque pudiéramos diseñar un título alusivo, deberíamos siempre tener particular cuidado con las elecciones léxicas. Consideramos que la utilización del NS de la matriz de datos, diseñado previamente, nos da esta precisión que demanda el artículo como género discursivo: basta para la redacción del título que aparezca la unidad de análisis, vinculada con la variable de relación. En el caso de este artículo, el título es “la utilidad del nivel supraunitario de la matriz de datos para la escritura de un artículo académico”.
En la introducción es donde se presenta el tema de acuerdo con un contexto globalizado, dentro del cual se enmarca el artículo. A medida que se focaliza, la construcción de la problemática hace emerger preguntas pertinentes, hipótesis y objetivos, de manera tal que el lector comprenda cuál es la finalidad y objeto del escrito. El modo de hilvanar todos estos elementos responde a la singularidad argumentativa del autor. Sin embargo, hay algo que resulta insoslayable en la introducción. Es necesario hacer intervenir no sólo a la unidad de análisis y a la variable de relación, sino, además, a los valores que les adjudicamos. Optamos por ubicar las variables después de la pregunta problemática, fusionando la hipótesis con el objetivo principal: “En las siguientes páginas mostraremos la utilidad del NS de las matrices de datos para la escritura de un artículo académico, focalizados en la generación de algunos puntos del paratexto y ciertas directrices argumentativas del texto.”
Los títulos surgen de asignarles las variables propuestas. De acuerdo con la organización expositiva, es conveniente comenzar por la unidad de análisis, otorgándole un marco que la incluya en unidades superiores pero que, a su vez, la delimite. Por otra parte, en el cuerpo del texto, es necesario presentar la metodología que se utiliza. Es por ello que escribimos: “1. Teoría de matrices de datos e importancia del nivel supraunitario (NS)”. Los dos títulos restantes surgen de utilizar los valores: “2. Cuerpo del texto” y “3. Paratexto”. En el desarrollo que se haga de ellos, deben aparecer algunos resultados, es decir, qué se pudo construir mediante el análisis, descripción, evaluación, comparación, etc. Así mismo, tras los ítems se debieran introducir algunas discusiones, como, por ejemplo, la que sigue. Se nos replicará que a medida que el artículo avanza, ninguno de los títulos del cuerpo del texto hace referencia a la variable de relación, siendo que ella cobra gran centralidad en la exposición. Atendida la válida objeción, responderemos que la variable de relación, al ser el eje del artículo es justamente transversal, tanto al texto como a al paratexto. Dada la omnipresencia argumentativa, permite su exclusión de los títulos del cuerpo del texto, pero a su vez, no inhabilita su inclusión. Es decir, podría haber sido agregada en el desarrollo como una sección más. Incluso, siguiendo el NS de la matriz de datos, sería válida la opción de ubicar al “Cuerpo del texto” y al “Paratexto” como subtítulos de ella. Pero no es el camino que elegimos, y la discusión denota que no hay un único modo de generar un artículo mediante una matriz de datos.
Hay una estructura muy difundida en la escritura académico-científica del diseño de un resumen12 que se denomina IMRD (introducción, metodología, resultados y discusión/conclusión) y se grafica como un reloj de arena: la introducción y la discusión/conclusión, se ubican en sus secciones más anchas, y la metodología y resultados, próximas a la abertura más angosta. El resumen debe seguir, homólogamente, este orden. Resulta que el formato IMRD es indicación reducida del esquema que utilizan, en general, los artículos académico-científicos (Glasman-Deal, 2010). Esta cualidad de indicación se expresa porque el resumen es un proto-índice del artículo. Por ello, su construcción resulta más simple si el artículo ya está concluido o casi finalizado. Para su redacción, seguimos sumariamente las siguientes referencias: la dos primeras oraciones establecen el objeto y tesis del artículo, la tercera y cuarta están dedicadas a los títulos del cuerpo del texto, y la última, a la conclusión. Fijémonos que nuevamente, en gran medida, apelamos al NS, y se aprecia que ha resultado útil. Para las palabras claves también propusimos las variables del NS, aunque de la variable de relación sólo escribimos “artículo académico”, por considerarla muy extensa como palabra clave.
La conclusión es un paratexto bastante particular. En los diversos cursos de formación académica suelen estudiarse las introducciones, apartados, secciones o capítulos para comprender las problemáticas, contextos, categorías o la particular perspectiva elegida por un autor. Pero rara vez se hace lo mismo con las conclusiones. A diferencia de por ejemplo la introducción, su lectura separada del resto del texto resulta poco comprensible. Esto se debe a que en ella la tesis se presenta condensada con la valoración de los resultados obtenidos, conjugada con nuevas propuestas y proyecciones. El tratamiento de los resultados es más que la mera enumeración de ellos, porque su valoración resulta del contraste con la hipótesis, pudiendo arribar a aquellos que la confirman o los que no fueran deseados al no corroborarla, y, sin embargo, seguirán siendo resultados. Es decir, un artículo si está bien planteado, siempre obtiene resultados. Si se presenta algún juego retórico en el texto, la conclusión es también la escena donde le damos cierta resolución al dilema, como fue tomar al mismo artículo como objeto y la relación con el epígrafe. Pues, queda claro que la conclusión es una síntesis y consecuencia lógica de haber construido una argumentación si y sólo si hay un desarrollo válido y previo, en nuestro caso, derivado del NS de la matriz de datos y sus variables.
Conclusión
Enfrentar dos espejos suele despertar cierto vértigo. La reflexión presenta un bucle que indica sólo su inicio, y hasta donde alcance la luz la repetición continua, confundida con una negrura difusa, gracias a que la vista no llega a percibir forma clara. Pero sí el pensamiento, que, para comprenderla, la conjetura infinita. Elegir al mismo artículo como objeto, figura esta metáfora de caída en abismo al modo de un laberinto borgeano. El desarrollo hecho hasta aquí da cuenta de cómo salvamos este obstáculo.
La teoría de matrices de datos es una herramienta metodológica que no deja de ofrecer posibilidades de aplicación. En consecuencia, el presente artículo es un ejemplo más: el NS de la matriz demuestra su utilidad para la escritura de un artículo académico; otorga a la unidad de análisis (UA), variable de relación (V) y valores (R), propiedades que sirven a su redacción. Esto se debe a la tripartita especificación de un particular pronombre: ¿qué abordar? UA: nivel supraunitario de la matriz de datos, ¿de acuerdo a qué? V: utilidad para la escritura de un artículo académico, ¿respecto de qué? R: paratexto y cuerpo del texto. Las preguntas consideramos son lícitas y vigentes ante cualquier indagación académica, mientras que las respuestas variarán según cada estudio, al construir, singularmente, el contenido de las variables.
La unidad de análisis se constituye en el límite más externo del artículo y la variable de relación como eje argumentativo principal. Estas propiedades se expresan en el cuerpo del texto, aunque no se agotan allí, dado que también se trasladan al paratexto. Esto se debe a que, por una parte, la unidad de análisis define un proceso de exclusión e inclusión como un todo. Por otra parte, la variable de relación es la directriz argumentativa principal, y así establece qué resulta (o no) predicado de la unidad de análisis. El cuerpo del texto y paratexto precisan lo que efectivamente analizamos en el artículo, dada la función de “filtro” de la variable de relación respecto de la unidad de análisis. Los valores siempre terminan erigiéndose como las variables absolutas: resultan predicados de la unidad de análisis en función de la variable de relación. Todo esto nos habilita a pensar que podemos atribuir al NS de la matriz de datos un carácter de hipotexto que organiza el artículo en su conjunto.
La metareflexión del escrito permite delinear al menos dos futuras indagaciones. Una, más cercana a la temática propuesta, surge de pensar que si trabajamos con la matriz de datos completa, podríamos especificar aún más la escritura de un artículo académico. Otra, un poco más alejada, es la estrecha relación entre el paratexto de un artículo académico como escena genérica en términos de Maingueneau (2004), trasladable, tal vez, a todo género discursivo/paratexto.
Pues, si el NS de la matriz de datos resulta un diseño adecuado, es una garantía escrituraria. Sea cuales fueren los resultados, son la prueba de que no hemos naufragado en un vacío especular, una suerte de puente que propicia la continuidad de la construcción de conocimiento.