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Papeles de trabajo - Centro de Estudios Interdisciplinarios en Etnolingüística y Antropología Socio-Cultural

versão On-line ISSN 1852-4508

Pap. trab. - Cent. Estud. Interdiscip. Etnolingüíst. Antropol. Soc.  no.43 Rosario jun. 2022  Epub 22-Jul-2022

http://dx.doi.org/10.35305/revista.vi43.212 

Artículo

Características de la presencia mapuche de Argentina en internet

Bartomeu Mulet Trobat1 

1 Universitat de les Illes Balears (Investigador Colaborador de la Facultad de Educación/además Profesor Titular de Sociología jubilado) tom200@hotmail.es

Resumen

En síntesis, se inicia el trabajo con unos planteamientos y apuntes históricos del conflicto Mapuche, a continuación, se contextualiza la Cultura Mapuche en el marco de la sociedad “tardo moderna”, “postcolonial” y en la cibercultura, el encaje de su vindicación identitaria Mapuche en la cibercultura y su virtualización cultural y educativa.

Se trata de interpretar algunos de los elementos del conflicto que vive el pueblo Mapuche en Argentina en la era de la globalización y de la cibercultura que, en gran manera, se desterritorializa como un elemento más de la aculturación que sufre una cultura como la mapuche, tratada como subalterna y minorizada en el marco de un estado-nación asimilacionista como el argentino, con contradicciones propias de su conservadurismo y neoliberalismo ideológico, con implicaciones de aculturación y transculturación.

Por otra parte, se intenta visualizar como se presenta la situación de la cultura e identidad mapuche, al pasar del modelo social y relación sociocultural que se da en la sociedad tradicional a un modelo de sociedad en la modernidad tardía que no entiende de tradiciones duraderas, en el contexto territorial de la Patagonia Norte Argentina (Puel Mapu).

Palabras clave: Conflicto; aculturación; cultura y educación Mapuche; Internet.

Résumé

En résumé, l'ouvrage commence par quelques propositions et notes historiques du conflit Mapuche, puis la Culture Mapuche est contextualisée dans le cadre de la société "tardive", "postcoloniale" et dans la cyberculture, l'ajustement de sa revendication identitaire Mapuche dans la cyberculture et sa virtualisation culturelle et éducative. Il s'agit d'interpréter certains des éléments du conflit que vit le peuple mapuche en Argentine à l'ère de la mondialisation et de la cyberculture qui, dans une large mesure, est déterritorialisé comme un élément de plus de l'acculturation subie par une culture comme les Mapuche, traités comme subalterne et minoritaire dans le cadre d'un État-nation assimilationniste comme l'Argentine, avec des contradictions typiques de son conservatisme et de son néolibéralisme idéologique, avec des implications d'acculturation et de transculturation. D'autre part, une tentative est faite pour visualiser comment la situation de la culture et de l'identité mapuche est présentée, en passant du modèle social et des relations socioculturelles qui se produisent dans la société traditionnelle à un modèle de société de la modernité tardive qui ne comprend pas les traditions durables. Dans le contexte territorial du nord de la Patagonie argentine (Puel Mapu).

Mots-clés: Conflit; acculturation; Culture et éducation mapuche; Internet.

Abstract

In summary, the work begins with some proposals and historical notes of the Mapuche conflict, then the Mapuche Culture is contextualized within the framework of the "late modern", "postcolonial" society and in cyberculture, the fit of its identity vindication Mapuche in cyberculture and its cultural and educational virtualization.

It is about interpreting some of the elements of the conflict that the Mapuche people live in Argentina in the era of globalization and cyberculture that, to a great extent, is de-territorialized as one more element of the acculturation suffered by a culture such as the Mapuche, treated as subaltern and minority within the framework of an assimilationist nation-state such as Argentina, with contradictions typical of its conservatism and ideological neoliberalism, with implications of acculturation and transculturation.

On the other hand, an attempt is made to visualize how the situation of Mapuche culture and identity is presented, when passing from the social model and sociocultural relationship that occurs in traditional society to a model of society in late modernity that does not understand lasting traditions. in the territorial context of Northern Patagonia Argentina (Puel Mapu).

Keywords: Conflict; acculturation; Mapuche culture and education; Internet.

Introducción

En este trabajo resultan básicos los apartados 4. La Cultura mapuche en tiempos tecnológicos y 5. La presencia de la educación para los Mapuche en Internet, ya que se contextualiza en la sociedad de la Información y digitalización. Un tipo de sociedad que afecta de manera desigual globalmente a todas las sociedades del mundo, pero que condiciona micro sociológicamente la diversidad cultural existente más allá de los intereses del estado nación.

Se intenta explicar en que situación se encuentra el pueblo y la cultura Mapuche en relación en una sociedad virtualizada en el contexto de una sociedad global con consecuencias macrosociales y culturales, además de económicas y políticas. Una sociedad moderna o tardomoderna (Hall, 2010: 578) donde el lugar para las identidades y continuidades culturales es pobre y efímera, (Bauman 1996) aunque unas resisten más que otras a través de su presencia en Internet y su lucha en la vida cuotidiana. Lo que complica el análisis de la situación en una sociedad compleja y contradictoria, donde hay diversificación cultural jerarquizada y asimétrica en el contexto de una sociedad muy “globalizada” en especial a través de Internet. Con un complejo proceso de hibridación jerarquizadora, substitución, resistencia y reclamo, en un entramado de relaciones de poder, financiero, desarrollista, energético, consumista, que dificulta su lucha por su ciudadanía completa.

También se ha de tener presente se ha de tener presente que, históricamente, cabe enmarcar la cuestión Mapuche en el territorio denominado Wall Mapu (Wall Mapu significa universo o cosmos o Vaj Mapu según Hernández (2003: 30, Golluscio); el territorio Wall Mapu: universo o cosmos mapuche, está situado en las actuales Chile y Argentina, separados por la cordillera de los Andes que actúan como frontera natural y artificial a la vez.

Es artificial en el sentido de que es una frontera para los estados-nación establecidos, no para los intereses históricos Mapuche que siguen con sus luchas territoriales y de reconocimiento como pueblo). Este territorio está dividido en el “Puel Mapu” (Argentina: tierra del este, incluyendo también parte de Buenos Aires, Patagonia norte (Rio Negro, Neuquén Chubut) y la Pampa) (Vázquez, 2000: 138 Carrasco y Briones, 1996: 150-153) y “Gulu Mapu” (Chile: Región Metropolitana, Araucanía, Biobío) (Hernández, 2003 29-43).

En líneas generales la modernidad tecnológica está empapada de la desterritorialización de los fenómenos socioculturales de manera más o menos radical. Pero para la cultura mapuche el territorio y la naturaleza resultan básicas en su cosmovisión. El pueblo Mapuche vive una “desterritorialización étnica” y una “territorialidad desarraigada”, (Ortiz, 2002: 68) dificultando el desarrollo sociocultural en un lugar concreto, artificiosidad de una localización forzada como una reserva indígena (originaria), con efecto de “guetización”1, segregación o señalamiento colectivo jerárquico de aislamiento en una reserva o comunidad (comunidad mapuche de Curruinca de San Martín de los Andes, por ejemplo), a merced del poder establecido. Este hecho, de algún modo, afecta a las culturas originarias o indígenas, entre ellas la Mapuche, provocando la acentuación de la volatilización del territorio como concepto simbólico y cultural de identificación. (Rincón, 2012: 125)

Por otra parte, el pueblo Mapuche2, en su conjunto, se merece algo más que una judicialización, militarización y violencia por parte de los respectivos estados-nación reconocidos, Argentina y Chile. La problemática a menudo se identifica en los medios de comunicación, en concreto en Internet, como conflicto estructural de este pueblo. En el caso de Argentina oficialmente se reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, pero a un tiempo se dice que en la Patagonia habitaban los araucanos provenientes de Chile, como si de una matización significativa e interesada se tratase, 3 (artículo 75, inciso 17 de la Constitución Nacional) para justificar una pretendida originalidad chilena no argentina y así deslegitimar las vindicaciones políticas y territoriales en Argentina del Pueblo Mapuche.

Durante los siglos XX y XXI los Mapuche han vivido un proceso acentuado de aculturación (Héau Lambert, 2020: 505-507, Valdés, 2002: 020500)4 y asimilación (Macionis, 2007: 284) en las sociedades de los dos estado-nación y existen manifestaciones de resistencia cultural y conflictos por la propiedad de la tierra, el reconocimiento de sus organizaciones y de su cultura y lengua, desarrollándose como elemento crítico a la subordinación y desalojo asimilacionista. (De Jong, 2014) Lo que resulta característico para las culturas consideradas subalternas.

El Pueblo Mapuche no solo fue “conquistado” y colonizado, sino que fue sometido por Chile y Argentina a través de las campañas militares conocidas, respectivamente, como la Campaña militar de la Araucanía (Chile)5 y Conquista del Desierto o Campaña del Desierto (Patagonia/Argentina) lo que ha representado un proceso constante de guetización rural y urbana (étnica y de clase) que perdura hasta hoy en día, sustituyendo en la realidad el sentido de comunidad por el de grupo señalado (gueto) como parte de la asimilación y aculturación discriminatorias sufridas.6

El pueblo Mapuche, víctima de una aculturación con vocación extintora y colonizadora, sufre además las consecuencias de la invisibilidad sociocultural, a pesar de que con Internet se detecta su presencia de manera más extensa, aunque mucho menor la parte argentina que la chilena, se presenta a menudo como conflictivo y no saludable para los intereses del estado-nación, o como un elemento folclórico y del pasado. A través del hipertexto digital se incorpora interesadamente la hibridación para enriquecer sus propias demandas y para así visualizarlas de manera atractiva y positiva para su causa, (Maldonado, 2012: 21, García Canclini, 2001) cuestión que no conlleva la superación de los riesgos de aculturación y transculturación a través de las tecnologías digitales. La cibercultura puede definirse como una cultura tardomoderna, con elementos enmarcados en la virtualidad. La cultura Mapuche recibe de este modo un grado de artificialidad líquida y efímera (Bauman, 2007) que desvirtúa el alcance de los riesgos a que se somete la cultura de este pueblo.

En plena modernidad tardía, todavía está vigente que la cultura del Pueblo Mapuche se identifique con la Tierra, como sentido de pertenencia, como un espacio para vivir. Mapuche (mapu: tierra, che: la gente) es la gente de la tierra, lo que les da un sentido de etnia y pueblo. Esta estrecha relación con la tierra los define, los congrega y autoafirma, para poder conseguir una estrategia superadora del etnocentrismo discriminador vigente, tanto en Argentina como en Chile, y así conseguir la plena ciudadanía autónoma y democrática. (Hernández, 2003: 263-286) Aunque la cuestión resulte compleja debido a la globalización, “glocalización”, relocalización, urbanización cultural, hibridación, transculturación e impacto tecno-cultural.

1. Planteamientos teóricos, metodología e hipótesis significativas

Se trata de parte de un trabajo iniciado a principios de la década de los 90 con la voluntad de visualizar las cuestiones más significativas para comprender las problemáticas que rodean el conflicto Mapuche en la Argentina, y actualizar en el contexto de la modernidad tardía la situación sociocultural del Pueblo Mapuche, y reconocer como se presentaba la cuestión en el instrumento propio de esta modernidad tardía y tecnológica como es Internet en los inicios de del siglo XXI. Se trata de ver el efecto de la sociedad denominada del cambio que ha propiciado la aceleración de la virtualización de la realidad y lo Mapuche.

Internet juega un papel muy significativo en la función de mediación y socialización, no solo de mera información, sino incluso de transculturación desigualitaria y de estandarización de las culturas, en especial las consideradas como minoritaria o subalternas como el ejemplo de la cultura Mapuche. En este caso se puede detectar una desigualdad social y cultural, tanto en lo real como en lo simbólico: Es decir, la situación del pueblo Mapuche refleja unas condiciones de vida precarias y de pobreza, segregación, una desigualdad educativa persistente y una aculturación asimétricamente transcultural e histórica. (Hernández, 2003, Margulis y Urresti, 1998, 37-62; 83-90, Margulis, 1997: 39-60)

Pretendo interpretar, sociológicamente, el conjunto de circunstancias que condicionan la sociedad y la situación en que se encuentra la Cultura y el Pueblo Mapuche en la Argentina, desde un punto de vista de desigualdad sociocultural y étnica, es decir como cultura tratada como marginal, minorizada y subalterna. La problemática está favorecida por la dinámica de las estructuras de poder y la realidad socioeconómica, entendiendo, también, la educación como un fenómeno impactado por esta realidad desigualitaria. Y todo a pesar de las políticas denominadas de interculturalidad y bilingüismo que todavía son objeto de debate, (Diaz, 2003) y a pesar de los avances que a menudo se quedan en un reconocimiento de la biculturalidad jerarquizada, sin profundizar en el impulso de la diversidad cultural.

Metodológicamente hablando, el punto de partida es el de una visión sociológica de la Cultura, es decir, se trata de estudiar la cultura para posibilitar una crítica social comprometida en términos de desigualdad y desde una perspectiva conflictivista. También hay que tener presente la transdisciplinariedad al estilo de las aportaciones sobre la desigualdad sociocultural étnica de Stuart Hall. (1996 y 2003; 2019) Si nos atenemos al método sociológico utilizado, cabe señalar que se plantea a base de dos visiones metodológicas complementarias, una sociohistórica y la otra teórico-crítica o método critico-racional. (Beltrán, 2012: 300)

Empíricamente se trata de considerar fuentes directas e Internet: (1991, 2001 para situar el tema y posteriores del siglo XXI para contextualizar la cuestión sociocultural en la era del cambio tecnológico): Alberto Abaleron (Fundación Bariloche)7, Beatriz Fant (Mapuche y bibliotecaria de la Fundación Bariloche)8 ; Mirta Ancalao (Centro Mapuche y mapuche)9; Mª Rosa Pérez Gómez, Alicia Alegre, Cecilia Foures, Silvia Corsiglia (Instituto de Formación y Perfeccionamiento del Profesorado Bariloche)10; Norma Paviglianiti (Departamento de Ciencias de la Educación de Filosofía y Letras de la UBA); Raúl Mandrini (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aire sede de Tandil), Lucia A. Golluscio, (Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) y Mario Margulis (Facultad de Ciencias Sociales de la UBA). Otras entrevistas fueron las siguientes: En el 2007 Bernardo Ñanco (Consejo Provincial de Educación de Neuquén, de origen Mapuche), en el 2008 Silvia Rinque (Artesana Mapuche de Buenos Aires), 2012 Juan Pablo Puentes11 (Becario del CONICET, IDAES-UNSAM).

Para desarrollar el presente artículo ha resultado básico y necesario consultar Internet como fuente directa para poder establecer las características de la presencia Mapuche en este medio y así poder considerar su posible visualización en el conjunto de la sociedad, cuando en los años 90 la fuente de noticias Mapuche más utilizada para mi información era la prensa (papel) como: Prensa Bariloche, (1991); Rio Negro, (1991) La Nación, (1991); El Informador Público, (1991) y La Mañana Del Sur (1991 y 2001). La mass-mediatización todavía venia marcada, en líneas generales, por la prensa, radio y televisión, pero hoy en día, sin olvidar los medios de comunicación anteriores, Internet forma parte muy significativa de la sociedad informacional i de la digitalización que hoy en día vivimos de manera generalizada, la mayoría de fuentes disponibles se encuentran ya digitalizadas, resultando una fuente de información ineludible, por ejemplo, de la prensa en papel se pasa a la digital, la cual he utilizado para contextualizar el trabajo en el siglo XXI entrando de lleno en la era digital y conocer las influencias culturales, en concreto en la cultura Mapuche como cultura subalterna. Además, en términos de fuente directa se realizaron entrevistas Barnardo Ñanco, Silvia Rinque, Juan Pablo Puentes, ya citadas en el párrafo anterior para situar la cultura Mapuche en su contexto del siglo XXI.

Hipótesis del trabajo

Se trata de partir de una hipótesis de tipo sociológico, en un sentido sociocultural y educativo, para poder entender y explicar sincrónicamente la situación en que se encuentra el pueblo Mapuche desde el punto de vista social y cultural en el contexto de la Argentina: La degradación cultural y desamparo educativo del pueblo Mapuche en el marco de una hibridación aculturadora y transculturadora como subcultura subalterna, en proceso de desactivación y mestizaje desigual y claramente en desventaja en el conjunto de la “civilización” mundial, altamente jerarquizada, con un proceso homogenizador muy acentuado. Lo que ha perjudicado a los movimientos indígenas, pero también sorprende la emergencia de la cuestión indígena en estas últimas décadas, en una constante confrontación entre la tradición étnico-cultural y la modernidad, con el riesgo de proteccionismo paternalista del indigenismo no indígena (Bengoa, 2000: 19-20)

Las culturas que son tratadas como subalternas tienen la necesidad de evolucionar según los nuevos modelos de cambio social, cultural y educativo, y de enriquecimiento cultural, para poder superar tales condicionantes, no solo para su propia subsistencia, sino para su propia superación como culturas con su propio proceso identificación identitaria. (Margulis y Urresti, 1999: 12-14) Provocando que queden como simples identificaciones, más que como identidades. (Grimson, 2011)

Produciéndose una virtualización de la cultura Mapuche a través de Internet. Con la presencia en internet de la cuestión Mapuche existe el riesgo de que se convierta en un elemento más de la virtualidad de este medio. Aunque, ciertamente, Internet ha hecho posible visualizar la situación del Pueblo Mapuche en un proceso fuertemente imbuido e impactado por la apropiación social de las tecnologías digitales y por la incidencia de jóvenes activistas indígenas en diferentes proyectos comunicacionales. Estos artefactos tecnológicos han permitido al pueblo Mapuche ampliar la producción de contenidos propios, generar circuitos y redes y, principalmente, nuevos espacios para la organización y visibilización de sus propuestas. (Basanta, 2014: 77)

Mediante estas prácticas el activismo indígena, con el soporte tecnológico, ha establecido un rol decisivo en la construcción de nuevos espacios de “lo Mapuche” y de relaciones de poder, que desafían el imaginario hegemónico. En este sentido, las tecnologías de la comunicación juegan un rol fundamental para poder visibilizar estas prácticas sociales, aunque en ocasiones se quede en lo virtual o mediático.

2. Apuntes históricos del contexto discriminatorio del pueblo Mapuche (Puel Mapu-Argentina)

Para esclarecer el contexto diacrónico se han de tener presentes los condicionantes históricos que supuso el genocidio colonizador provocado por el “Descubrimiento de América”, o los efectos del régimen colonial en el devenir de la Argentina y las consecuencias humillantes y extintoras de la Campaña del Desierto para “La Patagonia” y la población originaria, una doble desgracia para este pueblo indoamericano, sin olvidar otros precedentes históricos de lucha contra los Incas. Por tanto, los orígenes de esta situación, en Argentina, se encuentran, en gran medida, en la conquista del desierto y en la voluntad de exterminio de los Mapuche que imponía el General Roca12 a sus combatientes para poder ampliar las fronteras de la Argentina y lograr imponer "la civilización" y la cultura dominante, como colonizador que era. Todo ello nos ha de servir para entender la preocupación por el grado de hibridación13 a que ha llegado la cultura Mapuche por los condicionantes que ha tenido para poderse desarrollar y subsistir en el momento tecno-cultural.

La Patagonia no fue conquistada hasta 1879-85 en la Campaña del Desierto (Argentina). Analizando internet parece que estas conquistas (Desierto y Arauco) nunca se dieron por concluidas en la realidad y en el imaginario colectivo, dada la conflictividad y la lucha que mantiene el Pueblo Mapuche con los nacientes estados de Argentina y Chile, ensañándose los dos estados nación con los Mapuche, criminalizándolos de manera permanente. Hoy la cultura Mapuche se ve afectada, entre otros, por el planteamiento teórico pedagógico-civilizador de Domingo Sarmiento, maestro y político14, a quien no cabe olvidar en un contexto colonizador como es el aquí analizamos. Es peligroso por el tono paternalista y populista en que presenta su idea de educación, dando por supuesto que la educación ha de actuar con un efecto aculturador sobre los pueblos “no” “civilizados”. Se pretende civilizar mediante el sometimiento y la asimilación cultural, jugando un papel significativo la evangelización católica.

En el marco político de una República federal (La Constitución Argentina de 1853): "El Gobierno Federal interviene en el territorio de las Provincias para garantiza la forma Republicana de Gobierno", a partir de esta Constitución Argentina de 1853, antes de la Campaña del Desierto. En la Constitución se defiende la Libertad de enseñanza y aprendizaje, en términos liberales. (Art. 14) y el Congreso le otorgaba potestad de «proveer a la Seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios y promoviendo la conversión al catolicismo». Es una constitución vigente hasta 1994.

En 1996 se reconoció la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, y se propuso: «garantizar el respeto a su identidad y el derecho a la educación bilingüe e intercultural; reconocer la potestad jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras tradicionales que ocupan». (Martínez Sarasola, 2005: 347) Como es notorio, el pueblo Mapuche defendió su integridad territorial durante 350 años.

Los colonizadores españoles y más tarde los estados chileno y argentino, con el pretexto de promover la civilización y el cristianismo, conquistaron mediante el uso de la fuerza el territorio Mapuche. A partir de 1885 los Mapuches perdieron el control de su territorio y miles de mapuches fueron exterminados y otros expulsados ​​de sus tierras, forzados a vivir empobrecidos y/o a emigrar a los centros urbanos, hasta nuestros días, especialmente en las grandes ciudades como Buenos Aires en la que en 2005 habitaban 9.745 Mapuches». (Martínez Sarasola, 2010: 136).

En consecuencia y en relación con el pueblo Mapuche, "Gente de la tierra", después de la Conquista del Desierto, cabe señalar que el Estado-nación argentino no colonizó inmediatamente las tierras, dado que los mapuches volvieron a reasentarse en la Puelmapu. Pero también se puede comentar que, en la actualidad, aunque sea de manera simbólica, que: “La Conquista del Desierto no ha terminado”. Si atendemos lo que indica Facundo J. Huala, “Los mapuches somos un problema para el poder”, es decir el conflicto persiste (Aranda, 2017). Extraditado a Chile, fue condenado en diciembre de 2018 por un tribunal de este país. A pocos minutos de conocerse la sentencia, su abogada Karina Riquelme aseguró que “el Poder Judicial es cómplice de la criminalización del Pueblo Mapuche” (La Izquierda diario, 2018). Y ponen de manifiesto la pregunta recurrente para la opinión pública ¿de dónde son los Mapuche? para, unas veces, hacer dudar de su legitimidad argentina y otras para explicar su territorialidad. La extradición del activista Facundo J. Huala de Argentina a Chile revive un antiguo debate: ¿los mapuche son chilenos o argentinos?”. (AJ+Español, 2018)

En lo que se refiere a Argentina: la llamada “Conquista del Desierto” marca para las narrativas historiográficas hegemónicas un umbral que, además de condensar el avance y anexión militar de los territorios indígenas de Pampa y Patagonia, se expresa como condición necesaria del lema “Orden y Progreso” y “Civilización o Barbarie”15.

Y en el marco colonizador y a partir de las apreciaciones de Claudia Briones y Walter Delrio, cabe destacar que:

1. La Campaña del Desierto se presenta como un evento puntual, sin sangre, y ligado a la determinación y visión del General Roca. Consistió en una serie de campañas militares que se extendieron entre 1878 y 1885. El control militar del territorio -hacia la cordillera de los Andes y al interior de la meseta patagónica- se realizó en momentos posteriores, con base en una activación similar. (Briones y Delrio, 2007: 28) 2. La idea de que la Campaña de Desierto eliminó el problema de las “fronteras interiores” consagra una idea de frontera como límite discreto entre territorios estatales y entre ciudadanías distintivas y homogéneas que se naturalizan. La despareja estatización de la sociedad (a través de juzgados de paz, escuelas, registros civiles, etc.) dejó al margen de esa “civilización y progreso” a muchos habitantes (indígenas como criollos). (Briones y Delrio, 2007: 28) 3. En términos comparativos, la imagen predominante de que la Conquista del Desierto habría operado como solución inmediata al “problema indígena” contribuyó a invisibilizar prácticas genocidas y peregrinajes indígenas forzados que se dieron de manera sostenida en el tiempo. Se apela a la idea de que las agrupaciones indígenas o bien “se fueron a Chile, de donde serían originarias”, o bien “se murieron por enfermedades, pobreza y/o exterminadas. (Briones y Delrio, 2007: 28-29) 4. Al presuponer una especie de continuidad sociológica entre los contingentes derrotados militarmente y los radicados en reservas o colonias, la explicación histórico-antropológica hegemónica acabó minimizando las diferencias y contradicciones entre las políticas de neutralización y radicación. A su vez, considerar las comunidades existentes como “restos de antiguas tribus” en proceso de “civilización” o “modernización”. (Briones y Delrio, 2007: 29)

El quid de la cuestión de minusvaloración del conflicto Mapuche y no reconocimiento de su argentinización, probablemente, está en la asignación de los términos araucano y araucanización al pueblo mapuche, en el caso de Argentina, como si fuera una versión de chilenización. No ha sido ajeno a este proceso de “chilenización” el papel jugado por las ciencias sociales, utilizando el término “araucano” para referirse al Mapuche. En efecto, su uso ha estado estrechamente relacionado con el intento de olvidar de los mapuches la característica de poblaciones indígenas “originarias” del actual territorio argentino (Martínez Sarasola, 1996). A principios del siglo XX, las poblaciones originarias de la Patagonia fueron perseguidas, asesinadas, puestas en cautiverio y casi eliminadas violentamente. La memoria transmitida oralmente a través del “ngutram” (relato histórico mapuche) y la recuperación de tierras, todavía son un momento traumático de su memoria étnica. (Carbonell, 2001: 011027) Con todo, el pueblo mapuche sigue sus movilizaciones para recuperar su cultura y sus tierras en la Patagonia. (Agosto, 2008) y Gordillo, G. Hirsh, S. (comp.) (2010). Aunque la persecución persiste, política y económicamente trasladándose el problema en la venta de sus tierras en manos de multinacionales y grandes propietarios, intereses de las compañías energéticas. (Sánchez, 2019).

Argentina se ve muy condicionada por su actual estructura económica, y por la tradición no democrática de las estructuras del Estado y grupos de presión. Para la Iglesia católica, la educación resulta un campo de acción privilegiado de identificación argentina. (Torres, 2014: 167) Históricamente el gobierno federal ha buscado el reconocimiento de los sectores más poderosos y menos conflictivos para poder impulsar una política educativa que satisficiera a los grupos de interés significados por su conservadurismo y beneficiarios de su política neoliberal. (Puiggrós, 1990: 141) Todo esto desemboca en un centralismo uniformizador republicano imbuido de las presiones efectuadas desde las relaciones Iglesia-Estado, lo que incide en inicios del siglo XXI. (La Voz, 2019)

Argentina, donde se encaja la cultura y la socialización formal de los Mapuche, viene marcada por un neoconservadurismo persistente (Paviglianiti, 1991) con una cierta preocupación por la enseñanza elitista, más que por otras consideraciones más igualitarias, favorecedoras de los planteamientos económicos de las elites dominantes, donde la Iglesia y otros grupos luchan por el control de la educación. (Paviglianiti, 1991) En la Argentina como sociedad colonial se “instala un proceso de aculturación” de los indios…” juntamente con un sistema educativo que viene marcado por un neoconservadurismo muy acentuado (Paviglianiti, entrevista en 1991 anteriormente citada) y, más que por otras consideraciones más igualitarias, favorecedoras de los planteamientos económicos de las capas elitistas dominantes, donde la Iglesia católica y otros grupos luchan por el control de la educación. La Iglesia quiere incidir especialmente en la enseñanza secundaria, condicionando las posibilidades de la escuela pública. (La Nación. 8 de noviembre de 1991: 13 y Vior, (Dir.) 1999, Torres, 2014). La política educativa obedecía ideológicamente a un planteamiento acorde con el humanismo cristiano, presente tanto en sectores del peronismo como del radicalismo. (Caamaño, 2012)

La cultura mapuche, en general, se encuentra envuelta en un proceso de cambios bastante radicales y propiciando la recuperación de ceremonias, reclamos territoriales y socioculturales, así como que el poder político abarque cubrir las necesidades de una educación bilingüe e intercultural, (Diario Río Negro, 2007) aunque estas cuestiones deben verse como parte de las contradicciones del poder y de la política, el contexto del neoliberalismo a la argentina. (Briones, 2005: 16)

4. La Cultura mapuche en tiempos tecnológicos

El concepto “cultura” señala diferentes procesos, actividades y vivencias cuya definición varía según los campos de resonancia (el mundo de la vida cotidiana, las tradiciones artísticas y literarias, las políticas institucionales y de mercado, etc.) en los que se la inserta para designar aquellas manifestaciones simbólicas y expresivas que desbordan el marco de racionalidad productiva de lo económico-social. Aquí cultura son todas las formas de vida y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser y de vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias, así como forma de vida global. (Warley, 2003, Williams, 2001: 8, Auyero y Benzecry, 2002: 35)

Por otra parte, el concepto cultura se ha de entender, en este caso, desde el punto de vista social, un conjunto de creencias, costumbres, valores, hábitos, actividades, patrones sociales, formas de producción y tecnología que caracterizan una determinada sociedad o grupo. Entendemos la cultura como una forma de vida de una comunidad, una colectividad, un pueblo, un grupo, una sociedad; la cultura se transmite a través del proceso de socialización y de educación. (Giroux, 1981 y Giner, 2004: 72-101).

Se ha producido una progresiva substitución de la preponderancia de la oralidad, una característica significativa de la cultura Mapuche. La narrativa hipertextual mapuche es un proyecto discursivo de carácter reivindicativo, en constante tensión con las prácticas de normalización provenientes de la cultura hegemónica. (Valle, Maldonado, Mayorga, Ulloa y Valle, 2014)

Sin embargo, encontramos, en la presencia de lo Mapuche en Internet, la parte vindicativa y cultural, de la religión y en: “Los sitios Web de organizaciones mapuche son propuestos desde la categoría de narrativa hipertextual mapuche, en cuanto configuran un relato contrahegemónico que pretende auto legitimar la cultura propia desde una dimensión comunicativa adecuada a los rasgos que definen el hipertexto”. (Maldonado, 2012: 18)

La narrativa hipertextual en internet, en este caso de la cultura mapuche, según C. Maldonado: “…se organiza en función de un “ethos” cultural reivindicativo que mantiene la tensión y el conflicto con la sociedad mayoritaria”, desafiando “el orden mnemotécnico generado por los grupos dominantes”. (Maldonado, 2012: 21) A menudo la presencia de identificación Mapuche en Internet adolece de algunos matices esencialistas, que dificultan su comprensión desde las culturas dominantes, aun así, es importante su presencia en internet, provocando tensiones que hacen perdurar una “relación conflictiva desde la narración hipertextual mapuche” hacia “los destinatarios pertenecientes a la sociedad mayoritaria”. (Maldonado, 2012: 24) Tensiones que a la vez pueden ser una forma de resistencia necesaria para hacerse oír y visualizar sus reclamos. En un contexto en que la cibercultura condiciona la presencia cultural en el mundo de la sociedad digitalizada. (Lévy, 2007)

Hoy la hegemonía cultural se está canalizando por medio de las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación, entre otros, lo que decididamente afecta a la pluralidad de las lenguas y culturas que entran en este terreno de la jerarquización del poder del pluralismo lingüístico y cultural. La lengua puede posibilitar el enriquecimiento cultural de una colectividad, pueblo o nación, esté o no en un estado reconocido. La comunidad (grupo, pueblo, nación) que pierde su lengua (Mapudungun: lengua Mapuche) pierde gran parte de su identidad. Este proceso viene provocado por la paulatina política de avergonzar a la población del uso institucional y cotidiano de la lengua propia. (Radovich, 2003) La cultura es una cuestión de la vida que se aprende y se transmite en la acción socializadora y educativa, lo que hace necesario posibilitar el desarrollo cultural del Pueblo Mapuche a partir de su participación en estos ámbitos para garantizar su crecimiento de manera no discriminada como pueblo.

También en estos tiempos resulta evidente que las culturas no pueden abstraerse de la vida urbana como la característica dominante de la modernidad, ni del impacto de la sociedad de la información y de la tecnología. Por estos motivos se corre el riesgo de limitar la cultura Mapuche a las reservas o comunidades gueto, precisamente esta es la queja bastante extendida “de que mapuche no solo es la vida en el campo (para el blanco las reservas del Territorio Mapuche), sino lo urbano, los derechos de la cultura mapuche a desarrollarse en cualquier espacio vital. La ciudad también ha sido el lugar donde han nacido generaciones enteras de Mapuche que no han tenido vínculo directo con su cultura indígena-originaria, aunque. Si a esto sumamos la sistemática campaña de occidentalización, la permanente discriminación, racismo y la evangelización a la que han sido sometidos, un proceso de aculturación sí que se ha producido, al predominar el estilo de vida urbano. (Pérez-Brignoli, 2017: 96-113)

La presencia Mapuche de Argentina en Internet viene marcada por noticias, unas veces a través de medios online (públicos y privados) de cultura oficial, que presentan al pueblo Mapuche y sus vindicaciones del pasado, como objeto de criminalización, pero también vindicaciones de más cotas de poder y autonomía (en el sentido de autodeterminación), de protesta contra atentados contra la dignificación y judicialización del pueblo Mapuche, de reclamo a favor de una educación intercultural bilingüe, artículos de opinión y académicos de mapuches, con pocas excepciones no vindicativas. (Centro de Documentación Mapuche Ñuque Mapu, http://www.mapuche.info/)

La Cultura Mapuche se ve reflejada en una importante presencia Mapuche en Internet, (Godoy, 2003) aunque podemos decir que la presencia Mapuche chilena es mucho mayor, con más organizaciones impulsando sus movimientos vindicativos, condicionando su presencia en la sociedad, concretamente en los medios de comunicación en general y en Internet en particular.

La Cultura Mapuche me sugiere en la situación actual en Argentina que desde los años 90 a la actualidad emergen varios movimientos de recuperación de la identidad minorizada mapuche y de resistencia contra los efectos de la colonización, la exclusión sociocultural, en el marco de la era de la “globalización” y de la información17. La educación bilingüe intercultural resulta la alternativa, aunque parcial e interesada y con tintes oficialistas, que se da a la discriminación sufrida por el pueblo Mapuche a nivel cultural.

Es en Argentina, según dice Beatriz Carbonell, donde las comunidades han sufrido el proceso de desarticulación y de pobreza. La migración de jóvenes mapuches de ambos sexos se ha dado en ambos casos sin concluir la enseñanza básica, con una carencia de formación técnico-profesional acentuada, y acceden de esta manera a trabajos precarios. Las mujeres se incorporan al mercado laboral como empleadas domésticas y se adaptan al nuevo medio con los desajustes y crisis de identidad étnica que le imponen los ambientes periféricos. Algunos programas de Educación Intercultural Bilingüe han pretendido desarrollar y articular el uso del mapudungun y el conocimiento de la cultura, pero con su lentitud acentuada dentro de zonas rurales o periféricas no mantienen una política realmente eficaz y sostenida para desarrollarse. (Carbonell, 2001: 011027).

Para Beatriz Pichi Malen, (cantante Mensajera de la palabra entonada en lengua Mapudungun Puel Mapu) en una entrevista en la Revista Ser Indígena contestaba a la cuestión de la discriminación de la mujer Mapuche: «¿Crees que las mujeres indígenas viven una doble discriminación?»: «Yo diría que más que doble: mujer, mapuche, oscurita, latinoamericana, entonces son muchas. A mí me queda una esperanza, porque resulta que todos somos minorías, los pobres, los indígenas, los tuertos, somos una infinita minoría que pasa a ser mayoría. Me parece que algo que podemos hacer las mujeres de la tierra, no sólo las mapuches, toda la que se sienta parte de ella: al fin somos como la tierra, parimos hijos como la tierra lo hace, podemos tranquilamente tirar esas barreras que nos están poniendo siempre, el color, el estudio, el lugar. Hay otras tantas mujeres, quizás de ojos claros, que tienen ese respeto y comprensión hacia nuestros orígenes. Allá se hace todos los años el Encuentro Nacional de Mujeres, con más de cien talleres y cerca de mil féminas. El taller “Mujer Aborigen” es el que siempre está más lleno y no van sólo indígenas. Las mujeres estamos todas volviendo a buscar en la propia esencia y aprendiendo y redescubriendo… Hay muchas mujeres que hoy están produciendo cosas para poder “truequear” en Argentina, el trueque es el viejo sistema económico de los pueblos indígenas, entonces nos da una gran felicidad». (Revista Ser Indígena, 2002) La pertenencia a estos grupos es una fuente de exclusión social y de explotación, en especial de los colectivos considerados más «débiles» niños y mujeres.

A través de sus páginas y web-blogs, organizaciones e individuos del pueblo mapuche difunden noticias y opiniones, ofrecen novedades y denuncias de violaciones a los derechos humanos que muchas veces no figuran en los medios de información tradicionales. (Civallero, 2008) Como indica R. Ramos Gutiérrez a nivel descriptivo, aunque referido a Chile, se puede resumir también aplicado a la realidad virtual argentina, como elemento de visibilización oportuno en un mundo globalizado: La mayoría de las Web que indica Ramos Gutiérrez se encuentran ante necesidad de disponer de “un medio de comunicación alternativo”, para superar la posible tergiversación, resaltan las “demandas de sus derechos y la reivindicación de su cultura”. Con la característica de que la mayoría de las Web disponen de “enlaces” de temática mapuche, realizado la función de red de comunicación intra e intercultural la cual, enriquecida por la llegada de las Redes Sociales, creándose un nexo de internacionalización comunicacional. (Ramos Gutierrez, 2014: 120000)

La presencia en internet de la cuestión y conflicto Mapuche, además de visibilizar virtualmente la situación Mapuche, ha facilitado su presencia internacional, que viene marcada por la existencia de portales mapuche de tinte internacional al ser las páginas ubicadas en el exterior las más significativas. A nivel global son:

- Centro de Documentación Mapuche Ñuque Mapu. (Jorge Calbucura) o Sociedad Ñuke. Mapu: (Mapuche-Suecia). Por ejemplo, se organiza alrededor de los siguientes objetivos: “Discutir teorías sociológicas sobre desarrollo en relación de los problemas que enfrentan los pueblos indígenas y el pueblo mapuche en particular. Facilitar tutoría y supervisión académica a estudiantes que se interesen en la investigación de la realidad de los pueblos indígenas. Estimular la redacción de artículos relacionados con la investigación sociológica de los pueblos indígenas. Prestar ayuda a los integrantes de la red de colaboradores y participantes del Centro de Documentación Mapuche Ñuke Mapu, en el seguimiento de los debates de actualidad y reflexiones a través de facilitar el acceso a material de revistas especializadas e información actualizada sobre investigaciones”. (http://www.mapuche.info/)

- Enlace Mapuche Internacional o Mapuche International Link: (Mapuche-Inglaterra) Muestra aspectos de la situación actual, cultura, historia, luchas y aspiraciones del pueblo Mapuche. (http://members.aol.com/mapulink)

- Express-Noticias El Colectivo de Comunicación Mapuche Mapuexpress es un colectivo informativo a través de la comunicación social y el activismo, busca la defensa, promoción e incidencia en los derechos colectivos de los Pueblos, principalmente del Pueblo Mapuche, como asimismo el respeto a los Derechos Humanos, la defensa de la naturaleza y los territorios. (http://www.mapuexpress.org/).

- Azkintuwe ("El Mirador"): es un periódico mapuche fundado el año 2003 en la ciudad de Temuco y circuló impreso en todo Wallmapu hasta el año 2013. En su redacción participaron periodistas y comunicadores de Chile y Argentina. Azkintuwe ha promovido el derecho de los pueblos a la comunicación y la información. (Pedro Cayuqueo Millaqueo, fundador y director). www.azkintuwe.org. Versión online del periódico hasta marzo de 2014.

- La Fundación Mapuche-Folil. Mapuche NL www.mapuche.nl (Mapuche-Holanda).

- Esta Fundación «pretende informar a la sociedad holandesa y europea sobre la situación social y política actual del Pueblo Mapuche, tanto en Chile como en Argentina, así como entregar un apoyo constante moral, material y financiero a las organizaciones Mapuche, principalmente en Chile, gracias al trabajo conjunto y coordinado que ha logrado alcanzar con organizaciones Mapuche y europeas». (http://www.mapuche.nl/)

- Ser Indígena: Portal de las culturas originarias de Chile. http://www.serindigena.cl/ http://www.serindigena.org/index.php/es/ Sitio web creado en 2001 con el fin de contribuir a la visualización de los pueblos originarios en Chile y a la difusión de sus culturas ancestrales. Trata temas: Pueblo, Lenguas, Costumbres, Ceremonias, Arte, Gastronomía Medicina Mapuche (http://2014.serindigena.org/index.php/es/centro-sur/mapuche).

También ha estado activa:

- La Fundación Rehue (www.xs4all.nl/~rehue/), una ONG con sede en Holanda que apoya pequeños proyectos de las comunidades mapuche en Chile tiene en su sitio una vasta galería de fotos de ceremonias, elementos de trabajo y productos fabricados por este pueblo. (Hrepich, 2008)

A partir de 2018 la presencia Mapuche en internet18 viene marcada por los videos de YouTube, situada entre la divulgación histórica y la expresión del conflicto, para visualizar su enojo y disconformidad con el trato que recibe por parte del estado-nación chileno y argentino. Vemos como, de momento, en el 2019 se produce un receso de aparición de videos mapuches, pero siguen las movilizaciones, tanto en Argentina como en Chile.

5. La presencia de la educación para los Mapuche en Internet

La presencia en Internet de la educación bilingüe intercultural Mapuche contextualiza la alternativa oficial que se da a la discriminación sufrida por el pueblo Mapuche a nivel cultural, lo que propone su visualización oficialista. Ello cabría situarlo en el ámbito ideológico-político de la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe en el sistema educativo argentino del Ministerio de Educación de la Nación (Serrudo y Machaca, 2011) que pretendía institucionalizar-se en todo el sistema educativo del estado-nación argentina.

Los diferentes pueblos y comunidades indígenas de la Argentina de maneras diversas y con distintos grados de intervención y protagonismo, vienen construyendo, a lo largo de los últimos años, una nueva relación con el Estado, la cual ha permitido avanzar en la defensa de sus derechos reconocidos constitucionalmente, tales como la recuperación, defensa y conservación de sus territorios; la generación de diversas economías familiares con perfiles autosustentables; la revitalización de lenguas y culturas desde un contexto de interculturalidad y, ligado a ello, el desarrollo de proyectos educativos que den cuenta de los intereses y las expectativas que sus mismas comunidades expresan y demandan. (Serrudo y Machaca, 2011: anexo de 2010)

Aunque la educación, por ejemplo, para un Neuquén Intercultural, debería significar el reconocimiento de la diversidad cultural y comprender los elementos para un nuevo sistema educativo intercultural pluralista, para fomentar la relación entre Culturas diferentes, entre Pueblos, diferentes que construyen un proyecto común de convivencia, respeto y solidaridad, lo que no parece alcanzarse. Hoy en día condicionada por la cibercultura y la “necesaria” presencia de las nuevas tecnologías en las aulas.

Para ello habría de apostarse, inicialmente, por una educación autónoma que facilite una educación intercultural, pero teniendo presente que la cultura mapuche está profundamente debilitada y necesita de estrategias para superar y difundir sus conocimientos originarios apoyándose, entre otros, a través de su lengua, el mapudungun, y recrear sus procesos identitarios en cualquier ámbito territorial, rural o urbano. Aunque en los procesos de socialización comunitario, la escuela solo puede ser un elemento complementario de la trayectoria formativa de la persona, se trata de un espacio de apropiación política más. (Alonso y Díaz, 2004: 96-97)

El proceso de recuperación y fortalecimiento de la educación autónoma Mapuche y el proceso de educación intercultural tienen más de un problema para aplicarse dado que para ello se necesitan capital humano y recursos didácticos y materiales. Un primer paso parece que ya se ha dado, al menos virtualmente: “Los mapuches de Neuquén ya tienen maestros bilingües. El Consejo Provincial de educación designó a los 39 maestros bilingües mapuches que saldrán a trabajar a las diferentes comunidades indígenas neuquinas. Desde la creación de las primeras escuelas en comunidades mapuches -hace sesenta años- esta es la primera vez que el gobierno forma educadores especialmente en esta tarea”. (La Mañana del sur, 2001) Cabe mediar entre las escuelas y la comunidad, como parece que se intenta, y generar un ambiente en la sociedad civil y la misma comunidad mapuche de Neuquén que el conocimiento de la cultura Mapuche y la Lengua es una necesidad social, y las distintas administraciones han de poner su parte, sino el camino será muy largo. (Coordinadora de Organizaciones Mapuche de Neuquén (2003) Desde la creación de las primeras escuelas en comunidades mapuches -hace sesenta años- “esta es la primera vez que el gobierno forma educadores especialmente en esta tarea”. (Clarín, 2001: 010313)

Este proyecto llevó bastante discusión por parte de algunos planteamientos Mapuche, pero al tener cierto respaldo oficialista, les posibilitó cierta continuidad. En el agosto de 2007 se habla de implementar el programa de interculturalidad bilingüe en 54 escuelas rurales y Bernardo Ñanco, director de “Programas Educativos Mapuches del Consejo Provincial de Educación (CPE)”, explicó que se está hablando de esta iniciativa desde hace más de siete años. (Rio Negro, 2007, 18 de agosto) Aplicado no sin controversia con las comunidades mapuche, debido a las características impuestas y sin consultarles. (Rio Negro, 2007, 27 de agosto)

Díaz y Villarreal sintetizan la cuestión de la educación Mapuche y de la interculturalidad en el estado argentino (Neuquén) en su complejidad: La interculturalidad no se trata de la recuperación de la lengua, ni de la igualdad educativa con diferencia, sino del reconocimiento político, económico, cultural y jurídico efectivo de los Pueblos Originarios. La interculturalidad entendida como algo basado en la lengua dirigido a las poblaciones indígenas por parte del Estado, es parte de un nuevo proceso de negación, reducción y confinamiento cultural. Al desconectar la enseñanza de la lengua de la construcción política del Pueblo Originario, se refuerza una identidad colonizada doblemente, es decir, de modo bilingüe. La interculturalidad como modalidad para los “aborígenes” no es más que otra de las estrategias para situar a los Mapuche como responsables de su fracaso. Los programas educativos bilingües para los indígenas parten de una estrategia de gobernabilidad política en cuanto anula o pospone la educación en sus propias manos. Las políticas neoliberales de atención a la diversidad y respeto a las diferencias, vuelve subalterna la diferencia, exótica y coarta la vigencia y proyección económica, social y cultural de los Pueblos Originarios. La educación del pueblo mapuche debe estar bajo control mapuche, y la educación intercultural bajo control intercultural. La educación autónoma del pueblo mapuche no puede ser reemplazada por la intercultural, o simplemente por la enseñanza de la lengua mapuche. (Díaz y Villarreal, 2009: 18-19)

Por otra parte, según indica la Coordinadora de Organizaciones Mapuches: “La educación intercultural bilingüe, aunque agrega el término intercultural al de bilingüe, no implica más que una vuelta de tuerca funcional al sistema educativo hegemónico, desde el que se transmite una sola cultura (la dominante), y se permite la entrada folclorizada de la llamada diversidad cultural. Además, como en el caso anterior del bilingüismo, la interculturalidad es concebida para el ámbito rural, por lo que se reitera, por un lado, el grave error político de constreñir a nuestro pueblo a un espacio no urbano y, por el otro, se restringe y encierra el concepto de cultura mapuche a comunidades o "reservas" que mantienen el modo de vida rural… Para nosotros, aceptar esta Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe puede actuar en contra de nuestros intereses como Pueblo porque puede convertirse en una nueva forma de sometimiento y colonización, aunque hablada en idioma originario”. Más adelante, manifestándose contra la Ley Federal de Educación, advierten que una escuela de modalidad mapuche bilingüe “pretende nuevos modos de separación entre los que pueden y los que no pueden, entre las escuelas que enseñan artesanías indígenas y las que enseñan a navegar en redes virtuales. (Coordinadora de Organizaciones Mapuches, 2000: 271102).

En Argentina, la “educación bilingüe e intercultural” actúa hoy en día como principio aceptado por la mayor parte de los discursos públicos, adoptando a veces como eslogan que parece incluso uniformar las propuestas nacionales, provinciales y mapuche de reconocimiento de la capacidad y valor de “la lengua y cultura indígenas” para la autoafirmación y reproducción de diferencias legítimas. Sin embargo, no son menores las luchas de sentido que operan en el nivel de anclar el particular que acabe llenando semejante universal. Así, estas luchas se dan fundamentalmente en el nivel de la construcción de lo aborigen, y también de la imagen más amplia de “país multicultural, pluriétnico y multilingüe”. (Briones, 2002: 408) es decir el concepto aplicable sería más bien multicultural que intercultural.

Este tipo de interculturalidad funcional es a la vez relacional, pues desde esta perspectiva se sostiene que las diferentes culturas se encuentran en relación unas con otras y, lo que se debe promover, son espacios de contacto y relacionamiento. A su vez, conlleva una tendencia a considerar a las personas de forma individual y no colectiva, es decir que no se atiende al grupo de pertenencia o comunidad: “se educa al alumno/a, se atiende al enfermo/a, sin abarcar en una perspectiva más amplia las controversias que se implican en las diferentes cosmovisiones” (Díaz y Rodríguez de Anca, 2012: 5), pasando por alto los conflictos, no cuestionando las desigualdades entre las culturas y ocultando que la mayoría de las personas que tienen piel oscura son pobres, habitan en villas miseria, cantegriles o favelas y, por supuesto, tienen una cultura distinta a las minorías que viven en barrios privados o en centros burgueses privilegiados19. Tras esa idea de igualdad se esconden las relaciones de poder que ayudan a reproducir el sistema sociocultural vigente (Puentes, 2013: 109) y una jerarquización que ahonda en las desigualdades socioculturales y económicas.

Desde el punto de vista oficial y la política educativa se insiste en este tipo interculturalidad en el conjunto del estado federal argentino, en el sentido de: interculturalidad, educación y diferencias, en los pueblos indígenas u originarios insistiendo siempre en la modalidad bilingüe, (Hirsch y Lazzari, 2016) dando continuidad a conjunto y articulado en distintos Seminarios y Encuentros de carácter nacional y regional, organizados por la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe entre los años 2008 y 2010, (Serrudo y Machaca, 2011) aunque fuera para dar a conocer la: “diversidad étnica y lingüística de la sociedad argentina, para conocerla, reconocerla y valorarla, al tiempo de elaborar propuestas de enseñanza y aprendizaje, así como diseñar planes y programas educativas”. (Cipolloni, en Hirsch y Lazarini, 2016: 4) y así contribuir a profundizar el tan ansiado y necesario diálogo intercultural, a fomentar relaciones de igualdad en la diversidad y a superar asfixiantes relaciones sociales caracterizadas por el prejuicio, el racismo y la exclusión del otro, con el fin de construir nuevos horizontes de hermandad entre los pueblos. Pero cuando existe una historia de colonización, aculturación, minorización y discriminación, la cuestión queda en una declaración de intenciones revestida de jerarquización en favor de la lengua y cultura dominantes o hegemónicas, aunque se reconozca en estos mismos planteamientos que la visibilización de la diferencia indígena se vio envuelta en la paradoja de una “democracia neoliberal” que incentivaba proyectos de democratización en muchos ámbitos de la sociedad, pero recortando al máximo la distribución de recursos sociales y económicos de toda la población. (Hirsch y Lazzari, 2016: 17) Quedando siempre como tópicos de asimilación para incorporar a las políticas de estado-nación y desdibujar la conflictividad étnico-cultural. Aunque las políticas neoliberales resultan conservadoras, la de “los gobiernos progresistas de las democracias instaladas en el cono sur latinoamericano tienen una propuesta y una acción política ambigua con los pueblos originarios”, aunque aparentemente deberían ser más proclives a los reclamos pueblos originarios en lo referente al territorio, educación bilingüe y salud. (Vázquez, 2012: 118)

El conflicto sociocultura y educativo ofrece idas y venidas con estas perspectivas, en sentido cultural y de implementación contradictoria, de planteo de futuro Xankal Nawel (Nahuel), miembro del Equipo de Educación Mapuche Norgvbamtuleayiñ, manifestó críticamente, por ejemplo, vindicando la participación en la solución de problemas puntuales por la recuperación de derechos, explicó la petición de sacar de la circulación los cuadernillos que fueron emitidos y se eliminen de la plataforma digital, “que haya un pedido de disculpas de parte del ministerio, y que puedan haber contenidos dentro de los próximos cuadernillos donde se proyecte nuestra cultura como viva, con plenos derechos. Pedimos que se manifieste en valor nuestro idioma que es el mapuzungun, que se pueda evidenciar el contenido decolonial e intercultural remarcando los derechos de educación bilingüe avalados inclusive por los tratados internacionales”. (Cantero, 2020b) De hecho el Ministerio de Educación efectuó las consiguientes disculpas.

Lo anterior se refería a la denuncia interpuesta por la Confederación Mapuche de Neuquén 24 de abril ante la Delegación Neuquén del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) por parte de: “Denunciamos determinadas páginas del cuadernillo nº1 de Primaria, “Seguimos Educando”, elaborado por el Ministerio de Educación de la Nación para todo el país en el marco de la Pandemia Covid-19. “Denunciamos que el texto y actividades son estigmatizantes y prejuiciosas sobre la cultura de nuestro Pueblo Originario Mapuce. Vemos que la actividad planteada reproduce un imaginario negativo sobre nuestra cultura, recordando los textos coloniales y racistas de la Escuela Monocultural de principios del Siglo XX; solicitando ejercicios de comparación sobre los Mapuche en tiempo “pasado” con la vida de las familias de estudiantes en la actualidad. Confederación Mapuche de Neuquén - Consejo Xawvnko Centro de Educación Mapuche NORGVBAMTULEAYIÑ Neuquén (Puelmapu)” (Reproducido en Cantero, 2020) Lo que indica que el conflicto todavía está vigente con su presencia en Internet, aunque con menos visualización vindicativa que el conflicto general Mapuche.

Existe preocupación debido al ámbito nacional de estos cuadernillos, y se plantea necesidad de denunciar, ya que están destinados a la infancia y familias que habitan distintos espacios del País. Particularmente en la Provincia de Neuquén, y en buena parte de la Patagonia, indicando que “los Mapuce somos el pueblo originario preexistente”. (Cantero, 2020)

En junio de 2020, la demanda educativa Mapuche persiste, la Confederación Mapuche de Neuquén en la reunión con el ministro de Educación, pide la implementación urgente de una educación desde la identidad y derechos del Pueblo Mapuche. Se exige de manera inmediata la implementación de la modalidad Educación Intercultural Bilingüe como lo indica la Constitución y la Ley Nacional de Educación. Participaron de la reunión el ministro Nicolás Trotta, la viceministra Adriana Puiggrós, la presidenta de INADI Victoria Donda por el gobierno y en representación del pueblo nación mapuche Jorge Nawel por la Confederación Mapuche de Neuquén, Orlando Carriqueo por la Coordinadora del Parlamento Mapuche de Río Negro, Cristina Marín como responsable del programa de EIB de Río Negro y Celia Rañil como integrante de CEAPI pueblo mapuche Santa Cruz. El malestar y movilización indígena en contra del decreto que creó la estructura de funcionamiento del Ministerio de Educación y en esa estructura la Modalidad de EIB al fusionar-la con Educación Rural dado que lo indígena transciende lo rural dado que hoy en día la vida mapuche es lleva a cabo también en zonas urbana20.

Por el contrario, el ministro de Educación Trotta informó en la reunión que la decisión política tomada es reafirmar y organizar la modalidad EIB con una coordinación propia y específica, reconociendo la enorme contribución que realiza la presencia de conocimientos, práctica y cosmovisión de 40 naciones indígenas. A partir de esta decisión cabe elaborar y diseñar esa educación desde la identidad, la memoria y los derechos que debe realizarse con plena participación de los pueblos involucrados. y garantizar estructura, logística y presupuesto. (Cantero, 2020) Lo que desemboca en la degradación cultural y desamparo educativo del pueblo Mapuche en el marco de una hibridación aculturadora y transculturadora como subcultura subalterna, en proceso de desactivación y mestizaje desigual y claramente en desventaja en el conjunto de la “civilización” mundial, altamente jerarquizada, con un proceso homogenizador muy acentuado y en un estado centralista, obviando los signos identidad indígena. (Bidaseca, 2011)

Aunque el conflicto con el pueblo mapuche perdura en el tiempo y la deuda con el por parte del estado-nación argentino no se cierra, históricamente con planteamientos racistas versus la población originaria (o indígena) a pesar de la visión más civilizatoria de los planteamientos político-educativos, entrando en contradicción con cruda realidad de la vida cuotidiana de crisis institucional y sociocultural, la aplicación de la violencia represora institucional contra las minorías étnicas originarias, aunque a menudo, se silencia, aparece en Internet, pero contraponiendo la participación indígena en las instituciones a través de los planteamientos político ideológicos en las escuelas denominadas bilingües.

Por otra parte, nos encontramos ante la problemática que genera la cibercultura y los avances tecnológicos en la era de la sociedad digital, como indica Fernández Enguita, el mundo educativo presenta una resistencia a la incorporación al ecosistema digital, en contraste con su rápida expansión en otros ámbitos de la vida. “Esta resistencia deriva de la desconfianza hacia cualquier medio que no sea el medio escrito, en torno al cual gira la escolaridad, pero también de una pretendidamente necesaria resistencia a sus posibles efectos antiigualitarios. Las tecnologías de la información y la comunicación, los nuevos medios digitales, etc, no solo serían el objeto de negocio de poderosos actores industriales sino también una avanzadilla de la mercantilización de la enseñanza y el ariete de nuevas desigualdades”. (Fernández Enguita, 2017: 3) Aunque cree que la escuela, así como otras instituciones, no está preparada para los nuevos retos que le presenta el nuevo modelo tecnológico de sociedad, que parece un contexto de no retorno, por lo tanto, creo que cabe resistir con una preparación adecuada a través de la socialización y educación, y así poder superar sus efectos de estandarización cultural jerarquizada, estratificada y diversificadora.

Nos encontramos bajo los efectos de la tecnologización de la sociedad, de la digitalización y de la cibercultura, que condicionan y condicionarán a culturalización y evolución cultural de los pueblos y comunidades, donde la socialización y educación deben jugar su papel de democratización y de respeto por la diversidad cultural, no solo en el sentido multicultural o intercultural, que pueden ser un trampolín para la asimilación cultural.

Reflexiones finales

Respecto a la Cultura Mapuche, en pleno siglo XXI emergen en Argentina, desde los años 90 a la actualidad, varios movimientos de vindicación identitaria mapuche, de recuperación de la identidad minorizada y subalterna, de vindicación territorial y de resistencia contra los efectos de la colonización, la exclusión sociocultural, en el marco de la era de la “globalización” y de la “información”. Persiste una socialización aculturada y transculturada y una educación Mapuche insuficiente para superar su papel asimilador y aculturador, que tradicionalmente ha venido a remolque de un sistema educativo uniformista, a pesar de sus constantes referencias al interculturalismo bilingüe.

Las problemáticas socioculturales de la globalización, paralelamente a las exigencias de esta misma y de la globalización económica, provocan fenómenos de tipo general y universal, lo que puede interpretarse como homogeneización y estandarización cultural a consecuencia de la globalización cultural, que incide en el comportamiento social y que afecta a la convivencia. De allí aparecen fenómenos como el racismo o la xenofobia, que provocan exclusión social y cultural en las capas de población más vulnerables, generando nuevas formas de guetización,21 que provocan a la vez que las víctimas de este proceso queden sumidas en la pobreza y en la falta de posibilidad de acceder a los recursos necesarios para vivir, tanto en las llamadas sociedades avanzadas como en las no tan avanzadas, donde las mujeres indígenas sufren doblemente por ser mujeres indígenas y por ser pobres. (Van Dijk, 2003)

Con la aculturación estatal y la transculturación globalizada, el pueblo Mapuche es víctima de la prepotencia del poder establecido y de la inconsciencia deculturadora de la nueva civilización, depredadora de las culturas minoritarias. Casi como último recurso necesario, a la cultura Mapuche le queda retornar a la tradición oral, es decir a su lengua y a sus ceremonias comunitarias, a las cuales consideran como la forma de vida de la cultura Mapuche. En la lengua mapudungun se encuentra gran parte del reordenamiento y la recuperación del pueblo Mapuche junto con la lucha por el territorio22 (Waj Mapu o Wall Mapu), la conservación ecológica de la naturaleza, de la cosmovisión, de las creencias (religiosas, sanitarias, míticas o mágicas) Mapuches y de la organización política autónoma de los Mapuche. (Mulet, 2019: 34)

El riesgo es que la presencia en internet se convierta en un elemento más de la virtualidad de la cibercultura de este medio y, cuando pierda visibilidad, la población se olvide del conflicto, sin soluciones reales, como parte del espectáculo mediático, y la injusticia se silencie y se perpetúe, como parte de la realidad cambiante y efímera, sin tradiciones e identidades de larga duración. En un contexto donde los conflictos quedan silenciados o pierden su carga vindicativa.

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1 Se da cuando hay un proceso de señalización o marcación y aislamiento de un grupo étnico en términos socioculturales y de precarización económica. Incluso, provocando una criminalización del pueblo Mapuche por los Medios de comunicación (mass-media) más conservadores. (La Nación, 2021)

2También es cierto que a menudo la representación en las instituciones de los Mapuche suele ser mayor que el resto de minorías, por ejemplo: “PUEBLOS INDÍGENAS REPRESENTADOS EN EL CEAPI Y CANTIDAD DE REPRESENTANTES PUEBLOS INDÍGENAS CON REPRESENTACIÓN: 16 PUEBLOS INDÍGENAS SIN REPRESENTACIÓN: 12 Ava guaraní (1) Aymara (1) Charrúa (1) Comechingón (1) Diaguita calchaquí (5) Huarpe (4) Kolla (3) Mapuche (6) Mbyá guaraní (2) Mocoví (1) Pilagá (1) Rankulche (1) Tehuelche (1) Toba-qom (2) Tupí guaraní (1) Wichí (3) Atacama Chané Chorote Chulupí Guaraní Lule Omaguaca Ona Sanavirón Quechua Tapiete Tonocoté NOTA: La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) del INDEC, realizada en 2004 y 2005, reconoce la existencia de treinta pueblos indígenas”. (Serrudo y Machaca, 2011: 23) Aunque se debería considerar la interculturalidad en su conjunto como diversidad cultural amplia y no restrictiva al bilingüismo.

3Termino araucano utilizado históricamente por R. Mandrini en la entrevista realizada en 2001 como especia lista en Hª Antigua, comentando su versión a través de su prólogo en: Los araucanos de las pampas en el siglo XIX, a los que consideraba como parte de los “primeros pobladores”, procurando redefinir el concepto de araucanización en términos críticos y de complejidad, por otra parte, contaminado de prejuicios históricos y antropológicos (Casamiquela, 2007) a menudo silenciado por la historia oficial, evitando el termino mapuchización, como si araucanización fuera más sinónimo de chilenización (al estilo de Canals Frau, 1986: 534-549)

4A pesar de las insuficiencias y limitaciones de este concepto, aculturación todavía es válido para poder significar situación de contacto desigual y asimétrico a favor de culturas dominantes, en especial de las asimilacionistas del estado-nación como Chile y Argentina, incluso en nombre de la multiculturalidad. Entendiendo Aculturación como el proceso por el cual una cultura externa a un grupo o comunidad se impone a la propia y provoca la su paulatina extinción. Cuando este fenómeno se da en un ámbito general y desde el punto de vista de asimilación cultural global, se llama Transculturación, (Giménez, en Giner, Lamo de Espinosa, Torres, 1998: 10 y 797) facilitada per la transnacionalización de las problemáticas económicas y políticas de la “globalización” con el soporte de la tecnología tardo moderna.

5Aunque la Guerra del Arauco sea uno de los hitos de los tiempos hispánicos, no engloba todo un proceso colonizador, que hipotéticamente concluye con la denominada pacificación de la Araucaria, pero con un proceso pos-colonizador o colonizador inconcluso y de nuevo cuño desde el Estado chileno.

6Gueto hace referencia a la señalización o aislamiento de un grupo étnico en un contexto de etnocentrismo dominante, incluso en un contexto multicultural asimilacionista dominante puede conducir a la formación de guetos, (Hannoun, 1987) con subordinación económica y social. (Alegret, 1987: 11)

7Calos Alberto Abaleron situaba la población mapuche (a menudo de origen chileno) como marginal y con peores condiciones de vida (ambiental, cultural y educativa) de Bariloche, de donde se nutre la mano de obra barata de la economía de la zona. (Entrevista, 1991)

8Beatriz Fant me facilitó el acceso a la Biblioteca de la Fundación Bariloche y a su fondo documental. Además, me orientó para contactar con algún representante del Centro Mapuche de Bariloche como Mirta Ancalao.

9Mirta Ancalao fue la persona que me hizo interesar por la profundización de la situación real de la población y cultura mapuche, dado que en apariencia la presencia mapuche en Bariloche era más bien folclórica figurando en la toponimia en Mapuche pero que socialmente era la población marginal y precaria. (entrevista 1991) Mirta Ancalao que, en su trabajo indica, en relación al fenómeno migratorio: «Por otro lado tenemos el fenómeno de la migración línea Sur rionegrina datos extraídos del Informe Final de 1989 del Proyecto Centro Mapuche. La migración es quizás la característica más saliente de las diferentes localidades de la línea Sur de la Provincia de Río Negro. Los jóvenes migran a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida debido a la incapacidad del ámbito rural para absorber mano de obra. La edad promedio en la que varones migran de sus hogares es de 18 años y para las mujeres 17 años. Se registran casos de niñas de 10 a 11 años llevadas a la ciudad para domésticas...La marginalidad aquí está acompañada por un proceso de aculturación». (Ancalao, Mirta Y Sacara, Fernando. 1990) Las dificultades según el Centro mapuche eran grandes, especialmente desde el punto de vista de Mirta Ancalao una de las responsables de este centro que para conseguir organizar un cursillo como el de Roca de lengua y cultura mapuches, se veía impotente a pesar de su activismo pedagógico. (Rio Negro, 1991: 2)

10De sus comentarios entendí que la preparación del profesorado de primaria tenía un componente bastante imbuido de activismo pedagógico y social, con conciencia social de la marginación y precariedad de las capas populares de Bariloche, sin muchos medios y dejando al margen el aspecto culturalista de las minorías originarias. (entrevista-grupo de discusión Mª Rosa Pérez Gómez, Alicia Alegre, Cecilia Foures, Silvia Corsiglia, 1991)

11Juan Pablo Puentes conocedor de del Pueblo Mapuche en la zona de influencia de Neuquén, partidario de profundizar en el estudio de esta problemática microsociológica, aun teniendo presente los aspectos más generales que provocan la discriminación de este pueblo, para profundizar en la situación real concreta antropológicamente hablado.

12Julio Argentino Roca presidente de Argentina de 12 de octubre de 1880 a 12 de octubre de 1886 y de 1898 a 1904.

13En términos de desigualdad étnica, una hibridación a menudo acultural y transcultural condicionadora de su impulso. Planteamiento en el sentido que pudiera realizar Hall, (1996 y 2003)

14Domingo F. Sarmiento fue el presidente de la Argentina de 12 octubre de 1868 a 11 de octubre de 1874.

15Aspectos vindicados desde los planteamientos educativos de la época donde el nacionalismo católico se instaló considerablemente y a pesar de los principios liberales de la política educativa (Puiggrós, 2003: 71)

17Para conocer otras proporciones cabe ver, por ejemplo, la relación de direcciones de Organizaciones Mapuches que figuran en el enlace mapuche Internacional (Enlace Mapuche Internacional, 2005, 19/02) 24 Chile 4 Argentina de 33, el resto otros lugares 3.

18Videos en Internet sobre cultura Mapuche: - Nahuel, una leyenda mapuche (23 minutos de duración, director Jesús Sánchez, 2015. Vimeo.com/167070205). - Wefvn Meu, el origen (9 minutos de duración, director Rory Barrientos, 2016 www.youtube.com/watch/DspRQGF68HA) - Pikun Mapu - "Espiritualidad ancestral que Resiste al devenir de los tiempos" (25 minutos de duración, 2016) https://www.youtube.com/watch?v=5JleD_7rg28.- NEWEN MAPUCHE (120n minutos de duración, directora Elena Varela, 2009). También existe la presencia de videos musicales en youtube como los de la cantante Mapuche Pichi Malen, vindicadora del papel de la mujer en la cultura mapuche (https://www.youtube.com/watch?v=icATipGwTIM).

19En general se puede considerar que existen grandes desigualdades en el sistema educativo federal argentino, muy fragmentado, donde las políticas pretendidamente compensatorias no alcanzan a la población más vulnerable. (Aguerrondo, 2006, 179-180)

20La preocupación por la estigmatización y asimilación a lo rural de la cuestión Mapuche resulta un tema recurrente en la crítica realizada desde la contestación de la representación Mapuche y más en tiempos de globalización y de migraciones globales las urbes “como Buenos Aires, Santiago, Bariloche, Temuco, Neuquén, entre otros, ganan terreno en la distribución poblacional con el fin de mantener un vínculo con sus raíces, pero también se observa que habitan en ciudades europeas como París, Amsterdam, Bristol, Londres, etc. Es decir, los nuevos contextos de vida mapuche derivan de lo que se ha definido como post-comunalidad que se vincula con la modernización de ambos países. Estas situaciones han generado un nuevo contexto de vida en el marco de la globalización, lo que, naturalmente, amplía los espacios sociales y culturales de los mapuches”. (Quilaqueo Rapimán, Fernández, Quintriqueo Millán, 2010: 17) La desterritorialización es un fenómeno que encaja en el tipo de sociedad tecnológica que vivimos, provocando aculturación y transculturación.

21Ver afiliación (1).

22Lucha por el territorio que implica más respeto por el medio ambiente como parte de la vindicación Mapuche. (Antona Bustos, 2016)

16La entrevista a Mario Margulis trató de sobre la importancia de la Sociología de la cultura, pero se señaló el estado de segregación y marginación en que Vivian los Mapuche en Buenos Aires y Argentina en general, aunque sea silenciada e ignorada, también folclorizada, a menudo, algunas de las alternativas que se les ofrecen como la mercantilización de su cultura a través del turismo cultural, por ejemplo.

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