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Revista del Museo de Antropología

Print version ISSN 1852-060XOn-line version ISSN 1852-4826

Rev. Mus. Antropol. vol.7 no.1 Córdoba  2014

 

ANTROPOLOGÍA SOCIAL

“Yo quiero ver a Sibipiruna crecer”. Roda de samba en red

“I want to see Sibipiruna growing”. Roda de samba networked

Carolina Emilia Di Prospero*

*Universidad de San Martin / IDAES. diprosper@gmail.com

Recibido 11-04-2013

Aceptado 21-07-2014

Resumen
Este trabajo se propone explorar la construcción sociotécnica del samba de roda, desde el punto de partida del afecto, constitutivo del espacio potencial (Winnicott: 1971) que propicia la creatividad individual y colectiva y amplificación de las experiencias.
Durante 2012 realicé una estancia académica en la Universidade Estadual de Campinas, San Pablo, Brasil. Allí abordé un studio etnográfico sobre un grupo de sambistas que desarrollan un proyecto de roda de samba abierta. Este está conformado por una reunión mensual, presencial, en ella los músicos forman una rueda abierta e invitan a participar a los concurrentes, y por una cotidianeidad online.
Esta roda se constituye cada primer domingo del mes, y cada día, online, interactuando, generando vínculos a partir de las experiencias vividas en los diferentes ámbitos.

Palabras clave: Samba de roda; Afecto; Creatividad; Red.

Abstract
This work proposes to explore the sociotechnical construction of roda de samba (round of people doing samba), from the starting point of affect. Affect constitutes potential spaces (Winnicott: 1971) that encourages individual and collective creativity and amplifies experience.
I have been in São Paulo, Brasil in 2012, doing an academic stay at Universidade Estadual de Campinas. There I conducted an ethnographic research about a group of sambistas that develop an open roda de samba project. This project is made up of a monthly meeting in which musicians form an open round of people. It is also constituted by an everyday online contact through sociotechnical platforms.
This group of samba become round every first Sunday of month in the meeting, and online every day.

Keywords: Samba de roda; Affection; Creativity; Network.

Introducción: Proyecto roda1 de samba Sibipiruna

En una tarde de primavera en Barão Geraldo, ciudad marcada por el ritmo de vida universitario que la Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP) propone, me dispuse a participar como observadora del encuentro de las Pastoras, nombre que tradicionalmente se da en el samba brasileño a las mujeres que conforman los coros. Alrededor de veinte mujeres convocadas a través del grupo Projeto de Samba Sibipiruna2, en la red social Facebook, reunidas en casa una de ellas, practicaban las canciones que cantarían en la siguiente roda de samba (reunión informal de músicos, cantores, amantes del samba en general, abierta a todo aquel que quiera disfrutar del ritmo más tradicional de Brasil, bailar o sentarse en la rueda de músicos para ejecutar algún instrumento). Ensayaron el repertorio que los miembros de Sibipiruna habían decidido incluir a través del grupo en Facebook. Una de ellas, Ariane, que también se encarga de documentar fragmentos del evento tomando fotos y haciendo videos que luego comparten en distintos medios sociales (redes, blog del grupo, etc), comentó que otra compañera estaba embarazada. Las expresiones de alegría y emoción fueron instantáneas: con risas, abrazos y sambas celebraron “el primer hijo de Sibipiruna”. Patricia de repente exclamó: “yo quiero ver a Sibipiruna crecer!” y las demás repitieron “yo quiero ver a Sibipiruna crecer!”. La exclamación también era parte de la letra de una de las tantas canciones compuestas para la roda, que todas comenzaron a cantar:

Yo quiero ver a Sibipiruna crecer
Esta fruta está madura, es la hora de cosechar,
Yo quiero ver a Sibipiruna crecer
Esta fruta tiene dos brotes, uno para mi y uno para ti

La expresión de deseo de crecimiento de Sibipiruna se materializaba en un futuro nuevo integrante del proyecto, un proyecto colectivo que crece en una red de afectos que potencia la creatividad y la expresión artística en grupo.

El presente trabajo propone el estudio de caso de un grupo de músicos, cantantes, compositores, que llevan adelante un proyecto de creación de un espacio abierto y de intercambio de, lo que ellos consideran, “la forma más auténtica de la cultura popular brasileña”3: el samba. El objetivo de este trabajo es analizar cómo este espacio se constituye en una red sociotécnica a partir de la cual se construye una experiencia particular del samba, una forma de vivirlo y darlo a conocer, tanto en eventos presenciales como en medios y plataformas de redes sociales.

Si bien no es el objetivo de este texto realizar un recorrido histórico sobre la cultura del samba en Brasil, es importante aclarar que el samba de roda surgió como un tipo de música y danza practicada sobre todo por afro-brasileros en el Estado de Bahía, Brasil, en el Siglo XIX (Sandroni 2010: 373). Es un género musical de compás binario en dos por cuatro, derivado de influencias de la polca, la habanera, el tango y ritmos africanos como el lundu y Maxixe, señala Roberto Moura (Moura 2004: 34). Ahora bien, la particularidad de este ritmo era justamente la forma de reunirse a tocarlo, cantarlo y bailarlo: en forma de rueda: al situar la roda entre las matrices del Samba, lo que se pretende afirmar es que estos tipos de música (la polca, el tango, el lundu, etc) fueron sus raíces estéticas, mientras que la roda fue su origen físico. Fue en la roda donde aquellos géneros se fundieron hasta producir otra forma musical (Moura 2004: 35).

En Rio de Janeiro el género fue denominado roda en roda de samba. Los historiadores coinciden en destacar la figura de Tía Ciata como precursora de las rodas de samba en Rio de Janeiro, y su rol en el inicio del “samba Carioca, por generalización brasileño” (Sandroni 2010: 374). Es decir que, si bien el samba es originario del Estado de Bahia, el más popularizado en todo Brasil fue el samba desarrollado en Rio de Janeiro.

Comprender el juego de influencias alrededor del samba y su contexto implica viajar a las dos primeras décadas del Siglo XX y visualizar el escenario en el que se destacaba la figura de María Hilaria Baptista de Almeida, la Tía Ciata, bahiana de nacimiento, Africana de cuerpo y carioca de corazón. Ella transformaba su casa en una gran fiesta (…) Es allí donde surge un samba de raíz, donde ex-esclavos y sus descendientes cantan sus dolores y sus amores (…) La sensación es que (…) el ambiente de la casa de Tía Ciata se esparció por bares, patios, calles, justamente en función de la rueda de samba (Moura 2004: 35).

En cuanto a San Pablo, si bien el samba tuvo orígenes rurales ligados principalmente al trabajo esclavo en las plantaciones de café, y asociado a la modalidad bahiana del samba de roda, la ciudad se vio prontamente modernizada por una avasalladora industrialización y consiguiente demanda de mano de obra. Hacia mediados del Siglo XX, esta situación había propiciando vastas migraciones desde las zonas rurales hacia la ciudad capital. Lo que sucedió en San Pablo entonces fue que el samba carioca impulsado por los medios de comunicación masivos, el carnaval y la comercialización del disco long play (LP), encontró un lugar propicio para su expansión, ganando terreno al samba propio de la región paulistana, el cual no alcanzó la misma masividad en ese momento.

Retomando aquella suma de tradiciones bahiana, carioca y paulistana, e imprimiendo un sello propio, el grupo de músicos que conforma el Proyecto de Samba Sibipiruna tiene como principal objetivo mantener esa práctica viva. Denominar su actividad como “proyecto” es una característica propia del samba paulistano, en el que comunmente se utiliza este adjetivo para referirse a las rodas de samba que presentan objetivos que van más allá del entretenimiento y el ocio. Un ejemplo es el del proyecto Rua do Samba Paulista, del año 2002, cuya propuesta era “construir un espacio para la memoria y divulgación del samba paulistano, como también un espacio de ocupación cultural y política” (Aderaldo y Fazzioni: 2012)

El Proyecto de samba Sibipiruna, será abordado en este trabajo en términos de práctica sociotécnica en red, constituída como un ensamblaje de componentes materiales y no materiales, discursivos, tecnológicos y sociales que conforman la práctica del samba, como explica Bijker:

Lo técnico está construido socialmente, tanto como lo social está construido técnicamente. Todos los ensamblajes se mantienen unidos tanto por lo técnico como por lo social: (...) lo sociotécnico no debe ser tratado simplemente como una combinación de factores sociales y técnicos. Es algo sui generis. En lugar de artefactos, nuestra nueva unidad de análisis es ahora el «ensamblaje sociotécnico». (...) La sociedad no está determinada por la tecnología, ni la tecnología está determinada por la sociedad. Las dos emergen como dos caras de una misma moneda sociotécnica durante el proceso de construcción de los artefactos, los hechos y los grupos sociales relevantes (Bijker 1995: 273-274).

Por otro lado, se propone que las prácticas en red estimulan la creatividad del grupo, a partir de una reciprocidad afectiva presente en las interacciones cotidianas en los diferentes medios sociales que utilizan (blogs, redes sociales) que constituyen al Proyecto de Samba Sibipiruna. En este sentido, se entienden las interacciones y la reciprocidad en terminos de Marcel Mauss:

Las sociedades han progresado en la medida en que ellas mismas, sus subgrupos y sus individuos, han sabido estabilizar sus relaciones, dando, recibiendo y devolviendo. (…) Este es uno de los secretos perpetuos de su solidaridad y de su sabiduría. No hay otra moral, economía o costumbre social que ésta (Mauss 1979: 262).

En las discusiones, encuentros y desencuentros acerca del desarrollo del proyecto de samba existe un elemento común que los motoriza: el afecto. Un afecto colectivo que moviliza, como expresa Erin Manning: “Lo que mueve a la colectividad es la tonalidad afectiva de un proyecto en ciernes, un proyecto siempre enmarcado por la fuerza de convertirse en un potencial (…) Lo colectivo es un proyecto de devenir” (Manning 2010: 123-124).

Sibipiruna se constituye como proyecto colectivo y en red no solo en los encuentros presenciales mensuales que el grupo organiza, sino cotidianamente, en las interacciones que mantienen en diferentes medios sociales. Es pertinente aquí hablar de medios sociales más que de redes sociales, ya que este concepto, más amplio, nos permite incluir bajo su paraguas tanto a las redes sociales que Sibipiruna utiliza (Facebook, You Tube), como a otros medios que favorecen su interacción y su construcción sociotécnica: emails, su blog, sitios web. En este sentido, como señala Lev Manovich, “Los medios sociales ofrecen a los usuarios plataformas de espacio ilimitado de almacenamiento y un sin fin de herramientas para organizar, promover, y difundir sus pensamientos, opiniones, comportamiento” (Manovich 2008: 232). El autor caracteriza entonces a los medios sociales como plataformas que permiten a los usuarios no profesionales generar y compartir sus propios contenidos así como los generados por otros usuarios.

La investigación sobre el Proyecto de Samba Sibipiruna se basa en la perspectiva antropológica y en un enfoque etnográfico que comprende un recorte de lo real que, como señala Rosana Guber, abarca “prácticas, valores y normas formales: lo que la gente hace, lo que dice que hace y lo que se supone que debe hacer” (Guber 1991: 84). Se utilizan técnicas de abordaje cualitativo: la producción de datos empíricos se basa en estudios de caso, utilizando técnicas de observación participante y entrevistas en profundidad, haciendo foco en las prácticas y perspectivas de los sujetos de investigación.

La observación participante fue realizada en los eventos presenciales y rodas organizados por el grupo durante el segundo sementre de 2012 en Barão Geraldo, Campinas, Estado de San Pablo y en las plataformas sociotécnicas (blogs, redes sociales).

Orígenes de Sibipiruna

Los organizadores del proyecto Sibipiruna disfrutaban del samba en el ámbito universitario, organizando ruedas de samba en sus primeros años de estudio4. Fernando, Joaquin, Juliana y otros estudiantes tuvieron la inquietud de indagar en la historia del samba y de mantener su vigencia comenzando a practicarlo encontrándose periódicamente para tocar, cantar, bailar y compartir esa pasión común. Al terminar sus carreras de grado en la Universidade Estadual de Campinas, el ámbito académico dejó de ser el punto de encuentro de los actuales miembros de Sibipiruna. Muchos de ellos continuaron sus carreras en otras ciudades dentro del Estado de San Pablo, como São Carlos, Sorocaba, Santos o en la misma ciudad capital. La frecuencia de sus encuentros mermó:

Entonces resolvimos reunirnos. Comenzamos a mandar algunos emails, me acuerdo que en octubre de 2011. La verdad comenzamos a organizar las rodas en julio de 2011, primero entre amigos. A partir de esas rodas surgió la idea de hacer un proyecto más consistente, con objetivos, una misión y algunas cosas más delineadas. (Joaquin, coordinador del proyecto Sibipiruna)

El proyecto5 de samba Sibipiruna se constituyó con el objetivo de hacer y promover la música conocida como roda de samba6 (rueda de samba). Nos referiremos en lo que sigue al samba tal y como lo entienden y viven los integrantes del Proyecto de Samba Sibipiruna que está formado por una galera7 de amigos que decidieron congregarse oficialmente desde octubre de 2011 para celebrar el samba y la amistad.

Samba en red

El objetivo del Proyecto de samba Sibipiruna, como se señalara en la introducción, es generar un nuevo espacio de revitalización del samba, construido socialmente conforme van ocupando un espacio público, afuera del bar Esquina 108, en Campinas, San Pablo:

Estamos creando un espacio, ocupando un espacio de manera que es construido socialmente.(...) Es nuestra lectura del samba tradicional, tocamos a nuestra manera. (Joaquin)

Es algo que no es común en Campinas. Una rueda de samba abierta, pública y democrática, en la que todos pueden participar (Fernando)

El encuentro convoca a más de 500 personas que pasan por el bar Esquina 108 en el transcurso de cada primer domingo del mes. Llegado el día del evento, la roda se va desarrollando increscendo: primero, alrededor de las 15 horas, una pequeña rueda de músicos que practican las nuevas composiciones, más tarde llegan las Pastoras (así denominan al coro femenino), luego el público en general y la rueda se va agrandando hasta llegar a ser una gran masa de gente que canta, baila, toca y acompaña con las palmas hasta la media noche. La jornada se organiza en tres momentos diferenciados, que son sus bases de sustentación: nuestras composiciones autorales, el homenaje a un sambista reconocido, y la roda de samba más abierta (Joaquin)

En la red social Facebook los organizadores ponen en debate con los miembros del grupo cuestiones prácticas o conceptuales: intercambian ideas, fotografías o videos de rodas anteriores, discuten, realizan una encuesta para seleccionar a qué sambista homenajear en el siguiente encuentro, realizan una investigación sobre la trayectoria del sambista, comparten composiciones, las van trabajando, definen el repertorio, etc. En el blog incorporan las nuevas canciones a medida que las van componiendo, para que el resto del grupo tenga acceso a practicarlas o simplemente escucharlas. De esta forma se va construyendo una red sociotécnica como un ensamblaje de componentes materiales y no materiales, discursivos, tecnológicos y sociales que dota de sentido y se configura a través de prácticas (Bijker, Hughes y Pinch: 1989).

Lo que experimentamos no es la tecnología per se, explican Horst y Miller, sino una inflexión cultural inmediata del uso. Una laptop, un archivo, un proceso de diseño, una página de Facebook, un acuerdo para compartir información de localización, ninguno puede ser desagregado en sus materiales en contra de sus aspectos culturales. Ellos son combinaciones integrales basadas en una estética emergente que es un consenso normativo alrededor de cómo una forma particular debe ser usada (Horst y Miller 2012: 29)

Por otro lado, los autores señalan que las ciencias sociales han demostrado cómo el mundo real era virtual, mucho antes que nos diéramos cuenta de que el mundo virtual es real: “debería ser claro que nosotros no somos más mediados. Somos tan humanos en cada una de las diferentes y diversas arenas de comportamiento enmarcado dentro del que nos manejamos y vivimos. La antropología digital y sus principales preocupaciones estimularán la antropología convencional” (Horst y Miller 2012: 15)

Los dispositivos digitales y las nuevas tecnologías en general facilitan que la imbricación de uno y otro “mundo” se desarrolle con total naturalidad para sus usuarios, permitiendo que se vean acompañados por ellas en todo momento, las utilicen o no. La omnipresencia de los medios sociales en la vida cotidiana reside en esa potencialidad y puede ser observada tanto en las interacciones más triviales y cotidianas como en sus discursos de presentación más formales. Podemos observar cómo lo hacen, por ejemplo, en su grupo de Facebook, en el apartado “Información”:

El “Proyecto de Samba Sibipiruna” es un proyecto de samba cuya intención es crear un espacio abierto de sociabilización, donde podamos expresar la forma más auténtica de la cultura popular (el samba), encontrar grandes amigos, conversar, en fin, reunirnos para cantar y bailar, sin ningún tipo de prejuicio. Queremos crear un espacio para todos (…) Sibipiruna es el nombre del árbol que nos da su sombra en cada encuentro. El árbol también es símbolo de muchas cosas: las raices representan el propio pasado, en memoria de aquellos que de alguna forma contribuyeron con el samba directa e indirectamente; el tronco como la base y firmeza de nuestras ideas y convicciones. Y, finalmente, las hojas y los frutos que representan el futuro y la continuidad.

Al abordar el caso del Proyecto de Samba Sibipiruna como red sociotécnica que constituye al proyecto como tal en un ensamblaje de componentes materiales y no materiales, discursivos, tecnológicos y sociales que dotan de sentido y se configuran a través de prácticas (Bijker, Hughes y Pinch: 1989) se trata de entender estas prácticas en red lejos de determinismos tecnológicos o sociales.

Esta red se va conformando en un proceso que relaciona la digitalización de la música que el grupo compone, la convergencia de diferentes medios y nuevas prácticas de sociabilidad inmersas en cambios sociales más amplios que se dan a través de redes de sociabilidad a distancia en tiempo real, y son colaborativas (Larsen 2008: 143).

La conformación de sociabilidad en el caso de Sibipiruna tiene un componente particular: la Amistad, que constituye un valor destacado, tanto en los discursos de presentación en su blog o en Facebook, como en las letras de las canciones y en sus interacciones cara a cara o mediadas, las cuales, como veremos, suelen tener una intención de reciprocidad afectiva. En ese sentido, haremos referencia aquí al afecto como una “fuerza de devenir que incesantemente crea colectivos (…) Colectivos abiertos hacia el exterior, donde las mutaciones de las subjetividades de grupo son más fuertemente creativas” (Manning 2010: 126).

El espacio de la “roda de samba” se construye como un espacio abierto, de disfrute, risas, palmas, danza, compartir instrumentos y canciones en un aprendizaje constante: los recién llegados aprenderán de quienes tienen mayor experiencia y a su vez éstos aprenderán de las nuevas composiciones que vayan creando. El dar y recibir afectuoso en el evento mensual tiene su continuidad en la intersección de contactos e intercambios que propician las redes sociales, donde las interacciones cotidianas entre los miembros de Sibipiruna se van tejiendo.

Ahora bien, las redes siempre han sido un elemento presente en la sociabilidad y en la conformación de lazos entre personas. Como señala Carlos Sluzki, la red social personal del individuo se puede definir como la suma de todas las relaciones que un sujeto vive como significativas, lo cual contribuye al propio reconocimiento como individuo y a su imagen de sí mismo (Sluzki 1996: 41). Rocío Enríquez-Rosas agrega: “la red social personal puede ser registrada en forma de un mapa mínimo que integre los cuadrantes o áreas básicas de la vida relacional de un individuo: la familia, las amistades, las relaciones laborales” (Enríquez Rosas 2000: 7). En las redes desarrolladas a partir del uso de tecnologías digitales y plataformas en Internet estos mapas se visibilizan y no son mínimos, sino todo lo contrario, tienden a ampliarse. Esto se evidencia a simple vista, por ejemplo en la cantidad de amigos (Facebook), o seguidores (Twitter, Instagram): contactos en general que cada usuario tiene en cada una de las plataformas de las cuales forma parte.

En el sentido descripto por Sluzki y Enriquez-Rosas, el testimonio de Joaquín da cuenta del funcionamiento de la red de Sibipiruna en Facebook:

En realidad tenemos esa red formada: las personas y sus propias conexiones, eso se trasluce en la red social. Cuando llega el fin de mes ya comienza una movilización mayor: en sentido de, “mira el homenajeado es tal”, una persona sube un video, otra aporta información, y así la investigación sobre el homenajeado se va organizando colectivamente y la roda va siendo divulgada en tiempo real… la gente participa, hace, produce. Cuando llega el día de la roda hay muchas personas que están en la misma cuestión (Joaquin)

Los medios sociales en general, permiten a partir de sus arquitecturas y diseños, el desarrollo de relaciones de intercambio, interacción y diversas prácticas que las constituyen. Estas relaciones de intercambio se van tejiendo en términos de reciprocidad, así como en las redes sociales en general, de las que Sluzki y Enriquez-Rosas dan cuenta.

Bourdieu define el intercambio como “las leyes mecánicas del ciclo de reciprocidad, son el principio inconsciente de la obligación de dar, de la obligación de devolver y de la obligación de recibir” (Bourdieu 2007: 157). La particularidad de la reciprocidad en los medios sociales se aborda en este texto desde los trabajos de L. Manovich y J. Skågeby. Manovich sostiene que, a menudo, los “contenidos”, “noticias” o “medios” se convierten en símbolos de intercambio utilizados para iniciar o mantener una conversación en los distintos medios sociales. Su significado original es menos importante que su función como “token”8, es decir, como ficha o moneda de cambio:

Me estoy refiriendo a las personas que publican fotos en sus perfiles en MySpace, o intercambian regalos en Facebook. El tipo de regalo que se obtiene es menos importante que el acto de recibir un don, o publicar un comentario o una imagen. Una de las principales características de los medios sociales es que muchas veces es difícil decir dónde un contenido termina y dónde la discusión de este contenido comienza (Manovich 2008: 273).

Pensar las publicaciones / comentarios / fotografías que se comparten a diario en las distintas plataformas como “tokens”, también nos permite pensar estas transacciones en su ambigüedad, de intención y de motivo, señala Manovich. Esto puede duplicar el significado de la interacción y la comunicación, permitiendo responder al “token” (comentario / enlace / foto) o al usuario que está detrás de su uso (Manovich 2008: 274). En el caso de Sibipiruna, el intercambio implica además determinado compromiso con el proyecto y la intención es demostrarlo, más allá del motivo de la interacción: compartir lo que componen, hacer propuestas, votar quién sera el próximo homenajeado y sumar al blog y al grupo de Facebook información sobre la persona elegida, entre otros:

No es solo a través del contacto directo, sino también a través de estas mediaciones, del contacto via Facebook, blog, email. Es un proyecto participativo, creo que la cuestión es esa. Y, es evidente que la participación requiere de un determinado tipo de compromiso cotidiano, hacer propuestas, compartir composiciones, colaborar en la investigación para el homenaje… (Fernando)

J. Skågeby (2008) propone el abordaje de la reciprocidad en los medios sociales desde preguntas simples pero fundamentales en cualquier tipo de intercambio: entre quienes se da, a quienes afecta esa lógica de reciprocidad, cómo y por qué realizar intercambios. El autor propone distintos niveles de relaciones entre los usuarios que se desarrollan en las redes que son pertinentes para el análisis de las prácticas del grupo Sibipiruna en la red social Facebook. El nivel “Ego” definiría una auto relación: de mi para mi mismo (por ejemplo subir un enlace a una canción que tengo en mente, que dice algo de mi y la intención es autosatisfascer mi ego), nivel “Micro”, aquí la relación se da entre un grupo cercano de amigos (por ejemplo, alguien comparte un enlace a una canción que tiene un sentido particular para unas pocas personas), en el nivel “Meso” el relacionamiento se da entre pares y conocidos en general (ejemplo: el enlace a una canción que cobra sentido para muchas personas que no tienen que ser necesariamente cercanas) y el nivel “Macro”, asociado a redes extensas de conocidos de conocidos, extraños o anónimos (Skågeby 2008: 62). Observemos a continuación el siguiente testimonio de Facebook, uno de los tantos comentarios de agradecimiento que los asistentes a las ruedas de samba suelen expresar luego de un evento, que además da cuenta del espacio de aprendizaje que la roda constituye, así como de la potencialidad creativa que propicia ese espacio:

No soy músico profesional, pero intento hacer mi hobby lo mejor posible. Escribo mis poesías, para expressar mis sentimientos, y, ayer me sentí compositor, sentado al lado de tanta gente BUENA, grandes compositores, poetas y músicos, saqué una conclusión. Hablamos, tocamos y escribimos lo que sentimos....eso es hacer arte... Sólo puedo agradecer, salí de allá sabiendo que sé menos pero que aprenderé mucho....con esta buena banda de SAMBA.9 (Luis)
Este comentario se enmarca en un nivel de relación “meso”, en términos de Skågeby, ya que los destinatarios son mayormente los pares y conocidos. También podemos observar una intencionalidad de reciprocidad afectuosa, más allá del motivo del “token”, en terminos de Manovich, que sería principalmente el agradecimiento, por lo que ha aprendido al tocar junto a músicos más talentosos que él durante una rueda de samba de Sibipiruna. Por otro lado, este comentario propicia la continuidad en el espacio del medio social, de la interacción iniciada en el espacio cara a cara.

Con respecto a la intencionalidad afectuosa, podemos afirmar que se trata de una constante en las interacciones de Sibipiruna, observable en las prácticas tanto cara a cara (como ser en el evento mensual o en las reuniones de las Pastoras) como en los medios sociales (blog, redes sociales). Incluso en momentos de tensión o debate, el afecto está presente, como podemos observar en el siguiente fragmento de discusión en torno a la conformación de un coro femenino10 (en la red social Facebook):

Salve rapaziada11 solo para recordar que el domingo a las 14h haremos una reunión para conversar sobre el proyecto. La agenda está así:

1. demandas existentes (organización de la roda, contacto con el bar, divulgación del proyecto, porta retrato del homenajeado, mantenimiento del blog, horario para iniciar los trabajos, llevar / traer los instrumentos);

2. coro femenino / mujeres en la roda

3. imán para heladera de Sibipiruna (Lucas)

Queridos! infelizmente no podré ir este domingo, pero pueden contar conmigo para lo que precisen, inclusive responsabilidades. Cualquier cosa, me mandan las decisiones por email, si?! besos mil, mucho axé!12 estaré con ustedes con pensamientos, muy positivos!! (Maria)

Coro femenino / mujeres en la roda!.. Genial !!! (Jose)

Queridos, disculpenme la intromisión, pero me dio curiosidad y quiero entender hasta que punto, “mujeres en la roda” precisa estar en la agenda. (Lucia)

Hola, todo bien? Levantamos la cuestión de tener un grupo femenino de cantoras (coro) y tener más mujeres en el ritmo también. (Juan)

Eso es lo que no entiendo. Cómo una mayoría de hombres discutirá la participación de mujeres en el grupo? Buscamos y luchamos por la igualdad de género, para qué? (Lucia)

Tienes razón... tenemos otras mujeres que están dispuestas a construir eso: María, Juliana, Paulinha, etc. Intenta aparecer mañana y plantear esa problemática. (Juan)

beleza13 (Lucia)

Creo que ese cuestionamiento tiene otro costado. Lo veo más como: “podríamos tener más mujeres participando de la roda activamente, vamos a trabajar para que ello suceda”. Creo que la problemática fue mal elaborada y generó un mal entendido. (Roberto)

gente yo estoy de buenas…relájense...solo quería entender mejor ese punto...... en fin...voy a intentar pasar mañana para plantear lo que estoy pensando ... (Lucia)

Estos ejemplos de interacciones muestran relaciones que, en este caso, se constituyen en red en los niveles “micro” y “meso”, en terminos de Skågeby. El nivel “macro” es prácticamente tácito o inexistente, ya que el destinatario más general que se invoca en el relacionamiento en Facebook es “Sibipiruna”, el cual es a la vez un destinatario cercano, ya que todos los miembros del grupo se sienten, de un modo u otro, parte de Sibipiruna. El nivel “ego” tampoco aparece, incluso cuando uno de los miembros tiene un logro individual, se hace público porque otro miembro del grupo da a conocer el acontecimiento con palabras de admiración o publicando un enlace a lo sucedido. En el caso de Sibipiruna, la circulación cotidiana de afecto propicia que prevalezcan relaciones de niveles “micro” o “meso” en los medios sociales, y que estas relaciones, a su vez, den soporte al afecto, aún cuando se trate de una discusión o exista cierta tensión en la interacción.

Sibipiruna transmite el afecto en las redes sociales como token, en términos de Manovich, a través de la abundancia de palabras cariñosas, colaboraciones de todo tipo de cualquiera de sus miembros (subiendo archivos de sus composiciones a las plataformas, realizando y debatiendo el listado de canciones para la siguiente roda, sugiriendo nuevas propuestas, compartiendo fotografías o videos de los homenajeados, etc.).

Estas son algunas expresiones de afecto registradas en el muro de Facebook14 del grupo, el día posterior a la roda en la que se festejó el primer aniversario del proyecto.

Lindo, maravilloso, sensacional, poético, lírico...! No entrarían aquí, todos los adjetivos que en este momento busco para expresar el sentimento que impera en mi después de la roda de ayer. Voy a acabar siendo repetitiva, pero lo que percibo de los comentarios que leí, de los rostros felices que vi, de las músicas cantadas-tocadas-danzadas y de los testimonios que tuve la honra de filmar, es que este proyecto es muy, pero muy querido por todos. Un beso en el corazón de cada uno que compone este fantástico-democrático-singular-plural-humilde- y encima de todo feliz y amigo proyecto. Viva el samba, no lo dejemos morir. Gracias!! (Sil, documentalista y fotógrafa de Sibipiruna)

Siempre que voy para el samba llevo a mi hija, Aurea. Da un trabajo estar corriendo detrás de ella… pero por otro lado pienso que cuando ella crezca seguramente va a recordar los buenos momentos que pasó, así como yo recuerdo cuando mi padre me llevaba a los sambas! Felicidades al Proyecto y a las personas que hacen todo funcionar de manera armoniosa! La ciudad de Campinas carece de iniciativas como esta! (Graciete)
SAMBA EN LAS VENAS DEL PUEBLO!! Necesitamos esto para alegrar a nuestra gente!!

Brasilsilsil... (Jose)

Con respecto a la interacción cara a cara en la roda mensual, el afecto entre quienes participan de la roda se puede percibir en el mirar a los ojos: olhar nos olhos15, las sonrisas, canciones y ritmos compartidos, el contacto cuando una persona se acerca a la roda con ánimo de tocar un instrumento y lo hace, luego de una sonrisa y mirada de aprobación de alguno de los que ya están tocando. Estas prácticas comunes durante los eventos mensuales, son reafirmadas en las interacciones cotidianas, como lo hemos observado en los testimonios, en las expresiones de cariño y respeto registrados en el grupo de Facebook. En ese ida y vuelta de comentarios el token es el afecto, y el olhar nos olhos se sustituye por un sin fin de palabras que expresan distintas emociones de manera muy contundente.

En general, hay una valoración de la convergencia de los medios en relación a las nuevas actuaciones de sociabilidad colaborativas, tanto en su función de conexión e interacción, como por su utilidad para el mismo trabajo del músico: componer. En ese sentido Joaquin comenta:

En un comienzo, yo grababa mis composiciones y se las mandaba a personas que sabía que gustaban de aquel tipo de samba que hacía, y otras personas me enviaban las suyas. Después las compartíamos por grupos de mail, de google mail. No sólo mostrando cosas hechas, también produciendo. (Joaquin)

Los medios sociales no sólo permiten la continuidad del ámbito cara a cara sino que confirma la validez de esas expresiones y discursos en circulación.

Creando tradición

Para D. W. Winnicott, la creatividad y el sí mismo inician con el juego, en la niñez: “Está en el juego, y sólo en el juego la capacidad, tanto del niño como del adulto de ser creativo y usar toda la personalidad, y es sólo en ser creativo que el hombre descubre su yo” (Winnicott 2005: 73). Lo interesante de la teoría psicoanalítica de Winnicott para el presente trabajo reside en situar la creatividad en las experiencias vividas por el ser humano como actos de creación, fundamentals en la primera infancia, a fin de poder tener ese tipo de experiencias de producción y creación en el transcurso de la vida adulta. En términos de Winnicott crear enriquece el sentirse real, y esto sigue siendo de igual importancia en la adultez: la capacidad de crear el mundo no culmina en la niñez y es lo que “hace que el individuo sienta que vale la pena vivir la vida” (Winnicott 2005, 87). En esas experiencias de producción de la primera infancia, el ser humano crea lo que ya estaba allí. Desde el punto de vista antropológico, para Tim Ingold, el “crear el mundo” está relacionado a la improvisación a la que estamos expuestos en nuestras vidas cotidianas: “no hay un guión para la vida social y cultural, las personas tienen que resolverlo sobre la marcha” (Ingold 2007: 1). En este sentido, la improvisación es generativa, en su capacidad creadora, es relacional, ya que está continuamente en sintonía y en respuesta a la actuación de los demás. También es temporal y es además la forma en la que trabajamos, no sólo en la conducta ordinaria de todos los días, sino también en nuestras estudiadas reflexiones en los campos del arte, la literatura y la ciencia (Ingold 2007: 1). El autor señala que estamos inclinados a decir que algo es creado sólo cuando es nuevo:

A pesar del esfuerzo, la atención y hasta la resolución de problemas que se dedica a la reproducción de un modelo existente, el proceso de copia no puede ser creativo.(...) Una oposición fundamental se establece así entre la creatividad y la imitación. (…) La copia o imitación (...) implican una alineación compleja y continua de la observación del modelo con la acción en el mundo. En esta alineación se encuentra el trabajo de la improvisación.(...) Por eso es que existe creatividad aún, y especialmente, en el mantenimiento de una tradición establecida (Ingold 2007: 5).

Las prácticas en red de Sibipiruna propician el surgimiento de un espacio potencial en el que es posible desarrollar “cosas nuevas” sin distanciarse de las tradiciones antiguas:

Para mi Sibipiruna es fundamental en el papel de mantener vivo el samba, de estimular nuevas composiciones, estimular la creación, porque tenemos mucho material antiguo, pero creo que tenemos necesidad de producir cosas nuevas. Sibipiruna estimula a producir, a crear cosas buenas. (Juliana)

En el objetivo del proyecto de mantener vivo al samba, la creatividad es fundamental, tanto en la producción de sambas autorales, al compartirlos en los medios sociales, como en la espontaneidad en el transcurso del evento presencial del la roda, en el fluir de las canciones, en el compartir los instrumentos a medida que se va desarrollando la reunion. En este sentido, me interesa destacar aquí el aspecto relacional de la creación y la improvisación, como lo expresa Ingold, relacional porque se da a lo largo de formas de vida que son entrelazadas y mutuamente sensibles (Ingold 2007: 7).

Por ejemplo, al preguntarle a Juliana en una entrevista si el hecho de compartir las composiciones autorales en los medios sociales le generaban más ganas de componer, responde:

Si, también, claramente, y de tocar, de hacer parcerías . Así se va desarrollando y se va multiplicando, y los más pequeños van aprendiendo… (Juliana)

El aprendizaje, se da entonces como una consecuencia de las mismas interacciones. Muchas veces la conexión comienza en el cara a cara y luego tendrá su continuidad mediada al compartir composiciones vía e-mail o en el blog de Sibipiruna. Otras veces se compartirá un audio en la red social y esta práctica detonará comentarios de aliento al compositor, o algún que otro consejo para pulir la canción, si es que no está finalizada, y, como expresa Joaquín, el aprendizaje será colectivo:

Creo que es como una escuela de samba. No una escuela como las empresas que organizan el carnaval pero si como un aprendizaje, para todos los que forman parte de la roda, ya sean los organizadores, el tipo que actualiza el blog, o aquel que llega para ver que sucede en Sibipiruna, todos aprendemos. (Joaquin)

Si bien la calidad de los audios de las canciones que digitalizan no es óptima, la funcionalidad de compartir y construir una red de aprendizaje conjunto o colectivo, está lograda. De esta manera, la sociabilidad mediada se complementa con la cara a cara, no como representación de aquella, sino como creación de una sociabilidad en red.

La reciprocidad afectiva juega en favor del grupo, generando conexiones a partir de interacciones como las que hemos consignado, que constituyen espacios potenciales para crear, como señala Erin Manning: “en la creación, la transducción afectiva es invención: crea nuevos procesos para la vida” (Manning 2010: 122). Procesos complejos, en tanto conllevan la constitución de sociabilidad como parte del Proyecto de Samba Sibipiruna, de la propia subjetividad como músicos, cantantes o sambistas integrantes de un proyecto con determinados objetivos y posicionamiento, y constitución del samba como tradición compartida (y renovada), de producción y difusión de esa cultura de samba que están contribuyendo a mantener y generar:

La verdad yo creo que no hay un discurso colectivo pero, existe un proceso de diálogo y discusión que es individual, que es paralelo: estamos construyendo de boca en boca vamos conversando las cuestiones, o debatiendo en Facebook. Entonces, viendo este proceso, viéndonos hablar esas cuestiones, la gente va entendiendo el proyecto, va perciebiéndolo. (…) Sienten eso desde un comienzo y, con el diálogo, con el proceso de construcción de amistad, esas cosas ya van quedando más claras (…) Conseguimos, implícitamente, tener un posicionamiento sobre una forma de cultura que la gente disfruta, que la gente quiere, una forma de sociabilidad y relaciones que se establecen, a pesar de no ser explicitadas sobre la forma de un discurso o una forma de expresión más evidenciada (Fernando)

Si bien Fernando señala que ese posicionamiento no está explicitado en un discurso, podríamos agregar que no lo está en un discurso único, monolítico, pero sí en la polifonía existente en el espacio mediado (principalmente en Facebook) y en el evento mensual. Se trata de un “posicionamiento” vehiculizado en demostraciones de afecto, con continuidad.

El afecto va circulando y propiciando, o mejor dicho componiendo, espacios, canciones “El afecto es un coro de sentimientos que casi no se siente, a través de los eventos que vehiculiza para comenzar a tomar forma” (Manning 2010: 124).

Conclusiones

En el artículo de Israel Márquez “Música y experiencia: de las sociedades primitivas a las redes sociales”, se traza un itinerario circular que comienza por la experiencia musical en su sentido tradicional de interacción y actividad grupal (en sociedades llamadas primitivas), pasando por la figura moderna del oyente solitario (desvinculado del espacio publico colectivo e inmerso en el espacio privado del hogar) y termina con las “nuevas tecnologías de la información y las redes sociales, las cuales hacen posible nuevas formas de interactividad y nuevas maneras de fortalecer los lazos de afiliación y sociabilidad a través de la música” (Márquez 2011: 194). Si bien el texto de Márquez desarrolla mucho más exhaustivamente un recorrido histórico de la experiencia musical y aquí, como señaláramos en la introducción, el objetivo es caracterizar las prácticas de un grupo de samba como prácticas sociotécnicas en red, resulta interesante concluir retomando su planteamiento respecto del fortalecimiento de la sociabilidad a través de la música compartida en diferentes redes sociales, hecho que interpretan como un retorno a los orígenes grupales y comunitarios de la experiencia musical.

Sibipiruna constituye un ejemplo de ese retorno a los orígenes grupales y comunitarios de la experiencia musical a partir de unas prácticas que tienen al samba y sus raíces como centro y que son impensables sin la interacción y la conformación de sociabilidad y cercanía cara a cara y mediada. Como se ha analizado en el presente trabajo, el grupo que conforma el Proyecto de Samba Sibipiruna busca revitalizar la cultura del samba en sentido extenso a través de tres elementos principales: la práctica de la rueda de samba (no solo el evento mensual sino su preparación previa y cotidiana); la producción de composiciones propias que acrecientan el acervo cultural dando nueva vida a las tradiciones y la transmición de esas nuevas canciones y la forma de ejecutarlas a través del aprendizaje colectivo.

El plus que tienen proyectos como Sibipiruna tiene que ver con la propuesta de construir una rueda abierta, con posibilidad de que quien quiera acercarse pueda pasar por la experiencia de tocar, cantar, bailar y compartir. Ser parte de la rueda implica vivir la experiencia que va más allá de lo musical: es tan importante el hacer música como mantener viva la cultura del samba: “una forma de cultura que la gente disfruta” (Fernando”) “que tiene que ver con cómo se mantiene aquí el samba, la forma que tiene aquí de comunidad, de cercanía, de juntarse todos para cantar” (Juliana).

La construcción sociabilidad en red, es fundamental para el Proyecto de Samba Sibipiruna, como observáramos en los testimonios, los medios sociales permiten que exista una continuidad entre el ámbito cara a cara y el mediado, en los debates y expresiones de cariño y gratitud. Esta continuidad está facilitada por un contexto de afecto que circula y se va manifestando en cada interacción, dándose y recibiéndose como moneda de cambio.

Mucho ha sucedido alrededor del samba en el transcurso de la historia. La casa de Tia Ciata en Rio de Janeiro, los bares de San Pablo, llenos de migrantes, ex-esclavos y sus descendientes, muchos de ellos perseguidos, otros enfrentados a la vida cotidiana de trabajo en las fábricas, pero todos unidos, para cantar sus dolores y sus amores. “El samba allá era mucho más que solo samba”, señala Roberto Moura al referirse al samba de principios de siglo pasado (Moura 2004: 35), los fuertes lazos culturales que supo desarrollar la comunidad afro-brasileña por aquellos años signó la cultura del samba en Brasil:

A principios del siglo XX, las comunidades negras de Río de Janeiro eran excluidos de la plena participación en los procesos políticos formales y perseguidos, se les impedía celebrar abiertamente sus fiestas y su fe, esto dio paso a un nuevo samba urbano. También se crearon las escuelas de samba, espacios de reunión, intercambio de experiencias, redes de solidaridad, la creación artística (Nogueira 2006: 9)

El afecto es parte fundamental de una tradición en la que los integrantes de Sibipiruna están inmersos y que ellos, al igual que lo hicieron sus ancestros, buscan perpetuar. Sibipiruna pretende homenajear esa historia, y al hacerlo, le brinda una nueva oportunidad de expresión.

Notas

1. Si bien el significado y alcances serán desarrollados en el texto, una primer y básica definición de roda refiere a una rueda de gente que se reune a cantar, tocar y bailar samba en Brasil.

2. Sibipiruna es el nombre de un árbol autóctono de Brasil cuyas flores son amarillas. Cuando florece, en septiembre, compone los colores de la bandera de Brasil.

3. Joaquín, ideólogo y coordinador del proyecto. Entrevista 2012.

4. Los integrantes iniciadores de Sibipiruna se conocieron en el ámbito de la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), en el inicio de sus estudios de grado a principios de la década de 2000.

5. En cuanto al uso del término proyecto ellos explican: “Estamos influenciados por el hecho de que, principalmente en San Pablo, todas las rodas de samba que se diferencian en algún aspecto del samba tradicional, se denominan “proyecto”. Creo que la palabra proyecto en este contexto se usa cuando existe un propósito que va más allá de la propia roda de samba. Como en nuestro caso: componer u homenajear a un gran sambista. Los proyectos siempre tienen esa capacidad de constituirse en tanto “comunidad”: un grupo de personas que se reúnen y manifiestan una cultura (Fernando)

6. En este trabajo preferimos utilizar el término nativo “roda de samba” en lugar de su traducción: rueda de samba.

7. Es una manera común de referirse al grupo de amigos o de pares.

8. Una foto, un “me gusta” en Facebook, mencionar a un tweet como favorito, todos estos son más ejemplos de lo que Lev Manovich llama token o moneda de cambio: es aquello que circula, pero además es la acción de hacerlo circular.

9. Fuente: Grupo de Facebook Projeto de samba Sibipiruna. 1 de Octubre de 2012.

10. Fuente: Grupo de Facebook Projeto de samba Sibipiruna. 8 de Agosto de 2012.

11. “Salve rapaziada” es un saludo típico entre amigos jóvenes. Se les suele llamar rapazes a los varones de entre veinte y treinta años. En este contexto esta persona está extendiendo el saludo a todos y todas las integrantes del grupo de Facebook.

12. Axé es una palabra afrobrasilera relacionada a un sentimiento de paz que deviene de la fuerza y energía sagrada de cada orixá (divinidades de la mitología africana). Decir “mucho axé” en una conversación coloquial es expresar deseos de paz y felicidad.

13. Es una expresión que, en este contexto, significa acuerdo, aprobación, de forma amistosa.

14. Fuente: Grupo de Facebook Projeto de samba Sibipiruna. 1 de Octubre de 2012.

15. “Olhar nos olhos” refiere al contacto visual, cara a cara: mirar a los ojos. Es una forma habitual de demostrar afecto, tan importante como un abrazo o un beso.

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