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Revista del Museo de Antropología

Print version ISSN 1852-060XOn-line version ISSN 1852-4826

Rev. Mus. Antropol. vol.7 no.2 Córdoba Jan. 2014

 

DOSSIER ANTROPOLOGIA Y DEPORTE

Pionerismos, continuidades, deudas

Pablo Alabarces* y José Garriga Zucal**

*Doctor en Sociología (University of Brighton), Profesor Titular de Cultura Popular en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, e Investigador Principal del CONICET con sede en el Instituto Gino Germani

**Doctor en Antropología (UBA), Profesor Adjunto de Redes sociales y organización social, e Investigador Adjunto del CONICET en el IDAES-UNSAM *

Recibido 10-12-2013

Aceptado 01-09-2014

Proponemos, como presentación de este dossier, introducir un mapa de los estudios del deporte en los últimos años, haciendo especial hincapié en la antropología, aunque mostrando diálogos temáticos y enfoques que impiden el encorsetamiento disciplinar. Ante la manifiesta imposibilidad de abarcar en estas páginas la totalidad de las investigaciones realizadas (en ya más de treinta años de despliegue), optamos por centrarnos en la producción local –con la ineludible mención a la labor pionera de Da Matta-, producción continuamente en diálogo con los múltiples y excelentes trabajos de los colegas latinoamericanos. Mostraremos, para finalizar, las áreas de vacancia de este campo de investigación proponiendo una agenda, una entre las tantas posibles.

1. Fundadores y fundaciones

 Hasta hace unos pocos años, todos los textos dedicados al análisis social del deporte comenzaban –y debían comenzar– con la misma y reiterada frase: “poco o nada se ha estudiado sobre el tema en nuestro continente”. Esta proposición es actualmente insostenible. Aunque nuestras investigaciones permanecen -y permanecerán- condenados a la periferia de la legitimidad académica, estos trabajos han crecido en cantidad, visibilidad, solidez y rigor. Alejados del ensayo, apoyados por las categorías y herramientas contemporáneas de la sociología, la antropología, la historia, los estudios culturales, las investigaciones sobre deporte y sociedad no precisan ya de introducciones quejosas ni de desmentir el viejo lema del ‘moderno opio de los pueblos’ que las visiones de los años sesenta habían afirmado. Las líneas trazadas por Roberto Da Matta o por Eduardo Archetti, los dos grandes fundadores del campo de estudios, estableció con precisión los grandes marcos analíticos del fenómeno.

La publicación en 1982 de O universo do futebol, la compilación del antropólogo brasileño Roberto Da Matta, es la gran inauguración del campo. Los trabajos anteriores de Da Matta, especialmente su clásico Carnavais, malandros e heróis de 1979 (Da Matta, 1983), habían utilizado el fútbol en su intento de analizar la cultura brasileña; si lo que definía todo el trabajo de Da Matta era trazar una ‘sociología do dilema brasileiro’, la aparición del fútbol cobraba legitimidad al tornarse uno de los rituales donde entender la jerarquía, el malandragem, la carnavalización, la inversión o la reproducción. El uso de la categoría de ritual que hacía Da Matta será de gran importancia en los estudios culturales latinoamericanos posteriores, no sólo en los dedicados al deporte. En clave geertziana Da Matta afirmaba que el deporte operaba como la riña de gallos balinesa, y el análisis de los universos deportivos permitía entender los mecanismos puestos en juego en la sociedad: jugar con fuego sin quemarse, la idea de la apuesta simbólicamente relevante porque lo que se discute es la jerarquía, el estatus, la identidad, la pertenencia a un colectivo, a través de una práctica tan periférica como la riña de gallos.

En esa línea, contemporáneamente e informados por el trabajo de Da Matta, son los primeros textos de Eduardo Archetti, de 1984-1985. También antropólogo, el derrotero de Archetti puede explicarse por la misma fórmula: la predilección por las prácticas –sólo en principio– periféricas. En un artículo de 1994, Archetti afirma que una identidad nacional o étnica está vinculada a prácticas sociales heterogéneas (la guerra, las ideologías de los partidos políticos, la naturaleza del estado, los libros de cocina o el deporte) y se produce en tiempos y espacios discontinuos. Así, ante la predilección de la teoría y la historia por analizar los espacios oficiales, legítimos, sólo en principio más visibles, de invención de una nacionalidad, Archetti se dedica a las prácticas marginales, limítrofes, sean ellas populares o no (el fútbol, el box o el polo); pero son básicamente no centrales e ilegítimas, en un doble sentido, de su legitimidad como narrativa hegemónica y como objeto académico.

Estas prácticas son entonces un espacio especialmente productivo, una zona donde se generan discursos significativos y relevantes. Siguiendo a Archetti (1999), “football and tango are mirrors and masks at the same time” (17), espejos donde los argentinos se ven a sí mismo y máscaras que son miradas por los otros. Y eso es posible porque forman parte de las que Archetti llama ‘zonas libres’. Estas se caracterizan por la creatividad y libertad, anclada en el carácter periférico de las prácticas respecto de las que instauran la legitimidad oficial, lo que no puede llevar, sin embargo, a idealizaciones populistas. Porque, si bien se trata de una producción en los intersticios, no significa necesariamente una producción alternativa. Las narrativas de identidad nacional del fútbol en la Argentina son complementarias antes que opositivas de las narrativas oficiales y legítimas: democratizadoras, pero dependiente de una jerarquización de clase. La invención del fútbol resulta de constituciones muy complejas, donde las afirmaciones identitarias remiten a formantes disímiles (migratorios, barriales, generacionales, de clase), pero que tienden a reunirse en dos interpolaciones básicas, en dos ejes de oposiciones: frente a los ingleses (inventores, propietarios, administradores), del que resulta un mito de nacionalidad, y frente a las clases hegemónicas (practicantes, propietarios del ocio, estigmatizadores), de lo que resulta un mito de origen –humilde, aunque no proletario.

A partir de esta concepción de las zonas libres de la cultura, Archetti trabaja prácticas corporales típicamente modernas: el tango, el fútbol y el polo, entendiendo que constituyen arenas públicas en donde pueden indagarse identidades nacionales y genéricas. Para el caso argentino se trataría del análisis de la hibridación y de las formas variadas en que fueron y son clasificados los géneros masculino y femenino, y en donde analizar sus relaciones con la cultura nacional moderna y con la cultura internacional globalizada. Hibridación funciona, entonces, como concepto clave, designando la manera particular en que se construye tempranamente la identidad nacional en una sociedad de modernidad periférica como la argentina y con un masivo proceso inmigratorio en las primeras dos décadas del siglo XX. Así, los híbridos resultan construcciones ideológicas del orden social y son, en este sentido, productores de tradición1.

Al mismo tiempo, la inflexión antropológica de Archetti y Da Matta permitió deconstruir el mito del “opio”: al igual que lo hiciera con las religiones, el trabajo etnográfico permitía comprobar la distancia entre la ilusión alienante y la práctica significativa de los nativos. En su trabajo de 1982, Da Matta demolía definitivamente esta pretensión, aunque la necesidad de radicalizar el debate lo llevara, durante un tiempo, a posiciones anti-marxistas.

En 1998, en el Prólogo con el que acompañó Deporte y Sociedad –la primera colección argentina producida en la universidad y dedicada íntegramente al objeto: Alabarces et al, 1998–, Archetti lamentaba el bloqueo que estos estudios habían sufrido y el peso excesivo que aún tenían las posiciones más apocalípticas –en el sentido clásico que Eco asignara a las interpretaciones sobre la cultura de masas deudoras de la teoría crítica. Ante ese panorama, la agenda que proponía Archetti ya se estaba volviendo legítima y guiará la década siguiente: la centralidad del juego como zona de libertad y creatividad, la necesidad de leer las apropiaciones socialmente diferenciadas de las prácticas deportivas, los procesos de construcción de identidades, la violencia como fenómeno complejo. Y todo ello con “un esfuerzo teórico más sofisticado y una pasión por los análisis empíricos” (Archetti, 1998: 12).

De estas indagaciones inaugurales deriva una afirmación fundamental para nuestros trabajos: el deporte puede ser visto como un foco, un punto donde el analista se interroga por la dimensión de lo simbólico y su articulación problemática con lo político. Pero también: el deporte es un espacio donde se despliegan algunas de las operaciones narrativas más pregnantes y eficaces para construir identidades. Entonces, en esa periferia de lo legítimo (porque el lugar central seguirá siendo la cátedra o la política o los medios, según su capacidad históricamente variable de instituir y administrar legitimidades del discurso) podemos leer operaciones de tipificación que colaboren en las dificultosas construcciones de las narraciones identitarias.

Es difícil que la afirmación “el deporte es importante para las identidades sociales/etáreas/de género/raciales” pueda a esta altura sorprender a alguien: la cuestión estriba en indagar cómo, de qué manera, desde cuándo, en qué lugar y con qué inflexiones. Y con qué rigor, además, se escapa a la vulgarización periodística.

2. Continuidades

Hay que esperar hasta avanzados los 90 para que estos textos fundadores se traduzcan en producción intensiva. En 1996 se publicó Cuestión de Pelotas, editado por Alabarces y Rodriguez, inaugurando los estudios sociales del deporte en la Argentina, rompiendo la hegemonía del periodismo sobre la temática deportiva e invirtiendo en una multiplicidad de temas, que iban desde Maradona y la patria hasta la televisación de los eventos futbolísticos. Dos años después sale Deporte y Sociedad, una compilación de Alabarces, Di Giano y Frydenberg editada por Eudeba, con prólogo de Eduardo Archetti, consolidando un campo de investigaciones.

En nuestras tierras este trabajo se consolidó en torno del Grupo de Trabajo “Deporte y Sociedad” de CLACSO, que coordinó Alabarces desde 1998 hasta 2002. Si bien el Grupo no pudo generar investigación conjunta y comparada, sino sólo articular los esfuerzos individuales de cada investigador en su Centro correspondiente, ha permitido la colocación continental del área problemática y la publicación de un primer volumen colectivo –Peligro de gol, en el 2000– que, aunque con debilidades producto justamente de su carácter iniciático, permitió la circulación de parte de la investigación dispersa y desconocida (Alabarces, 2000). El segundo volumen, Futbologías: Fútbol, identidad y violencia en América Latina, permite el tratamiento de una temática común desde distintas perspectivas (Alabarces, 2003). Y, además, el Grupo presentó otra característica que entendemos crucial: el cruce disciplinario entre las distintas perspectivas de las ciencias sociales, lo que impide hablar de una sociología o una antropología del deporte stricto sensu pero permite un juego más rico de miradas, estrategias y metodologías.

Posteriormente, Alabarces (2002) expandió las primeras intervenciones de Archetti respecto del período de “fundación” del fútbol y sus narrativas nacionales a las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI, analizando cómo los medios de comunicación funcionan como “máquinas culturales” constructoras de nacionalidad: pero una nacionalidad convertida ahora en mercancía publicitaria, en un discurso que fabrica nacionalismo como commodity, suplantando la complementariedad con las narrativas estatales –que, además, como producto de la década neoliberal de los 90, desaparecía como gran narrador­– por un único texto, obviamente televisivo.

Luego se han multiplicado las tesis de maestría y doctorado, siendo ellas principalmente antropológicas: muy especialmente, las de José Garriga Zucal (2010) y Verónica Moreira (2010), que han trabajado tanto los fenómenos de las llamadas barras bravas –que, como los colegas señalan, no son términos nativos– como las relaciones complejas entre las identidades locales, las prácticas de los hinchas y las redes políticas y sociales territoriales. El trabajo de Moreira (2010; 2012) y Garriga Zucal (2007 y 2010), en el caso argentino, ejemplifican claramente estos desplazamientos. Moreira analiza las relaciones entre fútbol, identidades territoriales –el vecindario, la pequeña ciudad– y política local, todo ello en intersección con las hinchadas, especialmente las llamadas barras bravas, los núcleos más activos –y violentos­– de las hinchadas argentinas. Garriga Zucal desarrolla una prolongada etnografía de una hinchada de un club de Buenos Aires, Huracán, que le permite analizar cómo las prácticas de los hinchas, incluidas las violentas, constituyen capitales útiles en la construcción de redes sociales de intercambio entre hinchas, comunidad territorial y dirigentes deportivos y políticos.

En ambos casos, la pregunta por la identidad se desplaza a los modos en que esas identidades microterritoriales se traman con un relato más amplio y especialmente moral: la llamada ética del aguante (Alabarces, Garriga Zucal y Moreira, 2012), una moralidad cerradamente masculina en la que la violencia, de modo similar a lo planteado por Armstrong para los hooligans (1999), pierde su connotación negativa y adquiere legitimidad moral, entre los hinchas y entre sus comunidades más amplias.

3. Agenda

Las agendas de nuestros estudios siguen en pie: debemos seguir hablando sobre rituales, juegos, historias, economías, políticas, violencias, heroicidades, feminidades, corporalidades sociales, como lo hemos venido haciendo desde la fundación de nuestros estudios hasta hoy.

Entendemos que un aporte esencial al campo de estudios del deporte es la diversidad de temas y problemas que permiten superar el repertorio –nunca saturado, como muestra este dossier- de trabajos en torno al fútbol. Así, observamos como otras disciplinas deportivas se vuelven objeto de estudio. Por otra parte, debemos señalar que si el fútbol mantiene un lugar de privilegio, esto se debe a la emergencia natural de muchos años de estudio en el marco de proyectos que se consolidaron en un campo que se fundó y construyó a la luz de dicho deporte.

Pero también falta trabajo en otros rubros y otras perspectivas: por ejemplo hay una enorme área de vacancia en el análisis de las relaciones entre deporte y política, en el presente e históricamente, que saque el análisis de la vulgata periodística o de cierta vieja reificación manipulatoria. En ambas zonas, es imperiosa la construcción de empirias novedosas y rigurosas, inevitablemente ligadas –si queremos seguir construyendo un campo de estudios relevante para nuestras sociedades– a interpretaciones críticas e informadas, en intersección adecuada con las categorías y debates contemporáneos en las ciencias sociales.

Por supuesto, esto no agota una agenda que puede y debe encontrar a cada paso sus desafíos y sus posibilidades. Pero además, con la pregunta sobre el poder como marco de hierro. Aunque nos equivoquemos: aunque sustancialicemos las posibilidades impugnadoras y resistentes de los sujetos en las prácticas deportivas –incluidas las de los espectadores–, o a la inversa, aunque pensemos la capacidad de instituciones, agentes y regulaciones como omnipotentes e irrefutables. Pero en ambos casos, y en todas las posibilidades intermedias, preguntando siempre por las relaciones de poder involucradas, que es la pregunta crucial de las ciencias sociales latinoamericanas.

Notas

1. Los argumentos de Archetti exceden –y en ese movimiento, discuten– las posturas popularizadas por García Canclini (1990): la hibridación deja de ser una suerte de característica posmoderna para recuperar densidad problemática y espesor histórico.

Bibliografía citada y de referencia

1. Alabarces, P. (1998) ‘Fútbol y academia: recorrido de un desencuentro’, in Alabarces, P., Di Giano, R. and Frydenberg, J. (eds.) Deporte y Sociedad, Buenos Aires: Eudeba.

2. Alabarces, P. (2002) Fútbol y Patria. El fútbol y las narrativas de la Nación en la Argentina, Buenos Aires: Prometeo Libros, serie Libros de Confrontación.         [ Links ]

3. Alabarces, P. (2005) ‘Veinte años de Ciencias Sociales y Deporte en América Latina: un balance, una agenda’, Revista Brasileira de Informaçâo Bibliográfica en Ciências Sociais, 58, Sâo Paulo: ANPOCS, 2do. semestre2005: 159-180.

4. Alabarces, P., Garriga Zucal, J. and Moreira, V. (2012) ‘La cultura como campo de batalla. Fútbol y violencia en la Argentina’, Versión. Estudios de Comunicación, Política y Cultura, 29, México: UAM-Xochimilco, abril: 2-20.

5. Archetti, E. (1994) ‘Masculinity and Football: The Formation of National Identity in Argentina’, in Giulianotti, R. and Williams, J. (eds.) Game without Frontiers: Football, Identity and Modernity, Aldershot, Hampshire: Arena.

6. Archetti, E. (1998) ‘Prólogo’ in Alabarces, P., Di Giano, R. y Frydenberg, J. (eds.) Deporte y sociedad, Buenos Aires: Eudeba.

7. Archetti, E. (1999) Masculinities. Football, Polo and the Tango in Argentina, London: Berg.         [ Links ]

8. Armstrong, Gary (1998) Football Hooligans. Knowing the score, London: Berg.         [ Links ]

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11. García Canclini, N. (1990) Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad, Méjico: Grijalbo.         [ Links ]

12. Garriga Zucal, J. (2007). Haciendo amigos a las piñas. Violencia y redes sociales de una hinchada de fútbol. Buenos Aires: Prometeo.         [ Links ]

13. Garriga Zucal, J. (2010), Nosotros nos peleamos. Violencia e identidad de una hinchada de fútbol, Buenos Aires: Prometeo.         [ Links ]

14. Geertz, Clifford (1987) ‘Juego profundo: la riña de gallos en Bali’, in La interpretación de las culturas, Barcelona: Gedisa.

15. Guedes, S.L. (1998) O Brasil no campo de futebol. Estudos antropológicos sobre os significados do futebol brasileiro, Rio de Janeiro: EDUFF.         [ Links ]

16. Moreira, V. (2010) La política futbolizada: los dirigentes deportivos y las redes político-territoriales en Avellaneda. PhD Thesis. Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires.         [ Links ]

17. Moreira, V. (2012) ‘Juego electoral y relaciones políticas en Argentina’, História Questões & Debates, 57 (2), Universidade Federal do Paraná, Brasil: 127-149.

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