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Revista del Museo de Antropología

Print version ISSN 1852-060XOn-line version ISSN 1852-4826

Rev. Mus. Antropol. vol.7 no.2 Córdoba Jan. 2014

 

DOSSIER
Antropología y Deporte

Redes de rivalidades y alianzas entre grupos de simpatizantes en Argentina

Rivalries and alliances networks among supporter’s groups in Argentina

Javier Sebastián Bundio*
*CONICET, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires, Argentina. jsbundio@sociales.uba.ar

Recibido 19-03-2013

Recibido con correcciones 11-12-2013

Aceptado 01-04-2014

Resumen
Con el objetivo de evaluar la influencia de factores tales como la frecuencia de partidos y la cercanía geográfica de instituciones deportivas en el establecimiento de rivalidades y alianzas entre sus grupos de simpatizantes, llevé adelante un Análisis de Redes Sociales a partir de datos para 186 hinchadas argentinas. El conjunto de datos analizados incluye las redes de enemistades (rivalidades mutuamente reconocidas), amistades (afinidades y alianzas mutuamente reconocidas) e interacción (cantidad de partidos jugados en los últimos 40 años), y los atributos de pertenencia provincial y municipal (localización de los estadios). Los resultados obtenidos muestran que la organización regional-nacional de la competencia deportiva, en sus 5 niveles competitivos (Primera A, Nacional B, Primera B, Primera C, Primera D, Argentino A, Argentino B y Argentino C) afecta la estructura de las redes de rivalidades y alianzas entre adherentes a equipos de fútbol argentinos. Además detecté una presencia significativa, aunque menor, de tríadas balanceadas de 2 enemistades y 1 amistad lo que permite identificar una “lógica del enemigo común”.

Palabras Claves: F útbol; Rivalidad deportiva; Alianzas; Simpatizantes; Análisis de redes sociales.

Abstract
In order to evaluate the influence of factors such as frequency of matches played and the geographic proximity of sports institutions in the establishment of rivalries and alliances between soccer supporters, I developed a social network analysis using a dataset for 186 Argentinian hinchadas . The data set includes rivalry’s network (rivalries mutually recognized), alliance’s network (mutually recognized affinities and alliances) and interaction’s network (amount of matches played in the last 40 years), and provincial and municipal adscription attributes (location of stadium). The results show that the regional-national organization of sports competition, in its 5 competitive levels (First A, National B, First B, First C, First D, A, B and C) affects the structure of the rivalry’s network and alliance’s network between adherents of Argentine football teams. In addition I detected a significant, but smaller, presence of balanced triads of two enemies and one friend that allow to identify a “logic of the common enemy.”

Keywords: Soccer; Sport rivalry; Alliances; Supporters; Social network analysis.

Este trabajo presenta un doble desafío. Por un lado un desafío metodológico, ya que propongo estudiar al conjunto de los grupos de simpatizantes argentinos identificados con instituciones pertenecientes a varias categorías deportivas y diversas regiones geográficas. En la Argentina estos grupos reciben el nombre genérico de hinchadas, concepto nativo que engloba en realidad a una multiplicidad de actores sociales pero que aquí utilizaré en su acepción general para referirme al conjunto de simpatizantes de un equipo de fútbol. Ellas han sido objeto de importantes investigaciones etnográficas en los últimos años (Alabarces, 2004; Alabarces et al., 2000; Garriga Zucal, 2002, 2005a, 2005b, 2007; Moreira, 2001, 2005, 2007). Sin embargo no existen trabajos que tomen al conjunto de las hinchadas como objeto de estudio. El tamaño del campo desanima todo intento de relevamientos estadísticos de amplitud, a excepción de distintas encuestas de adhesión como la realizada por la consultora Equis (AAVV, 2006).

El segundo desafío va dirigido al lector de este artículo, sobre todo a aquel no familiarizado con la metodología que propongo: el Análisis de Redes Sociales (ARS). El enfoque reticular o de redes no sólo supone el uso de nuevas herramientas analíticas, sino una nueva forma de encarar un problema científico, una manera alternativa de plantear preguntas y entender nuestro objeto. Por supuesto tiene sus ventajas y desventajas, como toda otra mirada, pero creo vislumbrar un fértil campo de análisis donde estos nuevos enfoques teóricos y metodológicos pueden ayudar a testear hipótesis ya formuladas dentro de marcos de investigación etnográficos.

Las llamadas “redes sociales”, como Facebook y Twitter, son en realidad un tipo de red. No me estoy refiriendo a ellas cuando hablo de redes sociales, sino que me refiero a todo conjunto de elementos entre los cuáles existe algún tipo vínculo (Hanneman & Riddle, 2005). Estos elementos, llamados nodos, pueden ser neuronas, actores de cine, páginas web, personas, grupos, naciones, etc. Y las relaciones entre ellos también pueden ser de distinto tipo: intercambios económicos, lingüísticos, lazos de parentesco, etc. El concepto de red, al ser una noción tan general, sirve de punto de partida para el replanteamiento de temáticas de interés en antropología en términos de componentes constitutivos y de las relaciones que los vinculan. Esto último es de gran importancia para la investigación empírica que trata con redes sociales, ya que es posible plantear los problemas de investigación en función de las propiedades universales de la topología de la red más allá del referente empírico de cada una de ellas (Reynoso, 2008).

La diferencia de los datos relacionales con los datos sociológicos convencionales es que los primeros se organizan como una matriz de doble entrada, con los actores en la primera fila y la primera columna, y donde las celdas de la matriz portan datos relativos a la relación que vincula al actor de la primera columna con el actor de la primera fila (ver la Tabla 1). Esta diferencia no es menor, ya que los datos sociológicos se centran en actores y atributos mientras que los datos reticulares se centran en actores y relaciones (Hanneman & Riddle, 2005). A pesar de que el ARS no constituye una técnica analítica central en antropología o sociología, la idea misma de red social tiene una larga historia en ciencias sociales. Sin ir más lejos el propio Radcliffe-Brown concebía a las instituciones como una red de relaciones sociales, Nadel planteaba su sociología de roles en términos relacionales, y la Escuela de Manchester desarrolló conceptos centrales que sirvieron de base al análisis de redes egocéntricas y sociométricas (Reynoso, 2011).

Para comprender el enfoque reticular que propongo veamos como ejemplo las relaciones que mantienen los grupos de simpatizantes de instituciones deportivas ubicadas en el partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y que participan en torneos organizados por la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Estas hinchadas adhieren a las siguientes instituciones: Arsenal, Independiente, El Porvenir, Dock Sud, Victoriano Arenas, Racing y San Telmo. Los criterios de selección son discutibles, sobre todo la incorporación de El Porvenir y San Telmo. El primero de ellos no se encuentra ubicado estrictamente en el partido de Avellaneda, pero sí en una localidad que Avellaneda comparte con el vecino partido de Lanús (Gerli), por ese motivo me permito incluirlo. Con San Telmo pasa otro tanto, su estadio se ubica en Isla Maciel, localidad de Dock Sud, pero su sede deportiva así como su pertenencia territorial en el imaginario de sus hinchas, está en el barrio de San Telmo, Capital Federal. Estas aclaraciones sirven para dar cuenta de las necesarias decisiones metodológicas que el investigador debe tomar cuando decide que el ARS es la mejor técnica a emplear dado el problema de investigación propuesto.

Las hinchadas están vinculadas por 4 tipos de relaciones que me parecen de importancia: enemistad (actitud hostil y recíproca), amistad (actitud afín y recíproca), interacción (cantidad de enfrentamientos deportivos en los últimos 40 años) y cercanía (proximidad regional). Por supuesto, las hinchadas pueden vincularse por una cantidad de vínculos sólo limitada por las preguntas del investigador y los límites operativos de la recolección de datos. Pueden observarse las cuatro matrices en la Tabla 1.

 

Tabla 1. Representación matricial de los tipos de relaciones que vinculan a las hinchadas. Enemistades, Amistades y Cercanía son redes binarias porque sólo admiten dos tipos de valores, 0 y 1. La red Interacción posee vínculos valorados, el valor del vínculo indica la cantidad de años compartidos en una misma categoría en los últimos 40 años.
Table 1. Matrix representation of the types of relations linking fan groups. Enemies, Friends and Closeness are binary networks that only support two types of values , 0 and 1. The interaction network has valued links, the link value indicates the number of years spent in the same category in the last 40 years.

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Los datos de redes, además de su representación como tablas de doble entrada, pueden ser representados gráficamente. Estas representaciones son conocidas con el nombre de grafos, y son de una gran utilidad para presentar visualmente los datos. Después de todo cuando hablamos de redes estamos esperando verlas en la forma de un grafo. Claro que la utilidad analítica del grafo disminuye a medida que aumenta la cantidad de nodos de una red, con redes muy grandes una interpretación visual queda descartada si buscamos cierta rigurosidad. Pensemos que una red de 3 nodos tiene 6 tipos de vínculos posibles, una red de 4 tiene 12, una de 5 tiene 20, una de 10 tiene… ¡90 vínculos posibles! La cantidad de vínculos posibles se incrementa exponencialmente, superado cierto tamaño se hace imposible cualquier intento de interpretación que no se sirva de un software de análisis. Pero para este ejemplo es útil “ver” las redes para darnos una idea global de su estructura.

 

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Figura 1. Redes de amistades (arriba a la izquierda) y enemistades (arriba a la derecha) de hinchadas de Avellaneda. La primera en realidad no es una red ya que no existe ninguna amistad. Si el fenómeno del “enemigo común”, que abordaré más adelante, estuviese generalizado sería esperable una alianza entre las hinchadas de Racing y Arsenal, y Dock Sud e Independiente, ya que comparten enemigos en común. Esto puede no suceder porque en el torneo argentino hay una gran concentración de clubes en la zona metropolitana de Buenos Aires (Garriga Zucal, 2002). Red de interacción (abajo a la izquierda) y de cercanía (abajo a la derecha) de hinchadas de Avellaneda. La primera es una red donde los valores de los vínculos representan la cantidad de años jugados en una misma división. Se puede observar que entre Victoriano Arenas y el Porvenir hay una larga serie de encuentros que puede explicar la hostilidad mutua que manifiestan. La red de cercanía es una red “completa”, ya que todas las hinchadas son cercanas dado el criterio que utilicé para seleccionarlas.

Figure 1. Networks of friends (above left) and hostility (top right) of Avellaneda`s fan groups. The first is not really a network as there is no friendship. If the phenomenon of the “common enemy”, I’ll discuss later, were widely expected would be an alliance between the fans of Racing, and Arsenal, and Dock Sud and Independent, as they share common enemies. This can not happen because the Argentine Tournmanet has a high concentration of clubs in the metropolitan area of Buenos Aires (Zucal Garriga, 2002). Interaction network (bottom left) and proximity (lower right) of swollen Avellaneda. The first is a network where the values of the links represent the number of years played in the same division. It can be seen that between Victoriano Arenas and Porvenir is a long series of meetings that may explain the mutual hostility that manifest. Network proximity is a “full” network, since all are nearby swollen since the criteria I used to select them.

Debido a los criterios de selección empleados, todas las hinchadas son “cercanas” porque todas son del partido de Avellaneda, por lo tanto poco nos puede decir la cercanía geográfica sobre el patrón de relacionamiento que vincula a estos grupos de simpatizantes. Quizás el único dato interesante al respecto venga de comparar la red de amistades con la red de cercanía, como se observa no existe ninguna amistad entre estos grupos. Con lo cual podemos plantear la hipótesis de que la cercanía es una variable que se encuentra correlacionada de manera inversamente proporcional con establecimiento de alianzas: a mayor cercanía menor probabilidad de alianza. Las redes de enemistades e interacciones son más interesantes de analizar. Las densidades respectivas son de 0,19 y de 0,67. La densidad es una medida del grado en que una red está completa, es decir, si existieran todos los vínculos posibles (42 en este caso) la densidad sería de 1. Este dato también puede leerse como el promedio de vinculaciones por cada nodo, el cuál sería de 19% y 67% respectivamente. Para estos cálculos no estamos teniendo en cuenta el peso o valor del vínculo en la red de interacción. Lo más interesante es calcular cuántas enemistades se dan entre hinchadas cuyos equipos se enfrentaron al menos un año en alguna de las categorías del fútbol argentino. El resultado es del 100%, un dato que avala la hipótesis de que la competencia deportiva es un factor central en la aparición de conflictos entre grupos de simpatizantes. Este dato puede expresarse también de la siguiente manera: el 29% de las instituciones que jugaron al menos un año en una misma categoría tienen grupos de simpatizantes que son enemigos entre sí. Con lo cual la estructura del torneo deportivo puede tener profundas implicancias en la manera en que las hinchadas establecen relaciones conflictivas y hostiles.

¿Las hinchadas pertenecientes a barrios vecinos son enemigas? ¿Qué papel cumple la competencia deportiva en el desarrollo de relaciones conflictivas? ¿Sirven las alianzas para enfrentar a un enemigo común? En el 2007 comencé una investigación aún en curso para responder a estas preguntas. Dicha investigación versa sobre la problemática de las relaciones que los grupos de simpatizantes de fútbol en Argentina mantienen entre sí, y fue necesaria la recopilación de información disponible en distintas webs de simpatizantes. La red total incluye a 186 hinchadas de todo el país, vinculadas por cantidad de años compartidos en una misma división en los últimos 40 años, por proximidad geográfica entendida como pertenencia al mismo municipio o ciudad y como pertenencia a la misma provincia, y por enemistades y amistades reconocidas por ambas hinchadas. En estos dos últimos casos la red fue simetrizada, no se tuvieron en cuenta las enemistades o amistades reconocidas por sólo una de las partes involucradas. Los resultados fueron parcialmente publicados en otros artículos (Bundio, 2011a, 2012) que pretendo sintetizar aquí señalando las conclusiones generales obtenidas para luego ofrecer una descripción general del patrón de relaciones que mantienen las hinchadas argentinas.

 

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Figura 2. A la izquierda la red de hinchadas enemigas, a la derecha la red de hinchadas amigas. Se nota a simple vista que las enemistades forman una red más densa y agrupada.
Figure 2. On the left the fan groups enemy network, on the right friends fan groups network. It is noted at a glance that the enmity form a denser network and groups

 

Las hinchadas argentinas forman un Mundo Pequeño

Una de las primeras preguntas que deberíamos hacernos cuando trabajamos con redes relativamente grades es qué estructura tienen estas redes y qué nos puede decir esta estructura acerca del fenómeno que estudiamos. Duncan Watts, en su conocido libro “Seis grados de separación” (Watts, 2006), resume las investigaciones llevada adelante con su colega Steve Strogatz sobre el fenómeno del “mundo pequeño”. La noción del mundo pequeño se origina en las ideas del psicólogo social Stanley Milgram, quién llevó adelante un experimento en la década de 1960 en el cuál se les pedía a varios sujetos de las ciudades norteamericanas de Omaha y Wichita que enviaran una carta a un destinatario desconocido ubicado en Boston. Si los participantes no conocían directamente a esta persona entonces debían pasarle la carta a un conocido que tuviera más probabilidades de conocer al destinatario (por ejemplo le podían enviar la carta a un pariente en Boston). Milgram llegó a la conclusión de que cualquier persona del mundo estará separada de cualquier otra por un cadena de 6 conocidos, porque éste fue el promedio de conocidos que intercambiaron las cartas del experimento llevándolas desde el origen hasta el destinatario en Boston. El experimento fue muy criticado en su momento porque adolecía de problemas en lo metodológico pero hoy en día existe el consenso de que la sociedad humana forma un mundo pequeño (este fenómeno también se conoce como “Kevin Bacon”, ya que se encontró que los actores de cine estan vinculados directamente o a pocos pasos con este actor). Recientemente el equipo de análisis de datos de Facebook señaló que esa red social con más de 800 millones de nodos tiene una separación promedio de poco más de 4, para ser exactos es de 4,74. Eso quiere decir que el amigo, del amigo, del amigo de mi amigo en Facebook puede ser cualquier persona del mundo, sin importar el lugar donde vive o el idioma que hable. Watts y Strogatz se propusieron encontrar el mecanismo que explica por qué las redes sociales son así, tan pequeñas, redes donde cada elemento está separado de cualquier otro por una cadena de 4, 5 o 6 pasos.

Estos investigadores empezaron descartando la aleatoriedad como un factor explicativo. Las redes aleatorias son un mal modelo de las redes empíricas, esto se debe al mecanismo particular que las genera. Si los nodos se vinculan azarosamente terminan formando una componente gigante altamente conectada, en donde es posible llegar de un nodo a otro en sólo unos pocos pasos. En principio podríamos concebir a las sociedades humanas como redes aleatorias para explicar su conectividad. El problema es que las redes empíricas, si bien son redes pequeñas, están a su vez muy agrupadas. Las redes aleatorias no lo están. Dos nodos que están vinculados a un tercer nodo en una red empírica tienen altas probabilidades de estar vinculados entre sí: las personas se vinculan con otras a partir de un conocido en común (“el amigo de mi amigo es mi amigo”). Este fenómeno se conoce como agrupamiento (clusterization), y Watts utiliza la metáfora de “islas” para referirse a estos grupos. Cada agrupamiento es como una isla y sus habitantes conciben a las otras islas como inmensamente alejadas. Sin embargo, si la tesis de Milgram es correcta, estas islas o clusters están conectados de alguna manera mediante atajos (paths). Estos atajos están formados por aquellas personas que participan en más de un agrupamiento. Por ejemplo si una persona trabaja en una empresa y por la tarde concurre al gimnasio, todos sus conocidos de la empresa están vinculados con todos sus conocidos del gimnasio gracias a que él participa en los dos grupos. Si alguna vez un compañero de trabajo decide comenzar una actividad física, es probable que esta persona le recomiende su propio gimnasio, con lo cual se genera un solapamiento de los vínculos: los amigos de mi amigo se convierten en mis amigos. A este fenómeno también se lo conoce como transitividad de la red.

Resumiendo en términos del ARS, Duncan Watts argumenta que las redes de mundo pequeño son redes clusterizadas, con un coeficiente de agrupamiento elevado. Pero a la vez son redes pequeñas, donde el promedio de pasos para llegar de un punto a otro de la red (en un mismo componente conexo) son pocos. El autor no sólo describe este tipo de redes sino que también sintetiza distintos mecanismos por los cuáles es posible generar redes de este tipo. La conclusión a la que arriba es que siempre que los nodos se vinculen a grupos de afiliación, en virtud de los cuáles están conectados todos los que pertenecen a esos grupos (la empresa y el gimnasia en el ejemplo anterior), y a la vez algunos nodos participen en más de un grupo, obtendremos una red de mundo pequeño. La pertenencia a un grupo de afiliación genera un alto coeficiente de agrupamiento mientras que la pertenencia a más de un grupo genera atajos entre los agrupamientos, haciendo que la red sea pequeña y agrupada.

 

Tabla 2. Aquí se comparan cuatro redes a partir de la media de las distancias geodésicas (l) y el coeficiente de clusterización (C). Para calcular la significancia es necesario comparar C con el coeficiente de clusterización de una red aleatoria del mismo tamaño (Crand). Aun cuando el C de la red de amistades es pequeño es más elevado de lo esperado si la red fuese aleatoria. Esta tabla nos permite ubicar a las redes de enemistades y amistades dentro de una clase de universalidad: las redes de mundo pequeño.
Table 2. Here four networks are compared from the average of the geodesic distances (L) and clustering coefficient (C). To calculate the significance is necessary to compare C with the clustering coefficient of a random network of the same size (Crand). Although the C network of friends is small is higher than expected if the network were random. This table allows us to locate networks enmities and friendships within a universality class: the small world networks.

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En un trabajo anterior (Bundio, 2011a) demostré que las redes de enemistades y amistades entre grupos de simpatizantes formaban un Mundo Pequeño. La media de la distancia que separa a los nodos es de 4,26 pasos para la red de enemistades y de 6,12 para la de amistades, y el coeficiente de agrupamiento es de 0,27 y 0,05 respectivamente, ambos resultados son significativos (p<0,01 para la red de enemistades y p<0,05 para la red de amistades). ¿Qué consecuencias trae este hecho para el campo de estudio de la antropología del deporte? Nos dice que los grupos de simpatizantes no “eligen” de manera azarosa a sus enemigos y amigos, existe una pauta o patrón de relacionamiento. También nos dice que los vínculos que establecen tienen repercusiones globales, porque el establecimiento de un vínculo entre hinchadas afecta la forma de vincularse de las demás hinchadas. Esto debe ser tenido en cuenta si queremos comprender el proceso que llevó a la red a tener la estructura que tiene. La pregunta que surge es entonces: ¿qué mecanismo puede explicar que las redes de enemistades y amistades formen un Mundo Pequeño?.

El papel de la competencia deportiva y la pertenencia territorial

Lo que propongo es que para dilucidar el proceso de estructuración de las redes de simpatizantes debemos tener en cuenta dos procesos: la competencia deportiva como generadora de conflictos sociales y la importancia de la proximidad geográfica en la constitución de las rivalidades.

El hecho de que existan grandes agrupamientos de clubes en las grandes ciudades, sobre todo en Ciudad de Buenos Aires y Zona Metropolitana, es resultado del proceso histórico de concentración demográfica y económica en las grandes urbes del país. Desde la profesionalización de este deporte en 1930, los primeros clubes que participaron de la primera división del fútbol argentino vieron incrementada la cantidad de simpatizantes fruto de los procesos de inmigración y migración. El resultado generó una distribución de Paretto, donde una pequeña parte de los clubes concentran una enorme cantidad de simpatizantes, mientras que la amplia mayoría tiene muy pocos. Aquellos que concentran una amplia mayoría de hinchas son precisamente los clubes que más éxitos deportivos obtienen y los que más visibilidad mediática se aseguran.

A medida que nuevos equipos se fueron agregando al sistema de campeonatos, se fueron creando nuevas categorías deportivas. Se pasa de una a tres en 1935, a cuatro en 1950 y a cinco en 1986, y sólo contando las divisiones metropolitanas, el proceso es más complicado en el caso del interior del país cuyos torneos sufren cambios casi anualmente. A medida que nuevos equipos comenzaron a afiliarse directa o indirectamente a la A.F.A., los cupos en las primeras dos divisiones fueron monopolizados por las instituciones con más cantidad de socios y mayor poder adquisitivo, mientras que las más humildes fueron relegadas a las divisiones de menor jerarquía. La manera en que se organizaron, y se organizan, los campeonatos de la A.F.A es regional en el caso de los torneos del interior del país y local en el caso de los campeonatos metropolitanos por debajo del segundo nivel. Las únicas categorías que enfrentan durante todo el año a equipos de todo el país son la Primera A y el Nacional B.

La pertenencia de un club a varias categorías a lo largo del tiempo y a un territorio en particular, nos puede estar indicando el mecanismo por el cual las redes de enemistades y amistades adquieren las características de redes de mundo pequeño. Las categorías funcionan como grupos de afiliación para los clubes mientras que los descensos y ascensos son los atajos que permiten que la red sea pequeña y a la vez muy agrupada. Las hinchadas, al identificarse con un equipo, siguen la trayectoria de éste a lo largo de su historia deportiva, entrando en contacto con otras hinchadas. Muchas de ellas son conocidas, viejos rivales, otras completamente desconocidas. En este sentido, los contactos entre hinchadas no dependen de su voluntad, sino que dependen de los éxitos o fracasos deportivos de sus respectivos clubes. El sistema de categorías podría funcionar generando agrupamientos relativamente estables de hinchadas, dentro de los cuáles las hinchadas establecen enemigos y amigos.

Una gran proporción de enemistades y amistades se dan entre hinchadas que tuvieron contacto previo al menos durante 1 año (%95). Esto demuestra que las hinchadas interaccionan con otras con las cuales están en contacto. También observamos que una alta proporción de las hinchadas que tuvieron contacto por más de 35 años son enemigas. Se puede concluir que existe una tendencia a que las hinchadas que se encontraron muchas veces en una misma división sean enemigas, mientras que las amistades se establecen entre hinchadas que no tuvieron mucho contacto entre sí dentro de una misma división. Al aumentar la cantidad de años compartidos aumenta la probabilidad de que esas hinchadas sean enemigas. Alrededor del 70% de las hinchadas que compartieron 40 años en una misma división son enemigas entre sí.

En el caso de la cercanía geográfica notamos que no existe una tendencia a buscar enemigos dentro de la misma provincia o ciudad. Sí en cambio existe una tendencia a no aliarse con hinchadas de la misma provincia, y menos de la misma ciudad. Las amistades tienden a establecerse fuera de la provincia y la ciudad donde se radica una hinchada. En otras palabras: las amistades vinculan regiones a lo largo del país. La mayoría de las enemistades son inter-provinciales (57%). De las enemistades provinciales existe poca diferencia entre las que se dan por dentro (20%) y por fuera (23%) de la ciudad o municipio de pertenencia. En cambio la amplia mayoría de las amistades son inter-provinciales. Tan sólo el 16% de las amistades se dan dentro de la misma provincia. De ellas, un porcentaje aún menor se da dentro de la misma ciudad o municipio (4%). De manera que la cercanía geográfica es un factor importante para entender la pauta de relacionamiento en la red de amistades pero parece ser indiferente en la red de enemistades. En el siguiente apartado señalo las posibles causas de esta manera peculiar de relacionamiento.

La lógica del “enemigo común”

Las hinchadas son a priori grupos simétricos, idénticos entre sí, no podríamos más que por su número decir que una hinchada es superior en estatus a otra. Sin embargo, los hinchas intentan romper la simetría de estatus que existe entre sus grupos de pertenencia deportiva posicionándose como superiores a sus rivales mediante el uso de la violencia y la comparación social. Las hinchadas son ante todo grupos sociales basados, entre otras cosas, en el honor (Moreira, 2005), donde el significado de las acciones sociales son tan importantes como sus resultados materiales. La estrategia básica de toda hinchada es compararse con otras mediante el discurso, sobre todo los cantitos, utilizando como ejes de comparación aquellos valores sociales que les permiten a la propia hinchada ubicarse en una posición de elevado estatus con respecto a las demás (Bundio, 2011b).

Cuando la competencia entre hinchadas se manifiesta en la forma de prácticas violentas aparece lo que en términos nativos se conoce como combates, disputas físicas donde hinchas de diferentes parcialidades prueban la posesión del capital social aguante (Garriga Zucal, 2007). Muchas hinchadas, para evitar la deshonra que supone la derrota en un combate establecen alianzas con otras hinchadas para enfrentar a una tercera, numéricamente superior (Garriga Zucal, 2002). Este fenómeno es conocido como la “lógica del enemigo común”. Cuando dos hinchadas establecen una alianza fortalecen el lazo recurriendo a prácticas de comensalidad compartida, intercambio de dones, ayuda mutua en los combates y una suspensión de las manifestaciones de hostilidad en el contexto del encuentro deportivo (Moreira, 2005).

Si los resultados de las observaciones etnográficas realizadas que informan de alianzas de índole táctica entre estos grupos son generalizables a todo el conjunto de hinchadas, estamos ante un interesante fenómeno que admite ser tratado partiendo del ARS. La lógica del enemigo común describiría, desde el punto de vista local, la formación de estructuras reticulares estables o balanceadas, que a un nivel macro dan forma a la estructura reticular más amplia de la red de enemistades y amistades entre hinchadas de fútbol. Las amistades entre hinchadas funcionarían como alianzas para enfrentar a una tercera que es considerada enemiga por ambas. Para comprobar el alcance del fenómeno busqué en las redes de enemistades y amistades todos los tipos posibles de subgrupos de 3 nodos, y me pregunté por la significación estadística de la frecuencia de cada uno de ellos. Las tríadas de 2 enemistades y 1 amistad tienen una frecuencia de 4,44% sobre el total de tríadas y el resultado es significativo (p < 0,001). Sin embargo son más frecuentes las tríadas de 3 enemigos, con una presencia de 8,97%. Para más detalles de la identificación de subgrupos en redes múltiples de hinchadas recomiendo un artículo previo donde trato el tema con más profundidad (Bundio, 2012).

Al ser la red de enemistades una red de mundo pequeño es lógico que estructuras inestables como los grupos de 3 enemigos abunden, ya que al ser redes agrupadas lo más probable es que el enemigo de mi enemigo sea mi enemigo. Esto comprueba que en el campo de las relaciones entre hinchadas el conflicto es la norma. En términos nativos las amistades son conceptualizadas como no masculinas, tener una amistad es vista por el resto de las hinchadas como un indicador de “poco aguante” (Garriga Zucal, 2002; Moreira, 2005). Sin embargo, se vuelven tácticamente necesarias para evitar la deshonra de la derrota, sobre todo cuando una hinchada debe trasladarse a un estadio visitante llevando pocos simpatizantes. En dichas ocasiones haber forjado una alianza con una hinchada enemiga del rival de turno, y de su misma ciudad, es una oportunidad de vencer en un combate y de garantizar cierta seguridad en el viaje.

Un posible desarrollo de la lógica del enemigo común es la unión de dos grupos de 3 nodos para formar un nuevo grupo de 4 nodos, donde pares de enemigos locales establecen alianzas con sendos pares de enemigos distantes. Durante un tiempo Independiente y Racing, ambos enemigos en Avellaneda, establecieron alianzas con Rosario Central y Newell’s, enemigos entre sí en la ciudad de Rosario. Sin embargo creo que estas estructuras tienen una vida efímera, ya que la probabilidad de que una alianza se mantenga decrece con el paso de los años compartidos en una misma división, mientras que la probabilidad de que surja un conflicto aumenta.

A modo de conclusión

El mapa de las relaciones entre las hinchadas no está cartografiado sólo mediante coordenadas geográficas, sino que posee varios niveles o dimensiones. El sistema de categorías del fútbol argentino, al determinar aquellas hinchadas con las cuáles es posible entrar en contacto, funciona como el contexto dentro del cual las hinchadas interactúan. Si bien las hinchadas establecen una competencia social, los equipos a los que adhieren establecen una competencia instrumental: se disputan el resultado de un partido de fútbol. El resultado de esta última afecta al contexto en que la hinchada compite por ítems simbólicos al determinar las hinchadas adversarias que va a encontrar en los encuentros deportivos. A partir de la experiencia local dentro del “vecindario” formado por su categoría deportiva y su territorio las hinchadas establecen alianzas y mantienen conflictos.

Si logramos entender cómo cambio el contexto a lo largo de su historia entenderemos mejor cómo evolucionó la red de relaciones entre los grupos de simpatizantes. Por lo pronto señalaré las conclusiones obtenidas hasta el momento. En primer lugar, las hinchadas no se vinculan azarosamente. El agrupamiento de las redes de enemistades es una evidencia de que el conflicto se ha constituido en la norma de relacionamiento entre estos grupos sociales. En segundo lugar, la competencia deportiva deriva en conflictos sociales. La forma en que se estructuran los torneos argentinos permite que un grupo de hinchadas compitan socialmente durante largos períodos de tiempo, formando agrupamientos de enemigos. A este respecto es válido hipotetizar que mientras menos movilidad tenga una categoría mayor será su conflictividad. En tercer lugar, la cercanía geográfica por sí misma no es un factor explicativo del conflicto aun cuando las rivalidades se expresen en términos territoriales, es tan importante el territorio como la categoría deportiva. En cuarto lugar, existe el fenómeno del enemigo común, aunque su alcance es limitado. Las alianzas que se forman tienden a ser inter-provinciales e inter-municipales. Mientras más localmente esté organizado un torneo menos probabilidades habrá de que se genere un vínculo de afinidad entre los grupos de simpatizantes (la prohibición de la entrada de público visitante en las categorías inferiores, norma que rige desde el 2007, podría haber alterado esta dinámica).

El estudio de las redes de enemistades y amistades entre hinchadas plantea interrogantes acerca de la relación entre las interacciones sociales y la identidad social. Este interrogante requiere vincular los datos de redes con el estudio de la producción discursiva de estos grupos quiénes, mediante el canto entre otras estrategias discursivas, fijan los límites de su propia identidad y expresan una cosmovisión particular del mundo. Identidad que en el caso argentino es múltiple y anclada en lo barrial, con lo que dos instituciones que se desempeñan en diferentes divisiones pueden estar vinculadas a partir de tener hinchas en común. Si queremos entender cómo fue evolucionando el conflicto entre hinchadas debemos evaluar el peso relativo de diversos factores en el desarrollo y el establecimiento de relaciones sociales entre grupos de simpatizantes.

Buenos Aires, 17 de Marzo de 2013

Bibliografía

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