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Revista del Museo de Antropología

versão impressa ISSN 1852-060Xversão On-line ISSN 1852-4826

Rev. Mus. Antropol. vol.10 no.1 Córdoba jun. 2017

 

ARQUEOLOGIA

ANÁLISIS DE FORMAS SOBRE VASIJAS ENTERAS DE MUSEOS DEL SUR DE MENDOZA

Form Analysis of Ceramic Vessels from Museums of Southern Mendoza

Nuria Sugrañes*

*IANIGLA-CONICET. Grupo vinculado San Rafael. Email: nsugranes@mendoza-conicet.gob.ar / nuria30@gmail.com

Recibido 16-01-2016. Recibido con correcciones 13-06-2016. Aceptado 08-05-2017

Resumen

Se realizó un relevamiento de vasijas enteras e incompletas pertenecientes a colecciones de tres museos del sur de Mendoza. El objetivo principal fue conocer las formas de vasijas cerámicas presentes en la región y generar, a partir de los resultados, una muestra comparativa para el análisis de fragmentos cerámicos arqueológicos. Este trabajo surge a partir de la alta fragmentación de la cerámica en la región y, la escasa presencia de vasijas enteras en los sitios arqueológicos. Se confeccionaron fichas con variables que contemplen aspectos tecnológicos y que se vinculan con la movilidad de las poblaciones humanas. Además, se hizo hincapié en la relación forma - función de las vasijas, como una forma de evaluar el rol de la tecnología cerámica a partir de las tendencias observadas en el sur de Mendoza. Los resultados del análisis cerámico muestran para la región una gran variabilidad morfológica, lo cual parece estar relacionado a las diversas posibilidades de uso y, a las expectativas arqueológicas esperables para poblaciones cazadoras recolectoras móviles.

Palabras Clave: Museos-Vasijas Enteras-Forma-Función-Sur de Mendoza

 Abstract

Form Analysis of Ceramic Vessels from Museums of Southern Mendoza. A study of vessel form of three museums from Southern Mendoza was performed. Its main objective was to know the kind of forms that are present in the region, and to provide, from the results obtained, a comparative sample to analyze archaeological ceramic sherds. This work arises from high ceramic fragmentation and absence of entire vessels in archaeological sites. Accordingly, a data file was developed on the basis of variables that consider technological aspects and that are related to mobility of human populations. Form-function relation was also conducted in order to evaluate the role played by ceramic technology from trends noticed in Southern Mendoza. Results show high morphological variability in the region probably linked to the possibilities of use and to the archaeological expectations expected from mobile hunter-gatherer populations.

Keywords: Museums- Ceramic Vessels- Form- Function- Southern Mendoza

Introducción            

El material cerámico de los sitios arqueológicos del sur de Mendoza presenta, en general, una alta tasa de fragmentación (Sugrañes y Franchetti 2012), debido principalmente a procesos postdepositacionales antrópicos (actividades agrícolas, huaqueo, urbanización) y naturales (climáticos, fauna, flora). Esto ha dificultado de manera sensible la posibilidad de caracterizar los fragmentos recuperados en función de su uso, forma o procedencia, entre otros (Sugrañes y Franchetti 2012, Franchetti y Sugrañes 2014). Es por esto que se hace necesario alcanzar un buen conocimiento de las vasijas enteras que se encuentran presentes en el área, por lo que se decidió comenzar a estudiar las colecciones de museos del sur de Mendoza. A través del acceso a dichas piezas podemos definir con mayor precisión aspectos tecnológicos y funcionales; su análisis, además, nos sirve como una herramienta heurística para interpretar los fragmentos cerámicos mencionados. De esta manera, aquí desarrollaremos las primeras tendencias detectadas en el conjunto arqueológico cerámico. Cabe destacar que la tarea de determinar la procedencia y el contexto de recuperación de las vasijas fue un aspecto de difícil resolución. Ambos aspectos no pudieron considerarse porque esa información no se encontraba en todos los inventarios de las piezas, por lo que, no fue incorporado para este trabajo.

Lagiglia (1977, 1997) fue el que realizó descripciones sistemáticas de gran parte de las piezas completas de la región, particularmente del sitio El Indígeno, identificando además, su asignación tipológica. Más allá de aportes puntuales previos (Rusconi 1962), las clasificaciones de Lagiglia fueron referentes en el área (Prieto Olavarría 2012). De esta manera, para este trabajo se completó con más variables sobre las vasijas ya relevadas (Lagiglia 1997) y se accedió a algunas no fichadas previamente (Sugrañes y Franchetti 2014).

Las colecciones analizadas están depositadas en el Museo de Historia Natural de San Rafael, Museo Regional Malargüe y Museo de Historia Natural de General Alvear "Salvador Canal Frau". El objetivo de ese trabajo fue conocer las formas presentes en la región y, evaluar las funciones probables de las vasijas, a partir de su tecnología y decoración.

Forma, función y uso de vasijas cerámicas

La forma y función ha sido un tema común en el análisis de la cerámica arqueológica (Henrikson y McDonald 1983; Orton et al. 1993; Rice 1987; Shepard 1985 [1956]; Sinópoli 1991; Smith 1985), sobre todo utilizando trabajos etnográficos en comunidades sedentarias y vinculadas a la agricultura (Arnold 1985; Costin 2001; Stark 1991).

Como funciones principales de los elementos cerámicos se determinan, en general, cuatro tipos: cocción, almacenamiento, servicio y transporte (Tabla 1) (Orton et al. 1993; Rice 1987; Shepard 1985[1956]). Después, habría algunas variaciones dependiendo del contexto, por ejemplo, si es de uso individual o colectivo, si es para almacenar por largo o corto tiempo, si fueron utilizadas para trasladarlas cortas o largas distancias (Henrikson y McDonald 1983; Smith 1985).

Tabla 1. Expectativas arqueológicas sobre la relación forma/función de vasijas cerámicas.


Table 1.Form/Function archaeological expectations about ceramic vessels.

En general, algunas características serán beneficiosas para su uso en determinado contexto. Por ejemplo, para la cocción se preferirán vasijas con paredes finas para una mejor transmisión del calor, pero para el almacenamiento de líquidos, la técnica de pulido evitaría su pérdida por transpiración (Rye 1988). Vasijas transportables tenderán a ser pequeñas y livianas (Eerkens 2003) y, aquellas para servir y comer, serán preferentemente cuencos individuales (Henrickson y McDonald 1983). Estos lineamientos generales nos permitirán generar hipótesis de trabajo sobre las formas de vasijas enteras del sur de Mendoza y su relación con la organización socioeconómica de cazadores recolectores.

Materiales y métodos

El análisis morfológico permite caracterizar los grupos de forma y abordar la variabilidad cualitativamente, mientras que los atributos métricos permiten evaluarla cuantitativamente. Por lo cual, se definieron categorías morfológicas y se analizaron medidas específicas de las vasijas depositadas en las colecciones. Particularmente, para este trabajos se consideraron los promedios de las medidas relevadas, dado que es un primer acercamiento a la variabilidad morfológica de las vasijas cerámicas. Los resultados provienen del relevamiento de 49 piezas de tres museos diferentes: Museo de Historia Natural de General Alvear (N=6), Museo de Historia Natural de San Rafael (N=24) y Museo Regional Malargüe (N=19). Las mismas fueron medidas, pesadas y fotografiadas. Se confeccionaron fichas especiales para ello y, posteriormente, fueron cargadas en Excel. Se consideraron las siguientes variables: espesor1, diámetro de boca, diámetro de base, altura, altura relativa, altura superior e inferior de las asas y peso (Shepard 1985[1956]).
También, se tomaron variables de tratamiento de superficie, decoración, color, huellas de uso (hollín, atrición y residuos orgánicos) (Skibo 1992) y postdepositacionales (por ej. raíces, alteraciones en la superficie, manchas, entre otros) (Rye 1988). Además, se realizó el dibujo técnico de cada una de las vasijas, en el que se utilizó un marco para dibujar dentro de la misma ficha, posicionando la pieza en los ejes vertical y horizontal: el vertical divide la vasija por el eje de rotación; en el horizontal se sitúa la base y el borde de la vasija. Para las vasijas decoradas, en un sector aparte, se representó los motivos decorativos, identificando la técnica utilizada. También, se fotografiaron con cámara digital en sus cuatro planos verticales.

Se estableció un ranking de confiabilidad del conjunto cerámico y se evalúo caso por caso. El criterio usado para asignar si son piezas arqueológicas o no, fueron los datos del inventario de los museos, la referencia a localidades en el sur de Mendoza, las huellas de uso, marcas postdepositacionales y la asignación a tipos reconocidos en la bibliografía o descripciones conocidas. Como se mencionó anteriormente, los datos de localización y su contexto de recuperación no figuraba en el inventario de la mayor parte de las vasijas. Con excepción de las recuperadas por Lagiglia (1997) en el sitio El Indígeno, las restantes corresponden a donaciones de particulares sin muchas especificaciones. En este sentido, del total de las piezas relevadas, se pudo descartar de la muestra cuatro vasijas, por estar asociadas a la manufactura de artesanos actuales. La distinción entre vasijas de procedencia local y no local se realizó siguiendo los criterios estilísticos y bibliográficos establecidos por investigadores de la provincia de Mendoza y de la zona Central de Chile, además de lo establecido en el inventario de los museos trabajados2.

Resultados

Se relevaron 49 vasijas cerámicas pero se analizaron sólo 45, debido a que cuatro de las vasijas eran réplicas de artesanos actuales cedidas a los museos. Los resultados fueron agrupados por categorías de forma, los cuales se obtuvieron a partir de las medidas de diámetro de la boca y el cuerpo y de la altura total de la vasija. Además, se consideró su procedencia, local o no local, la cual se estableció de acuerdo al inventario (en los casos en que se especificaba) y se complementó con información bibliográfica respectiva. También, la descripción de sus aspectos tecnológicos y de función (Tabla 2).

Las formas definidas se dividieron en cinco tipos: olla, jarro, cuenco, vaso (Figura 1) y copa.

Tabla 2. Clasificación de formas, su procedencia, decoración y huellas de uso. Nota: A: Atrición; H: Hollín; RO: Residuos Orgánicos.

Table 2. Form classification and, its origin, decoration and mark use. Note: A: Attrition, H: Soot; RO: Organic Waste.

Figura 1. Formas de vasijas cerámicas definidas de las colecciones de los tres museos. A-Olla, B-Jarra, C-Cuenco, D-Vaso.


Figure 1. Ceramic vessels form from three museum's collections. A-Pot, B-Pitcher, C-Bowl, D-Vase.

Del total de las ollas relevadas (N= 30, 66,67% del total de piezas), 20 de ellas se asocian al tipo local Overo. Las 10 restantes son no locales, correspondientes a tipos vinculados a tradiciones Mapuche (Lagiglia 1997) y al tipo Agrelo (Canals Frau 1956). Las jarras (N=9, 20%) se asocian a la tradición Mapuche, siendo éstas no locales. En el caso de los cuencos (N= 3, 6,67%), de acuerdo a la bibliografía de la región, no serían formas de producción local sino más bien vinculados a manufacturas del occidente de la cordillera, por lo que, al momento se consideran no locales. Para los vasos (N= 2, 4,44%), uno es local y el otro no; para el caso de la copa (N= 1, 2,22%), el inventario menciona que está asociada a lo incaico.

Con respecto a la decoración, se observa una diferencia muy marcada entre las ollas y el resto de las formas. Sobre las ollas, son pocas las que se encuentran intervenidas decorativamente (N= 7, 23,34%), con la técnica de inciso (16,67%), aplicación de pintura y decoración de pastillaje (protúbero) (6,67%), pero también, son las que tienen mayor presencia de huellas de uso (66,67%), particularmente de residuos orgánicos. En el caso de los vasos, uno registra incisiones y en ambos se observa la presencia de residuos orgánicos. En cambio, en el resto de las formas, a excepción de la copa, se encuentran decoradas en su mayoría, pero con huellas de uso de atrición y hollín, sin presencia de residuo orgánico alguno.

En la Tabla 3 se muestran los tipos de contorno para cada forma y los promedios de las medidas de diámetro de la boca y cuerpo y, la altura total de los elementos cerámicos. De acuerdo a algunos autores (Beck 2009; Eerkens 2001, 2003; Simms et al.1997), las medidas consideradas son los aspectos que más se relacionan con la movilidad de poblaciones cazadoras recolectoras móviles.

Tabla 3. Contorno y medidas de la vasija. Valores expresados en mm.


Table 3. Shape and ceramics measurement. Values in mm.

Por su parte, las ollas mayoritariamente tienen un contorno simple (N= 26, 86,67%) y, tienen tendencia a ser pequeñas. Los diámetros de las ollas muestran vasijas con bocas abiertas y cuerpos amplios y redondeados. En cambio, las jarras son de formas compuestas (N= 8, 88,89%), con varios puntos de inflexión. Responden a vasijas restringidas con bocas pequeñas y evertidas, pero con cuerpos amplios y, además, con tendencias a tener una altura mayor que el de las ollas. Para el caso de los cuencos y vasos, sus formas son simples, con medidas que responden a elementos de bocas abiertas y alturas mínimas que pueden relacionarse a funciones de servicio y de uso individuales. Finalmente, la copa tiene una forma compleja con varios puntos de inflexión.

Discusión y primeras conclusiones

A partir de los resultados expuestos, pueden mencionarse las primeras tendencias significativas de los datos. En primer lugar, hay una gran variabilidad morfológica presente en el conjunto de vasijas cerámicas relevadas. Las ollas son la forma más común (66,67%) y las que corresponderían a tipos locales. Tanto las jarras como los cuencos serían vasijas que estarían ingresando a la región desde otros lugares, tal vez a través de las redes de intercambio. Las jarras estarían vinculadas a tipologías mapuches; éstas ingresan a la región tardíamente (momentos históricos) cuando el caballo tiene un uso extendido y las redes de intercambio ya estarían fuertemente instaladas y ampliadas (Duran y Ferrari 1991; Lagiglia 1997; Neme y Gil 2012). Los cuencos tal vez, estarían acompañando esta situación en cantidades minoritarias (6,67%).

En segundo lugar, las formas que no son locales (jarros y cuencos, 26,67%) son las que presentan mayoritariamente técnicas decorativas como el inciso, pintura y protúberos. Las ollas están decoradas con incisos y en un solo caso, pintura. Paralelamente, las ollas y los vasos son las que poseen restos de residuos orgánicos y hollín, lo que podría indicarnos que se utilizaban en la cocción de alimentos. Además, son las vasijas que tecnológicamente poseen atributos que se acomodarían mejor a una vida móvil: pequeñas, livianas y con bocas abiertas (Eerkens 2001, 2003). Las jarras, en cambio, poseen características que se vinculan más a una función de almacenamiento, con atributos como bocas cerradas, más altas y con superficies externas pulidas (Beck 2009; Sinópoli 1991). Las características de los cuencos, por su parte, podrían relacionarse a cuestiones de servicio y/o de consumo individual como proponen varios autores (Orton et al. 1993; Rice 1987; Shepard 1985[1956]). En el caso de la copa, no sería extraño encontrar este tipo de elementos tardíos ya que hay registros en Mendoza de contacto con los incas, particularmente en la zona del río Diamante y Atuel (Prieto Olavarría 2012).

Consideramos que la muestra analizada, responde a las expectativas de sociedades cazadoras recolectoras móviles. Dónde hay una amplia representación de ollas que se encuentran destinadas a la cocción y que pueden ser transportables. Eerkens (2012) establece, para el Este de la Gran Cuenca, que las poblaciones trasladaban este tipo de vasijas con el objetivo de procesar los alimentos de otras regiones a las que tenían acceso a los recursos. Asimismo, las vasijas que son consideradas como no locales se encuentran minoritariamente representadas y, poseen características que se vinculan a otro tipo de funciones como bocas estrechas, más grandes, pulidas para el almacenamiento y, tal vez, obtenidas con otros objetivos, como por ejemplo el prestigio (Eerkens 2012; Renfrew 1977). Finalmente, este trabajo es un importante aporte al conocimiento de la variabilidad morfológica de la cerámica en el sur de Mendoza, permitiendo la generación de hipótesis para contrastarlas con los análisis de fragmentos cerámicos encontrados en los sitios arqueológicos de la región.

San Rafael, 15 de enero de 2016

Agradecimientos

Agradecemos a la amabilidad y predisposición de los encargados de los tres museos a los que accedimos. María López y Ana Poli del Museo de Historia Natural de General Alvear, a Beatriz Cañoman y Juan Chilaca del Museo Regional Malargüe y, a Myriam Ayala y Luis Ballarini del Museo de Historia Natural de San Rafael. A Agui y Laura por el hospedaje en Malargüe. A Gustavo Neme por las correcciones y asesoramiento.

Notas

Se relevó el espesor del labio y borde de las vasijas. En los casos en que se pudo se relevó el espesor de las paredes.

Las vasijas, de acuerdo a lo establecido en el inventario de los museos, estaban asociadas tipológicamente por el Dr. Lagiglia. Además, se consultó la bibliografía acorde para cada tipología trabajada: Agrelo: Canals Frau 1956; Aconcagua: Falabella y Stehberg 1989; Massone 1980; Nihuil, Overo, Mapuche: Lagiglia 1997; Viluco: Lagiglia 1978; Prieto Olavarría 2012, entre otros)

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