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Revista del Museo de Antropología

versão impressa ISSN 1852-060Xversão On-line ISSN 1852-4826

Rev. Mus. Antropol. vol.13 no.3 Córdoba dez. 2020

http://dx.doi.org/http://doi.org/10.31048/1852.4826.v13.n3.31076 

DOSSIER

DOI: http://doi.org/10.31048/1852.4826.v13.n3.31076

Osteobiografías: Aportes multidisciplinarios para el estudio de restos humanos

Mariana Fabra*, Soledad Salega* y Leticia Cortés**

* Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR)-CONICET, Museo de Antropología (Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba). E-mail: marianafabra@ffyh.unc.edu.ar, soledadsalega@gmail.com

**Instituto de las Culturas (IDECU) CONICET-Universidad de Buenos Aires (Facultad de Filosofía y Letras, Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti) E-mail: leticiacortes@gmail.com

Recibido 27-11-2020

Aceptado 30-11-2020

La Bioarqueología ha demostrado ser una disciplina que brinda valiosa información acerca de los estilos de vida de las poblaciones humanas a partir del estudio de restos óseos y dentales, tejidos que guardan registro de las situaciones vividas. El estudio bioarqueológico provee evidencia única que aporta a la comprensión de problemáticas que son fundamentales al conocimiento del pasado tales como el trabajo y la subsistencia, la salud y la enfermedad, la dieta y nutrición, el sedentarismo, la adopción de cultígenos y la domesticación de animales, el contacto interétnico, el conflicto social y la colonización europea, entre otras. Más recientemente, y de la mano de la Teoría Social, la bioarqueología ha expandido su alcance a otros aspectos, por ejemplo, considerar a las relaciones sociales como parte de la formacion del cuerpo biológico (Sofaer, 2006). Estas nuevas aproximaciones formularon la necesidad de considerar al cuerpo físico como socialmente creado (Lorber y Martin, 2011), siendo vehículo real y simbólico de identidades políticas y sociales (Knudson y Stojanowski, 2008).

En sus orígenes, el término “osteobiografía” fue acuñado para hacer referencia a la recopilación de toda la información disponible a partir del análisis de un esqueleto que posibilita narrar la vida de un individuo (Saul, 1972). Actualmente, la osteobiografía se ha consolidado como un marco de análisis específico dentro de una bioarqueología humanista, que promueve el estudio de la “biografía como una narrativa cultural” a partir de los restos humanos (Robb, 2002, p. 160). Esta perspectiva plantea y responde a diferentes tipos de preguntas de investigación de aquellas abordadas por la bioarqueología cuantitativa tradicional, enfocada a nivel poblacional, siendo ambos marcos de análisis independientes y a la vez complementarios (Hosek y Robb, 2019, p. 2). Esta diversidad de perspectivas actuales han sido denominadas “las bioarqueologías” del siglo XXI (Buikstra y Beck, 2006) y reconocen sus bases en la biología social (Angel, 1946), la propuesta biocultural (Blackely, 1977; Goodman y Leatherman, 1998) y la osteobiografía de Frank Saul (1972).

Diversas propuestas que consideran a los individuos en su dimensión histórica y cultural nos permiten pensar de un modo novedoso los bioindicadores que se registran para reconstruir las identidades de los sujetos desde perspectivas integradas. Ejemplo de ellas son la teoría de los tres cuerpos -físico, social y político- (Scheper-Hugues y Lock, 1987) y la teoría de los cursos de vida (Gilchrist, 2004). En este sentido, la bioarqueología de los individuos (Stodder y Palkovich, 2012) o de la personalidad (Boutin, 2011), se erigen como alternativas válidas que permiten no sólo humanizar el pasado, sino también abordar problemáticas generalmente no consideradas en los estudios bioarqueológicos tradicionales, tales como género y sexo, edad y cursos de vida, cuerpo humano e identidad, roles sociales, discapacidad, el concepto de embodiment e incluso la agencia post-mortem de los restos humanos (Hosek y Robb, 2019). De esta manera, contribuyen a la generación de lecturas multivocales sobre el pasado.

Todas estas perspectivas se insertan en la necesidad de problematizar los cuerpos, aspecto sobre el que tanto la arqueología como la antropología han aportado de manera significativa. Desde distintas vías de análisis, investigadores e investigadoras han sostenido que los cuerpos son al mismo tiempo biología y cultura, superando aquella postura que ve a éstos como una entidad natural y presocial sobre la cual se imprimen significados culturales (Knapp y Meskell, 1997; Ingold, 2000; Fowler, 2002; Hamilakis et al., 2002; Thomas, 2007).

Este dossier reúne cinco de los diecisiete trabajos presentados en el simposio homónimo desarrollado en el marco del XX Congreso Nacional de Arqueología Argentina, durante los días 15 al 19 de julio de 2019 en la ciudad de Córdoba, bajo la coordinación de Mariana Fabra y Soledad Salega, y la relatoría de Leticia Cortés.

Dicho simposio tuvo como objetivo principal socializar y reflexionar acerca de las investigaciones bioarqueológicas llevadas a cabo desde una perspectiva osteobiográfica que relataran historias de vida singulares a partir del estudio de restos humanos. Este espacio permitió debatir, a partir de casos de estudio concretos, la generación de conocimiento sobre la vida de personas, histórica y culturalmente situadas.

Se invitó además a presentar aquellos casos que hubieran sido significativos por algún motivo para las y los investigadores, sea por particularidades que rodearon al hallazgo, o porque se hayan sentido identificadas o identificados con la historia que contaban los restos, o por el desafío personal que significó estudiarlos (sensu Stodder y Palkovich, 2012).

Se generó un ámbito donde fue posible presentar y discutir propuestas teórico-metodológicas que abogan por superar la idea tradicional que considera a la perspectiva poblacional como objetivo o eje de las interpretaciones bioarqueológicas, relegando los estudios sobre individuos a casos inusuales o destacados por alguna particularidad de su contexto de hallazgo. De esta manera, el simposio puso en primer plano a la osteobiografía, que lejos de ser un “anecdotario”, se instaura como una visión complementaria al enfoque poblacional que contribuye a ampliar el conocimiento sobre las personas que vivieron en espacios y tiempos específicos, promoviendo miradas interdisciplinarias sobre los restos humanos a partir de la articulación entre la información arqueológica, biológica, antropológica, etnohistórica e histórica.

Los trabajos presentados en este dossier abarcan distintas regiones en Argentina y Chile, y cronologías que van desde el Holoceno medio hasta mediados del siglo XIX. A partir de descripciones minuciosas de los individuos y los contextos arqueológicos, las y los autores abordaron cada estudio de caso a través del relevamiento y análisis de indicadores de distinta índole: medidas de abundancia taxonómica y relativa, estimaciones de sexo y edad, evaluaciones de asimetría direccional y ángulos de torsión en huesos largos, estrés mecánico, metabólico-nutricional y funcional, salud bucal, lesiones traumáticas, infecciosas o congénitas, y evaluación tafonómica de los depósitos. Algunos de estos estudios hicieron uso de técnicas radiográficas y de radioscopía televisada. También se ha incorporado el análisis de microrestos vegetales contenidos en tártaro dental así como el estudio de isótopos estables de carbono, nitrógeno y oxígeno para ampliar las inferencias respecto a dieta y movilidad. Las discusiones acerca de todos estos indicadores brindaron información sobre la salud, la alimentación y las actividades físicas de estas personas, en distintas etapas de sus vidas.

El primer artículo, de Monserrat Araneda y Pedro Andrade, aborda el estudio de un individuo masculino de entre 20 y 25 años de edad proveniente del sitio Hornos de Cal, en la costa desértica de Antofagasta (Chile), fechado ca. 6100 años AP. Partiendo de un enfoque osteobiográfico, los autores destacan las particularidades de este individuo con respecto a su contexto social: la ausencia de patologías articulares y metabólicas, así como la presencia de una anomalía congénita en la última vértebra, les permite proponer que el individuo habría sido apartado de actividades productivas demandantes a nivel físico. Finalmente, reflexionan acerca de la necesidad de considerar casos particulares para la interpretación de los contextos sociales y culturales, que pueden pasar desapercibidos en enfoques poblacionales.

Por su parte, Eliana Lucero, Mónica Berón, Gabriela González y Anabella Noel Diana analizan la historia de vida de un individuo masculino de entre 40 y 49 años de edad, perteneciente a los grupos cazadores recolectores que ocuparon la subregión Pampa Occidental hace ca. 6000 años AP, durante una fase de colonización inicial de estos territorios. Fue hallado en la localidad arqueológica Cerro de los Viejos (Departamento de Caleu Caleu, La Pampa) junto a un importante ajuar mortuorio. Los distintos marcadores biorqueológicos e isotópicos (δ13Ccol, δ15N δ18O) analizados les permiten sugerir a las autoras un buen estado de salud, con algún episodio esporádico de estrés metabólico en la niñez, residencia local, mínimo consumo de alimentos cariogénicos y actividades físicas que no implicaron un uso intensivo del cuerpo.

El trabajo de María Eugenia De Feo, Rocío García Mancuso y Selene Petrone investiga minuciosamente la historia de vida y de muerte de un individuo infantil procedente de un entierro recuperado en el sitio Tres Cruces I, ubicado en La Quebrada del Toro (Salta) y asignado al Período Formativo Superior. Desde una postura que busca rehumanizar a los sujetos desde la investigación científica, el artículo combina la perspectiva osteobiográfica junto con la información contextual del entierro. Las autoras realizan un análisis del estado de salud del individuo, presencia de patologías y su crecimiento general. Estos datos se suman al análisis de variables culturales como la modificación intencional del cráneo y el tratamiento postmortem por parte del grupo social, incluyendo el tipo de estructura de inhumación, disposición en el espacio y acompañamiento. La osteobiografía se integra luego en el marco de estudios regionales, aportando así, desde un caso individual, a los análisis bioarqueológicos a una escala mayor.

La historia de vida de una mujer que habitó la región serrana del actual territorio de la provincia de Córdoba es presentada en el artículo de Paloma Zarate, Claudina González, Aldana Tavarone y Mariana Fabra. Este estudio incorpora una mirada novedosa que combina la información bioarqueológica y arqueológica con la narrativa ficticia, perspectiva que apela a humanizar las personas del pasado desde el relato basado en datos científicos. El estudio aplica un enfoque multidisciplinario que suma distintas líneas y técnicas de investigación, entre ellas, el análisis bioarqueológico exhaustivo, incluyendo estimación de sexo, edad, lateralidad, relevamiento de lesiones patológicas a nivel macroscópico y radiológico, así como cambios entesiales y degenerativos. Se incorporó información isotópica (δ13C, δ15N), arqueobotánica (silicofitolitos y almidones contenidos en tártaro dental) y genética (linaje mitocondrial). De esta forma las autoras presentan una imagen integral de la persona reconstruyendo una historia de vida singular de esta mujer moldeada por la dinámica sociocultural de una comunidad aldeana durante el Holoceno tardío final.

Por último, el artículo de Sebastián Giannotti, Daniela Mansegosa, Horacio Chiavazza y Emiliano Araujo aborda el estudio de un entierro secundario exhumado de la sepultura de Ambrosio Sandes (1815-1863), coronel unitario del Ejército Argentino cuya participación fue ampliamente documentada en los campos de batalla y en el escenario político nacional. A partir del análisis de diversos indicadores de estrés metabólico-nutricional, funcional, patologías, traumas y salud oral, los autores y autora reconstruyen la osteobiografía de un individuo adulto masculino de entre 41 y 51 años con fines identificatorios, considerando las distintas etapas de su vida (infancia, carrera militar y los eventos próximos a su fallecimiento), articulando la información osteológica con las fuentes históricas del período.

Para concluir, nos interesa destacar que la perspectiva osteobiográfica, como parte de la bioarqueología, ofrece un campo fructífero de análisis que permite conjugar información osteológica, mortuoria, arqueológica, documental e histórica -al igual que técnicas provenientes de otras ciencias (isótopos, ADN)- para generar biografías social e históricamente situadas. Las historias de las personas particulares, únicas e irrepetibles, contadas a partir de sus restos óseos son así también las historias de las sociedades a las que pertenecieron.

Referencias

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