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BAG. Journal of basic and applied genetics

versión On-line ISSN 1852-6233

BAG, J. basic appl. genet. vol.30 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2019

 

OBITUARY

Dr. Roberto Coco
Quilmes, Buenos Aires,
31/05/1943 - 26/10/2019

Buenos Aires, 6 de noviembre de 2019.

A la memoria del Dr. Roberto Coco

Confieso que escribir este homenaje póstumo al Dr. Roberto Coco es muy difícil y triste para mí, porque él fue mi maestro y mi amigo. Es a la vez un gran honor que quiero compartir especialmente con mi amiga y fiel colaboradora de Roberto, la Dra. Graciela del Rey, hoy profundamente conmovida como todos, por el vacío que nos deja su ausencia.
Una tarde, hace unas pocas semanas en su casa junto a Irma, su hermana y colaboradora de siempre, me fue relatando con mucha emoción su carrera profesional, sus comienzos, sus desafíos, sus alegrías, sus tristezas y algunos aspectos para mí desconocidos que trataré de compartir con los lectores de este humilde y sentido homenaje. Tal vez él intuía que no podría terminar de escribir sus memorias y así fue, la muerte lo sorprendió el pasado 26 de octubre cuando aún tenía muchos proyectos por cumplir.
Roberto era quilmeño como yo, y amaba profundamente a su querida Quilmes en la que nació el 31 de mayo de 1943. En esa ciudad disfrutó, junto a sus amigos y seres queridos, muchos momentos felices de su vida. Lo recuerdo haciendo deportes y festejando sus cumpleaños en la ribera quilmeña, y pasando sus veranos en el Pejerrey Club, donde siempre me recordaba con humor, sus frustrados intentos para enseñarme a nadar ¡Qué lindas épocas de nuestras vidas!
Siendo muy joven, empezó su trayectoria como tecnólogo en el Departamento de Medicina Radiosanitaria de la Comisión de Energía Atómica (CNEA), mientras estudiaba bioquímica en la Universidad de Buenos Aires y allí comenzó a trabajar en cultivos de linfocitos para estudiar las roturas cromosómicas producidas por radiaciones.
Corrían los años de la década de 1960 y recién la Citogenética empezaba en el mundo. Luego no dudó en renunciar a la CNEA para presentarse a un concurso como becario en la “Fundación de Endocrinología Infantil” en el Hospital “Ricardo Gutiérrez” donde, repitiendo sus palabras “Era una oportunidad que no podía desaprovechar” y allí sorprendió, confirmando el diagnóstico presuntivo de una paciente con Síndrome de Turner mediante el estudio citogenético.
Fue un verdadero autodidacta y un pionero de la Citogenética en Argentina. Fue además, miembro fundador de la Sociedad Argentina de Genética y miembro de la Carrera de Personal de Apoyo y posteriormente Investigador Clínico del CONICET. Se perfeccionó en Citogenética en Italia y Francia. Me comentó esa tarde, que estuvo en París donde logró alojarse en la Casa Argentina. Fueron tiempos de aprendizaje en los que su capacidad y su espíritu de lucha lo llevaron a ser reconocido por el Dr. Lejeune, quien lo puso a prueba como a todos los rotantes que por allí pasaban, mostrándole un cariotipo mal armado, en el que descubrió rápidamente los errores.
Se doctoró en la Facultad de Bioquímica y obtuvo el diploma de honor a la mejor “Tesis Doctoral” en 1977.
Desde aquellos comienzos su carrera nunca dejó de crecer, siendo reconocido en Argentina y en el Mundo. En el Centro de Endocrinología Infantil en el Hospital “Ricardo Gutiérrez”, junto a sus queridos colegas y amigos, que lo acompañaron hasta su último día, llegó a ser el Jefe del Laboratorio de Citogenética y formó un grupo de trabajo, del que tuve el placer de formar parte. Fue sin duda la etapa más feliz de mi vida profesional. Éramos jóvenes y él era nuestro maestro y nuestro referente. Nos enseñó con total desinterés, nos guió, y nos trasmitió la pasión por la Citogenética. Lamentablemente ese grupo no pudo continuar bajo su dirección y me confesó que ese año, en el que además murió su papá, fue muy triste para él, porque sufrió la pérdida de ese ser tan querido y la de un grupo de colaboradores que él pensaba tener por mucho más tiempo. Sin embargo, su trabajo no fue en vano, todos seguimos la misma línea y si bien no teníamos su brillantez, nos dejó una impronta que nos acompañó a cada uno de nosotros en nuestra futura vida profesional.
Su espíritu inquieto hizo que no se conformara sólo con la Citogenética como tal, e incursionó en otras áreas, como la “Fertilización in vitro” (FIV), donde también fue un pionero en Argentina, organizando el primer laboratorio de FIV en nuestro país, en el Centro Privado de Medicina y Genética Reproductiva donde se desempeñó como Embriólogo desde los años 1984 a 1987. Posteriormente fue miembro fundador y Director Científico de Fecunditas, Instituto de Medicina Reproductiva afiliado a la Facultad de Medicina de la UBA desde 1989, en el que fue Director del Laboratorio de Genética y FIV y donde desarrolló gran parte de su actividad en ese tema. Por ese lugar pasaron muchos profesionales de aquí y del mundo a realizar rotaciones y múltiples tesis y tesinas y todos lo recuerdan con inmenso cariño y agradecimiento.
Siempre lo admiré, tenía esa conjunción tan poco común de inteligencia, capacidad de trabajo y audacia que lo llevaron a la grandeza, prueba de ello fueron los muchos premios y distinciones que recibió a lo largo de su vasta carrera profesional como el de ser designado Miembro titular de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica de la UBA y el haber recibido el diploma de honor de “Embriólogo Clínico”, el que su penosa enfermedad, le impidió recibir personalmente.
Es imposible mencionar sus múltiples logros y seguramente hubieran sido muchos más, porque Roberto se fue demasiado rápido cuando aún tenía mucho para dar. Nos costará mucho adaptarnos a su pérdida porque ya no tendremos al maestro, al amigo y al docente, siempre dispuesto a dar clases cuando se lo invitaba a participar. Sin embargo, fue tan intensa su trayectoria y tanto el cariño que nos brindó, que como todos los grandes nos deja un legado que perdurará en cada uno de nosotros por siempre y más aún, deja una huella en la historia científica argentina, donde sólo quedan los que han forjado un rumbo y él lo hizo en Citogenética, Fertilización in vitro, Diagnóstico Preimplantatorio, Andrología y Embriología Clínica.
Si tuviera que destacar sus muchas virtudes, destacaría su humildad, su simpleza, la capacidad de acompañar a los amigos en los buenos y malos momentos (lo hizo conmigo cuando fallecieron mis padres), su amor por la familia, se enternecía con sus sobrinitos nietos que lo llenaban de felicidad, amante de la buena música, excelente cocinero y excelente anfitrión. ¡Cómo olvidar las muchas reuniones en su casa, junto a Irma, donde su calidez de siempre hacía que disfrutáramos de muy gratos momentos!
Querido profesor, como yo solía decirle, tu familia, tus amigos, tus colegas y tus discípulos te tendremos siempre en nuestro corazón y espero que tu vida sea un ejemplo a seguir para todos aquellos jóvenes con ilusiones que quieran alcanzar una meta deseada, ya que partiendo de muy abajo y con mucho trabajo y espíritu de lucha llegaste muy alto, siempre enfrentando nuevos desafíos.
Te vamos a extrañar mucho querido Roberto!
Con todo nuestro cariño y todo nuestro agradecimiento.

Marta S. Gallego

PD: Agradezco el aporte que realizó a este homenaje su discípula y amiga la Dra. Clara Rivelis.

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