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Subjetividad y procesos cognitivos

On-line version ISSN 1852-7310

Subj. procesos cogn. vol.18 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires June 2014

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Transformaciones de la parentalidad: La clínica con familias separadas y con familias reconstituidas

Transformations of parenthood: Clinical aspects with separated and reconstituted families

 

Terezinha Féres-Carneiro1 y Andrea Seixas Magalhães2

1 Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro.
2 Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro

 


Resumen

El trabajo posee dos partes. La primera trata sobre las dificultades surgidas entre los integrantes de una familia separada y la segunda trata sobre las diferentes formas de ser padre/padrastro en las familias reconstituidas. En ambas partes el trabajo incluye una síntesis de la bibliografía reciente y una exposición de situaciones clínicas. En la primera parte, sobre los conflictos en una familia separada, el trabajo describe la relación conflictiva de una madre y sus dos hijas en una familia separada. Para ello expone una síntesis de entrevistas y un análisis del material derivado de la aplicación de técnicas gráficas. En la segunda parte, sobre las diferentes formas de ser padre/ padrastro en una familia reconstituida, el trabajo incluye el estudio de dos casos. En el primero de ellos, el padre/padrastro tiene un carácter más bien afectuoso aunque con dificultades en cuanto a la puesta de límites a algunos de los hijos. En el segundo, el padrastro no ha sido padre y se ubica más bien como otro de los hijos en la familia. El trabajo concluye que la base intersubjetiva de las familias separadas y reconstituidas depende de los reacomodamientos simbólicos que engloban a la pareja conyugal, la pareja parental y la familia extensa. Propone además que, en la clínica de la familia, es conveniente prestar atención a la cualidad de los intercambios intersubjetivos subyacentes en los lazos socio afectivos, sin perder de vista la promoción de la salud emocional.

Palabras clave: Familias separadas; Familias reconstituidas; Enlaces simbólicos en la familia; Padrastro.

Abstract

The paper has two parts. The first deals with the difficulties between the members of a separate family and the second deals with the different ways of being a father / stepfather in reconstituted families. In both parts the paper includes a synthesis and .discussion of recent literature and a study of clinical situations. In the first part the paper describes the troubled relationship between a mother and her two daughters in a separate family, presents a synthesis of interviews and an analysis of the material derived from the application of graphic techniques. In the second part, on the different ways of being a father / stepfather in a reconstituted family, the paper includes the study of two cases. In the first, the father / stepfather has an affectionate approach to the childrens, although he exhibits difficulties in the capacity to limit children character. In the second case, the stepfather has not an own child. Then, he apppears located more like other child in the family. The paper concludes that the intersubjective basis of separated families and stepfamilies is dependent on symbolic rearrangements encompassing the marital partner, the parental couple and the extended family. Further proposed that, in the clinical activity with the family, it should pay attention to the quality of the underlying intersubjective exchanges in social bonding, without losing sight of promoting emotional health.

Keywords: Separated families; Reconstituted families; Symbolic links in the family; Stepfather.


 

Introducción

Los investigadores en el dominio de la familia consideran al divorcio como un proceso complejo y pluridimensional que se produce de manera diferente según cada familia. (Féres-Carneiro, 2003; Peck y Manocherian, 2001; Schabbel, 2005) La crisis derivada de la separación toca a todos los miembros de la familia de manera individualizada. Su impacto dependerá de factores económicos, sociales, culturales y religiosos, pero además del ciclo de la vida en que se encuentra la familia (Peck y Manocherian, 2001).
Pensamos que pese al número creciente de divorcios, el matrimonio continúa siendo para la mayoría el principal terreno de expansión social. Las personas se divorcian no porque descalifican el matrimonio sino más bien porque le atribuyen tanta importancia que no se acepta que no se corresponda con las expectativas. Así, lejos de significar una devaluación del matrimonio, el divorcio refleja una exigencia exacerbada de parte de los conjuntos divorciados, quienes, en la mayor parte de los casos, terminan volviéndose a casar (Féres-Carneiro, 2003).
Es posible preguntarse si la complejidad de las familias separadas y reconstituidas podría estar en relación con la disfunción familiar. Sin embargo, innumerables investigaciones muestran que no hay diferencias notables en lo que concierne a la capacidad de promover la salud entre las familias casadas, separadas o vueltas a casar. (Féres- Carneiro, 1987; Costa, Penso & Féres-Carneiro, 1992; Wagner, Falcke & Meza, 1997; Wallerstein e Kelly, 1998). Souza (2000), apoyándose en los resultados de investigaciones con adolescentes, niños y padres separados, destaca que, pese al hecho de que los adolescentes relatan un sentimiento de soledad y una dificultad para encontrar o para obtener apoyo luego de la separación de sus padres, el divorcio es considerado por ellos como la mejor solución para la familia.
Las transformaciones sociales que tienen lugar en estos últimos decenios influyen no solo en la estructura sino también en la psico-dinàmica del grupo familiar, al desencadenar cambios en la demanda de psicoterapia familiar y de pareja. El psicoterapeuta, a su vez, se conducido a reconsiderar los modelos teóricos, las técnicas psicoterapéuticas y en consecuencia las implicaciones éticas de su posicionamiento frente a nuevas configuraciones familiares. (Féres-Carneiro & Magalhães, 2008; 2011).
En este estudio examinaremos cuestiones relativas a la clínica de las familias separadas y reconstituidas a partir de sesiones de psicoterapia familiar realizadas en el servicio de psicología aplicada (SPA) de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. Para la evaluación familiar se aplicaras dos técnicas: "El Arte Diagnóstico y Familiar", ADF (Kwiatkowiska, 1967) y la "Entrevista Familiar Estructurada", EFE (Féres-Carneiro, 2005).

Fragilización de la parentalidad en familias separadas: un caso clínico.

En Brasil, el divorcio fue reglamentado en junio de 1977. En 2007 el IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadísticas.) estableció que había un divorcio o separación cada cuatro matrimonios, y que en la mayor parte de estos divorcios los hijos tenían menos de dieciocho años.
En lo que concierne a la guardia de los niños, el número de mujeres que la cumplen es creciente (de 79% en 1984 a 89% en 2007), mientras que el de los hombres decrece (de 12% en 1984 a 6% en 2007), y el numero de separaciones donde los dos la tienen se conserva relativamente estable pese a una ligera caída (de 3,5% en 1984 à 3,2% en 2007).
El punto esencial para una mejoría o no de la calidad de vida post-divorcio, según Souza (2000), se establece en función de la permanencia o no de conflictos entre los padres. Pese a ello, los niños y los adolescentes afirman que con el tiempo hay una reacomodación, una recuperación de la confianza en la predictibilidad de la vida y un equilibrio de la relación entre ellos y sus padres. Siendo así, ellos consideran al divorcio como algo positivo, si no en lo que concierne al conflicto entre los padres, al menos en lo que concierne al ambiente en la familia.
Ramires (2004), en una encuesta realizada para estudiar cómo los niños y los pre-adolescentes reaccionan frente a los cambios derivados del divorcio y de las nuevas uniones parentales, destaca que cuanto más pequeños son los niños mayores son los deseos y fantasías de reunir de nuevo a la familia. En lo que respecta a la participación y la proximidad de los ex cónyuges en la vida de los niños, las encuestas indican que luego de la separación, la relación con el padre para una gran parte de los niños empeora. (Booth, King & Johnson, 2007). Pese a ello hay un salto cualitativo en las relaciones del niño con el padre que no tiene la guardia, puesto que dicho padre y su hijo están juntos, se consagran exclusivamente a sus relación, lo que aumenta la familiaridad y la complicidad entre ellos (Ramires, 1997).
En un estudio sobre la separación en hombres y mujeres (Féres-Carneiro, 2003), hemos constatado que la decisión de separarse corresponde de manera predominante a las mujeres, lo que confirma los datos del IBGE (2007). Más allá de ello, hemos verificado una diferencia entre la mirada femenina y la mirada masculina sobre los niños luego de la separación. Mientras que los padres consideran que sus niños "andan mal", las madres perciben que ese niño están "andando bien". Esta diferencia de percepción entre hombres y mujeres parece marcada por el hecho de que en todos los casos estudiados los niños permanecen con su madre. Alejados de la vida cotidiana o de sus niños, los hombres sufren más por esta ausencia y tienden a proyectar su sufrimiento en sus hijos quienes ciertamente también sufren la ausencia de sus padres.
Las dificultades de adaptación luego del divorcio han sido estudiadas por Brito (2008). Entre los principales conflictos identificados está la dificultad para ejercer la paternidad, dado que las mujeres son habitualmente quienes detentan la guardia. El autor pone de relieve el alejamiento del padre en relación con los niños luego del divorcio, lo que en ciertos casos llega hasta el punto en que este se limita al pago de la pensión alimentaria.
Es muy importante que los padres valoricen la relación con el ex cónyuge porque exigir que los niños elijan solo a uno de ellos puede desencadenar en ellos sentimientos ambivalentes (Dantas, Jablonski y Féres-Carneiro, 2004). Es habitual afirmar que el peor conflicto que pueden vivir los niños es el conflicto de lealtad exclusiva cuando ésta está exigida por uno de los padres o por los dos (Féres-Carneiro, 1998).
En lo que sigue examinaremos un caso clínico de familia separada que solicitó ayuda psicológica en el servicio de psicología aplicada del departamento de psicología de la PUC-Río. Hemos llamado a este grupo familiar como "familia aglutinada". Ésta se compone de la madre de 58 años, profesora, de la hija 1 (H1), de 25 años profesora de lengua y agente inmobiliaria, y de la hija 2 (H2), de 21 años, estudiante.
La madre y las dos hijas consultan porque las tres presentan dificultades en las relaciones familiares (disputas entre las hijas, problemas ligados a la ausencia de intimidad y a la entrada del prometido de una de ellas en el grupo familiar). Inicialmente aparece una queja en relación con los desacuerdos entre H1 y H2. Ellas relatan un desentendimiento entre H2 y el novio de H1 durante la fiesta de cumpleaños de H1. H2 se queja de que el novio de su hermana viene todos los fines de semana a dormir a su casa, lo que termina interfiriendo en su vida privada.
La madre está de acuerdo, pero prefiere que H1 y su novio duerman en la casa más que en la casa del novio o en el departamento que le ha regalado la madre de éste para que vayan a habitarlo luego del matrimonio. La madre se siente igualmente molesta cuando H2 duerme afuera (por lo general en la casa de la tía materna).
Respecto de la salida de la casa por parte de H1, el matrimonio ha sido postergado por "razones de dinero" (lo que parece una justificación inconsistente). La madre dice estar "feliz" de los esponsales de su hija, pero por el contrario confiesa estar inquieta con ella, con la inestabilidad de su empleo como agente inmobiliaria. H1 dice que ella se siente muy ansiosa por esta inestabilidad y que por esto ella ha engordado mucho. El padre de las hijas esta separado desde hace 15/16 años y se ha vuelto a casar. La familia cuenta que no los ayuda financieramente pero que está muy presente en sus vidas. La madrastra (mujer del padre) tiene una buena relación con la familia.
La madre expresa su deseo de que sus dos hijas estén más cercanas la una a la otra. Ella relata que las dos jugaban juntas en la infancia pero no fueron nunca grandes amigas y tenían amistades diferentes. Las hijas expresan que este mayor acercamiento no es tan importante y agrega que ellas se respetan la una a la otra. La madre se queja también de los gastos desmesurados de H2.
H1 y la madre han descubierto que H2 está "a punto de amar a las mujeres" pero consideran esto un equívoco, y lo descalifican, así como los sentimientos y las elecciones afectivas de H2. Este descubrimiento, que se ha producido en las primeras sesiones, ha incomodado a H2. La reacción de H2 es agresiva. Ella dice que su madre"no sabe hablar, grita por todo y manda demasiado". H1 se muestra de acuerdo con H2 y su madre expresa tristeza. A partir de ese instante, las hijas hacen una alianza y se ponen a quejarse de su madre por su control excesivo y su actitud invasora. Ellas relatan que la madre no sale jamás de su casa por si misma diciendo que permanece allí con ellas. La madre está de acuerdo pero se justifica diciendo que ella las llama siempre por teléfono cuando sale para saber cómo andan.
La familia pide la resolución de los conflictos entre las hermanas y la madre. Se destaca un gran esfuerzo por parte de la madre para responder a las necesidades de las hijas, el cual termina sin embargo en un control excesivo que desencadena la ansiedad y una falta de confianza en las hijas. La expresión y el contacto están empobrecidos y queda afectada la sexualidad. Se destaca que, subyacentes a los conflictos actuales, existen dificultades de individuación.
En el primer dibujo del ADF, la madre se dibuja con las hijas, la casa y un sol. Ninguno de los miembros de la familia tiene brazos, lo que refleja la precariedad de los contactos afectivos de los miembros de la familia entre sí y con el medio exterior. H1 queda dibujada totalmente despedazada, sin nariz y sin boca, lo que muestra la mirada fragmentada de la madre sobre la familia. Esto puede también estar ligado con la descalificación del proceso de cambio de la casa por el cual esta a punto de pasar H1. En el dibujo, la casa es mucho más pequeña que las tres mujeres, lo que da una idea de aglutinación, puesto que las tres no podrían entrar confortablemente en la casa. Esto indica una estructura familiar frágil (ego familiar). La madre dice que "el sol está a punto de aclarar su vida, el suelo sobre el que ellas se apoyan es sólido, no hay más que algunos problemas financieros". Se trata de una necesidad de afirmación asociada a una búsqueda de equilibrio familiar. El dibujo contradice sin embargo el discurso desarrollado, pues las tres están a punto de flotar.
El dibujo de H1 se concentra en los dos cuadrantes superiores de la página, en el espacio de la idealización. Es importante poner de relieve que H1 está ya comprometida y que posee su propio departamento. Pese a ello, mantiene su futuro en la idealización y muestra así su dificultad para separarse de su familia de origen.
Las figuras como las ventanas y los pájaros denotan una búsqueda de libertad. Hay una cierta desproporción en la talla (sea porque las figuras son demasiado grandes, sea porque son demasiadas). Se destaca la utilización de un solo color (el negro) lo que denota el duelo debido a la partida de la casa, el temor y la falta de seguridad por abandonar el hogar de origen. H2 opta por dibujar una cruz de malta que simboliza a su equipo de fútbol preferido. Ella dibuja algo exterior a su familia, con lo cual se distingue de su madre y de su hermana. Utiliza el canto de su equipo para titular su dibujo, lo que sugiere una explosión de sentimientos dirigidos al exterior de la familia. El dibujo está muy desestructurado, lo que sugiere cierta fragilidad del yo.
En el dibujo de la familia, la madre se dibuja a sí misma, a sus hijas y a su hermana. Ella se ubica con sus hijas en lo alto de la página y a su hermana debajo de ellas. La madre destaca su núcleo familiar y al mismo tiempo pone en relieve la importancia de su hermana. Todas tienen las manos en forma de sierra, lo que expresa la agresividad contenida (brazos cortos). Ella dibuja a H2 con el mismo color que su hermana (la tía de H2), con lo cual señala una identidad común. El dibujo no representa rasgos femeninos en H2 ("ella no es coqueta"). Los cabellos de las hijas están desgreñados, lo que indica problemas relativos a la sexualidad. En este dibujo, H1 pone de relieve a su tía y la dibuja grande, sin ropas y con algo que parece un falo entre las piernas. Ella ubica a su hermana entre su tía y su madre, con lo que muestra una vez más una identificación entre ellas, posiblemente a través de la sexualidad.
Ella ubica a su padre, enarbolando una expresión triste, entre ella misma y su novio, quien por su parte tiene una expresión asustada. Ella muestra así una distancia afectiva y sexual en relación con su novio. El padre parece triste en la familia (¿negación de la separación de los padres?). H1 encierra a la familia en un rectángulo con trazos espesos y rojos, como si ella quisiera que nadie pueda entrar y salir de allí.
H2 dibuja todos los cuerpos semejantes y deformados, lo cual denota una dificultad de individuación entre los miembros de la familia. Las personas tienen los dedos deformados y bien marcados, lo que representa el problema de la agresividad y el contacto difícil con el medio exterior, aunque ella busca el contacto (brazos largos). Coloca a su madre en lo alto de la hoja, como si ella mirara a todos desde arriba, lo que señala el ejercicio de un control excesivo. H2 es la única que posee espalda (poder).
En el dibujo de la "familia abstracta" la madre utiliza el mismo titulo que en los otros dibujos. Hay una visión estereotipada de la familia que destaca el falso self de la madre. La madre elige objetos que la gente prefiere para representarlos (H1 en una sala de clase y ella sería el libro) pero no logra expresar sentimientos y cualidades, un gato es el único ser viviente que utiliza, el cual representa a la hermana. Representa a H2 como un ordenador (dibujo muy empobrecido).
H1, del mismo modo que su madre, presenta dificultades para expresar sentimientos cuando representa los miembros de la familia a través de los objetos. Aborda una vez más el problema de la sexualidad de su hermana cuando la representa como un "guante de box". Representa al padre sonriente y afirma que para él "no hay mal tiempo", y se dibuja como un ciclón que se opone al padre (mal tiempo). Pone de relieve el control excesivo de la madre al representarla como una mano y relata que la madre "desea aferrar a todo el mundo con su mano". Representa a su novio como una botella de cerveza y carente de toda expresión afectivo-sexual. La tía aparece como una luz que apacigua, aporta paz y afectividad, ligadas al calor de la luz encendida. Habla de la tía como poseedora de un rol apaciguador en la familia. El perro es el único ser a través del cual ella muestra el afecto. H2 se representa a ella misma y a sus padres casi pegados. Como su hermana, representa a su padre con una sonrisa (¿idealizada o artificial?). H2 se representa como un lago y la carretera que lo rodea (esto puede indicar que ella gira en redondo, que no hay salida). Representa a su madre como un plato y un lecho, con lo cual la vincula a las tareas domesticas cotidianas, sin destacar ninguna cualidad personal en ella. Su tía seria una casa (sueño de la tía), y ella lo asocia a un hogar suave. Destaca igualmente la insatisfacción constante de la tía. No logra representar a su hermana, lo cual denota el conflicto existente entre ellas y la dificultad para expresar sentimientos recíprocos. Las tres presentan dificultades de individuación y dificultades para discernir las cualidades individuales y los afectos.
Destacan los aspectos negativos de los miembros de la familia. Los aspectos positivos están proyectados sobre el padre y la tía.
En la realización del dibujo" mamarracho colectivo" la madre cuenta cómo lo hicieron, en grupo y destaca que había quedado lindo. Las tres dibujaron su perro. Comenta que su perro es travieso y agitado, aunque es más obediente que sus hijas. H1 sugiere ponerle un titulo al dibujo. El dibujo representa un perro poco cuidado, no se parece a un perro, su expresión es asustada y sus patas están dibujadas como sierras, detalle que lo identifica con la familia. El perro esta pintado de negro, lo que denota duelo y tristeza.
En la "primera tarea" (cambio) del EFE, la madre toma la palabra pero rápidamente H1 asume la organización de la actividad y distribuye las tareas. H2 demuestra la insatisfacción en cuanto a la distribución de las tareas y afirma que estas deberían estar realizadas en conjunto. H1 no está de acuerdo e impone su voluntad de manera autoritaria. H2 no se opone. La relación entre las dos hermanas se muestra muy conflictiva. La madre no interviene en el desentendimiento entre ellas y parece no querer entrar en conflicto con ellas. Se observa una actitud dominante y autoritaria de H1. La intervención parental es frágil o inexistente.
H1 comienza la "segunda tarea" (estima de si / pedido de ayuda) señalando que frente a una dificultad para terminar la tarea sola, la madre pide la ayuda de sus hijas, con lo cual pone en evidencia la aglutinación presente en las relaciones familiares (como si ella se sintiera en el lugar de su madre). Luego de ser interrogada por la terapeuta sobre qué haría ella misma, responde que "intentaría hasta llegar al éxito" sin pedir ayuda a nadie. H1 parece querer organizar la familia, lo que puede engendrar en ella una dificultad para pedir ayuda. Esto pone de relieve los problemas de estima de sí que le impiden darse cuenta de sus limitaciones. H2 dice que ella pediría ayuda a su madre. No hay sentimiento de equipo entre las hermanas. La madre dice que ella pediría ayuda tanto a una como a la otra de sus hijas según la situación.
En la "tercera tarea" (estima de si / reconocimiento de los atributos individuales), H1 toma otra vez la delantera y muestra así su papel de líder en la familia. Las tres dicen que lo que a ellas les gusta más es "hacer de manera tal que las cosas se produzcan, querer algo y moverse para conseguirlo". Así ponen de relieve que en la familia hay una percepción indiferenciada de los atributos individuales. Una vez más la aglutinación y la falta de diferenciación entre ellas quedan en evidencia. La madre refuerza varias veces el atributo determinación/ tenacidad, con lo cual parece tener la necesidad de señalar una afirmación de sí.
En la cuarta tarea (feriado/espacio para la conyugalidad), H1 empieza otra vez la tarea. Dice que su madre les ordena a ella y a su hermana que arreglen la casa, con lo cual muestra el control de la madre (una vez más ella habla en lugar de su madre). Cuentan que habitualmente almuerzan juntas (discurso compartido). La madre dice que ella no tiene deseos de salir y que lo hace solo en ocasiones especiales, pese a las invitaciones de sus hijas. Se destaca que la vida socio-afectiva de la madre está empobrecida. Las hijas se esfuerzan por compensar a la madre al suplir sus necesidades afectivas.
Luego de un comentario de H1 sobre la quinta tarea (agresividad), H2 comienza respondiendo la cuestión. Ella afirma que por su forma de ser agresiva ella se vuelve la atropellada. La madre dice que ella también se vuelve atropellada, pero que ella no llega a imaginar quién podría atropellarla. Respondiendo a las preguntas de la terapeuta, afirma que ninguna de sus hijas la atropellaría, pero que ella podría atropellarlas y que éstas no reaccionarían más que diciendo "¡oh mamà!". La madre afirma su posición jerárquica diciendo que ella sería la única que podría reaccionar físicamente. H1 dice que ella es "paz y amor". La madre y H1 ponen a H2 en el papel de la agresiva, "la que discute en la calle y en otras situaciones". La agresividad de la familia está colocada en H2. Ellas destacan al mismo tiempo que H2 no ha discutido nunca con el padre, sobre todo porque él es partidario del equipo de futbol Vasco (el mismo que el de las hijas). Las tres señalan que el padre es muy respetado en la familia. El dominio de la agresividad y el respeto están ubicados fuera del núcleo familiar.
La familia demuestra sus dificultades para comprender y aceptar la sexta tarea (manifestación no verbal de afecto). La madre comienza hablando del costado afectuoso de H2, quien "abraza a aquellos a los que ama". H2 parece ser la depositaria de la expresión de la agresividad y del afecto en la familia. La madre expresa su deseo de que sus hijas manifiesten afecto la una hacia la otra. Dice que las dos tienen dificultades para aceptar un gesto afectuoso que viene de una a la otra (H1 y H2 están de acuerdo), habla de un "bloqueo entre ellas". H1 dice que se toleran mejor. En esta tarea en que la cuestión no pasa tanto por el hablar sino por el hacer alguna cosa para demostrar afecto, las tres no logran más que hablar y muestran una gran dificultad para la expresión de sentimientos. Se trata pues de una familia aglutinada en la cual la comunicación, aunque es clara, está mal dirigida y posee una carga afectiva inadecuada. Los roles no están bien definidos, la hija mayor ocupa a menudo el papel parental y asume el liderazgo de la familia de manera autoritaria. No hay límites claros entre los subsistemas parental y fraternal. Los conflictos no están bien elaborados y hay grandes rivalidades en la relación fraterna, dificultades en la diferenciación/individuación de los miembros de la familia, sexualidad tierna o reprimida. La agresividad está enteramente proyectada sobre la hija más joven y está presentada como destructiva y como impedimento del contacto afectivo entre los miembros de la familia. Se observa una baja estima de si con una madre que busca afirmarse y controlar a sus hijas. Frente a la fragilizaciòn de la función parental, H1 reacciona asumiendo el rol de líder de la familia y H2 presenta pasividad y poco compromiso personal. La promoción de la salud emocional en la familia se ha vuelto difícil por la indiferenciaciòn familiar. Durante la sesión en la cual se comunicaron los resultados de los procesos de evaluación, la familia se orientó a seguir una terapia familiar.

Diferentes formas de ser "padre/padrastro "en las familias reconstituidas: dos casos clínicos.

La configuración familiar que constituye la familia reconstituida es cada vez más corriente y contiene la representación de un mundo en transformación que pone a los psicoterapeutas frente a múltiples apuestas (Féres-Carneiro & Magalhães, 2008, 2011; Sibertin-Blanc, 2003). Toda configuración se estructura a partir de una trama compleja de relaciones entre adultos y niños. En estas familias, el papel parental se extiende y puede ser ejercido por adultos que, aunque no sean siempre reconocidos por el sistema jurídico, ejercen de hecho la función parental. La competencia de las familias en el ejercicio de la parentalidad depende sobre todo de la cualidad de las relaciones establecidas entre sus miembros (Lazartigues, 2007). La complejidad de las familias reconstituidas exige flexibilidad y originalidad en las interacciones.
Se considera que lo más importante para la salud emocional es que la familia presente una base intersubjetiva bien establecida, fundada en la circulación de los afectos. El segundo matrimonio a menudo representa la ocasión no solo para la pareja de recuperar una vida amorosa sobre nuevas bases sino también para los niños de establecer nuevos lazos familiares socio-afectivos en los que encuentran un sostén emocional significativo.
En la clínica, por el contrario, las familias reconstituidas tienden a presentar una excesiva idealización de las funciones conyugales y parentales. A menudo se proyecta sobre el partenaire las expectativas no consumadas, lo que puede desencadenar una confusión entre las dimensiones de la conyugalidad y la parentalidad. En un esfuerzo por transitar de la conyugalidad a la parentalidad, se desencadena en la pareja un desequilibrio entre la investidura narcisista y objetal.
Se destaca que en las familias que forman parte de este estudio existe una relación entre la demanda de psicoterapia familiar y la delimitación imprecisa entre las dimensiones de la conyugalidad y la parentalidad. En este estudio examinaremos los modelos parentales para destacar las diferentes formas de ser padre/padrastro y el lugar del padrastro en las familias reconstituidas. En la clínica de la familia en la SPA de la PUC-Río, se constata que la gran mayoría de la clientela está constituida por familias en las que hay un padrastro. Aunque la adhesión de los padrastros al tratamiento psicoterapéutico es débil (lo que también ocurre con los padres biológicos), se destaca que estos tienen una función decisiva en la parentalidad de las familias reconstituidas.
Son las madres, en general, quienes llevan a su familia a un tratamiento. Sin embargo, en la evaluación familiar se destaca la evidente necesidad de incluir en ella al padrastro y de dejar en claro su papel en la familia. Además, se destaca que entre las funciones de la psicoterapia familiar está la de la elaboración de los lazos socio-afectivos y la distinción entre la conyugalidad y la parentalidad en las familias reconstituidas. Veremos dos viñetas clínicas que ilustran la función parental en una familia reconstituida donde hay un padrastro.

"Familia padre- socio afectivo"

La "familia padre-socio afectivo" esta compuesta por P (padre de H3 - padrastro de H10 y de H8, 34 años, chofer de camión de reparto), por M (madre, 28 años, empleada doméstica), por H10 (hijo de M, 10 años), por H8 (hijo de M, 8 años) y por H3 (hijo de M y de P, 3 años). Los dos hijos mayores fueron encaminados hacia un SPA desde un centro de sostén comunitario por las peleas con los compañeros de escuela (H8) y por el empeoramiento de los resultados escolares (H10).
Durante la primera entrevista, M entra en el consultorio sola mientras que P permanece en la sala de espera con su hijo menor. La entrevistadora obtuvo esta información al final de la entrevista. M relata serios problemas con su ex cuñada y la acusa de haber incendiado la habitación donde dormían sus hijos. La familia habita en el mismo lugar que la ex suegra y la ex cuñada de M. El episodio del incendio condujo al padrastro a vivir con su familia para protegerla. Los hijos mayores tenían buena relación con el padrastro (marido de M). El padre biológico de H10 y H8 no les presta atención y tiene hijos con otra mujer. M muestra dificultades de expresión verbal y parece perdida, y menciona al final de la entrevista que ella no había notado que P estaba en la sala de espera. Al final de la entrevista todos fueron invitados a una entrevista familiar.
Pese a un retardo de cuarenta minutos todos concurrieron a la primera entrevista familiar. M relata que H8 era agresivo y que H10 se mostraba desatento y obtenía malas notas. La escuela ubicó a los niños en espacios horarios diferentes para evitar conflictos entre ellos. La madre cuenta que sus hijos mayores peleaban entre si y que este comportamiento había empezado luego del episodio del incendio. Durante el incendio, P logró impedir que la casa quedara enteramente destruida. La madre afirma que ella se entiende bien con la familia de su ex marido. Pese a los serios conflictos que tiene con una de sus ex cuñadas, M mantiene una buena relación con los otros miembros de esta familia, quienes habitan en el mismo terreno. Sin embargo, declara que la abuela paterna no mantiene contacto afectivo con sus nietos y que por esto ella no se queda con los niños cuando M trabaja.
Los niños pasan el día en la escuela y en el centro de sostén o en el jardín de infantes (H3). P se ocupa de los niños cuando llega temprano de trabajar. P afirma tener una buena relación afectiva con los niños. La hostilidad entre los hermanos se pone en evidencia en la sesiones, pero P dice que él no busca intervenir puesto que "es la madre quien debe ser responsable con ellos". La madre interviene colocándolos en habitaciones separadas y a veces "golpeándolos", pero afirma que "nada anda bien" en cuanto al padre biológico, no paga su pensión, no ve casi a sus hijos y es agresivo con ellos. Los niños testimoniaron ya que el padre agredía a la madre. Relatan sin embargo que extrañan a su padre.
Durante las primeras entrevistas, se discutieron otros episodios de agresividad, tales como que "H8 amenazó a la maestra con un cuchillo que había llevado de su casa porque ella lo había llamado al orden" y "H8 amenazó a H10 con un cuchillo aunque el mayor no creyó que su hermano pudiera matarlo". La pareja relacionó la agresividad de los niños con la agresividad del padre biológico, quien había golpeado a H8 sin razón aparente. P cuenta que a él no le gusta el padre de los niños pues lo considera como un cobarde y un imbècil por golpear a un niño ".
En esta familia P rechaza parcialmente la función parental aunque él cuida de sus hijastros así como de su hijo más pequeño. En cuanto a M, el ejercicio del rol parental es igualmente inconsistente, con poca presencia maternal. La red familiar es amplia pero poco protectora pues aunque está presente, tiene un carácter conflictivo. El comportamiento hostil de los niños mayores parece reflejar la agresividad familiar y las fallas del ejercicio de la parentalidad. Al fin de la evaluación familiar, el grupo acepta realizar un tratamiento y P fue designado como el elemento fundamental para el trabajo terapéutico.

"Familia inclusión-exclusión"

La "familia inclusión-exclusión" esta compuesta por P (padrastro, 29 años, empleado de limpieza, sin niños), M (madre, 38 años, técnica en salud), H20 (hijo del primer matrimonio de M, 20 años, régimen penitenciario desde hacía un año), H16 (hijo del segundo matrimonio de M, 16 años), H12 (hijo del tercer matrimonio de M, 12 años) y H9 (hijo del tercer matrimonio de M, 9 años).
La familia ha sido orientada a un tratamiento a través de dos solicitudes formuladas por la justicia. El motivo informado era que H12 y H9 tenían necesidad de una psicoterapia pues sufrían a causa del litigio entre sus padres respecto de su guarda. Antes M había sido acusada por el padre de los niños de golpearlos mucho y había perdido su guarda. La guarda fue reconquistada alrededor de tres años atrás. Esta situación fue relatada en la primera entrevista con M, H12 Y H9.
A las entrevistas ulteriores concurrieron también P y H16. Además del problema planteado al comienzo, se identificaron otros, como la agresividad de M y también los desencuentros familiares. Relataron que H12 tenía comportamientos de robo, alentados por el padre. El encarcelamiento de H20 despertó un fuerte sentimiento de odio en H16, quien querría pertenecer al BOPE (Batallón de operaciones especiales de la policía) y matar al hermano. M se siente culpable por no poder ayudar a H20 y teme que los dos más jóvenes (H12 y H9) tengan el mismo destino que su hermano mayor. Se destacan los conflictos entre H12 y P y las alianzas entre H16 y P. El padrastro parece muy afectuoso con los niños pero muestra una cierta falta de seguridad en la forma en que se ocupa de ellos.
La relación conyugal, según M, "es difícil porque él tiene dificultades para cumplir el rol de padre dado que no ha tenido hijos". Es decir que M se queja respecto de P por la conyugalidad a través de las fallas en el ejercicio de la parentalidad. M se muestra agresiva y autoritaria mientras que P a menudo desempeña el papel de un hijo de la familia. La pareja cohabita desde hace tres años. H16 muestra querer ocupar el lugar del padre cuando dice "que está inquieto por sus hermanos y que si muriera la madre no tendría los medios para ocuparse de ellos". H12 sugiere que M y P hagan una terapia de pareja "y muestra un cartel de propaganda sobre la terapia de pareja".

El lugar del padrastro en las familias reconstituidas

Entre los problemas que se vuelven evidentes en el material clínico recogido acerca de las familias reconstituidas se destaca el del ejercicio de la parentalidad por el padrastro, la fragilidad del padrastro en tanto figura de autoridad familiar, la importancia de la distinción entre conyugalidad y parentalidad en la pareja que se ha vuelto a casar, las relaciones conflictivas con las familias extensas de los niños, la afectividad y las relaciones entre los padrastros y los hijastros.
Las dos viñetas clínicas ilustran los problemas que acabamos de destacar. En los casos relatados, aunque los padrastros son convocados a ejercer la parentalidad en la familia parecen desplazados del rol parental por diferentes razones. Algunos autores contemporáneos destacan la declinación del poder paternal. (Roudinesco, 2002; Lebrun, 2004) y discuten sobre las implicaciones del sentimiento de desorientación vivido por la familia fundadas en lazos más inestables. Singly (2004) destaca la tendencia a la autonomía de la familia conyugal en relación con la familia parental y Julien (2000) habla de la disyunción entre parentalidad y conyugalidad.
Aunque hay una tendencia a la disyunciòn entre parentalidad y conyugalidad, la familia conserva aun los ideales familiares heredados de la familia conyugal moderna. Kehl (2003) destaca que la familia tentacular contemporánea tiene un contorno irregular y está marcada por sueños frustrados del pasado.
Investigadores sobre la familia reconstituida (Costa, Penso, & Féres-Carneiro, 1992; Féres-Carneiro, 1999) demuestran que estas familias son más capaces de promover la salud emocional cuando el padrastro o la madrastra desarrolla sobre todo un lazo afectivo con el niño o el adolescente y deja el ejercicio de la autoridad a su madre/ padre. Sin embargo, es necesario que los límites en el ejercicio de la autoridad por el padrastro/madrastra sean claros a fin de que ésta no sea conmocionada, fragilizada, vaciada. En la clínica con familias reconstituidas, se observa la necesidad de volver estos límites claros, evitar la descalificación del rol del padrastro/madrastra y contribuir a la preservación de lazos socio afectivos en la familia.
En la "familia padre-socio afectivo" el padrastro/padre tiene igualmente una misión protectora y de cuidado, dado que es reconocido en el vínculo socio afectivo con los niños mayores. Sin embargo, la autoridad del padrastro es frágil y él le atribuye a la madre el lugar privilegiado de autoridad, aunque ella también experimente dificultades para imponer el límite con los niños de manera eficaz. En esta familia la parentalidad parece vaciada, pues la madre es percibida como una figura frágil con poca disponibilidad para sus hijos. Bowlby (2006) afirma que uno de los principales parámetros para el despliegue de la parentalidad es el hecho de que los padres ofrezcan una base segura para los niños al reconocer y respetar el deseo y la necesidad que estos tienen de apegarse, de buscar establecer lazos. El autor agrega que también debe ser reconocido el deseo de extender los lazos a otros niños o adultos.
Se puede agregar aun que el padrastro de la familia "padre socio afectivo" se siente molesto de ocupar un territorio que no es el suyo -dado que el terreno de la casa donde habita con su mujer pertenece a la familia paterna de los niños- y que pertenece al padre de los niños mayores. Esta familia, por ser una red familiar conflictiva, es incapaz de ofrecer una protección suficiente. Esto se vuelve evidente por el desborde agresivo de los niños, que es el reflejo del fracaso de la autoridad parental y del dominio de la pulsión destructiva en la familia. Winnicott (1993) destaca que el alejamiento del niño y la rebelión destructiva representan un contrapunto con la necesidad de conservar la relación primaria con los padres.
La conyugalidad en esta familia se muestra como algo conflictual para uno de los niños que parece buscar el refuerzo de la pareja conyugal como medio de protección familiar. La nueva configuración familiar, la familia reconstituida, presenta conflictos con la familia de origen de los niños mayores. Las relaciones de alianza, ya mencionada de la primera unión de M no fueron reconfiguradas. La nueva pareja conyugal no está suficientemente distinguida de la familia extensa de los niños.
La segunda viñeta, la "familia inclusión-exclusión" ilustra una parentalidad forjada en la figura del padrastro. Un hombre joven y sin hijos asume una familia de cuatro niños que tienen tres padres diferentes. En este caso, la conyugalidad forja la parentalidad. El padrastro es llamado a asumir la parentalidad para permanecer con su partenaire conyugal. Aunque él tenga un vínculo importante con los niños, oscila entre los modos de relación fraternal y de relación filial. Ella, por el contrario, desea un compañero que llene la laguna de la pareja parental en relación con los niños.
La parentalidad funciona en esta familia como una prótesis y en consecuencia la autoridad familiar está fragilizada. Los conflictos entre los niños reflejan el fracaso de la ley paterna. En la "familia inclusión-exclusión" el padre equivale a un hermano, es decir que o bien el padrastro está incluido en el subsistema fraterno o bien en el subsistema parental. Eiguer (1985) destaca el valor del compromiso de la elección amorosa en la pareja. El hombre elige la mujer posible, diferente de la madre, aunque conserva algunos rasgos similares. El padrastro de la "familia inclusión-exclusión" parece no lograr elaborar el dilema estructurante y parece no poder sostener la función paterna.

Conclusiones

Las viñetas de familias separadas y reconstituidas que hemos abordado ilustran algunas fallas de la parentalidad que se vuelven evidentes en la clínica. Pensamos que tales fallas no pueden ser atribuidas a la manera en que las familias se configuran sino a los enlaces simbólicos que se hacen necesarios para que el modelo parental esté suficientemente fundado.
Los modelos parentales se relacionan con el modo según el cual se establecen las relaciones entre los padres y los niños y con la manera en que se delimitan las posiciones en la familia. Estos modelos introducen la asimetría, la heterogeneidad y la complejidad como elementos organizadores de las relaciones padres-niños, al favorecer la introyecciòn de nociones tales como sexo, género, edad y generación (Solis-Ponton, 2004).En la mayor parte de las familias participantes, los modelos parentales se muestran quebrantados en alguna medida y los padres/padrastros presentan una dificultad para ejercer la función parental. Hay una predominancia de la figura parental femenina, quien es la principal responsable en cuanto a ejercer la parentalidad en la mayor parte de estas familias. En algunos casos, los padrastros se encuentran en la posición de hijos y la conducción de la familia está atribuida exclusivamente a la madre. Se puede observar que la inconsistencia en el ejercicio de la parentalidad se refleja en las dificultades de contacto afectivo entre padres/padrastros y niños.
La base intersubjetiva de las familias separadas y reconstituidas depende de los reacomodamientos simbólicos que engloban a la pareja conyugal, la pareja parental y la familia extensa. En este caso, en la clínica de la familia, debemos estar atentos a la cualidad de los intercambios intersubjetivos subyacentes en los lazos socio afectivos, sin perder de vista la promoción de la salud emocional.

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Fecha de recepción: 25/03/14
Fecha de aceptación: 17/04/14

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