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Subjetividad y procesos cognitivos

versión On-line ISSN 1852-7310

Subj. procesos cogn. vol.18 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2014

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Problemas metodológico-procedimentales en las investigaciones en pareja y familia

Methodologic and procedural problems in the research on couples and on families

 

David Maldavsky1

1 Director del Doctorado en Psicología y de la Maestría en Problemas y Patologías del Desvalimiento, UCES. Dirección: República Arabe Siria 3319, Piso 5º B (1425), Ciudad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: dmaldavsky@elsitio.net

 


Resumen

El autor expone primero la síntesis de siete investigaciones sobre pareja o familia desde la perspectiva metodológico-procedimental, para mostrar lo común y la diversidad derivada de los objetivos de cada investigación y de las muestras correspondientes. En relación con cada investigación, el autor se interesa sobre todo por mostrar qué un autor eligió cada instrumento para un estudio concreto y los pasos que dio para preparar la muestra y para aplicar las herramientas correspondientes. Entre estos estudios, los tres de pareja y uno de familia corresponden al terreno clínico, dos al terreno psicosocial y el último contiene un enfoque general de los vínculos de pareja y familia. En todas estas investigaciones se ha aplicado un mismo método, el algoritmo David Liberman (ADL), que permite estudiar los deseos y las defensas en diferentes manifestaciones tanto verbales como no verbales. En la segunda parte del trabajo el autor formula apreciaciones derivadas de las exposiciones previas. Se refiere a las herramientas del ADL y su implementación, a los relatos como actos de habla, a los procedimientos reglamentados y los procedimientos acordes con el objetivo y con la muestra de la investigación, a la elaboración de los resultados, al contrato narcisista y el pacto denegativo, y a los tipos y diseños de la investigación.

Palabras clave: Investigación en pareja; Investigación en familia; Método; Procedimiento.

Abstract

The author presents the summary of seven investigations on couples or family from a methodological-procedural perspective, to show the ordinary and the diversity derived from the objectives of each research and the corresponding samples. Regarding each investigation, the author is interested in showing especially the reason why .an author chose a certain instrument for a particular study, and the steps taken to prepare the sample and to apply the corresponding tools. Among these studies, the three investigations on couples and one on family correspond to the clinical area; two studies correspond to the psychosocial area, and the last one contains a general approach to couples and family ties. In these investigations the method was the same, the David Liberman algorithm (DLA), which allows to study wishes and defenses in different manifestations both verbal and nonverbal. In the second part of the paper, the author formulates comments derived from the previous presentations. He refers to the DLA tools and their implementations; to the narratives as speech acts, to the regulated procedures and the procedures according with the research objectives and with the sample, to the elaboration of the results, to the narcissistic contract and the denegative pact, and to the types of investigations and the research design.

Key words: Research on couples; Research on families; Method; Procedure.


 

I. Introducción

Hace unos 6 años atrás expusimos algunos conceptos generales y algunas propuestas sobre la metodología de la investigación en psicoanálisis de pareja y familia (Maldavsky, 2008). En aquel momento presentamos los lineamientos globales de la investigación, los instrumentos que proponíamos que se empleara y la operacionalización de algunos de los conceptos centrales referidos a la dinámica vincular en este terreno. Destacamos también la utilidad de los instrumentos del ADL (algoritmo David Liberman) para el estudio de los deseos y las defensas (y su estado) en las manifestaciones en pareja y familia. Este trabajo fue acompañado por otros, tanto propios como de otros autores, dedicados al análisis de casos de pareja o familia, en los terrenos clínico y psicosocial (Álvarez, 2012, Álvarez y Neves, 2012, Britti et al, 2007, Maldavsky, 2012a, 2012b, Maldavsky et al, 2010, Neves, Álvarez, Maldavsky, 2009, Roitman et al, 2008, 2010, Tate de Stanley, 2009). Los estudios ya mencionados constituyen contribuciones valiosas, que esclarecieron aspectos relevantes de los vínculos y de los aportes de cada uno de los participantes al conjunto. Pero además dichos estudios nos llevaron a ganar experiencia práctica en la investigación en parejas y familias, así como en las cuestiones metodológicas inherentes a estas investigaciones (Maldavsky et al. 2012), y esta experiencia puso tanto más en evidencia que las manifestaciones en las parejas y familias tienen un grado tal de complejidad que hacen aconsejable que expongamos con mayor detenimiento el trabajo adicional (consistente en los procedimientos de una investigación) para volverlas accesibles a la aplicación de los instrumentos del ADL.
En este trabajo nos interesa, precisamente, exponer los instrumentos del ADL (algoritmo David Liberman) y sobre todo los procedimientos empleados en los estudios sobre procesos psíquicos y vinculares en pareja y familia, tanto en el terreno clínico como en el psicosocial. Es poco frecuente que un trabajo esté dedicado a la exposición y discusión sobre los procedimientos en investigación. Los fragmentos de un trabajo dedicados a estos puntos pueden figurar en el texto en cuerpo menor o en notas al pie, no tanto porque se trate de cuestiones poco importantes sino porque pueden resultar tediosos, salvo para un investigador formado. Otro rasgo que puede volver poco interesante el trabajo consiste en que no aporta una conclusión precisa, sino más bien una exhortación a combinar el rigor metodológico con la creatividad, cuando ello es necesario. Aun a riesgo de presentar un trabajo poco atractivo, consideramos conveniente enfocar este tipo de problema, a la búsqueda de un incremento de la calidad científica de la investigación, en particular en el terreno de los estudios sobre procesos psíquicos y vinculares en pareja y familia.
Comencemos por la caracterización del término. Los procedimientos consisten en los pasos sucesivos realizados para desarrollar una investigación. En la investigación con el ADL es posible diferenciar dos tipos de procedimientos. Algunos están ligados con la preparación de la muestra y otros con la aplicación de los instrumentos de análisis del ADL. Ambos procedimientos tienen un conjunto de pasos que son canónicos. Por ejemplo, la preparación de la muestra para el análisis de las palabras empieza con una transcripción del material grabado, en la cual suelen existir algunas aclaraciones (disminución del volumen de la voz, carraspeo, etc.). Asimismo, suelen aparecer palabras incompletas o con un alargamiento de alguno de sus sonidos, y otras varias expresiones que corresponden a rasgos fonológicos. La preparación de la muestra para el análisis de las palabras que permita aplicar el instrumento del ADL correspondiente (ADL-P) implica una serie de pasos canónicamente establecidos: completar las palabras inconclusas, eliminar las aclaraciones, los alargamientos sonoros, etc.
En cuanto a la aplicación de los instrumentos, por ejemplo, el análisis de los relatos con el ADL-R requiere una transformación de la muestra en un conjunto de secuencias narrativas. Cada secuencia narrativa tiene una estructura canónica, la cual supone atenerse a una serie de criterios (cada secuencia narrativa puede estar constituida como máximo por tres escenas, cada escena puede tener como máximo 10 palabras y un solo verbo conjugado, y entre las escenas de una misma secuencia debe existir una isotopía, un enlace cronológico-causal, etc). Estos procedimientos (para la preparación de la muestra y para su análisis con los instrumentos del ADL) tienen un carácter canónico, pero existen otros procedimientos que son facultativos, y que dependen tanto de los objetivos de la investigación como de determinados rasgos de la muestra, procedimientos estos que pueden incluir un estudio preliminar que permite disponer de una muestra más acotada, antes de realizar la investigación central. Estos procedimientos facultativos son tanto más importantes en los estudios de los procesos psíquicos y vinculares en pareja y familia, lo cual deriva tanto de la variedad de componentes de la muestra como de la complejidad del enfoque de los intercambios. También tiene un carácter facultativo la elección de los instrumentos, ya que los objetivos y sobre todo el tipo de muestra disponible hacen aconsejable la aplicación de alguno en particular, o la combinación entre las aplicaciones de dos o más entre ellos.
Pese al carácter facultativo de la elección de los instrumentos y de los procedimientos para la organización de la muestra y su análisis, las decisiones que toma cada autor tienen en cada ocasión su racionalidad, la cual puede hacerse evidente al enfocar con mayor detalle estos aspectos de la metodología de la investigación en los procesos psíquicos y vinculares en pareja y familia.
Hemos mencionado ya que en los últimos años se han realizado algunas investigaciones de la dinámica psíquica y vincular en pareja o familia, en las que se aplicaron varios de los instrumentos del ADL. Estas investigaciones tuvieron rasgos solo parcialmente similares, ya que en cada ocasión los objetivos y los aspectos singulares de la situación (clínica o psicosocial), así como la elección de los instrumentos aplicados a la muestra, imponían algunas diferencias. Estas similitudes y diferencias condujeron a plantear diseños con rasgos específicos en cada investigación, los cuales podían expresarse en la elección de los instrumentos y en los procedimientos para recolectar y disponer la muestra, así como para aplicar los instrumentos del ADL. Entre estos estudios, hemos seleccionado solo algunos, por su carácter representativo, para describir sobre todo los instrumentos del ADL y los procedimientos que se aplicaron, en contextos clínicos y psicosociales.
Cabe destacar que los instrumentos del ADL están diseñados para estudiar los conceptos psicoanalíticos centrales que Freud postuló: deseos y defensas, los cuales pueden ser investigados en las escenas que un sujeto relata y en las escenas que un sujeto despliega en el intercambio. Para estudiar los episodios narrados, el método dispone del ADL-R (Maldavsky, 2003, 2013a, Maldavsky et al., 2005), así como de un instrumento complementario de este (Maldavsky, 2003, 2013a), que permite estudiar los deseos tomando en cuenta el espacio, el ideal, el personaje dominante, el ayudante, etc., que aparece en los relatos. Para estudiar los episodios desplegados en el intercambio, el método dispone de varios instrumentos, ya que en este intercambio los participantes utilizan verbalizaciones, rasgos fonológicos y movimientos con objetivos variados: acusar, influir, descargar tensión, generar impacto estético, etc. El método dispone entonces de un instrumento para estudiar los deseos y las defensas en los actos de habla, el ADL-AH (Maldavsky, 2003, 2013a, Maldavsky et al., 2005), de un instrumento para estudiar estos mismos conceptos en los componentes paraverbales, el ADL-CP (Maldavsky, 2003, Maldavsky et al., 2005) y de un instrumento para estudiarlos en la motricidad, el ADL-M (Maldavsky, 2013b). Además, el método dispone de un instrumento para detectar los deseos en unidades más pequeñas que las ya mencionadas, es decir la palabra. El análisis con este instrumento pone en evidencia la disposición del hablante para el despliegue de determinada escena en el intercambio. Para el estudio de los deseos en las palabras contamos con el ADL-P (Maldavsky, 2003, 2013a, Maldavsky et al., 2005). Contamos aún con otro instrumento (Maldavsky, 2013c), que permite estudiar los deseos y las defensas en los signos visuales (como los dibujos, las pinturas, etc., que niños y adultos realizan en diferentes contextos), el ADL-SV. Este tipo de manifestaciones puede ser considerado, a veces, como equivalente de un relato, al cual contribuye a esclarecer, inclusive al poner en evidencia un aspecto nuclear, imposible de transformar en palabras, y a veces como parte del intercambio inmediato durante una entrevista en psicoterapia o en otros tipos de vínculos. Cabe agregar, además, que contamos con estudios de distribuciones de frecuencias en los deseos en los actos de habla y de palabras con una muestra de 120 pacientes y 109 terapeutas (ya que en algunos casos el material en estudio correspondía a sesiones de pareja o de familia). A todo ello se puede agregar una categorización de las intervenciones de un terapeuta durante una sesión, tomando en cuenta su función introductoria, central o complementaria. Los instrumentos hasta aquí mencionados pueden ser implementados con estrategias muy diferentes, las cuales se expresan en los procedimientos empleados en cada caso.
En esta oportunidad deseamos exponer qué instrumentos del ADL se emplearon en algunas investigaciones en pareja y familia, en el terreno clínico o psicosocial, y sobre todo cuáles fueron los procedimientos con que fueron implementados. Entre las investigaciones que vamos a considerar algunas nos pertenecen, mientras que otras corresponden a estudios en curso de otros autores que aplican a su vez los instrumentos del ADL.
A veces una investigación empírica queda malograda porque el autor ha realizado una elección errónea de los instrumentos implementados y en otras ocasiones por administrarlos de una forma equivocada. Suele ocurrir que algunos instrumentos empleados en la investigación clínica no estén diseñados para investigar determinados conceptos, y en consecuencia resulta difícil articular los resultados de un estudio empírico con el lenguaje empleado en esa disciplina, en particular el lenguaje psicoanalítico. Pero también puede ocurrir que el autor disponga de los instrumentos adecuados y los aplique de manera algo mecánica y reduccionista, con lo cual pierde la oportunidad de detectar buena parte de los matices que podría haber captado. En este caso el problema no es tanto que el autor no disponga de instrumentos sino que no ha desarrollado los procedimientos más adecuados, sea en cuanto a la preparación de la muestra, sea en cuanto a su análisis con los instrumentos correspondientes. Por ejemplo, si la muestra está constituida por la entrevista a una niña de 6 años que tiene tics (que constituyen el motivo de consulta) y su madre que tartamudea, entrevista durante la cual madre e hija responden a las preguntas de la entrevistadora sobre los momentos en que surgen los tics, puede ocurrir que el autor de la investigación no encuentre el camino para aprovechar de la riqueza del material de que dispone. Así ocurriría si en el diseño del estudio el autor pretende solo estudiar las anécdotas relatadas, sin considerar tanto los movimientos de una y otra (y en particular la motricidad del rostro de la niña) y sin considerar tampoco los componentes fonológicos (y en particular los momentos en que la madre tartamudea, así como el tipo de tartamudeo). En este caso, la limitación en cuanto a la captación de matices contenidos en la muestra depende de la elección de los instrumentos implementados. En cuanto a los procedimientos, puede llegar a ocurrir, por ejemplo, que, respecto de la misma muestra, el autor considere los tics de la niña, pero que no los correlacione ni con los relatos de determinadas anécdotas, ni con las escenas desplegadas en los actos de habla de la madre, ni con el tartamudeo materno, ni con las intervenciones de la entrevistadora. Como deseamos atenuar el riesgo de que el esfuerzo del investigador no alcance resultados que sean suficientemente esclarecedores de los hechos que pretende estudiar, y consideramos que una parte de estos riesgos derivan o bien de la elección de los instrumentos de análisis, o bien de los procedimientos empleados en alguno de los pasos de la investigación, hemos decidido poner el foco en estos puntos.
En la siguiente exposición de la síntesis de las muestras y los procedimientos empleados se podrá apreciar que en cada una de las siete investigaciones, algunos aspectos metodológico-procedimentales son comunes (sobre todo los que corresponden a la recolección de la muestra y a la aplicación de los instrumentos) y otros tienen un carácter diferencial. Estos aspectos diferentes derivan sobre todo de los objetivos de la investigación y de que la muestra tiene en cada ocasión rasgos propios, por lo cual se hizo necesario elegir instrumentos que no eran siempre los mismos y aplicar los que eran comunes siguiendo algunos patrones estándar y otros acordes con la singularidad de cada situación.
Comenzaremos exponiendo la síntesis de las siete investigaciones desde la perspectiva metodológico-procedimental y luego formularemos algunos comentarios sobre el empleo de los instrumentos del ADL y las cuestiones procedimentales en psicoterapia de pareja y familia. El lector podrá observar que en las descripciones de las investigaciones que siguen hemos tratado de obviar referencias a los estudios de las situaciones concretas y que en cambio procuramos concentrarnos en los aspectos metodológicoinstrumentales ya mencionados, para mostrar lo común y la diversidad en cuanto a instrumentos y en cuanto a los diferentes procedimientos implementados con algunos de ellos.

II. Instrumentos y procedimientos en tres investigaciones de pareja y cuatro de familia con el ADL

A continuación expondremos siete estudios desde el punto de vista metodológico, y no tanto las conclusiones concretas de cada investigación. Nos interesa mostrar sobre todo las decisiones metodológicas y procedimentales, es decir, describir por qué un autor eligió cada instrumento para un estudio concreto y los pasos que dio para prepa194 rar la muestra y para aplicar dichas herramientas del ADL. Expondremos primero tres estudios de pareja y luego cuatro estudios de familia. Entre estos estudios, los tres de pareja y uno de familia corresponden al terreno clínico, dos al terreno psicosocial y el último contiene un enfoque general de los vínculos de pareja y familia.

II. 1. Estudios de parejas
Pese a que los tres estudios tienen en común el mismo foco general (la relación de pareja en tratamiento psicoterapéutico), cada uno de ellos tiene diferencias con los otros en varios aspectos: uno de ellos es longitudinal (primera investigación) mientras que los otros dos se centran en una única sesión, uno de ellos enfoca sobre todo el estudio de los relatos de anécdotas ocurridas fuera de sesión (primera investigación, II. 1. 1), mientras que otro se centra en las escenas desplegadas durante la sesión misma (segunda investigación, II. 1. 2), y el tercero, en la evaluación de la pertinencia clínica de las intervenciones de la terapeuta (tercera investigación, II. 1. 3). Estas diferencias entre las investigaciones permitirán apreciar a su vez la selección e implementación de los instrumentos del ADL, la forma de organizar las muestras y de desarrollar los procedimientos para alcanzar los objetivos en cada oportunidad.

II. 1. 1. Investigación longitudinal de un tratamiento de pareja
Deseamos exponer una síntesis de algunos aspectos de una investigación más extensa centrada en la psicoterapia de una pareja, aspectos que integran la tesis de doctorado en curso de A. Aparain. Como se trata de una investigación longitudinal, se suscitan numerosos problemas metodológico-procedimentales, entre los cuales habremos de restringirnos sobre todo a exponer los referidos a la selección y organización de la muestra y a los instrumentos y su empleo, es decir, los procedimientos de su aplicación.

Muestra
Se trata de una pareja a quien se le ha indicado entrevistas psicoterapéuticas en una institución asistencial pública luego de consultar por su hijo, quien ha sido diagnosticado como autista. A lo largo de tres años las sesiones fueron grabadas con el consentimiento de la pareja y luego fueron transcriptas.

Selección de la muestra
Como se trataba de un material muy extenso, la autora debió definir algunos criterios para la selección de una muestra más acotada y que fuera representativa. Optó por un doble criterio de selección: los primeros 5 minutos de cada sesión (en la tentativa de considerar cómo se dan esos primeros momentos de pasaje desde la vida extra-sesión hasta la inserción de lleno en el intercambio terapéutico) y los relatos centrados en el hijo autista.
En los comienzos de sesión, durante un largo período inicial (18 meses) la mujer tuvo mayor protagonismo. Solía describir algunas conductas del hijo y sobre todo se quejaba de que su marido estuviera demasiado dedicado al trabajo, que compartía con la madre, suegra de la paciente. Luego del trabajo solía ir a comer y bañarse en casa de la madre y terminaba la noche bebiendo con amigos. Llegaba a su casa alcoholizado y la paciente decía que además frecuentaba a las prostitutas del barrio. Se quejaba de que tuviera estas prácticas en la cercanía de su vivienda, ya que entonces se enteraban sus vecinos, y sobre todo se quejaba de que él no llevara a la familia a pasear en el tiempo libre. La terapeuta solía centrar sus intervenciones en el hombre de la pareja, al que enfocaba desde la perspectiva del discurso de su esposa.
Paulatinamente la terapeuta cambió de orientación y empezó a escuchar lo que también decía el hombre, quien a su vez comenzó a explayarse más ampliamente. Aseguró no tener una práctica sexual extra-conyugal, y no tomar alcohol en exceso. Agregó que se bañaba en casa de su madre porque en la propia no tenía todavía agua caliente. Además, sostuvo que su trabajo lo tenía muchas horas ocupado.
Los relatos fueron tomando otros rumbos, y se centraron en la forma en que padre y madre se ocupaban de enseñar a sus hijos y en las salidas que hacían juntos los fines de semana.
En cuanto a los relatos referidos al niño, se hicieron evidentes algunos cambios. En el curso del tratamiento, los padres fueron relatando que el niño se mostraba menos retraído y buscaba ser aceptado por sus compañeros de escuela. Al mismo tiempo, los padres se refirieron al modo como el niño fue adquiriendo nuevos aprendizajes en cuanto a la lectura de palabras y números. La señora tenía a veces algunas dificultades para encontrar las palabras con que describir alguna anécdota, y el marido le aportaba las palabras faltantes. La esposa las incorporaba en su relato y podía terminar la descripción de la anécdota.
Desde el punto de vista metodológico, un primer paso consistió en transformar la transcripción en un relato minucioso de los segmentos por estudiar. Una vez que estuvieron disponibles estos relatos, el paso siguiente consistió en estudiar 1) el tipo de escena que cada uno de los cónyuges desplegaba en la sesión, así como el intercambio entre ambos y la posición de la terapeuta, y 2) el tipo de escena que relataba cada uno de ellos.

Organización de la muestra
La autora se encontró ante una variedad de manifestaciones discursivas, las cuales abarcan a los actos de habla y a los relatos. Los actos de habla (como los reproches y las acusaciones de la esposa y las argumentaciones y alegatos del marido) permiten estudiar escenas desplegadas durante la sesión misma, y lo mismo ocurre cuando el marido contribuye con algunas palabras (completamiento) para que la esposa pueda terminar de narrar una anécdota. Los relatos permiten estudiar las escenas desarrolladas por el hablante (por ejemplo, la esposa) o por un tercero (su marido, su hijo) fuera del contexto de la sesión.
En una u otra situación la autora aplicó los instrumentos para el estudio de los deseos y las defensas y su estado sea en los relatos, sea en los actos de habla. La aplicación de cada uno de estos instrumentos requiere una preparación de la muestra que tiene rasgos diferenciales. Para el estudio de los actos de habla, es conveniente mantener la transcripción del discurso concreto del hablante, con sus tartamudeos, palabras interrumpidas, toses y bostezos, etc. Para el estudio de los relatos, en cambio, es conveniente transformar esta transcripción en una síntesis detallada de lo dicho por uno y otro interlocutor, síntesis que constituye una primera re-elaboración de la muestra y que se vuelve en el material para el trabajo ulterior.
En este plano de los relatos, además, desde el punto de vista metodológico no es lo mismo si un hablante desarrolla relatos centrados en sí mismo que si desarrolla relatos centrados en terceros.
Un relato centrado en el hablante puede incluir alguna referencia a un tercero, pero el cierre del relato debe contener una acción o un estado del propio narrador. En cambio, un relato centrado en terceras personas puede tener alguna referencia al hablante mismo, pero el cierre del relato se ha de centrar en un tercero. En consecuencia, en cuanto al objeto del relato, es posible distinguir al menos dos alternativas: relatos centrados en terceros y relatos centrados en el propio narrador, a lo cual podemos agregar también relatos mixtos, sea porque se centran en terceros pero involucran al propio relator, sea porque se centran en el propio relator pero involucran a terceros. Pero además hemos encontrado que algunos relatos difieren por el sujeto, es decir, por el relator. En la mayoría de los casos el relato está desarrollado por un único hablante, pero en ocasiones, como cuando el marido contribuye con algunas palabras para que la esposa termine de desarrollar una anécdota, el sujeto del relato es mixto.
La investigación permite apreciar algunos cambios en los vínculos en la pareja, sobre todo por el desarrollo de defensas funcionales que pasan a atenuar el peso de las defensas patológicas que al comienzo del tratamiento tenían mayor peso y que conservan buena parte de su vigencia pese a todo.

II. 1. 2. Investigación del intercambio matrimonial en una sesión de psicoterapia de pareja
Nos proponemos exponer ahora los pasos en la preparación de la muestra y su organización (de manera de posibilitar una aplicación de los instrumentos del ADL) al estudio de una sesión de otra pareja (Britti et al., 2007).

Muestra
Se trata de una sesión de una pareja que consulta porque sus desavenencias se han incrementado hasta el punto de decidir separarse. En la sesión el hombre reprocha a su esposa que no se acerca a él cariñosa y sexualmente y esta aduce que no puede hacerlo porque él es injusto con ella y la maltrata. Cada uno de ellos expone además sus argumentos para justificar sea los reproches, sea las acusaciones. Este intercambio, que parece ser el centro de la desavenencia en la pareja, ocupa la primera parte de la sesión. En esa primera parte la terapeuta insiste en proponer al hombre algún cambio en su actitud como para que la esposa pueda acercarse cariñosamente a él. El marido le responde que su esposa no es un niño y que él espera tener a su lado a una mujer. En esa primera parte de la sesión no aparecen prácticamente relatos de anécdotas de lo ocurrido desde la sesión anterior a la actual. En la segunda parte de la sesión la terapeuta oscila entre centrarse en proponer cambios al marido y focalizar en la esposa. Entonces esta narra que han tenido una relación sexual, el marido la contradice: no ha sido una relación sexual, sino un fellatio que ella le ha practicado sin que ella le permitiera a él ni siquiera que la toque. La terapeuta comenta, sorprendida, que no le habían mencionado nada antes sobre este episodio, pero la pareja comienza a discutir en un tono cada vez más elevado, que culminan en gritos, con recíprocas interrupciones en que reiteran sus reproches (el hombre) y sus acusaciones de maltrato (la mujer), y ya la terapeuta enmudece.
Cabe destacar que la trascripción de la sesión permitió detectar dos rasgos fonológicos: uno consistió en el hecho ya mencionado: al avanzar la sesión, y sobre todo en su parte final, predominó en ambos una altura elevada de la voz, que llegaba por momentos a los gritos, y el otro consistió en que cada uno de los integrantes de la pareja por momentos producía al hablar chasquidos de lengua.

Selección de la muestra
Dado que en la sesión los pacientes relataron una única anécdota, mientras que las escenas desplegadas tuvieron mayor riqueza de matices, decidimos concentrar nuestro enfoque en estas últimas, lo cual incluía considerar tanto los actos de habla como los componentes paraverbales de los pacientes.

Organización de la muestra
Tras realizar una síntesis detallada de la sesión, en nuestra investigación diferenciamos tres momentos, caracterizados por la ausencia o la presencia de intervenciones de la terapeuta y, en cuanto a estas, por el destinatario directo de sus intervenciones. En el primer momento la terapeuta encaró el intercambio en la pareja desde la perspectiva del discurso de la mujer, por lo cual se dirigió sobre todo al hombre, en el segundo se centró no solo en el hombre sino también en su pareja, y en el tercero enmudeció. Solo en el segundo momento hubo un relato referido a la relación entre ambos cónyuges durante el período entre la sesión anterior y la actual.
Hecha esta primera diferenciación de los momentos de la sesión, pasamos a estudiar las escenas desplegadas, tanto en los actos de habla de marido y mujer como en los rasgos fonológicos. En cuanto a los actos de habla, se mantuvieron estables en los tres momentos: reproches del marido, acusaciones de la mujer. En cambio, se presentaron diferencias en cuanto a los componentes fonológicos. En efecto, los chasquidos de lengua se manifestaron sobre todo en los dos primeros momentos, de manera alternante, ya que primero fue el marido quien los expresó para luego expresarlos también su esposa, de manera que tanto uno como otro podía recurrir a este rasgo fonológico. En cambio en el tercer momento prevalecieron los gritos, con un rasgo predominantemente catártico.
En consecuencia, para estudiar las escenas desplegadas en sesión se hizo necesario organizar el material disponible combinando el análisis de los actos de habla y el análisis de los componentes paraverbales (chasquidos de lengua, gritos). En nuestro estudio apelamos a dos de los instrumentos del ADL: para el análisis de los actos de habla, el ADL-AH, y para el análisis de los componentes paraverbales, el ADL-CP. Una vez establecida esta combinación, decidimos que el resultado del análisis de los componentes paraverbales tendría hegemonía sobre el resultado del análisis de los actos de habla. Nuestra decisión se basa en una propuesta de Freud (1905e), en relación con el peso relativo que pueden tener las manifestaciones verbales y no verbales de un paciente coexistentes durante una sesión. En efecto, Freud otorgaba en un estudio de un caso mayor valor a las manifestaciones no verbales que a las manifestaciones verbales. En consecuencia, en el estudio de la pareja, si bien desde el punto de vista de los actos de habla había diferencias entre los cónyuges, estas diferencias desaparecían en el nivel de los componentes fonológicos. Así que lo que aparecía inicialmente como desavenencia correspondía al terreno verbal, mientras que en el paraverbal la pareja tenía fuertes coincidencias. Y quizá estas coincidencias (y lo que estas representaban), más que las desavenencias en el terreno verbal, fueran lo que más los empujaba a separarse, en la medida en que favorecían la tendencia a una aceleración recíproca de la violencia y la tendencia a la descarga catártica. En efecto, consideramos que los chasquidos de lengua podían ser entendidos como expresión de que el propio hablante no cree en lo que está diciendo, y que por lo tanto uno y otro desarrolla en la sesión una escena caracterizada por la falsedad, y que culmina en estallidos catárticos. Igualmente, fue posible inferir que la terapeuta había pasado de la credulidad inicial (en la palabra de la mujer) a un estado de parálisis y sorpresa, ante un cambio súbito en la sesión que no estaba preparada para encarar.

II. 1. 3. Investigación de las intervenciones clínicas en una sesión de pareja
Expondremos ahora los procedimientos desarrollados en un estudio algo más complejo, consistente en evaluar la pertinencia clínica de las intervenciones de la terapeuta en una sesión de terapia de pareja. Como se observará en lo que sigue, este estudio requirió que primero considerásemos los procesos intrapsíquicos e intersubjetivos en los pacientes, ya que solo luego de tener más claros estos aspectos se volvió posible determinar si las intervenciones de la terapeuta eran o no clínicamente pertinentes. En consecuencia, debimos estudiar primero las anécdotas que estos relataban, después las escenas desplegadas durante la sesión, luego el resultado del análisis con las palabras, como pasos previos para establecer comparaciones entre los resultados de estos análisis, y por fin las intervenciones de la terapeuta (Maldavsky, 2012b).

Muestra
En una sesión de pareja que transcurre pocos días después de Año Nuevo, la mujer (55 años) hace insistentes referencias a los esfuerzos realizados para preparar la vivienda, ya que esperaban la llegada de diferentes familiares, y en particular dos hijas ya adultas de ella misma con ex esposo, ya muerto, y un hijo adolescente del marido actual con una pareja anterior. Agrega que la casa estaba sucia y desordenada, y que parecía abandonada. La mujer muestra su malestar porque el marido no hizo los mismos esfuerzos que ella para acondicionarla, y lo mismo dice respecto de una de sus hijas, que dejó sucio un baño que debía limpiar. El marido (57 años) replica que él ha colaborado, pero que se ha tomado algunos momentos para él mismo. Agrega que es hora de parar con esas actividades. La terapeuta le dice a la mujer que ella tiene una tendencia a desbordarse y quedar luego dolorida. Imita a la paciente quejándose y la paciente completa el relato que hace la terapeuta sobre su propio dolor. La señora se refiere también a que ha mejorado la relación entre las hijas. La terapeuta le recuerda a la paciente que, en entrevistas de familia que han tenido tiempo atrás, las hijas le pidieron que no usara a alguna de ellas como excusa que justificara que ella no tuviera contacto con la otra. Agrega que las hijas se habían aliado en pedirle a la madre que hablara con cada una de los problemas propios de ese vínculo, y no de los problemas en el vínculo con la otra hija. La paciente replica que sus hijas también tenían sus problemas y la terapeuta aclara que ella no dijo que no los tuvieran. Respecto del episodio narrado por la mujer acerca del vínculo con la hija, la terapeuta agrega que la exigencia de pulcritud de la madre hacia la hija parece una tentativa de una fusión perfecta entre ambas. Como la mujer parece no entender, la terapeuta le pide ayuda al marido. Este dice que cada uno tiene un diferente nivel interno de limpieza. La terapeuta comenta que puede haber un nivel de limpieza no perfecta, pero sí suficiente. Propone relacionar el tema de la suciedad con el tema del abandono. La mujer dice que esta propuesta le parece muy interesante, y la terapeuta le responde que no se trata de que algo sea interesante sino de que sea verdadero.
Luego los integrantes de la pareja pasan a referirse a las dificultades para pasar momentos gratos juntos, ya que cada uno tiene su trabajo y sus propios hijos. La esposa dice que el marido tiene un conflicto entre agradar al hijo y agradarle a ella. La terapeuta dice que no se pueden juntar los compromisos con los deseos. La esposa narra que ahora una de sus hijas la trata con cariño a ella. Más adelante, la esposa dice que su hija le hizo creer que las manifestaciones de cariño que había tenido eran consecuencia de que ella le había mostrado su enojo por la falta de conexión entre ambas. Luego se refiere a un episodio en que manifestó su enojo al marido cuando este llegó tarde con su hijo, y justifica este enojo en el hecho de que su hija no había comido por esperarlos. La terapeuta le dice que no justifique su enojo poniendo a la hija como argumento, ya que el enojo le había salido de adentro.

Selección de la muestra
Como el objetivo de la investigación fue estudiar las intervenciones de la terapeuta en cuanto a su pertinencia clínica, el primer paso, tras transformar la transcripción de la sesión en un relato minucioso del intercambio, fue analizar las manifestaciones de cada paciente (en cuanto a los relatos, los actos de habla y las palabras) y las de la terapeuta, en particular sus intervenciones centrales. En la descripción que sigue de los pasos sucesivos de la investigación podrá observarse que la muestra seleccionada para cada ocasión fue diferente, y que a menudo ya no fue la transcripción de la sesión misma sino el resultado de algunos de los estudios sobre ella.

Organización de la muestra
Como ya mencionamos, comenzamos considerando los procesos psíquicos e intersubjetivos de la pareja que podían inferirse en esta sesión. Para lograr nuestro propósito debimos realizar los dos estudios que describiremos a continuación.
Un primer estudio tuvo como objetivo determinar los rasgos salientes de los relatos en cada integrante de la pareja, en cuanto a la cantidad de anécdotas proferidas por cada paciente y el tipo de defensa central en cada narración. Tras realizar el análisis de los relatos en uno y otro paciente, nos fue posible constatar que la mujer había desarrollado más del doble de narraciones que el marido, y que en ellas prevalecía un deseo acompañado de defensas patológicas, mientras que en las del marido las defensas eran funcionales.
El estudio subsecuente tuvo como objetivo detectar hasta qué punto los deseos que cada paciente podría desplegar en la sesión habían sido efectivamente expuestos. Para ello apelamos a otro procedimiento: la comparación entre los resultados de los análisis de los deseos en los actos de habla y de palabras en cada paciente. En efecto, el resultado del análisis de las palabras suele mostrar cuáles son los deseos que un sujeto está preparado para desplegar, y el resultado del análisis de los actos de habla suele exhibir cuáles de estos deseos han sido efectivamente desplegados. Esta comparación de los resultados de los análisis en cada uno de los pacientes mostró fuertes coincidencias entre los resultados del marido (con la excepción de un deseo, que tenía percentiles medio-altos en las palabras y muy bajos en los actos de habla), pero no respecto de la esposa, en quien determinados deseos exhibían coincidencias marcadas, mientras que otros deseos mostraban divergencias llamativas, como ser altos percentiles en las palabras, pero no en los actos de habla, por lo cual podíamos inferir que varios de los deseos que tenía una disposición a expresar no habían quedado desplegados en la sesión, mientras que otros deseos tenían un carácter hipertrófico en los actos de habla, sin que existiera un equivalente similar en los percentiles de las palabras.
Una vez considerados los rasgos de los procesos psíquicos de cada integrante de la pareja y los procesos desarrollados en el vínculo entre ambos, tal como podían inferirse del análisis de las manifestaciones discursivas en la sesión, el paso siguiente se centró en las intervenciones centrales de la terapeuta. Las intervenciones de un terapeuta pueden ser introductorias (saludar, recabar información, etc.), centrales (establecimiento de nexos causales, de equivalencia, etc.) o complementarias (aclaraciones, ejemplificaciones). El objetivo de este nuevo paso fue detectar las intervenciones centrales de la terapeuta y estudiar algunos de sus rasgos: su número, sus destinatarios, el deseo dominante y el lugar dado a cada paciente.
Tras estudiar los deseos en los actos de habla de la terapeuta y comprobar que en sus intervenciones la terapeuta se había centrado, en su mayoría, en la esposa, mientras que tomaba al marido como representante de ella misma ante la mujer, consideramos estar en condiciones de dar el paso siguiente, correspondiente al objetivo central de nuestra investigación: determinar si las intervenciones de la terapeuta eran o no clínicamente pertinentes.
Para ello comenzamos por comparar entre sí los resultados de los deseos en los análisis de los actos de habla de los dos pacientes y de la terapeuta. Como resultó posible determinar que en el marido el deseo que en los actos de habla de la paciente aparecía como hipertrófico (a diferencia de lo que ocurría con sus palabras) tenía altos percentiles en sus propios sus actos de habla y sus palabras, y que algo similar ocurría en la terapeuta, nos preguntamos si la ya mencionada hipertrofia en la expresión de un deseo en los actos de habla de la esposa podría estar respondiendo a los influjos del intercambio en la sesión, en contradicción con lo que el análisis de sus palabras indicaba. Además, como esta comparación permitió comprobar también que el marido y la esposa compartían uno de los deseos que tenía alta expresión en las palabras y baja expresión en los actos de habla, nos preguntamos si este deseo permanecía como una escena en amago en el vínculo entre ambos pacientes en la sesión, quizá hasta que una serie de intervenciones clínicas pertinentes les ofreciera un espacio para su despliegue. En suma, nos preguntamos si las intervenciones de la terapeuta no favorecían la hipertrofia de determinado deseo en los actos de habla de la paciente y la hipotrofia de otro deseo en ambos integrantes de la pareja.

II. 2. Estudios de familia
Del mismo modo que los estudios de pareja antes expuestos, los referidos a los procesos psíquicos y vinculares en la familia poseen una fuerte heterogeneidad, lo cual tiene consecuencias en el terreno metodológico-procedimental. El primer estudio es una investigación clínica, mientras que el segundo y el tercero son psicosociales. El segundo y el tercero tienen un carácter longitudinal, mientras que el primero se centra puntualmente en una sesión. En el segundo los participantes no desarrollan relatos, sino que despliegan escenas, con alta predominancia de componentes no verbales, mientras que en el primero los participantes sobre todo intercambian verbalizaciones, y en el tercero una única participante expresa relatos. Del mismo modo que en los estudios de pareja, en los estudios de familia el tipo específico de muestra así como las características singulares de los objetivos de cada investigación condujeron a desarrollar diferentes procedimientos, sea en la preparación del material para su análisis, sea en el empleo de los instrumentos, a lo cual se agrega la implementación de herramientas menos habituales en otras investigaciones. Un cuarto trabajo, por fin, presenta un enfoque más general de los estudios de pareja y familia, y contiene una propuesta de operacionalización de conceptos y de categorización de las relaciones correspondientes a partir de tales conceptos.

II.2. 1. Investigación en una sesión de psicoterapia de familia
Nos proponemos exponer ahora el conjunto de procedimientos y decisiones metodológicas que nos vimos llevados a tomar en el estudio de una sesión de familia. Podrá notarse que, quizá por la complejidad de los problemas que se presentaban, nos vimos llevados a dar sucesivos pasos en nuestra investigación (Maldavsky, 2012a).

Muestra
El padre, la madre (ambos en la segunda mitad de la sexta década de vida) y el hijo (de 40 años) concurrieron a una serie de entrevistas terapéuticas en la institución en que estaba internado este último, tras haber abandonado a su hijo y a su esposa, embarazada nuevamente, haber dejado su trabajo y haber realizado una tentativa suicida. En la entrevista de marras, el hijo reclama el reconocimiento por parte del padre y que este le pida perdón, y el padre, llorando, dice que ya se lo ha pedido. Luego los tres se interrumpen recíprocamente hasta que la madre logra decir que uno de los dos es soberbio y el otro no tolera nada. Enseguida padre e hijo se enzarzan en sucesivas discusiones acerca de momentos de la historia del hijo y acerca de su interpretación: servicio militar, trabajo, estudios. El padre da una imagen de un hijo con capacidades poco comunes y un futuro brillante y el hijo describe esos momentos como sucesivos fracasos y claudicaciones. Luego el hijo acusa a la madre por no haberle dado suficiente comida y esta le replica que él quería comer lo que correspondía a sus hermanos, y que esa conducta de su hijo derivaba de su envidia. El padre jura que la madre nunca le ha retaceado comida al hijo. También aclara que él ha castigado más a un hermano mayor del paciente y no tanto al paciente mismo. El padre y el hijo vuelven a discutir: el hijo dice que su padre siempre lo ha castigado y este replica que el hijo ha sido díscolo y ha pensado lo negativo. El hijo cuestiona al padre porque no es objetivo, a veces dice cosas de los hijos y se las cree. Lo critica porque a un hermano menor le ha comprado un vehículo para que pueda desplazarse en su trabajo, y el padre responde que el hijo se había comprometido a devolver el préstamo de sus padres. El hijo le responde que no ha cumplido con su compromiso, y que además ha dejado de trabajar en el lugar inicial, ha vendido el vehículo y ha empleado el dinero para comprar la marihuana que consumía. El padre replica que solo en ese momento se entera de que el hijo consume marihuana. La madre, a su vez, dice que el hijo la trataba como si esta estuviera loca. El hijo le dice que ella se metía demás, y le cuestiona que lo hubiera despertado cuando él prefería seguir durmiendo por la mañana. El padre dice que la madre nunca dejó de querer a los hijos, y el hijo insiste: hay hermanos preferidos, y él nunca tuvo apoyo de sus progenitores. El padre responde que él sabía que su hijo siempre pensó eso. El hijo pide al terapeuta que haga callar al padre. Agrega que él no está enfermo, sino que tiene un vicio en la forma de su pensamiento por el influjo de sus padres. Añade que está enojado porque sus padres no lo escuchan, porque hay cosas que no les entran en la cabeza. En el cierre de la hora el padre dice que espera que todos puedan intercambiar para que su hijo piense y el hijo lo objeta. El padre dice que el hijo lo está recortando. La madre dice que el hijo se ha puesto varias veces rojo, y el padre dice que no quiere que el hijo se ponga así y le pide que no se enoje. El hijo le pide al padre que se calle.

Selección de la muestra
Tras realizar una síntesis detallada de esta sesión, nos fue necesario, en dos momentos sucesivos, tomar decisiones respecto de la selección de la muestra, como se expondrá poco más adelante. En un primer momento la muestra estuvo constituida por toda la sesión, entendida como un conjunto denso de relatos, actos de habla y palabras. En un segundo momento, el avance de la investigación condujo a que nos concentráramos en solo algunos segmentos, constituidos por relatos caracterizados por las discrepancias entre las versiones (en cuanto a los hechos y sobre todo en cuanto a su valoración) de los integrantes de la familia.

Organización de la muestra
Esta investigación tuvo diferentes momentos, uno exploratorio y otro descriptivo. En un primer momento de la investigación, la muestra estuvo constituida por los relatos de cada paciente, sus actos de habla y sus palabras. El estudio permitió hacer dos tipos de comparaciones, una de ellas entre los resultados de los diferentes niveles de análisis en cada paciente y la otra entre los resultados de cada nivel de análisis en los tres integrantes de la familia. Al analizar este conjunto, encontramos que los resultados de los estudios (en cuanto a relatos, actos de habla y palabras) de cada uno de los hablantes mostraban afinidades en algunos puntos pero diferencias en otros aspectos. Además, al comparar los resultados de los análisis de los tres integrantes con los instrumentos del ADL-AH se hizo evidente que había fuertes similitudes entre ellos. Estas similitudes no implican necesariamente falta de conflicto entre los integrantes de una familia, sino que pueden indicar una escalada entre ellos en cuanto al conflicto. En cambio, los resultados de los análisis de las palabras tenían diferencias entre los tres integrantes de la familia y con los resultados de los análisis de los actos de habla. Sostuvimos entonces que, mientras que las palabras ponen en evidencia los deseos del sujeto, los actos de habla suelen poner en evidencia por un lado estos mismos deseos y por otro lado el influjo recíproco en el intercambio. En otras investigaciones hemos podido armonizar los resultados de los estudios de actos de habla y de palabras recurriendo al estudio de los relatos, que suelen dar su lugar a cada uno de los resultados divergentes en diferentes escenas narradas. Sin embargo, no pudimos recurrir a esta solución en la presente oportunidad, ya que en cada uno de los padres, como promedio solo un 10% de los relatos se centraba en el hablante mismo, y en el hijo esto ocurría en solo un 36%. Hasta aquí habíamos llegado con nuestros procedimientos canónicos en los análisis de las manifestaciones verbales en los tres niveles: relatos, actos de habla, palabras. Pero al alcanzar este punto, que implica estudiar los relatos para armonizar resultados de los otros niveles de análisis, nos hemos encontrado con una fuerte limitación, que nos exige buscar otros caminos.
Dados los porcentajes antes mencionados referidos a los relatos centrados en el propio hablante, consideramos aconsejable estudiar estos relatos desde la perspectiva de los actos de habla de cada uno de los integrantes de la familia. Este objetivo más específico corresponde un nuevo diseño de la investigación, ya de tipo descriptivo. Sobre todo resaltaban las escenas caracterizadas por las discrepancias entre padre, madre e hijo. En los conflictos entre versiones con su madre, el hijo se limitaba a cuestionar parcialmente a esta última. En cambio, en los conflictos entre versiones con el padre, el hijo exacerbaba su crítica y su actitud de rechazo.
Por fin, dimos un paso más en la investigación y nos centramos en el problema de la fluidez o la interferencia en los intercambios. Pudimos advertir entonces que, mientras que en el vínculo madre-hijo o madre-padre se mantenía una cierta fluidez, en el vínculo padre-hijo se daba una fuerte interferencia, en la cual el hijo daba por clausurado el intercambio.

II. 2. 2. Investigación del procesamiento en un sujeto psicosocial de la autoridad existente en la familia de origen y en el contexto extra-familiar
Consideremos ahora una investigación con un marco conceptual, unos objetivos y una muestra diferentes de los previos. El marco conceptual consiste en suponer que, en la determinación de un sujeto psicosocial, tienen peso la familia, y sobre todo las figuras que ejercieron la autoridad en su infancia, y que luego puede ocurrir que cada sujeto desarrolle un proceso creativo que le permite producirse como tal en contextos sociales y políticos más complejos. De esta investigación, que constituye el centro de una tesis de doctorado en curso, la autora (Acevedo, 2013) expuso una parte, dedicada al estudio de los procesos psíquicos (entre los cuales se incluyen tanto las identificaciones como la propia creatividad) y las condiciones ambientales que posibilitan la constitución de la personalidad psicosocial de un sujeto.

Muestra
La muestra estuvo constituida por tres tipos de materiales: 1) una reunión de un colectivo docente (de ambos sexos, con edades que iban de los 35 a los 60 años) en que cada integrante analizaba su relación con la autoridad en diferentes períodos de la vida, 2) una entrevista individual en que se retomaban estos temas y 3) un relato de vida profesional en el cual uno de los temas era la autoridad. De este material, el estudio se centró en las expresiones de una de las participantes.

Selección de la muestra
Este material ofreció en porcentajes variables información correspondiente al tema de la investigación: de la reflexión realizada en el grupo, un 27 %, de la entrevista individual, un 81,8% y del relato de vida profesional, un 72,2% sirvieron para la construcción de la muestra.

Organización de la muestra
El material de la docente estudiada consistió en el relato de sus experiencias infantiles en la familia, con padres y hermanos, y sus experiencias posteriores de formación que la llevaron a desarrollar su práctica profesional hasta el presente.
De la muestra se extrajeron un conjunto de anécdotas, que la autora describió inicialmente de manera detallada. Luego la autora ordenó este material en tres conjuntos referidos a los influjos de diferentes modelos de autoridad sobre la narradora (padre autoritario, madre sumisa ante el padre pero tierna con los hijos, que incluían tanto a los hermanos mayores, rebeldes respecto de la autoridad paterna, como a la relatora misma) y un cuarto conjunto referido a la construcción que la narradora, tras superar el temor a los juicios adversos de personajes que ella consideraba importantes, ha hecho de sí misma como autoridad (tierna pero firme).
En esta investigación se aplicó el ADL-R. En las escenas de las secuencias narrativas la autora estudió tanto los deseos y las defensas de cada uno de los familiares como los de la misma relatora. De tal modo, en esta ocasión el relato de una narradora fue empleado para estudiar los nexos en una familia y la progresiva autonomía de la relatora respecto de la autoridad de padres y hermanos, al constituir su propio sistema valorativo.
Metodológicamente hablando, en esta investigación se realizó un aprovechamiento más amplio del recurso descrito en II. 1. 1, sobre los relatos referidos no solo al propio narrador sino a terceros.

II. 2. 3. Investigación psicosocial de una familia con un enfoque longitudinal
Pasemos ahora al enfoque de las cuestiones metodológico-procedimentales en otra investigación, esta vez centrada en una muestra longitudinal de una familia compuesta por los padres y un bebé en el curso del primer año de vida. Como la anterior, no se trata de un estudio clínico sino psicosocial. Esta exposición constituye una síntesis de algunos aspectos de una investigación más extensa centrada en las relaciones familiares entre los padres y el bebé, aspectos que integran la tesis de doctorado en curso de L. A. Stoppiello (2009, 2012). De esta investigación, que exigió tomar diferentes decisiones desde la perspectiva metodológico-procedimental, habremos de considerar sobre todo los problemas referidos a la selección y organización de la muestra y a los instrumentos y su empleo, es decir, los procedimientos de su aplicación.

Muestra
Se trata de una pareja en la treintena y un bebé, cuyo intercambio, tras el consentimiento de ambos padres, fue filmado con una cámara de video una vez por mes a la misma hora, durante 45 minutos. Estas filmaciones (que duraban entre 20 y 30 minutos) comenzaron poco días después del nacimiento y terminaron al finalizar este primer año de vida del bebé. El material disponible de estas grabaciones resultó abigarrado y heterogéneo. Había momentos en que los tres integrantes del grupo familiar tenían una interacción rica y compleja, en otros momentos la interacción se restringía a dos de ellos, y por fin en algunas ocasiones la interacción era prácticamente nula.

Selección de la muestra
Para no quedarnos con un enfoque intuitivo de los momentos de mayor y menor interacción, se hizo necesario construir una grilla (Escala de Interacción Triádica Precoz, EITP, Stoppiello, 2011) en que se consideraron cinco áreas de las manifestaciones (vigilia, mirada, atención, componentes motrices y componentes verbales y paraverbales), con las cuales fue posible establecer grados de interacción entre los padres y el bebé en cada uno de estos items, con una escala likert acompañante. Entonces fue posible contar con criterios más precisos acerca de los grados de intercambio. La aplicación de este instrumento permitió seleccionar aquellos sectores de las filmaciones en que había un máximo de interacción en las diferentes áreas. En consecuencia, el autor pudo disponer de una muestra más restringida, correspondiente a esos momentos de mayor interacción entre los tres integrantes de la familia. El autor realizó luego un relato minucioso de las manifestaciones desarrolladas por cada uno de los integrantes de la familia en los segmentos así seleccionados.
Con el correr de los meses, a lo largo del primer año fue variando el contenido de esta muestra más restringida. Sin embargo, se mantuvo a lo largo del tiempo una combinación entre movimientos, verbalizaciones y componentes fonológicos, con un incremento de las contribuciones del bebé en el intercambio (en cuanto a la variedad de los recursos expresivos).
Era frecuente que uno y otro progenitor tratara de atraer la atención del bebé. La madre procuraba sobre todo alimentarlo, mientras que el padre le proponía juegos, sobre todo de carácter imitativo. Uno y otro recurrían a la motricidad, las palabras y las modulaciones de la voz. Además, el padre también se dirigía a la madre, quien a menudo no le respondía. A su vez, el bebé oscilaba entre intercambiar con uno u otro de sus progenitores, aunque en ocasiones lo hacía con uno y otro simultáneamente.

Organización de la muestra
Dada la diversidad de la muestra ya seleccionada, nos encontramos con el problema del criterio ordenador del conjunto, que nos permitiera segmentar las manifestaciones de manera tal que permitiera un estudio refinado con los instrumentos y que respetara la ocurrencia de los hechos en el intercambio entre los padres y el bebé. Consideramos que, de los tres tipos de manifestaciones antes mencionadas (verbales, paraverbales y motrices), solo los movimientos (y más esporádicamente los componentes paraverbales) eran comunes a todos, y que por lo tanto era conveniente segmentar la muestra en secuencias de movimientos que involucraran a uno o varios de los tres actores. Las palabras o frases de madre y/o padre, así como las manifestaciones fonológicas de los tres integrantes de la familia, quedaban incluidas en el contexto de estos desempeños motrices, propios y ajenos.
Así que, en primer lugar, segmentamos la muestra en unidades correspondientes a una secuencia gesticular, motriz, unidades estas que involucraban a uno o más de los integrantes de la familia. Para el análisis de estas secuencias fue necesario dar un segundo paso, consistente en una sub-segmentación de cada una de las unidades de análisis en sectores más acotados. La unidad de análisis "alimentar al bebé" se podría descomponer, por ejemplo en "poner (la madre) la papilla en la cuchara", "acercar (la madre) la cuchara a los labios del bebé", "abrir (el bebé) la boca", "depositar (la madre) en el interior de la boca del bebé el contenido de la cuchara" y "retirar (la madre) la cuchara vacía de la boca del bebé". Puede notarse que en varias de estas sub-unidades tiene participación activa lo que hace el hijo, y no solo la madre (por ejemplo, abrir la boca, cerrar los labios alrededor de la cuchara, etc.).
Fue posible distinguir al menos estas unidades de interacción: 1) madre-hijo, 2) padrehijo, 3) madre-padre, 4) hijo-madre-padre. El punto 3 requiere alguna aclaración: en ocasiones el padre se dirigía verbalmente a la madre y esta no le respondía, sino que estaba concentrada en la relación con el niño, y en ocasiones ambos progenitores intercambiaban brevemente algunas palabras y frases, en medio de alguna práctica de atención al bebé. Para estudiar el intercambio se hizo necesario recurrir a diferentes instrumentos del ADL: el ADL-AH (que permite analizar el discurso tanto materno como paterno), el ADL-CP (que permite analizar los rasgos paraverbales de los tres miembros de la familia) y el ADL-M (que permitía estudiar los sectores de los programas gesticulares de estos tres integrantes). Se presentaron además otros problemas metodológico-procedimentales. Uno de ellos tiene que ver con la complejidad del intercambio y otro con la complejidad de la coexistencia de varias manifestaciones en cada sujeto.
Respecto del primero de estos problemas (intercambio), fue necesario considerar que un mismo acto de habla, componente paraverbal o movimiento puede tener un destinatario evidente (otro integrante de la familia), pero también otros destinatarios, como por ejemplo el tercero de los miembros de la familia e inclusive el observador presente en la escena. Así ocurría, por ejemplo, cuando la madre, en lugar de responder a un comentario del padre, dirigía al bebé sus movimientos y eventualmente sus propias palabras. Estas manifestaciones de la madre dirigidas hacia el bebé tenían un segundo destinatario, el padre, y quizá el entrevistador mismo.
Respecto del segundo problema (coexistencia de varias manifestaciones en un mismo sujeto), podía ocurrir que la madre al mismo tiempo que hablaba desarrollaba un programa gesticular, ambos con un mismo destinatario, el hijo. Pero también podía ocurrir que el bebé abriera la boca para recibir la cuchara con alimento que le daba la madre, al mismo tiempo dirigía la mirada hacia el padre, mientras que sacudía espasmódicamente el brazo izquierdo, como tentativa de descarga de su propia tensión. En tal caso, el bebé desarrollaba tres programas gesticulares simultáneos, uno con la boca, otro con los ojos y otro con el brazo izquierdo, cada uno con un destinatario diferente. Ambos problemas requirieron un refinamiento en la preparación de la muestra, sobre todo en la sub-segmentación de las unidades de análisis, como para permitir la ulterior aplicación de los instrumentos del ADL para analizar componentes verbales, componentes paraverbales y componentes motrices.

II. 2. 5. Investigación del contrato narcisista y el pacto denegativo para la categorización de los vínculos en pareja y familia
Hemos dejado para el final la exposición referida a un estudio más general, el cual tenía como objetivos: operacionalizar dos conceptos: contrato narcisista y pacto denegativo, desarrollados por autores franceses (Aulagnier, 1991, Kaës, 2010) y categorizar con ellos los vínculos posibles entre sujetos en una pareja o una familia. El primero de dichos objetivos estaba al servicio del segundo.

Selección de la muestra

En este trabajo contábamos con dos muestras, una que correspondía al terreno conceptual, y otra que era a la vez empírica y general, no particular. La primera muestra estaba constituida por dos series de conceptos. Por un lado estaban los dos conceptos antes mencionados, que fueron analizados en sus rasgos centrales, consistentes, para el primero, en un compromiso recíproco de sostener un vínculo libidinal y a sus inte" grantes, y, para el segundo, en una tendencia a rechazar aquello tomado como amenaza para dicho vínculo. Por otro lado formaba parte de la muestra el concepto de defensa, que implica por un lado la sobreinvestidura de determinadas formaciones sustitutivas (que resultan valoradas y permiten mantener la autoestima, el sentimiento de sí) y por el otro la desinvestidura de otras formaciones sustitutivas (que resultan desvalorizadas y perturban el equilibrio narcisista), de las cuales es conveniente protegerse. La segunda muestra, empírica y general, estaba constituida por todas las relaciones de pareja y familia existentes, que podrían ser categorizadas con el empleo de los conceptos recién mencionados. Como primer paso para poder investigar los vínculos de pareja y familia, fue necesario encarar el primer objetivo (operacionalización de los conceptos). En este sentido, como el concepto de defensa podía articularse con el de contrato narcisista (en particular ese aspecto de la defensa que es la sobreinvestidura de determinadas formaciones sustitutivas) y el de pacto denegativo (en particular ese aspecto de la defensa que es la desinvestidura de otras formaciones sustitutivas de las cuales es conveniente protegerse), resultó posible la investigación del contrato narcisista y el pacto denegativo con los instrumentos del ADL, y en consecuencia pasamos a encarar el segundo objetivo (categorizar los diferentes vínculos de pareja y familia).

Organización de la muestra
Como el ADL permite estudiar los deseos y las defensas en las manifestaciones de los sujetos, fue posible realizar una categorización general de los contratos narcisistas y los pactos denegativos en las relaciones de pareja y en otros vínculos en la familia. Tomando en cuenta los dos conceptos centrales que el ADL estudia, pudimos categorizar estas cuatro alternativas: 1) coincidencia en cuanto a deseo y defensa, 2) discordancia en cuanto a deseo y defensa, 3) coincidencia en cuanto al deseo y discordancia en cuanto a la defensa, 4) discordancia en cuanto al deseo y coincidencia en cuanto a la defensa. Estas categorías abarcan a los vínculos de pareja, pero también a los vínculos entre padre o madre e hijo, entre hermanos, entre suegra y nuera, entre cuñados, etc.

III. Instrumentos y procedimientos

Las investigaciones que acabamos de presentar muestran por un lado el empleo de instrumentos comunes a varias de ellas y algunos que resultan diferentes. Sin embargo, el diseño general de la investigación debe atenerse a la muestra que en cada oportunidad tiene rasgos diferenciales, junto con algunos otros que son comunes. También el diseño de la investigación debe atenerse a los objetivos fijados en cada ocasión, objetivos estos estrechamente ligados con la muestra disponible. A veces los rasgos diferenciales exigen el empleo de instrumentos igualmente diferentes, y en otras ocasiones tales diferencias conducen a que cambie solo la estrategia de empleo de dichos instrumentos. A continuación expondremos algunos comentarios referidos a ciertos aspectos metodológico-procedimentales que resaltaron en los estudios reseñados poco más arriba.

III. 1. Las herramientas del ADL y su implementación
Para el análisis de los relatos proponemos, de manera canónica, transformar el discurso de cada hablante en secuencias narrativas. Cada una de ella está constituida por dos o tres momentos o escenas, las cuales están ordenadas con dos criterios: isotopía (es decir, los momentos corresponden al mismo tema), enlace cronológico-causal (es decir, los momentos se siguen uno al otro según un criterio temporal, en que además el primero parece ser "causa" del siguiente, etc.). La descripción de cada momento en una secuencia narrativa debe atenerse además a una serie de reglas expositivas: un número muy acotado de palabras, un único verbo central conjugado, etc.
En aquellas anécdotas centradas en el sujeto mismo, en terceros, o en ambos, es conveniente analizar cada momento o escena con los instrumentos para el estudio de los deseos y las defensas y su estado de que dispone el ADL-R. Es conveniente diferenciar aquellas anécdotas centradas en el hablante de aquellas otras en que el relato se centra en personas diferentes del hablante. Además, como en II. 1. 1, es conveniente diferenciar aquellas anécdotas construidas por un único sujeto de aquellas otras construidas por dos hablantes. En este último caso, sugerimos estudiar no solo los deseos y las defensas contenidas en las escenas relatadas sino el proceso mismo de construcción de la secuencia narrativa, lo cual implica realizar también un estudio de los actos de habla (por ejemplo, completamiento), para lo cual está disponible el ADL-AH.
Pero también puede ocurrir, como en la descripción de la sesión de psicoterapia de la pareja con desavenencias (II. 1. 2), que sea necesario poner el énfasis en las escenas desplegadas, ya que los relatos son escasos. Estas escenas pueden desplegarse, como en esta oportunidad, en los actos de habla y en los rasgos fonológicos de uno y otro. Los primeros pueden ser estudiados con el ADL-AH y los segundos con el ADL-CP.
En diversas oportunidades encontramos también que la escena desplegada incluye los movimientos de uno o varios de los integrantes, como se evidencia sobre todo en el estudio sobre la madre, el padre y el bebé durante el primer año de vida (II. 2. 3). Para el estudio de los deseos en estos movimientos contamos con el ADL-M.
En algunas investigaciones, como la centrada en las intervenciones de la terapeuta (II. 1. 3), también estudiamos los deseos en las palabras. Este estudio permite detectar qué deseos constituyen los que el hablante tiene una disposición a transformar en escenas, sobre todo las desplegadas durante la sesión. Entonces es posible establecer comparaciones entre lo que el hablante presentaba como disposición y lo que efectivamente desplegó como escena en el intercambio. Para el estudio de los deseos en las palabras contamos con el ADL-P.
Cabe destacar que esta estrategia de la investigación, consistente en comparar los resultados de los análisis de los actos de habla y de palabra, constituye una fuente promisoria de abordaje de los problemas, pero tiene también sus problemas implícitos en el terreno metodológico-procedimental. En efecto, para la comparación entre resultados de análisis de diferentes niveles es necesario apelar a los percentiles correspondientes. Los procedimientos tendientes a establecer esta comparación requieren un avance atento y cauteloso que se atenga a las propiedades de cada una de las distribuciones de frecuencias ya establecidas. Un instrumento complementario que hemos usado consiste en la grilla clasificatoria de las intervenciones del terapeuta, cuya aplicación forma parte de II. 1. 3. A
unque en ninguna de estas investigaciones hemos empleado el ADL-SV, que permite detectar los deseos y las defensas en los dibujos, las pinturas, etc., destaquemos que su implementación, cuando la muestra y los objetivos lo aconsejan, puede enriquecer notablemente un estudio concreto, en cuanto al enfoque sea de las escenas narradas, sea de las desplegadas durante un intercambio concreto. Entre los estudios precedentes, los que mayores dificultades presentaron en el terreno metodológico-procedimental fueron el II.1. 3, el II. 2. 1 y el II. 2. 3. El primero de ellos requirió una elaboración compleja de los nexos pacientes-terapeuta, con varios intermedios, el segundo exigió el desarrollo de una investigación inicial y de una posterior y el tercero hizo necesario articular los resultados de los análisis de múltiples segmentos en términos de estudios de los vínculos.

III. 2. El relato como acto de habla
Los relatos sobre sí mismo y sobre terceros suelen tener fuerte importancia en los estudios de pareja y familia. Así quedó testimoniado en el estudio de la segunda pareja (II. 1. 2), y de manera mucho más drástica en el estudio del modo en que una narradora procesa los influjos de la autoridad parental y social para transformarse en un sujeto psicosocial que ejerce la autoridad con un criterio diferente (II. 2. 3).
Metodológicamente hablando, existe un problema adicional, ya que a veces un relato tiene menos el valor de describir una anécdota propia o ajena y más bien parece haber sido diseñado para generar un efecto en un tercero, como ser otro interlocutor, el entrevistador o el terapeuta, como podría ser convencerlo de algo, para lo cual el hablante aporta pruebas (por ejemplo, para reprochar o acusar, como lo haría la esposa, o para levantar tales reproches o acusaciones, como lo haría el marido, en ambos casos en II.1. 2). En tal caso, el relato vale no solo como tal sino también como acto de habla. Igualmente, un relato puede implicar una alianza entre ambos integrantes de una pareja para convencer al terapeuta de que las cosas van mejor, inclusive como forma de protegerse del sentimiento de inferioridad, sobre todo si quien lidera ese relato (con el acompañamiento del otro integrante de la pareja) pretende incrementar su auto-estima ante el terapeuta.
En este sentido puede resultar conveniente tomar en cuenta la diferencia entre lo que uno de los integrantes de la pareja, o ambos, relata al comienzo de la entrevista o sesión y algunas anécdotas que narra posteriormente, ya que puede haber una estrategia inicial embellecedora del estado de la familia que luego, por las intervenciones del entrevistador o del terapeuta, puede quedar relevada por la descripción de episodios conflictivos que requieren atención.

III. 3. Procedimientos reglamentados y procedimientos acordes con el objetivo y con la muestra de la investigación
Las descripciones precedentes de las decisiones metodológicas en la investigación permiten diferenciar, según lo mencionamos al comienzo, dos tipos de procedimiento. Uno de ellos tiene un carácter canónico, se atiene al manual ya establecido del ADL, mientras que otro grupo de procedimientos pone en evidencia la necesidad de adecuarse al objetivo del estudio y al tipo de muestra estudiada. Entre los procedimientos canónicos se encuentran los correspondientes a la preparación de la muestra, para el estudio sea de las palabras, sea de los actos de habla, sea de los relatos. Respecto del estudio de los relatos, un primer paso canónico consiste en armar una síntesis detallada de lo dicho por cada uno de los interlocutores durante la sesión, al cual sigue el armado de cada secuencia narrativa y el análisis de cada momento que la compone y de esta en su conjunto.
En cambio, otros sectores de los procedimientos revelan la tentativa de acomodar los instrumentos disponibles a los rasgos de la muestra. Así ocurre con la categorización de las secuencias narrativas según el objeto (relatos centrados en el hablante, relatos centrados en terceros, relatos centrados en ambos) y según el sujeto (construidas por un solo hablante, construidas entre ambos hablantes), tal como lo describimos respecto del estudio de la primera pareja (II. 1. 1), o con la diferenciación de tres sectores en una misma sesión tomando en cuenta el tipo de intervención de la terapeuta, tal como lo describimos respecto del estudio de la segunda pareja (II. 1. 2). Igualmente, en el estudio de la tercera pareja (II. 1. 3), de mayor complejidad, los procedimientos más destacados correspondieron a la comparación de los resultados de los análisis de los deseos en las palabras y los actos de habla de cada paciente, de los resultados de los análisis de los deseos en las palabras entre los tres interlocutores y de los resultados de los análisis de los actos de habla entre estos mismos interlocutores. A ello se agregó el análisis de las intervenciones centrales de la terapeuta, que fue apenas mencionado en otros estudios (II. 1. 1 y II. 1. 2), y que en este otro (II.1. 3) ocupó el foco de la investigación.
En cuanto a los estudios sobre familias, también los procedimientos facultativos fueron variados. En la investigación de la sesión de la familia (II. 2. 1) tuvo este carácter la decisión de focalizar, en la segunda parte del estudio, en los relatos en que había discrepancias entre los interlocutores. En cambio, en la investigación del intercambio entre el bebé y sus padres (II. 2. 4) tuvieron relieve las decisiones ligadas con el nivel de análisis prevalente y las ligadas con el enfoque de la simultaneidad entre diferentes manifestaciones, pertenecientes a diferentes terrenos (como el verbal y el motriz) o a un mismo terreno (motricidad del rostro y motricidad de las piernas en el bebé).
Algunos de los procedimientos facultativos implementados derivan de los objetivos de la investigación, como ocurrió en la investigación centrada en las intervenciones de la terapeuta de pareja (II. 1. 3), mientras que otros derivan de los rasgos de la muestra, como en los estudios de los padres con el bebé (II. 2. 4). Algunas de las decisiones tomadas en el curso de la investigación implican en el fondo un pasaje de un tipo de investigación a otra, en que a veces la primera es exploratoria y la segunda es descriptiva.

III. 4. Elaboración de los resultados
En una investigación psico-social es posible estudiar los cambios y lo que se mantiene estable en alguno de los integrantes de la familia. Así ocurre en el estudio expuesto en II. 2. 3, en el cual se evidencia que se mantiene el conflicto con la autoridad paterna, mientras que otras relaciones con la autoridad (con los hermanos mayores, por ejemplo) tienen un carácter más gratificante. Igualmente, en el estudio expuesto en II. 2. 4, se observa que, en el terreno de la motricidad, se presentan aspectos cambiantes y otros que se mantienen estables en el vínculo, por ejemplo entre los padres, o en cuanto a la función adjudicada al padre, o en cuanto a la tendencia del bebé a responder a los estímulos de uno y otro progenitor. Además, es posible comparar, sobre todo en el bebé, los resultados de la aplicación de los diferentes instrumentos, sea a través de los meses, sea en el curso de una misma interacción.
Si el autor desea estudiar sesiones con un enfoque clínico, puede comparar lo que un integrante de la pareja dice del otro, o de sí mismo, en diferentes sesiones, o en el comienzo y en el medio de cada sesión. También puede comparar si a medida que avanza el tratamiento (o una sesión) aumentan o disminuyen los reproches y las acusaciones de uno y los alegatos defensivos del otro. Asimismo, puede comparar cómo responde cada paciente (sea en cuanto a las escenas que relata, sea en cuanto a las escenas que despliega en las sesiones) según el tipo de estrategia clínica del terapeuta. Cada uno de estos enfoques requiere un diseño diferente en la investigación, aunque varios de estos enfoques pueden aportar una perspectiva de la misma situación, la cual, finalmente, puede requerir una elaboración más sofisticada que integre el conjunto de los estudios parciales.
Por ejemplo, podemos comparar los relatos del hombre y la mujer de la pareja mencionada en primer lugar (II. 1. 1), en el período en que la terapeuta se centraba en el hombre desde la perspectiva de las narraciones de la esposa y en el período en que pasó a escuchar también lo que el esposo decía. Igualmente, si deseamos comparar el peso de los reproches y acusaciones de la esposa en cada sesión o en diferentes momentos de la sesión, podemos prestar atención a sus actos de habla en cada ocasión, combinado con un estudio de los relatos que pueden ser considerados como pruebas expuestas ante el terapeuta en la tentativa de convencerlo respecto del sufrimiento que el marido le provocaba con sus ausencias (para los reproches) o respecto de las injusticias que ella padecía cuando él frecuentaba a sus amigos bebedores o a las prostitutas. Una vez detectados estos actos de habla o relatos con la función de convencer al terapeuta, es posible evaluar su peso relativo en cada sesión. Para ello, en cada sesión puede evaluarse el porcentaje total de actos de habla que constituyen reproches o acusaciones y, en el terreno de los relatos para convencer, puede evaluarse el porcentaje de palabras empleadas, o el porcentaje del tiempo insumido por la paciente en esta misma actividad. Una vez hechas estas evaluaciones, es posible realizar una apreciación acerca del aumento o la disminución de los reproches o las acusaciones de la esposa al marido en el curso del tratamiento. Si se desea estudiar el cambio ocurrido durante la sesión, puede evaluarse si, en el tiempo dividido en segmentos de la misma duración, el porcentaje de los actos de habla o los relatos para convencer al interlocutor respecto de los rasgos negativos del marido se distribuye de manera similar, se incrementa o disminuye. Igualmente, respecto del ejemplo de la segunda pareja (II. 1. 2), la consideración de las intervenciones de la terapeuta (o la ausencia de intervenciones) fue un punto de partida para diferenciar tres sectores definidos del intercambio entre los integrantes de la pareja en sesión. En esta investigación, la consideración del tipo de intervenciones de la terapeuta permitió segmentar el material referido al intercambio entre los pacientes.
En cambio, en la tercera investigación (II. 1. 3), que pretendía determinar la pertinencia de las intervenciones de la terapeuta, dichas intervenciones tuvieron ya otro valor, que no correspondía solo al terreno procedimental, sino que se transformaron en el foco central del estudio, y el material referido al intercambio entre los pacientes pasó a tener el valor de indicador que permitía decidir respecto del interrogante central recién mencionado. Por fin, en una investigación sobre la sesión de terapia de familia (II. 2. 1) nos vimos llevados a centrarnos en la contradicción entre las versiones que el padre daba a menudo sobre las situaciones vitales de su hijo (versiones en las que había un cierto grado de idealización) y las que daba el hijo mismo. También había contradicciones, aunque menores, entre el hijo y la madre y entre el padre y la madre, pero estas otras contradicciones no llegaban al punto de volverse irreductibles, mientras que las que se daban entre padre e hijo dejaban a ambos enmudecidos y encerrados en su propia situación de soledad, sobre todo al hijo.

III. 5. Contrato narcisista y pacto denegativo en los vínculos de pareja y familia
Los conceptos mencionados en el título constituyen una forma clara de expresar el doble valor de la defensa, como sobreinvestidura de ciertos contenidos psíquicos y el rechazo de otros, en ambos casos para mantener o incrementar el equilibrio narcisista. Nos pareció que tales conceptos permiten aclarar un aspecto central de las relaciones entre dos sujetos en los vínculos de pareja y familia: integrantes de la pareja, vínculo fraterno, vínculo paterno o materno-filial, vínculo suegro-yerno, suegra-nuera, etc.
Desde el punto de vista procedimental, estos conceptos solo pueden articularse con los resultados de la investigación, y en cada ocasión pueden requerir de varios complementos, a la vez que contribuyen al refinamiento de los conceptos mismos. Asimismo, cada refinamiento en el enfoque de estos conceptos hace necesario un refinamiento equivalente en los procedimientos en la investigación.
Veamos cuatro ejemplos en los que es posible refinar los conceptos de contrato narcisista y pacto denegativo gracias a los estudios realizados con el ADL.
El estudio inicial de la relación de pareja (II. 1. 1) pone en evidencia que es necesario un mayor refinamiento, ya que podría pensarse que la esposa suponía que su marido había quebrantado el contrato narcisista con ella y que tenía en cambio un contrato narcisista con su propia familia, y que ella formaba parte de lo rechazado de ese vínculo, es decir, se ubicaba como destinataria de un supuesto pacto denegativo del marido con su familia. Nótese que estamos proponiendo que se desarrolla no solo un pacto denegativo sino que además un sujeto puede ser el destinatario de la exclusión o expulsión consiguiente a la implementación de dicho pacto. En un comienzo, este mismo vínculo se desplegó también como escena en las sesiones, claro que en este contexto la paciente procuraba desarrollar un contrato narcisista con la terapeuta y ubicar al marido como destinatario de un pacto denegativo. En el contrato narcisista que la paciente procuraba establecer con la terapeuta predominaba la defensa patológica. Luego, con el cambio en las intervenciones de la terapeuta, se dio en las sesiones un contrato narcisista entre marido y mujer, más evidente cuando entre ambos construían un relato en común. En este caso, el contrato narcisista entre ambos se basó en el predominio de defensas funcionales exitosas. De este análisis surge la sugerencia de tomar en cuenta que tanto el contrato narcisista como el pacto denegativo puede estar edificado con defensas funcionales o patógenas. También surge la conveniencia de tomar en cuenta que en un contrato narcisista y un pacto denegativo importa no solo la defensa (patológica o funcional) sino su estado. En efecto, aquellos que perpetran el rechazo de un tercero coinciden en una defensa exitosa, mientras que en aquel que es destinatario del rechazo por parte de otros dos, la defensa ha fracasado. Igualmente, surge la conveniencia de considerar que la ubicación de un sujeto en un vínculo en una escena relatada puede no coincidir con la ubicación que tiene o que intenta tener en la escena desplegada en una sesión.
Si agregamos el estudio del segundo caso de pareja (II. 1. 2), en el cual fue necesario considerar no solo los componentes verbales sino los paraverbales, entonces nos vemos obligados a refinar algo más nuestro análisis. En efecto, en el nivel verbal, los pacientes parecían hallarse en conflicto, cada uno cuestionaba al otro por haber quebrado un contrato narcisista previo: ella acusaba al marido, y este reprochaba a la esposa. El contrato narcisista quebrantado por uno y otro parecía haber estado construido con defensas patológicas, que en el presente fracasaban. En ambos la defensa era la misma, la desmentida fracasada, pero ambos diferían en cuanto al deseo acompañante de dicha defensa. Además, la paciente había establecido un contrato narcisista con la terapeuta en la escena desplegada en la sesión, al menos en la primera parte de esta, también basado en defensas patológicas. En este contrato narcisista entre ambas, la esposa y la terapeuta diferían en cuanto al deseo y la defensa. Pero en el nivel paraverbal el contrato narcisista entre los integrantes de la pareja se mantenía, y la terapeuta pasaba a ser la destinataria del pacto denegativo en la pareja. Claro que este contrato narcisista entre ambos solo tenía vigencia mientras estuviera presente la terapeuta, como destinataria del rechazo. El contrato narcisista que se mantenía entre los cónyuges en la sesión se basaba en el predominio de defensas patológicas exitosas, y lo mismo ocurría con respecto al pacto denegativo desarrollado para enmudecer a la terapeuta. Así que podemos agregar aún otro complemento a los conceptos de contrato narcisista y pacto denegativo: puede haber un contrato narcisista quebrantado en un nivel de análisis, como el verbal, y un mantenimiento de dicho contrato en otro nivel, como el paraverbal.
Pasemos al estudio de los padres con el bebé (II. 2. 3), y más particularmente a los desempeños motrices del niño, que simultáneamente parecía dirigirse a uno y otro de sus progenitores: por ejemplo, con la boca abierta para ser alimentado su destinatario era la madre, y con los ojos su destinatario podía ser el padre. Así que el niño respondía a un doble contrato narcisista, por un lado con la madre y por otro con el padre. Esta comprobación nos lleva a considerar que un mismo mensaje, o una sucesión de ellos, puede tener diferentes sectores destinados, respectivamente, al cumplimiento de otros tantos contratos narcisistas, y que algo similar ocurre con la motricidad corporal, que puede ser descompuesta para un análisis del mismo tipo. También puede llegar a ocurrir que, mientras un sector de un mensaje contenga el cumplimiento de un contrato narcisista, otro sector del mismo mensaje implique, por el contrario, el quedar ubicado como destinatario del rechazo en un pacto denegativo entre otros dos interlocutores.
Hemos dejado para el final el enfoque del estudio reseñado en II. 2. 2, que pone en evidencia la necesidad de otros refinamientos de los conceptos ya mencionados. En efecto, de este estudio puede inferirse que entre padre y madre había un contrato narcisista en que uno y otro mantenían la misma defensa (desmentida), pero con diferente deseo, y que a su vez cada uno de estos padres tendía a desarrollar con los diferentes hijos un contrato narcisista similar. Como algunos hijos se aliaban entre sí en el cuestionamiento de la propuesta paterna, se desarrollaba un nuevo contrato narcisista, esta vez filial, combinado con un pacto denegativo que tenía como destinatario al padre. Entre los hijos las defensas parecían ser funcionales. La relatora, a su vez, construyó nuevas propuestas de contratos narcisistas, en los que predominaban también defensas funcionales. Este ejemplo pone en evidencia la necesidad de considerar el cambio en las alianzas intersubjetivas no solo en contextos clínicos sino psicosociales.
Estos refinamientos en el enfoque del contrato narcisista y el pacto denegativo derivan de los procedimientos antes mencionados, es decir, la operacionalización de los conceptos, la categorización de los vínculos posibles y la aplicación consiguiente del ADL a los estudios de casos de pareja y familia, tanto en la clínica como en el terreno psicosocial. Estos refinamientos en cuanto a los conceptos exigen un refinamiento similar en cuanto a los procedimientos. Por ejemplo, el enfoque del lugar de los hijos en relación con el contrato narcisista conduce a aplicar el instrumento complementario del ADL-R, que permite detectar la posición de cada sujeto, como ayudante, o como ayudante de un enemigo, o como modelo o ideal, etc.

III. 6. Tipos y diseños de la investigación
Las investigaciones antes reseñadas pueden ser categorizadas de diferente modo. Una de ellas es conceptual, como la referida a la operacionalización de contrato narcisista y pacto denegativo, y otras, que constituyen la mayoría, son empíricas. Entre estas últimas, algunas son clínicas y otras psicosociales, algunas tienen una muestra compuesta por dos sujetos (pareja) y otras por más de dos (familia), algunas tienen una muestra puntual (una sesión, una observación) otras tienen una muestra longitudinal. Así, pues, las investigaciones empíricas se distinguen por el número de sujetos, por la extensión temporal, por ser clínicas o psicosociales. Todas ellas pueden contraponerse a otras investigaciones que no involucran solo a un sujeto, como pueden ser los intercambios en un grupo (en cuyo caso se da la oposición consanguineidad-no consanguineidad), o los nexos en comunidades más amplias, para lo cual la muestra puede estar constituida por las informaciones sobre un tópico en diferentes periódicos o páginas web o por los discursos políticos o las encíclicas papales. Cada una de estas investigaciones requiere un diseño específico, así como procedimientos y empleos igualmente diferentes de los instrumentos del ADL, tal como se evidencia en algunos estudios recientes (Otalora et al., 2013, Plut, 2006, 2010, 2012, Stein, 2012, Woizinski, 2010).
Parecería que las investigaciones recién enumeradas (intercambio grupal, información periodística, discursos políticos, encíclicas papales) no corresponden al tema de la pareja o la familia. Y sin embargo, pueden ubicarse en este terreno los intercambios entre las madres de hijos con labio leporino, sea de manera directa, sea vía Internet, o los sectores de los discursos políticos y las encíclicas papales que se centran en cuestiones ligadas con la pareja, como ser parejas conformadas por personas de un mismo sexo. Todas estas investigaciones, como las antes reseñadas en cuanto a instrumentos y procedimientos, pueden incluirse en el rubro de los estudios de pareja o familia. Sin embargo, en cada una de ellas es posible que la forma de establecer la muestra o de organizarla para el análisis sea diferente, así como lo serían los procedimientos y el empleo de los instrumentos del ADL.

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Fecha de recepción: 15/03/14
Fecha de aceptación: 18/04/14

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