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Subjetividad y procesos cognitivos

versión On-line ISSN 1852-7310

Subj. procesos cogn. vol.21 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2017

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Método de Estudio de la Intersubjetividad en el relato un instrumento para detectar los patrones vinculares

Study method for intersubjectivity in narratives
An instrument to detect relation patterns

 

Horacio R. Losinno*

* Doctor en Psicología. Psicoanalista. Docente Titular en la Carrera de Psicología de la Universidad de Morón. Profesor Invitado en el Doctorado en Psicología de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Profesor Invitado en la Carrera de Especialización en Psicoanálisis con Adolescentes de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). E-mail: losinno@uolsinectis.com.ar


Resumen

Este trabajo tiene el objetivo de presentar los últimos avances en el desarrollo del Método de Estudio de la Intersubjetividad en el Relato (MEIR). En la introducción se describen las características generales del método. En la segunda parte se explica la manera en que se detectan los patrones vinculares. En la siguiente se exhiben los dispositivos que permiten inferir cuáles son las erogeneidades que prevalecen. A continuación se enumeran los dispositivos que aportan información sobre las defensas imperantes. Luego se especifica cuáles son los dispositivos para la detección de las investiduras posicionales. En la sexta parte se exponen los resultados de la aplicación del MEIR en cinco casos de enclitofilia. Al final del trabajo se agregan tres anexos, dispares en su extensión, que contienen la lista de los deseos, la lista de las respuestas del objeto y la lista de los estados finales del sujeto.

Palabras clave: Patrón vincular; Erotismos; Deseos; Defensas; Investiduras posicionales; Enclitofilia.

Summary

The aim of this work is to present the latest advances in the development of the Method of Study of Intersubjectivity in Narratives (MEIR). The introduction describes the general characteristics of the method. After that, an explanation of the way in which relational patterns are detected is offered. Then, the procedures which allow to infer the prevailing drives are displayed. Later, the procedures which permit to detect prevailing defenses are shown. After that, the procedures used to specify position investitures are put forward. In the sixth part, the results of the application of the MEIR to five cases of enclitophilia are presented. To conclude, the lists of wishes, responses and final states of the individual are exhibited.

Key words: Relation pattern; Drives; Wishes; Defenses; Position investitures; Enclitophilia.


 

Introducción

El MEIR, que comenzó a perfilarse a fines de 2008, fue diseñado para hacer patentes, de modo sistemático, patrones –o clisés– vinculares (Losinno, 2009, 2011a, 2013). Dentro de esos patrones admite identificar erogeneidades preponderantes, defensas hegemónicas e investiduras posicionales. Tanto en el contexto clínico como en el de investigación, siguiendo una serie acotada de pasos, proporciona los recursos necesarios para tabular los fragmentos de las narraciones que contienen episodios vinculares. Dichos episodios, para ser utilizables, deben contar con tres componentes: a) el deseo que emerge en el sujeto cuando éste interactúa con un objeto (v. gr., «ser comprendido », b) la respuesta –efectiva o supuesta– del objeto1 (v. gr., «No me comprende») y c) el estado final del sujeto (v. gr., «Me siento mal porque no me comprende»).
La representación gráfica de un episodio vincular es la siguiente: Las flechas figuran los tres segmentos de la interacción: 1) el deseo (D), 2) la respuesta del objeto (RO) y 3) el estado final del sujeto (EFS). Las flechas segmentadas en el EFS indican que el sujeto puede expresar de algún modo su reacción o no hacerlo en absoluto (por un déficit en la función del yo, por un conflicto entre el yo y el superyó, por consideración hacia el objeto o por precaución).

Dispositivos para la detección de los patrones vinculares

Por su configuración, el MEIR hace posible que los episodios vinculares se contemplen desde dos perspectivas distintas: la del sujeto que narra un episodio (v. gr., un paciente en su tratamiento psicoanalítico o alguien que –como veremos en el último apartado– se ha ofrecido como voluntario para una investigación) y la del observador de una escena (v. gr., la que un paciente despliega en sesión, la que se describe en una obra literaria o la que se manifiesta en un filme). En el primer caso, se atiende exclusivamente a la óptica del narrador (lo que éste «conjetura» o el modo en que «concibe» lo que ha sucedido en la interacción). El estudio de la intersubjetividad desde la perspectiva del observador de una escena –como segunda alternativa– incluye, a su vez, dos posibilidades: que el observador esté incluido en la situación2 o que la observe sin estar implicado.3 Por el modo en que están construidas sus categorías, el MEIR hace posible detectar los patrones vinculares evaluando el peso de las repeticiones encontradas en los relatos de una serie de episodios vinculares. Estos patrones, como veremos en el apartado en que se exponen los resultados del análisis de cinco casos de enclitofilia, incluyen los deseos derivados de dos o tres erotismos principales, generalmente las mismas respuestas de los objetos ante esos deseos y casi siempre los mismos estados finales del sujeto. El MEIR también permite distinguir de manera indubitable los patrones positivos de los negativos. Posee dos componentes que llevan a hacerlo: las reacciones positivas o negativas del objeto y los estados finales eufóricos o disfóricos. Los deseos no se clasifican como positivos o negativos, porque ellos no son en sí mismos positivos o negativos. «Tener una familia», por ejemplo, no es, como deseo, positivo o negativo, mientras que «Él se fue con otra cuando salió de la cárcel», como reacción ante ese deseo, es una clara respuesta negativa del objeto. La operacionalización de las respuestas del objeto en el MEIR hace que las respuestas se definan como positivas o negativas desde el punto de vista del sujeto (sin importar otros criterios, como los éticos o los ligados a la funcionalidad). Una respuesta se define como positiva cuando hace que se cumpla un deseo, cuando no interfiere con él o cuando el sujeto tiene la expectativa de una ausencia de interferencia.
En lo que hace a los estados finales del sujeto, se observa que distintos jueces llegan a un acuerdo notable en la clasificación al tabularlos como eufóricos o disfóricos. Uno de los beneficios de tener puntuados los dos últimos componentes de un episodio vincular en términos de positivos o negativos, es que aporta indicios confiables para suponer un cambio clínico (cuando los pacientes se ven beneficiados por la psicoterapia los patrones tienden a pasar de negativos a positivos).

Dispositivos para la detección de las erogeneidades

En el MEIR se considera que los deseos y las cualidades de los objetos4 derivan de una erogeneidad o de un conjunto acotado de erogeneidades. Al mismo tiempo, se asume que las cualidades que se adjudican a los objetos en los episodios vinculares son el producto de la proyección de un fragmento del narrador (esto quedará ejemplificado al transcribir los resultados de nuestra investigación sobre enclitofilia). En «Comparación y desarrollo de las teorías psicoanalíticas de la melancolía», Wisdom (1962) desarrolla un modelo que esclarece algunos aspectos de esta última hipótesis. Allí distingue dos tipos de objetos: los objetos nucleares y los objetos orbitales. Los primeros son el producto de identificaciones nucleares y constituyen el núcleo del sujeto, mientras que los segundos –objetos orbitales– son el producto de identificaciones orbitales e integran una parte de su mundo interno. El sujeto mira al universo, incluidos sus objetos orbitales, por los ojos de los objetos nucleares. Los componentes yoicos –nucleares– entablan relaciones de tipo objetal con los objetos orbitales; los segundos pueden gratificar y ser gratificados o atacar y ser atacados.5
Los objetos orbitales suelen proyectarse sobre las figuras del entorno. Así vemos que, en Casa de Muñecas (Ibsen, 1879), Nora, quien se sintió tratada como una «niña-muñeca » por su padre (objeto orbital), se siente tratada como una «mujer-muñeca» por su esposo (aceptando y promoviendo este trato durante años). El modelo de Wisdom toma en cuenta, además, la posibilidad de la transmutación fluida de objetos nucleares en orbitales y de orbitales en nucleares. Nora, acostumbrada a ser tratada como una muñeca, pasó a tratar a sus hijos como muñecos. En un momento de furia, le dice a su esposo: «Yo encontraba gracioso que jugases conmigo, y ellos encontraban gracioso que yo jugara con ellos» (pág. 145). Cuando Trilby (una de las mujeres entrevistadas en el marco de nuestra investigación sobre enclitofilia) intentó apuñalar a su novio, al que conoció mientras este se encontraba privado de su libertad por el delito de homicidio, estaba haciendo suya la actitud de un objeto que desea «Aniquilar». Desde esta nueva posición, es ella quien cree justificada la agresión. En la preliminar –cuando se quejaba por ser la víctima de la hostilidad del ex presidiario– no habría hecho más que proyectar un objeto orbital con rasgos violentos en el objeto externo. Lo mismo sucedió en el momento en que Justina, otra de las entrevistadas, en medio de una pelea, después de rociar con alcohol el colchón y al ex detenido, prendió fuego el colchón.6
Pero no siempre se elige a los objetos externos –parejas, p. ej.– en consonancia con los objetos orbitales. El objeto externo puede ser, asimismo, un representante del yo (un doble anterior, un doble actual o un doble ideal). Las categorías del MEIR fueron creadas deductivamente. En ellas se articulan las hipótesis freudianas referidas a los deseos derivados de cada erogeneidad (Freud, 1908b, 1916-17 [1915-17], 1919e, 1924c, 1933a [1932]), los elementos que componen las secuencias narrativas del Algoritmo David Liberman (Maldavsky, 1999, 2000, 2004, 2007, 2008b, 2013)7 y los resultados de la observación clínica. Dichas categorías permiten detectar siete erogeneidades: 1) intrasomática,8 2) oral primaria, 3) sádico oral secundaria, 4) sádico anal primaria, 5) sádico anal secundaria, 6) fálico uretral y 7) fálico genital. Para que se pueda advertir de qué erotismo derivan los deseos y las cualidades de los objetos que se reconocen en un relato o en una escena desplegada, la lista de deseos ha sido dividida en siete segmentos, uno por cada erogeneidad.
La lista de deseos contiene categorías principales (las que aparecen en la Tabla 1) y una serie de componentes –o variantes– que indican el sentido que posee cada categoría. V. gr., el deseo de «Disfrutar de una relación sexual romántica», que deriva del erotismo fálico genital, engloba los siguientes componentes: «disfrutar: teniendo relaciones sexuales acompañadas de fantasías embellecedoras - al armar con otro, mientras tengo relaciones sexuales, una configuración estética llena de armonía». Las variantes habilitan a distinguirlo sin dificultad del deseo de «Tener relaciones sexuales en nombre del amor», que deriva del erotismo sádico oral secundario y comprende las siguientes variantes: «tener relaciones sexuales con alguien que: me lleva a sacrificarme - me lleva a hacer beneficencia (a su favor) - no me conviene - es un inútil». 

Tabla 1. Deseos
I. Erotismo intrasomático
1. Obtener una ganancia económica.
2. Curarme o mantener la salud.
3. Dejar de padecer malestar o dolor corporal.
4. Alcanzar o mantener el equilibrio.
5. Alterar mi equilibrio.
6. Cambiar la forma de mi cuerpo [alterando el soma].
7. Contar con un hábitat confortable.
8. Impactar a los otros.
9. Ser el depositario de las descargas de otro.
10. Ser tenido en cuenta.
11. Obtener una ganancia de goce [orgánico].
12. Formar parte de un grupo orientado a (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo intrasomático.)
13. Liderar un grupo orientado a (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo intrasomático.)
14. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo intrasomático.

II. Erotismo oral primario
15. Succionar.
16. Acceder a una verdad abstracta.
17. Observar sin participar.
18. No dar información genuina.
19. Comprobar si lo que percibo existe en la realidad material.
20. Intervenir sobre el más allá.
21. Modificar la realidad apelando a la concentración mental, al movimiento de ciertas partes de mi cuerpo o a objetos estrambóticos.
22. Contrarrestar [con recursos cognitivos] el ataque de entidades anónimas o distantes.
23. Ser entendido.
24. Entender a otro.
25. Desconectarme.
26. Poseer [en la fantasía] la apariencia de un personaje idealizado.
27. Ser consagrado por mi genialidad.
28. Tener relaciones sexuales con el objetivo de develar un enigma.
29. Ser un miembro más de un grupo con objetivos espirituales o cognitivos (o Formar parte de un grupo orientado a: agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo oral primario.)
30. Liderar espiritual o cognitivamente un grupo (o Liderar un grupo orientado a: agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo oral primario.)
31. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo oral primario.

III. Erotismo sádico oral secundario
32. Morder.
33. Ser perdonado [porque lo merezco].
34. Perdonar.
35. Hacer que otro se sienta culpable.
36. Hacer que otro se sienta inútil.
37. No ser una carga para otro.
38. Sacrificarme por otro en nombre del amor.
39. Que otro haga [por amor] aquello que me hace feliz.
40. Ser uno con el otro.
41. Ser comprendido.
42. Comprender a otro.
43. Expresar adecuadamente mis sentimientos.
44. Dejar de sufrir.
45. Estar alegre.
46. Recuperar o mantener un estado paradisíaco.
47. Tener una familia.
48. Ser querido.
49. Tener relaciones sexuales en nombre del amor.
50. Formar parte de un grupo de personas que anhelan (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo sádico oral secundario.)
51. Liderar un grupo de personas que anhelan (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo sádico oral secundario.)
52. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo sádico oral secundario.

IV. Erotismo sádico anal primario
53. Defecar.
54. No desechar.
55. Aniquilar.
56. Perder.
57. Hacer justicia por mano propia.
58. Poseer las habilidades y los recursos necesarios para hacer justicia por mano propia.
59. Desarrollar o mantener la musculatura de mis extremidades.
60. Neutralizar un ataque que se efectúa con el objetivo de ejercer la venganza o imponer arbitrariamente el poder.
61. Aprovecharme de otro.
62. Humillar y avergonzar.
63. Traicionar.
64. No recibir un trato agraviante e injusto.
65. Corromper a otro.
66. Acusar de corrupto a otro.
67. Hacer lo que se me antoja.
68. Vivir en libertad [repudiando las normas impuestas por la cultura].
69. Ser aclamado por mis acciones heroicas o por mis iniquidades.
70. Tener relaciones sexuales con el objetivo de ejercer la venganza.
71. Formar parte de un grupo de personas que pretenden (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo sádico anal primario.)
72. Liderar un grupo de personas que pretenden (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo sádico anal primario.)
73. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo sádico anal primario.

V. Erotismo sádico anal secundario
74. Retener.
75. Ser limpio y ordenado.
76. Ser moralmente correcto.
77. Ahorrar.
78. Pensar correctamente.
79. Realizar un ritual eficaz.
80. Dominar o transformar la realidad concreta.
81. Controlarme.
82. Controlar a otro.
83. Ser controlado por otro.
84. Criticar.
85. Ascender o mantenerme en una escala jerárquica.
86. Degradar a otro en una escala jerárquica.
87. Oponerme a otro.
88. Ser reconocido por mis valores morales o intelectuales.
89. Tener relaciones sexuales con el objetivo de cumplir con mi deber.
90. Pertenecer a un grupo con una fuerte organización jerárquica (u otro de los ítems correspondientes al erotismo sádico anal secundario.)
91. Liderar un grupo con una fuerte organización jerárquica (u otro de los ítems correspondientes al erotismo sádico anal secundario.)
92. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo sádico anal secundario.

VI. Erotismo fálico uretral
93. Orinar.
94. No orinar.
95. Penetrar.
96. Enfrentar con dignidad el peligro.
97. Evitar situaciones desagradables.
98. Estar tranquilo.
99. Consumar una ambición.
100. Encarar empresas arriesgadas.
101. Poseer objetos que incrementan la potencia al avanzar.
102. Localizarme espacial o temporalmente.
103. Establecer relaciones fugaces.
104. Realizar alardes competitivos.
105. Mantener una rutina placentera.
106. Tener acompañantes que mitiguen mi angustia.
107. Ocupar el lugar de acompañante para mitigar mi angustia.
108. Recibir consejos.
109. Dar consejos.
110. Leer libros o ver filmes que hacen referencia a personajes que encaran empresas arriesgadas.
111. Ser considerado el mejor.
112. Tener relaciones sexuales con el objetivo de consumar una ambición.
113. Formar parte de un grupo de personas que se proponen (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo fálico uretral.)
114. Liderar un grupo de personas que se proponen (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo fálico uretral.)
115. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo fálico uretral.

VII. Erotismo fálico genital
116. Participar en forma activa en la fecundación.
117. Participar en forma pasiva en la fecundación.
118. Tener un orgasmo.
119. Poseer belleza y armonía estética.
120. Disfrutar en situaciones agradables.
121. Recibir un regalo.
122. Hacer un regalo.
123. Ser modelado.
124. Modelar a otro.
125. Asemejarme a un objeto idealizado.
126. Disfrutar mostrando mi disarmonía estética.
127. Tener éxito al buscar la admiración o el reconocimiento de otra persona.
128. Ser famoso por mis encantos.
129. Disfrutar de una relación sexual romántica.
130. Formar parte de un grupo de personas abocadas a (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo fálico genital.)
131. Liderar un grupo de personas abocadas a (agregar uno de los ítems correspondientes al erotismo fálico genital.)
132. Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo fálico genital.

Dispositivos para la detección de las defensas

En lo que hace a las defensas, el MEIR contabiliza siete: 1) represión (Freud, 1910a [1909], 1915d, 1915e, 1926d [1925]), 2) desmentida (Freud, 1910c, 1915b, 1918a [1917], 1925j, 1927e, 1940a [1938]), 3) desestimación (de la realidad y de la instancia paterna) (Freud, 1894a, 1918b [1914], 1923b; Maldavsky, 1986), 4) supresión del registro del sentir (Losinno 2010, 2011b), 5) creatividad (Freud, 1910c; Maldavsky 2004, 2007, 2013), 6) sublimación (Freud, 1905d, 1905e [1901], 1908b, 1914c, 1923a [1922], 1923b), 7) acorde a fines (Maldavsky 2004, 2007, 2013).9
Si los deseos que se despiertan en el sujeto y los deseos atribuidos al objeto derivan de las erogeneidades sádico anal secundaria, fálico uretral y fálico genital, se puede inferir que el yo apela a la represión para oponerse a un fragmento del ello.
Si, en cambio, los deseos derivan de la erogeneidad intrasomática, oral primaria, sádico oral secundaria o sádico anal primaria, se puede conjeturar que la defensa es la supresión del registro del sentir, la desmentida o la desestimación (el yo se revuelve contra los sentimientos, se opone a un sector de la realidad, desmiente o desestima distintas funciones del superyó o simplemente se escinde).
La sublimación y la creatividad también se detectan atendiendo a los deseos del sujeto y a las cualidades del objeto. La lista de deseos posee categorías que conducen a inferir ambas defensas. En el erotismo sádico oral secundario, p. ej., la categoría que lleva a reconocer sublimación o creatividad en el listado de deseos es: «Realizar obras con valor cultural o social en las que se tomen en cuenta uno o más de los ítems correspondientes al erotismo sádico oral secundario». Esta categoría contiene dos opciones: a) con alto valor cultural y fuerte renuncia a un placer inmediato [sublimación] (v. gr., crear un método que localice los déficits en las funciones del yo destinadas a identificar, regular y expresar los sentimientos), b) con menor valor cultural y renuncia acotada al placer inmediato [creatividad] (v. gr., fundar un periódico en el que se publiquen trabajos que se centren en la expresión de los sentimientos). El MEIR despeja la incertidumbre sobre la defensa acorde a fines atendiendo al criterio al que responden las acciones narradas o desplegadas. La defensa será acorde a fines si los tres amos del yo –ello, superyó y mundo externo– se concilian en el episodio vincular.
En lo que hace a la situación en que se encuentra la defensa, vemos que ésta puede revelarse como: 1) exitosa (cuando se ha logrado el rechazo de lo intolerable –v. gr., un deseo o un juicio– y se mantiene el equilibrio narcisista), 2) fracasada (cuando retorna lo rechazado y se produce una irrupción de estados afectivos que vulneran el equilibrio narcisista) y 3) mixta (cuando lo rechazado se mantiene fuera de la conciencia sin que se logre evitar la ruptura del equilibrio narcisista). Si el tercer componente de un episodio vincular (EFS) posee características que hacen que lo tabulemos como eufórico, la defensa es exitosa. En cambio, si se advierte que ese componente merece ser tabulado como disfórico, estamos ante el fracaso de la defensa. Al igual que en el ADL, hablamos de una defensa que se presenta como mixta si en los estados finales del sujeto prevalecen las referencias a un continuo –con alusión a sentimientos o a condiciones orgánicas– sobre las acciones (Greimas y Courtés, 1979; Maldavsky, 2007).10

Dispositivos para la detección de las investiduras posicionales

En lo que respecta a las investiduras posicionales, el MEIR está diseñado para examinar sistemáticamente el lugar que se adjudica a cada uno de los participantes del episodio vincular. El narrador puede ocupar el lugar de sujeto, de modelo, de ayudante o de rival. El interlocutor, a su vez, puede ser percibido como: objeto (lo que incluye a los dobles), sujeto, modelo, ayudante, rival,11 modelo del objeto, ayudante del objeto, modelo del rival o ayudante del rival. Las cuatro últimas investiduras posicionales –modelo del objeto, ayudante del objeto, modelo del rival y ayudante del rival (Maldavsky, 1977)– han sido agregadas a las cuatro mencionadas por Freud en Psicología de las masas y análisis del Yo –modelo, objeto, ayudante y rival– porque permiten divisar ciertos desenlaces psíquicos significativos.12
Una consecuencia de la complejidad de los procesos psíquicos que se disciernen con el MEIR, que aquí sólo mencionaremos de manera escueta, es que los resultados que arroja suelen estar compuestos por elementos diversos. Muchas veces, los episodios intersubjetivos contienen una secuencia en la que se parte de un deseo derivado de un erotismo y se llega a que el objeto responde a ese deseo con una modalidad típica de otro erotismo. En el marco de nuestra investigación sobre enclitofilia, por ejemplo, las mujeres solían acercarse a sus parejas con el deseo de «Tener una familia» (deseo derivado del erotismo sádico oral secundario) y los encarcelados respondían exhibiendo el deseo de «Traicionar» (que deriva del erotismo sádico anal primario). Si atendemos al campo de las defensas o de las investiduras posicionales vemos que sucede exactamente lo mismo. Mientras que algunos episodios vinculares narrados en una misma sesión pueden llevarnos a inferir la vigencia de la represión, otros apuntan a la eficacia de la desmentida. Los estados finales eufóricos (defensa exitosa) de la primera parte de una entrevista no impiden la aparición de estados finales disfóricos (fracaso de la defensa) en el último tramo de esa entrevista. En lo que hace a las investiduras posicionales, se observa que un paciente puede ubicarse en el lugar de modelo en los primeros episodios que relata y pasar a ocupar el de ayudante o de rival en los siguientes.
El lugar desde el que habla el narrador se sondea al tabular sus deseos. Para ello, la lista de deseos cuenta con cinco alternativas para cada categoría. En el deseo Nº 47, p. ej., perteneciente al erotismo sádico oral secundario, las opciones son:

47. Tener una familia (sujeto)13
47.1. Que otro tenga una familia (sujeto)
47.2. Ayudar a otro a tener una familia (ayudante)
47.3. Inducir [o enseñarle con el ejemplo] a otro a tener una familia (modelo)
47.4. Que otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, no logre tener una familia (rival)

El lugar que ocupa el otro, en cambio, se rastrea tabulando la respuesta del objeto. En la lista de respuestas del objeto las opciones son quince. Según la opción que se tabule, el otro podrá ser retratado como: objeto satisfaciente, objeto frustrante, ayudante, modelo, ayudante desfavorable, modelo desfavorable, rival, ayudante del rival y modelo del rival.

Tabla 2. Respuestas del objeto
Positivas
1. Me permite… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
2. Cumple mi deseo de… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
3. Aprueba mi deseo de… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
4. Disfruta conmigo… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
5. Parece dispuesto a [permitirme/cumplir mi deseo de]… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
6. Logra (según mi deseo)… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
7. Me ayuda a… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
8. Me induce [o me enseña con el ejemplo] a… (especificar deseo del sujeto)

Deseos del objeto:
9. No le permite a otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
10. No cumple el deseo de otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, de… (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
11. No aprueba el deseo de otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, de… (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
12. No disfruta con otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
13. No ayuda a otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
14. No induce a otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
15. No logra (según mi deseo, porque rivalizo con él o porque es hostil hacia mí)… (especificar logro y deseo)

Deseos del objeto:
Tabular: a. conducta efectiva.
b. conducta imaginada.

Tabular: a. conducta esperada.
b. conducta inesperada.

Negativas
1. No me permite… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
2. No cumple mi deseo de… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
3. No aprueba mi deseo de… (especificar deseo

Deseos del objeto:
4. No disfruta conmigo… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
5. No parece dispuesto a [permitirme - cumplir mi deseo de]… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
6. No logra (pese a mi deseo)… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
7. No me ayuda a… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
8. No me induce [o me enseña con el ejemplo] a… (especificar deseo)

Deseos del objeto:
9. Le permite a otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
10. Cumple el deseo de otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
11. Aprueba el deseo de otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, de… (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
12. Disfruta con otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
13. Ayuda a otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
14. Induce a otro, con el que rivalizo o que es hostil hacia mí, … (especificar deseo del rival)

Deseos del objeto:
15. Logra (pese a mi deseo, porque rivalizo con él o porque es hostil hacia mí)… (especificar logro y deseo)

Deseos del objeto:
Tabular: a. conducta efectiva.
b. conducta imaginada.
Tabular: a. conducta esperada.
b. conducta inesperada.

Los estados finales se tabulan apelando al siguiente listado (Tabla 3):

Tabla 3. Estados Finales del Sujeto

Eufórico

Me siento bien… (especificar por qué)
1. Tabular:
a. respuesta expresada.
b. respuesta no expresada.
2. Tabular:
a. respuesta activa.
b. respuesta pasiva.
c. referencia a un continuo (sentimientos o condiciones orgánicas).
d. referencias a transformaciones o acciones.

Disfórico

Me siento mal… (especificar por qué)
1. Tabular:
a. respuesta expresada.
b. respuesta no expresada.
2. Tabular:
a. respuesta activa.
b. respuesta pasiva.
c. referencia a un continuo (sentimientos o condiciones orgánicas).
d. referencia a transformaciones o acciones.

Estudio de los patrones vinculares, los erotismos dominantes, las defensas hegemónicas y las investiduras posicionales en cinco casos de enclitofilia

Desde que, a principios del siglo XX, Edmond Locard utilizó el término «enclitofilia» para denominar la atracción sentimental y sexual que algunas mujeres sienten por los criminales, nada se ha hecho por estudiar de manera sistemática qué hace que en estas mujeres se despliegue una elección de objeto tan particular.14 Casos como el de Roxana Villarejo, que formó pareja con Fabián Tablado cuando éste se encontraba en prisión por el asesinato de Carolina Aló,15 y el de Andrea Neri, asesinada por Gabriel Herrera mientras lo visitaba en el penal de Villa Las Rosas,16 nos llevaron a comenzar –en la Universidad de Morón– un trabajo de investigación destinado a analizar los patrones vinculares operantes en las mujeres que se enamoran de criminales que se encuentran encarcelados (Losinno, 2015). En la investigación participan actualmente: Natalia Bonilla, Graciela D’Amore, Marisa Ferreyra, María Paula Gentile, Romina Maidana, Claudia Sassoni y Soledad Sugo Fris.
En los cinco casos los resultados fueron llamativamente similares. Siempre prevalecieron los deseos derivados del erotismo sádico oral secundario y los deseos derivados del erotismo intrasomático. Estos deseos se combinaron con deseos derivados del erotismo sádico anal primario, fálico uretral, fálico genital y sádico anal secundario (el orden en que se nombran indica la frecuencia decreciente de los porcentajes). Nunca se manifestaron deseos derivados del erotismo oral primario.

Entre los deseos derivados del erotismo sádico oral secundario, predominó llamativamente el deseo de «Tener una familia».17 Lo siguieron los deseos de «Ser comprendido » y de «Sacrificarse por otro en nombre del amor». Entre los deseos derivados del erotismo intrasomático se destacaron los deseos de «Ser tenido en cuenta» y de «Contar con un hábitat confortable». En lo que hace a las cualidades del objeto, en los cuatro primeros casos prevalecieron las derivadas del erotismo sádico anal primario (con los deseos de «Aprovecharme de otro», «Traicionar», y «Humillar y avergonzar»), seguidas de las derivadas del erotismo intrasomático (con los deseos de «Alterar mi equilibrio» y «Curarme o mantener la salud». En el quinto caso se invirtieron las proporciones: 53% de las cualidades derivaron del erotismo intrasomático (con los deseos de «Curarme o mantener la salud», «Alterar mi equilibrio» y «Obtener una ganancia económica»)18 y 40% del erotismo sádico anal primario (con los deseos de «Aprovecharme de otro», «Humillar y avergonzar», «Traicionar» y «Acusar de corrupto a otro»). Nunca se presentaron cualidades derivadas del erotismo oral primario y fálico genital.

Los resultados permiten realizar la siguiente interpretación de las coincidencias y las discrepancias:
1) Las cinco mujeres de la muestra se vinculan con los otros desde una perspectiva sádico oral secundaria e intrasomática (con los deseos que habitualmente derivan de esos dos erotismos).
2) La inexistencia de deseos derivados el erotismo oral primario puede interpretarse como una hipotrofia de ciertas funciones y capacidades del yo.19 Los relatos de las entrevistadas hacen evidente que en ellas opera, entre otros, un déficit en la función del yo que faculta para pensar sobre las consecuencias de determinados actos. Es este déficit el que hace posible sostener la contradicción que se exterioriza bajo la forma de una oposición entre lo que se dice (querer «Tener una familia») y los hechos (enamorarse de hombres que se encuentran privados de la libertad).
3) En las cuatro primeras predomina la proyección de un fragmento sádico anal primario. Si bien en la quinta el fragmento proyectado sobresaliente es intrasomático, el
fragmento sádico anal primario es apenas menor que aquel (conjeturamos que todas se enamoraron de hombres encarcelados por robo a mano armada o asesinato porque albergan un fragmento violento no necesariamente activo en el yo).
4) Las defensas hegemónicas son la desmentida de distintos juicios del superyó y la supresión del registro del sentir. 5) En todos los casos las defensas se revelan como fracasadas.
6) A pesar de las diferencias en el campo de los deseo y de las cualidades del objeto, las cinco mujeres perciben a sus interlocutores como «objetos frustrantes».

Notas

1 Cabe aclarar que, en el MEIR, el término «objeto» no sólo hace referencia a seres humanos. Abarca además: 1) animales, 2) entes inanimados (v. gr., un maniquí, al estilo de lo que se observa en el film No es bueno que el hombre esté solo, dirigido por Pedro Olea), 3) entes animados (v. gr., un autómata), 4) extraterrestres y espíritus.

2 Aquí estamos distinguiendo dos tipos de escenas: las relatadas y las desplegadas mientras se relata. P. ej., mientras un paciente narra que logró que su padre consulte a una nutricionista para bajar de peso, lo que trajo como consecuencia la esperada reducción de su presión arterial (escena relatada), puede estar desacreditando a los psicoanalistas e intentando humillar al suyo, al dar a entender que de nada le sirvió a su padre haber hecho terapia durante muchos años (escena desplegada). La escena desplegada depende, entonces, de la intención –que, como sabemos, es independiente de su toma de conciencia por parte del sujeto– y del entorno.

3 Como el patrón que, en David Moray (personaje central del libro El árbol de Judas, de Archibald J. Cronin), va desde el despertar del deseo de «disfrutar de una relación sexual romántica», cumplido por Mary y por Kathy, hasta el momento en que ese deseo queda interferido por otro que igualmente se cumple (en el primer caso por el deseo de «obtener una ganancia económica» y en el segundo por el deseo de «evitar situaciones desagradables»). La secuencia concluye, en ambas oportunidades, con la emergencia del deseo de «dejar de sufrir» (deseo que, finalmente, lo lleva a suicidarse).

4 Sabemos cuáles son las cualidades que el sujeto atribuye a su objeto atendiendo a los deseos que le adjudica (ver Tabla 1).

5 Wisdom sigue aquí a Freud (1921c) cuando éste afirma: «Repárese en que el yo se vincula ahora como un objeto con el ideal del yo desarrollado a partir de él, y que posiblemente todas las acciones recíprocas entre objeto exterior y yo-total que hemos discernido en la doctrina de las neurosis vienen a repetirse en este nuevo escenario erigido en el interior del yo» (pág. 123).

6 Con el propósito de mantener el total anonimato de las entrevistadas se han distorsionado ciertos datos, reemplazándolos por otros que –a nuestro entender– no alteran en nada la comprensión del material.

7 El ADL estudia los deseos y las defensas en las manifestaciones verbales abarcando tres niveles: el de las palabras, el de las frases y el de los relatos (Maldavsky, 2004). Toma en cuenta, también, los actos del habla (Maldavsky, 2013). El MEIR, en cambio, se centra en el estudio de los patrones vinculares. Ello le permite, secundariamente, detectar fijaciones pulsionales, defensas, investiduras posicionales y cambios clínicos.

8 La erogeneidad intrasomática (Maldavsky, 1999, 2004, 2007) es la primera en constituirse –en el curso del nacimiento o inmediatamente después del mismo– y se caracteriza por la investidura de los órganos internos (p. ej., corazón y pulmones), «lo cual es una suerte de preludio de la investidura de objeto que pronto se iniciará» (Freud, 1926d [1925], pág. 128).

9 La defensa acorde a fines, como sostiene Maldavsky (2007), es «una defensa funcional o adaptativa» (pág. 48), que se advierte «sobre todo en la cotideaneidad y en las etapas avanzadas y finales de un tratamiento» (pág. 48). Como producto del triunfo de Eros sobre la pulsión de muerte, deriva de una desexualización de la libido –acorde a la pulsión de autoconservación– que la vuelve «energía disponible para el yo en su nexo con la realidad y el superyó» (pág. 49).

10 Este continuo es interrumpido por las transformaciones o las acciones. Los sentimientos más frecuentes en el continuo son la tristeza y el desgano (o equivalentes).

11 O doble hostil, antes de la instauración del complejo del semejante en la etapa sádico anal secundaria.

12 El objeto de deseo en las fobias, por ejemplo, con frecuencia posee un modelo que pertenece al ámbito del rival. Así lo vemos en el film La danza de los vampiros, de Roman Polansky. Allí Sara, amada por Alfred, es fiel al Conde Von Krolock, rival de Alfred y su mentor, el Profesor Abronsius. En los pacientes fijados en el erotismo sádico anal primario también se pueden advertir procesos anímicos que justifican la expansión del número de investiduras posicionales. Cuando no logran sobornar a un juez (modelo), se ven llevados a creer que el rival se les ha adelantado, transformándolo en su propio ayudante.

13 El sentido que posee «tener una familia» como categoría principal, está indicado en sus variantes: «ser adoptado como hijo por alguien perteneciente a la serie paterna (p. ej., un suegro o un maestro) - ser incluido y mantenido en el seno de una familia (por ej., la de mis sobrinos), un grupo o una institución - recuperar o fundar una familia - acoger familiarmente a otro - adoptar a otro (p. ej., un yerno o un alumno) como hijo - incluir y mantener a otro en el seno de mi propia familia, del grupo que dirijo o de la institución que presido».

14 Locard considera que en la atracción hacia los criminales intervienen tres factores: 1) búsqueda de notoriedad y fama, 2) el orgullo por el sacrificio destinado a regenerar moralmente al criminal y 3) atracción patológica por el peligro, lo original y lo exótico (Bonnet, 1967).

15 Asesinato perpetrado con máximo ensañamiento, pues se comprobó que Tablado había destrozado el cuerpo de Carolina con 113 puñaladas y 19 golpes.

16 En 2006, también durante una visita íntima, Gabriel Herrera había apuñalado a Verónica Castro (su pareja anterior, con la que tuvo dos hijos) mientras cumplía una condena por robo y homicidio.

17 Es el deseo que aparece reiteradamente en los relatos de mujeres brutalmente agredidas por sus parejas que fueron entrevistadas por Jacobson y Gottman (1998).

18 Es posible que esto se deba a que la madre de la entrevistada era víctima de una grave adicción al alcohol.

19 Las funciones pueden resultar hipertróficas, hipotróficas o adecuadas. En algunos casos, ciertas funciones se desarrollan a expensas de otras; estas últimas se muestran, entonces, poco desarrolladas. La adecuación implica capacidades instrumentales, tales como la de percibir las totalidades y los detalles incluidos en ellas (Liberman, 1970, 1976) o la de admitir la eficacia de los procesos psíquicos (Losinno, 2014, 2017).

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Fecha de recepción: 30/09/17
Fecha de aceptación: 23/10/17

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