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Diaeta

On-line version ISSN 1852-7337

Diaeta vol.31 no.143 Ciudad Autónoma de Buenos Aires June 2013

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Comparación entre Tres Modelos Anatómicos para Buscar la Mejor Representación en Percepción de Imagen Corporal en Estudiantes de la Carrera de Nutrición de la Universidad del Salvador

Comparison of three models to find the best anatomical representation in body image perception among university students in nutrition, Universidad del Salvador

 

Herrera Javier1, Quevedo Claudia2, Quinn Eduardo3

1Licenciado en Sistemas. 2 Licenciada en Nutrición . 3 Licenciado en Sistemas de Información. 1, 3 Universidad Maimónides. Cátedra de Informática y Estadística. 1, 2 Universidad del Salvador. Carrera de Nutrición
Correspondencia: claudia.quevedo@salvador.edu.ar

Recibido: 22/05/2013.
Aceptado en su versión corregida: 05/06/2013.

 


Resumen

Este trabajo compara tres pictogramas, aquí denominados como Modelos, usados en trabajos previos, para saber cuál de ellos se adapta mejor a la percepción de imagen corporal (PIC) de los futuros profesionales de la nutrición.
Los tres pictogramas mostraron la misma característica: A MAYOR IMC MENOR DISTORSIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL. La distorsión más importante se observó en aquellas personas que presentaban un IMC (según peso y talla) más bajo, es decir, el Bajo Peso. A este respecto se calculó para los tres modelos el Riesgo Relativo (RR) a favor del Bajo Peso.
En el modelo 1, el RR=1,73 (1,13; 2,69) significativo, y un nivel de concordancia según el índice Kappa de Cohen de 5% no significativo. El modelo 2 presentó un RR=2,57 (1,55; 3,33), significativo y un índice de concordancia de 10% no significativo. En el tercer modelo, RR=4,32 (2,18; 8,56) significativo pero un índice Kappa de 32,6% el más alto y significativo. Como puede observarse el modelo 3 es el que más concordancia presenta, pero también mayor RR a favor del bajo peso. Esto se debe a que este modelo concentró observación en el normopeso. Con esto último se puede decir que este modelo es el que se debería usar si las personas poseen normopeso según el IMC calculado por peso y talla.

Palabras clave: Percepción de la imagen corporal; Índice de masa corporal; Modelos anatómicos; Pictogramas.

Abstract

This paper compares three pictograms , here referred to as Models, used in previous works, to know which one adapts best to the body image perception (BIP) of future nutrition professionals.
The three pictograms showed the same characteristic: THE HIGHEST THE BMI, THE LOWEST DISTORTION OF BODY IMAGE. The most important distortion was observed in those people that presented a lower BMI (weight and height); that is to say, Low Weight. In this respect the Relative Risk (RR) in favour of Low Weight was calculated for the three models.
In model 1, RR=1,73 (1,13; 2,69) significant, and a level of agreement according to Cohen's Kappa index of 5% non-significant. Model 2 showed a RR=2,57 (1,55; 3,33) significant and an agreement index of 10% non-significant. In model 3, RR=4,32 (2,18; 8,56) significant but a Kappa index of 32,6%, the highest and most significant. As observed, model 3 is the one that shows the most agreement, but also a higher RR in favour of low weight. This is because this model concentrated observation on the normoweight. It can be said that this model is the one that should be used if people have normoweight according to the BMI calculated by weight and height.

Keywords: Perception of body image; Body mass index; Anatomical models; Pictogram.


 

Introducción

El interés de los estudios sobre alteraciones en la percepción de la imagen corporal es cada vez mayor y todavía se podrían desarrollar otros métodos objetivos para su valoración. Con este estudio se pretende valorar la percepción de la imagen corporal de un grupo de futuros profesionales de la salud, mediante el uso de modelos anatómicos (pictogramas) y comparar dicha percepción con los valores reales del índice de masa corporal (IMC) con el objeto de detectar el que mejor se acerque al IMC del encuestado. (1)

Un pictograma es un signo que representa esquemáticamente un símbolo, objeto real o figura. Desde la antigüedad, el hombre prehistórico necesitó registrar lo que le rodeaba mediante dibujos pintados en las cuevas donde habitaban. Era un impulso mitad estético, mitad religioso por el que estas pinturas rupestres, se convirtieron en pictogramas.

También los primeros símbolos de escritura, necesitados para auxiliar la memoria limitada de los humanos, se basaban en pictogramas (dibujos mnemotécnicos que se parecen a lo que significan). Esto conduciría a un recurso representativo-descriptivo del primer estadio de la escritura y a un recurso mnemotécnico-identificador (1). Posteriormente, estos símbolos mnemotécnicos, pasaron también a transmitir ideas, constituyéndose los ideogramas.

Un pictograma o pictografía es un ideograma que transmite su significado a través de su semejanza pictórica de un objeto físico se suele utilizar para la representación simplista de ideas.

Los especialistas en nutrición siempre han manifestado especial interés por encontrar indicadores cuyo estudio implique un bajo costo y cuya aplicación en trabajos de campo se facilite, y que a su vez resulten aptos para identificar a las poblaciones en riesgo de mala nutrición (2).

En estudios realizados entre pacientes con trastornos del comportamiento alimentario, se emplea, asimismo, la imagen corporal real e ideal para captar el nivel de satisfacción que tienen respecto a su cuerpo, así como su grado de autoestima. También algunos autores han intentado validar la imagen corporal como un indicador de percepción del tamaño corporal (3).

La imagen corporal es la representación que el sujeto tiene de su propio cuerpo. Esta imagen se registra a partir de reconocimientos visuales de algunas partes del cuerpo, impresiones táctiles, registros de sensaciones provenientes de músculos y aponeurosis y sensaciones provenientes de las vísceras.

La influencia de aspectos tan dispares como las emociones y la moda pueden influir sobre la percepción de la imagen corporal originando como consecuencia un apoyo al comienzo de diferentes alteraciones, como son los trastornos de conducta alimentaria.

Los alimentos y el acto de comer se asocian a múltiples circunstancias que con frecuencia son significativas para todos los individuos, y la salud no es la única motivación para alimentarse. La alimentación es funcional en cada una de sus circunstancias o contextos.

Así pues, la alimentación es un acto social y el no comer también está revestido de múltiples significados sociales y psicológicos.

Los aspectos socioculturales del cuerpo y los alimentos, relacionados con los valores materiales y simbólicos que se otorgan al hecho de comer y no comer, cobran relevancia si lo que se pretende es entender lo que es el cuerpo desde una perspectiva diferente a la biomédica, esto es, la sociocultural. Douglas señaló desde finales de los años setenta que las propiedades fisiológicas del cuerpo son el punto de partida para la cultura; constituyen, además, una mediación, y su identidad se despliega en símbolos significativos.

Por otra parte, la imagen corporal es un constructo teórico utilizado ampliamente por las ciencias biológicas y sociales. Schilder la definió como la imagen que forma nuestra mente de nuestro propio cuerpo, es decir, el modo en que el cuerpo se nos manifiesta. En este enunciado está implícita la idea de que la imagen corporal no es necesariamente consistente con la apariencia física real; por el contrario, resalta la importancia de las actitudes y valoraciones que el individuo hace de su cuerpo.

En suma, la imagen corporal corresponde a la imagen de uno mismo hacia su cuerpo, que se construye a partir de un esquema corporal perceptivo, ligado a la identidad, a los sentimientos y a las conductas, entre otros aspectos. La distorsión de la imagen corporal es evidenciada por la sobreestimación de su tamaño, lo que indica que una percepción distorsionada de la imagen del propio cuerpo se vincula a una insatisfacción corporal, que es una de las bases de las prácticas alimentarias de riesgo. Por su parte, Fischler menciona que un análisis antropológico, social e histórico de los modelos corporales mostraría que siempre ha existido una profunda ambivalencia en las representaciones de la gordura y la delgadez y que dichas representaciones también han influido de diferentes maneras en los comportamientos alimentarios.

El objetivo del presente trabajo fue comparar pictogramas mediante la percepción de la propia imagen corporal para clasificar adecuadamente, en términos de bajo peso, sobrepeso y obesidad, una muestra de sujetos adultos en un estudio epidemiológico (3).

Material y Método

La muestra se compuso por los estudiantes de 3º años de la Carrera de Nutrición que cursaron la materia Metodología y Bioestadística en la Universidad del Salvador en los años 2011 y 2012.

El muestreo fue no concurrente ad hoc, y estuvo constituido de 58 observaciones de las cuales 30 se tomaron en el año 2011 y 28 en el año 2012. Para poder llevar a cabo este trabajo se contó con tres pictogramas que se presentaron a los encuestados como Modelo 1, Modelo 2, y Modelo 3 correspondiente a las figuras 1, 2, y 3 respectivamente. El primero se extrajo del trabajo de Montero P et al (1), el segundo fue el de Stunckard, y el tercero del trabajo de Madrigal-Fritsch, H et al (2). Al modelo 1 se le quitó la información de IMC que figuraba debajo de cada forma para equipararlo con los otros modelos.


Figura 1


Figura 2


Figura 3

La clasificación de cada figura se especifica debajo:

- En el modelo 1, la silueta 1 se clasifica Bajo Peso, la silueta 2 como Normopeso, la 3 y la 4 como Sobrepeso, la 5 y la 6 como Obesidad, y la 7 como Obesidad Mórbida.

- En el Modelo 2, las silueta 1 se clasifica como Bajo Peso, las siluetas 2 y 3 como Normopeso, las figuras 4, 5 y 6 como Sobrepeso y las restantes como Obesidad.

- En el Modelo 3, las silueta 1 se clasifica como Bajo Peso, las siluetas 2 a la 5 como Normopeso, la silueta 6 como Sobrepeso y las restantes como Obesidad.

Se aclara que se denominó Distorsión del IMC o simplemente Distorsión a la diferencia entre el estado nutricional según peso talla y el IMC seleccionado del modelo que ese esté evaluando, por ejemplo el modelo 1. Además esta Distorsión puede ser clasificada como por Exceso, cuando la persona acusa una figura cuyo IMC es mayor que el referido por su peso y talla, o por defecto en caso contrario.

En las pruebas estadísticas se utilizó Prueba t-student para comparar medias de muestras in dependientes. Prueba F de Fisher-Snedecor para comprobar homocedastididad. Para analizar tablas tetracórica se utilizó el Riesgo Relativo con el intervalo de confianza, y la prueba Chi cuadrado. En caso de analizar concordancias se usó el índice Kappa de Cohen y su nivel de significación.

En todos los casos el nivel de significación fue de 0,05 (5%) y el nivel de confianza de 0,95 (95%)

Resultados

La muestra analizada contó con un tamaño de 58 estudiantes; 30 que cursaron Metodología y Bioestadística en el años 2011 y 28 en el 2012. Todas las observaciones fueron del género femenino por ser éste el que prevalece. Las edades de los participantes rondaron los 22,8 años con desvío de 2,6 años. No se encontró diferencia significativa entre las medias y los desvíos de los subconjuntos del año 2011 y el del año 2012, por lo tanto se consideró esta muestra como homogénea desde este punto de vista. Esto se puede apreciar en la tabla 1.

Tabla 1. Edades de los participantes. Fuente propia

Un análisis similar se realizó con la Circunferencia de Cintura (CC), Circunferencia de Muñeca (CM) y estado nutricional según peso talla (IMC). Este último presentó dudas en la distribución por submuestra que ameritó un breve análisis: el IMC medio fue de 20,56 kg/m2 con desvío 2,01 kg/m2. En la tabla 2 se puede apreciar las sub-clasificaciones por años de cursadas y por clase de IMC.

Tabla 2. Medidas descriptivas del Índice de Masa Corporal. Fuente propia

Como se puede apreciar, la clasificación del IMC calculado mostró registros con Bajo Peso (n=14) y Normopeso (n=44). Así, la tasa de incidencia global de Bajo Peso fue de 24,1%. Sin embargo el porcentaje de observaciones con Bajo Peso cambia entre un año y otro. En el año 2011 la tasa de incidencia de Bajo Peso fue del 20% (6 de 30 observaciones) mientras que en el 2012 la misma medida fue del 28,6% (8 de 28). Esto arrojó un Riesgo Relativo (RR) de 1,43 a favor del Bajo Peso aunque no significativo (p=0,39) conservando la homogeneidad entre ambos años.

En lo referente a su propia clasificación del estado nutricional sin intervención de pictogramas, también se presentaron observaciones muy similares entre ambos años, pero al comparar la clasificación del IMC con la percepción del mismo, se observó que en el 2012 existía mayor distorsión. Esta distorsión reflejó diferencia significativa con un RR=2,14 (1,71; 2,69) y un valor de p tendiente a cero. En la tabla 3 se pueden apreciar los resultados.

Tabla 3. Concordancia entre el Índice de Masa Corporal calculado y elÍndice de Masa Corporal percibido. Fuente Propia

Es importante aclarar que 9 personas de 58 (15,5%) tienen una auto-percepción de su IMC falsa respecto a su verdadero IMC siendo estas personas, como ya se mencionó, estudiantes de la carrera de Nutrición.

El IMC calculado y clasificado se cruzó con la autoclasificación del IMC. El índice de concordancia Kappa resultó de 49,6% y significativo con un p-valor de 0,006. En este caso se observan Distorsión por Exceso (9 en total). La distribución de concordancias y discordancias se presenta en la tabla 4

Tabla 4. Comparación del Índice de Masa Corporal calculado y la autoclasificación del Índice de Masa Corporal. Fuente Propia

En el análisis del Modelo 1 se observó algunas diferencias entre los años de cursado (2011 y 2012). La distribución se muestra en la tabla 5.

Tabla 5. Análisis del Modelo 1 de Pictograma. Fuente Propia

A esta relación se le practicó un test de Chi Cuadrado, con corrector de Yates, arrojando no significatividad con un valor p=0,31. Se aclara que se juntó la clase de Sobrepeso y la de Obesidad por cuestión de baja frecuencia en esta última.

Luego se comparó la concordancia de la Percepción de Imagen Corporal con el IMC calculado de este modelo. En la tabla 6 se puede observar la distribución.

Tabla 6. Distribución de la concordancia de la percepción de la imagen corporal con el Índice de Masa Corporal del Modelo 1. Fuente Propia

Como se puede notar, en la clase de Bajo Peso correspondiente al IMC calculado, sólo 3 personas de 14 concordaron su IMC con el correspondiente al mostrado en la figura del Modelo 1. Un análisis similar se realizó con la otra columna y el resultado fue 24 concordancias de 44. La distorsión más importante se observó en la clase de IMC de Bajo Peso (11/14) por exceso, es decir, a menor IMC mayor la distorsión. En cambio la distorsión de las personas con IMC normal fue variado: 5 por defecto y 15 por exceso en total 20/44. El índice Kappa arrojó un nivel bajo de concordancia (5%) y no significativo.

En la tabla 7 se concentra las distorsión respecto del IMC Calculado con un RR=1,73(1,13; 2,69) significativo con p-valor=0,011 a favor de la clasificación de IMC calculado de Bajo Peso. Al dividirse por año, el 2011 arrojó un RR=1,45 que aunque marca tendencia de distorsión, por ser mayor a la unidad, no resultó significativa con valor de p=0,3, y el 2012 arrojo un RR=1,94 (1,12; 3.37) significativo con una valor de p=0,018. En general la suma de Concordancia = ‘No' es de 31 arrojando un porcentaje de error de 53,4%.

Tabla 7. Concordancia del Modelo 1 de pictograma. Fuente Propia

Un análisis similar se realizó para el Modelo 2, que arrojó mayor nivel de distorsión a favor del Bajo (13/14), pero menor distorsión en el Normopeso (18/44) que el modelo 1, pero en este caso sólo por exceso.

La distribución de frecuencias se da en la tabla 8.

Tabla 8: Relación entre el pictograma del modelo 2 y el Índice de Masa Corporal calculado. Fuente Propia

El índice Kappa fue mayor que el calculado para el modelo 1 pero no significativo, Kappa=10%. En la Tabla 9 se muestran las concordancias en general.

Tabla 9. Concordancia del Modelo 2 de pictograma. Fuente propia

En este modelo, el RR=2,57 (1,55; 3,33) con valor de p que tiende a cero a favor de la distorsión por exceso en favor de los IMC clasificados como Bajo Peso. En el análisis por año, en el 2011 se dieron similares características; RR=2,18 (1,41; 3,37) a favor de la distorsión por exceso en IMC de Bajo Peso con valor de p=0,0004, y en el 2012, el RR=2,5 (1,3; 4,8) con valor de p=0,006. El porcentaje de error resultó igual al modelo anterior, 53.4% solo cambió la distribución del mismo, este modelo presenta más error en Bajo Peso que en Normopeso.

En el Modelo 3 como en los anteriores, la distribución de frecuencias respecto al IMC calculado se aglomeró en la concordancia de la clase Normopeso. Además la distorsión existió y prevaleció la distorsión por exceso, aunque hubo también, en este caso, distorsión por defecto. En la tabla 10 se puede observar esta distribución y los dos tipos de distorsiones existentes en este modelo.

Tabla 10. Relación entre el pictograma del Modelo 3 y el Índice de Masa Corporal calculado. Fuente propia

El índice Kappa calculado para este modelo arrojó un valor K=32,6%, el más alto de los tres y además resultó significativo con un valor de p=0,008.

En la tabla 11 se muestran las concordancias. Para la muestra completa, la distorsión por exceso arrojó un RR=4,32 (2,18; 8,56) con un valor de p=0,00003, significativo y el más alto de los tres.

Tabla 11. Concordancia del Modelo 3 de pictograma. Fuente propia

En el análisis por año resultó análogo. Para el 2011 el RR=6 (2,45; 14,68) con un valor de p=0,00009, y para el 2012 el RR=3,13 (1,12; 8,73) con un valor de p=0,029 significativo. Este modelo fue el que produjo el menor error general porcentual, 32.8% (19/58).

Conclusión

Como puede observarse en la tabla 12, El modelo 3 es el que mayor nivel de concordancia tiene, sólo porque produce dicha concordancia en la categoría de Normopeso. Este mismo modelo es el que más RR acusa a favor del Bajo Peso.

Tabla 12. Comparación de los 3 modelos de pictograma. Fuente propia

El modelo 2 tiene baja concordancia y el RR a favor del Bajo Peso resulta significativo, por lo tanto se podría despreciar.

El modelo 1, al igual que el modelo 2 tiene baja concordancia pero un menor RR a favor del bajo peso.

En síntesis: el modelo 3 es el indicado para guiarse si el encuestado posee IMC normal, mientras que para personas con IMC clasificado como bajo peso el modelo 1 podría recomendarse por su bajo y no significativo RR.

Referencias bibliográficas

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