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Revista latinoamericana de filosofía

versión On-line ISSN 1852-7353

Rev. latinoam. filos. v.34 n.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires nov. 2008

 

COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS

Florencia Luna, Arleen L. F. Salles, Bioética, nuevas reflexiones sobre debates clásicos, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008, 479 pp.

La publicación de esta obra puede ser calificada de acontecimiento editorial, dado su carácter de primera publicación nacional de alcance regional donde se tratan exhaustivamente las problemáticas más acuciantes de esa joven disciplina filosófica que es la bioética. Las autoras son pioneras en la literatura sobre el tema en nuestro país. Sus obras anteriores, de amplia difusión, fueron compilaciones a través de cuyas páginas nos acercaron unos cuantos textos canónicos de la disciplina. En esta ocasión, tras años de desarrollo personal y madurez de la disciplina, nos ofrecen un trabajo de su autoría, con valiosas colaboraciones de otras investigadoras del área: María Victoria Costa, Graciela Vidiella y Susana Sommer. (Adviértase que, dada la pluralidad de autoras y colaboradoras, en esta reseña indicaremos entre paréntesis la autoría de cada apartado de la obra).
Florencia Luna y Arleen L.F. Salles proponen explorar "un abanico de cuestiones bioéticas que generan una preocupación creciente a escala mundial" (pág. 11), problemática ante la cual no podemos permanecer indiferentes en un mundo globalizado, a sabiendas de que, más allá de nuestras voluntades individuales, y aun cuando se suela renegar de ellas, estamos involucrados en esas cuestiones.
Desde el propio título se señala el registro discursivo que atraviesa la obra, que resume innumerables interpretaciones en conflicto, en la búsqueda de "un panorama que incentive la formación de una actitud crítica y reflexiva, y que promueva la capacidad de interrogar" (pág.11), no conformándose con el enfoque clásico fundado en los consabidos principios, sino incorporando enfoques alternativos que contemplen el "espectro de consideraciones culturales, económicas y de género que necesariamente implican una reflexión mucho más contextualizada acerca de los temas en cuestión (pág. 11)."
Tras esta suerte de declaración de principios, bien vale asomarnos a los contenidos de la obra reseñada, que consta de cuatro partes y un apéndice. La primera parte -consagrada a las bases teóricas de la bioética- se subdivide en una sección dedicada a los planteos clásicos (utilitarismo, deontologismo) y a la teoría de los principios (Luna) y en los enfoques éticos alternativos que cuestionan el abordaje de los principios y los modelos deductivistas de razonamiento moral, esenciales para quienes abordan la bioética desde una formación práctica que suele carecer de las bases teóricas indispensables en las decisiones bien fundadas (Salles). En la segunda parte, se examina la relación médico paciente, centrada en el papel que el paternalismo y la autonomía han jugado en los diversos modelos del encuentro clínico (Salles); el manejo de la información médica: el consentimiento informado y la confidencialidad, cuyo tratamiento va más allá de los fundamentos éticos y de los requisitos para su obtención, señalándose el imperativo de buscar el consentimiento aun en medios latinoamericanos signados por la escasez de recursos y las diferencias culturales (M. V. Costa); para concluir esta segunda parte con el examen de los problemas al final de la vida, entre otros, el suicidio asistido, analizados a la luz del contexto latinoamericano (F. Luna). En la tercera parte, cuyo eje es el examen de las técnicas y practicas que brindan la posibilidad de elegir el futuro familiar, se abordan las temáticas de la anticoncepción, los discursos predominantes en torno dicha práctica y los propósitos que subyacen a esos discursos (Salles); el aborto examinado desde la postura liberal, la conservadora y la moderada, proseguido en el examen de las cuestiones éticas involucradas en las políticas públicas sobre dicha práctica (Salles); la reproducción asistida en el contexto local, considerada como parte integral de la salud reproductiva en la cual debería primar la actitud de respeto hacia la mujer (Luna); la clonación y el debate sobre células troncales, centrado en los marcos conceptuales empleados en el las controversias en torno de la destrucción del embrión implicada por dicha práctica (Salles); la genética, disciplina en la que se pasa revista a los desafíos de la información y, además de otras problemáticas, la paradoja que genera la introducción de las intervenciones genéticas en el contexto social de los países en vías de desarrollo (Luna). En la cuarta parte, se revisan algunos de los temas más relevantes de la ética de la investigación biomédica, señalándose el pasaje de la primera ética de la investigación centrada en problemas de autonomía y de consentimiento informado hacia la presente ética de la investigación, donde se debaten problemas de justicia, de obligaciones durante y después de las investigaciones, así como se deslindan las responsabilidades de los investigadores y los financiadores, en particular en las sociedades periféricas que participan de ensayos multicéntricos (Luna), concluyéndose esta cuarta y última parte del libro con un análisis del derecho a la salud, ilustrado por tres teorías de justicia: la del justo título de Robert Nozick, la justica como equidad de John Rawls y la teoría de la igualdad compleja de Michael Walzer (G. Vidiella). El Apéndice que corona la obra, escrito por Susana Sommer, ofrece una visión de la situación de las mujeres, en particular latinoamericanas, en el contexto de la salud. Allí se examinan ciertos desafíos éticos con los que se confrontan las mujeres en América latina, poniendo el acento en la dimensión política de los movimientos de las mujeres en pos de logros prácticos que mejoren sus condiciones de vida. Más que un Apéndice, esas páginas pueden ser leídas como una declaración programática de las tareas aun pendientes en América latina para superar las desigualdades de género.
Dada la riqueza de cada uno de los temas propuestos, es imposible reflejar en una reseña la multiplicidad de abordajes y tópicos examinados. Reconocido este límite, y a mero título de ilustración, se puede tomar el capítulo denominado "Planteos clásicos y teoría de los principios", firmado por F. Luna, para descubrir que allí se examinan desde el consecuencialismo hasta las teorías deontológicas, pasando por la teoría de Ross (quien acuñó la noción de los principios prima facie retomados luego por el Principialismo) y las críticas de Gert y Clouser, seguidos por los análisis de Richardson y De Grazia, concluyendo con la posición fuertemente individualista propuesta por Engelhardt. Con el propósito de reseñar uno de los capítulos firmado por A. Salles, es ilustrativo aquel consagrado a los enfoques éticos alternativos, el cual incluye la ética de la virtud, el comunitarismo, la narrativa, la casuística y la ética del cuidado.
El tratamiento de temas políticamente controvertidos es ilustrado por el capítulo firmado también por Salles y dedicado a la clonación y al debate sobre células troncales, en cuyas páginas la autora, tras examinar la clonación reproductiva a partir de las leyes y regulaciones internacionales, resume los argumentos a favor y en contra de la clonación reproductiva, para completar el abordaje de esta temática compleja aludiendo a la investigación terapéutica y a la investigación con células troncales en relación con las políticas públicas.
Pese a la diversidad de temas y autoras, no se trata de una compilación abigarrada de enfoques o discursos inconexos. Salvo algunas secciones donde el nivel de profundización de ciertos temas parece no condecirse con el resto de la obra (a modo de ejemplo, el análisis pormenorizado de las distintas versiones del libro canónico de la disciplina, el célebre Principios de ética biomédica, de Tom Beauchamp y James Childress), la obra logra ser orgánica y alcanza una coherencia estilística y argumentativa sin abandonar por ello el pluralismo en los abordajes.
El valor que privilegia el recorrido minucioso de estas páginas radica en que sus temas son expuestos en el contexto de la realidad latinoamericana. No es un punto de vista baladí: la formación en bioética en nuestro medio suele adoptar una forma reduccionista, cuando se hacen a un lado la rica bibliografía anglosajona o europea y se centra en estudios locales, con el riesgo de cierto empobrecimiento conceptual y de cristalización de un statu quo que impide los cambios que la bioética, por su esencia misma, ha de promover. Por cierto, no pueden separarse tajantemente los problemas de los países del Primer Mundo de las preocupaciones de los países "en vías de desarrollo" (expresión inquietante si la hay). Aferrarse a esta dicotomía simplista es falsear una realidad globalizada donde se comparten tecnologías y nuevas prácticas sociales que, si no se imponen, al menos surgen como preocupaciones locales muy prontamente. El mérito de la obra reseñada es enriquecer el debate local y regional con la exposición de las controversias en los países hegemónicos, tomando aquellos tópicos que son de interés local, situando "la discusión de los temas en la realidad latinoamericana.
No se ha de esperar de su lectura soluciones panaceicas a las problemáticas que, por su índole misma, confrontan a personas con cosmovisiones diferentes. Ni siquiera puede esperarse un consenso que clausure cada una de las discusiones. Se trata, en todo caso, de dar a conocer, pese a su enorme complejidad, los argumentos que se juegan en las discusiones actuales en torno de temas tan novedosos como dilemáticos. De estimular la formación de una actitud crítica que promueva la capacidad de un interrogar abierto a futuras investigaciones.
Por estas razones, interrogarse por el sentido de la obra, es interrogarse por el sentido de la bioética. Si la bioética, y con estas palabras las autoras encabezan el libro,"ejemplifica la tendencia de las sociedades contemporáneas occidentales a reflexionar sobre las decisiones públicas y privadas, y la calidad moral de las acciones de las personas" (pág. 11), los temas de esta disciplina son como vertientes que desembocan, ni más ni menos, en la condición humana.

Diana Cohen
Universidad de Buenos Aires
FLACSO

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