SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.36 número1Meditaciones Metafísicas acerca de la Filosofía Primera en las cuales se demuestran la existencia de Dios y la distinción real del alma y el cuerpo del hombreVerdad y Demostración índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista latinoamericana de filosofía

versión On-line ISSN 1852-7353

Rev. latinoam. filos. vol.36 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires mayo 2010

 

COMENTARIOS  BIBLIOGRÁFICOS

G. Hurtado y O. Nudler. El mobiliario del mundo. Ensayos de ontología, UNAM, México, 2007, 384 pp.

La aparición de un libro como éste en las primeras décadas posteriores a 1950 hubiera sido, si no imposible, al menos improbable. En tales años la metafísica en general, y en particular la ontología -la que Heidegger siguiendo a Aristóteles caracterizó como la "ciencia del ente"- estaba bajo ataque y, algunos creyeron, herida de muerte. Este diagnóstico se reiteraba tanto en el seno de la filosofía posthegeliana representada por autores como Heidegger o Nietzsche, como en el seno de las entonces renovadas corrientes de la filosofía anglosajona. Al interior de esta última encontramos, entre otros, a Carnap y a Wittgenstein, quienes criticaron con especial insistencia las pretensiones de la metafísica por inconsistentes o confusas. En el marco de la filosofía hermenéutica, la ontología, entendida como ciencia del ente, como aquella ciencia que describe lo que hay, el mobiliario del mundo, fue impugnada por Heidegger como producto de una previa confusión en el abordaje conceptual de la relación entre el lenguaje y el ser. Y es que la metafísica, de una manera u otra, parecía haber decepcionado a quienes buscaban en ella la respuesta a un conjunto de preguntas en torno al ser, la verdad y el lenguaje.
A partir de los años ’70, sin embargo, y en un proceso lento pero sostenido, que Brandom ha denominado ‘el giro ontológico’, la ontología no sólo logra sacudirse las feroces críticas antes mencionadas sino que comienza a presentarse, en particular en los últimos tiempos, como una genuina y renovada alternativa en el mundo filosófico contemporáneo. El mobiliario del mundo, recientemente aparecido en el seno de la comunidad hispanoamericana de filosofía, resultado de la reunión del VI Coloquio Internacional Bariloche de Filosofía, es una muestra no sólo de la vitalidad de la ontología como disciplina filosófica y de su actualidad, sino, fundamentalmente, de su prestancia para volver a abordar, de nuevas maneras, algunas de las más profundas y más útiles preguntas que la filosofía se ha planteado.
El mobiliario del mundo es un catálogo de ontología: una guía para quien quiera introducirse en los diversos caminos de la ontología, y un conjunto de herramientas muy completo para quienes hace tiempo habitan su territorio.
El libro consta de diecisiete artículos agrupados en cinco secciones: las primeras tres de ellas nos ubican en el mapa de la ontología filosófica contemporánea y sus raíces históricas; las últimas dos se concentran en debates ontológicos específicos, concernientes a analizar y responder la pregunta por lo que hay en el plano de la mente, las personas, la política, el arte y la cultura.
En la primera sección, Ontología: visiones generales, se despliegan las categorías fundamentales de la ontología y las coincidencias que la recorren desde sus albores griegos. Mientras que Pierre Aubenque aborda el problema de la imposibilidad de establecer sin circularidad el compromiso ontológico de un lenguaje o teoría, retrotrayéndolo a Aristóteles, Guillermo Hurtado nos provee de un "mapa de las vías del territorio de la ontología" para orientarnos en él, sacando a la luz los conceptos y distinciones relevantes. Barry Smith, por su parte, pone en diálogo los recientes desarrollos de la ontología informática con los desarrollos de la ontología quineana. La segunda sección, La estructura del mundo, aborda la discusión sistemática respecto a cuáles son y qué características tienen los constituyentes últimos del mundo, al tiempo que remite tal discusión a las raíces históricas de la ontología contemporánea en el siglo XVII. Alejandro Herrera Ibáñez y Juan Rodríguez Larreta discurren en tono a la concepciones leibnizianas respecto de lo que hay en diálogo con H. Neri Castañeda y el monismo inmaterialista del último Russell, respectivamente. Mientras que José A. Robles y Laura Benítez por su parte elucidan los orígenes y significado de la concepción newtoniana del espacio. La tercera sección, Lenguaje y realidad, contiene algunos de los debates más frecuentados en la literatura filosófica de los últimos años respecto de la relación entre el lenguaje y el mundo. Gonzalo Rodríguez Pereyra defiende una teoría de los hacedores de verdad frente a diversos detractores; Plinio Junqueira- Smith, en la vereda de enfrente, aborda la pregunta por la posición conontológica del escéptico para abogar por un deflacionismo ontológico y veritativo. A partir de la noción de concepto tenso, Carlos Pereda intenta conciliar la intuición realista acerca de la independencia del mundo respecto de nuestro lenguaje y teorías, y su estrecha relación con nuestras prácticas conceptuales. Samuel Cabanchik adopta un pluralismo pragmatista e irrealista à la Goodman, y reivindica el rol de la metafísica para ofrecer criterios para distinguir entre representaciones correctas e incorrectas al interior de nuestros diversos sistemas simbólicos, permitiendo al mismo tiempo integrarlos en una visión conjunta. La cuarta sección Cuerpos, mentes y personas, se aboca a ciertas preguntas ontológicas particulares. En primer lugar, Diana Pérez cuestiona el peso de los argumentos clásicos ofrecidos en contra del fisicalismo, los cuales en su opinión presuponen una concepción epistemológica de aquél en lugar de una estrictamente ontológica que no queda por ellos refutada. Francisco Naishtat a continuación se ocupa del estatuto ontológico de la categoría de persona, y sus rasgos característicos, integrando la defensa de la concepción de Strawson con los aportes novedosos de Ricoeur. Los artículos agrupados en la quinta sección, Ontologías regionales, abordan las problemáticas de las ontologías políticas, culturales y artísticas. Oscar Nudler, cuestiona la insuficiencia de la ontología política moderna para dar cuenta de la época contemporánea, y propone la creación de una ontología alternativa que incorpore la noción de zõon cosmopolitikón. Lorenzo Peña y Alejandro Tomasini abordan la pregunta por el ser de las entidades culturales. Mientras que el primero defiende un realismo concreto que se compromete con una única categoría ontológica, la de estados de cosas, que reconoce sólo gradaciones internas, Tomasini cuestiona tanto el materialismo como el mentalismo, y ofrece una alternativa de raigambre wittgensteiniana que caracteriza a las entidades artísticas y culturales en general en términos de su funcionalidad social. James Hamilton, por último, indaga sobre las consecuencias filosóficas del cuento borgeano "Pierre Menard, autor del Quijote", cuestionando las lecturas ontológicas del texto para defender una interpretación fundada en la defensa de una concepción de las intenciones autorales, que se muestran, en el caso de Menard, incoherentes.
En resumen, el libro aborda una rica y amplia gama de problemas ontológicos clásicos y recientes, generales y particulares. El mérito del libro no sólo reside en la amplitud del campo que recorre sino también en la profundidad con que lo hace.

Glenda Satne

Universidad de Buenos Aires
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons