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Revista latinoamericana de filosofía

versión On-line ISSN 1852-7353

Rev. latinoam. filos. vol.38 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires mayo 2012

 

COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS

Christian Vassallo, La dimensione estetica nel pensiero di Plotino. Proposte peruna nuova lettura dei trattati Sul bello e Sul bello intelligibile, Napoli, Giannini Editore, 2009, 272 pp.

 

Como la propia extensa bibliografía del volumen manifiesta, la estética plotiniana ha sido objeto de variados análisis. La novedad de la sólida propuesta de Christian Vasallo radica en ofrecer una lectura de dos de los tratados estéticos de Plotino enfatizando las dimensiones sensible y emocional del tratamiento plotiniano, las cuales se encontraban atenuadas, si no negadas, en las interpretaciones tradicionales. La obra de Vassallo está articulada en tres capítulos y un extenso apéndice bibliográfico sobre la estética de Plotino, de autoría compartida, este último, con Lucia Pollio. Este apéndice reúne tanto las fuentes en diversas ediciones y traducciones como la producción sobre la estética plotiniana y sus problemas afines, hasta fines de 2008.
La obra de Vasallo aborda un amplio estudio de la estética del filósofo, basado en dos tratados: la Enéada I 6 ("Sobre lo bello") y la V 8 ("Sobre la belleza inteligible"), con abundantes notas (más extensas que el cuerpo central del trabajo) en las cuales se relacionan los tratados con el conjunto del pensamiento de Plotino y se discuten variantes interpretativas. La perspectiva general de lectura del intérprete italiano radica en la consideración de que sendos tratados no se limitan al análisis del fenómeno estético sino que, por el contrario, pueden ser considerados como una summa de cuestiones tales como lo bello y el bien, la relación alma/cuerpo, la arquitectura de las hipóstasis, el sentido de la vida y el cosmos en el que esta se inserta, las cuales se combinarían para formar una verdadera enciclopedia antropológica. En esta interrelación residiría, entiende el autor, la distancia entre la estética moderna, que a partir de Kant destaca la autonomía del juicio estético, y la estética antigua, en la cual, desde tiempos arcaicos, la belleza aparece enlazada con el bien y, en época clásica, con la epistéme. Dada tal interrelación en los textos antiguos, no sorprende la insistencia de Vasallo en la imposibilidad de abordar los tratados estéticos de Plotino de manera aislada de los restantes.
Respecto de la Enéada I 6, Vassallo se opone a la interpretación corriente que encuentra en la estética plotiniana una refutación de la identificación tradicional de la belleza con la simetría y la armonía, la cual favorece una lectura totalmente abstracta e inteligible de la concepción de la belleza en el autor neoplatónico. La originalidad de la concepción de Plotino de la simetría estética, entiende el estudioso italiano, radica en su carácter cualitativo y no cuantitativo, apartándose de este modo de los pitagóricos (y quizás, en alguna medida, de Platón) y acercándose a Heráclito. Respecto de los conceptos de summetría y harmonía, en efecto, Vassallo dedica varias páginas de su obra a mostrar la influencia del pensamiento heraclíteo en la estética plotiniana, sobre todo de aquellos donde el Oscuro apela a la distinción entre armonía visible e invisible, resultante esta última de elementos opuestos.
Una de las más interesantes herramientas de análisis desplegadas por el intérprete es la indagación filológica del vocabulario estético empleado por Plotino, tanto en los dos tratados en los cuales se centra este libro como a lo largo de su obra, desplegando el sentido en el cual es posible aplicar los términos kalós y hýperkalós a lo Uno. La tesis del autor, luego de relevar los diversos usos del término, es que más allá de las cuestiones terminológicas, para Plotino la belleza es una, "más allá del cielo y de la tierra", en poéticas palabras del intérprete, pero si bien esta unidad es capaz de ser advertida en las cosas sensibles así como en las inteligibles que participan de ella. Vasallo encuentra continuidad entre ambos tratados estéticos, en tanto el arte, precisamente, está llamado a servir de nexo entre lo sensible y lo inteligible. Respecto de la Enéada V 8, el enfoque de lectura ofrecido está centrado en la polémica contra los gnósticos, fundamentalmente respecto de su rechazo de la materia, sin que por esto, entiende Vasallo, se realicen demasiadas concesiones a la estética marcadamente materialista de los estoicos. La polémica plotiniana con los gnósticos radicaría más bien, siguiendo al autor, en que una separación radical entre lo sensible y lo inteligible no es posible en el pensamiento plotiniano, que entiende que todos los grados de realidad manifiestan continuidad con lo Uno.
El intérprete tercia en la polémica acerca de si la estética plotiniana está centrada en la obra de la naturaleza, artista ella misma para Plotino, o en la del hombre. La postura defendida por Vasallo otorga al artista la función específica de tornar perceptible la belleza inteligible que muchos son incapaces de captar en la obra desnuda de la naturaleza. Así, Vasallo reconoce que Plotino, contra Platón, otorga al arte una función didáctica y un rol específico en la ciudad ideal, apoyándose, sobre todo, en los pasajes de República sobre los cuales se edifican las visiones más habituales de la estética platónica, aquellas que resaltan más la crítica a la poesía tradicional que la visión constructiva del rol del filósofo poeta. La indiferencia ante la obra artística, la incapacidad de experimentar el páthos estético, constituye para Plotino, destaca Vassallo, un síntoma de bestialidad. Sin embargo, el carácter en cierta medida antropocéntrico de la estética plotiniana no implica una negación de la belleza de la naturaleza en tanto, insiste una y otra vez el intérprete, entre naturaleza y arte existe una continuidad manifiesta, mediada por el alma del artista. Esta continuidad radica, siguiendo al autor, en que las obras del arte así como las de la naturaleza son producidas por la sophía.
Vasallo encuentra la originalidad del planteo estético plotiniano en que su valoración de la obra artística radica en la vivacidad que el artista supo imprimir en ella (una imagen que podría evocar el pasaje del Menón sobre las estatuas de Dédalo, aunque desprovisto del sentido que le otorga Platón), un elemento que va más allá de la simetría tradicional y de la relación modelo/copia presente en los escritos platónicos. Además, según el autor del estudio, Plotino encuentra en la creación artística la posibilidad de superar el estatus de copia propio de los textos platónicos, en tanto, inscribiéndose en este caso en la tradición estoica, entiende que el artista puede prescindir el modelo sensible y recrear en sí mismo la belleza inteligible.
El autor rescata la dimensión interior de la estética plotiniana, lo cual no es incompatible, desde su punto de vista, con la valoración de la dimensión exterior de la belleza, siempre y cuando lo perceptible no lleve al extravío del alma consistente en volcarla a la exterioridad y buscar la belleza fuera de sí misma. La tarea del artista cobraría sentido, entiende Vasallo, en la reducción a la unidad de la multiplicidad sensible llevada a cabo por este, tarea que solo es posible por medio de su aprehensión de lo inteligible y su plasmación en los materiales apropiados. Para desempeñar esta labor expresiva, el artista, entonces, debe tanto conocer la belleza inteligible como ser capaz de operar sobre el páthos del alma, por medio de lo sensible, plasmando esa belleza que concibe en el alma en una obra que incite a ir más allá de sí misma. El lector encontrará en la obra de Vassallo, además de una útil y completa referencia a la bibliografía sobre la estética plotiniana y una discusión de las principales interpretaciones que se han brindado acerca de ella, una bien fundada lectura que destaca y realza la continuidad entre lo sensible y lo inteligible, que el buen artista sabe poner de relieve y que, por ello, encuentra su rol didáctico-político en consonancia con la belleza y sabiduría de la naturaleza.

María Elena Díaz
Universidad de Buenos Aires

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