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Revista latinoamericana de filosofía

versión On-line ISSN 1852-7353

Rev. latinoam. filos. vol.40 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires mayo 2014

 

COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS

François Dosse, Paul Ricoeur: Los sentidos de una vida (1913-2005), traducción de Pablo Corona, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2013, 767 pp.

 

La editorial Fondo de Cultura Económica acaba de incorporar a su Colección Filosofía la traducción de la biografía intelectual de François Dosse sobre Paul Ricoeur. Dada la naturaleza de la obra en nuestras manos consideramos que, para hacerle justicia, debemos distinguir los aportes que ella nos brinda sobre el biografiado, las consideraciones teóricas y personales que posibilitaron que el biógrafo realizara una obra de semejante magnitud y la labor en segundo plano del traductor, que permitieron que el público hispanoparlante entre en contacto con este libro.
El pensamiento de Ricoeur suscita actualmente un gran interés, tanto por la amplitud de las temáticas tratadas, que abarca cuestiones de la teoría del texto y la acción, la antropología, la ontología, la ética y la filosofía de la historia, como por la variedad de tradiciones y disciplinas con las que discute. Son estos mismos atributos, sin embargo, los que se vuelven un gran escollo para todo aquel que desee acercarse por primera vez a su obra. Frente a esta dificultad, el rodeo por esta investigación de Dosse resulta ineludible. Desde el punto de vista histórico, la obra nos presenta la compleja y extensa interrelación del filósofo con el medio intelectual de su época, señalando de qué manera influyó en el desarrollo de su pensamiento. Por otra parte, si bien Dosse se considera a sí mismo un historiador, tiene la capacidad de presentar en un lenguaje preciso y a su vez accesible, incluso para un lector no interiorizado con el pensamiento de Ricoeur, las tesis filosóficas fundamentales que fue defendiendo a lo largo de su vida.
François Dosse es, indudablemente, uno de los grandes especialistas de la historia intelectual francesa del último siglo, más allá de las críticas negativas que ha recibido por sus distintas investigaciones, incluida la aquí reseñada.1 Entre sus obras se encuentra la historia de la Escuela de los Annales y del Estructuralismo. En los últimos años se ha adentrado en el género de la biografía. Además de la biografía que aquí nos convoca, ha escrito la de la de Michel de Certeau y la de Deleuze y Guatari. Sin embargo, el respeto, deuda intelectual y afecto que este historiador profesa por Ricoeur es manifiestamente diferente que por los demás y no es preciso una lectura muy detenida para encontrarlos.
Hay tres aspectos que Dosse respeta de biografiado. En primer lugar, alaba su atención y escucha hacia el otro. El segundo aspecto celebrado es el compromiso que toma y que lo lleva actuar, pese a ser consciente de la posibilidad de fracaso. Este compromiso es caracterizado como la afirmación de un punto de vista que es percibido como el mejor entre el peor y el menor mal antes que como una decisión arbitraria. Por último, el historiador encomia la apertura de Ricoeur, es decir, el deseo constante de establecer mediaciones entre diversas posiciones conceptuales en tensión, aun reconociendo su carácter imperfecto y la imposibilidad de un saber absoluto (14-15).
Su deuda intelectual hacia el biografiado está presente en la mayor parte de sus obras de, al menos, los últimos veinte años, y Dosse no escatima oportunidad para manifestarla. Sin ir más lejos, su concepción de biografía está basada en su interpretación de la concepción ricoeuriana de identidad narrativa. Según nos explica en otra obra, "si tomamos en serio la bella demostración de Paul Ricoeur según la cual el sí-mismo (Ipse) se construye, no en una repetición del mismo (Idem) sino en su relación con el otro, la escritura biográfica está más cercana a ese movimiento hacia el otro y a la alteración del yo hacia la construcción de un sí-mismo que se ha convertido en otro."2 Así, la imagen que surge del biografiado sería el producto de la superposición de las múltiples imágenes que tienen quienes estuvieron en contacto con él. De ahí la necesidad de la tan extensa y variopinta cantidad de anécdotas en principio insignificantes, tan criticada por Eribon. El subtítulo mismo de la obra, "Los sentidos de una vida", intenta darnos entender que el Paul Ricoeur de esta obra es una suerte de unidad ficcional que resulta de un collage de múltiples visiones: "La identidad de Ricoeur se deja de entrever a través de esa pluralidad [de la mirada de los otros]. Los sentidos de una vida de uno mismo se leen en la mirada de los otros, no como fidelidad devuelta por algún espejo, sino como recreación constante, obra que se trabaja, mundo del texto que se convierte en fuente de identidad" (Dosse 2007: 393).
Por último, el afecto hacia el "amigo" biografiado es manifiesto en la totalidad de la obra. En su estudio sobre la biografía Dosse reconoce que todo autor tiene un fuerte vínculo empático con su biografiado, aunque "esa empatía no siempre indica adhesión, sino que a veces señala la meta que uno se pone, la de comprender el enigma" (Dosse 2007: 389). En este caso, se vuelve cuestionable hasta dónde esta empatía no ha impedido comprender el enigma. En múltiples oportunidades, Dosse sale en defensa de su biografiado, ora defendiéndolo explícitamente, ora de una manera solapada, que atenta de algún modo con la concepción de biografía sostenida. Mientras que en la primera parte el autor nos expresa su posición frente a una situación particular, en la segunda evita introducir los testimonios de todos aquellos que probablemente no hubieran aportado una imagen del biografiado afín con la defendida por el autor.
En dos casos resultan particularmente manifiestos tales procederes. El primero se presenta en "el ataque de los lacanianos" tras la publicación de Freud. Una interpretación de la cultura y los efectos en el desarrollo académico de Ricoeur. La segunda estrategia se observa cuando se describen los acontecimientos sucedidos entre 1969 y 1970 durante su decanato en Nanterre y que concluyó con el ingreso de la policía a la universidad y su violento enfrentamiento con los estudiantes. En este capítulo el biógrafo recoge las posiciones que avalaron la gestión de Ricoeur y justificaron su proceder, pero deja fuera la opinión de todos aquellos que la rechazaron.
Según Dosse, el objetivo de determinadas biografías intelectuales es reunir el pensar y el existir en lo que denomina, junto con los psicoanalistas, "atención flotante" (Dosse 2007: 384). Sucesos como los de Nanterre hacen que el lector ponga en duda la capacidad de escucha y de apertura al otro que Dosse celebra en Ricoeur. Surge casi de inmediato la inquietud acerca de los motivos por los que el biógrafo una vez presentado dicho suceso no pone en duda sus supuestos de base, y la seguida puesta en duda de que el objetivo manifestado sea realmente un objetivo de la obra.
Otra cuestión que los sucesos de Nanterre nos lleva a pensar es el alcance del recurso de la ficción para hacer historia y, naturalmente, escribir biografías. El suceso de la violencia policial en Nanterre es descripto de modo tal que pareciera que Ricoeur no tuvo margen de maniobra y se encontró en un momento de tensión social en medio de malos asesores y estudiantes violentos, pero hubo opiniones encontradas sobre lo que sucedió durante esos días. En la medida en que la historia como narración sintetiza lo heterogéneo a través de la recolección de los distintos sucesos en una trama unitaria, el uso que se le da a la ficción como organizador y aportador de sentido es válido. Sin embargo, Eribon señala un punto donde esa aplicación es discutible, y es cuando se aportan razones a ciertos sucesos que se enfrentan con la documentación a la que se tiene acceso. Como muestra de este punto, Eribon recoge el momento en el que el Collège de France eligió a Foucault en lugar de Ricoeur. Dosse justifica esta decisión por la influencia que en aquella época tenía el estructuralismo en esta institución. Eribon, empero, destaca que la explicación de Dosse omitió el hecho de que Lévi-Strauss estuvo en contra de dicha designación.
Unas últimas palabras para quien estuvo a cargo de la extensa labor de traducción, Pablo Corona. Su labor como traductor de la obra de Ricoeur permite mantener una continuidad conceptual entre aquellos aspectos filosóficos recogidos por Dosse y la obra de Ricoeur que será agradecida por todo aquel que desee interiorizarse en la obra de este filósofo francés.

ESTEBAN LYTHGOE
CONICET

NOTAS

1. Didier Eribon, "Une biographie du philosophe chrétien, Ricoeur et la raison", Nouvel Observateur Hebdo, n° 1714, 11 septembre 1997. El propio Dosse menciona esta crítica asociándola con su primer encuentro con Ricoeur.
2. Dosse, F. El arte de la biografía. Entre historia y ficción, Universidad Iberoamericana, México, 2007, p. 19. Nuevamente el subtítulo de esta obra nos remite a la concepción ricoeuriana de historia como una confluencia entre elementos documentales y ficcionales.

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