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Población y sociedad

versión On-line ISSN 1852-8562

Poblac. soc. vol.17 no.1 San Miguel de Tucumán ene./jun. 2010

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Ester Boserup: naturaleza y cultura en los procesos de desarrollo*

Jon Mathieu

Profesor de Historia en la Universidad de Lucerna y en el Instituto Federal de Tecnología de Zurich, Suiza. Fue el Director fundador del Instituto de Historia Alpina de la Universidad de Lugano. Sus temas principales de investigación están relacionados con la historia de las regiones de montaña. Actualmente se desempeña en el Schweizerische Nationalfonds (SNF) (Swiss National Science Foundation). Dirección: Historisches Seminar, Universität Luzern, Kasernenplatz 3, CH-6003 Luzern, Schweiz (Switzerland). Correo-e: jon.mathieu@bluewin.ch

RECIBIDO: 16/06/09
ACEPTADO: 21/09/09

RESUMEN

El par de opuestos "naturaleza"/"cultura" es parte de las coordenadas fundamentales para la orientación social, e importantes en muchos campos de las ciencias. A partir del uso que los autores hacen de estos conceptos se puede inferir su posición general y el trasfondo de sus argumentos, con la condición de mirar cuidadosamente el contexto, ya que las nociones tienen muchas interpretaciones posibles. Esta nota se ocupa de la economista Ester Boserup (1910-1999) quien se hizo conocida en la comunidad científica a partir de su libro The Conditions of Agricultural Growth y otros importantes estudios. Aquí muestro cómo ella trabajó con el concepto de "naturaleza" desde el comienzo, y cómo mucho más tardíamente, dentro de un contexto nuevo, descubrió el valor general de la "cultura".

Palabras clave: Ester Boserup; Naturaleza; Cultura

ABSTRACT

The pair of opposites "nature"/"culture" belongs to the fundamental coordinates of social orientation and is important in many scientific fields. From the use of these notions by different authors one can infer their general position and the background of their arguments. On condition, however, that one looks carefully at the context, since the notions are large and carry many meanings. This article deals with the economist Ester Boserup (1910-1999) who has made herself known in the scientific community through the book on The Conditions of Agricultural Growth and other important studies. The article shows how she worked with "nature" from the start, and very much later, within a new framework, discovered "culture".

Key Word: Ester Boserup; Nature; Culture

"Nuestra visión del desarrollo económico y del cambio demográfico ha evolucionado marcadamente en el último cuarto del siglo principalmente gracias a los escritos de Ester Boserup", señalaba T. Paul Schulz, profesor de economía de Yale en el año 1990. Lo mismo sostuvieron y siguen sosteniendo diferentes científicos de las más diversas disciplinas a lo largo y ancho del mundo.1 La economista danesa Ester Boserup se hizo conocida dentro de la comunidad científica ya con su primer libro publicado en 1965 The Conditions of Agricultural Growth, que fue publicado en español en 1967 con el título Las condiciones del desarrollo en la agricultura, así como traducido a otras lenguas y muchas veces reeditado. Al comienzo lo descubrieron los antropólogos, arqueólogos y agrónomos, y más tarde también los  economistas, quienes posteriormente comenzaron también a traducir el texto en sus propias "lenguas", en las que proyectaron varios "modelos Boserup" de manera formal y matemática.2
En The Conditions of Agricultural Growth la autora analiza la dinámica de desarrollo de largo plazo de las sociedades agrarias preindustriales. Su argumento central concierne al potencial que tiene el ambiente natural para la intensificación agraria. Ella estimó este potencial como mucho mayor al de las teorías neo-malthusianas vigentes y dominantes por entonces, propuesta que invirtió aparentemente los postulados de Malthus. Esta expresión, sin embargo, fue negada por ella en ocasión de una entrevista que realicé en 1992. Su relación con Malthus era mucho más compleja de lo que esta imagen permite ver. El slogan de la inversión había sido originado por los editores, para poder incrementar las ventas de su libro.
En las conversaciones que tuve en los años sucesivos con Ester Boserup, Malthus jugó en realidad un rol poco significativo. Hablamos principalmente sobre problemas históricos y cada vez con mayor  frecuencia sobre preguntas relacionadas con la interdisciplinariedad y la cultura. Mientras Boserup se ocupó desde siempre de la naturaleza o del medio ambiente, la cultura surgió sólo más tarde como problema y bajo ciertas condiciones específicas. Es sobre este aspecto que quisiera explayarme en esta nota.3 El par de opuestos "naturaleza"/"cultura" pertenece -como es sabido- a las coordenadas fundamentales de nuestra visión del mundo y es importante para la orientación en muchos campos disciplinares. A partir del uso que hacen los diferentes autores de estos conceptos podemos tener indicios de su posición general y del fondo de sus argumentos -siempre que se preste la suficiente atención al contexto, ya que los conceptos son amplios y tienen muchos significados.

Naturaleza

Ester Boserup nació en 1910 en Dinamarca, y entró a trabajar a la administración pública al finalizar sus estudios de economía, donde se ocupó del comercio exterior y planeamiento. Después de la segunda guerra mundial, en la que vivió la ocupación de su país por el régimen alemán nazi, se mudó a Suiza con su familia, para colaborar con la creación del departamento de investigación en Ginebra perteneciente a las flamantes Naciones Unidas. En 1957 se decidió por una nueva opción y viajó a la India, para trabajar con un equipo internacional en su libro (posteriormente famoso) Asian Drama. A su regreso y a diferencia de su esposo, Ester optó por una carrera como experta internacional independiente, invirtiendo el tiempo en su pasión: la investigación. Escribió tres libros, a los que denominó retrospectivamente "el libro de la agricultura" (1965), el de la "mujer" (1970) y el "histórico" (1981). Más tarde se publicó una compilación con veinticinco artículos selectos (1990).4 "Siempre intenté generalizar y mirar la conexión que existe entre los procesos", sostenía en nuestras conversaciones, aunque sabía naturalmente que jamás habría una única causa para nada. Y cuando le preguntaba por su pertenencia a alguna escuela de pensamiento decía sonriente "lo que no soy, seguramente, es ortodoxa".
Las apreciaciones sobre el medio ambiente de Ester Boserup se diferenciaban en realidad de las teorías económicas corrientes. Para ella la naturaleza era flexible y su potencial no había sido lo suficientemente aprovechado, aún en las economías preindustriales. De esto no la convencieron únicamente sus estudios estadísticos e históricos, sino su propia experiencia de campo, que fue la que abrió sus ojos: ¿Está superpoblada la tierra? se preguntaba en la India, por ejemplo, cuando observaba desde el tren extensas tierras poco aprovechadas. Mientras Thomas Robert Malthus y David Ricardo en torno a 1800, en una fase temprana de la transición demográfica en Europa, consideraron al desarrollo agrario bajo la sombría perspectiva del supuesto de los "rendimientos decrecientes", Boserup demostraba que estos clásicos habían subestimado el factor de la "frecuencia de las cosechas". En Europa, como en muchas otras partes del mundo se acortaron los períodos de barbecho, y ofrecieron durante la transición el espacio requerido para el crecimiento económico. "Este tipo de intensificación puede también tener rendimientos decrecientes con relación al trabajo y el capital, pero la suma del total de la producción obtenida con el incremento de la frecuencia de las cosechas es mucho mayor que lo obtenible a partir del uso de más trabajo y más capital invertido en el incremento de la cosecha".5
Una de las convicciones presente en todos los escritos de Boserup era que la naturaleza podía ofrecer un considerable potencial que podía ser aprovechado por el hombre. Sin embargo, en lo metodológico ella no siempre trataba este tema de la misma manera, sino que lo adecuaba a cada uno de los problemas. El "libro de la agricultura" de 1965 se focaliza en la economía del cambio agrario bajo la presión demográfica. Como Boserup quería presentar el cambio inducido en forma de modelo, apenas si se preocupó por las diferencias geográficas, sino que lo trató en un espacio abstracto de un "área dada". Este era un desafío para la geografía que había interpretado comúnmente a los sistemas agrícolas como una adaptación al medio natural, mientras que ella los analizaba como una adaptación al incremento de la población. Poco después de la publicación de su libro y como una de sus consecuencias, Boserup recibió una invitación para una conferencia organizada por renombrados geógrafos, donde expuso su posición, y donde se discutió la ampliación del modelo para diferentes escenarios. 6 Posteriormente modificó su planteamiento considerando las objeciones habidas por parte de la geografía. El "libro histórico" de 1981 analiza, por ejemplo, no solamente el efecto del crecimiento de la población sobre las transformaciones agrarias, sino la influencia mutua de la demografía y la tecnología. En uno de los capítulos Boserup marcó también la diferencia entre regiones (potencialmente) productivas e improductivas. Según una comunicación personal, este capítulo fue el que le ocasionó especiales dificultades. 7
El medio ambiente era para Boserup -a partir de su formación como científica- una variable importante, aunque generalmente no constituía para ella la causa primera. Esta posición intelectual básica se refleja también en la opinión que tenía sobre los movimientos ecologistas: los consideraba simultáneamente de una manera positiva y crítica. Era crítica con relación a los ecólogos, por ejemplo, cuando omitían analizar determinados parámetros económicos, y cuando -a sus ojos- dejaban de considerar las necesidades de los hombres. O también cuando sostenían especulaciones muy generalizadoras: "No se debería preguntar si el mundo es sustentable", dijo una vez, "se debería, en cambio, probar, si una determinada tecnología favorece o no un aprovechamiento sostenible. Es eso lo que se puede modificar en la práctica." 8

Interdisciplinariedad

Cuando Boserup volvió de la India a Europa en 1960 y comenzó una nueva vida independiente, pensó en un primer momento en insertarse en una carrera académica, para de ese modo poder permanecer  en contacto con las nuevas tendencias científicas. Sin embargo,  se dio cuenta pronto que no la convencía la revolución matemática que estaba ocurriendo en la economía. De manera parecida a la de Malthus -sostenía ella un poco en broma- se interesaba principalmente por la vida real y no por el mundo de las matemáticas. 9 Se posicionaba también en forma escéptica frente a los muchos gráficos que comenzaban a poblar los textos científicos. Pensaba que aunque esta modalidad tenía como resultado positivo una mayor coherencia formal, los científicos debían ser capaces también de realizar formulaciones coherentes sin dibujos. Eso debía ser inherente a la profesión.
Es por ello que resulta sorprendente que Boserup, en el verano de 1995, comenzara a experimentar con gráficos. Comenzó con un pequeño círculo sobre un pedazo de papel en el que relacionaba conceptos  y nombres: población, tecnología, modo de producción, estructura social - Ricardo, Marx, Max Weber, y un cuarto nombre que no pude descifrar, porque su letra se había vuelto realmente difícil de entender. 10 "Yo solamente reflexiono un poco y juego con las ideas", aclaró, al ver mi mirada interrogante. Había tenido algunas corazonadas por lo que quería tener un panorama general sobre las tradiciones de pensamiento más importantes. Se podría pensar -añadía- que el modelo de los círculos podía ser útil para la discusión interdisciplinaria. Unos meses más tarde los dibujos ya se habían desarrollado. Por una parte servían como ilustración gráfica de las ideas de los pensadores más prominentes (desde el inicio se habían agregado ya más nombres conocidos). Por otra parte Boserup ilustraba, con una segunda serie de círculos, sus propias concepciones acerca de los procesos de desarrollo de largo plazo como los había analizado en el pasado, así como también algunos a los que no había prestado hasta entonces mayor atención. Después de una discusión y de diferentes versiones, los publicó como parte de un ensayo con el título: "Development Theory: An Analytical Framework and Selected Applications".11


Fuente: Boserup, Development Theory, nota 11, p. 510.

Este gráfico corresponde a la segunda serie de modelos de círculos, con los que Boserup ilustró en este artículo su concepción sobre los procesos de desarrollo de largo plazo. Las seis letras ordenadas en los círculos representan las "estructuras", que son relevantes para las teorías del desarrollo (medio ambiente, población, nivel tecnológico, estructura ocupacional, estructura familiar, cultura). Las flechas muestran el sentido en el que las estructuras se influencian entre sí. El comienzo del proceso dinámico está simbolizado con una letra encerrada en un círculo. El primer círculo relativo al paso de los cazadores-recolectores a los agricultores comienza, por ejemplo, con la secuencia P ---> E: Cuando la población (P) de los cazadores y recolectores crece en una región escasamente poblada (E), los actores deben incrementar la oferta de los alimentos de origen vegetal y disminuir el consumo de carne. Pasan así a desarrollar técnicas de agricultura extensiva con largos períodos de barbecho (T). Esto tiene
consecuencias en la estructura familiar (F), en las representaciones culturales (C) y en la formación de una casta sacerdotal (O). 12
Boserup veía este planteamiento gráfico como un medio que permitía una interpretación clara de las teorías contrapuestas y de las descripciones de los diferentes procesos de desarrollo. En los gráficos las estructuras elegidas no representaban campos disciplinares, sino que su intención explícita fue la de promover a partir de ellos la discusión interdisciplinaria. Se pueden leer los gráficos también, por cierto, desde una perspectiva autobiográfica. Las teorías elegidas y las transiciones históricas fueron las que le preocuparon a la autora durante más de medio siglo. Ahora las volvía a revisar. Además planteaba con este método una forma casi genealógica del desarrollo de las teorías, aunque hasta ese momento ella hubiera escrito muy poco sobre los "padres fundadores", con el objeto de no perder de vista la vida real. 13 Para el objetivo de esta nota es particularmente interesante el hecho que aquí aparece por primera vez la cultura como una categoría general.

Cultura

Cuando le pregunté a Boserup en 1992 que pensaba de los aspectos culturales, que habían incrementado su visibilidad bajo el impulso del Giro Cultural, me dio una respuesta cuidadosa y positiva. Ella pensaba que existía una creencia bastante generalizada acerca de que los aspectos culturales eran importantes, y que ella misma los había tenido en cuenta en diferentes contextos: "Es cierto que la cultura debe estar adentro". Pero eso dependía también del tema. En su primer libro decidió, por ejemplo, dejar a las mujeres afuera. No se puede poner todo en un libro, o en todo caso ella no se sentía capaz de hacerlo. 14 En el libro de las mujeres, en cambio, tomó en consideración particularidades culturales de diferentes países y continentes. El comportamiento hacia las mujeres estaba seguramente -y en forma semejante al racismo- marcado por cada cultura. En general pensaba, sin embargo, que en su trabajo científico había desatendido dos aspectos: el de las ciencias políticas y el de los fenómenos culturales. "No se puede hacer todo. Comencé con la economía y de allí pasé a la agricultura, lo que implica también incluir la tecnología. Cuando se pone todo adentro de un modelo, éste se torna muy complicado. Quizás en el futuro la gente pueda construir un modelo maravilloso y poderoso que incluya a todas las disciplinas -pero ese tiempo aún no ha llegado-".
Tres años más tarde, cuando ella comenzó a experimentar con los círculos, cobró urgencia la pregunta acerca de la cooperación interdisciplinaria. Y uno puede suponer que el estímulo inicial por ese experimento llegó desde la cultura. En aquel momento Boserup estaba leyendo una tesis doctoral de un antropólogo danés que le habían enviado sus amigos, y estaba muy irritada por la concepción estática y holística de la cultura que utilizaba el antropólogo. Señalaba preocupada que esa perspectiva culturalista (por no decir racista), se podría volver muy influyente. Esta fue para ella una razón importante que la impulsó a repensar su propia posición. Como no tenía en ese momento un experto a mano, me preguntó a mi (un historiador): "¿Me podría decir algo conciso sobre el concepto de cultura?" Ante esta demanda vacilé y le comenté acerca de dos antropólogos norteamericanos que habían escrito un libro en los años 1950s, que daba ya cuenta de más de 150 definiciones diferentes de cultura. Ese podía ser considerado un indicador de las dificultades que presentaba la definición del concepto. Además sabía yo por un amigo antropólogo, que en ese momento se estaba trabajando en su disciplina en torno a una nueva definición. La "cultura" era el corazón de la antropología, y hasta entonces había sido definida con frecuencia como algo orgánico y delimitado. Con el nuevo acento puesto en la individualidad, la agencia y la hibridación, la "cultura" se había tornado algo complejo y quizás no tan apropiado como para dar cohesión al campo disciplinar. 15
Boserup parecía aliviada de saber que el concepto no era reificado por todos sino que, por el contrario, estaba pasando por un proceso de dinamización que se extrañaba en los antropólogos anteriores. Pero tampoco le gustaba una definición del concepto en forma complicada y con un alto costo en la retórica disciplinar. 16 No es que ella rehuyera a la precisión abstracta y a la búsqueda de claridad -por el  contrario- podía dedicarle horas de cavilaciones orales. Una vez le pregunté, por ejemplo, sobre el concepto de capital y ella me brindó una lección espontánea de considerable duración: "Capital" en el pensamiento económico de Adam Smith. "Capital" según los clásicos, según Marx, y en la microeconomía moderna. Nuevamente "capital" como relativo a la formación, capital humano. Y en realidad, añadía sonriente, deberíamos considerar como inversión también el interés y el cuidado de los hijos. Si en el futuro nadie se ocupaba de este "capital infantil", todas las demás riquezas caducarían. En otras palabras: ella desconfiaba de este concepto cambiante y lo utilizaba solamente en contextos específicos y claros. 17
Boserup usaba los otros conceptos de manera semejante. Debían definirse en lo posible en forma simple, breve, clara y comprensible por todos. Eso implica un arte de definición más descriptivo que normativo. Una vez que se había decidido por una versión, ella se quedaba con su propias reglas. Cuando en invierno de 1995/96 tuvo que dar una definición general para la nueva variable adquirida, la cultura, la definió simplemente como "las teorías, ideologías y creencias predominantes de la población y sus varios subcomponentes", y delimitó esta variable con ejemplos confrontados con otras variables del modelo de los círculos: "Mientras la distribución patriarcal del trabajo familiar es estructura familiar, la idea que las mujeres y los hijos son inferiores es cultura. El catolicismo es cultura, pero su jerarquía organizacional es parte de la estructura ocupacional".18

Conclusión

El sociólogo Pierre Bourdieu consideró la oposición entre objetivismo y subjetivismo como la más profunda oposición sobre la que se basan todas las subdivisiones del campo de las ciencias sociales. 19 El par de opuestos "naturaleza"/"cultura" sobre el que hemos tratado en este escrito, muestra puntos de contacto con el de "objetivismo"/"subjetivismo", y se podría avanzar e incluir en el juego a todo el campo de las ciencias naturales y sociales. El posicionamiento que cada autor realiza de manera consciente o inconsciente dentro de este espectro o sistema de coordenadas, tiene a menudo consecuencias de largo alcance en los métodos y en el producto final de su investigación.
Ester Boserup tomó desde el comienzo de su carrera como investigadora una posición determinada con relación al medio ambiente. La necesidad de posicionarse surgió a partir de la elección del tema del desarrollo agrario y de las tradiciones disciplinares -la posición tomada fue su propia (exitosa) decisión. Hacia el final de su vida y por razones particulares llegó al punto de necesitar tomar una posición general con respecto a la cultura, que hasta entonces había afrontado de manera escéptica y que a menudo había identificado con "prejuicio". En aquel momento, sin embargo, sentía que la cultura pertenecía al grupo de variables sin las cuales no se podían describir los procesos de desarrollo de larga duración. Para ella fue decisivo saber que la cultura se podía conceptualizar como dinámica y no necesariamente como estática. El diagrama de círculos, que ella diseñó y con el que visualizaba su concepto de desarrollo, mostraba a primera vista que para ella "naturaleza" y "cultura" eran variables importantes, aunque no las más importantes. Cuando se tenía que decidir por una causa primera, elegía por regla la población: en las figuras citadas lo hace en cinco de los seis procesos. Los hombres, su número y sus necesidades comunes estaban en el centro de su pensamiento. 20
Boserup no consideraba que las distintas estructuras de su modelo de círculos fueran indiscutibles. Uno podría maravillarse de ver que ni la economía ni la política estuvieran presentes. Pero ella sostenía que estas disciplinas podían aclarar mejor el funcionamiento de las flechas, que representar campos temáticos especiales.21 Con el modelo esperaba estimular una discusión interdisciplinaria sobre el problema del desarrollo. Debería animar a los participantes a explicar sus diferencias terminológicas y metodológicas y ayudar a superar los conflictos reales o imaginarios entre las disciplinas. En el verano de 1995 cuando vi por primera vez este diagrama esbozado en un pedazo de papel, me sorprendí bastante. Sin embargo, a medida que me fui compenetrando con él, le fui encontrando mas virtudes a la idea -virtudes que honran el estilo científico de su autora-. El círculo me parecía como una mesa redonda a la que se podían sentar los investigadores con sus distintas experiencias. Cada mujer, cada hombre, tienen allí una voz, deben declarar su posición y exponerla de modo simple y comprensible. Ya que para Boserup, que provenía de la ilustración, tenía una comprensión escandinava de la democracia y se acercó a los países desfavorecidos, la ciencia no debía ser desconcertante, sino clarificadora. 22

NOTAS

* Traducción del alemán: Raquel Gil Montero. Revisado por Jon Mathieu.

1 Schultz, T. Paul: "Introduction", en: Boserup, Ester: Economic and Demographic Relationships in Development, Baltimore, The John Hopkins University Press, 1990, p. 1.         [ Links ] Opiniones semejantes por parte de antropólogos e historiadores del medio ambiente: McC. Netting, Robert: Smallholders, Householders. Farm Families and the Ecology of Intensive, Sustainable Agriculture, Stanford California, Stanford University Press 1993, p. V;         [ Links ] Leaf, Murray J.: "Ester Boserup (1910-1999). Danish social theorist", en: Encyclopedia  of  World  Environmental History, New York, Routledge 2003, vol. 1, pp. 160-161.         [ Links ]

2 Comunicación personal de Ester Boserup, cf. Nota 3.

3 La documentación que utilicé para escribir este texto se basa en cerca de una docena de entrevistas que tuve con Ester Boserup entre 1992 y su muerte ocurrida en 1999. De la mayoría tomé notas y algunas fueron grabadas. A este corpus documental se le agrega, además, la correspondencia que mantuvimos en esos años. La entrevista de 1992 fue publicada en Mathieu, Jon: "Besuch bei Ester Boserup oder ein furchtloser Blick auf die Welt", Traverse. Zeitschrift für Geschichte 1 (1994), pp. 11-18.         [ Links ]

4 Boserup, Ester: The Conditions of Agricultural Growth. The Economics of Agrarian Change under Population Pressure, London, Routledge 2003 [1965, en español 1967];         [ Links ] Woman's Role in Economic Development, London, Earthscan 2007 [1970, en español 1993];         [ Links ] Population and Technology, Oxford, Basil Blackwell 1981 [tambié         [ Links ]n Chicago, University of Chicago Press, con el título Population and Technological Change: A Study in Long-Term Trends, en español 1984); Economic and Demographic Relationshipsin Development. Essays Selected and Introduced by T. Paul Schultz, Baltimore, The John Hopkins University Press, 1990;         [ Links ] un breve relato autobiográfico sobre su vida profesional y los distintos contextos de discusión en Boserup, Ester: My Professional Life and Publications 1929-1998, Copenhagen, Museum Tusculanum Press 1999.         [ Links ]

5 Boserup, Ester: "Agricultural Growth and Population Change", en: Boserup, Relationships, nota 4, pp. 11-24, la cita en p. 11.         [ Links ]

6 Cf. Boserup, Conditions, nota 4, en particular pp. 58-59, 116-117;         [ Links ] Boserup volvió también mas tarde una y otra vez a esta estrategia metodológica: "No es una casualidad que mi libro sobre agricultura analiza cambios en el tiempo en un área dada, como la preparación necesaria para la comparación entre áreas. Solo así se pueden desentrañar los efectos de los diferentes niveles de desarrollo y de la geografía o de otras diferencias localmente referenciadas" (Carta a Mathieu del 5. 12. 1993).

7 Boserup, Population and Technology, nota 4, p.16.         [ Links ]

8 En forma semejante, Boserup disfrutó de la simpatía de los científicos orientados hacia la ecología, aunque no era infrecuente que tomaran una posición distante. Robert McNetting, un buen conocedor y hacia el final un fi el partidario de Boserup, sostenía, por ejemplo, que su modelo hubiera sido "más rico y mas informativo" si se lo hubiera formulado en términos ecológicos. (Netting, Smallholders, nota 1, p. 276).         [ Links ]

9 Mathieu, Besuch, Nota 3, pp. 14-15.         [ Links ]

10 Probablemente se trataba de Warren S. Thompson, un pionero de la "transición demográfica". Cf. para lo siguiente también Mathieu, Jon: "Il cerchio interdisciplinare: un ricordo ticinese", Archivio Storico Ticinese 41/135 (2004), pp. 139-148.         [ Links ]

11 Boserup, Ester: "Development Theory: An Analytical Framework and Selected Applications", Population and Development Review 22/3 (1996), pp. 505-515.         [ Links ]

12 Una aclaración detallada en Boserup, Development Theory, nota 11, p. 511-512.         [ Links ]

13 Mathieu, Cerchio interdisciplinare, nota 10, pp. 144-146.         [ Links ]

14 Mathieu, Besuch, nota 3, p. 18.         [ Links ]

15 En ese momento pensé en Kroeber, Alfred Luis/Kluckhohn, Clyde: Culture. A Critical Review of Concepts and Defi nitions, Cambridge MA, Peabody Museum, 1952;         [ Links ] y en la primer versión de un ensayo de Wicker, Hans-Rudolf: "From Complex Culture to Cultural Complexity", en: Pnina Werbner / Tariq Modood (comp.): Debating Cultural Hybridity. Multi-Cultural Identities and the Politics of Anti-Racism, London, Zed Books 1997, pp. 29-45.         [ Links ]

16 Después que le mandé el libro citado en la nota 15 de Wicker, me escribió: "Gracias por el artículo tan difícil e interesante de su amigo. Parece que es muy tarde para que los etnólogos cambien sus visiones estáticas a dinámicas" (Carta del 6. 12. 1995).

17 Mathieu, Jon: "In ricordo di Ester Boserup 1910-1999", Archivio Storico Ticinese 127 (2000), pp. 95-98, cf. para esta cita p. 95.         [ Links ]

18 Primero en una carta de 18. 12. 1995, la formulación citada en Boserup, Development Theory, nota 11, p. 506.         [ Links ]

19 Bourdieu, Pierre: "Vive la crise! For heterodoxy in social science", Theory and Society 17 (1988), pp. 773-787, para esta cita p. 780.         [ Links ]

20 En forma muy clara se plantea la prioridad que ella le otorgaba a la población también en una versión más temprana de su artículo (Enero 1996); allí estableció la autora un "Modelo General Boserup", cuyo punto de partida se localizaba en la población, aunque para la publicación lo dejó de lado.

21 "Las ciencias políticas como las económicas explican (a veces) como funcionan las flechas. No puedo verlas como pertenecientes a las demás o formando un grupo por su cuenta" (Carta de 6. 12. 1995, nota 16).

22 Una formulación como esta en su carta de 5. 12. 1993 (nota 6).

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