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Población y sociedad

versão On-line ISSN 1852-8562

Poblac. soc. vol.17 no.2 San Miguel de Tucumán jul./dez. 2010

 

POSGRADO

Los cambios en la distribución espacial de la pobreza en el territorio del norte grande argentino durante la década de 1990. Una aproximación al proceso a partir de la mortalidad infantil

Fernando Longhi. Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales (Orientación Geografía). Universidad Nacional de Tucumán. 2010. Director: Dr. Alfredo Bolsi.

El estudio de la pobreza ha sido abordado en numerosos trabajos procedentes de distintas disciplinas: la economía desarrollo métodos econométricos para la medición del fenómeno, la sociología y la antropología profundizaron en la conceptualización del fenómeno y en el estudio de las estrategias de supervivencia de las familias pobres, la epidemiología estudió el impacto que en la salud generan determinadas condiciones de vida precaria, entre otros aportes disciplinarios. No obstante, ni el problema de la distribución espacial de la pobreza ni el análisis de sus variaciones ha tenido un interés significativo en las ciencias sociales. El principal aporte de este trabajo se relaciona con dicho aspecto del problema.
La definición de la escala espacial y temporal para el estudio no fue casual. El Norte Grande Argentino reunía a fines del siglo XX la mayor proporción de hogares pobres con una expansión territorial desconocida en cualquier otra región del país. Podría precisarse la existencia de al menos dos Argentinas, la del Norte - con perfiles más similares al universo Latinoamericano- y el resto del país. Asimismo, la década del '90 fue testigo de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales que respondían explícitamente al modelo neoliberal.
Las fuentes de información necesarias para el análisis (Censos Nacionales de Población, Hogares y Viviendas) solo permitían conocer la distribución espacial del fenómeno a comienzos y finales de la década, existiendo un gran vacío de conocimiento en el transcurrir de la misma. Esta limitación temporal de la serie motivó la búsqueda de alternativas en un indicador socioeconómico de génesis continua. Se encontró así en la mortalidad infantil post-neonatal un adecuado índice que se asemeja a la distribución espacial de la pobreza permitiendo el análisis de las variaciones de dicha distribución. La elaboración  de un modelo teórico junto al cálculo de los coeficientes de correlación hizo posible la articulación entre los fenómenos de la pobreza y la mortalidad infantil; sin embargo su complejidad no se asoció completamente con la información registrada por las estadísticas vitales.
A pesar de las limitaciones señaladas, fue posible corroborar la conocida relación entre la pobreza y la mortalidad infantil. A partir de esto se realizó la cartografía intercensal de la pobreza. Preguntas fundamentales de la investigación referidas al ¿dónde? y al ¿cuánto? de las variaciones fueron respondidas a partir del análisis cartográfico.
Una valiosa herramienta para la medición de la pobreza fue el índice de privación material de los hogares (IPMH). Sin embargo, solo pudo ser utilizado -de acuerdo con las variables que lo componen- en el año 2001. Por esta razón, dados los objetivos y la propuesta de la investigación, fue necesaria la elaboración de un nuevo indicador de la pobreza que permitiera la comparación en ambas fechas. La tasa de miseria de los hogares (TMH) solucionó estos problemas, al mostrar una marcada asociación con el IPMH y siendo coherente y consistente en su formulación. La aplicación de la TMH identificó las áreas más críticas del territorio -denominadas núcleos duros de miseria- como así también sus variaciones espaciales en el transcurso de la década.
Los conocimientos logrados más importantes podrían clasificarse en cuatro grandes líneas:

A. Las variaciones espaciales de la pobreza en el Norte Grande Argentino
La distribución espacial de la pobreza no presentó mayores modificaciones, la estabilidad fue el comportamiento dominante. No obstante, en el mencionado contexto, el trienio 1995/97 registró su mayor crecimiento espacial.

B. Los núcleos duros de la miseria regional
Incluyen a los campesinos y aborígenes de Puna, selva y valles del NOA, el Chaco campesino - aborigen y el campesinado santiagueño. El predominio de poblaciones aborígenes y campesinas estaría relacionado con los grandes residuos o relictos -en términos de Bauman1- de la marcha del progreso en el NGA.

C. Procesos, territorios y sociedades diferentes en los núcleos duros
Las similitudes entre los núcleos duros solo se manifiestan en la concentración de miseria. Los procesos territoriales, las sociedades que habitan dichos territorios y sus pautas culturales difieren sustancialmente. No considerar dichas diferencias en la formulación de políticas públicas continuará con la génesis de residuos.

D. Una derivación inevitable: análisis sobre los procesos territoriales de las áreas de miseria y las características de la mortalidad infantil.
En cada núcleo fue posible identificar sectores de avance, retroceso y estabilidad de la miseria, analizándose en ellos algunos de los principales procesos territoriales ocurridos. Se puso mayor interés en los sectores de avance de la miseria, distinguiéndose dos procesos principales:

1) En el campesinado santiagueño el avance de la miseria se asoció con el aumento del cultivo de soja y el desmonte;

2) En el Chaco campesino-aborigen el aumento de la miseria estuvo vinculado con la sustitución de los cultivos de algodón por los de soja. No obstante la soja creció también en el sector de descenso de la miseria; la distinción en este caso no se halla solo en la "sojización" sino en la presencia de sociedades campesinas, constituyendo estas un actor importante en el sector de avance de la miseria. Esta condición afirma que la relación soja-campesinos derivaría en un aumento de la miseria.
Pudo observarse también que la miseria no es inocua, mata y enferma. Prueba de ello lo constituye el enorme potencial para la política pública de muertes infantiles que podrían evitarse/reducirse, especialmente aquellas vinculadas con la pobreza, de las cuales la muerte por desnutrición constituye una manifestación elocuente del problema. Los pronósticos no son alentadores, el problema mostró crecimiento durante la década y tiende a profundizarse. Asimismo la causa de muerte mostró un marcado subregistro o registro erróneo, por lo cual solo se advierten los indicios de un problema aun mayor.
Por otro lado, esta investigación solo consideró el desenlace fatal que genera la condición de miseria en la población infantil, soslayándose a todos aquellos niños que -aun sobreviviendo a determinadas condiciones- presentan secuelas irreversibles en su desarrollo físico-psíquico y social.
Una consecuencia de los conocimientos logrados: propuestas para una probable política social.
A partir de los resultados obtenidos se sugirió la formulación de una política de Estado que reúna las siguientes características:

1) Estructurar las numerosas acciones aisladas o inconexas en un contexto general.

2) Confeccionar un plan global: dicho plan debe prever la existencia de por lo menos dos sociedades: la tradicional y la moderna, de lo contrario la receta liberal seguiría produciendo residuos.

3) Considerar una ingeniería social específica para los núcleos duros de miseria: su escasez/ausencia se manifiesta en la amplia proporción de enfermedades de la pobreza y causas de muerte infantil reducibles. La desnutrición es prueba de ello. Deberían considerarse las particularidades de cada núcleo ya mencionadas.

4) Fortalecer programas de desarrollo de la infancia para una vida más plena de los niños. Mejorar la calidad de vida puede ser una parte crucial del desarrollo, ya que las inversiones durante la niñez pueden mejorar las capacidades futuras en formas muy distintas.

5) Profundizar el modelo de Atención Primaria de la Salud: No sirven las inversiones en equipamiento si no van acompañadas por inversiones en recursos humanos. En los mismos es fundamental que la medicina sea considerada como oferta de salud y no como demanda de servicios. Este modelo -articulado con la ingeniería social y la política de Estado- serían claves que actuarían de manera significativa en la disminución de la muertes en la infancia. El interrogante ¿Por qué invertir en la infancia? bien podría ser respondido según los lineamientos de Amartya Sen:
porque reducir la mortalidad evitable puede ser, en sí mismo, una contribución importante al proceso del desarrollo, ya que la muerte prematura es una negación básica de la libertad más elemental de los seres humanos, la libertad de disfrutar y apreciar la vida.

NOTAS

1 Bauman, Zygmunt: Vidas desperdiciadas:la modernidad y sus parias, Buenos Aires, Paidós, 2005.         [ Links ]

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