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Población y sociedad

versão On-line ISSN 1852-8562

Poblac. soc. vol.19 no.2 San Miguel de Tucumán jul./dez. 2012

 

RESEÑAS

Jujuy. De la Revolución de Mayo a nuestros días (1810-1910-2010).
Marcelo Lagos y Viviana Conti, UNIHRISHIR, Universidad Nacional de Jujuy, Jujuy, 2010, pp. 520.

 

Marcelo Lagos y Viviana Conti nos presentan un libro que busca dar cuenta de la historia de Jujuy en el largo plazo. Dadas las dificultades que envuelven el intento de recorrer más de 200 años de historia, los autores decidieron fijar la mirada en tres momentos clave: el proceso de independencia en 1810, el centenario y el bicentenario. De ese modo, mediante la composición de "tres fotografías panorámicas" de la historia de Jujuy, el libro se propone reflejar los cambios y continuidades que sufrió esa provincia en los planos económico, político, social y cultural, como así también el devenir de su inserción regional.
Resultado de un proyecto de investigación financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica y Estudios Regionales de la Universidad Nacional de Jujuy que tuvo inicio en 2007, el libro fue elaborado en el marco de los festejos del bicentenario, contexto que agudizó la reflexión y las demandas de una sociedad ávida de respuestas a algunas de las preguntas obligadas que derivan de la mirada retrospectiva sobre el pasado: ¿En que aspectos se ha avanzado?; ¿en que otros se retrocedió?; ¿cuál es la agenda a futuro? En ese sentido, Jujuy. De la Revolución de Mayo a nuestros días busca ofrecer algunas respuestas a las inquietudes del público general.
La organización de los contenidos de la obra sigue un criterio cronológico estructurado en tres grandes secciones que reflejan los momentos históricos escogidos por los autores: en primer lugar "Jujuy 1810" abre paso al análisis del proceso de independencia, precedido por la descripción de las características principales de la región durante la época colonial; la segunda parte aborda la "época de los centenarios" comprendida entre los años 1910-1916, finalmente, la tercera sección está dedicada a la descripción de la situación actual de la provincia de Jujuy. Tales secciones revelan las diferencias de estilo en la escritura de cada uno de los autores, que optaron por dividirse los temas a analizar de acuerdo a sus trayectorias previas en investigación. De esta forma, en tanto Viviana Conti se ocupa de la sección "Jujuy 1810", Marcelo Lagos incurre en el análisis del Jujuy actual, mientras que los temas de la segunda sección titulada "Jujuy 1910" son abordados por uno u otro, respectivamente. No obstante la división establecida, el libro pretende ser una sola obra en su conjunto.
En "Jujuy antes de las Guerras de la Independencia", Viviana Conti introduce al lector en la vida cotidiana de los habitantes de la región a partir de un tratamiento exhaustivo de la documentación sobre los años coloniales. Las variables económica, política, social y cultural son abordadas en detalle en los cuatro capítulos que componen esta Primera Parte. El capítulo I se detiene en la descripción de la geografía y el clima de la región y ubica a Jujuy en el entramado colonial a partir del análisis de la distribución de los caminos, los medios de comunicación y de transporte. Tal descripción revela la importancia que tenía la ciudad y sus alrededores a partir de su carácter de paso obligado entre la Altiplanicie y las tierras bajas pampeanas. Esta ubicación geográfica privilegiada en la ruta mercantil hacia Potosí y Lima otorgó un dinamismo comercial a la región e imprimió una gran movilidad y dinamismo a la sociedad jujeña. Sus características son abordadas en el capítulo siguiente, que pone el foco en la cantidad, composición étnica y formas de asentamiento de sus habitantes.
Finalmente, los capítulos III y IV describen las actividades económicas y la vida política, respectivamente. La oferta productiva del ambiente puneño estuvo centrada en la ganadería, la minería y el comercio, destacándose la exportación de ganado y el arrieraje, actividades en las que el análisis pone especial detenimiento. Tal descripción se completa con un estudio exhaustivo sobre las ocupaciones de los habitantes en el contexto previo al estallido de la guerra de independencia, coyuntura que generó profundos cambios en las formas de integración regional de Jujuy, afectando el rol central que ocupaba, y una profunda transformación en los fundamentos de la vida política. El último apartado incorpora también la dimensión cultural de análisis, a través de la descripción de las fiestas vinculadas a la monarquía, las formas de la vestimenta y de la recreación. De este modo, Conti nos presenta el escenario y los actores sobre los que impactará el estallido de la revolución a partir del arribo del primer ejército auxiliar procedente de Buenos Aires.
El largo proceso de guerras vino a modificar la imagen de "paz y orden" pueblerinos visible en el contexto previo. En efecto, esta coyuntura transformó radicalmente la vida en la región: desarticuló el entramado colonial basado en la economía ganadera y comercial, diezmó la población, modificó la dinámica política y cortó de raíz el rol privilegiado del territorio jujeño. Los quince años de guerra y éxodos fueron especialmente cruentos al trastocar el orden existente y dar inicio a un trayecto de padecimientos y carencias, moldeando el futuro de provincia "marginal" que selló la historia jujeña. En este sentido, los capítulos que conforman la segunda parte titulada "Jujuy en las Guerras de la Independencia", intentan dar cuenta del impacto de la guerra en la demografía, en las actividades comerciales y en la vida política y cotidiana de los habitantes.
La segunda sección, dedicada a los "años del centenario", nos introduce en el clima de ideas que rodeó esa coyuntura y reconstruye los festejos que homenajearon la Revolución de Mayo, la bendición de la bandera, el primer éxodo jujeño y la independencia nacional. A diferencia de la primera sección, el apartado "Jujuy 1910" privilegia un lenguaje más accesible y un estilo orientado a un público general, dejando de lado la faz más descriptiva y los modos rigurosamente académicos. Consta de dos partes compuestas de cinco y tres capítulos, respectivamente. En la primera parte, Lagos describe las características de Jujuy entre 1900 y 1920 con el fin de situar al lector y abrir las puertas a un examen comparativo a cien años de la revolución. Para ello se sirve de las crónicas de los viajeros que visitaron el territorio y de algunas memorias escritas por los propios jujeños. El contraste entre la imagen que una elite imbuida de la idea de progreso y modernización como la jujeña quería mostrar a los visitantes foráneos y las condiciones reales de la población norteña atraviesa esta primera parte. Es muy sugerente la forma en que Marcelo Lagos invita al lector a incurrir en el terreno de la "imaginación histórica" y, a través del análisis de las fotografías de la época, "ver" aquello que no se muestra ni se dice.1 De este modo, aparece una sociedad que no cuadraba con los cánones de progreso que imbuía los festejos del centenario. Por el contrario, el "sabor arcaico" impregnaba una vida signada por el atraso, la marginalidad y el olvido. Para la elite política, en Jujuy todo era potencialidad: la explotación forestal, la minería, el comercio con Bolivia, los ingenios azucareros símbolos por excelencia de la modernización. Eran éstos los rubros del progreso, cuyas aristas también son analizadas en los capítulos que conforman esta primera parte.
Siguiendo el esquema aplicado en el capítulo precedente, el análisis se completa con una descripción de la vida cotidiana en 1910. Allí se resaltan los cambios en las formas del vestir, la  alimentación, la sociabilidad y el rol social de las mujeres. El capítulo V da cuenta de las costumbres de la sociedad jujeña y reconstruye la sensibilidad de la época, terreno cuyas dificultades analíticas son salvadas por los autores a través de un amplio espectro de fuentes tales como novelas, coplas,  cancioneros, prensa, informes, notas de viajeros, configurando un interesante ejercicio que refleja los avances de la investigación en Jujuy en los últimos años.
La segunda parte, titulada "El Centenario, festejos, mitos y símbolos", entra de lleno en el análisis de los festejos de los centenarios, en especial de la jura de la Bandera en Jujuy y del sacrificio del éxodo que durante esos años se transformó en la "máxima gesta atribuida a los jujeños en la dura guerra de independencia". Como explica el autor, tal festejo constituyó el único acto de trascendencia, ya que las otras fechas pasaron casi inadvertidas para la sociedad jujeña. Poco a poco, la imagen mítica de Belgrano, la bandera y la proeza del éxodo fue tomando forma. En gran medida, los intelectuales nacionalistas fueron responsables de esta formulación y de la "invención de la jujeñidad". En ese sentido, la obra de uno de sus principales representantes, Ricardo Rojas, es analizada en el capítulo III.
Finalmente la sección "Jujuy 2010" nos introduce en el registro de la historia reciente, en el que la mirada del ciudadano se desliza en el análisis de la situación política y social. Aunque asume los riesgos de tal ejercicio, Marcelo Lagos reconoce las falencias que puede reflejar este tipo de análisis, señalando la necesidad de transitar este camino para completar el cuadro de la historia jujeña y brindar algunas explicaciones del panorama desolador que ofrece el Jujuy actual. Como explica el autor, su principal objetivo es reflejar la opinión de la "gente común", para lo que recurre a una serie de entrevistas, retomando los análisis previos plasmados en su obra Jujuy bajo el signo neoliberal. Política, sociedad y cultura en la década del noventa. Allí se sostenía la hipótesis que, dada su condición de extrema marginalidad y pobreza, Jujuy fue una de las primeras provincias que se sublevó frente a las nefastas consecuencias que tuvo la política menemista en la región. En efecto, los pilares que sostenían la economía provincial como el azúcar, tabaco, minería y siderurgia, se vieron seriamente afectados. El apartado describe las consecuencias de este proceso y señala el ciclo de desocupación y conflictividad social que dio origen a las organizaciones sociales y los movimientos piqueteros, aspectos que hasta el día de hoy signan la vida de los habitantes jujeños. De este modo, la crisis del 2001 y el estallido social que la caracterizó se sumaron a un cuadro de conflictividad que llevaba casi una década.
Finalmente, el autor aborda los años kirchneristas señalando los cambios y continuidades que se observan desde la asunción de Néstor Kirchner en 2003, a la par que enumera los graves problemas que aún persisten y delinea una suerte de agenda pendiente que deberían asumir los futuros gobernantes. Tal preocupación por el futuro inmediato pone cierre al itinerario recorrido por los autores que, como ha sido señalado, comienza con la historia pujante de la época colonial, donde Jujuy se beneficiaba de un lugar privilegiado en las rutas comerciales y continúa por la devastación que implicaron los años de guerras y éxodos a partir de los cuales la población comenzó a trazar su historia de sufrimiento y carencias, de marginalidad política, económica y social.
Los diferentes registros a los que recurren los autores a lo largo de este estudio dan como resultado un libro heterogéneo que invita al lector a bucear en la historia jujeña a través de un texto fragmentado y diverso. De este modo, la "visión panorámica" de los distintos momentos de la historia jujeña permiten dimensionar los cambios y continuidades que operaron en el transcurso de más de 200 años, constituyendo un paso importante para pensar una historia de la provincia en el largo plazo.

Lucía Santos Lepera
Instituto Superior de Estudios Sociales (CONICET - UNT)

NOTAS

1 Resulta interesante el análisis del acervo documental fotográfico que resguarda el Museo Histórico Provincial y en especial del trabajo de Julio Gaite, retratista y fotógrafo chuquisaqueño.

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