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Población y sociedad

versión On-line ISSN 1852-8562

Poblac. soc. vol.20 no.2 San Miguel de Tucumán dic. 2013

 

RESEÑAS

Joaquín de la Pezuela: compendio de los sucesos ocurridos en el ejército del Perú y sus provincias (1813-1816).
Pablo Ortenberg y Natalia Sobrevilla Perea (eds.), Centro de Estudios Bicentenario, Santiago de Chile, 2011, pp. 156.

 

Desde la conmemoración del quinto centenario de la conquista de América y en particular desde los bicentenarios de las independencias, hemos visto florecer la historiografía relacionada con las guerras y los movimientos independentistas. Una de las características de estos escritos fue que incorporaron a los análisis nuevas miradas y también algunas nuevas fuentes. Esta reseña se ocupa, justamente, de la publicación de una fuente que, si bien ya había sido editada parcialmente en el pasado, ahora podemos leerla en forma completa, acompañada además de una serie de interesantes ilustraciones y de nuevos estudios introductorios.
El Compendio fue escrito por Joaquín de la Pezuela, y describe su participación en las guerras entre abril de 1813 (cuando se lo puso al mando del ejército del Perú) y abril de 1816 (cuando su autor fue llamado a ocupar la titularidad del virreinato). En este caso, los estudios realizados por sus editores incluyen una introducción crítica a cargo de Natalia Sobrevilla Perea, y un escrito sobre la trama religiosa de la guerra cuyo autor es Pablo Ortemberg. Ambos trabajos exploran diferentes aspectos tanto del autor del Compendio, como del texto editado. En el primer caso, Sobrevilla nos ofrece importantes datos sobre los antecedentes de Pezuela en el Perú que permiten poner en contexto su escrito sobre la guerra, juntamente con un análisis de su contenido. Es una interesante introducción que logra rescatar muchos de los principales aspectos destacados por Pezuela, algunos de los cuales son sensiblemente polémicos y nos invitan a discutir con ella su interpretación. Ortemberg opta, en cambio, por una estrategia diferente: en lugar de centrarse en el autor o en la obra para darle contexto, nos ofrece una interpretación general de la trama religiosa en la que se entretejen los hilos de las acciones del ejército y de la virgen generala de Pezuela.
En esta reseña quisiera centrarme en el documento, cuya publicación considero importante. Textos como el que reseñamos nos muestran, entre otras muchas cosas, lo caótica que fue esta guerra, lo difícil que era preveer los resultados, la frágil frontera que había entre los "partidos" en pugna, la enorme movilidad que hubo entre uno y otro ejército. Hoy sabemos cual fue el resultado de las contiendas, conocimiento que en ocasiones hace difícil situarse y analizar aquellos momentos en los que dicho resultado no era el final de un camino claro y evidente. El Compendio tiene para nosotros, además, el plus de haber sido escrito por un integrante del ejército que perdió la guerra, no tanto porque se trate de intentar escuchar "las dos campanas" cuando uno escribe sobre episodios tan complejos como este, sino porque aporta una interesante mirada que vale la pena rescatar. Pezuela nos deja entrever, por ejemplo, que no eran dos sino muchas más las campanas que habría que escuchar ya que ambos "partidos" estaban divididos a su vez en facciones. Nos recuerda, también, que la guerra fue larga y pasó por momentos muy distintos, importantes de diferenciar en cualquier estudio sobre el período.
Una de mayores virtudes  del Compendio (tal como destaca Sobrevilla en su estudio) es la perspectiva que ofrece de los ejércitos patrios y de la guerrilla, que rompe muy claramente las fronteras nacionales extemporáneas que se le han impuesto a muchos de los relatos actuales sobre la guerra. Para él todos formaban parte de lo mismo, incluso los protagonistas de aquellos episodios que estaban teniendo lugar en el Cuzco o en la lejana Montevideo.
De todos los aportes que realiza el Compendio para el estudio del período quisiera destacar tres: el primero es el de las detalladas descripciones del medio físico donde se desarrolló la guerra y de las estrategias que implementaron ambos ejércitos para enfrentar los desafíos que les imponía la geografía. Resultan de particular interés en segundo lugar las referencias que hace Pezuela a la producción, en particular la ganadera, que era la principal fuente de alimentación y medio de transporte de los ejércitos.
Y son finalmente sorprendentes los recursos que tenían los oficiales para estar informados sobre la guerra aún en los lugares más aislados.
Un tópico muy presente en el relato y que se presta a interpretaciones polémicas es el de la pertenencia étnica de los soldados, guerrilleros y oficiales. Aunque era un atributo teóricamente visible y evidentemente importante para el autor (ya que casi siempre lo menciona), no necesariamente resulta de fácil lectura a lo largo del libro. No son claros, por ejemplo, los elementos que lo llevaron a definir a las personas: por sólo mencionar un caso conocido, clasificó a Padilla (junto a otros caudillos) como "indios y mestizos que jamás habían tenido más empleos que el de sacristanes en su lugar" (Pezuela 2011: 54). La suya parece ser la mirada de un extraño que recorre estos lugares del sur de los Andes, poniendo con frecuencia en la misma bolsa a diferentes colectivos socio étnicos que requieren de análisis pormenorizado por parte del lector. Así como era capaz de distinguir con claridad diferentes facciones políticas de uno y otro partido, era en cambio poco sutil para distinguir a dichos colectivos.
El Compendio invita a realizar diferentes lecturas de su contenido, dos de las cuales son las que nos ofrecen sus editores. Celebramos este tipo de iniciativas que acercan a un público bien amplio algunos materiales poco accesibles o publicados hace muchos años en forma incompleta. A modo de cierre me gustaría destacar la riqueza de los estudios introductorios, uno clásico y el otro innovador: ambos ayudan a recorrer el Compendio con  un conocimiento contextual que abre caminos e interrogantes. Lo único que se extraña en esta introducción general es un conocimiento más profundo de la geografía (física y  humana) en la que nos introduce Pezuela, que permita interpretar mejor parte de sus textos, escrita de un modo oscuro.

Raquel Gil Montero
Instituto Superior de Estudios Sociales (CONICET - UNT)