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Población y sociedad

versão On-line ISSN 1852-8562

Poblac. soc. vol.22 no.2 San Miguel de Tucumán dez. 2015

 

RESEÑAS

Tucumanazos: una huella histórica de luchas populares: 1969-1972.
Nassif, Silvia, Instituto de Investigaciones Históricas "Dr. Ramón Leoni Pinto", Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán, 2012, pp. 392.

 

Este libro de Silvia Nassif es fruto del trabajo de investigación desplegado en su tesis de grado, con la que obtuvo el título de Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Tucumán. Entendiendo que el sentido del conocimiento de las luchas del pasado radica en que constituyen una brújula para las luchas del presente, la autora toma como objeto de estudio al ciclo de protestas populares que se desarrolló en la provincia de Tucumán entre 1969 y 1972, haciendo foco en el accionar del movimiento estudiantil y el movimiento obrero. Desde su punto de vista, si bien aquel ciclo se insertó dentro de un marco más amplio de luchas obreras y populares contra la dictadura de la autodenominada "Revolución Argentina", junto con los Cordobazos, los Rosariazos, el Mendozazo y otros "azos", éste período presentó en Tucumán la singularidad de producirse en una provincia que atravesaba una profunda crisis a partir del ataque que la dictadura había emprendido contra una parte de su principal actividad productiva y que había redundado –entre 1966 y 1968– en el cierre de 11 de sus 27 ingenios azucareros.
Nassif identifica tres momentos culminantes en esas luchas populares: el primero, que se inicia en abril de 1969 con la "pueblada" en la localidad de Villa Quinteros para resistir al desmantelamiento del ingenio San Ramón, y que se continúa en las manifestaciones de mayo del mismo año en la capital tucumana. La autora considera que en esta última serie de protestas se habrían delineado algunos elementos propios de los denominados "azos", como lo fue la confluencia –al menos transitoria–entre obreros y estudiantes.
En noviembre de 1970, aquellos elementos se habrían materializado en lo que tradicionalmente se reconoce como el primer Tucumanazo, cuando se comprobó un activo protagonismo del movimiento obrero organizado, constituyéndose en aglutinador y punto de referencia de un "frente social anti-dictatorial" que incluía fundamentalmente a los estudiantes, y que contó con la colaboración de los vecinos del centro capitalino.
Finalmente, en junio de 1972, se produjo el "Segundo Tucumanazo" o "Quintazo", en el cual el protagonismo fue principalmente del movimiento estudiantil, aunque hubo además participación de vecinos de la zona y de algunos sectores obreros. La represión alcanzó sus más altos niveles, dejando como saldo una víctima fatal: el joven universitario Víctor Villalba.
La hipótesis central del libro es que durante aquellas rebeliones populares tuvo lugar un acercamiento significativo entre el movimiento estudiantil y el movimiento obrero, más allá de que su grado de participación y peso haya sido diferente en cada uno de los momentos. Siguiendo esa línea, Nassif señala que los trabajadores tuvieron un papel destacado a pesar de que se encontraban con sus fuerzas numéricamente reducidas, debido a la emigración forzada por la pérdida de trabajo resultante del cierre de ingenios. Ese protagonismo relevante se vio materializado en la realización de huelgas generales, actos relámpago y barricadas.
Aunque en la economía narrativa del libro el estado de la cuestión no ocupa un espacio importante y, en líneas generales, la autora no contrapone explícitamente sus hipótesis con la de otros investigadores, puede leerse una suerte de contrapunto con el análisis realizado por Ana Julia Ramírez en dos artículos de 2007 y 2008. En ellos, Ramírez consideraba que luego de un período de resistencias que ubica entre 1965 a 1969, el movimiento obrero organizado de Tucumán se encontraba debilitado y fragmentado, tanto por causa de la represión como por la política azucarera de la dictadura; de modo tal que no habría tenido un rol protagónico en los eventos de 1969, 1970 y 1972. Nassif, en cambio, sin desatender a las dificultades del movimiento obrero y a los avances y retrocesos en sus luchas, prefiere destacar las continuidades entre los dos momentos, entendiendo que no es posible explicar a los Tucumanazos desconectados de esos años previos de resistencia obrera al proyecto "racionalizador" de la dictadura. Aquella lucha de los trabajadores del azúcar sería precisamente la que creó las "condiciones y el trasfondo objetivo y subjetivo de los levantamientos posteriores" en tanto fueron acumulándose experiencias y organización.
Uno de los aportes fundamentales del libro lo constituyen los distintos testimonios recogidos, los cuales nos permiten conocer mejor el modo en que vivenciaron los sucesos algunos de sus protagonistas. Dicho esto, es necesario señalar la preponderancia de entrevistas a "ex estudiantes" por sobre las realizadas a "ex obreros", algo que se comprueba también en algunas producciones documentales realizadas en la provincia, como El Tucumanazo (2007) dirigido por Diego Heluani y con investigación histórica de Rubén Kotler, o Tucumanazo: el poder popular (2014) dirigido por Ricardo Reinoso y producido por la Asociación de Prensa de Tucumán. Este aspecto ha sido saldado ampliamente en la reciente tesis doctoral de la autora, la cual trata sobre el movimiento obrero de la provincia durante el período 1966-1973, y en donde las entrevistas a ex trabajadores del azúcar y otras actividades ocupan un lugar destacado entre las fuentes utilizadas, constituyendo nuevamente una contribución notable. Aún así, no está de más sugerir la conveniencia de considerar en futuras investigaciones sobre los "tucumanazos" esta suerte de "desbalance" en las fuentes orales trabajadas, en especial en lo relativo a aquellas indagaciones vinculadas al rol jugado por los obreros en el proceso y su confluencia con los sectores estudiantiles.
En síntesis: en un esfuerzo por construir una historiografía atenta a los procesos que tuvieron lugar más allá de Buenos Aires, este esmerado trabajo de Silvia Nassif nos permite acercarnos a las complejas décadas de los sesenta y setenta, un período fundamental para comprender no sólo la historia de la provincia, sino de la nación.

Germán Azcoaga
ISES - CONICET - UNT

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